Partida Rol por web

En el momento que Isabel cogió el escudo, las extrañas náuseas regresaron a vuestro cuerpo ¿es que aquello iba a ser el modus operandi del programa?

Al parecer, la puerta de metal debía representar otra cosa ya que el mero hecho de coger el objeto en vuestras manos os teletransportó a lo que sería vuestra misión.

Cuando finalmente desaparecieron las náuseas y se retomó el control de la situación, se pudo comprobar que el escenario donde os encontrabais ahora era bien distinto.

Todo esto implicó que el programa estaba funcionando al 100%.

En cuestión de segundos notasteis como todo vuestro ser se teletransportó a otro lugar, a otra era, a otro mundo.

Aún no veíais nada, estabais aturdidos por el viaje, pero escuchabais perfectamente, era mucho ruido, como un escándalo ¿una pelea quizás a vuestro alrededor?

Poco a poco ibais discerniendo más la realidad, se trataba de gritos de personas, no es que estuviesen peleándose, ¡es que estaban pletóricas!

Cuando recobrasteis la visión la imagen fue totalmente reveladora: estabais rodeados de más de una veintena de  hombres, todos fornidos, rudos, con aspecto de estar curtidos en la batalla o expuestos a duras condiciones. Todos parecían estar escuchando a una persona, alguien que estaba en el centro del semicírculo y que portaba a sobre él un hermoso vellocino de oro.

De repente se escucharon susurros a vuestro alrededor: callad, Jason va a hablar.

Estabas en la Grecia Clásica, no sabíais si en la real o en la mitológica pero aquellas hermosas vistas de los templos blancos sobre las colinas, el olor a sal junto con la brisa costera os hacía creer que realmente estabais envueltos en una de las épocas más carismáticas de la historia.

Isabel respiró profundamente como si acabara de salir a la superficie de una piscina, lo siguiente que la cogió desprevenida fue la luz del sol... que la obligó a cerrar los ojos y parpadear varias veces hasta que sus ojos se hicieron con la claridad del día. Pero lo que sin duda más le sorprendió y casi hizo que se cayera de espaldas es verse rodeada de tanto hombre junto... y más aún cuando iban vestidos al estilo de la Grecia clásica.

- ¿Esto que es?- dijo mirando a su compañero para después darse cuenta que él también estaba vestido como el resto y...- Hostia, la falda te sienta bien- sonrió para después mirarse a si misma, no recordaba haberse cambiado de ropa... pero parecía gustarle el resultado... aunque tal vez el escote era un poco escesivo... Todas aquellas reflexiones se vieron interrumpidas cuando alguien pronunció el nombre de uno de los héroes más conocidos de la mitología griega- ¡Jasón! Dios...- exclamó emocionada cogiendo el brazo de su compañero- Es Jasón... no me lo puedo creer...

Antes de que Alexander pudiera contestar a su compañera la cabeza le comenzó a dar vueltas, un nuevo mareo y nauseas que desembocaron en un rápido fogonazo que pareció cambiar su percepción por completo.

Las preguntas se agolpaban en la cabeza del agente más rápido de lo que su cerebro podía si quiera intentar responderlas, en un primer momento pensó en que se trataba de algún tipo de realidad aumentada o virtual pero lo cierto es que aquello iba mucho más allá de unas gafas en 3d. Podía sentir la brisa, el sol... la arena seca en sus labios aquello sin duda estaba sucediendo.

Les habían entrenado durante mucho tiempo, pero aquello superaba cualquier tipo de espectativa... al principio no reconoció a su compañera pero en seguida se dio cuenta de que seguía a su lado pero con otro aspecto, fue facil llegar a aquella conclusión al ver a la única mujer allí congregada con cara de estar perdida y de sobretodo darse cuenta de que el mismo no era la misma persona.

Alexander Elevo el puño a la vez que gritaba para mezclarse con el gentío emocionado al ver aparecer a uno de sus lideres, el agente se acerco a su compañera intentando que esta pasará lo más desapercibida posible ya que claramente llamaba demasiado la atención.

Esto parece que va en serio

La voz del imponente argonauta rompió los murmullos.

- Bravos campeones de Grecia, ante todo daros las gracias por haberos reunido otro vez más para celebrar los juegos olímpicos – dicho aquello todos los que estaban allí empezaron a gritar eufóricos.

- Tras el éxito anterior, en esta ocasión contaremos con nuevas pruebas que pondrán vuestras  habilidades al límite, sin contar que no solo contamos con el beneplácito de los dioses, sino que el campeón recibirá la mismísima cornucopia de oro como muestra de ser un verdadero héroe olímpico... ¿es esto lo que queríais? – ante esa pregunta todos alzaron sus brazos y gritaron un ¡Sí! Al unísono. Realmente los allí presentes estaban muy motivados.

