Partida Rol por web

Escuche atentamente lo que Lord Arcturus decía y cuando estaba a punto de responder veo como deja su libro mientras continua hablando; para mas tarde abrir su cajón y arroja una bolsa llena de monedas de Jade,el valor de la misma equivalía a tres meses de mi trabajo para cuando termino de hablar,medite mis palabras sabiamente para decir:

-Así se hará Lord Arcturus.

Después de guardar la bolsa de monedas de Jade agregue:

-¿Cuento con su aprobación para tomar las medidas que considere necesarias según el caso?,necesitare de su autorización escrita para evitar posibles problemas que podrían surgir.

No era algo que le pidiera siempre a Lord Arcturus pero en esta ocasión como se trataba del honor de mi Jefe y del Consejo no me lo podía tomar a la ligera,estoy muy seguro por lo que me decía el es que la gente que vendría conmigo no era muy capaz pero habían llegado a ese lugar como burla o una estratagema muy bien organizada para humillar a Lord Arcturus.

El sabía que yo no era un hombre de muchas palabras cuando se trataba de trabajo,solo debía de ordenarme que debía hacer y yo me encargaría desde allí.

Si bien no era algo que solía hacer en mi cargo dado que ya se me había pagado cumpliría con las ordenes que me fueron encargadas.

Solo debía de seguir demostrando que yo era muy útil para el Consejo,conseguir logro tras logro,subiría todos los peldaños que tuviera delante de mí.

Espere las respuestas de Lord Arcturus y ya con la autorización escrita,pago en mi bolsillo,haría una reverencia de saludo para despedirme y retirarme de su despacho.

Me iría a mi mansión para acostarme luego de cenar y despertarme temprano tengo que estar preparado para todo.

Ordene a Yuri la Maid Jefe de mi mansión que preparase todo para mañana,iba a ir tan preparado que sería muy difícil que me atrapasen con la guardia baja.

Luthor llevaba buena cuenta de las bajas, humanos como siempre... y toda la importancia que le daban la gran mayoría de perfectos se basaba en ellos como recursos, como útiles que poder usar a su gusto y les molestaba únicamente la perdida material que suponía, para ellos eran poco más que un objeto que utilizar. Hasta ahora la única miembro de esa camada de hijos de puta que se libraba era Verith, parecía que se preocupaba realmente por la gente, el resto, si ardieran sólo provocarían como reacción una leve sonrisa de satisfacción en el rostro de ahora, Luthor. Con la entrada de los dos idiotas del consejo en el despacho, se le fueron al joven los papeles al suelo, aunque una vez pudo reaccionar intentó por todos los medios que los papeles fueran a parar encima de aquellos dos bastardos malnacidos. Cuando le entregaron el documento ese la única respuesta que obtuvieron fue una mirada fría como el hielo, casi desafiante mientras lo cogía. 

-LuthOr, recoge mi maletín. Vamos a hacer una pequeña salida-

- Ya, ya - comentó con actitud levemente molesta, aunque apreciaba lo que intentaba hacer Verith, desde que había obtenido la libertad, llevaba francamente mal todo lo que pareciera una orden, sobre todo cuando directamente lo era. Cogió el maletín en actitud displicente con la mano izquierda y se lo echó al hombro, dejando en todo momento la mano derecha despejada por si fuera necesario usar el arma. La voz de Luthor se mostraba molesta, posiblemente por la actitud de aquellos dos energúmenos, aunque algo apagada por la braga que llevaba tapándole la parte inferior de la cara. 

El Distrito de la Corona, el lugar más despreciable de la ciudad, donde unos humanos idiotas jugaban al juego con las reglas de los perfectos esperando que decidieran compartir con ellos unas pocas migajas de lo que consideraban poder. No eran más que humanos que se vendían y vendían a los suyos por las sobras de la mesa de los perfectos, había más dignidad en un lupanar de mala muerte que en cualquiera de aquellas casas... Era todo muy bonito, bien preparado para impresionar, pero en el fondo aquel sitio le daba asco por la gente que allí habitaba. Desechó con un movimiento lateral de la cabeza aquellas ideas, eso ya daba igual, sólo debía preocuparse por su hermana, el resto del mundo había cavado su tumba, que le importaba a él como fueran enterrados. Durante el trayecto, esperaba encontrar algún charco posiblemente antes de este distrito, si era de agua embarrada mejor y a propósito pisaría allí, sabía que a donde iba se tendría que quedar en segundo plano, pero su pequeña dosis de diversión no se la iban a quitar. 

La casa que era su destino causaba mucha intranquilidad al enmascarado, demasiados soldados, demasiada ostentación... o sea, demasiados intereses. Al entrar esperaba poder dejar algo de la suciedad de sus botas en las impecables alfombras del hogar de maese comosellame. El servicio del perfecto, era un humano, 50 años de esclavitud y vivía como si fuera feliz, jamás entendería a ese tipo de gente, su mirada reflejaba indefectiblemente cierto grado de repulsa ante ese tipo de gente. 

El despacho del perfecto pijodeloshuevos, estaba impoluto, no esperaba menos, aunque le sorprendió la cantidad de tomos mágicos que tenía. Una punzada en la columna estremeció momentáneamente a Wayland al recordar el despacho de su antiguo amo, con un par de aquellos tomos tendría tiempo para investigar durante meses. Volvió al mundo real a tiempo de escuchar el comentario de la pérdida de almas inocentes, aunque escuchado en boca de aquel espécimen resultara vacío. Aún no tenía claro que era eso del Gran Arca, pero después de escuchar a aquel tipo, ojalá ardiera hasta los cimientos... 

-Se va ausentar muchos días, Maestro Saber- La maid jefa Yuri era bastante inteligente, pero la pregunta te dejó intrigado e intranquilo- ¿Le gustaría que le preparemos equipaje de gala? ¿Viajará al Norte o es un viaje a las Islas de Cristal?

En ese momento te diste cuenta de que Maese Arcturus no le había dado demasiadas explicaciones de su destino, ni de cuánto tiempo tendría que estar supervisando la expedición. Era obvio que necesitaría papel y pluma para enviar las misivas, y disponía de un anillo con un mensajero encantado… pero aparte de eso la misión era un completo misterio.

Mientras estoy cenando y Yuri me hace esa pregunta,golpeo la mesa,es verdad Lord Arcturus no había entrado en mucho detalles de la misión que tenía por delante.

