Partida Rol por web

Año 3455, la Tierra es el lugar donde empezará nuestra aventura. Actualmente es un planeta algo más sombrío que cuando explotó tecnologicamente durante el siglo XXI. Todavía quedan reservas donde la vegetación se mantiene virgen, así como animales viven en paz, gracias a empresas que aun siguen protegiendo el medio ambiente. La invasion de las corporiaciones, las cuales han conquistado con su influencia los paises que una vez existieron, ahora se torna en conglomerados de facciones que protegen territorios, repartidos entre todo el planeta, al menos los que se mejor se conservarn tras las grandes guerras que asolaron el planeta años antes de la explosion en la conquista galáctica y la creacion de las primeras colonias.

Estamos en Berlonia, antigua Berlin del siglo XXI. Ahora es una ciudad de mas de 20 km² . Se expande en el centro de la antigua Alemania rodeada entre montañas con dos ríos que la cruzan por el este y el oeste. Aqui nacio la FET (Federacion Espacial Terrestre) como nueva federacion para unificar a la humanidad tanto en la Tierra como en su expansion espacial. Bajo su poder mantiene el sistema solar asi algunos planetas proximos. Su influencia es notable, aunque como joven en nacimiento, no es lo suficientemente poderosa para poder ser un peligro a grandes corporaciones como la Yutani. Su objetivo no es de conquista, ni tampoco tener bajo su gobierno el espacio conocido, sino ser una especie de la antigua ONU donde establecer unos tratados que regulen la situacion en los diferentes planetas. De esta manera evitar la influencia propias de las corporaciones mas poderosas, que se rigen por sus propias leyes, y evitar un genocidio con la guerra contra los xenomorfos, que aniquilaron poblaciones en multiples planetas.

Los seis os encontrais en la sala espera del edificio principal de la FET. La secretaria os ha indicado que espereis sentados dado que el General Dirk Holland, antiguo militar de los marines y ahora jefe en la junta de la FET, esta atendiendo una llamada. Sin trabajo y sin ningun futuro claro aceptasteis la invitacion que recibisteis de la FET. Provenis de diferentes lugares y corporaciones, pero habeis sido maltratadas por estas y buscais nuevos horizontes. Aunque aun seguis perteneciendo a ellas, teneis interes en el trabajo que os pueden mandar. Razones personales las tienen todos. La informacion recibida no era clara, tan solo era un sobre con el sello de la organizacion. Dentro había un papel que decía:

" Querido (ponga nombre de personaje). Se le notifica que la FET necesita de su ayuda. Tenemos una mision realmente importante para usted. Por ello estamos reclutando gente para una mision de alto secreto. Si decide aceptar, será bien recompensado. Para mas informacion presente de aqui 15 días, el 24 de marzo, en las oficiinas centrales de la FET en Berlonia. Presente esta carta a la secretaria."

Llevaba 15 años sin pisar la Tierra, 15 años sin volver a su planeta natal, y le basto una sola mirada para darse cuenta de que no lo echaba de menos ni lo más mínimo. ¿Que por que había vuelto a este vertedero de intereses después de tantos años?.Ni él mismo lo sabía ,¿quizás un palpito? ,¿quizás el sueldo?¿o quizás se tratase de la nostalgia?.El caso es que estaba en aquel planeta, donde ya no le quedaba nadie, y todo para trabajar para los mismos tíos que le sacaron de allí y luego el licenciaron con deshonor. Que puta es la vida de un mercenario a veces.

Había pasado toda la mañana dando vueltas por esa artificiosa ciudad, y ahora estaba allí, rodeado de tipos extraños, en este negocio siempre son cada uno de su padre y de su madre, a la espera de que un general se digne a darle explicaciones.

