Partida Rol por web

Against The Time

¡Por el honor! (Japón Feudal)

Cargando editor
11/09/2018, 18:13
Morrigan Connor

En otras condiciones, madrugar y ponerme a entrenar no me hubiera importado, de hecho estaba acostumbrada a hacerlo, pero me seguía encontrando demasiado cansada y aún sentía todo el cuerpo dolorido. Me daba la sensación de haberme acabado de acostar cuando el anciano ya nos estaba aporreando la puerta para ir a entrenar.

Lo había prometido, había dicho que aceptaría la dureza del entrenamiento con tal de aprender aunque con lo que quizás no contaba era con que dicho entrenamiento se asemejara más a una película de Hollywood que a lo que yo creía que sería un entrenamiento de verdad, pero aún así me dispuse a hacer todo lo que el anciano nos había pedido.

Me preparé, sujetando la espada, expectante ante el momento en que comenzarían a caer los melocotones y, quizás por el cansancio quizás por mi propia torpeza, los minutos iniciales fueron un desastre, consiguiendo partir algún que otor melocotón pero dejando que el resto cayera sin remedio al suelo. Pero, poco a poco y a pesar de ese mismo cansancio, iba ganando confianza en mis movimientos comprobando que, si me aislaba de todo lo que me rodeaba y me centraba exclusivamente en los melocotones que caían, podía conseguir partir con mayor eficiacia la mayoría. Como así fue.

No había sido perfecto ni mucho menos, pero para ser la primera vez que hacía algo parecido y después de las heridas que había sufrido y que aún se estaban curando, estaba contenta con el resultado. No los había conseguido partir todos pero los que estaban en el suelo enteros eran tantos o menos que los que había partidos por la mitad.

Sudando, con la respiración entrecortada y sintiendo los brazos pesados, imité a mi compañero en un descanso parecido al suyo, aunque yo lo que hice fue tirarme al suelo apoyando mi espalda contra la tierra mientras mis ojos miraban el cielo que asomaba entre las hojas del árbol.

- Tiradas (1)
Cargando editor
11/09/2018, 19:24
El Viejo Pescador

Los días pasaron como si fuesen horas, poco a poco os ibais dando cuenta que los reflejos estaban a la altura de lo que esperaba de ti el pescador, podíais notarlo con su mirada, con su expresión severa pero cálida.

Llegó un punto en el que erais capaces de cortar todos los melocotones que caían sin llegar al suelo, e incluso sabíais gestionar vuestra fuerza para aguantar hasta el atardecer sin tener que parar a descansar: habíais superado la primera fase del entrenamiento.

- Enhorabuena, habéis cumplido lo que pedía… sin embargo esto no es más que el principio… la prueba que comenzaremos mañana será igual o más importante así que descansad bien y recuperad vuestras fuerzas – mientras se marchaba escuchasteis como se reía levemente.

Siguiendo sus instrucciones regresasteis a los aposentos para descansar ¡oh bendito descanso! Parecía que no pero existía fatiga real en vuestros músculos. Dormisteis como si fuerais un bebé, sin interrupciones, sin sueños…

Amanece un nuevo día, ya no hace falta que el viejo Aoshi os despierte, ya sabeis cuál es el horario del entrenamiento.

En esta ocasión al salir de la choza no visteis al nuevo maestro ¿se habría escabullido?¿le habría pasado algo? De pronto notasteis como un melocotón salió volando en vuestra dirección, lo esquivasteis con normalidad y comprobasteis aliviados que el pescador estaba lejos de la choza, como dispuesto a irse.

- ¡Vamos! ¿A qué esperais? – gritó desde la lejanía.

Os apresurasteis a seguir el rastro. Teníais curiosidad por saber cuál sería el nuevo reto.

Fue entonces cuando el anciano os llevó hasta la cascada, la cual fluía con fuerza y elegancia ¿un reflejo de lo que buscaba en ustedes?

 

Notas de juego

Ahora debéis narrar vuestras impresiones.

Eyra, espero que te encuentres mejor :)

Cargando editor
11/09/2018, 19:38
Columbus Smith

El ejercicio que había propuesto el anciano, aunque poco ortodoxo, nos estaba permitiendo mejorar nuestra velocidad y destreza con el sable. Afortunadamente, tanto Morrigan como yo parecíamos estar respondiendo bien al entrenamiento, y eso facilitaba mucho el poder soportar las largas horas de entrenamiento.

