Partida Rol por web

Desde vuestra nueva posición en una azotea cercana se podía ver claramente el hospital y el nuevo ala construido recientemente. Era un edificio descomunal que se encontraba a pleno rendimiento y en el que trabajaban multitud de personas dando servicio a la mayoría de los ciudadanos.

El lugar se veía tranquilo desde el exterior.

Shazael había vuelto trayendo a los dos compañeros que faltaban, ahora el grupo estaba completo, lo que era necesario para mantener la ventaja sobre sus rivales. Por lo que había escuchado, Dokter y Ben (Prometheo) se habían enemistado y enfrentado. Ahí radicaba la diferencia entre ellos. Habían tenido sus diferencias, pero aún así intentaban trabajar unidos porque sabían que era lo mejor. Carrie pensó que era uno de los pocos puntos en los que coincidían.

- Bien hecho, demonio.

Le dijo al ser rojo y le acarició la barbilla con la mano derecha. Probablemente al demonio eso le resultaría placentero. Para Carrie era una forma de realizar un reforzamiento positivo de su conducta. Shazael no dejaba de ser un animal, como técnicamente lo eran ellos mismos, y las experiencias positivas y negativas afectaban a la conducta. La humanidad se creía por encima de aquello, pero no era verdad, y si la humanidad no estaba por encima, el demonio, que quizá tenía una mente más primitiva, sería aún más susceptible.

Dawn le preguntó entonces si podía averigüar algo desde la azotea. Carrie negó con la cabeza.

- Mis poderes son más bien intrusivos: controlar mentes o confundirlas creando ilusiones, pero entrar en la cabeza de alguien para leerla es terríblemente confuso para mi. Sí, ya sé que los X-Men lo hacen habitualmente, pero yo no lo logro. Lo que yo me encuentro es que la cabeza de la gente es caótica, los pensamientos se forman con la participación de millones de neuronas y es tremendamente complicado sacar una conclusión de ahí. Los X-Men tienen que hacer algún tipo de trampa que desconozco.

Se quedó entonces en silencio, pensando que había dejado claro que no podía aunque de una forma un poco enrevesada.

Me dejo acariciar por la rubia, un gesto que demuestra que voy por buen camino. ¿Lo ves, Dom? Aprende del maestro... No creo yo que... Del maestro, he dicho.

Pero puedes controlar a la gente ¿no? -Pregunto tratando de mostrarme colaborador con mi chica- Bueno, os llevo hasta allí y controlas a una de esas empleadas con bata para que nos lo diga, Dom el enclenque puede acompañarte, si la mor... si Tótem no se pone celosa.

Serás...

Del maestro, he dicho, jiajaja...

Parecía que lo de leer la mente no era tan sencillo como yo creía, y el averiguar en qué habitación estaba Marta iba a requerir un poco más de acercamiento. Como dijo Shazael, y había planteado Dawn en un principio, lo mejor sería que se acercaran y obtuvieran información directamente en el mostrador.

En un principio no me había tomado en serio los comentarios que el Capitán me hacía sobre Dominic, pero tanta insistencia estaba ya resultándome sospechosa. Fuera como fuese, no era momento de detenerse en esas cosas.

- Claro que no. – dije girando la cabeza hacia un lado y alzando un poco el mentón, en un gesto de indignación, a la vez que trataba de ocultar mi sonrojo. – Tornado y yo os esperaremos en recepción, como se había dicho. - dije volviendo a mirarles.

Me acerqué a tornado y me agarré a su brazo, tal y como pasearía cualquier pareja.

- Fingiremos ser pareja, así pareceremos menos sospechosos. – le dije a Tornado. – Nos vamos volando, ¿O bajamos juntos? – pregunté mirando al resto.

Tanto la situación como el ambiente parecía haberse calmado un poco. Y el grupo empezaba a mostrarse algo colaborativo. Los poderes de la chica hacían que la misión no fuera tan fácil, ¿cómo no?, pero tampoco sería un gran obstáculo.

-Bien, si queréis advertirnos de algo Tornie puede levantar un airecito para que nos enteremos.- Bromee. Después miré al demonio, no me fiaba ni un pelo.- En cuanto a ti, necesitamos que parezcas una persona.