¿Qué era lo que quería entonces el programa de ustedes? ¿Que ganaseis los juegos clásicos propuestos por Jason? Parecía un reto bastante difícil pero si estabais allí es porque existirían posibilidades de lograrlo... lo que no entendíais es qué podíais aprender de esa experiencia.

- Escuchad atentamente, existirán dos pruebas... la primera de ellas será llegar desde el punto de partida hasta el templo de Zeus situado en el monte. Esto implica que debéis ser capaces tanto de ser los más rápidos en carrera, cruzar a nado el río que separa el monte y usar vuestra fuerza para escalar hasta llegar al templo – Jason no dejaba de mirar a todos los candidatos, incluidos ustedes.

- En esta competición no está permitido el uso de armas o herir al resto de participantes ¿habéis entendido? Se trata de un juego limpio para que los dioses estén complacidos por nuestra honradez – dicho aquello tragó saliva para seguir explicando.

- Los cinco primeros que logréis llegar al templo seréis recompensados con la posibilidad de participar en la segunda y última prueba... llegado el momento se os explicará... -

Jason indicó cual sería el punto de inicio. La idea era bastante clara, había que llegar hasta el templo de Zeus, sin embargo eso implicaría un esfuerzo físico encomiable ya que tener que correr, nadar y trepar en esas condiciones implicaría un estrés al cuerpo que no sabíais si estaría a la altura.

Todos los participantes se miraban, ya no como compañeros, sino como rivales que se analizaban uno a uno para saber quién podía ser el más débil y quien una amenaza real. Más de uno se fijo en ustedes, quizás os considerarían posibles ganadores de la primera prueba. Habría que estar atentos y darlo todo... ¿el sistema quería que ganaseis? ¡Pues eso haríais!

Isabel escuchó con suma atención las palabras del legendario argonauta, aquello parecía subrealista... se habían metido de lleno en una competición ¿Olímpica? la joven Turner estaba tan excitada por la aventura como sorprendida por lo insólito de la situación.

- No es sólo la Grecia clásica sino la mitológica...- miró a su compañero, que con su nuevo aspecto había ganado muchos puntos para Isabel, con aquella musculatura y piernas parecía todo un príncipe heleno- a ver como salimos de esta- sonrió nerviosa- mientras no nos salga ningún minutauro...- o ninguna gorgona, o ningún cíclope... Isabel decidió dejar de pensar por si algún dios griego tenía la facultad de leerle la mente y le colocara por mero divertimento alguno de los seres que se le estaban pasando por la mente- Tenemos que pasar la primera prueba- resolvió- pero creo que no vamos a ser capaces sino trabajamos en equipo- ella no iba a competir con su compañero, eso lo tenía claro- con llegar los cinco primero vamos bien- entonces repasó su vestuario- parezco Xena la princesa guerrera- observó al ver su falda recortada al con la ligera protección de piel curtida en antebrazos y piernas, lo que no le supondría un lastre a la hora de correr. Entonces decidió recogerse el pelo en una coleta usando un cordón que le sobraba de uno de los brazaletes- sería bueno estirar un poco y hacerse con algo de agua.

Los nervios de Alexander pronto se templaron al ver que nadie a su alrededor parecía armado, así que lo que parecía un campo de batalla pronto mostró su verdadera cara.

¿Unos juegos olimpicos? nada más y nada menos, desde luego Alexander conocía a varias personas que matarían por estar allí pero la presión de quedar entre los 5 primeros pronto golpeo en el pecho del agente.

Aquellas pruebas no eran su especialidad, pero como agentes habían tendido un entrenamiento físico importante por lo que Dawson no tenía dudas de que ambos acabarían las pruebas, pero estar entre los 5 primeros era otra historia.

Instintivamente la mirada del agente se volvió a los hombres a su alrededor, esta vez viéndoles como rivales intentando identificar entre ellos las posibles amenazas.

Si lo llego a saber no hubiera desayunado esos huevos revueltos comento a su compañera en tono jocoso.

No será nada fácil quedar entre los 5 primeros, la carrera no parece muy larga y es lo más asequible... pero nadar en un río no es lo mismo que una piscina

En cuanto ardió la antorcha de inicio, todos los participantes empezaron a correr a gran velocidad para alcanzar el río. Fue bastante estimulante participar en un evento así, era cierto que intentar ganar conllevaba una gran responsabilidad y una presión sin embargo el formar parte de un hecho de tal calibre era abrumador a nivel emocional.

De momento llevabas buen ritmo, la preparación física que habías tenido durante vuestro entrenamiento os permitía encontraros entre el grupo que encabezaba la marcha. Al paso de casi diez minutos corriendo notasteis que algo pasó.

