Partida Rol por web

Cuando la mujer sale a recibir a Totem y el Capi, aunque me esfuerzo por verle bien, no la reconozco en absoluto. - Buenos chicos, hacen bien el papel de estar perdidos - sonrío interiormente.

Pero cuando me llega la segunda voz, la del hombre, algo hace "click" en mi cabeza. Es aquel maldito cabronazo mentiroso que intentó meterme en aquella cosa negra y fría. En vez del móvil, debería haberle asado las pelotas...

- James Marshall, también conocido como Dokter... cabronazo... - susurro entre dientes. La temperatura sube ligeramente a mi alrededor, y las plantas a mis pies parecen secarse ligeramente, como si les hubiera dado el sol durante todo el día.

Viendo que señalan el interior de la casa, como si pretendieran entrar, parece que el calor desaparece y ladeo ligeramente la cabeza en un gesto de concentración por un momento.

- Me muero por saludar a ese cabrón de Dokter pero, ¿no os parece raro que Patrice esté ahí tan tranquila despues de que ese tipo le metiera en la esfera negra?, ¿Control Mental?, no se... Pero podría intentar esa jugada con la rastafarí que se parece a tu madre- susurro, dirigiendome a Sónica en último término. - Si consigo imponerle mi voluntad, podría ser útil, pero me podría llevar medio minuto y depende de su resistencia mental -.

La joven afroamericana asintió a las palabras de Dominic.

- No os preocupéis. Yo os dejaré mi teléfono móvil para hacer una llamada.

Iba a ponerse a buscarlo, cuando miró en dirección al bosque y su expresión amable cambió a una preocupada.

- Hay gente farfullando allí, dicen que me parezco a la madre de una de ellas. Soñé una vez que tenía hijas. Su voz es como la de mi sueño. Tenía una voz preciosa, mi hija.

Se escuchó una voz al fondo. Provenía de la pelirroja. Magma se había asomado a la ventana y su piel se advertía cubierta de costras.

- Deben de ser los extraños.

El hombre entonces rebuscó en los bolsillos, extrayendo dos pequeñas esferas negras cuya naturaleza ya conocíais muy bien, pero tan sólo las mantuvo en sus manos.

- Tranquilas. No son más que un estorbo.

Súbitamente el paraje se oscureció, cubierto por una enorme sombra. La temperatura bajó varios grados. No podíais ver nada. El fenómeno apenas duró un momento y cuando pasó, estábais en la montaña, pero no había nada delante vuestro.

La casa se había esfumado.

Una especie de tirón mental te indicó una nueva dirección.

Aiden se llevó las manos al casco.

- Va... me tenía que haber lanzado. A la próxima me lanzo, chicos.

- Claaaaro machote, lo mejor sería haberte lanzado, y ahora estarías solito con ellos, quién sabe donde, y te estararían haciendo quien sabe qué. La verdad es que la próxima vez no te pongo pegas, no seré yo quien se interponga en tu crecimiento intelectual por el método ensayo/error. - bufo malhumorada. La verdad, no me esperaba un truco de circo de esta envergadura.

O a lo mejor, nos están haciendo un David Cooperfield... - Sónica, concentrate en ese enlace que tienes con tu hermana para encontrarla, y dinos la dirección que te señala ahora por favor. - Sigo mirando a las inmediaciones de donde se encontraba la casa, por si algo cambiara.

Estaba convencida de que esa mujer tenía que ser mi madre, aunque no estaba segura de qué coño estaba pasando con ella.  Psiónica estaba diciendo nombres de gente que yo no conocía y me encogí de hombros, queriendo decirle que no tenía la más mínima idea de lo que comentaba.  No estoy segura de si es la solución…

Cuando mi madre empezó a decir que había soñado que tenía hijos me asusté, y mucho: no solo porque nos hubieran descubierto, sino porque parecía que de alguna forma estaban jugando con su mente.  ¿Pero qué le han hecho…?- era más bien una pregunta para mí, pero la dije en el mismo tono que conversaba con ellos.

Y de pronto todo se esfumó, dejándonos sin nada que poder hacer.  Por suerte o por desgracia en enlace mental que tenía con Martha no había desaparecido, sino que marcaba una nueva dirección.   Tengo una nueva dirección,  será mejor que nos pongamos en marcha- ya no me molesté en hablar en un tono bajo- pero la próxima vez no podemos perder el tiempo de esta forma porque entonces huirán de nuevo. 