Lo mejor era no llamar la atención, y sin duda no podía dar más el cante.

-Nada de poderes si no es estrictamente necesario.- Les advertí.- Ahora en marcha.

El grupo no estaba hecho al azar, el demonio podría teletrasportar a la chica si fuera necesario, y la habilidad de Psiónica podría ayudar a convences a cualquier empleado del hospital. Aunque la verdad era que esperaba conseguirlo yo mismo simplemente dialogando. Pero no estaba de más cubrirse las espaldas.

Sonrío con sorna. "Estrictamente necesario, dice".

- Vamos, pues... "cariño".

Mientras bajamos a la calle, me dirijo a Tótem.

- ¿Sabes qué Jimmy Hendrix era medio negro medio nativo? Solo como dato.

Nada de poderes si no es estrictamente necesario, oído cocina -Digo llevándome una mano al lateral de la frente como hacen los militares, aunque con una sonrisa amplia de burla y evitando reírme a carcajadas- Y "parecer" humano, perfecto. Para esa mierda aburrida, mejor que "sea" humano...

Doy un salto acrobático hacia atrás, desde la cornisa, dejándome caer por la fachada, al mismo tiempo que implosiono en una nube de humo rojo y anaranjado. No seré yo quien caiga, eso se lo dejo a Dominic, jajaja.

¡¡Serás...!!

¡¡...Cabrón!!

Caigo de repente, nada más sentir la consciencia de mi cuerpo como enteramente mío. El impacto es doloroso, contra la última plataforma de metal de las escaleras de emergencia. Nada que suponga una lesión, porque incluso Shazael es lo bastante listo para no buscarme un problema con el que luego tenga que acarrear él mismo. Pero duele que se jode, toda la espalda contra el suelo.

Vamos, chaval, tienes que ir aprendiendo poco a poco...

¿Aprender? No tienes nada que enseñarme, la chica ya te ha dejado claro que no tienes ni idea de nada.

¿La morena? ¿Porque se ha hecho la dura cuando le he lanzado la indirecta? Vamos, hombre, que poco sabes de mujeres, está celosa y se hace la interesante...

Ouch... -Reniego desde la plataforma, tratando de incorporarme, y también de ignorar al demonio y su cháchara egocéntrica y fantasiosa. Como si un pibón como ese fuera a fijarse en alguien como yo...- Bueno, pues... cuando quieras, Psiónica.

Psiónica bajó volando del tejado y se encaminó del lado de Dominic hacia el hospital, junto a Aiden, seguidos por Malik y Sora.

- Vaya con el demonio - dijo Carrie - así que puede liarla gorda y luego transformarse y cargarte a ti con las culpas. En esas condiciones es muy posible que se desinhiba. Quiero decir, más todavía.

Comentó hablando como si estuviera estudiando la situación desde un punto de vista científico.

Pero no tuvo mucho tiempo para pensar pues enseguida llegásteis al destino. La entrada al lugar fue tranquila, pero nada más cruzar la puerta pudísteis sentir una enorme tensión. Las personas de recepción estaban inquietas y los visitantes se miraban y cuchicheaban, confusos, sin saber exactamente lo que pasaba. 

Un guardia de seguridad pasó corriendo dirigiéndose hacia el ascensor.

- ¡Voy en camino!

Gritó usando su comunicador y no advirtió vuestra presencia. Nadie se estaba fijando en vosotros en ese momento a pesar de que formábais un grupo llamativo.

Una enfermera llegó entonces desde otro pasillo y tuvo que apartarse para dejar paso al hombre.

- ¿Qué pasa, Mary?

Dijo a la trabajadora de recepción que para vuestra suerte comenzó a explicar lo que sucedía.

- Unos pacientes están montando un espectáculo. Toda la seguridad se dirige hacia allí.

La enfermera miró desconcertada.

- Sí, se han despertado gritando y han salido corriendo, los están tranquilizando a todos. Se está pidiendo a la gente que no vaya a la tercera planta. Parece algún tipo de histeria colectiva.

"Si están pidiendo que no suban a la tercera planta..."

Me giro a mis compañeros.

