Partida Rol por web

El Dragón te mira gracioso, y hasta te parece que se rie, mientras te guiña un ojo.

Parece comprender lo que quieres, que comprende lo que deseas.

La relación parece completamente simbiotica y cada minuto que pasa va creciendo.

Veo que me entiendes...¡nos llevaremos bien! Exclama riendo aún tumbada en el suelo.

Seremos los más fuertes ¿vale? Le sonríe mientras se tumba de lado para mirar a su dragón.

El dragoncito bufa fuerte y una voluta de humo sale de su boca.

Sientes su mente entrando en la tuya, pero no puedes comprender nada de lo que te dice, sólo sientes su cariño y cuanto está unido a ti.

Pero ahora, ¿que debes hacer con el?

Crees que alimentarlo y enseñarle a cazar es lo más importante, pero después, es necesario que aprenda a volar...

Sonríe. Tú también me gustas. Le dice con un suave golpecito con su dedo índice en su cabeza.

Mmm... medita después unos segundos. Cazar...está claro que ya sabes...Sonríe recordando los momentos en las cuevas. ¿Quieres que vayamos a buscar agua? La verdad es que yo también estoy algo sedienta después de la carrera... Se levanta de un salto y se gira al dragón. ¿Vamos? Le pregunta de nuevo con una sonrisa.

Comenzáis a subir por la montaña, pero ahora, es tu dragón el que te guía. A veces se detiene y levanta el hocico, como olfateando el aire, para después, continuar subiendo por la ladera de la montaña.

Tras un par de horas de caminar, y al pasar unas rocas y algunos árboles, llegáis a un pequeño arroyo que transcurre por la montaña.

Tu dragón se acerca rápidamente a beber agua del sitio, mientras que tu, te acercas con cautela, mirando hacia todos lados, buscando algún tipo de peligro.

No debes ser tan confiado.. Le susurra mientras se acerca observando cada movimiento de la naturaleza en busca de algo sospechoso.

Cuando está cerca, aún alerta, se llena las manos de agua, y bebe sorbos aún mirando alrededor. Pero has encontrado agua potable, muy bien. Le recompensa con palabras en tono suave.

El dragoncito te mira como esperando alguna palabra tuya, y viendo que no le dices nada, se lanza al agua y al poco tiempo sale con un pez en la boca.

Deja es pescado sobre la hierba y vuelve a realizar la misma acción una y otra vez, dejando varios pescados sobre el verde prado mientras se queda allí sentado, mirándote con ojitos felices.

¡Oh! Definitivamente eres el mejor. Le alaga sorprendida viendo la cantidad de peces que había pescado.

Con esto tenemos para pasar el día. Le dice salivando. Le estaba entrando hambre.

Volvamos a la cueva, los asaremos un poco. ¿Que te parece? Aunque quizá tu los prefieras tal cual...Le dice riendo. Tenía mucho que aprender. Ella también debería cazar.

¡Te echo una carrera! Exclama cogiendo el montón de peces con los brazons y empezando a correr hacia la cueva. Aunque aún permanecía un poco alerta.

El dragón te persigue y aunque le hayas sacado varios metros al principio, al final te alcanza y te supera, entrando él primero a la cueva.

A los pocos metros de entrar, tu dragón se detiene y gira su cabeza para mirarte. Sientes su cariño en tu mente y sabes que cada minuto que pasas junto a él, el vínculo se hace más fuerte.

¡Vaya!¡Eres muy rápido! Le sonríe jadeando.

Deja los peces en el suelo y sale a recoger algunas ramas y hojas secas.

Las amontona y mira a su pequeño dragón.

¿Quieres intentarlo? Le pregunta desafiante.

Tu dragón mira las ramas y después te mira a ti. Intenta entender que es lo que le pides, pero no logra comprenderlo. Sientes su desconcierto en tu mente, y al final te das cuenta que es muy pequeño para que pueda escupir fuego.

Todavía no ha alcanzado la madurez, y por eso, no puede expulsar fuego. Para eso, falta mucho, mucho tiempo.

Bella le sonríe.

No pasa nada. Te he pedido demasiado. Le dice amablemente con una suave carícia en la cabeza.

Coge dos trozos de madera y los empieza a fregar.

A base de fregar poco a poco se empieza a ver humo y luego la madera empieza a quemarse.

En poco tiempo, las hojas empiezan a arder, y el fuego va avivándose. Coloca los pescados en palos cerca del fuego, mientras se arrodilla junto a éste, y se queda embobada mirando las llamas.

Tras un rato de dejar los pescados al fuego, los sacas y comenzáis a comer los dos. A ti te parecen sabrosos, pero ves como tu dragón tarda bastante en comer... ¿por qué será?

Al rato caes en la cuenta que es un animal salvaje, y como todos, necesitas cazar para sobrevivir. No crees que el sea la excepción. Para la próxima vez, piensas que lo mejor es dejar vivos a los animales para que se los coma, no parece gustarle el sabor a carne cocida.

Lo siento, ya me imaginaba que pasaría esto... Se disculpa.

Seguro que aún queda algun murciélago por aquí, si tienes hambre. Intenta encontrar alguna solución. Tendría que equivocarse para aprender, era normal.

El dragoncito termina de comer lo que le has dado y se tumba satisfecho. Parece como si sonriera ante tus palabras y te entiende. Sabe muy bien que criar un dragón no es tarea fácil, pero seguramente sepa que estás haciendo todo lo posible para criarlo muy bien.

El dragón se acerca a ti y se acurruca entre sus piernas, con la cabecita colocada sobre tus muslos, como si fuera un gato y allí, se queda dormido.

Bella sonríe con ternura al ver que el pequeño dragón se queda dormido junto a ella, y le acaricia un par de veces la cabeza demostrándole cariño y luego lo deja dormir.

Ahora que volvía a estar "sola", le venían a la cabeza todo lo que le había pasado en ese único pero intenso día. Galbatorix, Nathan..., el ataque, la despedida de Micah, y esa pequeña criatura que se había hecho sitio en su corazón sin ninguna dificultad.

Suspira y antes de acurrucarse sin molestar al dragón, echa más leña al fuego para asegurarse que estarían calientes un rato más. Poco a poco, con la mirada fija en el fuego, sus ojos empiezan a cerrarse.

La noche transcurre tranquila y deja paso a la mañana. Escuchas como los pájarillos cantan fuera de la cueva, mientras que algunos rayos de sol entran por la entrada hasta golpear tu rostro.

Cuando te despiertas, tanteas con la mano pero ves que tu dragón no está contigo.

Te levantas sobresaltada, y prestas atención. Fuera se escucha un alboroto terrible de pájaros y demás... ¿estará cazando?

Oh vaya..no ha sido un sueño.. Murmura llevándose una mano a la cabeza.

¿Dónde está? Pregunta al darse cuenta de que no está su dragón.

Decide salir fuera a paso rápido.

Esto..¿cómo lo llamo? Después de meditar unos segundos, se decanta por la opción fácil. ¡Pequeño! ¿Estás ahí? Mira en general a todas partes esperando verlo aparecer.