Enhorabuena, habéis cumplido lo que pedía… sin embargo esto no es más que el principio… la prueba que comenzaremos mañana será igual o más importante así que descansad bien y recuperad vuestras fuerzas

-Desde luego, si se está riendo tiene que ser porque lo difícil empieza ahora -comenté, al oír como parecía divertirse a nuestra costa -. Eso no me da muy buenas vibraciones.

De todas maneras, mi cuerpo pedía descanso, así que mi mente no tuvo demasiadas oportunidades para pensar en ello. Una vez llegué al camastro, por incómodo que fuera, me dormí al instante. 

A la mañana siguiente, ambos estábamos de pie, bastante descansados, aunque no completamente. Mientras buscábamos al anciano con la mirada, un melocotón se acercó volando hacia mi cara. No tuve tiempo de pensar si era o no una prueba. Solo lo esquivé con naturalidad y miré en la dirección de la cual había venido. El anciano parecía estar esperándonos en la lejanía.

- ¡Vamos! ¿A qué esperais?

En serio. Su entrenamiento será muy bueno, pero sus habilidades sociales dejan mucho que desear -comenté, divertido y cansado, mientras nos apresurábamos a alcanzarlo.

Cuando logramos llegar hasta donde estaba, nos llevó hasta una cascada. Yo miré hacia abajo... y procuré no volver a hacerlo, porque la altura era considerable. Desde luego, ya no se trataba de melocotones. Un temor me vino a la mente. ¿Habría... que saltar?

Miré a Morrigan, preocupado, y después al anciano... más preocupado aún.

Cargando editor
12/09/2018, 23:50
Morrigan Connor

Con el paso de los días no sólo era mi cuerpo el que iba recuperando, poco a poco, su buena forma física pues los cuidados del anciano y el duro entrenamiento al que nos sometían me estaban fortaleciendo, sino que también mis reflejos que yo siempre había creído buenos, los vi aumentar en un grado tal que, si no lo estuviera viendo y viviendo en primera persona no lo hubiera creído. Prueba de ello fue cuando, una mañana después de un descanso más que merecido y cuando salíamos, tanto Columbus como yo, dispuestos a iniciar otro día más de entrenamiento, un melocotón llegó volando hasta nuestras cabezas y fui capaz de esquivarlo sin mayor problema.

Me sentía orgullosa de los logros que estaba alcanzando pero también sabía que aún quedaba mucho camino por recorrer y que dicho camino pasaba por seguir al anciano hasta una cascada cuyo sonido, el del agua cayendo, me resultaba tanto perturbador por el peligro que encerraba la fuerza del agua al caer, como excitante por saber qué nos tendría preparado el anciano.

No fui consciente de que nos podíamos estar enfrentando a un entrenamiento peligroso de verdad hasta que no vi el gesto y la mirada preocupada de Columbus, y fue precisamente esa mirada la que consiguió quebrar mi tranquilidad.

Esto no pinta muy bien —acabé musitando para que me oyera sólo mi compañero—, pero si queremos salir de esta supongo que no nos queda más remedio que hacer lo que nos diga.

Notas de juego

Mejor estoy, gracias ^^, aunque me noto muy cansada

Cargando editor
13/09/2018, 19:49
El Viejo Pescador

El anciano se colocó justo a un lado de la cascada y la señaló.

- Vamos, colocaos justo debajo, dejad que el agua golpee vuestra cabeza, que turbe las ideas y convertidlo en la fuente de vuestra concentración – dicho aquello asintió con la cabeza.

- Tan sencillo como lo veis… quedaos sentados y cerrad los ojos… y pongamos a prueba la paciencia y la concentración – al parecer la prueba consistía simplemente en colocarse debajo de la cascada, dejando que el agua fluyese sobre vuestro cuerpo pero… ¿por cuánto tiempo?

En el momento que os colocasteis donde indicó el viejo pescador empezasteis a entender la prueba: lo que al principio parecía algo relajante e incluso refrescante en cuestión de minutos se convirtió en algo tedioso. Notar el impacto del agua constantemente en el cuerpo no era tan agradable como parecía a simple vista.

- Deberéis quedaros así durante medio día, ni más, ni menos. Si abandonáis la cascada aunque solamente sea para cambiar de postura habréis fallado ¿lo entendéis, verdad? – os miró con ese semblante serio.

- Que comience entonces la siguiente fase del entrenamiento –

Notas de juego

En este post debéis narrar las impresiones de lo que será esta prueba. Hay que describir como juzgáis que puede ser algo fácil pero que la curva de “incomodidad” es extremadamente alta. Hay que poner a prueba la paciencia, la resistencia y el temple con lo cual el resultado de la tirada MENTE será la clave ahora.

