Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

Las torres de Unrir.

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18/10/2017, 20:43
Crom Daral

-Y ahí está. Señores, demos un fuerte aplauso a aquel que caerá primero- carraspeo para que no se arme un alboroto antes de tiempo por las posibles protestas entre los presos y los miembros de la orden o incluso entre los mismos miembros. -Está claro. Grook nos acompañará.- Miro a Socar y asiento dejando este asunto zanjado -Roriarkas, Reo 462 y Reo 525. Junto conmigo, recuperaremos el agua. Será fácil. Han envenenado dos depósitos y custodian el único que queda. Iremos directos allí y los aplastaremos.

Socar, Hazir, Lythrai y, por asignación propia, Nickar, iréis a salvar a los líderes junto con Greta. El resto, a por la reina- la forma en la que digo la última frase suscita algunas miradas pero las ignoro.

Saco un plano y se lo entrego a Greta -Son todo tuyos- le digo con confianza, tras ello me dirijo al otro grupo, -Vosotros, con Theod- pero el plano del palacio se lo entrego a Serge -Él es un ladrón experto, hará mejor uso de él que vos.- me disculpo ante el miembro de la orden.

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18/10/2017, 20:51
Crom Daral

Al pasar tras Pain, Serge y la mujer desconocida susurro unas palabras que espero que entiendad -Deshaceos de Theod a la menor oportunidad y matad a la reina-.

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18/10/2017, 20:54
Roriarkas

-Estoy conforme- sentencio mirando a los que serán mis compañeros. Habría preferido... -Socar, y los demás, buena suerte.- Comento -Lo primero que haré será traer a Grook. Si me disculpáis.- Regreso por donde hemos venido. El portal a nuestra espalda que aún permanece abierto mientras diviso que otro portal se abre junto a él. -¿Quién...?- no hay tiempo, voy a por el décimo integrante del grupo.

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18/10/2017, 21:04
-Residuos del Dolor-

Un segundo portal se abre junto a aquel por el que llegasteis. De él surge una figura extraña que emana un aura de poder contundente.

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18/10/2017, 21:07
Reo 009

Entro dando una calada al cigarro y observo -Sacáis a los niños a jugar- veo a los novatos del nivel superior de Arokhan relamerse por la incursión -Seguro que os excitaréis por vuestra primera salida, quizá alguno se empalme- los miro con diversión -Entended algo- comento más para los del fondo que para ellos -si no veo caer la bandera de los Scharmierdas del palacio de la reina, no nos detendremos. Lo quemaremos todo.- Y sonrío abiertamente -Así que, por favor, fracasad y alegradme el día.-

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18/10/2017, 21:10
Crom Daral

Uno que entiende bien cómo funciona el mundo -9, vuelve con el ejército movilízalo e iniciad el ataque.- Le doy carta blanca y, pese a la inquietud de los miembros de la orden, ninguno se atreve a abrir la boca en contra de él.

Sin decir nada más, el reo número 9 sale por su portal y éste se cierra.

Luego vuelvo a mirar a los presos con la intención de discernir cómo les ha afectado esta visita. -Si supieran lo que se esconde en las entrañas de Arokhan...- doy una palmada -Eso para otro día. El grupo de Serg, perdón, el grupo de Theod y el de Greta irán juntos la primera parte del trayecto. Abriremos un portal a las afueras de la ciudad que os dará acceso a las alcantarillas. Seguid las indicaciones de Greta, ella conoce el camino- me detengo y los miro para corroborar que todo está claro -Si todo está bien, entreguemos el equipo.-

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18/10/2017, 21:21
Lythrai Fonn'Aster

Agradeció con un silencioso asentimiento y una sonrisa las amables palabras de Hazir sobre la fuerza de su magia. Aquel era su mayor orgullo: el ser capaz de empuñar tanto el filo metálico como el arcano en una misma hoja. Cualquier elogio a esta decisión era de sentidísimo agradecer. No se le pasaron por alto tampoco las muestras de evidente desprecio y resoplidos que Pain mostró, poco menos que escupiendo el suelo. ¿Era hacia los Scahrossar? ¿Tal vez hacia ella y los Fonn'Aster? ¿Y qué le había hecho ella ahora? No tenia ni idea. Lo mismo no, y tan solo era desprecio hacia el mundo entero. Heh, eso era muy propio de Pain. Aquello ya lo había matado una vez, y probablemente volvería a hacerlo. En cualquier caso, ahora eran aliados y tendría que aguantarlo. ¡Bueno! Al menos estaba de acuerdo con el grupo con que necesitaban un mago o un sanador. Siendo que Yzlin ya no podía curar, indudablemente necesitaban lo último.

¿O tal vez no?

Siete tipejos estirados de uniformes parecidos se presentaron ante ellos, justo a tiempo después de que Yzlin ocultase en su mano la marca que le había quitado a Pain. Al parecer, los presos no iban a necesitar sanadores. ¿Y eso por qué? ¿Porque la vida de estos presos les importaba bien poco? Comprensible, sin duda, si se tratasen solo de carne de cañón, pero toda la parafernalia de los gobernantes de elegir y apostar a sus gladiadores no tendría demasiado sentido. Menos aún cuando aquella misión era de tanta importancia para Akhania como decían. Roriarkas pareció estar tan confuso como ellos. Pronto la inconsistencia se resolvió sola: esos estirados vendrían con ellos. La confusión del propio Roriarkas, quien se suponía debía estar informado le recordó a Lythrai que más allá de los confines de Arokham y su jerarquía, había todo un mundo ahí fuera. En cuestión de jerarquía, para los ajenos a Arkhania, Arokham no era más que un presidio. Para los vinculados a Arkhania, también, pero conocían el poder de los gobernantes, y que sus elecciones no eran tan mundanas como pudiera parecer. Crom Daral apareció poco después. Era una de esas personas vinculadas, tanto a Arokham como a Arkhania, sin ser un preso en absoluto. ¿Quizás se equivocaba en su pensamiento, y estos tipos uniformados también fueran de Arkhania? Desde luego no tenía ni idea, pero sí que se notaba que no estaban tan bien informados sobre los Conquistadores como Daral. Quien, por otro lado, pese aparentemente no haber reconocido a Yzlin, parecía estar verdaderamente muy informado de cada preso.