Por lo que sin dudarlo ni por un segundo le dije a Yuri:

-Prepara todo para unos días no se bien cuanto tiempo me llevara realizar el encargo de Lord Arcturus y también prepara todo en un equipaje de gala y otro común,no se que pueda llegar a pasar y prefiero ir bien preparado.

Después de cenar,dejo que las otras maids me preparen la ropa con la que saldría mañana. Una vez que salen compruebo que las trampas de mi habitación no hubiesen sido activadas por error,dado que alguien como yo,no llega a mi posición sin hacerse de enemigos ni mucho menos intentasen acabar con mi vida mientras duermo.

Cuando terminase de comprobar eso,me fije que no hubiese un asesino escondido por ningún lado en la habitación; para finalmente acostarme a dormir.

El anillo que se me entrego lo tenía muy bien guardado y me lo pondría al despertar,también tendría papel tinta y plumas para escribir misivas de ser necesario.

Si bien mi mente seguía funcionando a mil revoluciones por hora,el cansancio físico fue superior por lo que me deje vencer y me dormí.

Una vez fuera del despacho el carácter de Luthor se había agriado un poco, nada nuevo teniendo en cuenta que acababan de estar con un perfecto. Al salir del despacho, le mostró al mayordomo una amplia sonrisa amigable, aunque él no la viera, esperaba que los ojos supieran transmitir la alegría que le suponía haber manchado de "barro" una alfombra tan "majestuosa" y saber el malestar interno que debía sufrir aquel hombrecillo penoso en aquel momento, carcomido por la indignación de que un "simple humano" como ese hubiera sido recibido por su amo. 

Una vez fuera de ese terrible distrito hablaría con Dama Verith con algo más de calma - Debería ir al mercado a hacer algunas compras - Dijo al tiempo que extendía la mano esperando recibir algún estipendio para posibles gastos, estaba claro que su hermana iría con ellos, pues no se atrevía a dejarla sola por ahora - Y seguro que puedo encargar algunas runas para ti - Para una perfecta que valía la pena, entendía que estaría bien que le inscribiera alguna runa en su equipo para poder estar preparados para lo que pudiera venir. 

El titular había impactado sobre Verith, no le gustaba la guerra ni el dolor ajeno, de hecho durante los días que tuvo sobre exceso de trabajo apenas hablaba, estaba más distraída de lo habitual, refugiándose en su mundo de pensamientos donde confluían sus propias opiniones con respecto a los hechos acontecidos.

Otros seis muertos... Todo suma y sigue... ¿Cuántos serán mañana?

Dos soldados irrumpieron en el despacho, llevándose casi de por medio a Luthor que cargaba una pila de papeles. Verith frunció el ceño, no le gustaba la actitud de los recién llegados. La mujer se levantó de su asiento y se agachó justo donde habían caído algunos de los documentos, haciendo una labor impropia para su rango pero que a la par, parecía satisfacerle - Buenos días - dijo el saludo educado e hizo un silencio para remarcar que aquellos dos varones no habían sido corteses en su llegada - ¿Son tan amables de ayudar a recoger lo que han tirado? - Antes de que comentaran que ya había un humano para ello se antepuso - Luthor dispón lo que te dije antes - En realidad no le había pedido nada anteriormente, era un código pactado para que se quitara de en medio y no efectuaran algún abuso o comentario inapropiado, ella siempre que podía le evitaba aquel malestar - Bien, cuando recojan los papeles pueden ponerlos sobre mi mesa, será de agradecer, ya que no puedo visitar al Maese Arcturus sin tener la documentación arreglada y claro, saber que los soldados ayudan en momentos de crisis siempre agrada a su excelencia... ¿No creen?... - una muy sutil forma de que se agacharan a recoger lo que habían tirado y no pudieran negarse a ello.

- ¿La reunión es en el Distrito de la Corona?...- eso era sorprendente, estaba claro que el motivo era extraoficial y por tanto más que ordenar, Arcturus invitaba a que le deleitase con su presencia -... Bien, iré a prestar servicio... - era la frase que se esperaba de ella.

Fue así cómo antes de marcharse de su despacho pidió casi de forma imperativa el maletín médico. No deseaba haber sonado tajante con su humano, pero a veces las formas le podían y tendía a equivocarse, siendo ambigua en sus manifestaciones públicas, aunque jamás había castigado a Luthor ni a su hermana, incluso cuando él se hubiera mostrado impertinente. Verith había marcado claramente los límites de lo que hacía y lo que no, la afrenta física no iba con ella.

El Distrito de la Corona era enorme, majestuoso e imponente. Los guardias perfectos determinaban lo importante que era la zona, custodiando los edificios y sus gentes con auténtico tesón. Robar allí debía ser como mínimo un acto suicida.

La mansión de Arcturus era preciosa, construida con un mármol blanco que brillaba bajo la luz del sol. Aunque lo que más llamaba la atención era el control militar del sitio. Tras llegar el transporte al hogar, un humano ya mayor les dio la bienvenida y les llevó al despacho del señor de la casa, el cual parecía estar discutiendo con alguien, Irion.

El perfecto se acercó hacia Verith y le estrechó las manos en actitud educada, dándole acceso al estudio e indicándole que se acomodara, cosa que la mujer hizo mientras estudiaba la estancia con curiosidad, para prestar atención tras ello a las masculinas palabras.

- Comprendo que si me aparta de mis labores debe ser por una muy buena causa - y así debía ser, su cargo como jefa en el hospital y más en los tiempos que corrían no debían despistarle para otros objetivos que no fueran curar y devolver la posibilidad de vivir a quien prácticamente rozaba la línea de la vida con la yema de los dedos - Estoy al tanto del ataque de Cimas Wohl, una gran desgracia... Se debería buscar un diálogo político para que sucesos así nunca más sucedan... - le sorprendió que Arcturus dijera abiertamente que el consejo le señalaba a él por su proyecto el Gran Arca - ¿Y cuánta razón tiene el consejo en acusaros? ¿Lo hacen sin fundamento pues? - llegaron casi de inmediato las respuestas, estaba claro que sus rivales querían apartarle del consejo o pudiera ser que el proyecto si hubiera hecho ese daño y él quisiera proyectar la atención de la desgracia en otra dirección.