Saco un cigarro del bolsillo interior de su cazadora, y luego se rebusco en los bolsillos, hasta encontrar su zippo plateado y con unas filigranas doradas que dibujaban algún tipo de pájaro. Un mechero muy chulo, y también muuy retro, una pieza de coleccionismo. Trato de encenderlos un par de veces.-Me cago en la puta.-Exclamo zarandeando el mechero antes de probar una última vez a encender su cigarrillo con él, para desistir al poco y volver a guardárselo.-"Justo ahora se me queda sin combustible."-Se dijo para sí.-Alguno no tendréis por casualidad un encendedor ¿no?.-Pregunto mirando a  los demás, y esperando algún tipo de respuesta.

24 de Marzo, había llegado el día, me levanté pronto esa mañana para llegar rápido al edificio principal de la FET donde había sido reclamado. Una vez allí la azafata me informa de que aún no me pueden recibir porque están reunidos y me invita a pasar a una sala de espera. Allí hay más gente asi que imagino que también habrán recibido el mismo mensaje que yo. "Buenos días, ¿estais aquí también por la citación para enviarnos de misión?  Por cierto mi nombre es Nikolay, y lo siento no tengo fuego.

Cuando la Trínite llama, sus súbditos acuden. Cuando manda, obedecen. Más aún lo hace un Executor. Lo que le extrañó sumamente a Fénix fue que no tuviera que llevarse a sus hombres, que no participaran. Él estaba preparado para misiones en solitario, eso era innegable, pero... 

Aterrizó su nave, la Skyblade. Una fragata mediana, bien armada y con una tripulación de doscientos hombres, una  pequeña flota de treinta cazas de clase Inquisitor y la nave personal del Executor, Cobalt Penitence. 

El aterrizaje había sido tranquilo, a pesar de la precaución que se tomaba el puerto y sus fuerzas de seguridad ante una nave extraña y no catalogada. Algunas explicaciones, un pequeño pago disimulado al director del puerto y fueron libres de cualquier sospecha... Al menos por fuera. En un principio, aún así, Fénix iba acompañado de un pequeño grupo de guardaespaldas. El segundo en mando se había quedado en la nave, con los motores listos por si hacía falta un despegue de urgencia y un rescate forzado al más puro estilo ariete (destruyendo con el morro de la fragata el edificio donde , hipotéticamente, pudieran retener al Executor). 

Pero en el edificio no se les permitió entrar y él siguió solo. Cauteloso, llevó la mano disimuladamente al antebrazo izquierdo y apretó un botón en el brazalete. Era su localizador. Luego tocó algo en su comunicador, en la oreja: iba a grabar cualquier cosa que se comentara, y mandarla de urgencia a la nave en caso de rapto o emboscada.

Era absurdo tomarse todo ello. La Trínite no era muy conocida y cualquier enemigo que pudiera tener no actuaría en público. Aún así, nunca era demás prepararse.

Entró y se sentó en una silla, desplegando una tira negra, rectangular , de un plástico muy flexible. Sobre la cara que él miraba apareció entonces una pantalla, un informe sobre los gastos de la Skyblade en la última empresa. Sabía que algo no cuadraba, pero no lograba entender qué... El presupuesto había bajado notablemente, a pesar de que la misión hubiera sido un éxito... 

Escuchó por encima que alguien pedía un mechero y levantó la vista. Vio que se presentaban los demás, y dio escuetamente su nombre:

-Fénix... -entonces, extrajo de su cinturón un mechero rojo, con un fénix de oro en él- Espero que te guste. Pilla.

Tiró entonces el objeto al que lo reclamó, con una leve sonrisa dibujada en su rostro. 

El mechero giraba en el aire, brillando con la luz y recordando muy vagamente a un pequeño objeto en llamas. 

Fénix entonces volvió a plegar la tira negra de plástico y miró a los demás.

-¿Alguna idea de por qué estamos aquí, señores? 

Para que alguien de su rango fuera forzado a ir solo ahí y encima llamado así, con una carta... Era ultrajante. Y peor aún era que ni siquiera la Trínite hubiera sabido de aquello, de qué iban. La orden fue simple: averiguar qué deseaban y, a juicio propio, acceder o no. El mismísimo Praetor estaba intrigado con aquello. Más aún, además, lo era el hecho de que pudieran haber contactado de esa forma, con un papel, con uno de los Executors de la TTT. 

