Partida Rol por web

Ánima: Más allá del Bien y del Mal.

Desvelando el Misterio II

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05/01/2012, 03:10
Xerine

Xerine pareció algo incómoda cuando Aaron mencionó sus habilidades

Si, bueno, respecto a eso... Dijo mientras se acercaba a recoger el virote Mejor no lo comentes mucho de aquí en adelante. Nunca se sabe quién puede estar escuchando Esbozó una sonrisa, algo carente de emoción En cuanto a tu magia, me hago cargo. Supongo que todos tenemos secretos

Cuando el chico propuso seguir explorando, Xerine asintió, algo distraída. Sin embargo, su mirada no se apartaba de la criatura que reposaba, inerte, en el suelo, a la que se había ido acercando de forma algo inconsciente

Estos lobos... Son muy grandes Murmuró, algo pensativa Si no los hubiéramos visto antes, nos habrían destrozado en un abrir y cerrar de ojos

Miró a Aaron fijamente

Debemos tener mucho cuidado a partir de ahora. Los lobos suelen ir en manadas grandes, y puede que haya más por la catedral... O fuera. Mantén los ojos bien abiertos

¿Izquierda o derecha?

Llevó una mano hasta su bolso, y extrajo una reluciente moneda. Sin decir palabra, la lanzó al aire, y luego observó el resultado, aún en silencio. Al final, volvió a guardarla, y señaló la puerta de la derecha

Por allí

- Tiradas (1)

Notas de juego

Supongo que no hace falta ni decirlo, pero:

  • Sigilo in extremis
  • Atentos a cualquier movimiento, respiración, cambio de luz, temperatura, etc... (Vamos, somos putas cámaras de vigilancia)
  • Pegamos un pequeño repaso al claustro (Por encima) por si hay algo que merezca la pena antes de pasar a otra habitación
  • Especial atención a armarios, cajones, roperos, o cualquier contenedor en el que podamos encontrar algo que ponerle a Aaron encima (Ya no es por decencia, si no más bien por temas de salud y tal)
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05/01/2012, 14:30
Aaron Ningrem

-Gracias. Descuida, yo también evitaré mencionarlo de aquí en adelante-Terminó la frase guiñándole un ojo a Xerine.

Aaron se frotó los brazos intentando entrar en calor. ¿Porque tendría que haberle quitado Émil la ropa? No tenía sentido, podría haberle matado con ella puesta, o interrogado, o haberle echo lo que fuera que tuviera en mente, que seguro que no sería nada bueno. Lo único que podría pasar sería que fuera el propio Émil quien le hubiera gravado aquel tatuaje en el pecho, pero para ello podría haberle dejado los pantalones.

El convocador recordó que Xerine todavía no le había contestado a la pregunta de los cuervos.

Mas tarde, cuando estemos a salvo.

-¿Derecha? Me parece bien.

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05/01/2012, 15:45
Director

La pareja entró por la puerta que daba a la habitación sur, habiendo registrado el claustro sin encontrar nada de utilidad.

El lugar al que accedieron tenía un encanto especial, pues era una sala totalmente vacía, en la que la única, pero sorprendente peculiaridad, es que las paredes estaban rematadas por un perfectamente pulido mármol negro. Tanto era así que actuaba como un espejo, logrando reflejar la luz que incidía sobre él.

Las cuatro parede, y el suelo de la habitación eran como un gigantesco espejo, como si se tratara de la superficie lisa de un lago, y hacía inquietante, a la par que desconcertante caminar en esa sala.

Pero lo más curioso es que la sala estaba totalmente vacía, no había nada allí, absolutamente nada...

Bueno... encotraron algo, después de un análisis más detallado de la pared situada a su izquierda. Absoultamente toda la habitación era totalmente lisa, excepto un pequeño cuadrado en esa pared, en el que había escrito un panel plagado de letras:

Notas de juego

ale... enigma servido, en su punto XD

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05/01/2012, 16:06
Xerine

Xerine se acercó al grabado que había en la pared de la izquierda, algo sorprendida. Esa catedral no dejaba de sorprenderla: Cuando creía que ya lo había visto todo, entraba en una nueva habitación, y descubría algo que la turbaba más aún si cabe

... ¿Qué diablos es este lugar?