- ¿En qué consiste concretamente el Gran Arca?... me vendría bien conocer los detalles al respecto... - preguntó la mujer con interés, ella sabía de curar, no de destruir

Escuchó el motivo por el que había sido llamada, iba a efectuarse una expedición y ella sería la Perfecta al mando, algo que no le hacía particular emoción, pero si aquella Base de Construcción era quien había matado a tantas personas, su obligación moral era ir a comprobarlo.

- Es una labor importante para la que me ha designado, no voy a negarme a realizarla por lo que implica tener éxito en los resultados. Descartar el Arca como causante de tanta muerte provocará que podamos centrarnos en el foco del conflicto y evitar que más gente muera, que al fin y al cabo es la base de mi existencia - determinó con una ligera sonrisa en los labios.

Es una forma distinta de salvar vidas, no curando, evitando que otros dañen... Me gusta...

- Necesitaré Activos Valiosos, la verdad es que siempre vienen bien...Me gustaría conocerles cuanto antes... - miró a Luthor cuando le trataron de mascota, evitando recalcar el término -... Y mi humano ciertamente me acompañará, me hace la vida bastante más cómoda... - en realidad quería decir agradable, pero no iba a ser tan explícita.

Una vez ambos salieron del despacho hubo un silencio. Verith suspiró y se fijó en los pies de Luthor que estaban perdidos de barro. No solía ser tan sucio, pero aquella nimiedad no era una de las cuestiones que debiera tratar en ese instante, quizás sí cuando llegasen a casa, no fuera a manchar el suelo y llenar con microorganismos el hogar.

Una vez salieron del distrito y estuvieran en el transporte, Luthor se dirigió a ella y la dama le prestó toda su atención - ¿Compras?... ¡Ah sí!... - estaba claro que si él no se preocupaba de eso, a ella se le pasaría por alto, no era muy buena gestora de temas domésticos, a veces incluso ponía cosas fuera de lugar donde no correspondía ni tenía sentido, lo que podía calificarse como un desastre - Vamos juntos si quieres - metió la mano en el bolso y sacó una cantidad muy generosa de dinero, se la dio sin dilación - Encárgate de las necesidades del viaje, no sé, ¿mantas? ¿comida?.... Esas cosas... Por cierto, Lyra... - le miró a los ojos - ¿Quieres que venga? - tenía el detalle de preguntarle, ella podía tomar una decisión irrevocable, pero cedía la responsabilidad al joven - No sé como de peligroso será el viaje teniendo en cuenta que estamos en guerra... Si quedara en casa podría estar a salvo, nadie entraría a tocar a los humanos de mi hogar... - aseguró manteniendo su bonita mirada en el joven, debía ser raro que una Perfecta le hablase como un igual, tratándole con respeto - ¿Runas?... Me parece perfecto... ¿Harás alguna en concreto?...

La joven intentaba conversar de forma relajada con Luthor mientras iba el transporte de camino al mercado, a veces él se mostraba muy callado, incluso despegado, nada que ver con su hermana, la cual disfrutaba de la compañía de Verith y tenían un trato mucho más íntimo. En ocasiones hablaban a solas y alguna que otra vez a la joven se la oyó reír. Verith la apreciaba y era algo que simplemente se sabía, no hacían falta palabras para eso.

De vuelta de casa del Maese Arcturus ves a las familias reunidas. Una niña le entrega un juguete a su madre para que juegue con ella, la madre la mira con cara de cansancio…

El parto había sido especialmente complicado. De no ser por las atenciones mágicas de la sanadora elfa, no habrías salido con vida; habías perdido mucha sangre, y tu hija se negaba a respirar. Los Dioses la guarden que finalmente ha tenido las fuerzas necesarias para gritar con todas sus fuerzas.

Nuestra primera hija. Quizás la única.

La niña ha crecido, quizás un poco más frágil de lo que te gustaría en un mundo terriblemente hostil. Pero es una niña con un talento y una sensibilidad especial. Le encanta pasar el día en la pradera cerca de casa con esas hermosas flores azules. Estoy segura de que llegará muy lejos, pero me preocupan sus débiles pulmones.

Primer recital de arpa. Su padre y yo estamos tan nerviosos que ni somos capaces de articular palabra. Le miro, y el me devuelve la mirada ¿porque no tiene rostro? Las notas se suceden en una armonía ensayada, habíais escuchado esa canción cientos de veces durante vuestras vidas, igual que el resto del público, pero en las virtuosas manos de vuestra hija es como si cambiara completamente… el aire se llena de la magia de sus notas… los cuchicheos quedan callados durante el crescendo…

La Corte del Emperador Dragón era mucho más impresionante de lo que podrías imaginar. Sus amplios salones decorados con tanto gusto, la nobleza con esos ropajes de fantasía, todos tan educados y tan superiores. Y allí estáis, sentados junto a sus majestades, en la primera fila para poder estar cerca de vuestra única hija. Su Majestad la Emperatriz te hace un comentario sobre los hijos únicos; espera un bebe, pero apenas se la nota; es tan cordial y tan cercana que casi se te olvida donde estáis. El arpa en forma de dragón labrado en oricalco te devuelve a la realidad, con las cuerdas de un brillo que no consigues reconocer. El público comienza con un aplauso moderado cuando tu hija aparece en el escenario ¿Por qué no recuerdas su nombre? Lleva ese hermoso vestido del mismo color que las flores que tanto le gustaban de niña… incluso lleva una de ellas en el pelo…

La famosa artista se casa esa misma tarde con un noble mercader, pero no podrás ir. Tu salud ha empeorado, y las hierbas cada vez te hacen menos efecto. Estas tan débil que apenas tienes fuerzas para levantarte de la cama. Por suerte, tu atento esposo siempre está a tu lado ¿Por qué sigo sin ver su rostro? Solo aquellos fríos ojos. Toses y te duele todo el cuerpo con cada estertor. Te vuelves a recostar en la cama y cuando giras la cabeza ves una de esas hermosas flores azules sobre la mesita en un hermoso jarrón de cristal tallado.

Cierras los ojos…

Estas en un salón que no reconoces. Una enorme chimenea caldea toda la habitación con fuego místico, el dintel está decorado con una impresionante escultura del cráneo de un dragón O acaso es un cráneo real.

Te encuentras sentado en un sillón que podría ser un trono acolchado, el terciopelo suave como una nuve acaricia tus extremidades mientras agitas distraído tu segunda copa de licor. Tus ojos se pierden entre las llamas crepitantes cuando una sombra a tu derecha te llama la atención.

