Partida Rol por web

Al oir la segunda voz femenina en todo el dia, Zim abre los ojos bruscamente...

¿Mujeres, donde? Hecha una rápida mirada a las mesas y ve a la parejita...

¿¡¡Cariño!!? a un orco... pues vaya... levantándose y dando tumbos se sienta a la mesa de la parejita, dejando todo perdido de cerveza...

EE, Zim ithar para servirle bellisima dama... y a usted feisimo marido...

Con sonrisa tonta espero a que el semiorco me de la mano...

Observo con impaciencia,lo que pueda pasar.Aunque a Ragon,no le gustan los elfos,mucho menos los orcos o cualquier raza en parentesco,con lo que no iba a permitir que un semiorco,levante la voz a nadie.

Aenor observaba desaprobadoramente a los nuevos y extraños gladiadores. Su aspecto denota claramente su forma de vida, y lo que se entreve no agrada al rapado y musculoso hombre.

-Sin disciplina, sin técnica, son solo un manojo de rabia y descontrol, no resultarán dificiles de vencer, aunque me preocupa lo que pueda pasar si peleamos hombro con hombro.

El monje cavila sentado con la mirada fija en la extraña mujer. Su mirada es fría y distante, como la de una estatua, pero la mantiene fija en la cara de la mujer y del burdo semiorco. Tras un rato sacude la cabeza y se dirige al hombre de la armadura con plumas.

-¿Qué te trae aquí, compañero de armas?

Su expresión es seria, pero su tono alegre, parece haber olvidado lo que es la sonrisa.

Oh, fantástico, lo que me faltaba... Otro borracho -piensa la mujer mientras suelta el cubierto al escuchar al hombre que pregunta por mujeres, esperando con los brazos cruzados a que se acerque.

- ¿Me puedes hacer un favor?-pregunta con su inquietante sonrisa al hombre cuando se sienta y pronuncia tan equivocadas palabras, esperando a que asienta como un bobalicón tal y como cabría esperar en cualquier predecible borracho desesperado. Una vez lo hace, su gesto se torna serio e inexpresivo, exceptuando una mirada candente- Vete a las cloacas y que te folle un carroñero reptante, que apuesto a que te gustaría "elfo marica"-sus últimas palabras, pronunciadas con retintín, van acompañadas de un leve movimiento acompasado de su cabeza, dando al hombre de su propia medicina racista y prejuiciosa- Y es mi hijo, imbécil -dice, tirando el agua de su vaso a la cara del ebrio luchador, para que vuelva al mundo real.

Con un gesto de desaprobación, la mujer toma con fuerza la mano del pequeño semiorco y tira de él para abandonar la sala y hablar con los guardias.

- No soporto a esta gente, ¿cuándo van a comenzar las luchas?-pregunta a los hombres, mientras respira agitadamente para calmarse- Perdonen mi impaciencia... ¿Puedo retirarme a algún lugar privado en el que estar tranquilamente con mi hijo sin nadie que nos moleste?

Entrando en la sala con apariencia cansada una elfa vestida con una túnica azul medianoche bordada se saluda con la cabeza  a los presentes, dedicándoles una breve mirada, aunque los más perspicaces se aperciben de la intensidad de aquella.

Se sienta en una de las mesas vacías, tratando de tener el mayor ángulo de visión posible y una pared a sus espaldas, no es nueva en la vida de aventuras, su apariencia y tranquilidad lo denotan.

Mientras da cuenta del magro sustento sigue observando al resto de sus compañeros gladiadores, pensando en el motivo que les ha llevado a estar alli.

-¡Hijo! Maldita sea, ¿será una salvaje? O puede que incluso una traidora a su raza... ¿Debería ayudarla? Puede que sea inocente, o culpable... la Orden nos enseña compasión con el inocente mancillado...

Tras mirar muy sorprendido a la mujer durante un rato, decide optar por la opción más compasiva. Se dirige a la mujer en vista de que el caballero de la armadura de plumas no contesta a sus preguntas. Camina dudoso, sin saber muy bien si lo que hace está bien.

Con una voz todo lo cortes que puede se dirige directamente a la mujer, y haciendo una muy ligera reverencia a la mujer al estilo de la Orden, se presenta.

-Aenor Kendon, para servirla mi señora, ¿me permitiría preguntarle su procedencia? Nunca había visto a nadie vestir como vos, ni con una compañía semejante.

Pese a su cortesía el monje sigue mirando nerviosamente al semiorco y a la mujer, listo para defenderse ante cualquier amenaza.

Volviéndose a la barda y guiñándole un ojo.

... genial... creo que le he caído bien...

