Partida Rol por web

Mientras sigue al resto tras Emily escucha como uno de los hombres comenta lo que sucede en el campo de futbol. - Pero si estamos a menos de un kilometro del campo de futbol, espero que no nos encontremos con los que estén peleando. Eso ya seria la guinda para este lío en el que ya estamos metidos.

Seguido Emily comenta que no le gusta el futbol. - Me pasa lo mismo y encima con todos esos hinchas que solo buscan la pelea fácil, hace que aun me guste menos. La chica se presenta y poco después la otra mujer del bacon lo hace también. - Encantada chicas, yo me llamo María.

​Después escucha por detrás como otro de los chicos comenta al maquinista lo del botiquín y de que pasaría si alguien resultara herido y no hubiera quien pudiera atenderle. - Yo soy veterinaria, bueno estudiante.... pero ya me falta poco para terminar. Esta claro que una persona no es como un perro o un gato, pero vamos si pasara algo yo podría atenderlo sin problemas.  

De vez en cuando se puede escuchar como las botellas que lleva Maria en una de las bolsas se golpean entre ellas haciendo un tintineo.

– Disculpar con todo esto no me he ni presentado Santi, soy de Barcelona y sólo llevo unos minutos en Madrid lo justo para vagar del Ave y comenzar los trasbordos al Hotel.

Las botellas que lleva la chica que va delante mio, que ahora se que se llama Maria me ayudan a guiarme.

Al oír lo que comentan sobre incidentes en el partido me preocupo.

– En ese caso esperemos que no sean nada esos incidentes y que el dispositivo policial los pueda contener. Sino algún grupo de radicales locales puede intentar huir de la policía por esta estación. De catalanes también los hay pero es Mas difícil que conozcan esa posibilidad. ¿Sabéis de algún lugar donde estar tranquilos si sigue sin funcionar el metro?

Solo me queda sonreír a las palabras de Rafa, sí que era “pan y circo” pero como buena estudiante de las costumbres humanas no debía oponerme a los gustos de los demás. Por cierto me llama la atención el comentario de la chica de cabellos de fuego, -Exactu y estoy diacugdo contigo Magria, esu es lo qui no me gusta, qui se vuelvan unos salvajis sin ninguna grazón- 

Al ver que todo el mundo se presenta, si dejar de caminar con cuidado, me medio giro y digo -"Yo me llamo Óliver, encantado"- con voz vaja pero audible.

-"Siempre que hay un partido importante, pasa lo mismo, altercados, a ver que nos encontramos hoy."- digo en voz alta, pero hablando conmigo mismo.

Antes de girarme, hecho un vistado hacia donde está, o creo que está por su figura, la peliroja, pero al no haber luz y no verla bien, pierdo interés y me encaro hacia delante y compruebo el camino que está iluminando Alfonso con su linterna que, en la completa oscuridad, parece un pequeño sol -"Andando, ¿Cuánto tiempo más o menos podemos tardar en llegar a la estación?"- pregunto al conductor mientras proseguimos la marcha.

De la cabina salió el conductor, y se le notaba bastante enfadado. No eche mucha cuenta a las quejas de Alfonso, pero si me enteré de que iba ha salir con todos hacía la estación; y eso si me parecía buena idea.

Creo que era de los últimos de la fila; solo tenía al calvo atrás, Rafa dijo que se llamaba. No se porque todos estaban presentándose y hablando entre ellos, si seguramente nada más salgamos de la estación, cada uno se irá por su lado y solo nos acordaremos los unos de los otros cuando contemos la anécdota. -Chuck...- dije sin ganas ante la tanda de presentaciones.

-Pufff... genial, tendremos que aguantar a los ultras del fútbol al salir, perfecto- pensé molesto al oír la información de Rafa. La verdad es que con el eco del túnel se podía oír todas las conversaciones del grupo; pero no me interesaba contestar a nada, simplemente caminaba siguiendo al grupo y al foco de Alfonso mientras examinaba el túnel con mi linterna.

Turno 4

El operario, Alfonso, recupera su potente linterna de las manos de Rafa para poder iluminar el camino, y se pone en marcha mascullando algo incomprensible visiblemente molesto. No hace ningún intento de tranquilizar a Emily cuando ésta se queja de la falta de luz, y cuando María le pregunta si habrá luz en la estación se encoge de hombros. 