Tirada de Mente:

1-5: No resistes ni la primera media hora. Al día siguiente lo intentarás de nuevo pero el resultado es el mismo: eres incapaz de soportarlo.

6-8: El primer día te costará resistir, a la segunda hora tuviste que abandonar, pero al siguiente día lo reintentaste, y aguantaste cuatro horas… y al siguiente seis, y así progresivamente hasta que durante que se aguantó medio día de forma completa.

+9: Aunque al principio cueste, se podrá narrar que ya en el 2º día se logró superar la prueba.

 

¡Buena suerte!

Cargando editor
13/09/2018, 20:21
Columbus Smith

Las ideas que aquel anciano tenía sobre las pruebas que debían pasar eran como poco... extravagantes, pero debía reconocer que les obligaba a luchar contra su propia resistencia. Incluso él debía reconocer que estaba descubriéndose a sí mismo, porque se creía con menos capacidad de sacrificio de la que estaba demostrando.

El dolor que sentí el primer día y los siguientes, al caerme el agua sobre la cabeza, no me permitió superar la prueba a la primera, pero sí darme cuenta de que el dolor podía "entrenarse", al igual que la voluntad. Y fue ese convencimiento el que me permitió resistir, después de muchos días, pero resistir al fin y al cabo, el tiempo estipulado.

Recuerdo que el primer día, cuando abandoné, dije en voz alta y exasperado...

¡¡No puedo más!! ¡¡Pero qué clase de entrenamiento es este!! ¡¡De dónde han sacado a este tío!!

Pero los días siguientes, me di cuenta de mi estupidez suprema. Aquel entrenamiento era "el mejor entrenamiento posible", uno que nos permitía progresar y desarrollarnos, y también conocer nuestra mente y nuestro cuerpo.

El golpeo del chorro del agua me provocó algunas úlceras en la cabeza, pero mi mente aprendió a tolerar el dolor y también a decirle a mi cuerpo que debía aguantar como fuese.

Cuando logré resistir ese día, levanté los brazos, victorioso, y ni siquiera me molesté en salir de debajo del chorro. Eché la cabeza hacia atrás y dejé que el agua recorriese mi rostro y el resto de mi cuerpo, consciente de que lo había conseguido.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Estoy es muy "tortura de Poe", eh jajajaja

Cargando editor
14/09/2018, 22:21
Morrigan Connor

Cuando el anciano nos explicó en qué consistía la prueba, por unos instantes lo miré sin comprender muy bien, ¿qué sentido tenía sentarse bajo el chorro refrescante del agua? Pero esa pregunta tuvo pronta contestación cuando me coloqué debajo de la cascada tal y como él nos había indicado.

Aquello no era una placentera ducha después de un día de esfuerzo sino una tortura que, en un principio, no creía que fuera capaz a soportar. La fuerza con la que caía el agua sólo conseguía que mi cabeza estuviera a punto de estallar mientras que el frío hacía el momento mucho más difícil, además había que sumar el hecho de que no nos podíamos mover para cambiar de posición, lo que hacía que mi cuerpo se quedara rígido y con ello el tormento fuera aún mayor.

Tenía claro que, si quería superar aquella prueba, tendría que aprender a convivir con el dolor y, sobre todo, aprender a relajarme para aceptar lo que estuviera por llegar. Recordé el par de clases de yoga que había dado y que había acabado por abandonar debido a mi temperamento algo inquieto, pero en esos instantes en que la fuerza del agua no cesaba de machacar mi cabeza, el frío de atenazar todo mi cuerpo así como los calambres por la inmovilidad empezaban a causarme un dolor intenso, comprendí que la mente podía llegar a ser muy poderosa y que, convenciéndome de que todo estaba bien, separando mi cuerpo de mi mente, relajándome y sumiéndome en una inconsciencia más allá de aquel lugar, podía conseguir aguantar el medio día que el anciano nos había marcado así como cualquier tortura que estuviera por llegar.

La primera media hora había sido infernal, pero el resto del tiempo, una vez había aceptado el dolor, el sufrimiento, el aislamiento y todo lo que ello conllevaba, el tiempo fue algo secundario y, cuando me quise dar cuenta, ya había pasado el tiempo estipulado.

Lo había conseguido. Había logrado aguantar el entrenamiento y sabía que al día siguiente me resultaría aún más fácil, como así fue. Había superado la prueba y me sentía muy orgullosa por ello.