Era su trabajo como el carcelero supremo afín de cuentas, ¿no? Pero aquello no quitaba que lo bien que los conocía a todos diera algo de miedo, que impusiera respeto. Pues el conocimiento es poder, y Daral lo tenía. Lythrai recordaba bien cómo su liderazgo les había guiado a todos a la supervivencia cuando aquel ejército de Arpías se abalanzó sobre el Despeñapresos. Que Crom Daral fuese a participar en aquella misión era indudablemente algo bueno para la misión, y consecuentemente para ellos, pues sería más competente que cualquiera de los presentes. Sin embargo, aquello no quitaba los escalofrios de molestia e incomodidad. Lythrai lo reconocía, temía, odiaba y respetaba por igual.

Por ejemplo, el hecho de que pese a que Nickar había anunciado delante de todos ellos que si por ella fuera mataría a la reina, Daral en unos minutos la dejase ir en el grupo que tarde o temprano acabaría por ir a rescatar a la reina... demostraba que le importaba bien poco si esta vivía o no. ¿Qué exactamente sería un fracaso y qué un éxito? Quizás el fracaso de la misión para los presos supusiera el éxito para Arkhania. Quizás pretendían que Nickar matase a la reina. Después de todo era una presa, no un miembro oficial de la Guardia de Arkhania. ¿Chivo expiatorio? ¿Les daba igual, simplemente? Una vez más, no tenía ni idea, las intrigas palaciegas de Arkhania se le escapaban, ya lo hacían las de Arokham. Socar se lo advirtió bien: aquí nada era lo que parecía y la intriga estaba al orden del día.

Quizás Serge, por ejemplo, que además estaba Davenrost supiera apreciar, entender y manejar mejor que ella los entresijos de toda esta interesante y peligrosa intriga, siendo además que estaba del 'bando' de Davenrost. Lythrai prefirió librar su mente de estas preguntas y centrarse en lo que estaba pasando delante de sí. Por ejemplo, ¿había oido bien? ¿Greta Davenrost? Justo la señaló a ella, y lo que le dijo la dejó ojiplática. -Eres la Fonn'Aster. Te interesará saber que uno de esos líderes es...-

Lythrai no necesitó que la caballero de Arkhania terminase la frase. Recordó la conversación con Robillard, en la celda del Despeñapresos. Sabía muy bien a quién se refería. Yzlin también, estuvo con ella cuando Robillard lo dijo. Cuando le dijo que tarde o temprano... acabaría cruzándose con el mismísimo Fundador de la Compañía.

Sonrió de oreja a oreja, y apenas le importó el insulto del tal Theod sobre su condición de presos incapaces de aceptar juramentos. Sin embargo, sí le borró la sonrisa el comentario que soltó poco después sobre 'una armadura parlante'. La reina debía sobrevivir, porque era un juramento que... ¿el rey de Arkhania hizo con ella? Miró de reojo a la autoproclamada futura gobernanta Nickar. El calvito se estaba cavando una tumba, y dandole indirectamente razones a Nickar para seguir con su público plan en su estúpido énfasis contrario. Teniendo en cuenta que Daral luego la dejó en el grupo de rescate... ¿Eso era que le daba permiso? ¿O mejor dicho, que no se responsabilizaba? Intriga, interesante intriga cuyo final quizás tuviera suerte de presenciar, o incluso de participar. Aunque quizás no les dejara la caballero, Greta, que al parecer iba a acompañarles en su grupo. Lythrai recuperó su sonrisa. Después de todo, el grupo que le había tocado era perfecto. Una vez más, Daral demostró bien conocer las piezas del tablero. Socar, Hazir, Nickar y ella irían juntos. Harían un equipo formidable, estaba con amigos y no estaba cerca del peligroso e impredecible Pain, lo cual era todo un alivio. No conocía a la última integrante, Greta Davenrost, pero no parecía mal tipa. Quizás un poco estirada, como el calvito, Theod. Quien no parecia gozar de mucho aprecio por Crom Daral, viendo que Serge había sido proclamado extraoficialmente, pese a ser preso, como lider del grupo. Hehheh.

No acabaron las sorpresas. Un último preso se mostró ante ellos. Número 009. No le conocía, pero ya de antemano nada más aparecer su portal la sensación de poder abrumador era apabullante. ¿Sería este uno de esos presos de la zona profunda de la prisión que les mencionaron? ¿Un demonio? ¿Al mando del ejército de Daral? No sabía qué daba más miedo, que un tipo como ese estuviera al mando del ejército, o que Crom Daral estuviera al mando de él.

Como fuera, una ciudad ardiendo hasta los cimientos era una propuesta atractiva... Una lástima que, concretamente aquella, Azur, era demasiado importante para salir ardiendo. Los Scahrossar debían caer, y caerían.