El eco le devolvió la respuesta, tiznando su propia voz de un aire espectral y onírico. La música miró a Aaron, interrogante. Al fin y al cabo, él era el que entendía de magia... Y ese lugar no era un sitio normal, de eso no había ninguna duda

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05/01/2012, 18:13
Director

El panel late con una extraña energía mágica, como si tras él hubiera algo escondido, algo interesante, algo...

oculto.

La propia pared te incita a que la toques.

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05/01/2012, 18:15
Aaron Ningrem

Aaron entró en aquella sala con una ceja enarcada. Raro, todo en aquella catedral era raro. Incluso siniestro se atrevería a decir, quizás era uno de esos lugares que por el día perdían todo su encanto pero que por la noche pondrían los pelos de punta hasta al más valiente.

-Oh, dios...-Exclamó el chico al observar su maltrecho reflejo en aquel mármol negro. Parecía que hubiese envejecido diez años en las horas posteriores a la invocación de los cuervos. La cuenca vacía era quizás el detalle que más le alarmaba, pues era la primera vez que podía observarse a si mismo.

Se llevó una mano a donde antes tenía el ojo izquierdo, pero paró a escasos centímetros. Con un escalofrío comenzó a retirar la sangre seca del exterior sin atreverse a hacer nada mas. Al menos conservaba el derecho, si es que eso era algún consuelo...

-No se dónde estamos, pero a mi ésto no me da muy buena espina-Un deje extraño tiznaba la voz del chico. Quizás era melancolía, quizás arrepentimiento. Era difícil de determinar, pues ni él mismo lo sabía.

Sin dejar de abrazarse se acercó hasta el cuadro y lo examinó en silencio. Números, letras, una sopa de letras, un trece amarillo, un...

Aaron se atragantó con su propia saliva.

-¡Xerine! ¡Ven, corre!-Le señaló el cuadro con los ojos como platos-Nuestros nombres...están escritos.

El chico tragó saliva y se retiró un paso hacia atrás para poder ver el cuadro en todo su esplendor. ¿Sería mágico? Si, lo era, y por lo que podía observar, guardaba algo, algo que parecía importante. Si descifraban aquel acertijo quizás el panel se abriera y dejara al descubierto lo que fuera que contuviese.

-Xerine, Faliar, Quint, Aaron. ¿Los ves?

Casi sin pensar en lo que hacía se acercó hasta el cuadro, quedando a escasos centímetros de éste. Alzó una mano hasta la altura de su pecho y la sostuvo un momento en el aire, dudando si tocar aquello o no.

Con la yema del indice izquierdo rozó el marco del cuadro, conteniendo el aliento.

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05/01/2012, 18:30
Director

El cuadro tintineó, y un suave zumbido llegó a los oídos de los dos extraños, mientras la llema del dedo se mantuvo en la pared, el cuadro cambió, y otra imagen, cubierta con un resplandor dorado apareció en la pared.

Y... cuando la pared dejó de "sentir" el contacto de la yema del dedo de Aaron, regresó al cuadrilátero anterior:

Notas de juego

Ahora sí que tenéis el enigma completo. Ale, a intentar resolverlo XD

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05/01/2012, 18:42
Xerine

En un abrir y cerrar de ojos, Xerine tenía las dos dagas desenfundadas, cada una en una mano. Sus ojos, abiertos de par en par, sus músculos, tensos como un cable atado entre dos pesos

Alguien nos ha traído aquí

Giró bruscamente, encarándose al resto de la habitación

¿Qué magia es esta? ¡Muéstrate, seas quién seas!

Silencio

Notas de juego

Pues va a ser que no

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05/01/2012, 21:38
Aaron Ningrem

Aaron se giró alarmado.

-¿Has visto a alguien?-Entornó los ojos, intentando vislumbrar algo-¿Quien podría esperarnos? ¿Qué significa ésto?

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05/01/2012, 22:33
Xerine

Xerine permaneció unos segundos en silencio, alerta

Nuestros nombres. Alguien los ha escrito ahí Frunció el ceño O una magia insondable que no quiero llegar a comprender

Guardó sus dagas, no sin cierta reticencia, y se giró hacia Aaron

Vámonos de este lugar. Me pone los pelos de punta

Acto seguido, se encaminó hacia la puerta

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05/01/2012, 22:35
Xerine

La cabeza de Xerine era un hervidero de ideas. No era más que la consecuencia de una fugaz sugerencia que se llevaba implantando en su mente desde el misterioso accidente, al que solo habían sobrevivido cinco personas (Y sin ninguna herida, lo que lo hacía más extraño): Que no habían llegado a esa isla por casualidad, o por obra divina, si no por otro motivo, más oscuro y retorcido. Sus nombres en la pared, la relación de sus compañeros con los cuervos, las misteriosas fuerzas mágicas que parecían rodearlo todo... No siempre todo lo que vemos es lo que parece, y en esos momentos, Xerine habría jurado que, de alguna manera, alguien les estaba manejando como un siniestro titiritero fantasmal