- Tiradas (1)
Cargando editor
14/09/2018, 23:00
El Viejo Pescador

Finalmente, tras una semana que pasó como si fuese un solo día, sentisteis que vuestra concentración y tu resistencia habían llegado a un límite que jamás soñasteis alcanzar. Cuando salisteis por última vez de la cascada notasteis que la percepción del tiempo era distinta, sentíais armonía con todo lo que había a vuestro alrededor, hasta el aletear una mariposa parecía ser fácilmente reconocible aleteo a aleteo, como si la percepción hubiese llegado más allá y vuestra paciencia se hubiese endurecido.

El maestro pescador estaba satisfecho, muy satisfecho… su rostro no podía disimularlo. Habíais superado ya dos de las pruebas, a falta de una tercera que podía ser la más difícil de todas.

- Estoy orgulloso de lo que habéis alcanzado… sin embargo ahora debéis aprender la lección y no dormiros en los laureles. Queda una última prueba que determinará si realmente habéis sabido poner en práctica todo lo que se ha entrenado en estas semanas – Se acercó y os dio una palmada en la espalda

Con la sensación de satisfacción aún en el cuerpo decidisteis que era un buen momento para irse a descansar a la habitación. Después de haber superado las dos pruebas notabais que vuestra mente y el cuerpo estaban más curtidos pero también más agotados así que reposar las horas necesarias se había convertido en un aspecto clave.

Un nuevo día amaneció, ya casi sentíais que aquella choza era vuestro nuevo hogar y que el viejo pescador más que un entrenador podría haber sido perfectamente un padre.

Al salir al exterior comprobasteis que Aoshi estaba esperando (como siempre) con una sonrisa en los labios. Ahora tan solo había que seguir nuevas instrucciones.

- Bueno, no voy a andarme con rodeos. Acompañadme hasta el lago, allí tendrá lugar la última prueba. Espero que no la infravaloréis puesto que es más importante de lo que parece – acto seguido os llevó a un lago que estaba situado a casi medio kilómetro de la choza. Era un lago hermoso, digno del mejor cuadro, con aguas tranquilas y ambiente agradable ¿la prueba? Toda una incertidumbre…

- Y aquí se encuentra el último desafío… os preguntaréis de qué se trata y sorprenderá seguramente la respuesta: debéis capturar a Yenyi - ¿yenyi? ¿qué clase de criatura era?

El viejo pescador se rió al comprobar vuestro rostro.

- Yenyi es una carpa peculiar, rápida como el rayo y escurridiza como las algas. Todo lo que os he hecho entrenar es para un cometido: pescar a Yenyi haciendo uso de vuestra paciencia, dureza y reflejos ¿podréis conseguirlo? – dicho aquello os lanzó una caña vieja a cada uno que llevaba con él junto con una bolsa llena de cebo vivo.

Notas de juego

Toca narrar vuestras impresiones :)

Cargando editor
15/09/2018, 12:31
Columbus Smith

Cuando nos retiramos a descansar, tanto Morrigan como yo teníamos más bien pocas ganas de hablar. Pero yo decidí romper un poco el hielo.

-Está claro que toda esta simulación nos está preparando para algo mucho peor, y eso es lo que de verdad me aterroriza. Toda esta destreza, valentía, paciencia y resistencia, se supone que nos servirán después para hacer mejor nuestro trabajo, pero... no sé, la verdad.

No lo sé.

Además, el anciano es demasiado extravagante.

 

A la mañana siguiente, una nueva prueba les aguardaba... capturar un pez. Y eso ya era el colmo de los colmos. LAs pruebas del anciano era puramente contemplativas, pero sobre todo, aquella en particular, parecía especialmente exasperante.

-Pescar se me da fatal, pero si solo es cuestión de quedarse esperando... nos quedaremos -dije, cogiendo la caña, colocando el cebo y sentándome en el suelo.

Miré a Morrigan, como diciéndole, ves lo que te decía de cómo es.

-En fin. Vamos allá -dije, lanzando el anzuelo al agua.

Cargando editor
16/09/2018, 18:22
Morrigan Connor

A cada día que pasaba me sentía mejor conmigo misma. No sólo era la satisfacción por superar los retos que el anciano nos marcaba y que, con cada nuevo amanecer, cada vez lo hacía mejor, sino porque me sentía a gusto conmigo misma, mi mente estaba más equilibrada y, por tanto, empezaba a sentir una calma que hacía mucho tiempo no sentía. Aquel extraño entrenamiento estaba logrando mucho más que todo el duro esfuerzo físico que había hecho hasta el momento.