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19/10/2017, 01:29
Socar Fonn'Aster

    -¡Ja ja ja!- Río sonoramente ante la provocación de Theod, "armadura parlante, que ocurrente, seguid provocando de este modo a esos desechos que esperáis que velen por vos y el éxito de la misión cuando os encontréis ahí fuera lejos de la protección de vuestros auténticos aliados". Aún así decido detener la lid en ese punto sin perder de vista Crom cuando se decide a seguir hablándonos, la división se sigue ajustando bastante a lo que esperaba, aunque a la vista del reparto de los miembros presupongo que los cargos a los que liberaremos nosotros no estarán en un punto de difícil acceso si no más bien defendido por espadas de alquiler.  Aún así hay un detalle más que capta mi atención, parece ser que ese anodino personaje que llegó con el resto de los novatos, el hombre de aspecto cochambroso, debe de ser alguien de interés para Crom, no descarto de que forme parte de alguna clase de estratagema del ejército de Arkhania.

    Roriarkas se despide de nosotros, deseándonos suerte, me pongo en pie para despedirlo. -Confío en que no sea necesario encomendarnos al azar, id a por el que nos queda y partamos de una vez.- Sigo algo tenso, estoy acostumbrado a que los agentes externos a la prisión nos oculten información pero aquí tiene que haber algo más de lo que nos hacen creer, no es que me importe demasiado, pero tampoco ayuda. Cierro mi despedida con un saludo marcial y observo a Roriarkas desaparecer por el portal justo en el momento en que otro reo entra en escena por otro que acaba de crearse.

    No lo conozco, pero por como reaccionan Crom y el resto parece claro que se trata de uno de los niveles inferiores, parece un vil sádico, su clara soberbia y sed de sangre muestra que seguramente se trate de un agente del caos que solo viven para ver el mundo arder. La clase de escoria con la que Arkhania muestra tan pocos escrúpulos cuando tiene que recurrir a ellos, me gustaría ver la cara que pondrán el día que las llamas dejen de poder ser controladas y se vuelvan contra ellos. Su discurso soez quizás tenga un efecto en los novatos, pero no es más que una sarta baladronadas. Sin embargo, algo puede percibirse de interés en ellas, si fracasamos Azur será arrasada, Crom se retrata perfectamente al no esforzarse ni tan solo en mostrar desagrado con la idea, dejando que lo dicho por Theod pierda toda su fuerza, si es que en algún momento la tuvo.

    Resulta inquietante la segunda muestra de interés por el ladrón, llegando a llamarlo directamente por el nombre y poniéndolo al mando del grupo por un momento a causa de un desliz "¿Y si Theod solo es una pieza prescindible más de la que ha llegado la hora de librarse?". Cavilaciones para más adelante, aún es pie espero a que nos digan que les sigamos para equiparnos, aunque antes prefiero asegurarme de algo.

    -Así que se envía a los cachorros junto a los caballeros para tratar de solventar los problemas de la ciudad. Algo inteligente, si tenemos éxito, nadie se fijara en los perros, pero si en los caballeros, quienes quedarán como los héroes libertadores... Mientras que si fracasamos, se suelta a toda la jauría y la ciudad se toma igualmente por la fuerza, algo que aportará menos renombre a la orden aunque igualmente asegurará un punto estratégico.- Comienzo a decir sin dirigirme a nadie en concreto pero midiendo el tono de mi voz para que pueda llegar a todos los presentes, me ahorró el usar cualquier tono ácido o que denote emoción alguna. -Bueno, pero que sabré yo, Arkhania es un reino intachable de larga tradición honorable, seguro que en verdad hará todo lo posible para evitar recurrir a una medida tan desesperada, hay un pacto firmado que debe ser respetado y seguro que cualquiera de los miembros de la orden estaría dispuesto a todo por evitar que el honor y la credibilidad de su nación se vean comprometidos. Qué clase de mensaje enviaría a sus aliados el que la ciudad que iban a salvar sea arrasada hasta los cimientos.- Por primera vez me giró de tal modo que pueda encarar directamente a Theod, quiero ver su gesto y saber que dirá el resto a su reacción si es que esta llega a tener lugar. -¿No es así, buen Theod? Una causa noble y una evidente oportunidad de mostrar vuestro compromiso, seguro que hasta estaríais dispuesto a dar la vida para evitar tan fea mancha en vuestra honra.-

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19/10/2017, 02:30
Nickar

Nickar hablaba con la mirada con Crom, y sonreía sentada en su silla de viento colocada bajo sus posaderas, los comentarios que llegaban solo hacían que su sonrisa se agrandara y el desprecio de Theod era casi burlesco. Cuando habló de promesas y juramentos se vio obligada a responder con firmeza - ¡por supuesto! Un pacto no debe ser ensuciado por nadie y es sagrado o informalmente irrompible - pero solo si es un pacto que hace uno mismo o alguien a quien deseas ayudar - pensó con su perenne sonrisa mirando a Crom arqueando una ceja. Casi le estaba diciendo el propio Theod que la matara, y la mecenas de la tiflin debía estar riendo imaginando aquella conversación. Los pactos no se hacían con un individuo, si no con un país, que la reina cayera no implicaba que no pudiera cumplirse un pacto que hablara de proteger un lugar.

