Partida Rol por web

De repente todo cambio, no sabía que demonios había pasado pero estábamos en otro lugar, o mejor dicho en otra época, ya que el lugar era el mismo pero ahora había "vida" en él. 

Nos encontrábamos en una fila para poder entrar en la ciudad, por lo visto estaban controlando la entrada, delante de mi estaba un carruaje con un señor mayor y un chavalín y delante de ellos Malleus.

Me gire para poder ver si el resto estaban también aquí pero sólo vi al Juglar, Creo que este lugar o algún poderoso mago esta jugando con nosotros, ten cuidado. Le dije a Jiogar antes de avanzar hasta el viejo del carro frente a mi.

Al acercarme a él, puse una de mis caras más simpáticas e intente sonsacarle sobre de que iba todo esto. "Buenos días, parece ser que se están tomando muy en serio la entrada a la ciudad".

Todo iba más o menos normal... los problemas clásicos, los contratiempos habituales... nervios en las monturas, arañazos, nieblas y otras cosas que hacian del día una aventura desagradable, pero de pronto ocurrió... 

Malleusssss!!!!! 

Mi hermano había desaparecido delante de nuestras narices... Y no me dió la sensación que fuera por crear ese portal que su espada es capaz de invocar...

Voy por tí hermano!!!!

Llorense no se lo pensó dos veces. Soltó a su montura, que tanto intentó mantener a su lado, cogió su equipo y salió a la carrera hacia la zona por donde su hermano había desaparecido. Sacó su espada, fue directo a saltar por el lugar donde Malleus fue tragado.

No estaba dispuesto a que el destino o algo peor volviera a separarle de su única familia.

El grupo iba avanzando.

Quedaban G. El Gris y Milo para avanzar.

Sus compañeros hbian desaparecido al aproximarse a la puerta

Ve Llorense una cola para entrar hay unos feriantes que son parados por los guardias.

Es de día y todo está lleno de vida y de luz.

Delante de Llorense esta Jiogar y tritón hablando con un viejo comerciante.

Y delante de este Malleus.

El niño con su abuelo mira la cola corre hacia los primeros los feriantes y le llama la atención y luego el anciano de observar al chico  mira al enano, Jiogar y a Llorense.  Tritón le hace una pregunta.

- Oh. Efta claroo. Ya ssse terminoo Loo bueno.- dice el anciano a falta  de dientes.

Espada en ristre pero sin postura de ataque, comencé a andar y crucé bajo el arco de entrada a la ciudad - Que extraños relieves tiene el arco de entrada..... ¡¡¡pero si son nuestros rostros!!! - pensé sorprendido pero sin dejar de avanzar.

Dos pasos más adelante todo quedó en una visión totalmente distinta a la que teníamos en la entrada de la ciudad. Un espléndido día de primavera y unos rayos de sol espléndidos acariciaban mi rostro. Miré al cielo y suspiré intensamente para intentar coger algo de calor de ese magnífico día. La entrada a la ciudad estaba un tanto colmada de carros y gente por culpa de unos feriantes y acróbatas que impedían el paso. De repente, el exhalar la primera bocana de aire, sentí una gran presión en el pecho y una sensación de mareo que jamás había sentido.

Un extraño con un carro se situó tras de mi y detuvo el avance con una fuerte orden. De repente se me puso a hablar y, todavía algo perjudicado por la sensación de mareo, no pude entender lo que me comentaba. No dejaba de mirar mi espada y la entrada de la ciudad, una y otra vez, el chiquillo que iba junto a él se agarró a su pierna y quedó con expresión de miedo - Creo que este hombre me está diciendo que no entre a la ciudad armado, o por lo menos con la espada en ristre pero...... no me puedo arriesgar a eso, tendré que buscar una forma de poder tener la espada más a mano - pensé mientras pensaba la forma de envainar la espada y que fuera más cómoda de llevar y de desenvainar.