Es solo una de tus ayudas de cámara; una de las más interesantes quizás. A pesar de tu ropa amplia que no deja demasiado a la imaginación, luce un busto realmente generoso, recortado por una cintura minúscula y unas caderas que hacen que un hombre pueda perder la cabeza.

Ella se fija en que la estás mirando, y te devuelve la mirada con una sonrisa juguetona. ¿Por qué no iba a hacerlo? Eres el Emperador, Señor del Reino de los Humanos. Uno de los Exaltados de los Dioses.

Tienes poder, y ella lo desea.

Lo puedes leer en sus ojos.

Llevas dos semanas tonteando con la ayuda de cámara. Resulta que la fémina no solo tenía un buen cuerpo, sino que sus artes sexuales estaban bien entrenadas y sabía como complacer a un hombre.

No solo lo hacías por la emoción del momento. Desde que la Emperatriz quedara en cinta se había vuelto demasiado fría en el lecho.

Y los Dragones necesitan alimentarse de calor.

La empujas con fuerza contra la pared, dejando que su cara se estrelle contra la fría piedra al tiempo que la embistes con toda tu virilidad.

Intenta gemir, intenta gritar, pero la callas la boca con tu poderosa mano.

Preñada.

La muy puta se ha quedado preñada.

¿Cómo se atreve a llevar en sus entrañas al hijo bastardo de un Emperador?

Existen hiervas que le harían perder al bastardo en una noche, pero se niega a ir a las brujas. La muy zorra pretende llevar hasta el final el parto solo para que su engendro tenga un apellido….

Plebeya.

No sabes que hablas con un Emperador.

Sujeto su cuello con una mano mientras que con la otra introduzco mi puño por donde hacía dos noches había introducido mi virilidad…

No parirás un bastardo, plebeya…

 Te despiertas como de una ensoñación. Recuerdas haberte ido a dormir, estar en tu cama, y tu siguiente pensamiento consciente es el olor a sangre impregnando tus fosas nasales, el sabor húmedo y metálico en tus labios… diriges tu mirada a las manos y están cubiertas de un espeso y goteante líquido escarlata… ¿Qué ha pasado? Como entre brumas, miras un poco más allá y descubres el cuerpo destrozado de una de tus asistentas con un enorme charco de sangre bajo ella y su sexo al aire completamente destrozado…

No sabes que es más horripilante, si la escena en la que inconscientemente has participado o el coste de comprar una alfombra nueva de esa calidad.

Aquella cosa miraba a mi amiga como si se tratase de un caramelo. No sabía si de fresa o de cereza, pero un caramelo igualmente. 

Había leído sobre ese tipo de criaturas. Sabía que era un depredador. Sabía sus rangos de capacidad física. Sabía sus estilos de caza. Sabía sus formas de moverse. Sabía lo que intentaría, y eso me daba ventaja.

Empecé a correr con decisión, directa hacia él; al mismo tiempo, aquella criatura empezó a dirigirse hacia mí a toda velocidad. Yo era la que se interponía entre sus dientes y su almuerzo. Por eso no dudó en correr hacia mí con toda su capacidad, forzando los músculos. Era consciente que, aquel tipo de depredador, solía saltar sobre sus presas para apresarlas entre sus garras y colmillos; también conocía la distancia que necesitaría para llegar hasta mí. 3 metros. Ese era el tope. 3 metros.

Por eso, cuando me encontré a aquella distancia, como si estuviera ensayado, ambos reaccionamos: él saltó sobre mí, elevándose y abriendo las garras y las fauces; pero yo salté hacia delante para deslizarme por el suelo, fuerza de su alcance. Pasé justo por debajo de él al mismo tiempo que levantaba mi espada. La punta se clavó en la parte baja de su cuello y recorrió todo su cuerpo para crear una línea recta que se detuvo en la parte baja de sus caderas.

El animal, debido al golpe, falló el aterrizaje y rodó por el suelo un par de metros, mientras que yo giraba sobre mi misma y me ponía en guardia.

Después de aquello no volvió a correr hacia mí, sino que se puso en pie e intentó alcanzarme con zarpazos y mordeduras cortas. Intenté esquivar, bloquear, rodar por el suelo y hacer gala de todas mis habilidades para esquivar cada uno de sus ataques, aunque alguno de ellos me alcanzó. No fueron heridas graves, aunque sí dolorosas.

Por suerte para mí, la herida que le había causado, le estaba haciendo perder mucha sangre y cada vez estaba más lento, lo que me permitió tener más de una apertura para poder atacar. Hasta que salté hacia atrás, cogí impulso y, tras una corta carrera, me impulsé por encima de él. Hice una pirueta cuando llegué al punto más alto y, con un movimiento de mi muñeca, clave la espada en la mitad de su cráneo. 

El animal calló de forma pesada contra el suelo.

-¡Ya está! -grité, satisfecha-. ¿Qué te ha parecido? ¿Lo hice bien?

Yo, al menos, estaba muy contenta. Había derribado a una de esas cosas yo sola. 

****

Al llegar a la posada Madame Ravonge me entregó una carta en persona, cosa que me extrañó. Alice siempre se encargaba, con cierta vehemencia, de recoger mi correo. Y mi asombro fue mayor cuando vi el contenido. ¿Emisaria? ¿Yo?

Leí la carta varias veces, para comprobar si había leído bien o no. Busqué algo que no cuadrase, algo que indicara que era una broma... Pero no lo era... Mi abuelo me había convertido en la emisaria... ¿Por qué? Yo era una simple humana y aquel trabajo era para Perfectos. ¿Qué estaba pasando? 

No había llevado ropa de gala para una situación así, de manera que intenté ponerme lo que tenía más adecuado y, por supuesto, aquel broche.

Una vez llegamos a aquel particular lugar, me tocó firmar en el libro de visitas.

De forma desenfadada, pasé a la página anterior y empecé a leer todos los nombres que allí se habían escrito. Intenté ser rápida, ya que no quería que me llamasen la atención, pero sí quería saber quienes me habían precedido y, sobre todo, si me sonaría algún nombre*. 

-Es un placer conocerles, a pesar de las circunstancias que me traen aquí -dije tras las presentaciones iniciales-. Espero que podamos solucionar esto de forma rápida y sin complicaciones.

Estaba allí, con las personas que más sabían de aquella situación, y tuve que preguntar.