Le ponía enferma

***

El golpe la había dolido. Negarlo sería mentirse a sí misma, y eso era algo que había prometido no hacer nunca. Era muy pequeña, sí, pero en ese mundo, quién no maduraba pronto era aplastado por el peso de la propia vida, que, sedienta, abría sus fauces a la espera de nuevos incautos que confiaran en ella. Sin embargo, lo peor no había sido el dolor físico: Perkins podía ser un bravucón y un inconsciente, pero no era ningún monstruo. La pegaba, sí, y a veces la dejaba marcas, pero sus golpes no solían ser fuertes ni malintencionados, si no más bien secos y suaves, como los de un perro que marcara a su cachorro con los dientes para reprenderle por un comportamiento indebido

El dolor físico, sin embargo, era algo que había dejado de importarle a Xerine desde hacía mucho tiempo. Seguía aterrándola tanto como antes, pero ya había sido apaleada, empujada, retorcida, vejada e incluso abusada de muchas y distintas maneras, y allí estaba, después de todo. Era algo que, a la larga, se había convertido en un hecho cotidiano. Si, lo odiaba, pero no se salía de la media respecto a cualquier otro día normal en su vida. Sin embargo, el trauma psicológico era algo mucho más profundo, mucho más hiriente y serrado, afilado como un cuchillo pero suave como la seda. Y, aunque Ledda aún no lo comprendía, era el que, a la larga, más cambios iba a ejercer en su personalidad

Perkins la miró, decepcionado, casi con desprecio, y esa fue la segunda bofetada, casi peor que la primera, a pesar de que en esta ocasión no había bamboleos, ni contusiones ni cortes que lamentar. Pues saber que has decepcionado a alguien a través de sus golpes es duro, pero no hay peor verdad que aquella revelada con la mirada. Una verdad pura, sin tapujos ni disfraces, un espejo de los pensamientos y las ideas. Y, en esta ocasión, una flecha certera, de punta engrasada y acero serrado, dirigida contra el pecho de una niña demasiado pequeña para encajar tal brutal ataque

¿Es que no has aprendido nada?

"Sí, sí he aprendido", quiso gritar, "Lo he aprendido, Perkins, he aprendido la lección". Pero de su boca solo salió un suspiro ahogado, una bandera de miedo y cautela, ondeada tras una lengua enjaulada dentro de su prisión de dientes y labios. Miedo porque Perkins se diera cuenta de que, en realidad, no había aprendido nada. Cautela por recibir otra vez ese estallido que la había hecho encogerse hasta ser una diminuta espectadora temblorosa en una escena que no había pedido presenciar

Perkins se limitó a fruncir los labios. Su barba, descuidada aunque algo delimitada, le daba un aspecto feroz cuando se mostraba molesto con algo, aunque ese algo fuera un detalle sin demasiada relevancia. A pesar de todo, la posición de su cuerpo expresaba con claridad que, en principio, los golpes habían acabado. Ahora vendría la lección. Ledda conocía el ritual bastante bien, y agradecía que ya hubiera pasado lo peor

Escucha, Cara Sucia Perkins seguía llamándola así, a pesar de que hacía ya más de dos años que el resto de su banda la había impuesto su nuevo apodo: "Poignet Voleur". Sin embargo, para su mentor ella siempre sería "Cara Sucia" Has tenido la suerte, o la desgracia, de nacer aquí, en este lugar, y en esta época. No tienes padres ricos, ni tutores cultos. No serás una noble de alta cuna, ni una erudita de renombre, ni una burguesa, ni... Ni nada importante, vaya. Los bandidos nacemos y morimos entre la inmundicia, y eso no cambia. Es nuestro destino