(Sigue...)

"Y yo que sé, jovencita. Supongo que sí, pero esto es muy raro. No había pasado nunca algo así, pero habrá que seguir el protocolo, ¿no?", resopla bajando al sucio túnel. Rafa ha podido ver que la herramienta que utilizó para desbloquear las puertas, (un tubo metálico de diez centímetros, grueso como un pulgar y terminado en una llave de estrella), ha terminado colgada junto a un ruidoso manojo de llaves del pasador del cinturón del operario.

Después, mientras os ayudáis unos a otros a descender hasta el oscuro suelo, presta atención a lo que comenta Lucho. "Esto es un tren, no una ambulancia, aquí no tenemos botiquín. Pero en la garita de la estación, cuando lleguemos, seguro que hay alguno", le responde preparándose para ponerse en marcha.

Mientras dais vuestros primeros pasos por el túnel vais pegados a la pared pero intentando no tocarla, (las pocas luces que portáis iluminan suciedad por todas partes, y pelusas del tamaño de pelotas de tenis sobre los tubos que recorren su superficie). Rafa comenta algo acerca de tumultos en el estadio, y vuestras voces reverberan en el túnel desierto junto a los sonidos de vuestros pasos y al tintineo de las botellas de María y de las llaves del conductor, que se suma a la conversación negando con la cabeza, "Pues si no tuviéramos fútbol ya me diréis qué íbamos a hacer. Es una tradición nacional, carajo. Y yo soy socio del Real Madrid desde los quince años, así que a ver qué decimos aquí", exclama. "Si hay lío en el estadio habrán sido los culés, que han venido calentitos con todo lo que está pasando allí", termina.

Cuando Santi dice que es de Barcelona, Alfonso se para un momento visiblemente, y aunque no apunta su linterna hacia él todos podéis sentir que le dirige una mirada poco amigable. O menos amigable de lo que es habitual, ya que el conductor no parece precisamente un relaciones públicas. Tras este corto episodio, seguís caminando poco a poco hacia la estación de Nuevos Ministerios.

(Sigue...)

El trayecto dura unos cinco minutos, tal y como ha dicho Alfonso, pero cuando llegáis lo que veis es poco tranquilizador. Rafa lleva un buen rato intentando coger una emisora de noticias, y lo consigue en este momento, prestando poca atención al extraño escenario que os encontráis.

El túnel llega hasta el andén de la línea 10 de Nuevos Ministerios, pero éste se encuentra a oscuras. La única luz que hay es la de la linterna del conductor, que recorre el anden completamente vacío, y el de una segunda linterna igual de potente, que parece tirada en el suelo del mismo. El haz de esta segunda linterna enfoca la pared al otro lado de las vías, inmóvil. El silencio sepulcral que os acompañó durante vuestro trayecto en el túnel sigue presente aquí, aunque os parece escuchar, como un eco lejano, un rumor de gritos y disturbios.

Alfonso parece dejar de lado sus prejuicios y esa bordería de currante contrariado, y podéis ver en sus ojos, iluminados por la luz de la linterna, que está realmente preocupado. Maquinalmente, abre una puertecilla que da paso a unas escaleras pequeñas, cortas, que suben hasta el andén. Cuando Óliver y Émily se aproximan para subir por ella, la joven de acento francés percibe un movimiento al otro lado de las vías, donde la linterna tirada sobre el andén está enfocando. Un bulto pequeño se remueve allí, entre sombras, temblando visiblemente.

(Sigue...)

Vas saltando de emisora a emisora, y te sorprende encontrarte muchas de ellas caídas, ofreciendo sólo estática, y muchas otras simplemente mudas. Finalmente das con una, (Kiss fm), en la que la voz de una mujer joven está dando un mensaje acelerado, entrecortado por jadeos histéricos "...perdido la conexión del partido, y... parece que está sucediendo en todas partes, joder... corran, corran por sus vidas, joder... no me lo puedo creer...". La perorata termina en un llanto inconsolable que parece extenderse indefinidamente.

(Sigue...)