Parpadeo, incrédulo, como cuando se despierta uno de un sueño y tarda unos instantes en regresar a la realidad. La casa ha desaparecido, así sin más, y con ella todos sus ocupantes...

Mi plan era mucho mejor...

Miro a Sora, a mi lado, aún agarrados como estábamos. No es que el plan haya ido demasiado bien, pero al menos hemos averiguado algunas cosas.

Ehm... Supondremos que ese tipo era el tal Dokter, ¿no? -Claro, ese al que voy a matar...- Parece que tiene a esas dos mujeres en una especie de trance hipnótico...

Podríamos haber sacado de ahí a una de ellas. Mi plan era mejor, Dom, y lo sabes. Diselo, diselo a todos para que lo oigan. Vamos, dilo, dilo, dilo...

Oh, por favor... -Me agarro las sienes con las manos, soltando a Sora- ¡Callate ya! Me das dolor de cabeza...

Pues dilo...

Que diga qué. Pretendías sacar a esa señora de la casa. Y sin ella, Dokter se habría desvanecido con la pelirroja y no tendríamos forma de rastrearle de nuevo...

Detalles... Simples detalles a mejorar...

Bufff... -Resoplo por la interminable discusión de mi cabeza, tratando de ignorar al demonio mientras nos reunimos para valorar la situación- Cuando los volvamos a encontrar, podemos entrar a donde estén todos a la vez, Capitán Rojo puede hacerlo... -Me froto la nariz, algo irritado por tener que conceder crédito a las habilidades del demonio- O hacer lo que dijo en un principio, con la pelirroja. Si la saca fuera de su influencia, se quedará sin un títere inocente a quien utilizar contra nosotros...

Eso es, Dom, admite que mi plan era el mejor...

Dominic me siguió el juego sin problemas, y es que entre la ilusión creada por Psiónica y nuestra historia, estaba convencida de que el plan hubiera podido llegar más allá si no hubiera sido por aquel truco inesperado.

Apenas acababa de ver el aviso de Psiónica cuando la mujer se ofreció a dejarnos hablar con su teléfono, pero entonces miró al exterior y pareció recordar algo. Hablaba de un sueño, pero no debía serlo, o a lo sumo un sueño en el que los recuerdos la invadían.

Es su madre, no puede ser…

No pudimos reaccionar a tal información, y es que nada más hablar Patrice, James o Dokter, o quien fuera ese malnacido, intervino e hizo que una gran sombra cubriera todo y desaparecieran.

Me quedé boquiabierta unos segundos, aflojando el brazo de Dom, escuchando a este pero sin responder. Me llevé las manos a la cara segundos después, abatida.

-Debimos verlo venir, todo esto, debimos verlo… - murmuré llena de culpa, quitando las manos de mi cara sólo cuando me giré en otra dirección, tratando de ocultar mi rostro.

Escuché a Dawn y Psiónica, dando gracias por la reacción de la rubia. No sabía qué le pasaba a Dawn, pero por lo poco que le conocía aquella forma de actuar parecía impropia de él. Psiónica pidió a Sónica retomar el rumbo, y esta en seguida informó de tener una nueva dirección, pero sus últimas palabras no me gustaron nada.

¿Perder el tiempo? ¿Qué pretendía? ¿Qué nos hubiéramos lanzado a lo loco al interior? ¿Con su madre ahí dentro?

Pero no quise decir nada, no tenía fuerzas. Me encontraba bastante decepcionada conmigo misma, y es que el ver que se trataba de ese tipo había sido un duro golpe. Tenía la mirada perdida en el bosque, frotando mis brazos tratando de entrar en calor.

- Como queráis. – respondí seca a la propuesta de Dominic, aún dándoles la espalda. – Pero será mejor que nos demos prisa.

- No te castigues querida, - me dirijo a Totem, palmeándola el hombro suavemente - se la ha metido doblada a tipos más listos que nosotros, seguramente - miro de refilón a la forma translúcida de Clea.

- Bueno Tornado, enciende motores, parece que tenemos otro viajecito en ciernes, ¿no? - me preparo para salir volando tan rápido como Tornado convoque los vientos que nos trasladan últimamente. Pero mientras eso ocurre, me dirijo a la forma de Clea.