¿Cuántos habían viajado para llevar un simple papel a la Skyblade? Sabía Fénix que un día, estacionados en otro planeta, llegó uno de sus tripulantes con ella en la mano. Desde entonces, iban todavía más cautelosos y con los cañones preparados... 

Mi hermosa Germania, la sublime tierra que me vio crecer a pasos agigantados-. Nostálgico-. Me digo a mi mismo mientras un eminente sentimiento nace  en mi pecho, pero toda esta imagen pulcra que tratan de vender, que me produce reflujos de gran nivel, solo es la más barata propaganda de aquellos que solo buscan, mediante sentimentalismo arcaico, detener el avance de la evolución-. Lamentable -. Es lo que susurro al mismo tiempo que llego a la zona de reunión, pensando que esta  nueva misión es algo muy grande como para ser ignorado por Weyland-Yutani.

Estaba vestido, impecablemente, con el uniforme militar de mi compañía y mientras miraba la hora, en mi reloj de bolsillo, noto la presencia de otras personas bien “extravagantes”-. Eso se pondria ser interesante-. Me dice mi subconsciente, notando que, en apariencia, se ven especímenes muy capaces.

-.Un gusto caballeros, soy el Doctor Klauss Openheim-. Me presento haciendo una pequeña reverencia-. Lamentablemente no tengo más información que aquella que nos han suministrado, pero cabe decir que dudo mucho que sea una simple expedición-. Les sonrió mientras invoco una gentil mirada…  

- Genial doctor, un placer - sonríe y asiente respondiendo al saludo del recién llegado - Ya sólo nos falta el chino y pareceremos el viejo chiste del avión - amplía su sonrisa mirando a los demás - oh, no me digáis que no lo conocéis. Venga joder, si es un clásico. Van un ruso, un alemán - su mirada se dirige a Nikolay y a Klauss respectivamente - un chino y un americano - se lleva la mano al pecho, señalándose - en un avión, y el comandante les avisa por el altavoz de que los motores se han estropeado y deben aligerar peso o se estrellarán. El alemán se acerca a la puerta y grita "Por Alemania y porrrr las hamburrrguesas, me tirrrro de cabesa!" - pone un ridículo acento alemán mientras gesticula - y se lanza a tomar por el culo al vacío. El ruso, envalentonado por los cojonazos del alemán - hace un gesto con la mano como si cogiera un par de pelotas de tenis - se acerca a la puerta y grita "Por Riusia y su ensialadilla, me tirro di riodillias!" - de nuevo intenta imitar el acento con poco éxito - y se lanza. Entonces los otros dos se miran, se acercan a la puerta y el americano grita "Por América y por su vino, a tomar por culo el chino!" - Da una patada al aire y suelta una carcajada mientras golpea al que tiene a su lado en el hombro

- Por cierto, soy Mike. - dice al fin cuando deja de reir - Mecánico

Miro de reojo a Nikolay, "No es buena señal que no tenga fuego."Pensó. No se fiaba de la gente que no tenia vicios. Todos tenemos vicios, los que no los muestran simplemente ocultan algo más oscuro. "O son más sosos". Se respondió a sí mismo en sus pensamientos mientras el tipo alto le lanzaba el encendedor y él por supuesto lo atrapaba al vuelo. Otra cosa no pero de reflejos iba bien despachado.-Gracias.-Dijo algo secamente mientras miraba ese mechero con curiosidad, y sopesaba durante un instante la posibilidad futura de que de ser compañeros y Fenix la palmase, quedarse con esta cosa, ostentosa que te cagas, pero no obstante chula.