Pero todo tiene su lado bueno, si sabes encontrarlo. Una cosa que esos remilgados y chupabotas nunca entenderán es lo que nosotros poseemos, nuestro más valorado tesoro. Algo que ellos nunca llegarán a tener: Libertad. Cuando queremos algo, lo cogemos. Cuando nos aburrimos de algo, lo dejamos. No tenemos más límites que nuestro propio sentido común, y lo único que define hasta donde podemos llegar es nuestra astucia Hizo una pausa algo dramática La calle es dura, pero sincera. Te da lo que te mereces. Los que saben cortejarla, reciben su recompensa. Los insensatos acaban dando con sus huesos en el calabozo, en el mejor de los casos

Pero esa es nuestra ventaja... ¿No lo ves? No respondemos ante nadie, no nos doblegamos ante nadie. Vivimos fuera de la ley cuando podemos, y dentro cuando queremos. Es lo único que tienes, pequeña... Tu libertad

Cara Sucia bajó la mirada. Muchas palabras, todas sin sentido. No comprendía que le estaba diciendo ese hombre... Ni quería saberlo, a decir verdad. Solo quería que todo acabara

Mírame. ¡Mírame! No entiendes nada de lo que te digo. Y me revienta, en serio. Eres una jodida mocosa, claro. Bien, intentaré hacértelo entender de otra manera... ¡Y ni se te ocurra llorar, o te volveré a pegar, maldita sea!

Cara Sucia contuvo las lágrimas

En el lugar de donde vengo, las cosas son muy distintas. Allí hay nobles, sí, y gente que manda, y dirige, y ordena el mundo como prefiere, y luego lo desordena de nuevo. De esa calaña hay en todos sitios, y son peores que nosotros, peores que cualquier otro. Pero aquí es peor. Aquí hay mucho más control, mucha más avaricia, mucho más despilfarro. En Galgados, los nobles son nobles, como debe ser. Aquí, los nobles son niños, niños que juegan a ser Dioses. Te vigilan, te persiguen, y te desprecian como a una rata. No encajamos en su orden, y nos tratan peor que a animales. No, no has nacido en el mejor lugar del mundo para ser libre. Y es por eso que debes de comprender lo que significa serlo

La cogió de la mano. Poignet Voleur intentó resistirse, pero la fuerza de Perkins superaba por mucho a la suya, y no le costó nada arrastrarla hasta el callejón cercano, donde había ocurrido el incidente. El comerciante al que la niña había intentado robar parecía algo distraído, regateando con una pareja de nobles de baja cuna, de esos que todavía debían rebajarse a entrar en barrios como aquel para obtener mejores precios que en los barrios mejor considerados. Lo ocurrido hacía unos minutos parecía haberse olvidado, e incluso los espectadores habían desaparecido, absortos en otros quehaceres. El único participante que restaba era el propio comerciante... Y ella misma

Todo había ocurrido muy rápido. Había intentado robarle la bolsa de monedas, y el hombre la había pillado. Forcejeando, habían volcado uno de los palos que sostenía la mercancía, volcando el puesto hacia un lado y desparramando gran parte de esta por el suelo. Poignet Voleur se había quedado bloqueada, y los gritos del comerciante no habían ayudado a calmarla. Tras golpearla de forma repetida, la había ordenado recoger todo, bajo su vigilancia, y disculparse públicamente. La niña, avergonzada, había obedecido sin rechistar. Luego Perkins la había pegado de nuevo

Mira, ese es el idiota que te ha golpeado. Ahí está, timando a esa pareja, vendiéndoles fruta podrida por un precio ridículo. ¿Crees que mereces ser golpeada, vapuleada, y humillada por un tipo así?

Cara Sucia negó con la cabeza, lentamente, sin decir palabra

¿Y por mí?

La niña le devolvió la mirada, sorprendida. Ante eso, no sabía que responder. Perkins le dio una colleja

Claro que no. Por nadie. Pero te golpeamos, y te humillamos, y seguiremos haciéndolo. ¿Y sabes por qué?

¿Cómo responder a esa pregunta?

Porque no te sientes libre, pequeña. Aceptas el liderazgo de otros sin rechistar, y sus reprimendas como algo justo y necesario. ¡Mentira! Ahí va un secreto: Nada importa. No hay justicia, ni moral. Todo son disfraces, máscaras de barro Escupió en el suelo Si ese tipo te pilla robando, da exactamente igual. Da igual que tenga más o menos derecho a castigarte, si corres más que él no lo hará

No te estoy dando la charla porque te hayas equivocado al robar, y te hayan pillado. Te estoy diciendo todo esto para que comprendas que, ni ahora ni nunca, tienes porque pasar por lo que te ha hecho pasar. Podrías haber salido corriendo en cualquier momento, y ese cerdo no te habría seguido. ¿Dejar su puesto vacío, con tantas bocas hambrientas alrededor? No, un par de pasos, y todo habría pasado. Pero te has quedado parada, contemplando como te daba una paliza, y sin hacer nada. ¡Como si te lo merecieras! Y si fuera así... ¡¿Qué más da?!