Antes de que se aleje...corro hasta ellos...

perdona guapa, tan borde eres que no tomas ni una copa con quien te saluda amablemente... disculpa por haber confundido a tu hijo, pero no podia esperar que una chica tan joven y guapa tuviese un hijo tan crecido y capaz.

El tono del elfo era reconciliador, amable y aun arrastrando un poco las palabras por culpa del alcohol...

Solo busco alguien con quien charlar un rato y tomar unas... ejem aguas... amigablemente. Esto parece que va a ser muy reñido, que la espera tampoco lo sea. Ya has visto la que están preparando, quizas nos toque luchar juntos... o quizas nos toque uno contra el otro. Seguro que de ambas maneras sera bueno conocernos... y una conversación agradable siempre es bienvenida.

Vamos, di que si...

Anhelante el elfo espera la respuesta...

Elaelyan se ve interrumpida en mitad de su conversación con los guardias por un cortés monje, Aenor, al que se dirige tras devolverle toscamente la ligera reverencia.

- Encantada, mi nombre es Elaelyan Ysyll... Vengo de muchos sitios, pero se podría decir que vengo del Norte de Abalania, de las montañas. -a la par que pronuncia sus últimas palabras, se lleva la mano a una cicatriz de grandes proporciones que parte su mentón en dos- Mi forma de vestir no debería de tener mucha importancia, ¿no cree?-pregunta al monje, intentando que sus palabras suenen con un tono lo suficientemente sabio para evitar ser grosero- La verdad es que por desgracia, sí, todavía es muy raro ver a una mujer acompañada de su hijo semiorco por estas tierras tan hipócritas y corruptas... Pero no toleraré que nadie insulte a Hiag'Thel, ¿entiende? -pregunta, tratando de justificar su actuación en los vestuarios.

Cuando termina de formular la pregunta, hace aparición el grosero de Zim Ithar, que parece haber reconsiderado sus palabras y modales.

- Perdona tú, pero a mí esa no me parece una forma adecuada de saludar... y a quien le debes unas disculpas es a mi hijo -responde de una manera un tanto seca, mientras mira al joven semiorco que le llega a la altura del hombro. Parece haberse calmado un poco tras escuchar las palabras del monje y la justificación del elfo, pero no piensa continuar charlando con el último hasta que no retire lo que había dicho sobre el aspecto físico de su ser más querido.

-Completamente de acuerdo, ninguna ofensa debe quedar sin castigo, aunque no sea cosa mi administrarlo ni decidirlo. Veo que estaba ocupada, perdone la interrupción.

Mira al elfo con desprecio, ¿cómo podía alguien malograr su cuerpo en semejante grado, por no hablar de su honor, ausente completamente en esta situación.

Esta vez se dirige al elfo sin inclinación previa.

-Disculpe cab...

Antes de terminar la palabra se corrige a si mismo.

-Disculpe elfo.

Vaya,asi que a la joven chica la mancilló un Orco.Menuda desgracia,en fin.DEbería disculparme,aunque me gustaría saber si fue violada...El enano siguio ensimismado en sus pensamientos,sin dejar de prestar atención hacia aquela mina.

Entro muy callado al lugar y miro alrededor; veo barullo por algunos lados; pero me acerco a la barra lentamente y me dirijo a quien este sirviendo; una cerveza si puede ser..., mientras espero busco algún lugar para sentarme y observar a los demás gladiadores

Ufff!!! menos mal solo es eso, que caracter... Hiag'Thel, mis disculpas soy Zim Ithar de las colinas Siempredia. Soy algo susceptible con los orcos porque hemos tenido multitud de enfrentamientos con ellos en mis tierras, pero también con los elfos... y no por ello los odio...

Cogiendo por el hombro al semiorco... uff llevais dias de viaje he... aparte de una buena cena dile a tu madre que una ducha tampoco va mal... mirando de reojo a la mujer y viendo que con su carácter se va a volver a enfadar...

Nada nada, ¿un agua?.... vaaaa... hay bebidas mejores y mas acordes para ti...

Cogiendo de la barra, con destreza mezcla leche con miel y cogiendo unos frutos secos los mezcla con maestría mientras lo calienta con una vela... adquiriendo este un color tostado....y esparciendo un olor dulzón por toda la estancia...

esto te hará crecer fuerte y derribar arboles de un soplido pequeño... bebida de campeones...bueno creo que me voy a preparar otro, sino mi resaca va a ser monumental.... ¿querida, Aenor? quieren un batido de "kakao" no lleva alchohol y revitaliza cuerpo y mente.

Podéis fiaros de mi aprendí de los mejores alquimistas de mi tierra...

-Dudo, que en este momento seas capaz de aplastar ni una hormiga con una montaña elfo. Y si no le importa, evite faltarme al respeto y al honor.