Prendió su cigarro con parsimonia mientras iba escuchando a los allí reunidos dejándose caer un poco más sobre el asiento, incluso apoyando los brazos en los asientos aledaños como si aquello fuera su salón, casi.-Ese chiste es una mierda.-Decide intervenir por fin, y cuando el Triteriano alza la mirada un instante, le lanza a este el mechero, para luego mostrarle un pulgar levantado en señal de aprobación. -Aunque si te soy sincero los he oído peores.-La mueca que hizo no podría tildarse de sonrisa ni mucho menos, pero vario un poco el gesto de ligera amargura que le acompañaba siempre.-William Wilkinson, así es como me llamo.-Para cuando se presento miraba atento ya a Klaus y a Mike.

-Decidme que vosotros dos tenéis entrenamiento militar al menos.-Dijo refiriéndose obviamente al doctor y al mecánico, el resto era más que seguro que si."Que no sean civiles joder". Se repitió en la cabeza. Odiaba ir a misiones con personaje no militar, siempre lo complicaban todo. Era prematuro pensar en cualquier tipo de misión y en si quiera si esos tipos iban a ser sus futuros compañeros. Pero se aburría, y cuando eso le pasaba le daba vueltas al coco de manera innecesaria.

-.Señor Wood, esta vez tengo que apoyar al señor  Wilkinson sobre el tema de su humor, pero se agradece el intento de estimular mi sistema límbico-. Sonrio cortésmente a Michael para luego dirigir una amable pero fría mirada a William-. No creo que tenga la obligación de contestar aquella pregunta relacionada a mi formación, especialmente viniendo de un hombre que no tiene ninguna autoridad hacia mí persona pero…-. Saco, serenamente, mi reloj de algún bolsillo de mi uniforme para observar los minutos que han pasado desde que llegue a este lugar-. Como hay tiempo y estoy de buen humor saciare vuestra curiosidad-. Sonrió calmadamente mientras me daba una pausa para tragar saliva-. ¿Si se refieres a entrenamiento militar? Si tengo, estuve en el ejército alemán asignado al frente con el objetivo de rastrear, extraer y analizar cepas humanas vivientes que estaban bajo los efectos de diferentes armas de índole biológicos y químicos… simplemente fascinante… después, al momento de trasladarme a Weyland-Yutani, me desempeñe en lo mismo pero en la extracción de muestras de xenomorfos vivientes, un trabajo arriesgado pero fascinante, en ambas empresas tuve cierta experiencia en combate directo entonces ¿he sido claro en responder a su trivial pregunta señor Wilkinson?-. sentencio mientras sonrió de forma cínica al fumador…        

Sonriente, guiña un ojo a William cuando escucha la valoración que hace de su chiste, pero no dice nada para no interrumpir el discurso de Klauss. El doctor habla con una divertida pedantería, por lo que se limita a observarle con admiración.

- Yo también tengo algo de formación militar, pero sinceramente, dudo mucho que me hayan traido aquí por eso

Pasó sin problemas las pruebas para acceder al ejército, pero sólo aprendió lo más básico. Enseguida le dieron un destino donde aprovechar su verdadero don.

- Puedo disparar un arma, pero no os recomiendo que encomendéis vuestras vidas a mi puntería.

La centralita de la recepcionista suena encendiendose una lucecita. Ella apreta un boton y responde: Digame señor Holland.

Se escucha la voz del general: Han llegado ya nuestros invitados?

Si, ya estan aqui. Estan esperando en la sala de espera. Les hago pasar? Responde ella.

Si que pasen. Responde Holland y cuelga.

Ella se levanta y se aproxima a una puerta de la derecha. Con la mano os indica: Podeis pasar. El señor Holland os espera dentro.

Al acceder al interior del despacho podeis ver sentado en su mesa a un hombre mayor vestido con uniforme militar imitando a los que se usaban durante mayor parte del siglo XXI con sus medallas. El enorme espacio es iluminado por unas grandes vidrieras que recogen una panoramica general de la ciudad desde el piso 25. El despacho en mobiliario es bien escueto, con un par de cuadros con escenas de guerra, varias macetas enormes en un lateral, asi un mueble con varias estanterias llenas de libros. Delante de su mesa hay un par de sillas para las visitas.