- A ver, como expresar esto... ¿pero como narices ha hecho el jodido Dokter desaparecer una casa en nuestras narices? ¿eso se puede hacer "con sólo hacer así" - mala imitación de Eddie Murphy - , la puede haber llevado, no se ¿a la Luna? Y lo más importante, aparte de observar lo que pasa, tienes manera de ayudar, digamos, ¿impidiendo que esto ocurra de nuevo? Nada le impide a ese mamón agitar otra vez sus negras bolas - tono de sorna - y desaparecerse otra vez delante nuestro, hasta donde yo veo, ¿no es así Señora Clea? -

Aunque intento quitar peso al asunto, un escalofrío recorre mi espalda, y me abrazo el cuerpo, en un intento de rechazar el frío reinante, que parece seguir a esta tormenta. Si Dokter es capaz de hacer lo que hemos visto, ¿que podría hacer si vuelve sus poderes contra alguno de nosotros?...

Bien por la rubia, iba siendo hora de presionar a la señora Extraño...

Observo la reacción de Sora a todo lo sucedido, dándonos la espalda. Cuando Psiónica trata de animarla con un par de palmadas, aguardo a que se aleje, viendo cómo Tótem se mantiene sumida en un mutismo que me preocupa.

Eh, Dom... ¿Qué coño haces? Tenemos asuntos más...

Ignoro al demonio y su miedo a la humanidad que cree ha nacido en él, y me acerco a Sora. Lo está pasando mal, y no puedo verla así. De espaldas a mí, pongo mis manos en sus hombros, descendiendo por sus brazos y frotando estos ligeramente.

¿Estás bien...? -Le pregunto, aún conociendo la respuesta. No lo está- Nadie dijo que fuera a ser sencillo... Pero estamos un paso más cerca, estoy seguro...

Escuché las palabras de Psiónica, pero no me acababan de convencer, aun así agradecía su gesto.

-Gracias, Psiónica… - le dije tras su apoyo, escuchando después como trataba de poner las cosas en marcha y obtener algo de información de Clea.

La señora debería habernos dicho ya algo de todo esto, la verdad.

Continuaba frotando mis brazos, cuando noté unas manos en mis hombros. En seguida giré mi rostro para ver de quién se trataba, y al darme cuenta de que era Dominic volví a mirar al frente, dejando de frotarme los brazos al ver que él lo hacía.

-Sólo es un poco de frío. – respondí a su pregunta, viendo como lo que tenía que decirme no quedaba ahí y trataba de tranquilizarme. – No lo imaginaba sencillo, pero… - bajé el tono de mi voz para continuar hablando con Dom.

Giré otra vez mi cara un instante para mirarle, para volver a dirigirla al frente otra vez y agachar la mirada.

-Llevo mucho tiempo esperando este momento… - me atreví a confesar, necesitaba desahogarme. – N-no le encontraba sentido a la vida, no sentía que tuviera nada que mereciera la pena… Solía preguntar a los espíritus por qué me tenía que pasar eso a mí… - mi respiración estaba algo agitada. – Hasta que apareció Extraño. Él me dio esperanzas, haría cosas, podría ayudar. Y así lo hice, pero… Esta iba a ser la gran prueba, el momento cumbre, y no estoy a la altura. - hice una pausa, continuando a duras penas. - Tuve a ese tipo en frente cuando todo esto empezó, intuía que mentía y no hice nada, nada… Esa gente podría estar a salvo ahora si hubiera actuado...

Pues lleva razón, si le hubiera matado entonces...

Frunzo el ceño, luchando por ignorar los comentarios de Shazael, preocupado por una Sora abatida por la culpa. Mis manos frotan sus brazos con más ímpetu, tratando de hacerle entrar en calor, o al menos consolarla.

¿Sabes? Shazael opina igual que tú... -Le susurro- Eso es prueba irrefutable de que estás equivocada. -Dejo de frotar sus brazos, sujetándolos con cariño- Tan sólo tenías una sospecha, no era suficiente. Disparar primero y preguntar después como en el antiguo salvaje oeste es cosa de justicieros, no de héroes. -Ehm... ¿Y por qué, exactamente, no somos nosotros justicieros de esos? ¿Donde hay que apuntarse?- Podías haberte equivocado, y haber hecho algo contra un inocente... No creo que quisieras eso sobre tu conciencia. Eres mejor que eso, Sora...

¿P-pero de verdad te crees esa sarta de...?