Cara Sucia seguía sin entenderlo del todo... Y, aún así, algo dentro de ella asentía con vehemencia. Una rabia primigenia se asentó en su estómago, y pronto comenzó a echar raíces

Te voy a decir lo que vamos a hacer ahora: Vas a acercarte al puesto de ese tipo, y vas a pegarle una patada al palo que has tirado antes. Luego vas a salir corriendo. ¿De acuerdo?

Cara Sucia asintió, y comenzó a acercarse al comerciante. Este advirtió su presencia cuando estaba a un par de metros, y frunció el ceño

¿Tú otra vez, pequeña ladrona? Te he dicho que no quería volver a verte por...

Patada. Corre

Tras de sí, escuchó las maldiciones del tendero, lapidadas bajo el sonido del puesto derrumbándose. Oyó un ruido nuevo, como de madera partiéndose; Con un poco de suerte, algún tablón se habría roto por la mitad. Cuando llegó a la altura de Perkins, estaba sonriendo

Corrieron juntos durante casi diez minutos, hasta llegar de nuevo a su guarida, una vieja casa abandonada que habían ocupado hacía unos cuantos años, cubierta por varios toldos de colores apagados. A esas horas, el lugar estaba casi vacío: Todos los integrantes de la banda andaban ocupados, ya fuera robando, gastándose el dinero en la taberna, o resolviendo cualquier otro asunto, probablemente poco legal. Perkins, sonriendo, la revolvió el pelo, mientras la invitaba a sentarse junto a él

Lo has hecho muy bien. Dime... ¿Como te has sentido?

Cara Sucia sonrió, por primera vez en ese día. Perkins asintió

Eso era libertad

Los dos pasaron unos segundos en silencio. Luego, Perkins, algo más serio, se giró hacia la niña

Escucha, pequeña... Tarde o temprano tendrás que valértelas por ti misma. No siempre voy a estar sacándote de los líos en los que te metes, y un paso en falso puede costarte la vida. Pero quiero que me prometas una cosa: Que, por mucha mierda que te echen encima, por mucho que cambien las cosas, nunca dejarás que te traten como a un juguete. No dejes que te controles, ¿De acuerdo? Obedece a grandes señores, trabaja, o arrodíllate ante otros... Pero hazlo siempre porque quieres, no porque te obliguen. Sé libre

Cara Sucia miró a su mentor durante unos segundos. Este la devolvió la mirada, mostrando una sonrisa algo desdentada

Lo prometo

Buena chica

Tras unos minutos de silencio, Cara Sucia apoyó su cabeza en uno de los hombros de Perkins, que no hizo nada por evitarlo. Cerró los ojos, dejando su mente en blanco. La voz de Perkins volvió a resonar, esta vez algo más lejana

No todo será tan sencillo. A veces tendrás que sacrificar tu libertad para sobrevivir. Incluso tendrás que replantearte cuanto estás dispuesta a dejar atrás para conseguir lo que quieres. Pero eres demasiado pequeña para entenderlo, y yo tengo la boca seca. Demasiado pequeña, sí... Algún día. Más adelante, algún día, hablaremos de ello. Otra historia...

Ledda ya no escuchaba. Se había quedado dormida

***

Marionetas

¿Era eso lo que eran? ¿Marionetas? No, Xerine se negaba a aceptarlo. Ella no era la marioneta de nadie, y mucho menos de un brujo capaz de preparar una trampa tan retorcida como aquella. Era imposible que alguien hubiera tramado algo tan complejo, y más para atraer a una persona como ella. ¿Por qué ella? Xerine no era bruja, ni conocía nada de ese mundo. Tampoco era nadie especial. Una simple huérfana, criada entre bandidos, convertida en asesina... Pero no, no cuadraba. Había asesinos mejores que ella, y un puzzle tan elaborado...

La única incógnita era su padre. No sabía quién era, ni como se llamaba, ni qué había hecho. ¿Tendría algo que ver? No, no debía caer en la paranoia. Todo era una casualidad, una maldita casualidad. Y, sin embargo, su nombre estaba escrito en la pared. Y no solo el suyo: El de los otros cuatro pasajeros también

No dejes que te controlen, ¿De acuerdo?