Además, comprobar que el sacrificio que estábamos haciendo tenía su recompensa, sobre todo al ver el orgullo con que el anciano nos felicitaba, era lo mejor que nos podía pasar. Me sentía fuerte físicamente pero sobre todo me sentía fuerte mentalmente y eso, tal y como comprendí después de todos esos días en esa cabaña, era aún mejor.

—Estoy de acuerdo contigo, lo que venga a partir de ahora será mucho más difícil y, me imagino, más peligroso —corroboré las palabras de mi compañero la última noche que pasaríamos antes del reto final—. Pero seguro que saldremos de esta mucho más fortalecidos que cuando empezamos... Eso habremos ganado.

Al día siguiente Aoshi nos llevó a un lugar paradisiaco, un lago donde la paz se respiraba por todas partes. Curiosa y expectante esperé a que el anciano nos diera las últimas instrucciones para superar el nuevo reto y, cuando supe de qué se trataba, no pude evitar sentir cierta sorpresa. Me había acostumbrado a las excentricidades del hombre pero el hecho de que esa última prueba fuera sólo pescar me resultó sumamente extraño.

Crucé la mirada con Columbus, encogiéndome de hombros ante aquel nuevo reto tan curioso para un entrenamiento, aunque creía haber empezado a entender la filosofía del anciano y me imaginaba que esa nueva prueba lo que buscaba era convertirnos en personas pacientes. Cogí la caña y el cebo que me tendía y, alejándome un poco de mi compañero para no estorbarnos mutuamente, busqué un lugar tranquilo y a la sombra donde lanzar la caña. Nunca en mi vida había ido a pescar así que no tenía ni idea de lo que estaba haciendo, pero aún así lancé el sedal para que quedara alejado de la orilla tal y como había visto en películas y documentales y, sentándome en el suelo, esperé pacientemente a que Yenyi tuviera el detalle de picar el anzuelo.

Yenyi... ¿a quién se le ocurriría ponerle nombre a un pez?

Cargando editor
16/09/2018, 21:37
El Viejo Pescador

- Vamos, no perdáis el tiempo. Coged la caña y traedme a Yenyi. Si lográis pescarlo habréis conseguido todo lo necesario para saber los secretos que os llevarán a la victoria – dicho aquello os dejó a solas en el lago. Mirasteis en las cristalinas aguas para comprobar que allí no había nada ¿o sí que lo había? Comprobasteis como una escuálido pececillo se movía de un lado a otro como un relámpago incansable ¿sería Yenyi?

Rápidamente entendisteis que para completar esa última prueba necesitaríais buenos reflejos y la paciencia suficiente para no rendirse ¡era la prueba definitiva!

Notas de juego

Debéis hacer una doble tirada: una de cuerpo y otra de mente. La dificultad para cada una de ellas es 7.

Cargando editor
16/09/2018, 22:40
Morrigan Connor

No sabái muy bien qué había que hacer pues nunca antes había pescado. Me imaginaba que sólo tendría que esperar pacientemente a que el pez se acercara y picara en el anzuelo. Aún así era una tarea pesada y aburrida que muchos llamaban deporte, aunque yo no entendía muy bien qué tenía de deporte el pasarse las horas sentado mirando al infinito.

Pero quizás la tarea no fuera a ser tan sencilla como estarse quieto a esperar que un pez picara el anzuelo, quizás había que hacer algo para motivar al animal a acercarse, aunque siempre había oìdo que hacer ruido o mover el agua lo único que conseguía era espantar a los peces, así que esa no iba a ser la solución.

Seguí sentada, con la caña entre las manos y las piernas cruzadas mirando al agua, viendo de vez en cuando a Yenyi paseándose tan tranquilo como si se estuviera burlando de mí. Paciencia, esa es la clave, me repetí una y otra vez a mí misma recordando las enseñanzas que nos había dado el anciano hasta el momento.

- Tiradas (2)
Cargando editor
17/09/2018, 10:24
Columbus Smith

Quizás fuese hábil, pero mi cabeza ya no estaba para aguantar aquello. Era demasiado impaciente y estaba demasiado cansado de las extravagancias del anciano. Como consecuencia de ello, a pesar de haber estado  en un par de ocasiones a punto de pescar al maldito Yenyi, terminé por lanzar la caña al suelo malhumorado.