Os encontráis en el andén de la línea 10 del metro de Madrid, al que habéis llegado por uno de los túneles. No hay ningún otro tren aquí, y el lugar parece desierto, excepto por el bulto tembloroso que Emily ha descubierto junto a las vías del tren. Gracias a la potente linterna del conductor, podéis ver tres salidas: el canal del tren frente a vosotros, que se interna de nuevo en la red de túneles, las escaleras mecánicas, tan quietas como las pedrestres que ascienden a su lado, y que suben desde el andén de la estación, o bien el camino por el que habéis venido. 

Debéis decidir qué hacer. ¿Os quedaréis quietos a la espera de que suceda algo?. ¿Seguiréis adelante cuan locomotora de Chuggington hacia la estación de Santiago Bernabeu?. ¿Daréis la vuelta desandando vuestros pasos hacia la estación de Gregorio Marañón?. ¿Intentaréis ascender?. ¿U os acercaréis a la figura pequeña y temblorosa junto a las vías?. Es vuestro turno, y vuestra decisión.

Lucia seguía la fila sin decir nada, escuchando a los demás.

- Menuda agitación parece haber ahí arriba.. a saber a quien habrán expulsado o quien habrá encestado el triple - dijo en tono de sorna, exponiendo un falso conocimiento del fútbol para denotar lo poco que le interesaba.

Tras andar, denotó la preocupación del conductor y eso la puso nerviosa, dado que ese hombre habría vivido miles de averías, pero esto parecía algo diferente.

- Bueno al fin, llegamos a la estación - dijo mirando hacia las escaleras - Vamos a subir.. ¿no? - preguntó con cierta duda en su rostro, aunque no quería reconocerlo, no quería subir sola, ya que todo eso le daba mala espina.

En su última posición, trasteando con las distintas emisoras de radio, Rafa va murmurando cosas para sí mismo hasta que al final comenta a los demás.

-Eso no es normal gente... la mayoría de emisoras no retransmiten, y la última que he podido escuchar comentaba que la cosa se ha descontrolado. Y mucho.

Mirando los haces de luz de la pared y la de Al, afirma con firmeza.

-Cualquier camino es bueno menos seguir el túnel hacia el Bernabeu.

Una vez dicho eso se dirige a por la otra potente linterna para tener otro foco de luz potente en el grupo.

Óliver iba justro detrrás del conductor, siguiendo el haz de luz de la linterna, intentando ignorar los comentarios deportivos que van haciendo los compañeros de Odisea, todo y que encuentro un poco estúpido a Alfonso al hacer el comentario de los culés, seguro que si él estubiera en el campo, no le costaría nada insultar o incluso agredir a un hincha del equipo contrafio, y más si es culé.

Al no haber nada de iluminación en el tunel ni en el andén, el camino haca éste se me hizo más largo de lo que esperaba. Al rato, al fondo del tunel, se puede ver un pequeño foco de luz en una de las paredes, todavía no se discierne muy bien lo que es, todo y que no puede ser la luz del andén, parece que hay algo ahí delante que sí tiene electricidad, pero cuando Alfonso indica que hemos llegado a la estación, y al ver que estaba todo oscuro, pienso -"¿Qué coño está pasando aquí?"-.

En este momento me fijo en el foco de luz que he visto desde el tunel. La linterna, igual que la que lleva nuestro guía, que está tirada en el suelo como si alguien la hubiera dejado caer de forma apresurada, ya que no hay ningún sitio cercano desde donde pueda haber caido, hace que el vello de la nuca se me ponga de punta.

Miro hacia todos lados, absorbiendo el maximo de imágenes que me permite la luz que tenemos, desconcertado -"no es normal ver un andén del metro, en pleno Madrid, sin luz ni gente, por mucho partido que haya"- pienso para mis adentros y comienzo a preocuparme de verdad -"Aquí debe haber pasado algo grave"-. La cara de nuestro conductor no ayuda tampoco.

Al ir en fila, subo las escaleras justo detrás de Alfonso, girandome ligeramente cuando Rafa y Lucía hacen algún comentario al que no presto mucha atención, hasta que llego al andén desierto.