Las conversaciones de sus compañeros se sucedían, y mientras unos ignoraban amenazas, otros hacían lo que el "buen guarda" no era capaz, pensar por si mismos, quien menospreciaba a alguien, corría el riesgo de creerse intocable, cientos de pensamientos ocupaban la cabeza de Nickar, satisfecha por la comedia del guardia que pretendía herir con sus palabras a los prisioneros - yo jamás te menospreciaría Theod, pese a verte como a un pequeño ratón asustadizo ante las fauces de un león, puedes morder su lengua, y no se te debe subestimar o perder de vista; si tu vieras a un preso bajo esas mismas condiciones, creer que solo por que lo de delante de ti sea un ratoncito, puedes morder sin precaución, acabarás con una herida en la boca que acabará contigo... Harías bien de estudiar lo que los bardos cuentacuentos llaman fábulas, esos animales que juegan llevados por sus hilos dicen mucho de la realidad.

Cuando Roriarkas se retiraba y un nuevo preso llamado como número nueve apareció, la tiflin hizo una leve mueca desaprobando ese vocabulario, pero a la vez parecía interesante. El número 9 daba a entender que llevaba mucho tiempo allí, o que substituía al que poseyera ese número antes que él, aunque por su comentario deseoso de destrucción interpretó que era lo primero - procura dejar algún pilar entero - dijo con calma mientras desaparecía por su portal, posarse en tierra quemada no era agradable a sus descalzos pies, al menos si tenía que rehacer el lugar, esperaba poder apoyarse en algún punto que no desagradara a su tacto.

Llegaba el momento de pedir el equipo, y la tiflin quiso saber hasta que punto podía exigir para ella, ya que nadie le había contestado todavía.

- para mí - decía con decisión, pidiendo de menor a mayor, esperando calibrar hasta que punto podía reclamar nuevo equipo - requeriré un pedernal, un frasco de aceite, una cuerda de seda, una piedra trueno, una ballesta automatizada de mano, un huevo de pseudodragón y la ciudad azur.

Sin más las cuatro primeras eran partes que había perdido de su propio equipo, la 5a una petición con la que jugar a distancia, la sexta un capricho, y la última algo poco probable, pero que nadie dijo que no pudiera pedir. Faltaba ver que de lo mencionado era posible.

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19/10/2017, 10:49
Roriarkas

Regreso atravesando el portal y las miradas se giran hacia mí y mi nuevo acompañante. -Grook, bienvenido a nuestro grupo.- Digo amable pero con semblante serio. Al fondo, los (ahora) seis miembros de La Orden nos miran con desprecio, junto a ellos está la espadachina Greta Davenrost, tan enérgica y hermosa como de costumbre -Los del fondo son los seguidores de Unrir, la diosa patrona de Arkhania, su fundadora. Se trata del Don de la Inspiración que, hace muchos años, venció al Don del Tiempo y usó parte de su poder para crear una cárcel en lo más profundo de la ciudad.- Comento haciendo la introducción para todos los presentes -Al menos eso cuenta la leyenda. Ahora nos encontramos en su temblo, las Torres de Unrir. Un lugar perdido en la cordillera montañosa que rodea la ciudad- Me ha costado ubicarme pero, descartando las zonas que conozco, sólo queda lo dicho y la ausencia de negativa me lo confirma. Extiendo las manos hacia la gran sala ovalada y luminosa en la que todo parece relucir con luz blanca propia. -Ella es Greta Davenrost, miembro de Los Caballeros de Arkhania, sobrina de Comadreja- alzo una mano -A Crom Daral ya lo conoces- Pues hemos compartido otras misiones con él -Y, por orden, ellos son Nickar, Lythrai, Hazir, Yz...- la mujer da un paso hacia mí --Isbila, cuantas veces os lo tengo que repetir, se pronuncia Isbila.- Entiendo -...disculpad, Isbila, Pain, Serge y a los que ya conocéis: Nameogh, Salahadin y Socar- termino con mi fiel compañero. Tras las presentaciones Crom me hace un gesto y, junto al mediano Nameoght y Salahadin, emprendo el camino despidiendo con la mirada al resto y dejando a Grook con sus nuevos compañeros.

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19/10/2017, 11:03
Salahadín

Mientras sigo a Crom, miro a Hazir -No estaremos juntos después de todo. Lástima- con el rostro agrio por perder esta oportunidad fijo la vista al frente -Mantente vivo, debo ser yo quien de envíe a Necrópolis-

Dos enemigos compartiendo un mismo objetivo, luchando codo con codo. No podía ser y, en el fondo, doy gracias por ello.

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19/10/2017, 11:06
Reo 525

Me acerco a Nickar, -Volveremos a vernos, mi futura reina- hago una reverencia solemne. No se trata de una burla, ni mucho menos, lo hago completamente en serio -Espero que os concedan lo que pedís- comparto una sonrisa con ella y camino hacia mi nueva aventura. Antes de cruzar el umbral, me giro y con un gesto me despido de todos los demás.

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19/10/2017, 11:08
Crom Daral

Dejo que los presos pasen primero por una puerta lateral. Allí discutiremos nuestra estrategia para recuperar el agua de Azur. Sonrío. -Nos veremos en la ciudad... o quizá no- entro y cierro tras de mí.

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19/10/2017, 11:11
-Residuos del Dolor-

Los tres presos y Crom salen por un acceso lateral. Posas los ojos por orden en los que te interesan, los presos, tus nuevos compañeros de misión.

Pain, es un humano de ojos lechosos y lengua bífida. Sin modales, sin escrúpulos, un asesino que usa sus propios puños para arrebatar vidas con sumo placer. Lo sabes porque encaja con el perfil de los mercenarios que ahora gobiernan en la Ciudad Azur (la ciudad que vais a liberar). Estos mercenarios se llaman los Scahrossar en honor a una extraña diosa de torturas.