Sintió la tentación de gritar. Pero no lo hizo. En su lugar, apretó los puños, y contó hasta tres. No, todo tendría una explicación. Y ella iba a averiguarlo. Puede que Guêpe la hubiera advertido contra los poderes ocultos, pero aquello ya no era simple curiosidad. Se había convertido en algo personal. Y si era cierto que había alguien detrás de todo eso...

Se las vería con ella

No dejaré que me manipuléis... ¿Me oís? No voy a permitirlo

Movida por una repentina determinación, decidió continuar con su búsqueda. Había demasiadas cosas por hacer para estar quieta, pensando. Y si el que había montado todo eso decidía mover ficha...

Bueno, en ese caso, estaría preparada

Notas de juego

Planto bandera. Post larguillo, con flashback incluido, en ciernes. Lo tengo ya medio maquetado, esta noche, de madrugada, lo termino y te lo paso. No te alarmes, no es nada relevante: Creo que va siendo hora de plasmar ciertas dudas internas de Xerine en un post privado ;)

Recalco que la parte en la que habla del dolor, es más bien la concepción de Xerine sobre este asunto cuando era pequeña. Una vez conoció otra vida distinta (Guêpe solía preferir otros métodos de aprendizaje) y se alejó de aquellas brutales palizas fue cuando comenzó a surgir su extraña fobia por el dolor y el maltrato físico (Reflejada en su ficha por la deseventaja de "Vulnerable al Dolor"), más por temor a volver a aquellos oscuros años (Vale que Xerine los valore como una especie de "Escuela de la Vida" que le enseñó muchas cosas que hoy conoce, pero no es lo que se dice una "etapa feliz" que recordar con una sonrisa) que por un verdadero temor actual. Cuando sufre dolor, de alguna manera, su mente se abstrae como método de defensa, y, por extraño que parezca, vuelve a ser, en parte, esa niña asustada a la que todos llamaban "Poignet Voleur", razón por la cuál la cuesta concentrarse (Y por tanto, también explica lo de que se doblen los penalizadores por dolor)

Ahí va una breve foto de Perkins. No mola tanto como la de Guêpe, pero bueno, también esta claro que el tipo este no tiene ni la mitad de estilo que la asesina. Que se conforme con esa (Es la única que he encontrado con cierto parecido a lo que tenía en mente)

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05/01/2012, 22:53
Aaron Ningrem

Aaron asintió.

-Me parece bien. Primero vamos a explorar toda la iglesia para asegurarnos de que no hay peligros, pero después me gustaría examinar éste cuadro un poco más. Si alguien o algo nos busca quiero estar preparado.

Lanzando una última mirada al lugar se dispuso a seguir a Xerine.

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06/01/2012, 04:19
Xerine

Xerine caminó hasta la salida que daba al jardín exterior, no sin antes echar una última y fugaz mirada a la sala. Antes de que los dos volvieran a salir afuera, Aaron juraría haber notado como la música susurraba algo para sí misma, si bien no tenía claro si había sido producto de su imaginación o no

Recorrieron el lugar, esta vez por el camino contrario al de los cadáveres de los lobos. Xerine no dio más explicaciones de porque había elegido esta ruta, algo más larga, si bien cuando estaban por la mitad lanzó una fugaz mirada a las manchas de sangre del otro lado del jardín, y frunció el ceño ligeramente

Odio los perros Murmuró por lo bajo, antes de seguir caminando

Volviendo a caminar de forma sigilosa, y con los sentidos bien alerta, se preparó para entrar en la última puerta que les quedaba por explorar... Esta vez con la ballesta cargada y preparada

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06/01/2012, 14:23
Director

Al cruzar la puerta accedieron a la última habitación de la catedral. No había más puertas distintas a las que habían pasado ya.

El lugar era una amplia sala de reuniones, de nuevo rodeada por mármol negro, aunque no tan pulido como en la sala anterior.  Lo que más llamaba la atención de esta sala era que en todas las paredes había, cubriendo estas, unas grandes sillas de piedra talladas con forma de gárgolas. La mirada amenazante de estas hacía pensar que en cualquier momento podrían saltar al ataque.

Pero no, eran pura y dura piedra.