- No sé que está ocurriendo. Y no me gusta no saber que está ocurriendo. Voy para arriba. Llegaré más rápido volando. Buscad un ascensor o unas escaleras.

Salgo afuera y, con una ráfaga de viento, me impulso hacia arriba, hasta llegar a la tercera planta. Busco alguna ventana abierta, y me meto por ella dentro del hospital.

Cuando llegamos nos enterams de que algo estaba pasando en la tercera planta y Tornado voló de inmediato hacia allí por el exterior.

Histeria colectiva dice... Histeria la que voy a acabar desarrollando como esto siga así.

No era para nada habitual que perdiera los nervios o me enfadara, pero desde que se me asignó este grupo mis emociones eran como una montaña rusa, incluso había empezado a pensar que se trataba de alguna extraña prueba del Dr. para probarme.

-     ¡Espera, Tor... Tú! - grité a Tornado pero fue inútil, ya había salido. - No era lo planeado, pero tengo que alcanzarle antes de que saque la pistola. - resoplé. - Lo siento... - añadí mirándoles, terminando en Dawn, de quien había partido el plan. - Si sirve de algo, creo que deberíamos seguir con lo referente a Marta. Si está en la tercera planta nos veremos allí. - concluí y salí corriendo escaleras arriba lo más rápido que pude.

Nada de poderes, estaba muy claro, ¿En qué estaba pensando Tornado?

Nada más entrar en el hospital ya queda claro que nuestro plan hace aguas por todas partes. No porque sea malo en sí mismo, sino porque parece claro que hemos llegado tarde. Algo bordo se está liando en la tercera planta y sería mucha casualidad que no estuviera relacionado.

¡¡Al ataque!! ¡¡Vamos, Dom, suelta amarras, que llegaré el primero fácilmente!!

Pero la cosa no va así. O no iba, hasta que Tornado decide salir volando por el exterior, pese a que habíamos quedado en que nada de llamar la atención. Tótem sale corriendo por las escaleras, y el grupo ya se ha partido a la mitad.

Vamos, Dom, puedo agarrar a estos dos lentos y llegar a la tercera planta antes que tu chica.

Ignoro a Shazael y su estúpida insistencia, pero me veo entre dos aguas. No creo que encontrar a esa chica sea para lo que estoy más preparado, y esos dos podrían tener problemas en la tercera planta si la cosa está descontrolada. Yo podría sacarles de allí fácilmente, llegado el caso.

Más bien yo, querrás decir...

Chicos, voy con Tótem si os parece bien. -Digo mirando a Psiónica y seguidamente a Dawn, que es quien parece manejar el cotarro por aquí- Os bastáis para encontrar a la chica, y estos dos podrían tener problemas ahí arriba. Prometo no liberar a Rojo si no es estrictamente necesario.

Y diciendo esto, empiezo a correr hacia las escaleras. No estoy tan en forma como esa chica, Tótem, pero haré lo que pueda...

Me encontraba ya en el último tramo de escaleras, el que conectaba uno de los dos que conectada el segundo con el tercer piso, cuando empecé a sentirme fatigada. Comencé a toser, y no tuve más opción que detenerme.

El pecho me oprimía, y sentía que me faltaba el aire. Sin duda no había sido muy inteligente por mi parte ofrecerme a ser yo quien fuera tras Tornado, y menos poniendo todo mi esfuerzo en ello sin haber tomado antes la medicación.

Me sujetaba a la barandilla con una mano, mientras que la otra la llevé a mi pecho unos segundos, antes de meterla en el bolsillo para sacar la medicación de auxilio. Pero allí no estaba.

Se me ha tenido que caer al empezar a correr. ¿En qué estabas pensando? No estás centrada.

En no usar los poderes y en evitar que Tornado la liara, en eso estaba pensando, pero aun así tenía que haber pensado en las posibles consecuencias.

Correr es una cosa. Correr cuesta arriba ya pasa a otro nivel, es bastante jodido. Pero ya correr escaleras arriba supera con creces lo que estoy lo bastante en forma como para hacer. Un motivo más por el que no soy un héroe de esos.

Con lo sencillo que sería chasquear lis dedos y aparecer en la tercera planta, ¿verdad?