-Esto es imposible. No entiendo como ese pez puede pasearse por al lado de mi anzuelo sin hacerle caso. Y no entiendo todo esto. Estoy cansado. Cansado, no, harto, de tanta paciencia, esperar y aguantar.

Sabía que estaba equivocado. En mi interior, era plenamente consciente de que había sido mi frustración la causa de aquel arranque de furia, pero en aquellos momentos no me importaba en lo más mínimo.

Mi mente necesitaba un descanso.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Vayaaaaa. Ya decía yo que estaba teniendo demasiada suerte jajajaja

Cargando editor
17/09/2018, 20:39
El Viejo Pescador

- ¡Lo lograste! - Morrigan no podía creerlo pero era realidad. Yenyi, esa condenada carpa más rápida que el viento estaba bajo su poder. No sabía si fue realmente suerte con el conjunto entre habilidad o azar. No pudo contener la emoción de su victoria antes de que se escuchase un carraspeo detrás de ti.

- Aún queda tu compañero – sonrió el viejo pescador a la vez que de un rápido manotazo liberó a Yenyi haciéndolo regresar al lago.

Aunque al principio parecía que Yenyi se iba a escapar de las habilidades de Columbus, logró retenerlo durante unos segundos que sirvieron para demostrar que podía ser capaz de atraparlo si seguía intentándolo. El viejo pescador observaba al "samurai" complacido, con su sonrisa le estaba animando con discreción a que continuara. Aún no estaba aquel maldito pez bajo su poder pero faltaría poco... ¡Columbus debía concentrarse! ¡Fijarse en cada movimiento! ¡Atacar en el momento adecuado!

Era un ahora o nunca, no podía tirar por tierra todos lo que había entrenado.

Notas de juego

¡Morrigan ha atrapado a Yenyi!

Columbus tiene una 2ª oportunidad, donde solo deberá tirar la habilidad que falló (en este caso Mente)

¡Suerte!

Cargando editor
17/09/2018, 21:03
Columbus Smith

Me rehice como pude. Era mi mente la que me estaba jugando una mala pasada, fruto del cansancio, así que solté la caña, cerré los ojos al mundo y me concentré solo en mí. Supongo que fue casi como meditar; relajé mis músculos, estiré un poco y me dije a mí mismo que podía hacerlo.

Después de unos minutos, abrí los ojos, recogí la caña y volví al ataque. Dejé que el fluir del agua se llevase el anzuelo y aflojé la presión, mientras observaba la superficie del agua, suave y lisa en algunos lugares, inquieta en otros.

Por fin, tras una eternidad, Yanyi se decidió a acercarse... y a morder el cebo. Eufórico, me contuve para actuar con prisas, y lentamente lo arrastré a la orilla, en donde lo cogí entre mis manos mientras aleteaba, lo acaricié, le quité el anzuelo y lo volví a depositar en el agua.

No estaba allí para acabar con la vida de un animal, sino para demostrarme a mí mismo que valía más de lo que pensaba, y eso era justamente lo que había hecho.

Me giré, y sonreí satisfecho, primero a Morrigan y después al anciano.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Menos mal, porras. Es que vaya pifia.

Cargando editor
17/09/2018, 23:23
Morrigan Connor

Lo había conseguido. Aún sin poder creérmelo cogí el pez con cuidado entre mis manos mientras, de buena gana, me hubiera puesto a bailar y dar saltos de alegría allí mismo, pero había aprendido a ser comedida y a no exteriorizar de manera exagerada mis emociones, así que mostré mi alegría sonriendo ampliamente a mi compañero y a mi maestro, emocionada por haber vencido uno de mis talones de Aquiles, la impaciencia. En eso tenía que reconocer que me parecía bastante a Columbus pues los dos éramos personas de acción.

Animé a mi compañero cuando, frustrado, tiró la caña al suelo con signos visibles de enfado en sus gestos y en su expresión. Lo entendía perfectamente ya que yo, si me hubieran planteado hacía varios días esa misma prueba, hubiera hecho exactamente lo mismo. Pero el entrenamiento debajo de la cascada había conseguido mejorar muchas cosas en mí, había aprendido a valorar la paciencia buscando el mejor momento de actuar, me sentía más equilibrada conmigo misma y quizás por ese motivo las cosas salían mejor.

¡Genial! —No pude evitar exclamar al ver que Columbus, después de calmarse e intentarlo de nuevo, lo conseguía. Los dos habíamos pasado la última prueba del anciano.

