Partida Rol por web

Ya sólo quedaba que Clea obrara el ritual que había preparado para facilitaros la búsqueda. Sónica y ella tomaron asiento una enfrente de la otra y la hechicera inició una meditación acompañada de un cántico rítmico, destinado a alcanzar el estado mental adecuado. El olor a incienso impregnó a todos los presentes, causando algo similar a un enlace espiritual que os hizo sentir una inusual calma durante unos minutos.

Clea tocó con las palmas de la mano las mejillas de Laetitia, musitando y canturreando palabras en un idioma que no era humano, elevando la voz in crescendo mientras ella expandía su consciencia y el espacio se convertía en algo mucho menos limitado. Al poco, era capaz de intuir la dirección que debía seguir, como si la ubicación de su hermana fuera ahora su Norte y ella fuera capaz de situarlo con precisión.

- Ahora partamos sin más dilación. El tiempo apremia.

Levantando de vuestros asientos, fuísteis hasta el exterior y allí Tornado invocó potentes ráfagas de viento que danzaron a ras del suelo tratando de alzaros. Cuando giraron con la suficiente velocidad, os elevaron y de ese modo comenzó a transportaros. La señal os guiaba hasta fuera de la ciudad, en plena naturaleza y entre montañas. Unos quince minutos más tarde pudísteis atisbar una casa perdida en el monte. Seguramente un lugar idílico en los días tranquilos, aunque ahora el cielo ennegrecido y encapotado lo hacía aparentar menos hospitalario.

Dado que el tornado que os transportaba era demasiado llamativo, os apeásteis y os acercásteis con cuidado, caminando por la montaña y sintiendo que el ambiente era cada vez más frío. El fantasma de Clea os acompañaba, flotando cerca vuestro. 

En la mitad izquierda de la vivienda, donde estaba el salón, había luz y se podía ver a dos mujeres, una joven pelirroja y otra de raza negra.

Daba la impresión, por su cabello y sus ropas, que la joven pelirroja era Patrice, aunque su piel parecía diferente, dañada, aunque a esa distancia no reconocíais los detalles.

La otra mujer de raza negra tenía el pelo largo y peinado con rastas, de manera que no parecía ser nadie que conociérais.

El ritual no se hizo esperar mucho, y con la dirección que debíamos seguir, Tornado nos ayudó a llegar al lugar. Caminamos algo por el bosque hasta llegar a la casa, en un recorrido nada agradable. Lo hice en silencio, con las manos en los bolsillos por ese molesto frío, y con una palabra retumbando en mi cabeza...

SIEMPRE

SIEMPRE

SIEMPRE

Caminaba a la cola del grupo, algo cabizbaja, sonriendo a Dominic las pocas veces que se cruzaron nuestras miradas, a pesar de la perceptible tristeza en mis ojos.

Al llegar pudimos ver que la casa estaba ocupada por dos mujeres. Era hora de ver como intervenir. Miré a Dawn, esperando que este tomara la iniciativa, como de costumbre, pero no se pronunció.

- Y si... Nos acercamos un par? El resto podría dividirse entre vigilar la casa y el perímetro... - sugerí, sin mucha esperanza de que me hicieran caso.

El plan parece sencillo. Al menos en apariencia. Seguir las indicaciones de Sónica hasta su familia, y con ello dar con el malo. Eso nos lleva hasta terreno boscoso, fuera de la ciudad, a donde nos lleva Tornado por los aires pese a las continuas protestas de Shazael que oculto dentro de mi cabeza. El demonio insiste una y otra vez en que él podría transportar al grupo mucho mejor, aunque yo prefiero limitar al máximo su tiempo en libertad.

Finalmente, llegamos a las cercanías de una cabaña, en cuyo interior vemos a dos mujeres. Sora propone acercarse dos de nosotros a investigar y que el resto vigile a distancia. No me parece un mal plan...

Venga, humano, déjame salir y soluciono el problema en un momento.

No te voy a dejar salir para que entres ahí dentro, espada en mano, a "arreglar" las cosas a ti estilo.