No puedo negarlo, esta vez Shazael tiene razón. Veo lo que él hace desde su subconsciente, y con esa habilidad es todo mucho mas sencillo. También con esa agilidad que tiene. Por algo él es un auténtico demonio y yo un simple humano...

Aún hay clases, jeje, pero es que eres muy necio. Déjame salir y yo me ocupo de todo...

¿Eh? ¿Qué es esto? -Detengo mi carrera un instante, en la primera planta, al ver un pequeño cilindro rodando y precipitándose por un escalón. Me agacho, sintiendo un hormigueo en las piernas por la falta de costumbre, y lo recojo.

¿Y eso que es?

Un inhalador, respondo mentalmente. A veces olvido que el demonio ignora tantas cosas de este mundo actual que en ocasiones se siente tan perdido como un niño.

¿Y que hace por aquí...?

Noto la sorna en su pregunta, en contraste con la genuina ignorancia anterior. Ya sabe lo que necesita, lo ha extraído de mi mente en cuanto le he respondido. Y ha analizado la situación mejor que yo.

Comienzo a correr escaleras arriba con energías renovadas, nacidas de la necesidad. Me agarro con fuerza a la barandilla para impulsarle, con el inhalador en la otra mano. Mis temores se confirman cuando doblo casi sin aliento el descansillo entre la segunda y la tercera planta, y veo a Tótem allí parada, tosiendo y sujetándose el pecho.

¡Eh! ¿Estás bien? -Le digo apresuradamente mientras me acerco saltando los escalones de tres en tres, mostrando el inhalador- ¿Esto es tuyo? ¿Lo necesitas? ¿Qué hago?

No tardé mucho en escuchar pasos por las escaleras, y por la velocidad no parecía que se tratara de cualquier visitante o trabajador del hospital. Miré hacia abajo, y en segundos vi a Dominic aparecer. Me preguntó por mi estado y me mostró el inhalador.

- Si… - respondí, estirando el brazo y cogí el medicamento de su mano.

Quité la tapa del inhalador y lo agité antes de colocar la boquilla en mi boca. La rodeé completamente con mis labios y apreté para accionar la salida del broncodilatador. Inhalé su contenido, aguanté la respiración y exhalé. Volví a repetir el proceso antes de sentarme en las escaleras.

- ¿No deberías… Estar con los… demás? – pregunté alzando la vista para mirarle. – Muchas gracias. – le dije con una media sonrisa, ya que no me encontraba aún del todo bien. – Puedes seguir si... quieres, Tornado lleva ya un rato arriba. En cuanto pueda... iré. – cogí el inhalador que había dejado en la escalera y lo guardé en el bolsillo, volviendo después a mirar a Dominic, con cierto temor en mi mirada. – Sobre todo esto, no digas nada, por favor… - le imploré y volví a desviar la mirada hacia abajo.

Las cosas parecían ir de mal en peor, ya no sólo se trataba de que el Dr. Extraño pensara que no éramos competentes. Con mi actuación había demostrado no serlo, o al menos el estar tardando en serlo. No estaba dispuesta a rendirme, pero lo que no quería es que mis compañeros pensaran que no estaba capacitada para esto. Esperaba que Dominic no me guardara rencor por mi seca bienvenida y me guardara el secreto, pero el tal Shazael no me inspiraba ninguna confianza.

Ufff... ¿Y quienes... son "los demás"... exactamente? -Respondo casi sin aliento tras la carrera, con una media sonrisa, como si me hiciera gracia la pregunta. Porque te la hace, Dom, y a mi también, jiajaja- A la primera de cambio... cada cuál ha... corrido en una dirección. -Trato de endetezarme, respirando de forma más pausada. Quizás debería empezar a hacer algo de footing, o apuntarme a un gimnasio. Mi estado de forma es lamentable- He venido detrás tuya porque pensé que si había lío en la tercera planta podía seros más util a vosotros.

Noto una cierta incomodidad. Solo que esta vez es en ella, no en mí. Bueno, con las cosas que me susurra Shazael, yo también me siento incómodo en su presencia. La novedad es que sea ella la que esté incómoda en lugar de amenazante como antes.