Suelto los brazos de Sora y giro en torno a ella hasta situarme delante de ella, volviendo a poner mis manos sobre sus hombros, acariciando su cuello con los pulgares mientras fijo mi rostro ante el suyo, sonriendo tenuemente.

Te engañó, ¿y qué? Ahora sabemos más, somos más, somos mejores. Volveremos a encontrarle, y si se escapa volveremos a hacerlo, una y otra vez, hasta detenerle y hacerle pagar todo lo que ha hecho. Y serás la heroína que debes ser, habrás ayudado, habrás hecho cosas... Ya las haces... -Dom, te estás pasando...- A mí me has ayudado mucho...

Mientras frotaba mis brazos, Dominic comenzó a susurrarme, tratando de consolarme de una forma muy particular.

Asi que estoy equivocada porque Shazael piensa lo mismo que yo…

Sentí como se detenía, sujetando mis brazos con delicadeza, mientras continuaba con su argumentación. Pronto me di cuenta de que no había entendido mis palabras, o no del todo, pero aun así parecía comprender mi forma de ser y lo adornaba con bonitas palabras.

Iba a replicarle cuando noté como me soltaba para ponerse frente a mí, volviéndome a tomar por los hombros, y me quedé paralizada ante las caricias en mi cuello. Levanté la mirada despacio, viendo como continuaba hablando tras mostrarme una tenue sonrisa, ofreciéndome aquellas palabras de aliento y de esperanza.

Una heroína dice…

-Me alegra oír eso… - respondí algo más calmada, tras decir que a él le ayudaba mucho, llevando una de mis manos sobre una de las suyas. – Pero sobre ser o no una heroína, no se trata de eso. Sólo quiero cumplir con el que creo es el motivo por el que se me otorgaron estos dones, darle sentido a mi existencia. Hay pocas cosas que llenen tanto mi vida, al menos de momento… - apreté un instante su mano, desviando la mirada. – Gracias por intentar tranquilizarme. – añadí mientras volvía la vista de nuevo hacia él. – Espero que tengas razón y todo salga bien, pero no se me quita de la cabeza que podía haber hecho algo más. No hablaba de acabar con él sin tan siquiera preguntar, pero podría haber prestado más atención, no sé. No parecía el foco del problema en esos momentos, nos la ha jugado bien.

Solté su mano y esbocé media sonrisa, acercando mi cara a la suya y mirando fijamente sus ojos, como si tratara de ver algo en ellos.

-Y tú… ¿Así que piensas lo mismo que yo, eh? – pregunté a Shazael, aun siendo Dom el que tenía delante. – Como sea, eso ya no tiene remedio, sólo podemos ir hacia delante… Y tú me vas a ayudar a atrapar a ese tío. – dije con determinación, volviendo a separar mi rostro y sonriendo a Dominic. - Gracias, de verdad. - estiré una de mis manos, acariciando un momento la suya. - Tu también me has ayudado, y sigues haciéndolo...

La mujer no se encontraba del todo presente. No sólo porque os acompañaba su forma astral, sino porque se desvanecía en ocasiones para atender otros asuntos, pero cuando escuchó las palabras de Psiónica le prestó atención, aunque, al final, negó despacio.

- Ha sido demasiado rápido. No le he visto gesticular un hechizo y si os fijáis, no hay rastros de que aquí haya existido una casa. Podría haber sido una ilusión, pero Sónica no nos estaría llevando hasta un lugar falso. Ha intervenido un poder muy grande, pero debemos hacerle frente. En estas montañas está el origen de esa tormenta con la que nos amenazan. 

En esos momentos, Malik ya arrimolinaba el aire alrededor vuestro y la fuerza de éste comenzaba a alzaros. Tornado os elevó varios metros de altura y fue evidente que algo no iba bien, pues sucedió algo desconcertante: unos doscientos metros más allá, entre unos viejos árboles, se levantaba el Sanctum Sanctorum. El hogar del Doctor Extraño cuya estructura era inconfundible.

Al acercaros algo más, pudísteis atisbar que ante la mansión, tres figuras esperaban. Por un lado, la mujer de raza negra, cuya imagen se mostraba distorsionada, rodeada por vibraciones. Al otro lado se encontraba una figura femenina con aspecto pétreo cuyas venas ardían. Una mujer que parecía la versión femenina de Prometheus. En el centro, el joven de raza negra, que elevaba las manos y os mostraba dos esferas, retándoos a acercaros.