Ahora no tenía muy claro lo que debíamos esperar, quizás para salir de aquella época debíamos matar al hombre que nos había herido o quizás simplemente volveríamos a la barca sin ninguna otra prueba más. Habría que esperar, al fin y al cabo eso era lo que había aprendido durante la estancia en la cabaña del anciano, ¿o no?

Cargando editor
18/09/2018, 08:05
El Viejo Pescador

- Habéis superado mis expectativas, no solo superando poco a poco todas las pruebas que he estado imponiendo sino que habéis sabido aceptarlas y llevarlas a cabo con disciplina. Quizás vaya siendo hora de que sepais la verdad, toda la verdad – después de aquellas palabras Aoshi os lanzó vuestras armas.

- Probad a luchar, atacadme, ahora sentiréis la consecuencias de vuestro entrenamiento – en cuanto cogisteis de nuevo el arma, sentisteis un gran poder en ella ¿le había hecho algo el pescador? ¿o era vuestra determinación?

No queríais atacar a vuestro maestro, pero él  lo había pedido y no ibais a desobedecerle ahora, pero para vuestra sorpresa comprobasteis que en un abrir y cerrar de ojos desapareció de la vista. Cuando os girasteis para reaccionar, recibisteis un golpe brutal en vuestro costado. ¿Ese viejo había sido capaz de moverse tan rápido?

- ¡Vamos! ¿Qué creías?¿Qué solo era un pescador? ¡Concentraos! ¡Fijaos en mis movimientos! ¡Imaginad que soy Yenyi! – y tras decir aquello el viejo se abalanzó contra ustedes a gran velocidad, pero esta vez pudisteis ver cada paso que daba, cada zancada ¡podíais prevenir su siguiente golpe!

Tan solo tuvisteis que anteponer vuestra arma ante su ataque para bloquearlo ¡habíais tenido éxito! Y jamás pensaríais que hubieseis sido capaces de algo así.

Fue entonces cuando Aoshi se colocó de nuevo su caña a la espalda y os hizo una reverencia.

- Enhorabuena, finalmente estáis preparados para derrotar a mi discípulo caído - ¿su qué?

- El samurai de la armadura negra no es más que Saotama, mi primer alumno, el cual usó todo lo que le enseñé para hacer el mal, para servir a los codiciosos y humillar a los débiles. Cuando supe que atacó al Daimyo temblé ante las consecuencias que tendría para esta tierra... así que recé para que alguien de corazón puro llegase ante mí para darle la oportunidad de instruirle, sería mi redención... – el semblante del pescador era serio, había mucho sufrimiento en su ser.

- Ahora marchad, busca a mi anterior discípulo y matadlo con honor, es lo máximo que se merece – esas últimas palabras las comentó mirando directamente a los ojos y sujetando vuestro hombro.

Notas de juego

Debéis narrar vuestras impresiones y como partís hasta el castillo donde se refugia el Samurai Negro, ahora ya conocido como “Saotama”. Vuestro maestro ha dado las indicaciones sobre cómo llegar, pero también sobre como infiltrarse por un pasadizo que hay en el subsuelo. Era un todo o nada

Cargando editor
18/09/2018, 10:17
Columbus Smith

Sorprendido tras bloquear su ataque, solo podía pensar en que todo el tiempo y el esfuerzo habían merecido la pena. El anciano nos hizo una reverencia y eso significó más para mí que todo lo demás, porque comprendí que aquel hombre, con toda su extravagancia, era uno de los hombres más sabios que había conocido.

- Enhorabuena, finalmente estáis preparados para derrotar a mi discípulo caído El samurai de la armadura negra no es más que Saotama, mi primer alumno, el cual usó todo lo que le enseñé para hacer el mal, para servir a los codiciosos y humillar a los débiles. Cuando supe que atacó al Daimyo temblé ante las consecuencias que tendría para esta tierra... así que recé para que alguien de corazón puro llegase ante mí para darle la oportunidad de instruirle, sería mi redención...

Entonces lo entendí. Al final, todo aquello formaba parte de un plan maestro, pero no solo eso. En realidad, aquel anciano nos acababa de dar la última lección: la del valor del honor. Nuestra vida y todo lo que conseguimos a lo largo de ella, es lo que se recuerda. Aoshi solo podía pensar en la traición de su discípulo, al igual que nosotros solo podíamos pensar en hacer la misión que nos encomendaran, a veces, únicamente por el hecho de cumplir con lo que se esperaba de nosotros.

Quizás el honor estuviese desfasado, pero en aquellos momentos, lo sentía más real que cualquier otra cosa.