Y... faltaba una. Casi al lado de la puerta, un vacío que debió estar llenado con una de las sillas faltaba, y unas marcas en el suelo delataban que había sido arrastrada para sacarla de allí.

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06/01/2012, 22:40
Aaron Ningrem

Aaron evitó deliberadamente verse reflejado en el mármol. Con un disgusto era más que suficiente, y si de una cosa estaba seguro era de que aquella mezcla de sentimientos le duraría bastante más.

Con extremo cuidado se aventuró a entrar dentro de la sala, sólo para observar lo obvio. Alguien había robado aquella gárgola, y fuera quien fuese sabía lo que hacía. Aquella catedral guardaba muchos más misterios de los que pudiera parecer, cosa que no disgustaba en absoluto a Aaron. Siempre y cuando no pusiera en peligro su propia seguridad intentaría resolverlos.

-Vaya sitio más raro...Al menos por ahora sólo han intentado matarme dos lobos. Creo que estoy en racha-El desanimo era casi palpable en las palabras del chico. No era difícil imaginar que estaba arrepentido de todos los sacrificios que se habían echo por su culpa.

-Ésta era la última sala

Antes de salir, el chico la recorrió entera por si algún detalle se le había pasado por alto. Al fin y al cabo, cuanto más supiera sobre todo más fácil le sería resolver los acertijos.

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07/01/2012, 02:52
Xerine

Xerine asintió. Parecía pensativa

Si no hay más cosas de esas por los alrededores, entonces la catedral parece medianamente segura

Acompañó a Aaron en su escrutinio de la sala, pero pronto se encaminó hacia la puerta, sin hacer muchos esfuerzos por revisarla a fondo

Vámonos de aquí. No es que el lugar sea un remanso de paz, pero este sitio debe de ser el peor con diferencia

Observó con cierta aprehensión la cabeza de una de las gárgolas, antes de salir sin demorarse más de lo necesario. Una vez fuera, se internó un poco entre la maleza, andando hacia la fuente, aunque vigilando sus pasos con sumo cuidado. Por lo que habían visto, no le extrañaría que hubiera algún animal más entre la vegetación... Y no tenía ganas de tener que tratar una mordedura de serpiente a esas alturas

¿Será potable?

Notas de juego

Todo esto, si no pasa algo antes de que salgamos, o Aaron quiere quedarse dentro

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07/01/2012, 12:16
Director

No había nada más en la habitación. Aaron buscó en todos los lugares por si se dejaba algo, pero no había nada que encontrar. El lugar estaba limpio. 

Por su parte, Xerine, se acercó a la fuente y vio su imagen reflejada en el agua que salía de ella. ¿Cómo se mantendría en funcionamiento? El agua era cristalina e invitaba a echarle un trago. 

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07/01/2012, 12:41
Aaron Ningrem

Aaron salió de la sala junto a Xerine, pero no se dirigió directamente hacia la fuente. En su lugar se acercó al lobo y lo observó un poco más cerca. Era enorme...quizás incluso más grande que él.

Cuando decidió que ya lo había observado lo suficiente se acercó hasta la música y se encogió de hombros.

-No lo se. Parece que viene de algún manantial subterráneo, así que posiblemente no sea muy pura.

Bañó su mano en aquel agua cristalina, como si quisiera descubrir si podían beberla con el mero roce de su piel. Mala idea. Estaba helada, como todo en aquel jardín.

Se limpió la nariz y se pegó unos milímetros más a Xerine de forma inconsciente, buscando de forma instintiva algo de calor.

-De cualquier manera, si caemos enfermos creo que podré curarnos.

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07/01/2012, 14:00
Xerine

Xerine fijó su mirada en Aaron, el suficiente tiempo como para incomodar a cualquier persona normal. Luego se giró a la fuente

Si lo que dices es verdad, entonces me arriesgaré. Confío en que luego puedas curarme si enfermo. Sin embargo, esto implica que no puedes beber hasta que comprobemos si es potable. Necesitamos agua, pero no podemos permitirnos el lujo de quedar indispuestos

Acto seguido se inclinó, y bebió

Notas de juego

¿No puedo tirar nada para descubrir si es potable? Yo que sé, ciencia o algo... O saberlo por el sabor XD

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07/01/2012, 14:07
Aaron Ningrem

Aaron esperó en silencio, atento a cualquier gesto de la chica que le indicase que tenía que entrar en acción.

Confiaba en sus habilidades, aunque con un poco de suerte no necesitaría usarlas.