Mantiene la cabeza baja
- Permanecía junto a la leñera, en el patio. Descansaba.
-Tu solo claro... Perdiendo el tiempo en la leñera, lejos de miradas que pudieran verte... ¿Alguien te vio?
Niega
- No señor, creo que no, desde la leñera se puede ver bien todo el patio pero es un lugar oscuro. Sería difícil distinguir si hay alguien allí o no.
-Así que.. nadie puede confirmar tus palabras, interesante.
Mira a Atia esperando a que ella diga algo.
- Quizá vos, mi señor, pueda confirmar cuanto digo...
Te mira, aunque no a los ojos
- ...al final y al cabo, también se encontraba en el patio anoche.
Se recuesta en el asiento, mirando al esclavo mientras se mesa la barbilla. Estaba claro lo que quería y tendría que seguirle el juego por ahora.
-Creo recordar ver a un hombre en la leñera momentos antes de marcharme por el grito de socorro...aunque estaba oscuro es posible que si que fueras tu. Una lastima que desde esa oscura posición no pudieras ver nada.
- Desde la oscuridad se puede apreciar bien los lugares más iluminados, mi señor...
Aclaró
- ...pero estando allí seguro que sabéis bien lo que ocurrió, no entiendo porque se nos hace llamar.
-No debes entender nada, tenemos nuestros motivos para hacerte llamar, con eso basta.
Le mira con desagrado, extendiendo una mano para que calle.
-Bueno Atia, esta claro que su único crimen es olganaceár en la leñera. Quizás lo mejor sea hablar con el ultimo que quede.
Guardia silencio respetuosamente tras la orden.
Extrañada, sin terminar de comprender
- ¿Qué hacías en el patio Glabro?- era la primera noticia que tenía Atia de aquéllo. Después pregunta al esclavo
- ¿ Qué ocurrió Drek ? desde tu posición pudiste ver las zonas iluminadas - es lógico Atia lo había comprobado alguna vez- dices que Glabro debería saber lo que ocurrió pues estuvo allí, pero yo no estuve y Glabro parece que no quiere decir nada. Podrías decirme a mí, tu señora, la que te sustenta ¿ qué ocurrió allí? .
No hace falta que te diga Drek, de que un intento de asesinato a un señor es algo gravísimo... toda nuestra familia está en juego y tu bienestar también si algo le sucediera a Bruto tú y todos los sirvientes y puede que yo misma , iríamos de cabeza a la miseria más absoluta- intenta convencer al criado con argumentos.
-Oh, pero Atia claro que lo he comentado. Lucio hizo bastantes preguntas sobre ello y conté lo sucedido, al menos lo que pude ver y oír.
La mira algo extrañado al escuchar esas palabras.
Mira a Glabro tras su aclaración y luego a Atia
- Un hombre abrió la puerta desde dentro, y otro hombre entró. Imaginé que se trataba de algún servicio contratado, mi Ama, sino habría dado la voz de alarma.
Baja la mirada
- Aceptaré cualquier castigo que creáis conveniente por mi error, mi Ama.
Sin hacer el menor caso a Glabro y emocionada
- No, no serás castigado mi buen Drek. Pero haz un buen servicio a la esta casa y dime si viste al hombre que abrió desde dentro. ¿ Pudiste verle sabes quién era?
-Así que un hombre.... ¿No estarás intentando encubrir a alguien verdad? Las palabras de Atia son muy ciertas y dudo que tu señora muestre comprensión si encubres a esa mujer.
Mira con dureza al esclavo.
- ¿Mujer? No era ninguna mujer mi señor... vos pudisteis verlo igual que yo...
Le dice a Glabro, para luego mirar a Atia
- El hombre que entró era alto, más que yo... y delgado, lo suficientemente cubierto como para no ser reconocido. Y el hombre que abrió... - mira a Glabro - debería recordarlo, quizá entre el señor y yo podamos dar una mejor descripción.
Lucio regresa junto con Drusilla y más vino.
Así que no fue una mujer...
¿ Cómo podía haber dudado de Drusilla ? mi fiel Drusilla que siempre había sido leal en todo este tiempo...
La situación empezaba a hacérsele muy dura a Atia, se encontraba cansada, deprimida y con ganas de terminar de una vez por todas.
- Adelante - dice a Drek y Glabro- estoy esperando. ¿ Cómo era el hombre que abrió la puerta ?
-Sí, cuéntanos como era ese hombre...
Mira seriamente a Drek.
El esclavo señala a Lucio
- Era el mi señor... - afirma