Oh, por todos los infiernos, Dom, ¿es que no te he enseñado nada? Soy mucho mejor que eso... Escuuuucha...

Permanezco unos instantes escuchando la idea de Shazael en mi cabeza. Me parece arriesgada, pero no descabellada. Al menos, lo bastante interesante como para compartirla con los demás.

Esto... Rojo podría... -Echo de menos una palabra en esa frase, Dom- Capitán Rojo cree que podría entrar y salir de allí en un momento. Alertaría a quien anduviera dentro, pero podría poner a una de esas mujeres aquí mismo, entre nosotros, para interrogarla. -Tuerzo el gesto, pensativo. Lo cierto es que me gusta más la idea de Sora, pero...- Vosotros decidis.

Miré a Dominic sorprendida, y es que su sugerencia no me parecía nada adecuada, claro que no había que olvidar de quién venía.

- A mí no me parece bien...- comencé a hablar, con cierto reparo. -Creo que eso es demasiado agresivo. No estaban en las esferas? También son víctimas de todo esto. Y no hay que olvidar que la pelirroja nos ayudó a dar con la tía de Martha y con Prometheus. Incluso nos advirtió a Psiónica y a mí para que no nos atacaran. - di un paso hacia Dom con decisión. - Deberíamos intentar con la vía pacífica, y si la cosa se pone fea que Shazael nos saque de allí rápido. - miré al resto, esperando escuchar su opinión.

Por suerte la conversación acabó relajándose gracias a las distintas intervenciones y debido a ello pudimos continuar con los planes de la mujer de pelo blanco.  Las impresiones que iba adquiriendo sobre el grupo me hacían ver que quizá no se conocían tanto como yo creía, pero eso no me importaba en un momento como este: mientras fueran capaces de cumplir órdenes por un objetivo común me bastaba.

El ritual que realizó la mujer sobre mí me hizo quedarme en un extraño trance durante un tiempo: por algún motivo aquello me hizo recordar el momento en el que conseguí mis poderes, probablemente por el olor que tenía la sala ya que era parecido al de aquella tienda.  Intenté mantener la mente centrada en mi hermana puesto que era lo único que me interesaba en esos momentos y tampoco sabía si debía hacer eso o si era mejor que la mantuviera en blanco. Por suerte al abrir los ojos me encontré con la guía que necesitaba para llegar hasta ella.

El viaje, siguiendo las indicaciones que fui dando al que controlaba aquello, se me hizo algo largo pero era producto de la impaciencia. Por favor, aguanta. No te mereces nada de esto, pero pronto acabará todo.  No podía dejar de pensar en lo que estarían sufriendo mi madre y mi hermana por culpa de todo esto.  Nos acercamos y al ver a aquellas mujeres durante un segundo pensé que mi hermana se trataba de ellas, pero cuando me fijé bien comprobé que no era así. Relájate, así no ganas nada.

Escuché el plan que proponían el tipo que controlaba al capitán y Tótem. Me mantuve en silencio unos instantes, pensativa.   Si realmente los conocéis- interrumpí, sin saber exactamente qué decir- podemos intentarlo por las buenas, como dice Tótem.  Mi hermana está aquí, cerca, así que tenemos que intentar no perder mucho tiempo.  Si pensáis que pueden ser hostiles será mejor que entremos directamente. 

Aiden miró en dirección a Sora y a Shazael como si no llegara a creer lo que estaba escuchando. Vía pacífica, capturar rehenes... lo mejor era atacar. Les había salido bien en el almacén contra el pedregoso y seguía siendo el mejor camino.

- Hay dos enemigos a la vista. Contamos hasta tres y les atacamos con todo. Así nos libramos de dos enemigos y ganamos ventaja táctica. Haced el favor de no complicaros.

Malik por su parte, torció el labio, pues no le terminaba de gustar ninguna opción.

- Esa casa no es grande, así que con cualquier cosa que hagamos se alertarán. Yo creo que la rubia puede engañarles con sus "malas artes". O bien hacemos algo para que salgan y las mareamos mientras los demás entran. A la pelirroja seguro que yo sólo la puedo apresar con un tornado, si es tan inepta como sus amigos racistas. La otra, la afroamericana, no sé si podrá atacarme. No sería mala idea que yo las apresara mientras vosotros entráis, no creéis.