- Ahora marchad, busca a mi anterior discípulo y matadlo con honor, es lo máximo que se merece.

-Gracias por todo lo que nos has enseñado... maestro -le dije, haciéndole una reverencia.

El camino para llegar al castillo no era nada complicado. El paisaje desolado y abandonado dio lugar a una sucesión de campos de cultivo, sin duda, propiedad del tal Saotama. Nuestra presencia no llamó la atención así que no tuvimos ningún problema para llegar hasta el lugar.

-No sé cómo lo vamos a hacer, pero dudo que nos encontremos cara a cara con Saotama sin cruzarnos antes con algunos de sus hombres. Esperemos que el entrenamiento del anciano sea suficiente -le comenté a Morrigan.

Siguiendo sus indicaciones, encontramos los desagües del castillo y entramos sin dificultad. Pero yo solo podía pensar en con cuántos hombres tendríamos que luchar y a cuántos tendría que matar.

Yenyi era un pez y lo había dejado con vida. No sabía si podría hacer lo mismo con una persona.

Cargando editor
19/09/2018, 23:46
Morrigan Connor

¿Luchar contra el anciano que había sido todos esos días nuestro maestro? Quizás esa fuera la prueba más difícil pues combatir, después de todo lo aprendido, contra alguien de su edad no me parecía correcto aunque, por otra parte, había aprendido que Aoshi podía encerrar muchos más secretos aún, como bien pude comprobar cuando, al inicio del combate, ni siquiera fui capaz de verlo venir.

Respiré hondo y permití que todas sus enseñanzas dominaran mis movimientos, siendo una sola con la espada y moviéndome como el agua de un río, mansa en algunos momentos e intensa y poderosa en otros hasta que por fin conseguí bloquear su ataque.

Gracias maestro por todas sus enseñanzas —comenté al escuchar sus felicitaciones, sin darme cuenta de primeras de sus últimas palabras que, cuando por fin consiguieron penetrar en mi cabeza, me dejaron bastante sorprendida—. ¿Su discípulo?

La pregunta apenas dejó de vibrar en el aire cuando Aoshi nos contó quién era realmente el samurai de la armadura negra que había matado a nuestro señor. Quizás fuera el destino, la casualidad o pudiera ser que todo estuviera ya programado desde un inicio para encontrarnos con el anciano, pero fuera lo que fuera las enseñanzas que nos había dado tenían un fin muy concreto que no era otro que vencer al hombre de negro.

Matarlo con honor... —murmuré antes de despedirme del anciano—. Así haremos maestro. Gracias por todo —hice una reverencia antes de dar media vuelta para emprender el camino, junto a Columbus, que Aoshi nos había marcado.

El viaje hasta el hogar de Saotama resultó mucho más tranquilo y placentero de lo que yo había creído en un primer momento, aprovechando la marcha bien para meditar bien para charlar con mi compañero hasta que llegamos al punto por el que nos deberíamos infiltrar en los dominios de Saotama.

Seguro que lo será —intenté animar a mi compañero—. Confía en ti, has aprendido mucho más de lo que crees y yo no tengo pensado morir aquí. —Respiré hondo antes de sumergirme en el pasadizo que nos daría acceso directo al samurai de negro.

Notas de juego

Como soy gafe, y por hablar de que no tengo pensado morir, seguro que la palmo a la primera :(

Cargando editor
20/09/2018, 08:18
Director

Tras más de media jornada de camino, llegasteis a los exteriores del castillo feudal. Allí se escondía Saotama, vuestro objetivo y estabais convencidos de que no iba a ser fácil dar con él y acabar con su vida ¡pero debíais intentarlo!

Avanzasteis hasta el lugar donde indicó el maestro, se trataba de un pozo abandonado que al introduciros en él conducía por unos pasadizos secretos que conectaban con el subsuelo del edificio. Con la visión reducida por la falta de luz continuasteis vuestro camino hasta llegar a una escalera demasiado rudimentaria como para soportar demasiado peso, así que con el cuidado suficiente lograsteis subir por ella y acceder por una trampilla oculta que transportaría inmediatamente al interior del castillo.

Llegasteis con éxito a una sala común, parecía ser un pequeño salón de reuniones adornado con motivos florales y armas de madera. De repente escuchasteis un ruido, se trataba de un grupo de guardias que estaban patrullando la zona...

Notas de juego

¡Ánimo que ya os queda poco y lo habéis hecho muy bien!

Avanzar con sigilo (Mente dificultad 8) 
Atacar a los guardias (Autodefensa con dado alto, dificultad 8)