-Si me permiten el atrevimiento. ¿Me podrían decir cuál es la situación actual y qué se supone que nos vamos a encontrar al llegar al objetivo?

Cuando acabaste con la criatura de forma tan magistral pudiste oír el aplauso de tu compañera. En su rostro se dibujaba una amplia sonrisa de satisfacción; algo que en muy pocas ocasiones habías visto.

Igual estabas un poco desentrenada o puede que fuera por el frenesí de la adrenalina, pero tu respiración estaba ligeramente agitada y la sangre se agolpaba en tu cabeza cuando caíste en un pequeño detalle… aquellas criaturas nunca cazaban solas.

Una serie de gruñidos procedentes del interior de la mina te indicaron que el combate no había terminado, y quizás estaba lejos de acabar.

Con paso tranquilo, Aurelia se acercó a la boca de la mina, con su sonrisa dibujada como si aquellos gruñidos no la importaran en absoluto. Entre las sombras pudiste ver un par de ojos fieros y brillantes, a los que se unieron media docena más… en cuestión de un instante quizás había una veintena de aquellas criaturas saliendo amenazadoras de entre las sombras.

Aurelia tuvo un momento de concentración al tiempo que hacía aparecer un impresionante círculo mágico tras ella. Era tan brillante que incluso te costaba mirarlo directamente.

Cuando la primera de las bestias se lanzó al ataque, una impresionante lanza labrada surgió del círculo, empalando a la osada bestia y empujándola de nuevo a las sombras. Siguiendo el ejemplo de su compañera muerta, las demás se lanzaron al ataque, pero fueron rápidamente repelidas por lo que solo podría describirse como un impresionante arsenal que surgía del círculo mágico: espadas de filos radiantes, hachas labradas con delicadas formas, lanzas de más de dos metros de longitud… algunos de los ataques erraron sus blancos, pero la cantidad de armas era tal que donde una fallaba otra destrozaba a su blanco.

En apenas unos instantes, las bestias habían sido completamente diezmadas, y cuando Aurelia deshizo su círculo mágico, todas las armas se desvanecieron en el aire.

-Y así, querida, es como trabaja una profesional- se dio la vuelta con aires de superioridad, cuando sabías que en realidad solo lo había hecho para lucirse.

Durante el camino de vuelta de felicitó nuevamente por el trabajo tan extraordinario que habías hecho en la mina, y te dijo que, si la prestabas tu espada, podría llevarla al taller para que la hicieran algunas mejoras.

-Nada mecánico, Iria- explicó consciente de las restricciones de tu sociedad- Solo algunos encantamientos de utilidad para hacerla aún más letal.

[Nota de Narrador: tendrás la espada de vuelta en la Reunión de Puerta Dragón]

Entre la larga lista de humanos que han visitado en la última semana el Consejo te llaman la atención dos nombres.

Cuando llegaste, Calixto hizo una visita el mismo día de vuestra llegada. Por la hora, seguramente vino directamente al Consejo. Después, ha realizado otras dos visitas más, siempre a la misma hora. Una de ellas, ayer mismo.

El nombre que realmente te llama la atención que aparezca aquí es el de Elaine; una visita realizada hace dos días a última hora de la mañana. Aunque su nombre es inconfundible, está registrada como Enviada Especial de Axis City. Casi esperabas ver otro nombre junto al suyo, pero no tuviste esa suerte.

Por lo que te dice Alice, la mayoría de nombres seguramente sean peticionarios del Consejo, aunque algunos de los apellidos si que la suenan vagamente de familias de humanos pudientes que comercian con Golden Ash Tree.

-El Consejo ha tenido que tomar decisiones muy duras como consecuencia del incidente en las Cimas Wohl- el líder Roxian tomó la palabra antes de que alguno de los Perfectos allí presentes abriera la boca con alguna impertinencia, notaste el amago del gordo por hablar, pero el Perfecto lo hizo callar solo con la mirada- Creemos que el Gran Arca puede ser un arma que podrían usar nuestros enemigos en nuestra contra. Poco antes del incidente perdimos completamente las comunicaciones, y nuestros intentos por retomarlas han sido en vano. Además, las carreteras que se usaban para comunicar las Minas de Epsilon con la ciudad han sido cortadas por una riada inesperada. Ahora mismo no tenemos forma de saber que es lo que ha pasado; si ha sido un sabotaje o una acción deliberada.

-Y no podemos enviar a nuestras fuerzas, porque la ciudad ya ha sufrido pérdidas irreparables en las Cimas Wohl. - El Perfecto de aspecto militar tomó la palabra- Enviar un contingente mayor sería dejar a nuestra ciudad expuesta. Gracias a nuestros acuerdos con su ciudad, no tenemos que temer de un ataque por el Este, pero el Oeste está lleno de enemigos.

-Además- carraspeó el Presidente Roxian- creemos que una Emisaria de nuestros aliados puede ser un activo importante; lejos de la influencia de otros Perfectos, su visión sería completamente imparcial. Entiendo que es un compromiso importante, pero no podría haber llegado en mejor momento… dada nuestra delicada situación. Esperamos sinceramente que acepte este encargo y que sea el principio de una larga lista de colaboraciones entre nuestros pueblos.

Me confié. Solo vi uno y supuse que no habría más. Obvié el hecho de que aquellas cosas no estaban solas. Por suerte, mi amiga fue capaz de hacerse cargo ella sola.

-¡Jo! Si eras capaz de hacer eso, ¿qué pintaba yo aquí? Si querías compañía mientras tú trabajabas, me lo podías haber dicho. Pero te lo perdonaré por esa espada tan mágica que vas a hacerme.

Desde luego el poder de la magia era increíble, ¿pero tendría algún límite?

****

Sonreí al ver el nombre de Calixto en aquel libro. Aunque aquel gesto solo duró un instante. Vino nada más llegar a la ciudad, y siempre se presentaba a la misma hora. ¿Qué pintaba allí? Es cierto que apenas sabía nada de él, como por ejemplo a qué se dedicaba, por eso llamó mucho más mi atención sobre que apareciese en aquel libro, de forma continuada. ¿Un miembro del Gobierno? ¿Un emisario? ¿Quién era?