Hey, yo... no soy un héroe, no soy como vosotros. No tengo poderes y esas cosas, sólo trato de mantener bajo control a un ser al que odio... -¿Odiar? Vamos, Dom, con los buenos momentos que hemos compartido... Pongo los ojos en blanco mirando al techo, desesperado por lo que tengo que escuchar en mi cabeza- ...y tratar de enfocarle hacia algo positivo. No soy quién para juzgar a nadie. -Trato de sonreír a pesar del cansancio- Tu secreto está a salvo conmigo. Y Shazael tampoco dirá nada, te lo prometo.

¿Seguro? Esa es una buena baza que explotar...

Ya me has oído, Capitán Rojo, ni una palabra.

Venga, vamos, a ver si encuentro una silla de ruedas por el camino, que estoy que me muero ¿Una carrera? -Sonrío, evidenciando que es una broma. Estoy yo ya como para correr, pero bueno...

Dominic prometió guardarme el secreto, incluso me dijo que Shazael también lo haría, lo que me tranquilizó mucho.

- Muchas gracias. – le dije con una amplia sonrisa, y me sujeté a la barandilla para levantarme de las escaleras. – Sobre lo de ser un héroe… Depende lo que entiendas por héroe, ¿No? Según lo que dices, yo tampoco soy una heroína. – me encontraba más recuperaba, y subí un par de escalones más antes de girarme y mirar a Dom. - No soy más que un canal para el poder de los espíritus, no podría hacer nada sin estos. Asi que en cierta forma, no somos tan diferentes, ¿No? – le guiñé un ojo, y continué subiendo las escaleras por delante de él.

Pronto alcanzamos la tercera planta y entramos por la puerta que nos daba acceso a la misma.

Una vez más el grupo fallaba y se desmoronaba en momentos de tensión. Torna do se iba por su cuenta, y al menos el resto esperaba a decidir en conjunto. Desde luego no podía ser tan fácil como llegar y recoger a la chica.

-Seguramente Marta estará en la tercera planta, pero no podemos arriesgarnos a que este en otro lado y se la lleven durante la revuelta.- Pensé en voz alta.

En parte el nuevo tenía razón, pero mi parte iba a ser mucho más sencilla, así que los recursos no me parecían bien repartidos.

-Está bien, intentaré enterarme de donde está Marta en información. Vosotros ver que ocurre en la tercera planta y ayudad en lo que podáis.- Dije refiriéndome a los tres.- Si me necesitáis activar la alarma de incendio.

Dicho esto me dirigí al mostrador de información deseando que aquello saliera bien.

Sonrío genuinamente cuando me guiña el ojo, tras descubrir que mi idea sobre esa chica ha cambiado radicalmente. Aunque en un principio me pareció alguien peligroso e irascible, parece que las primeras impresiones me han engañado. Es mas simpática y agradable de lo que parecía.

¿Ves cómo sabía yo que era para ti?

Además, no somos tan diferentes en el fondo. Ella también es un canal para dejar que sean otros los que actúen, supongo que debe comprender en parte por lo que estoy pasando, o al menos mejor que otros. Vamos, marinero, síguela que se escapa de nuestra línea de visión, y no quiero perderme detalle de ese culit... Pero seguro que esos espíritus suyos no son tan odiosos.

Suspiro y corro escaleras arriba, tras Tótem, luchando por que mis ojos no se fijen en aquello que Shazael tanto ansía.

En el mostrador de información habían tres personas, Mary, otra mujer y un hombre. Ahora mismo no estaban pendientes en absoluto de las personas, sino de los problemas que habían surgido.

No era en absoluto difícil encontrar información sobre Martha, nada más preguntar a esas personas, Mary echó un vistazo al ordenador y te respondió.

- Se encuentra en la habitación 313, pero no puede subir en estos momentos, la seguridad ha ido a la tercera planta a tranquilizar a varios pacientes fuera de sí. Espere aquí, por favor.

Psiónica, que se había quedado ahí contigo, no dijo nada hasta que te apartaste.  

- Les dije que no se separaran y mira, salieron corriendo en cuanto hubo oportunidad. Puedo crear una ilusión que les distraiga mientras subimos por las escaleras, creo que es la mejor opción.