Se aleja de la situación para evitar un combate antes de lo necesario.

-Perfecto, un elfo borracho, arrogante y engreído.

... lo importante maestro, es que en este momento ni quiero aplastar una montaña, ni quiero levantar una hormiga. Quiero tomarme una bebida que me relaje antes de jugármela en la arena...

ya que estos guardias, se ve su intención es matarnos aquí de aburrimiento...

Lo que es de mala educación es no aceptar un ofrecimiento amable como el mio y muy descortés por su parte hacerlo de la manera que lo ha hecho.

Con una sonrisa el elfo sigue tendiéndole la bebida

Elaelyan sonríe interiormente ante la disculpa del gladiador, pero exteriormente su rostro no parece alterarse ni siquiera un ápice mientras escucha cómo el hombre sigue hablando bajo su atenta y penetrante mirada.

- ¡Yo me llamo Hiag'Thel y de mayor voy a ser un bravo guerrero!-responde el chiquillo, que desenfunda una espada de madera y comienza a luchar contra enemigos invisibles, ignorando las disculpas del elfo.

Cita:

- Pero claro, siempre es más sencillo referirse de forma insultante a alguien por cuyas venas corre la "sucia" sangre orca que a alguien descendiente del "puro linaje" de los elfos, ¿no?-pregunta de una manera un tanto retórica, a pesar de que busca la sincera y rápida respuesta que se puede esperar de alguien con tantas cervezas encima.

Cita:

- ¡¿Es que nunca aprendes?!-pregunta, cogiendo al hombre por la zona flexible del cuello de su armadura, que suelta con violencia tras ver cómo les ofrece una bebida para enmendar el asunto, tratando de controlarse- Vivimos aquí, y se ducha más a menudo de lo que tú lo haces, o al menos eso apostaría-escupe cada palabra con desprecio, callándose y cerrando los ojos durante un par de segundos tras pronunciar la última de ellas- Así que... aplícate el cuento.-le recrimina molesta, mientras mira los ropajes repletos de machas de sudor y cerveza de Zim, devolviéndole la jarra que había dado al semiorco, que estaba a punto de pegarle un sorbo y respondió enfurruñándose.

- ¡Mamáa tenía muy buena pintaa!

- Calla, ya te prepararé yo los que hagan falta... No te fíes de esta gentuza-responde la combatiente, que se pone en cuclillas en frente de Hiag'Thel y le besa en la frente tras revolverle el pelo, cogiéndole de la mano para irse al lugar que le indiquen los guardias.

Me encuentro sentado a una mesa y escucho todos los comentarios, me rio ante las respuestas que dan unos y otros.

Me llamo Alfren y he venido a aqui para ganar No gano ni de coña, pero por intentarlo no pierdo nada.

JO,JO,JO...el enano rie sin parar,por que no intentas ganar al elfo a beber....jojo

Kukulkán permanecía en silencio observando a todos y cada uno de los presentes con suma curiosidad. Sus ropas, sus gestos, incluso la amalgama de distintos acentos le resultaban ciertamente extraños. Para alguien venido de allende los mares, la vida volvía a tener que reescribirse para poder ser entendida.

Con la mente perdida en el caos de comentarios y discusiones absurdas, el enorme galdiador apenas se percató de la presencia del sujeto que lo saludaba.

-¿Qué te trae aquí, compañero de armas?--creyó escuchar a lo lejos.

Sin embargo, cuando Kukulkán regresó al mundo de los vivos y quiso responder amablemente, ya era demasiado tarde. El musculoso humano de cabeza rapada se encontraba unos metros más allá, sumergido en otra de tantas conversaciones futiles dentro de aquel antro; en el que, por cierto, los siervos debían escasear.

-¿Van a venir a atenderme o qué?--se preguntó finalmente, confuso por las costumbres y rarezas del lugar.

Jaquín observa lo que sucede , pero no parece darle mucha importancia a la escena que esta presenciando , se levanta de su asiento , se dirige a uno de los sirvientes y le pide una piedra para afilar cuchillos, una vez la tiene en su poder vuelve a su asiento, se remanga las mangas de su camisa dejando ver sus fuertes brazos y empieza a limarse las garras.

bueno abra que entretenerse en algo

Pasado un rato , un fuerte chirriar sacude los dientes de todos los que están allí presentes.

Perdón!! dice mientras continua afilando sus garras.

Mientras sigue con su entretenimiento , en su cabeza empieza a imaginarse combates con todos los que están allí presente y de vez en cuando, sin percatarse , se le escapa extrañas muecas y sonrisas ademas de pequeñas frases en voz muy baja que dicen cosas como :

si eso seguro que funciona... no , espera ....... baaa seguro, es infalible ... jejeje ...