Hazir, un humano de las arenas, como el Reo 462 (que responde al nombre de Salahadin) pero su contrario. Hazir es noble quizá de la capital de Quisam, mientras que Salahadin es un Khayin, un nómada del desierto. Sabes que la ciudad Azur está al Sur, capital del país con el mismo nombre. Es una ciudad portuaria que sirve de enlace con Quisam y sin duda eso explica la presencia de los humanos de piel oscura. Te sorprende el enorme alfanjón que cuelga de su cadera, con la hoja opaca es, sin duda, el arma más grande que has visto en proporción a su portador.

Lythrai, otra humana. Puedes oler la magia en ella pero su cuerpo delata que es una luchadora. Su presencia en este grupo es un misterio, por ahora. Sin embargo, resulta interesante el hecho de que posea aptitudes marciales y arcanas, quizá las combine, lo que hace de ella una rival a la que no hay que subestimar.

Nickar, llegó con Cisco y es a la que te hizo referencia Roriarkas. Es una tiflin que se mantiene sentada en un asiento de aire, sobrevolando la estancia. Tiene cuernos y alas... vamos, una medio demonio en toda regla, pero el motivo por el que está aquí tampoco está claro o, al menos no tan claro como con los dos primeros.

Serge, tiene toda la pinta de un humano enfermo. Alto, escuálido y con el cuerpo lleno de vendas, no te es difícil detectar que es más ágil que fuerte. Un ladrón. Pero poco más se puede sacar de él salvo que, como tú, responde ante el gobernador Dharkanis.

Socar, el fiel compañero de Roriarkas. Antaño era un humano fiel, leal como pocos, con buen corazón y un profundo deseo de venganza contra los que le arrebataron su hogar y masacraron a sus hombres (Arkhania). Alguien lo mató en la prisión (el único lugar en el que los presos pueden morir) pero Roriarkas, junto con algunos aliados, consiguió encerrar su alma en una especie de golem llamado "forjado". ¿Por qué está aquí? porque es el amigo del respetable enviado en esta misión. Roriarkas confía en él como su mano derecha.

Ysbila... hum... su intervención cuando Roriarkas iba a decir su nombre te hace sospechar. Yz... comenzó a decir el respetable y recuerdas el nombre de otra bajo la tutela de Dharkanis: Yzlin. Pero esa Yzlin es conocida por toda la prisión pues su llegada fue esperada. No todos los días llegaba una medusa capaz de convertir la carne en piedra. Pero ésta que se hace llamar Ysbila es una humana... eso sí, con interesantes recursos arcanos.

Por otro lado, sólo conoces a Greta Davenrost de oídas. Es hija del hermano del respetable Virming "Comadreja" Davenrost conocido como Aaramis Davenrost, el mejor espadachín de Arkhania y oficial de la Orden de Caballeros de Arkhania. Como hija de su padre, su manejo de la espada es digno de mención y respeto. Por último, La Orden es un culto religioso que, como ha dicho Roriarkas, rinden culto al Don de la Inspiración, la diosa Unrir.

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19/10/2017, 18:10
Pain

Mi mirada se alza para mirar el rostro concentrado de Yzlin. En mis facciones, durante un instante, se puede vislumbrar un gesto de sorpresa, incluso de... ¿Agradecimiento? Si eso es lo que alguien ha visto, no ha sido más que una ilusión, pues en seguida se ha tornado en una mueca fría y dura, la misma mueca de siempre para los menos observadores. Una mueca sin pizca de desprecio, para los más atentos. Maldita sea. Estoy a punto de apartarla, no quiero su ayuda, pero antes de darme cuenta, demasiado rápido, sucede. Siento desaparecer la marca de mi frente y algo más. Pain. El nombre resuena en mi cabeza, conn fuerza, como si hubiera estado luchando por salir y al fin estuviera libre. 

¡Chsss! –tuerzo la boca en una mueca desagradable y doy un paso atrás, alejándome–. No te debo absolutamente nada –y miro a otro lado. ¿Por qué? La única respuesta es el silencio que se hace al entrar nuevos jugadores en la estancia, obligándonos a todos a prestar atención. Yo el primero, aliviado de no tener que decir nada más. Por suerte, los siguientes minutos pasan interminables, eternos, lentos como el paso de los años.

El debate sobre el último integrante del grupo, el décimo miembro de su pequeña cuadrilla, es lo primero a tratar. Parece que los más veteranos tienen en mente a alguien ya. Otro kobold. Y amigo de Cisco. Jodida alimaña. No puedo evitar sentirme asqueado, pero al menos no es la estúpida lagartija. Mientras no sea él, puedo estar de acuerdo. Mientras no sea él, no tengo nada por lo que matar dentro del propio grupo. Sonrío y miro a los que parecen ser nuestros anfitriones. Seguro que eso no les haría ninguna gracia a estos viejos. ¡Ja! Ni que me importara una mierda. Se han sentado y son los que empiezan a hablar, invitándonos a acompañarles en la mesa, respondiendo a Roriarkas. Mientras dicen lo que tienen que decir, yo me quedo de pié. Estoy más cómodo así.