Una vez envainada Ahuwen, en una posición que fuera más fácil de desenvainar, me propuse hablar con el hombre que se detuvo tras de mi - Mi señor, mi nombre es Malleus y necesito llegar al otro lado de la ciudad lo antes posible ¿conoce usted la ciudad? ¿me podría recomendar un camino que fuera lo más rápido posible? - comenté y me agache un poco para quedar a la altura del chaval - No te preocupes, no te voy a hacer daño ¿tu también conoces la ciudad? - comenté en tono agradable, no era cuestión de asustar más al chico.

Mi poni me había tirado al suelo pero rápidamente me repuse, no sin antes antes darme mi buen golpazo, y logré evitar que el pequeño caballo huyera de mi. Ahora teníamos ciertas dificultades y mis compañeros se adelantaron a pasar por la entrada de la ciudad fantasma, con lo que yo sin pensármelo mucho me moví en esa dirección también.

—No pienso quedarme sin saber que es lo que oculta esta ciudad. Yo también entraré preparado para lo que sea que se esconda en esta niebla.

Guthrid vio como sus compañeros desparecian nada mas atravesar la puerta. Que clase de magia era esa??

Bueno, maese Pieveloz, supongo que no nos queda mas opcion opcion que atravesar esa puerta y saber que se esconde detras.

El mago se acerco despacio junto al hobbit por aquel portal que Malleus se habia desvanecido.

Llorense había atravesado el portal o lo que fuera. Al otro lado vió un montón de gente haciendo cola, a su hermano por delante, intentando hablar con un abuelo y lo que supuso sería su nieto.

Malleus, Malleus!!! donde narices vas hombre!!! a caso viajas solo maldito cabezota?

El día era reconfortante, con un sol agradable tocando el rostro del dúnedain...

Por todos los misterios de los Valar, en el otro lado un frio y una niebla molesta, y aquí este tiempo... Si realmente la Ciudad es Fantasma y está maldita, esto ha de ser una ilusión!!! no puede ser real. Llorense no te fies ni de tu sombra!!!! Salvo que aquí también haya una piedra como la que llevamos a Ciudad Gris...A ver si resultará que hay un montón de esas piedras por el mundo!!!

Llorense intentó acercarse a su hermano en el momento que de reojo vió como el mediano y el mago tambien entraban por el portal...

Estaban todos en la cola apunto de entrar en la ciudad los feriantes ya habían pasado y la cola era más rápida.

Aquellos forasteros eran raros y el anciano se preparó y encendió una vieja vieja pipa para así ignorarlos y que le dejasen tranquilo

Al llegar Malleus a la entrada los guardias le frenan. Al no tener la información del anciano no sabe que le espera.

- ¿ Motivo de la visita y cuánto tiempo estará aquí?.

Mira con interés las armas de Malleus . ¿ Profesión?

Tiene un acento al hablar extraño y algunas palabras por desuso las tienes que adivinar con el tiempo se perdieron su significados.

- le informamos que en el centro de la ciudad en la plaza redonda no se dejarán pasar estas 

Malleus se acerco al viejo con el que estaba intentando sonsacarle algo, pero al parecer no estaba por la labor de informarnos de nada.

La fila iba avanzando y al igual que Llorense le reprendí a Malleus, por alejarse sólo. ¿Qué pasa que tenías prisa por descubrir los problemas que nos esperan en la ciudad?, Sabes que suele pasar cuando nos dividimos, nada bueno.

Los demás integrantes de la hermandad aparecieron en este extraño lugar, Malleus llego hasta la puerta y entonces los guardas le preguntaron acerca de que iba a hacer en la ciudad y las normas dentro de ella.

Pronto nos tocaría pasar. Tritón y Malleus  intentaron  preguntar al anciano pero  este no era muy receptivo  el crío iba y venían corriendo por la fila. Saque mi instrumento musical y comencé a tonar un dulce cántico para hacer la espera menos monótona. 

La gente pasaba por la puerta miraban los carros y les hacían las mismas preguntas a todos.

Tanto a Malleus. Al anciano y al resto del grupo. También les avisaban de las armas en el centro.

El anciano, o no entendió mis palabras o directamente pasó de mi, pero vamos, tampoco era algo de lo que me debiera preocupar, iba a atravesar la ciudad con o sin su ayuda. Vi como los demás estaban en la misma cola de entrada pero algo más atrasados.