Uno de los corredores, un chico joven, estaba en el suelo en frente vuestra, era uno de los más rápidos y ahora estaba retorciéndose de dolor a escasos metros de vuestra posición. ¿Qué deberíais hacer? ¿deberías deteneros cuando nadie lo hacía para prestarle ayuda?¿o deberíais por el contrario seguir adelante y no desaprovechar esta oportunidad ahora vais a buen ritmo?

La carrera se inicio según lo esperado, Alexander trato de conservar las fuerzas mientras no perdía de vista la cabeza de la carrera, era importante reservarse pero también lo era no perder de vista los primeros puestos. Por suerte su entrenamiento había sido duro lo que les pemitía conservar el tipo ante el paso de los kilómetros.

Tras una rato un incidente en la cabeza dejo a uno de los favoritos en el suelo, era un chico joven al que los agentes pudieron ver con signos de dolor mientras se acercaban a su posición.

Alexander se quedo observándolo por unos instantes, intentado ver que le había pasado... una caída era lo más probable aquello formaba parte de la competición, su vida no parecía correr peligro por lo que Alexander giró la mirada a su compañera para negar con la cabeza.

Isabel era una chica atlética que siempre que tenía ocasión salía a correr para desestresarse y estar en forma, por ese motivo la carrera en sí no le suponía un reto demasiado elevado y lo bueno era que a su compañero tampoco. Sin embargo Turner estaba segura que los problemas no tardarían en aparecer, aquello estaba siendo demasiado fácil, su instinto le decía que debía estar atenta a los detalles y no fiarse de nada y menos con dioses olímpicos de por medio, con lo que le gustaba a estos los líos... justo cuando se estaba preguntando que retos le podían estar aguardando la imagen de uno de los participantes tirado en el suelo les llegó. 

Su formación como policía le pedía que lo socorriera pero a la vez que fuera cauta, podía ser una trampa para hacerles perder el tiempo o bien una prueba olímpica, quizás un dios camuflado... miró finalmente a su compañero con la duda reflejada en el rostro, al no haber visto atisbo de sangre aquello podía ser una indisposición del corredor y la misión consistía en llegar a la meta los cinco primero, de manera que pese a que deseaba ayudar al maltrecho atleta, continuó corriendo dedicando una mirada a su paso.

Apurasteis el paso, sobre todo tras la distracción que supuso analizar lo que ocurrió con aquella persona que se quedó atrás en la carrera.

Aguantasteis el ritmo al igual que muchos más, no estabais en cabeza pero al menos continuabais dentro de los más avanzados, la pregunta era ¿por cuánto tiempo podíais permitiros no estar en cabeza? Decidisteis que era el momento de hacer un sprint, quemar energías para tomar una posición ventajosa que no solo desmoralizase a vuestros oponentes sino que os diese una visión más completa de las pruebas sin estar detrás del “pelotón”.

Decididos, empezasteis a acelerar; poco a poco ibais adelantando a otros competidores pero sabíais que si usabais vuestra energía de manera caótica supondría un riesgo importante...

Isabel corría concentrándose únicamente en alcanzar la meta, si pensaba en otra cosa terminaría por perderse puesto que haber dejado a aquel hombre sin atención aún le pesaba, afortunadamente para ella la competición estaba siendo tan reñida que tuvo que dejar al margen todo lo demás para centrarse en las respuestas de su cuerpo, dosificar a aquellas alturas no le iba a servir por lo que aceleró controlando la respiración, ¡Parecía que las piernas le respondían! fue entonces cuando dedicó una mirada a su compañero para ver si la seguía.

Isabel pareció pensar lo mismo que Alexander y no hizo ademan de pararse, estaba claro que la vida de aquel hombre no corría peligro y toda competición tenía riesgos pero aquellos formaban parte de la esencia de la misma.

La carrera siguió discurriendo sin mayores sobresaltos, las energías se iban quemando y aquello solo era la primera de las pruebas, era necesario administrar las fuerzas y competir con inteligencia. Isabel apretó el ritmo buscando la cabeza de carrera para que sus rivales no se alejaran de la vista cuando el fin de la carrera comenzaba a sentirse.

Alexander vio el movimiento de Isabel, el agente se sentía fuerte sus piernas apenas habían notado lo que llevaban de carrera. Apretó el paso pasando a Isabel y situándose justo delante suya para de alguna forma poder cortar el viento a su paso.

Hacer el sprint fue la mejor decisión. Empezasteis a recorrer metros y más metros a una velocidad vertiginosa. Adelantasteis a muchos de los participantes que incrédulos comprobaban como sus esperanzas por ganar se desvanecían ante ustedes.

Ya casi podíais ver el agua que marcaba el inicio de la segunda etapa, aquello os dio energías extra para seguir.