Cuando entrais, su mirada se pone a revisaros uno por uno. Así que este es el grupo que me han contratado? Mirando papeles que tiene encima, empieza a leer un poco en voz alta: Tenemos un piloto, un cientifico, un mecanico, y tres soldados, mercenarios o lo que sean. Resopla un poco con cierto desprecio. Poco convecido de lo que tiene delante.

A ver... quiero una presentacion de cada uno... estos papeles solo tienen mas que porquería... Dejandolos encima la mesa y volviendo la mirada a vosotros. En ello se levanta para tener una mejor vision.

Escuchó estoico la conversación entre los tres hombres y el despliegue de cada léxico. Sonrió en su mente hacia la elegancia del señor doctor. Podía emular aquello, y habría querido hacerlo... Pero no, se lo guardó. También aguantó por decirle al mecánico "¿Y yo quién sería en tu chiste?". Lo miró a los ojos, apenas levantando una ceja. El chiste había sido malísimo. Él lo sabía, pero de cierta forma distinta. Oh, pero tampoco se iba a poner a corregirlo. Cada cual podía interpretar la broma como fuera. No había necesidad de más charla...

Pilló a tiempo el mechero y lo observó. Él no solía fumar, aunque llevaba un par de puros encima. Pero el artilugio era simbólico, no un simple recipiente ornamentado. Era su mechero. Y bien que el fénix de oro sacaba fuego al abrirse...

-Disparar no es difícil... Ni siquiera lo es acertar. Y montar un arma, recargar, cuidarlo... Eso se puede enseñar. Lo preocupante viene cuando uno cree dominar al arma. He visto soldados entrenándose , en un campo de tiro. A uno se le quitó el seguro y en lugar de disparar como una semi-automática, se puso en ráfaga. Tiró al suelo, disparó al cielo y la fuerza del arma lo fue tirando hacia atrás. Los demás corrieron a cubrirse, no se habían blindado debidamente. Hasta que no se vació el arma, nadie se atrevió a salir... Por favor, emplead bien vuestros rifles, o lo que sea que vayáis a usar... -comentó en tono tranquilo, como si buscase no ofenderles.

Poco después de que dijera eso, se les llamó al interior. Era un despacho aburrido, con una vista aburrida y un dueño aburrido. Al menos, así parecía a primera vista. El señor ni siquiera tenía la decencia de tratar respetuosamente a sus próximos empleados. No al Doctor, no al Executor, no a nadie. Aquello era inadmisible.

Al ver que se les exigía una ... presentación, tomó la iniciativa. Había hecho eso suficientes veces como para que se quedara casi grabado el discurso en su mente.

-Fénix, Executor al mando de la fragata mediana Skyblade, se presenta. -guardaba las manos a la espalda y la frente alta, en ademán solemne- Soy representante de una organización que prefiere mantenerse en el anonimato. Con perdón, le rogaría suprima cualquier información de la que disponga y sólo la exponga a mis oídos, en privado. Como Executor, estoy entrenado en combate con diversas armas y versado en tácticas y estrategias múltiples. Soy capaz de conducir con suficiente destreza tanto vehículos terrestres como aeronaves. Además, puedo efectuar ciertas acrobacias. Nada demasiado llamativo, pero suficientes como para sacarme de algunos apuros. Finalmente, mi rango requiere cualidades de líder. Así, pues, he tenido y sigo teniendo hombres a mis órdenes... 

Acabó el "informe" con un movimiento simbólico: juntó sus piernas, dejó una mano a la espalda y la otra la dobló frente al pecho, en horizontal, alcanzando con los dedos la altura del hombro y así formando una "T" con el cuerpo. 

Luego se retiró en fila. Había dicho lo necesario, lo que el hombre le había pedido, y ya podía observar las presentaciones de los demás...