La charla que sigue es monótona a más no poder. Planes, estrategias, tratos, honor, gente importante. Todo pierde sentido para mi en cuanto escucho lo único que a mi me interesa: el Sumo Inquisidor Scahrossar. Está allí, una de las cabezas de la organización, una cabeza de la serpiente. La primera que voy a poder cortar. Porque está claro que si estoy allí es para eso. A mi tampoco me importa quienes me acompañen, ni como se haga. Pero que sea lento, y doloroso. El pensamiento es la única respuesta por mi parte a Crom. Pese a que no me cae bien, le desprecio desde que lo vi por primera vez en el barco, esbozo una sonrisa hacia él. Se hará bien... Pero la seguridad de mi gesto en seguida se vuelve a ver turbado por el asco que siento hacia Nickar, a la que regalo una mirada cargada de odio. Al menos mi parte. Pequeña mocosa estúpida, no sabe cuando callarse. Yo, por descontado, tengo más de una idea para enseñarla a permanecer en silencio, y ya de paso demostrarla que no es el culo del mundo. Por supuesto, tendrá que esperar. Casi con la misma rapidez que he cambiado de la total confianza al desprecio, paso de este a una ligera sorpresa. Greta Davenrost. ¿Hermana? ¿Hija? ¿Otra cosa? Sea lo que sea es interesante, no sabía hasta ahora mismo que tenía familia. Debilidades. Virming no es tan listo como se cree, ni tan intocable tampoco. Puede ser duro y mostrarse insensible y sin escrúpulos, pero seguro que los tiene. Está bien saberlo, tal vez me haga falta recordárselo algún día. Quitando eso, me importa una mierda lo que haga o de lo que se encargue. Si no va conmigo, por mi se puede ahogar con sus propias manos. Ella y todos los demás. Theod, en cambio, es otra historia. El anciano calvo no me gusta y no tiene pinta de ser capaz de pasar inadvertido. Va a ser un lastre. Por poco tiempo. Me relamo. Crom me acaba de empezar a caer un poco mejor. ¡Traiciones desde el primer momento! La guinda para cualquier buena historia. Ya me sentía como en casa.

Bien entonces. En... –marcha. No puedo acabar la frase. Para una vez que hablo. Cuando aprenderé a tener la boca cerrada. Escupo al suelo, interrumpido por la presencia de una nueva figura que entra en escena. El aire a su alrededor parece vibrar y noto una fuerte presión a mi alrededor. Si no fuera porque tengo una reputación que mantener, habría dado un paso atrás. Puede que más de uno. Sea quien sea, es poderoso, muy poderoso. Y antiguo. ¿Cuánto tiempo llevará aquí? La respuesta, incluso de tenerla, seguramente se escaparía a mi entendimiento, así que no le doy vueltas. Sé que me ha caído bien desde el primer instante, y es suficiente. Aunque es una lástima que no vayas a poder jugar. Mis hermanos van a caer por mi mano, no por la de nadie más. Lo siento por ti, pero puedes quemarte los huevos si quieres. Dejo escapar una seca risa a la que nadie atiende y que se transforma en tos. Para cuando quiero levantar la cabeza otra vez, él ya ha desaparecido de nuevo y me encojo de hombros. Tal vez un poco excesivo, pero con clase. Y no se puede negar que, de una manera u otra, ha generado algún sentimiento en todos nosotros. Algunos incluso parecen dispuestos a aprovechar para seguir atacándose entre ellos o, en el caso de la tiefling, seguir soltando estupideces que en mi tienen el efecto contrario al que debe de buscar. Aparenta menos de lo que eres, o acabarás por ser mucho menos de lo que te crees. No tengo ni idea de a quien se lo he escuchado, pero es una frase con sentido. Una de esas pizcas de sabiduría que quedaría igual de bien en boca de cualquiera con canas en la barba. Menos en Theod, en ese estúpido lo único que queda bien es un cuello roto. Sonrío mostrando los huecos entre mis dientes–. En marcha entonces. –Otra vez.

Esta ocasión, la interrupción se la debo a Roriarkas. El venerable regresa de la manita de aquella lagartija y empieza a soltar otro discurso. ¿No se cansan de hablar nunca? ¿Acaso al kobold le importa una soberana mierda quienes somos? La verdad es que tiene pinta de que no, pero no soy experto en leer las expresiones de los animales, así que a saber. Solo gesticulo dos veces. Cuando menciona a la mujer, me paso la lengua por los labios. Sobrina. Cuando se me nombra, me limito a mover pesadamente la cabeza. Al fin. ¿Podemos irnos ya?. Por favor, espero que la respuesta sea un si.

>> Yo quiero una máscara –me he acercado a Crom, sin saber muy bien si es a quien le tengo que pedir, y le explico como debe ser1–. Y también necesitaré... –miro de reojo a Theod, mojándome los labios con la lengua con lasciva lentitud–. Herramientas de trabajo2. Todo el instrumental, de buena calidad. Supongo que ya sabes a que me dedico –asiento y me encojo de hombros–. Y si crees que necesitaré algo más, lo dejo en tu mano –dicho lo cual, se dio la vuelta, se fue hasta la mesa, y se quedó apoyado esperando, con los brazos cruzados y mirando al suelo.

Notas de juego

1. Una máscara de metal negro, ya si me la das se verá cuando cambie la imagen. Si puede ser mágica, lo dejo a decisión del máster y que haga cualquier cosa guay (causar miedo, intimidar, mejoras en alguna habilidad, lo que sea, yo acepto los regalos xD).

2. Agujas (x9), Empulguera, Escalpelo, Hierro de marcar, Ligaduras y Pera. [Instrumentos de tortura; pág. 38 Oscuridad Vil].