El otro nombre que reconocí no me gustó tanto... Aurelia... Intenté que mi expresión no cambiara, que se mantuviera en su sitio, pero no pude evitar fruncir el ceño y dar un leve paso hacia atrás... Aquella mujer quería ver mi cabeza clavada en una de sus piernas, literalmente. ¿Qué haría allí? Repasé un momento los nombres, por si veía el de su hermano, pero no hubo suerte. Estaba ella sola. ¿O tal vez no? Tal vez su hermano estaba en la ciudad, en algún sitio... Tal vez... Podría buscarlo... Tal vez podríamos vernos de nuevo, y esquivar a su asesina hermana... Tal vez aún hubiera una oportunidad... Solo Tal vez...

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El arca... No sabía lo que era. No lo tenía claro. Sabía que era lo último en cuanto a tecno-magia, ¿pero qué era? ¿Qué contenía? Tenía muchas más respuestas, pero parecía que no iban a ser respondidas en aquel lugar. Lo que tenía claro era que, si su enemigo podía usarla como arma, puede que se pudiera usar como arma por el propio gobierno contra otros...

-Desde luego, se han unido una serie de circunstancias poco..., apropiadas. El enfrentamiento, el no poder acceder por la carretera, la falta de comunicaciones...

No pintaba bien.

Me enfrentaba a un terreno inexplorado, lo que normalmente me llenaría de alegría y curiosidad ante las novedades que podría descubrir; pero aquella situación... No me gustaba. Parecía que algo raro estaba pasando allí. Al igual que me parecía raro que, para investigar, enviaran a una emisaria en lugar de a un pequeño destacamento. 

-Será un placer intentar arrojar algo de luz sobre lo ocurrido. De manera que, si no tienen nada más que añadir, creo que debería ir a hacer los preparativos para el viaje.

Esperé a que me dieran permiso para partir o no, mientras que en mi cabeza ya tenía una lista de las cosas que quería hacer.

****

Lo primero que haría al salir de allí sería verme, de nuevo, con Aurelia. Era de la ciudad y era mi fuente de información más fiable. Quería saber todo sobre el lugar, los alrededores, el clima y todo lo necesario. Mientras, mandaría a Alice a realizar algunas compras: un mapa más amplio de la región, un mapa de la zona concreta a la que nos dirigiríamos, saco de dormir, una pequeña tienda de campaña, suministros, otra de aquellas linternas, yesca, pedernal, ropa de viaje, una capa que sirviera de chubasquero, un par de mantas... Todo lo necesario para una acampada que podría durar unas semanas. Aunque, sobre todo, quería que trajese unos prismáticos. Quería poder ver, desde la distancia, todo el terreno. No quería ningún tipo de sorpresa.

Aurelia había crecido en esa ciudad, conocía todos los secretos y parecía conocer a todo el mundo (si la preguntas por Elric o Elaine, aunque sea una vaga descripción de ambos, te dirá que no sabe nada de ninguno de los dos, pero que Axis City es uno de los proveedores más importantes de Tenco-magia)

Curiosamente tiene un mapa de toda la región, y está muy al día de todo el asunto del Arca. Tanto ella como el Gremio de Tecno-Magos está muy al día de lo que pasa (obviara detalles deliberadamente) Te puede marcar sin problemas tanto de la ubicación actual del Arca como de una de las rutas más directas, contando con el desastre de carretera constantemente queda bloqueada “por un plan hidrológico de mierda”.

Por lo que puede ver la primera parte del trayecto es bastante simple, llanura limpia con una carretera principal despejada, si vais andando llegaríais a la falda del Monte Épsilon en unas seis horas.

-A partir de ahí la cosa se complica un poco- añade trazando una ruta en el mapa y sabiendo que tu prodigiosa memoria hará el resto- Hay una vieja ruta forestal que usaban los cazadores antes de que la carretera cambiara los ritos de apareamiento de la fauna local; desde entonces las cosas se han asilvestrado un poco. La primera jornada la deberíais pasar sin demasiados problemas, es una ruta segura a través de un bosque de coníferas.

-La ruta se complica un poco más adelante. El terreno no es seguro, y es bastante posible que tengáis algún encuentro con bandadas de pájaros daga y alguna planta animada. Si miráis por donde pisáis y lleváis poco equipaje podréis hacer cima en dos días- señala un par de puntos en el mapa bastante cerca de la ruta sugerida- Esas zonas ni acercaros. Ni siquiera los Tecno-magos nos atrevemos a pisar por allí. Seguid la ruta, no os separéis del camino más allá de lo imprescindible y todo irá bien- señala un punto en el mapa- Aquí había una cabaña de cazadores. Hace tiempo que no dan señales de vida, pero eran una familia bastante ermitaña y un poco…- hace círculos con el índice en torno a su sien- Desde allí solo tenéis un par de horas hasta que iniciéis el descenso por el risco norte. Antes salíamos bastante por esa zona porque son ricas en minerales que usamos para nuestras runas… pero cuando abrieron la mina no tenía demasiado sentido subir tan arriba. Desde allí deberíais poder ver la base del Arca.

Te deja estudiando los detalles del mapa mientras se aleja un poco para preparar una infusión de cítricos. Aunque te la había ofrecido antes estabas demasiado ocupada con preguntas como para darla un poco de espacio para poder responder con cortesía.

-Y ahora cuéntame, ¿Por qué quieres irte hasta donde La Gloriosa dio las tres voces y de donde has sacado una insignia tan chula?

Aquello me era indiferente,una de las maids parece que había ingresado a mi habitación cuando dormía en contra de mis ordenes de no hacerlo hasta la hora que le encargue a Yuri que me despertase,la verdad una verdadera lastima,estando muerta no podre interrogarla. Pero esto significaba una sola cosa,alguien había logrado infiltrarse en mi mansión y pudo saber mis horarios con anterioridad,la pregunta ahora era;¿podría ser otro humano que intentase asesinarme para ocupar mi lugar?,¿alguien de la Athene Noctua?.

Con respecto de la segunda pregunta no lo creía imposible pero menos probable,aún así debía de analizar todas las posibilidades. Por lo que hice sonar la campana que conectaba directamente a su habitación. Una vez que Yuri llegase a mi habitación,permití que ingresara para mostrarle el cuerpo de la maid que había asesinado para decirle:
-Ya sabes lo que debes de hacer,te encargo del resto,ah y Yuri,diles a las demás maid que no vuelva a pasar.