Hacia aros de humo mientras Klaus y Michael respondían, sin poder evitar alguna mueca de estupefacción, o desconcierto, sobre todo en el caso del doctor."¿Límbico?¿Qué coño es eso?".Se pregunto mientras Fenix contaba aquella rara experiencia.-Me ha respondido Doctor, aunque sobre el tema de la claridad ya hablaremos. Y por cierto yo también e bailado el limbo , una vez, muy estimulante.-Dijo con un leve aire de pomposidad, haciendo evidente que no le entusiasmaban los aires de pedantería.

La secretaria les dio paso y el siguió a sus variopintos compañeros a la sala.-Uno no tiene experiencia militar hasta que no ves morir a algún compañero y te meten un balazo, o algo peor.-Dijo caminando el ultimo tras Michael y Fenix, casi como si les hablase a ellos en respuesta a la breve conversación que habían tenido.

"A todos los generales les encanta lucir medallas". Fue lo primero que pensó al entrar en el despacho, aunque le gustaban las vistas, siempre se había sentido cómodo en las alturas, y aun así se veía incapaz de imaginarse en un despacho como aquel.

Levanto una ceja, sorprendido al escuchar al Executor."¿Un pez gordo?".No podía imaginarse que les propondría el general que fuera interés de todos los allí presentes.- Willian Wilkinson.-proclamo cuando Fenix termino.- Piloto de elite, conductor de elite, soldado experimentado. E pilotado prácticamente de todo en esta miserable galaxia, he desempeñado operaciones como piloto , como infante y comando de marina de muy diversa índole. Le he disparado a mucha gente y e volado muchas cosas por los aires, apretando un gatillo, o un botón . En definitiva e tragado mucha mierda en el cumplimiento de mi deber y cumpliendo órdenes, señor. Y me gustaría saber para que se me requiere esta vez, antes de seguir con la triste historia de mi vida.-Hizo un perfecto saludo marcial del FET, y por un segundo aparento ser un soldado de carrera, pero enseguida relajo de nuevo su postura y volvió a darle una calada a su cigarro. No le gustaba que le reclamasen presentarse cuando el tipo que los había mandado llamar no lo había hecho, y ni si quiera les ofrecía ni una mínima explicación después de tenerlo esperando por él un buen rato. Pensó tener esa fase muy superada al convertirse en soldado de fortuna. La Federación fue su vida, pero ahora era tan solo un cliente más. Apuro su cigarro, y se estiro para extinguir lo que quedaba en un tiesto ornamental de los que tenía el General sobre la mesa y que se figuro que era un cenicero.-Disculpe.-Fue lo único que le dijo a Holland antes de volver a donde estaba.

Al fin nos hicieron pasar, pero una vez dentro el tipo no parecía estar muy conforme con nosotros. Mi nombre es Nikolay Volkov, soldado de infantería, y permitame que le diga Sr. Holland que no se que pondrá en esos informes de mi, pero ya le digo que soy un soldado letal, sigiloso y con buena puntería. Así que cálmese y diganos por que nos hizo llamar, ya que creo que mis compañeros también son excelentes profesionales, y sea cual sea la misión por la que fuimos requeridos no habrá ningún problema en que la realicemos con exito, de eso puede estar totalmente seguro. ¿No es así compañeros? les digo al resto mirándoles con cara de confiado.

Señor Nikolay Volkov, como bien sabrá los informes solo cubren lo que le interesa a quien los escribe. Yo soy un hombre que me he criado en el campo de batalla. En el ardor de las crudas batallas que se han fundado en la Tierra. No conozco mucho de la galaxia, solo parte de nuestro sistema solar, pero sé  bien lo que hay fuera. Conozco las oscuras aspiraciones de esas corporaciones malditas. Yo cuando era un joven soldado de tierra, formé parte del ejercito de la ONU... Así se empezo a perder en historias de su infancia sin centrarse realmente en lo que debía.

Su telefono sono y lo cogió: Disculpen, luego les sigo explicando... Sí digame señorita Amelia. La doctora Deburuschuvos esta aqui? Si, por favor que pase.

El apellido de la doctora no sabía pronunciarlo, así que le salio un seguido de silabas cualesquiera, como si dijera un trabalenguas. Quizás fue oportuno el telefono, pero sin duda empezais a dudar mas de que mision o donde realmente os han citado.