Tan solo bastaron un par de segundos para prácticamente “besar” la orilla. Con la ropa que llevabais puesta disteis un salto y os zambullisteis en el agua del río. Existía una corriente que era agresiva pero teníais que mantener el rendimiento al máximo para no caer presa.

Observabais como las pocas personas que teníais por delante vuestra mostraban ya signos de agotamiento. Algunos se vieron arrastrados por la corriente, la cual parecía cada vez era más fuerte.

El río desembocaba directamente al mar y eso implicaría la eliminación de la competición. Desde vuestra posición analizasteis como simplemente había 3 personas por delante vuestra que parecían realmente dignos competidores, eso significaba que si os manteníais así podríais clasificaros para la 2ª prueba que citó Jason de manera misteriosa.

Pero antes que soñar con la victoria había que seguir al pie de cañón... ¡había que aguantar la corriente!

Cuando Isabel se sumergió en el agua agradeció el frescor del primer chapuzón, sin embargo a medida que fue nadando le pareció estar en una sauna por el esfuerzo que le estaba suponiendo aquella prueba,mientras luchaba con la corriente la joven Turner comenzó a enojarse ¿Tan adelantados como eran los griegos y no les había dado por inventar el primer manual de riesgos laborales? ¿A que retorcida mente se le había ocurrido poner la prueba en el tramo del río donde desbocaba el mar... A merced de las corrientes y demás cosas que pudieran pasar? Lo que sí estaba claro era una cosa, como hubiera alguna especie de pergamino de reclamaciones ¡Iba a poner una y muy gorda! Se decía a sí misma mientras airada movía brazos y piernas con energía para no ser arrastrada por el agua... En aquella ocasión no se fijó en su compañero ya que por tratar de ver por donde andaba en una ocasión, se le había metido agua en los oídos...

La carrera había sido un paseo nada que ver con lo que iba a representar nadar río arriba. Tras las primeras brazadas ya se podía ver lo duro que iba a ser aquel tramo, varios de los atletas sucumbieron a las primeras de cambio siendo arrastrados por la corriente.

Los agentes se encontraban entre los cinco primeros pero aquella circustancia podía cambiar rápidamente, Isabel se adelantó mientras Alexander pudo verla superando la corriente, Alexander no pareció tener tanta suerte y un golpe de agua lleno su boca de la gelida agua haciéndole resbalar corriente abajo unos metros, era necesaria una reacción o de lo contrario su carrera terminaría pronto...

Dándolo todo por la victoria, hicisteis alarde de vuestra condición física para superar la corriente que estaba acabando con la mayoría de los competidores. Parecía increíble como un simple río podía ejercer de “filtro” ante aquella carrera de la cual ya solo un puñado de valerosos guerreros se sentía capacitado para tomar el rumbo adecuado.

Finalmente, tras casi sentir que podíais errar en cualquier momento, tocasteis tierra con los brazos. Necesitasteis descansar un par de minutos, de lo contrario sería inhumano seguir. Ahora mismo no ibais liderando el grupo puesto que un segundo concursante llevaba el liderazgo ¿podríais alcanzarle? Quizás si no hubieseis descansado habríais sido capaces ¿pero de qué servía continuar si casi no teníais fuerzas para ello?

Emprendisteis la carrera en vista de continuar con la última etapa: la escalada al templo de Zeus.

Cogisteis tierra para manchar las manos de polvo y así secarlas tanto del agua del río como del sudor y decidisteis empezar la escalada. Había bastante altura, casi 200 metros.

Agarrasteis la fría roca y empezasteis la escalada. Después de haber estado tanto tiempo corriendo y después nadando, que la última parte fuese una escalada era casi una pesadilla.

Cada metro que avanzabais era un suplicio, una odisea, pero teníais que seguir allí. Según vuestros cálculos seguíais siendo de los cinco primeros con lo cual con seguir aguantando sería suficiente.

Una vez alcanzados los cien primeros metros os disteis cuenta que la victoria estaba al alcance de vuestra mano; apretasteis los dientes y seguisteis avanzando ahora con más velocidad, motivados por la visión de la cumbre.

Entonces ocurrió algo que os llamó la atención: visteis como vuestro máximo rival se había detenido, ¿le habría pasado algo? ¿Por qué se detenía a escasos metros para alcanzar la cima?

Seguisteis avanzando hasta que alcanzasteis su altura ya que estaba escalando por vuestro mismo tramo, y lo que pasó después fue fruto de la naturaleza humana...

De manera miserable, aquel que iba en cabeza comenzó a desprender y arrojar rocas contra ustedes, aquello no os permitió tener tiempo para reaccionar ¿era así como pretendía ganar?¿de aquella manera tan sucia y rastrera?

El impacto de éstas os hizo perder el agarre y caer.

Solo con un milagro podríais aferraros de nuevo a la roca para continuar la escalada y no perder todo lo que habíais hecho...