El ex-militar se rascó el brazo inconscientemente, en la zona donde se marcaba una pequeña cicatriz.

Sora no tarda en mostrar su desacuerdo con el plan de Shazael. La verdad es que no lo veo un mal recurso de necesidad, pero como plan elaborado hace un poco aguas por donde lo miremos. Máximo cuando, como dice Sora, esas mujeres no sin necesariamente el enemigo. Podrían incluso ser rehenes de esos capullos.

Asiento cuando plantea una senda más pacífica y dejar al demonio como plan de huida, aunque entonces empieza el desvarío cuando otros empiezan a proponer ideas que no son dignas ni del demonio. Sónica no termina de decidirse, Dawn pretende que carguemos como el séptimo de caballería y arrasemos con todo, y Tornado propone encargarse él de esas mujeres mientras los demás entramos.

Atacar a gente antes de saber si son delincuentes o víctimas no parece muy heroico... -Digo entre dientes, observando la casa- ¿Y si Tótem y yo nos acercamos, como ha dicho antes, y el resto tomáis posiciones alrededor por si la cosa se tuerce y hay que "atacar con todo"? Sobre el tejado, por ejemplo, o entre la vegetación...

Mi rostro desencajado miraba en silencio a todos. No podía creerme las ideas de algunos. ¿Disparar y luego preguntar? ¿De qué estábamos hablando? Dominic hizo una propuesta final, aunando un poco las ideas de todos, aunque en mi mente no había estado en ningún momento el acercarme junto a él, no sin estar segura de que no fuera a ser peligroso.

Asentí ante su proposición, y sin esperar el acuerdo de nadie comencé a acercarme a la casa. Como bien había señalado Sónica el tiempo apremiaba, su familia estaba en peligro. Llegué hasta la casa seguida de Dominic, esperando que mientras tanto el resto fuera posicionándose.

Miré a Dom un instante, tras lo que miré la puerta y toqué en esta un par de veces.

-Por detrás de mí… - le murmuré, queriendo que estuviera a cubierto en caso de que la cosa se pusiera fea. - ¿Hola? – pregunté alzando la voz, tratando de obtener respuesta.

Después del paseo por el frío de la tormenta parece que los ánimos se han relajado un poco. Aunque Clea, parece que no tomó en consideración mi propuesta de contactar con Extraño. Creo que no le caigo muy bien, ¿se sentirá amenazada? La señora ya es mayor la verdad, y no creo que le guste que ande por casa  de su ex... en fin...a lo que estamos. El paseo tras el vuelo, nos lleva a la casona de aspecto moderno. Pero hay algo en todo esto que no me gusta. Es demasiado FÁCIL.

Tras el examen inicial de la casa y sus ocupantes, surjen diversos planes y cursos de acción. Todos tienen puntos fuertes y flacos la verdad, amalgamar alguno podría ser buena cosa. Suspiro, dispuesta a intervenir.

- Malik, hago un esfuerzo por recordar tu nombre, eres Malik o Tornado, si no quieres ser "negrata", te sugiero que dejes lo de "rubia" a un lado, ¿si? Bueno, a lo que nos ocupa, una carga hostil puede causar más mal que bien. ¿Y si esto es una trampa? Dokter podría deducir que Prometheus ha cantado o que tenemos algún medio para encontrara a la hermana de SonIca. Peor aún, conociendo la magnitud de nuestras habilidades podríamos derrumbar la casa sobre la pobre. En otro orden la pelirroja era una prisionera la última vez que le vimos, ¿Qué hace ahí fuera tan tranquila tomando el té con esa rastafari a la que ni siquiera conocemos? Y tú Dawn ya le quieres partir la cara, si lo hubiera dicho yo... pase, pero tu míster santurron, ¿tienes fiebre o algo?  - sacudo la cabeza brevemente, mientras examino de nuevo la casa.