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20/10/2017, 02:02
Serge Leblanc

Yzlin era demasiado buena. ¿Devolverle sin más el nombre a Pain? Cualquiera con un poco más de picardía habría aprovechado la situación para ponerle algún nombre ridículo o grotesco. Ah, pero si eso fuera el tema más importante a discutir en aquella gran mesa de mármol, ¡qué sencilla resultaría la misión! Pero Olidammara nunca le ponía las cosas fáciles a Serge Leblanc, por desgracia. Mientras estaban discutiendo acerca de traer un curandero al equipo, se presentaron varias personas más a aquella reunión. A la mayoría el ladrón no los conocía, pero sí que reconoció a uno en particular. El “querido” capitán del Despeñapresos, Crom Daral.

Con la llegada de los nuevos integrantes al grupo, las cosas empezaron a explicarse y fueron tomadas las primeras decisiones. Se eligió como décimo integrante del grupo a un kobold, al parecer amigo de Cisco, con conocimientos mágicos. Bueno, eso nunca estaba de más en un grupo a punto de iniciar una buena batalla... Aparte de eso, también se formaron los grupos de gente que iban a realizar cada una de las tres sub-misiones en las que se dividía aquel trabajo. A él le había tocado ir a rescatar a la actual reina de la ciudad junto con Yzlin, Pain, el recién llegado Grook y aquel caballero llamado Theod.

El ladrón fue atendiendo en silencio a todo lo que se decía mientras grababa en su memoria el aspecto de la bella Greta Davenrost. Entre lo delicioso de su apariencia y su apellido… Definitivamente era la persona más interesante de las que componían el grupo que había llegado con Crom. Más incluso que aquel extraño pelirrojo ¿demonio? que parecía muy emocionado con la idea de prenderle fuego a todo. Que Lisa no estuviera allí a su lado le iba a hacer más que difícil resistir la tentación de ir a flirtear con aquella belleza rubia.

Crom le sacó de sus pensamientos entregándole el mapa del palacio, alegando que él, como experto ladrón, sería el usuario que más partido le sacaría.

 -Heh, esta va a ser la primera vez que me cuele en un palais tan grande, pero no es la primera vez que hago allanamientos con carte.

Serge abrió el rollo de papel para echar un ojo a lo que se iban a enfrentar mientras el resto del grupo ultimaba detalles. El sitio desde luego era enorme. Iban a necesitar ser sigilosos y cuidadosos. Y por un momento, a pesar de la tranquilidad que le daba el llevar aliados de confianza, deseó poder realizar aquella tarea solo. Porque un ladrón escurridizo era mucho más difícil de detectar que un grupo de incursores.

El ladrón cerró el mapa justo cuando la bella Nickar y Pain realizaban peticiones de diferentes objetos para ayudarles en la misión.

 -Oh, ¿podemos pedir equipamiento extra para la misión? Très bien, en ese caso yo creo que necesitaré una cuerda de seda, longue, de unos 15 metros, por ejemplo. También un arco corto y flechas, que sean de una calidad decente, s'il vous plaît. Oh, y algún objeto mágico que pueda darnos invisibilité. Y si eso no pudiera ser, entonces una vara que nos permita transformarnos o una vêtement de muchos estilos. Infiltrarse sin llamar la atención va a ser fundamental en esta mission y si no somos invisibles, al menos quiero ir bien disfrazado.

Porque se iban a meter en un palacio lleno de soldados con orden de matar a todo intruso a la vista. Meterse de cabeza sin usar subterfugios era un suicidio.

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20/10/2017, 02:31
Hazir Al-Tamsa

En cuanto los extraños entraron, Hazir apartó una silla de la mesa y se sentó, cruzando las piernas, de tal forma que cuando entraron les recibió como un verdadero noble quishashi en su palacio rodeado de sedas, con una expresión de sonrisa distendida en el rostro. Les miró como si les evaluara, y, de hecho, así era. Estaba claro que los recién llegados pertenecían a alguna clase de organización o grupo cohesionado, aunque no llevaran informes: existía una cierta comprensión, una cierta armonía en la forma de moverse. Les miró con curiosidad, mientras entraban en la sala, y por el rabillo del ojo vio a la medusa retirando la marca de la frente de Pain. Aquello era realmente útil: los poderes de la antigua medusa iban a ser sin duda útiles en la prisión, que cada vez quedaba más claro que no era tan inexpugnable como les querían hacer creer. Eso casi arrancó una risa de los labios de Hazir, pero se controló. Otro de los presos sugirió un nombre, y Hazir se alegró de que lo hiciera, pues la verdad era que no tenía ni idea de a quién podían pedir para la misión además de a la sanadora que le curara las heridas en la casa de Roriarkas. El hecho de que fuera un kóbold no era más que otra señal de que el destino les guiaba, les unía, de que la mano del Señor de las Arenas estaba tras todo aquello. Estaba seguro de que su hermana le daría la razón si estuviera allí. Pertenecía además a la Lanza Negra, la tribu de Cisco, lo que tampoco estaba mal: siempre se podía hablar con él, ya fuese para proteger a Cisco o para que se apartara de él. 

Notó un pequeño estremecimiento al oír que el mediano había leído "por curiosidad" la mente de uno de ellos. No, no le gustaba nada de nada la magia mental. No tenía nada que esconder en su mente, pero tampoco le hacía gracia que alguien se pasease por allí como en un herbolario, admirando curioso los distintos recuerdos metidos en frascos de conservante alquímico. Definitivamente había que mantenerse alejado de aquel mediano. 

En cuanto al líder de la Lanza Negra, lo mejor era no preocuparse por él de momento, aunque más adelante podría suponer un problema. Le interesó más la pregunta de Roriarkas: ¿por qué no vamos a necesitar un sanador?