La puerta se abrió y por ella entró una mujer rubia de pelo largo. Una joven de no mas de 30 años vestida con camisa blanca, falda negra ajustada hasta las rodillas, y arropada con una bata blanca. En la parte derecha se podía leer Sybille Deberschutz, Biologa alienigena, en una pequeña tarjeta identificativa encima de un bolsillo. Un logotipo en verde permitía leer el nombre de su empresa: Probios, con un simbolo de una mano tocando un trébol.

Buenos días señor Holland, le vengo a traer nueva información sobre la mision. El hombre no podía mas que perderse admirando la belleza de la doctora en sus largas piernas.

Si si si. Por favor, deje esos papeles encima de la mesa. Necesita alguna cosa más? Le responde un poco timido. 

Yo me encargaré de informarles de la mision. Por favor Holland, sientese en su silla. El general no dudo en sentarse, haciendole caso sin rechistar. A pesar de la belleza, juventud, no parecía ser cualquiera esa mujer. Para que el general cediera a sus palabras debía tener una buena posicion. En todo momento se mantenia seria en sus palabras, marcando su posicion.

Buenos días caballeros. Me llamo Sybille Deberschutz. Soy una biologa especializada en el estudio de vida alienigena. Trabajo para Probios, una empresa terrestre dedicada al estudio de la fauna y vegetacion de todo tipo. Alguien me puede informar que os ha explicado Holland sobre la mision?

Pues no nos comentó mucho de la misión, solo nos preguntó que eramos cada uno para saber nuestras cualidades y en ello andábamos cuando usted llegó, así que somos todo oídos a lo que nos comente sobre la misión.

Entendido. Pasemos entonces a lo importante. Como bien sabeis, las fronteras de exploracion se han expandido una vez más y estamos entrando en una nueva galaxia desconocida mas allá de Alfa Centauri. Esta galaxia es denominada Vía Espiral por su forma. Toda ella gira alrededor de un enorme agujero negro de millones de km, el mas grande que hemos conocido, y su fuerza arrastra todos los sistemas solares hacia su interior. Este proceso es comun en todas las galaxias, por lo que no es nada nuevo.

Nuestra mision se centrará en ir al planeta Apophilus. No poseemos muchos datos sobre su superficie, pero sabemos que tiene una atmosfera similar a la Tierra, con mares y zonas rocosas y estériles. Las temperaturas son algo más frias, con una media de 20º en la epoca mas calurosa. Se encuentra situado en el sistema Erchoyde, dotado de dos soles, uno en el centro de la galaxia mas grande que nuestro Sol, y un segundo en la zona mas alejada, con una zona de rotacion al rededor de este.

En ese planeta se encuentra una base militar de nueva formacion creada desde hace 5 años. Pertenece a Psycon Industries, una corporacion militar nacida de viejos militares de los Marines espaciales, asi de grupos Executor y otros grupos menores. Como objetivo era formar nuevos reclutas y ofrecer servicios a las grandes corporaciones. Tambien por la rica colonia de seres vivos, se creo un anexo que era un laboratorio biológico para su estudio. Gracias a nuestros contactos tuvimos acceso y nos proporcionaban sus estudios, asi nosotros en un intercambio. Hace mas de 6 meses que nuestro grupo envio a varios cientificos en ansias de tomar contacto con una nueva especie. Ya habian de haber retornado, pero no se ha vuelto a saber nada de ellos. Nos han llegado rumores de que pueden haber sido atacados por otros militares, asi esconder secretos de los que no poseemos idea.

Vuestra mision es de reconocimiento y saber que esta sucediendo alli. Si encontrais a nuestros cientificos, traedlos de vuelta bajo cualquier coste. Toda informacion posible será bienvenida. 

Alguna pregunta al respecto?