- Como no quiero que me acuseis de ser la zorra que machaca los planes sin proponer nada, he aquí mis aportaciones. Me parece bien la vía diplomática, pero con cuidado. Además proyectaré una ilusión sobre vosotros para que parezcais dos excursionistas extraviados o una pareja a la que se le ha roto el coche, vosotros decidís. Los demás podemos esperar en " reserva" como apuntó Totem, mientras tratais de averiguar algo¿os parece? - 

Observo a las mujeres en los minutos que dura la conversación,tratando de deducir si son reales o pueden ser una ilusión, si se mueven, tienen comportamiento no repetitivo, etc.

Mi rostro desencajado miraba en silencio a todos. No podía creerme las ideas de algunos. ¿Disparar y luego preguntar? ¿De qué estábamos hablando? Dominic hizo una nueva propuesta, aunando un poco las ideas de todos, aunque en mi mente no había estado en ningún momento el acercarme junto a él, no sin estar segura de que no fuera a ser peligroso.

Psiónica también intervino, en su habitual tono, pero no falta de razón. Sorprendentemente era una de las más sensatas del grupo en estos momentos. Estaba de acuerdo en ser cautelosos, y dio una opción realmente buena. Asentí ante su proposición, esperando que el resto no se opusiera. Como bien había señalado Sónica el tiempo apremiaba, su familia estaba en peligro, y ya estábamos perdiendo demasiado tiempo.

- Puede que sea mejor lo de los excursionistas, pero lo que te sea más sencillo. - respondí a Psiónica y miré a Dom un instante. - Detrás de mí… - le advertí en un susurro, queriendo que estuviera a cubierto en caso de que la cosa se pusiera fea.

Psiónica recurrió a sus poderes mentales para crear una ilusión que os cubriera. La ilusión era una escena en realidad, en la que se veía a un hombre y una mujer que se aproximaban. Totem y Dominic se acercaron cubiertos. No se podían ver entre sí, pues la ilusión se superponía incluso a sus sentidos.

Ambos llegaron a la puerta y Totem golpeó con sus nudillos. Al poco, la mujer de raza negra se levantó del sofá y se acercó para abrir la puerta y otear. Al ver a la pareja de excursionistas, sonrió.

- Oh vaya. Seguro que salísteis de excursión y se os está torciendo el día.

Una voz masculina que no podíais reconocer se escuchó desde el interior.

- ¿Va todo bien?

Su tono no era tan amistoso como el de la mujer. Más bien el de alguien desconfiado.

- Sí, son dos jóvenes. Ahora me dirán lo que necesitan.

Desde fuera, se podía ver que la pelirroja se había puesto en pie, pero permanecía en el comedor. Seguía a la vista y no estaba haciendo absolutamente nada.

El tipo se acabó acercando y echó un vistazo desde atrás. Era un joven apuesto y fuerte, el cual ya era conocido por algunas de vosotros.

- No admitimos visitas. Dales dinero y comida para que se larguen.

Se quedó ahí, mirando cómo transcurría todo.

La mujer que había abierto la puerta te resultaba ciertamente familiar. A pesar del nuevo peinado y esos tatuajes en el rostro, era casi idéntica a tu madre, pero con algunos años menos. De hecho era clavada a como tu madre aparecía en las fotos de su boda, aunque sin ese pelo. El tono de su voz también coincidía y la forma de pronunciar las palabras.

Psiónica hizo uso de sus habilidades, y al parecer consiguió camuflarnos, ya que aunque no fuera capaz de ver el cambio, la mujer negra que nos abrió si parecía estar frente a dos excursionistas. Esta se mostraba amable, pero no así la voz que se dejó oír desde el interior.

Al escucharla me puse tensa, tratando de discernir si se trataba de él o no. La mujer continuaba con su tono agradable, mientras podíamos ver a Patrice dentro, aparentemente tranquila.

Antes de responder a la mujer vi como un hombre se acercaba, el tipo de aquella voz, el que ya nos encontráramos Psiónica y yo al principio de toda esta historia.

