-¡Silencio esclava! Hablas de cosas que no comprendes y dudo que lo hagas alguna vez. No voy a responder ante acusaciones hechas por ti, faltaría mas.
Vuelve a mirarla con desprecio.
Aunque admire la sinceridad y valor de Drusilla su deber como ciudadana es reprenderla
- ¡ Drusilla! no puedes hablar así a Glabro,- aunque no la impone un castigo como sería menester- por muy cerca que esté de la condenación y el ostracismo. Todavía no ha sido declarado culpable por un tribunal. Glabro veo que no queréis confesar y mitigar una eventual condena... - chasquea la lengua sin disimular su disgusto, pensaba que Glabro intentaría llegar a un acuerdo con ella - si me ayudabas a esclarecer los hechos estaba dispuesta incluso a... - deja inconclusa la frase.
Drusilla agacha la cabeza ante la reprimenda, siendo consciente de que su señora puede ordenar que la azoten en cualquier momento. Se coloca en silencio al lado de Drek al que interroga con la mirada. Pero la confusión asoma a su rostro al oír las últimas palabras de Atia.
¿Dispuesta a qué? ¿Ofrecer dinero a un hombre que debe ser lo suficientemente rico como para vivir sin problemas? ¿Ofrecer su cuerpo y sus encantos? Siempre he sospechado que la relación de Tiberio y Atia iba más allá de la simple amistad pero... llegar a esto... ¿y por qué? ¿con qué intención?
-No tengo nada que más que decir sobre los acontecimientos que no haya dicho ya Atia, pero puedo hablar sobre otras cosas.. cosas que como ya he dicho hubiera preferido mantener, como hasta ahora, con discreción pero si esta locura sigue adelante no creo que siga así. La mira a los ojos durante unos segundos. Ademas... ¿Quién crees que sería el mayor beneficiado si Bruto muere, quien puede tener interés en matarle?
Concluye la frase - ... a perdonarte. A perdonar tu traición y la vileza de la que has hecho gala contra esta casa. Pero veo que es inútil- dice con amargura - no vas a confesar y eso me lleva a preguntarme... ¿ es tan poderoso aquél al que proteges ? - pregunta retórica- debe serlo , no sabía que mi marido tuviera enemigos tan poderoso e importantes.- Hace un gesto a los guardias - llevad a este hombre ante el Pretor y decidle cuanto acabáis de oir. Yo misma sostendré la acusación contra él cara a cara.
-Bien Atia...confesare ante el pretor todo lo que tengo que confesar y le indicare donde encontrar las pruebas necesarias para ello si así lo quieres, aunque si bien es cierto que me obligas a ello pues no era mi intención llegar hasta esto, solo espero llegar ileso ante el y poder hablar pues si no fuera así mis amigos sabrán como extender mi confesión de igual forma.
Escandalizada - ¿ Osas chantajearme ? ¿ y amenazarme después ? , veo que eres capaz de cualquier cosa con tal de salvar tu pellejo... ¡ Menos confesar la verdad ante mí !
Drusilla escucha el cruce de acusaciones desconcertada. El odio que siente por Glabro hace que desee fervientemente que sea culpable, pero la seguridad que demuestra al confesar que tiene puebras contra Atia la hacen dudar.
- ¿Y de qué acusáis exactamente a mi señora? -se atreve a decir aún a sabiendas que puede ser recriminada de nuevo.
-¿Chantajes, amenazas? Nada de eso mi señora, tan solo expongo a lo que me estáis obligando. Sois vos quien me acusáis y amenazáis sin pruebas y dejáis que esa asquerosa orlanthi me falte al respeto, creéis que os es fiel y no deja de haceros quedar en mal lugar con sus impertinencias.
Vuelve a mirar a la esclava con desprecio, intentando hacerla callar con solo la mirada.
-¿Acaso no he sido discreto y fiel con vuestros asuntos y los de vuestro marido hasta ahora, por que queréis hacer caer sobre mí esta acusación?
- Drek, por favor, si sabes algo tienes que contarlo -le susurra al mozo de cuadras que se encuentra a su lado.
-De todas formas Atia, si lo que quieres es hablar y quizás resolver tus dudas, esta no es la forma mas indicada, arrestándome y presionándome para que confiese mientras tu esclava se atreve impunemente a cuestionarme... Se lo nota molesto por los acontecimientos, pero parece no cerrarse.
Drek mantiene la mirada baja y no interviene.
Parece algo dubitativa durante un momento, pero después recuerda que ese hombre es uno de los responsables del intento de asesinato de su marido y no ha querido confesar pese a las dos oportunidades que ha tenido de hacerlo: no habrá una tercera.
Haciendo un gesto condescendiente con la mano, agitándola de un lado a otro señala a los guardias lo que deben hacer con Glabro:
- Guardias, llevad a este hombre ante el Pretor. La acusación es: Intento de Asesinato contra mi marido Bruto.- mira al suelo para levantar la mirada y mirar a Glabro furiosa - veamos si tus amigos tan influyentes pueden sacarte ahora de ésta...¡ Guardias, id prestos !
Los guardias se llevan a Glabro.
Retirado de la escena. Podéis continuar.
Glabro. La partida para ti termina aquí, no sabremos lo que ocurre hasta la continuación ;)
Cuando los guardias desaparecen pregunta a su doncella
- ¿ Drusilla, por los Dioses habré hecho bien ?- parece dudar hasta de sí misma- si resulta ser una acusación falsa... tanta intriga va a acabar conmigo. Si mi marido estuviera aquí...
parece recordar algo y se coloca el peinado y el vestido.
- ¿ hay alguien más esperando ser recibido ?
Drusilla mira con resentimiento al silencioso Drek antes de situarse junto a Atia.
- Yo creo que sí ha hecho bien mi señora, pero ahora todo está en manos del Pretor.- La joven intenta calmar a Atia, aunque en esos momentos ya duda de todo y de todos. De repente su cara se tiñe levemente de sorpresa al acordarse de algo ¡Valeria! ¿Habrá conseguido llegar a casa de Atrius? ¿Qué será eso tan urgente que le tenía que decir? ¿Servirá para arrojar algo de luz en todo esto? Ensimismada en estos pensamientos, Drusilla apenas presta atención a Atia.
- No... no lo sé mi señora.
- Nadie más espera, Ama - interviene
Espera el permiso para retirarse a los establos, su lugar habitual de trabajo
Hace un gesto con la mano
- Puedes retirarte, quizás te requiera más tarde.
Después mira a Drusilla a los ojos
- Espero que tengas razón, espero que tengas razón... me juego mucho.
El esclavo se retiró. La noche se acercaba.
Era hora de cenar si el estómago lo permitía y de descansar hasta el día siguiente a la espera de noticias.