Yo caminaba siguiendo al grupo tranquilamente, sin echar mucha cuenta a los comentarios de Alfonso sobre fútbol -Y tachan al boxeo de violento... puff- pensaba al oír sobre las trifulcas y demás.

Estuvimos como cinco minutos caminando a ciegas hasta llegar a la estación. La primera impresión que me dio verla no fue muy buena; el sitio parecía el escenario perfecto de una película apocalíptica. ¿Donde estaba la gente?, me negaba a pensar que todas las personas quisieron ir a ver el partido; ¿y porque no estaban encendida las luces? ¿y la linterna en el suelo, que hacía allí?. La situación pintaba mal, y la mirada del conductor lo confirmaba.

Algunos ya se dirigían a las escaleras, pero la verdad; a mi toda esta situación me intrigaba bastante. Mientras tiraba lentamente hacía las escaleras, iba recorriendo todo el túnel con mi linterna; por si encontraba algo fuera de lugar o extraño.

Fueron los cinco minutos más largos de la historia para mí, luego de tal caminata en medio de la oscuridad, Alfonso por fin nos dice que hemos llegado a la estación, por un momento pienso que nos está tomando del pelo ya que no hay luz, ¿qué significa todo esto?, pienso mientras veo como el hombre abre una pequeña puerta que da acceso a lo que parecen ser unas escalerillas hacia el andén.

-Buenu, al menus ya estamos en la estaciun- digo en tono reconfortante quizá para mí misma; con poco caballerismo y antes de que si quiera pensara poner un pie sobre la escalera, Rafa se adelanta y sube al andén, yo por mi parte subo luego del él y me llama mucho la atención una linterna muy parecida a la de Alfonso, que yace en el suelo. -Pego qui hace esa luz en el sue…- mis palabras se cortan cuando observo más allá de la luz y veo una sombra, un pequeño bulto que se mueve extrañamente, -¡Rgafa, espega un momento, hay algu ahí delanti!- le digo casi en grito por el sobresalto y escalofrío que me ha dado ver aquello. 

Vaya no le caigo bien al conductor aunque realmente lo único que sabe de mi es de donde soy, no me ofendo ya que no es una cosa tan extraña. No es el primero, ni será el último que juzgue como es la gente por sus orígenes.

Estoy siguiendo la fila preparándome para subir al anden por la puerta que ha abierto el conductor cuando de pronto una de las que van mas adelantadas le señala algo en las vías al que se ha separado para ir a buscar la linterna.

Me quedo esperando que suban los de delante mio mirando hacía la otra linterna intentando ver lo que debe indicar esa chica.

Las respuesta del conductor ademas de no ser muy correctas tampoco fueron de mucha ayuda, asi que tras la pequeña charla con el resto María permaneció callada el resto del camino. Al llegar a la estación que también estaba a oscuras María se pego a Emily para subir sin caerse por las escaleras pero esta se paro y le grito algo a Rafa cuando se dirigía hacia la otra linterna del anden de enfrente.

Por lo que dijo la chica había algo o alguien entre las vías . María dio un paso hacia adelante para intentar ver de que se trataba y antes de ver nada hablo. - Espera Rafa, quizá sea alguna animal. Si esta asustado por lo que pasara aquí o quizá por lo de arriba, puede que sea peligroso. Quizá lo hirieron arriba con los altercados que se escuchan y bajo aquí abajo asustado. Si es un perro, puede que te ataque. 

María mira al conductor. Disculpe alumbre en esa dirección así podremos ver que es lo que esta ahí en medio.

Escucho atentamente la palabras de la chica de cabellos de fuego y asiento con la cabeza, -María tiene rgazun, a lo mejog es un animal y puede seg peligrosu- doy una pausa y me quedo observando a Alfonso para ver cuál será su reacción. 

Al ver que Maria y Emily se quedan abajo pendientes de Rafa y la linterna me quedo también pendiente de que la linterna del conductor ilumine la zona.

Estoy a punto de decirle lo mismo cuando recuerdo su reacción hacía mi y que seguramente se negaría a hacerlo si yo también se lo pido.

Por si fuera algún animal aterrorizado me preparo para interponer la maleta por delante para frenarlo mientras flexiono las piernas para absorber el impulso.