Sónica podía sentir claramente que en aquella mansión debía de estar su hermana. El hombre de las esferas os gritó.

- ¡Sólo sois sombras de un pasado que nunca existirá! ¡Pesadillas tratando de amedrentarnos!

Las puertas de la mansión de abrieron y las atravesó un hombre de raza negra, vestido con una túnica amarronada, desgastada y con jirones. Tenía trazos negros tatuados en el rostro, tanto en la frente como en las mejillas.

- ¡Se acabó. No detendréis el ritual. Una nueva era comienza. La vuestra ha acabado, y vosotros habéis acabado con ella!

El hombre gesticuló con los dedos, formando líneas oscuras alrededor de sus manos, sin ningún efecto aparente.

Una voz os sorprendió entonces.

- Yo no estaría tan seguro.

Pudísteis ver una nueva persona acercándose. El Doctor Extraño había llegado, aunque se mantenía a una cierta distancia. Sobrevolaba los árboles y su larga capa roja ondulaba, encrespada por el vendabal.

- Quieren combatir para ganar tiempo... ¿sabéis dónde se encuentra la niña?

Esto estaba poniéndose raro de verdad... Primero, la casa aparentemente nunca había existido, después de elevarnos de nuevo, ¡aparece una casa como la del Doc! Creo que empiezo a pensar que esto es un gran juego mental, contruido de sueños y mala idea. El nombre de Pesadilla cada vez toma más sentido, es como si estuvieramos soñando y las situaciónes y personas más peregrinas aparecieran ante nuestros ojos en rápida sucesión. Ni siquiera se si el "rastreo" que Sónica hace gracias al vínculo con su hermana es efectivo, o le están engañando de alguna manera.

La aparición de las figuras en rápida sucesión de la mujer rodeada de vibraciones (¿la madre de Sónica?), la versión femenina de Prometheus, el falso periodista y sus esferas negras, y la nueva figura del hombre de raza negra (¿Pesadilla, o será el verdadero Dokter?) acaba de dar una pincelada siniestra a todo el paisaje y la situación. Cuando advertimos la figura de Extraño no se si pensar que puede ser una ilusión más o producto de nuestra imaginación, quizás dedicada a sonsacarnos la información...

Examino al Doc, tratando de discernir si es una ilusión o engaño, mientras cuchicheo a Clea - Oye Clea, es el Doctor, ¿o podría ser otra ilusión? -

La mujer había seguido vuestro vuelo y al ver aquella escena y la aparición de Extraño, meditó unos pocos segundos, pero las conclusiones le parecían bastante claras.

- Stephen sigue dormido en el Sanctum Sanctorum. Y por la forma en la que cambia el paisaje, podría ser en efecto que estemos en un sueño y por eso él está aquí. O bien todo es una ilusión, como dices.

Clea no era ingenua y trató de fijarse en los detalles de los alrededores, buscando pistas.

La conversación con Sora me ha dejado tocado. No me gusta ver el modo en que se culpa de lo que se escapa a su control, y la incertidumbre que me ha parecido percibir en sus palabras acerca del fin de sus poderes. Ojalá esos espíritus fueran más claros con ella, y ojalá toda esa inseguridad desapareciera. Al menos, parece que después de hablar de ello se ha quedado algo más tranquila, y me alegra saber que soy de ayuda, al menos en eso.

El resto es cosa mía, pero... Que no vuelva a acercarse tanto.

El demonio ha sentido incomodidad cuando ella se me ha acercado, pero no es por eso. Cada vez le resulta más complicado engañarme, y eso me preocupa. Podría ser porque nos vamos conociendo... o porque nos estemos fundiendo. Joder, si fuera lo segundo... ¿qué sería de nosotros? Veo que lo que realmente le ha incomodado es que Sora le hablaba a él, y no a mí. Y por algún motivo, creo que le ha gustado. Parece que, en su retorcido esquema mental, eso es algo malo.

Que no me lo desmienta parece una señal de que estoy en lo cierto.

Pero cuando volvemos con los demás, y Tornado vuelve a arrastrarnos por los aires para protesta de Shazael, sucede algo desconcertante. Allí frente a nosotros se encuentra el hogar de Extraño, cosa del todo imposible pues estamos a muchos kilómetros de distancia... Miro alrededor, estupefacto, sin comprender, mientras la voz del demonio me grita una y otra vez que estamos en peligro, que le deje salir, que le libere.