De repente, cuando los feriantes cruzaron la puerta la espera se hizo más corta y rápidamente me llegó el turno de pasar, no sin antes, mis Hermanos, llamarme la atención por haberme precipitado a la hora de tomar la decisión de entrar en la ciudad sin esperarlos - Vale, vale... me he precipitado un poco, pero me podían las ganas de ver la ciudad misteriosa esta... - comenté mientras seguía avanzando hacia la puerta.

En breve tiempo llegamos a encontrarnos a las puertas de la ciudad, pero los guardias nos dieron el alto e hicieron unas preguntas - Hola mis señores - comenté haciendo una leve reverencia - Pues la estancia va a ser el tiempo que ustedes quieran que sea, vamos de paso. Somos herreros comerciantes que vamos mostrando nuestros productos, no se si sabrán los peligros a los que nos enfrentamos diariamente y nosotros ofrecemos productos para poder defenderse del mal - comenté.

Ante la última pregunta quedé un tanto pensativo - Pues señores, las armas no se van a quedar aquí, de alguna forma tendremos que poder pasar para poder vender nuestros productos, o si en esta localidad no desean eso, estamos dispuestos a que nos escolten para atravesar la ciudad y proseguir con nuestro camino - comenté por si nos llevara algún guardia de turismo y nos hacen la estancia más llevadera.

La cola se aligeró, al igual que Llorense, el propio Tritón II reprendió a Malleus por su impaciencia, y este a su vez, pidió disculpas (aunque todos sabíamos que lo volvería a hacer a la primera de cambio, y es que el que es cabezota es cabezota!!!).

Al llegar a la entrada los guardias interrogaron a Malleus, nada que no hicieran con todos los que pretendían cruzar las puertas. Las respuestas fueron variopintas... herreros que comerciaban sus "armas" juasss!!! Que ocurrencia... Anda que si alguien se encaprichaba de su espada y le pagaba un fortunon..., jajajaja

Cuando llegué yo al umbral, me adelanté a las preguntas que ya había oído a los que iban por delante... 

Disculpen ustedes soldados. Mi sana intención es cruzar la ciudad en el menor tiempo posible. Pueden indicarme el camino más rápido, menos peligroso y que no pase por el centro de la urbe, para salir por el otro lado? Porqué hay otra puerta no?

Pregunta que a nadie se le ocurrió formular... Había otra puerta?

- claro pero hay que cruzar la plaza redonda. - contesto el guardia. - si lo que quieren es salir de la ciudad por la puerta nor-oeste tendrán que pasar por el centro. Llamaré al retén de guardia y os escoltaran.

¿Pero ...venís todos juntos?.

El abuelo niega con la cabeza y dice que como es hoy el gran día. Esta en la ciudad para ganar algo de dinero.

Se queda el guardia más veterano mirando a G. El Gris  parece susurrar algo. 

El más joven mira a Milo pues nunca había visto su raza

Hago un ademán saludando al guardia que me observa con curiosidad y permanezco callado dejando que entre los grandotes resuelvan lo de nuestra estancia en la ciudad. Pero eso si aprovecho para observar lo que se encuentra a nuestro alrededor, esperando descubrir alguna señal que pueda indicarme si aquella misteriosa urbe nos deparaba algún peligro en particular.

Desde la puerta se escuchaba por el día de hoy canticos, bailes, gente disfrazada, mercaderes,  e iban todos al centro de la ciudad...

Los guardias mientras

Os pregunta por vuestro comportamientos si vais juntos y si todos quereís escolta? 

Escuche a Malleus contarles a los guardias las respuestas que les gustaría oír, al llegar mi turno, les conteste que si, que él era mi ayudante y que comercializábamos con armas que se fabricaban en la montañas de los enanos, un lugar donde no llegaba cualquiera.

Si nos quieren acompañar, perfecto sería de gran ayuda todo lo que nos contaran sobre esta ciudad.

Mi cabeza no se olvidaba que lo que estábamos viendo era fruto de algún tipo de brujería y que el peligro acechaba por cualquier parte.

Al parecer era día de celebración, se escuchaban canticos dentro de la ciudad y desde la entrada se apreciaba bastante movimiento.