Escucho respetuosa y  tranquilamente lo que me dice el General, dejando en evidencia el gran defecto que tienen los militares. Hablo de la nula capacidad de análisis escrito, realmente un mal que invade la mente de estos seres egocéntrico que encuentran que es más peligroso e importante un rifle de asalto que un cerebro  entrenado, una lastima. En cualquier caso, ignoro su petición dejando en claro que su incapacidad de atender las ideas principales de un texto no es problema mío, si no de su masa encefálica.

Una vez que llega Deberschutz, escucho su descripción de la misión y una vez que termina expreso tranquilamente.

-. ¿Usted cree que esta misión es solo de reconocimiento y rescate en el mejor de los casos? pido cortésmente que no nos subestime-. Pregunto con una sonrisa fría y oscura.

-. Así que deje la majadería y díganos lo que realmente está sucediendo, porque si fuese una simple misión de exploración no necesitaría la presencia de grandes profesionales de diferentes áreas... un grupos de mercenarios serian más que suficientes-. Miro al Executor y al resto de los experimentados hombres presentes.

-. Si os niega dar información más clara, directa y precisa, me temo que me retirare ya que no tengo tiempo ni paciencia de politiquería tan palurda como esta-. Sentencio con una amable sonrisa, acompañada de un lúgubre voz.

Prefiere ser el último en presentarse, dejando que los demás tomen la iniciativa. Es consciente de que posiblemente es el que más desentona del grupo, por lo que prefiere escuchar al resto primero. Dependiendo de lo que digan, tal vez pueda adornar su currículum con alguna historia que le haga parecer más interesante.

En cualquier caso, la ronda de presentaciones termina antes de lo previsto. Una espectacular rubia que se presenta como bióloga alienígena les interrumpe, tomando enseguida la palabra. No parece intimidada, ni ante los reclutas ni ante el jefazo militar que les ha convocado. Habla de algo relacionado con la misión, pero no le presta demasiada atención. Está demasiado buena.

- Estoy con el doctor Guggenheim. Si van a ocultarnos algo, mal empezamos.

El señor militar le divertía mucho. Muy divertido y sencillo, y tranquilo. El cambio fue drástico y no agradó a Fénix. De un gordinflón alegre a una rubia seria. Una rubia flamante, hecha a máquina. De la serie de barbies empresarias. El trajecito blanco pegaba muy mal con su falda ajustada. Piernas largas y finas, que parecían poder apuñalar a un xenomorfo. Se preguntó el Executor cuánta silicona había en sus voluptuosidades. No estaba impresionado, había visto y sentido mejores.
Ella tampoco parecía estar impresionada por ellos. Lo peor era que, encima, les subestimaba. Cuando su espejo masculino (¡encima alemán!)le devolvió la palabra, Fénix sonrió para si mismo. Había juzgado mal a ese hombre. No era un "Ken científico", sino más bien un Rommel con un doctorado. Nada mal. Merecía su respeto.

Pero Sybille mencionó "algunos grupos Executor". Sí, en algunas cacerías o escaramuzas, se perdían algunos buenos hombres. Y sí, conocía la desaparición repentina de más de diez Executors, al mismo tiempo. Era un evento trágico de la Trínite, uno sobre el que hubo infinitas investigaciones. El señor Praetor debía saberlo...
Por otro lado...
-Conozco de la desaparición total de una importante cantidad de compañeros Executor. Pasó hace mucho y no volvimos a saber nada... Pero el hecho de que usted los mencione con tanta tranquilidad y que diga que... ¿formaron otra organización? Es poco plausible. Los Executor son los hombres más fieles de la Trínite. Uno, quizá. Dos, ya es mucho... Pero que más de diez se unieran a ese plan... Es increíble. Menos creíble aún es que usted lo sepa y la Trínite no. Comprenderá, primero, mis dudas sobre la legitimidad de esta operación y, segundo, que si encuentro a uno de esos Executors de los que habla, los trataré como traidores y desertores... Espero que comprenda plenamente en qué se está metiendo y con quién está hablando. Ignoro qué piensan los demás, pero el señor doctor tiene cierta razón. Si va a hablarnos, sea usted sincera...