Entonces... ¿Todo esto podría ser un sueño al que hemos sido arrastrados sin darnos cuenta? -Pregunto a Clea, esperando tan sólo una confirmación, mientras miro directamente a Extraño, del que parecen desconfiar- Doctor... -Sus palabras no me inspiran desconfianza, más bien todo lo contrario, de modo que decido depositar en él toda mi fe- ¿La... la niña? ¿Martha? -Lo pienso un instante- ¿Quieres decir que lo importante no es derrotarles a ellos, sino despertar a Martha para que Pesadilla no se alimente de ella?

Tenía exactamente las mismas preguntas que formuló Psiónica, así que no tuve que decir nada cuando ella empezó a hablar. Me parecía algo imposible que la casa desapareciera sin dejar rastro, pero como había notado que mi hermana había cambiado de ubicación sabía que eso no era algún tipo de truco de invisibilidad ni nada de eso.  Joder… ¿cuánto queda para dar contigo? Y encima ahora lo de mi madre… maldita sea.  La frustración iba en aumento, pero era algo contra lo que tenía que luchar si quería dar con Martha.

Y de pronto, mientras nos disponíamos a movernos, apareció la casa en la que había realizado el ritual para encontrar a Martha.  Odio la magia- para mí los poderes se habían vuelto una maldición desde el momento que le ocurrió aquello a mi hermana. ¿Había salvado vidas? Sí, desde luego, pero estaba pagando un precio altísimo.  Pronto acabará todo y estaremos a salvo.

De pronto teníamos a tres enemigos a escasa distancia, y el rastro de Martha volvió a aparecer.  Pero no va a ser fácil llegar hasta ella.  Eso tengo que tenerlo claro.  Al escuchar la palabra ritual empecé a ponerme nerviosa.  ¿Qué le están haciendo? Tengo que ir a por ella… pero no puedo dejar que le ocurra nada a mi madre tampoco.  De pronto empezaron a hablar de que podíamos estar en un sueño o en algún tipo de ilusión, pero el ritual de la mujer debería marcar entonces algo extraño.

-Martha está ahí dentro- dije haciendo referencia a la casa que esos tipos protegían.  No sé cuál es el plan, pero si están haciendo algún ritual con mi hermana tenemos que intervenir- intenté no sonar como si estuviera dándoles órdenes porque esa no era mi intención, pero sí que estaba realmente nerviosa.  ¿Y si tienen que matar a Martha para hacer el ritual? ¿O si la dejan dormida para siempre? 

La conversación con Dominic y Shazael tuvo que darse por concluída de forma precipitada al llegar la hora de marcharnos. De pronto ya nos encontrábamos en aquella vorágine de aire, siendo dirigidos hasta la nueva ubicación de Martha.

Eso no es… ¿La mansión del Doctor?

En seguida nos acercamos, y pudimos ver a tres personas allí. No podía estar segura, pero parecían ser las mismas tres que se encontraban en la cabaña.

¿Es este el verdadero aspecto de Dokter?

Más sorprendente aún resultó la presencia de Extraño. No se acercó mucho, y hasta Clea dudaba de que fuera él realmente, aunque yo no descartaba que fuera alguna proyección suya; quizás había dejado venir a parte de su espíritu a ver cómo iban las cosas, a fin de cuentas, no parecía ir en nuestra contra.

Sónica insistió en que su hermana se encontraba ahí dentro, mientras que Dominic preguntaba al Doctor Extraño por Martha. En otras circunstancias hubiera esperado a que el Doctor respondiera, pero el tiempo apremiaba, y ni siquiera sabíamos si era realmente Extraño.

- Desde el principio nuestro objetivo era despertar a quien encontrásemos durmiendo; encontrar a la víctima y llevarla con el Doctor y Clea para que nos ayudaran a despertarles. Pesadilla los utiliza como canales para crear las llamadas singularidades. Quizás esta sea otra de esas alteraciones… - expliqué con mi mirada fija en la mansión, pero en seguida miré a Sónica. – Por alguna razón Martha es un canal importante. Hay que entrar ahí dentro, no podemos dejar que siga durmiendo. La necesitan dormida para completar ese ritual, pero una vez finalice… - mi rostro se ensombreció ante lo que tenía que decir. - No la necesitan para nada. Ni siquiera sabemos si aguantará el pasar por ese ritual...