Joder, nos han estado mareando, todo esto no puede ser casualidad…

James no sólo se mostró desconfiado, sino que parecía querer librarse de nosotros cuanto antes. No se me olvidaban las palabras de Psiónica en el hospital. Ya desde el principio había sospechado del aspecto del tipo, pero tras las palabras de Psiónica de que este se la había jugado… No tenía claro si tenía algún tipo de poder de congelación o no, pero lo que estaba claro es que no era amistoso.

-Sentimos molestar, somos un poco nuevos en esto del senderismo… ¿Eh? – sonreí a Dominic, agarrándole del brazo, y clavándole las uñas con disimulo en cuanto pude, tratando de hacerle saber que no me gustaba todo esto. - ¿Podríamos hacer una llamada? Sólo sería un momento…

Miré a Patrice al fondo, preguntándome si la pelirroja nos habría dicho la verdad en casa de la tía de Martha.

Decía que había un tipo negro… Uno que se las daba de jefe, que quiso imponerse a Prometheus, que sabía dónde estaba Martha... Y que el tipo se llamaba Dokter. ¿Podría ser él? ¿Le hemos tenido delante en varias ocasiones sin saberlo?

Desde mi posición podía verlo todo con más o menos claridad. Tótem y el dueño del capitán rojo se habían adelantado haciéndose pasar por excursionistas y yo tenía miedo de que lo pillaran, porque si nosotros teníamos poderes ellos también debían tener capacidades sobrehumanas.  Si nos descubren tendremos que actuar rápido.  Yo permanecía al lado de psiónica, con quien de alguna manera no había hecho malas migas. Era cuestión de suerte, suponía.

Cuando abrieron la puerta me quedé bastante tensa, pero no solo porque pudieran o no descubrirnos, sino por la mujer que les había abierto la puerta. No me jodas…- dije mientras enfocaba bien la vista, porque era casi increíble. Se parece tanto… ¿es ella? No, no puede serlo. Casi me puse en pie de la sorpresa pero el verme rodeada de todo el grupo hizo que me quedara agachada.

-Esa mujer es casi idéntica… a mi madre- les susurré a los que estaban escondidos junto a mí. No sé qué clase de mierda es esta, pero su voz, su forma de hablar e incluso su aspecto… es mucho más joven, pero es igual a cuando tenía unos años menos. ¿Qué está pasando…? ¿Y por qué está ella ahí?- me imaginaba que mi madre estaría con Martha, pero como rehén. ¿Qué significaba que tuviera ese aspecto en esos momentos? 

A ese lo mato yo.

El demonio ya vuelve a moverse a sus anchas por mi subconsciente. En cuanto se abre la puerta puedo oír su voz divertida ante la idea de matar a alguien, aún a pesar de saber que hemos venido únicamente a investigar, sin saber realmente si son o no nuestros enemigos.

Sí, sí, sí... Lo que tú digas, Dom, pero ese es mío.

Agradezco que la "magia" de Psiónica nos enmascare. No ya sólo por cubrir nuestro aspecto habitual y convertirnos en dos excursionistas extraviados, sino por ocultar la mueca que me produce oír los pensamientos de Shazael. Pero eso queda en un segundo plano cuando Sora comienza a hablar, creando toda la farsa, agarrándome del brazo con un gesto de nerviosismo.

Shazael...

Yo estoy listo, Dom, no nos separes de ella...

Jeje, la culpa es mía... -Digo haciéndome el tonto -Tampoco te esfuerces tanto...- curioso por el comentario del demonio. ¿Preocupación?- No debí fingir que sabía de estas cosas, debería haber comprado aquel GPS, ¿verdad? -Pongo mi mano sobre la de Sora, dándole unas palmadas tranquilizadoras si es que eso es posible.

No la sueltes, Dom, me da que habrá que salir de aquí con cierta premura...

El ilusorio reloj que llevas en la muñeca realiza unos pitidos, como si sonara una alarma programada. Al mirarlo inconscientemente alargando la mano para apagarla, ves que en la pantalla parpadea un mensaje, como un recordatorio de los que se suelen usar en los móviles, que viene acompañado de texto.

- Si no os veo, no hay ilusión.

El texto parpadea un par de veces, antes de desaparecer finalmente.