Mis ordenes eran claras y concisas,Yuri sabía que debía no solo deshacerse del cuerpo sino que además cambiar toda la decoración de mi habitación lo que incluía la alfombra,también sabía que no habría espacio para nuevos errores por lo que si debía usar la intimidación o la fuerza para descubrir a potenciales infiltradas en el cuerpo de maids de mi mansión tenía permiso.

Mas temprano que tarde daría con el nombre que quisiera acabar conmigo,solo esperaba que no fuese un Perfecto,tendría que avisar de esta muerte a Lord Arcturus para que estuviese informado. 

Por lo que escribí una carta a Lord Arcturus y se la entregue a Yuri antes de volverme a dormir agregando:

-En la mañana luego que me retire hacia mi destino,hazle llegar esta carta a Lord Arcturus con el mensaje que la lea urgente.

En ella exponía lo que había sucedido esta noche,como un enemigo había infiltrado entre mi cuerpo de maids a una asesina pero que ya tome cartas en el asunto para que no vuelva a pasar y también para que se mantuviera alerta,dado que los enemigos ya estaban infiltrados peor de lo que yo me había imaginado.

Por otro lado le hice señas a Yuri para que llamara a una de las gemelas que servían como mis guardaespaldas de forma constante y eran miembros intermedios de la Athene Noctua.

Por lo que comencé a escribir una nueva carta pero esta era para La Gran Maestre de la Sociedad Secreta,contando lo que mas recordaba de mi sueño a lo cual fue muy vivido, y lo interpretaba como una situación que podría suceder a futuro.

No podía estar seguro de ello,pero era mejor informarlo todo,así como también el intento de asesinato de mi persona en medio de la noche.Lamentablemente para los conspiradores si es que querían sacarme del camino dentro de la Sociedad Secreta,ahora lo lamentarían,una investigación interna comenzaría de manera secreta y si queríamos eliminarlos podríamos entregarlos en bandeja de plata para Lord Arcturus con documentación comprometedora y llevarlo por el camino que nosotros deseáramos.

Termine de escribir la carta y una vez que las gemelas llegaran,cerraran la puerta detrás de ella diría:

-Dado que en unas horas debemos de ir a nuestro destino necesito que esta carta sea entregada a R con la maxima celeridad posible.

Si bien conocía quien era La Gran Maestre,fuera de la Sede de la Athene Noctua para que ningún miembro levantara sospechas nos hacíamos llamar con una letra del abecedario o con el nombre de estrellas,en mi caso opte por la segunda opción por lo que en la Athene Noctua cuando estoy fuera de la sede y entre hermanos y hermanas me hago llamar Sadalmelik que en idioma de otros humanos significa(Suerte del Rey).

Con todo esto en mente y luego de dar mis ordenes,despedir a las gemelas volví a mi cama,esperando poder descansar hasta la hora de ir al punto de reunión.

Cuando te despiertas te asombra encontrarte una pequeña carta plegada al lado de tu almohada, ni estaba sellada ni tenía lacre, pero con todo sabías, por el ligero olor a incienso, que su procedencia era tan legítima como inofensiva. Podrías esperar a más tarde para leer el contenido, pero no estabas seguro de lo que podría decir, así que decides leerlo a solas en tu dormitorio.

Estimado Sadalmelik:

Cuan desafortunada noticia nos habéis contado. Esperamos que gocéis de buena salud y que no haya sido más que una molestia nocturna en lugar de algo más serio.

Con respecto a vuestros sueños, tanto el nombre como las referencias hacen una clara reseña a los Emperadores Dragón, legítimos dueños de esta nuestra región, además de ser soberanos de la Humanidad durante cuatro dinastías, aunque los detalles son en sumo preocupantes y os recomiendo que investiguéis sobre ello.

En referencia a vuestra sugerencia de una purga interna, disponemos de los medios necesarios para la misma. Tened por seguro que de nuestra parte se encontrará a cuantos enemigos de nuestros objetivos tengamos y se dará buena cuenta de ellos.

Honestamente vuestro.

·R

Una vez has leído la carta, esta se convierte en cenizas negras en tus manos que quedan a merced de las corrientes. Nadie excepto tu sabrá jamás de la existencia de esa carta.

Y aunque esperas con impaciencia durante el desayuno a recibir noticias de Maese Arcturus, estas aparentemente no llegan nunca.

Luego de leer la respuesta del Gran Maestre R y observar como la carta se convertía en cenizas entre mis manos abrí las ventanas para dejarla salir de mi habitación. Me daría un baño,y me cambiaría para ya estar listo e ir al lugar de destino.

Mientras esperaba la respuesta de Lord Arcturus al ver que nunca llegan llamo a Yuri para decirle:

-Espero que mis cosas ya esten preparadas Yuri,por cierto toma.

Le entrego en un sobre una carta que esta destinada unicamente a ella agregando:

-Leelo una vez que me haya retirado de la mansión,te dejo mis ordenes de lo que quiero que hagas en mi ausencia.

Decía esto con una mirada que no permitía cuestionamientos,aunque Yuri había estado conmigo desde después que subí el primer escalón en la Athene Noctua,como ex jefa de un clan de asesinos la cual salve su vida cuando aún era pequeña,ella me acompaño en varias oportunidades cuando se me encargaban a realizar los trabajos sucios.

Desde entonces,ella había cambiado su peinado,usaba gafas de lectura todo el tiempo aunque no poseían vidrios pero nadie parecía notar ese mínimo detalle,incluso si no era necesario no hablaba o al momento de hablar lo hacia solamente de manera protocolar y necesaria. Debía de felicitarla porque durante todos estos años,fue capaz de engañar a medio mundo y nadie sospecharía que la jefa de maids de mi mansión en realidad es una ex jefa de un clan de asesinos.

No podía decir que nuestra relación fuera de completa fidelidad al contrario era mas bien como una especie de tregua temporal que podía romperse en cualquier momento.

Así que no le había prometido ni títulos,ni tierras,ni oro ni nada de eso,en vez de ello mi promesa para con ella era que si me seguía como una fiel subordinada ella ganaría algo mas precioso que todo lo anterior y eso era autoridad.

Ella es mi primera subordinada con la cual tengo una relación tensa,pero,aún así se las apaño para formar esta fachada de una jefa de maids intachables. Aquellos que la conocían y estaban dentro de la Athene Noctua en posiciones importantes sabían que dentro de la mansión un circulo muy intimo de 7 maids que si bien no eran superiores en rango a Yuri,estas eran superiores a las demás maids y tenían sus rangos que funcionaban de forma jerarquizada.

Ellas son: Yuri,Regina,Nabe,Shizu,Erzebeth,Vasilissa,Aureole.

Si bien no eran hermanas de sangre,con mi ayuda creamos una historia donde todas ellas se conocieron en el orfanato que crecieron y actuaban como hermanas siendo la mayor de todas ellas Yuri.

No sabía porque pero mi mente luego de decirle eso a Yuri divago hacia esos recuerdos que pensaba lo tenía muy guardado en algún rincón oculto de mi memoria.

Deje los cubiertos sobre el plato,para luego limpiarme la boca con la servilleta de algodón,levantarme de la mesa y retirarme.

Esperaba que tanto Yuri como Yarbis ya hubiesen preparado todo para que pueda irme dejando atras a la mansión. También esperaba que las gemelas así como Sebas-Tian y Orfeo estuvieran dentro del coche,la misión comenzaría una vez saliéramos de el punto de encuentro que me informo Lord Arcturus.

Presté toda la atención en la explicación y fui marcando en el mapa la ruta que me indicaba, aunque torcí el gesto cuando habló de internarse en el bosque. Aún así tome notas de todas sus indicaciones en el cuaderno que siempre llevaba conmigo (aunque en verdad no me hiciera mucha falta, tenía una gran memoria). 

-Me preocupa lo de los pájaros daga y las plantas. Sobre todo los primeros. ¿Tenéis en la ciudad algún tipo de piedra elemental o granada o algo que nos pueda ayudar*? 

Anoto la zona prohibida, al igual que la cabaña de cazadores. 

-Sabes que me encanta saber de un montón de cosas, pero ir de acampada o internarme en el bosque no era una de las cosas que hacía normalmente... -miré el mapa, preocupada por la parte de internarnos en el bosque-. ¿Hay alguna otra ruta que no fuera por el bosque? ¿Un plan B?

Puede que alguno de mis acompañantes sí supieran desenvolverse por un bosque, pero prefería ser precavida.

Sobre el papel todo parecía bastante sencillo, aunque sabía que las cosas nunca suelen salir como se planean. Hay que tener en cuenta los inconvenientes y pensar en un plan B, C y D si es necesario. Por eso me encargué de preguntar sobre lo posible sobre posibles rutas, peligros y alternativas. 

Tras aquello, le enseñé la insignia con cierto orgullo.

-Está usted delante de la emisaria de Golden Ash-Tree- dije haciendo una exageradísima reverencia que a punto estuve de tocar el suelo con la nariz-. Me han pedido, como alguien neutral y objetiva, que vaya a esa zona a ver lo que ha ocurrido con vuestra misteriosa Arca. Todo me huele un poco... Raro, si te soy sincera. Tenéis muchos misterios con respecto al Arca en la ciudad. Nadie me ha sabido decir qué es exactamente. ¡Y sí! ¡Lo sé! Es lo último en tecno-magia y todo eso, pero eso no aclara casi nada; es como decir que un caballo es algo que se mueve... Pero bueno... 

Una breve sonrisa de satisfacción surgió en el rostro de Luthor cuando la Dama Verith se encargó de que aquellos mentecatos recogieran los papeles enviándolo a él a otro lugar, una jugada hábil también pues ya sabía ella que la relación del joven con los perfectos por regla general no era precisamente buena. Por suerte, había preguntado al respecto del Gran Arca, Luthor hubiera preguntado, pero la respuesta que hubiera tenido de un ser como el maestre pijodeloscojones hubiera sido cuanto menos despectiva y sólo hubiera conseguido irritarse más, mejor que haya preguntado ella. 

- Vamos juntos si quieres -

- Como quieras - respondió escuetamente, aunque procuraba mostrarse respetuoso en público, pues al final, hacer su papel era otra forma de esconderse a ojos de los demás, cuando estaban a solas, mostraba más familiaridad con aquella perfecta, un rara avis dentro del mundo, en el que valoraba a las personas independientemente de sus orígenes, así que le correspondía de la misma manera. El cambio de actitud cuando no estaba en presencia de otros perfectos era tangible, con ella se sentía más cómodo, más libre de hecho que con muchos humanos, pues al conocer sus secretos, podía ser más él

Luthor tenía claro que su hermana le acompañaría, todavía se sentía incómodo cuando la dejaba sola, así que en la medida de lo posible prefería que fuera con él cuando se alejaba un tanto. - Me siento más cómodo si viene, está en la edad en la que su curiosidad puede ser un problema y prefiero tenerla cerca - comentó con una media sonrisa - Respecto a las runas, no he pensado ninguna concreta, pero creo que debería hacer alguna en tus botas para permitirte planear, pueden ser útiles para llegar a tejados o evitar una caída, aunque sólo tienen un uso - Esa misma runa es la que llevaban las de él, siempre le pareció útil, aunque no hubiera tenido muchas ocasiones de usarlas. 

Primero fue a por su hermana, la cual se mostró emocionada en realidad por poder ir, estaba en esa edad que la curiosidad le podía y el hecho de ir a observar un experimento tan grande, para una ingeniera como ella era un aliciente enorme, de hecho, Luthor estaba convencido que una vez que se hubiera enterado de lo que iba el tema, hubiera sido imposible convencerla de que se quedara en casa, cuando ponía su mirada lastimera con los ojos tristes, los hermanos sabían que Luthor acababa cediendo a cualquier cosa que le pidiera. 

Las compras en el mercado fueron bien, el mercado estaba bullicioso pero ya estaba acostumbrado pues todos los días paseaba por allí, compró los elementos necesarios para poder hacer unas cuantas runas en caso de ser necesario, la primera que haría sería la del calzado para Dama Verith, por un momento dudó si comprar un pequeño carro para poder llevar todo el equipaje para dormir y demás, pero luego desechó la idea, era mejor viajar ligeros, más útil sería llevar simplemente un caballo de más en el que llevar la mayor parte del equipaje. Tres mantas por cabeza, tres cuerdas de 15 metros, diversos sacos de diferentes tamaños para poder portar cosas, alcohol, aceite y tela para las antorchas, provisiones suficientes para unos 10 días, el equipo de inscripción de runas bien oculto y papel, tinta y útiles de escritura. - ¿Se te ocurre algo más? - preguntó a Dama Verith cuando consideró que las compras quedaron hechas.