La respuesta no se hizo esperar, junto con la información necesaria para la misión. Azur era una ciudad importante, y su reina también. En la mente de Hazir, los primeros retazos de un plan comenzaban a formarse, y los bordes de su sonrisa se afilaron, peligrosos. Era un plan a futuro, para el que aún faltaba mucho... pero comenzaba a verlo, y tal vez no faltase tanto. Escuchó con atención, y todo lo que oyó le agradó. La situación de la ciudad venía extraordinariamente para sus planes, y sus ojos brillaron. Iba a sacar más que un simple reconocimiento de aquella misión, eso estaba claro. 

-Así es-asintió a los comentarios de sus compañeros-ese kóbold parece buena opción, que se una a nuestro grupo-declaró, como si todos hubieran estado esperando su decisión. 

No le gustó volver a ver a Crom: aquel hombre le daba mala espina, y su cambio de personalidad era peligroso, muy peligroso, como ya sabía Hazir. Había muchos grados y tipos de personas peligrosas, pero sin duda aquellas que podían volverse impredecibles en cualquier momento ocupaban un lugar muy alto de la lista. Además, algo en aquel caballero, no sabía decir el qué, no le daba buena espina. Era una reacción instintiva, como la aversión de un perro a un gato o de un enano a un trasgo. 

Por supuesto, por mucha mala espina que le diera, no dejó de escucharle con atención. El hecho de que la reina hubiera firmado aquel tratado con los gobernantes de Arkania era razón más que suficiente para que actuaran con aquella contundencia, máxime cuando esa secta de nombre impronunciable estaba detrás de todo. Hazir meditaba sobre la mejor manera de acometer la misión (Le veo fallos, el apoyo del pueblo no está garantizado, y nuestro sigilo es demasiado importante para la vida de la reina. La prioridad debería ser rescatarla, el pueblo es voluble y no deberíamos contar con su ayuda) cuando Greta entró en la sala y acaparó toda su atención. Solo al verla, uno se daba cuenta de que no era cualquier guerrera. Como diría su hermano, esa mujer era mujer y media, y en este caso puede que hasta dos. Agradeció que el parentesco Davenrost no la hiciera parecerse al deslenguado capitán del Despeñapresos: ella era todo lo contrario, era altiva, fuerte, con ojos brillando de inteligencia, una mujer capaz de partir el cuello de un can de las arenas con las manos para luego correr un kilómetro, y, además (y eso era lo más importante) una mujer que no solo era capaz, sino que no dudaría en hacerlo. Quedó automáticamente fascinado por su gracia, por su porte, que no era el de las luchadoras que había conocido en otras partes (amasijos de músculos más parecidos a un toro que a una mujer, cuya cabeza casi no existía entre sus enormes hombros) sino el de una general, una comandante. Alguien que podría dirigir un ataque a la posición más defendida, con todos sus hombres tras ella. Cuando Hazir salió de su fascinación para escucharla, se encontró con que su orgullo inflaba su voz maravillosamente, y además iba a revelarles el nombre de uno de sus líderes...

Hasta que el maldito compañero de la Orden la interrumpió. Hazir fulminó con la mirada al hombre, y ya iba a intervenir, alzando la voz, cuando Crom tomó la palabra y terminó de explicarles el plan. Hazir se relajó y decidió esperar. Habría tiempo. 

El hecho de que le asignaran con Greta al mejor de los grupos (con Layldara y sin el Khayim) no podía ser más que la intervención del Señor de las Arenas, o no podría explicarse tanta suerte. La sonrisa se ensanchó en sus labios, y, mientras terminaban de darse las explicaciones y los demás pedían el equipo, Hazir saltó de la silla con agilidad felina. Avanzó un par de pasos, acercándose al grupo que le había tocado, y realizó una breve pero elegante reverencia a la mujer que les lideraría. No le gustaba la autoridad (como suele pasarle a los nobles) pero en ese caso, no tenía nada que objetar. 

-Decidido todo entonces, parece que nuestra misión es urgente, por lo que pongámonos en marcha cuanto antes. Sin embargo, ya que mis compañeros están pidiendo cosas, no quiero ser menos. No sé cómo andáis de fondos por aquí-dijo como si hablara con un comerciante en el que no estuviera seguro de invertir-pero me gustaría pedir algo. Si vais mal de dinero, me conformaría con un camisote de mallas de calidad, un arco y unos cuantos cuchillos arrojadizos de mi tierra. Además, ningún aventurero que se precie va de misión sin una buena cuerda resistente, por lo menos de cincuenta pies y mejor si tiene gancho, y unas antorchas o un candil. 

Sin embargo, si los fondos son algo más holgados, unos cuantos encantamientos serían de agradecer. Mi alfanjón se beneficiaría de cualquier magia, aunque los encantamientos de afiladura o de colisión son los que mejor le vienen. Aunque no quisiera ser tópico, un encantamiento flamígero tampoco sería nada malo.

Por otra parte, resultarían de gran ayuda unos guantes de fuerza de ogro o incluso un cinturón de fuerza de gigante. 

Eso queda a vuestra decisión-dijo, mirando ahora a Greta-Pero decidme, mi señora: íbais a decir algo antes de que os interrumpieran tan groseramente. ¿Tendríais la bondad de continuar? ¿Quién es ese líder?

Notas de juego

Joder, por fiin puedo postear. Mis disculpas si me salto algo o no está completo, tengo mucho sueño xD

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20/10/2017, 17:50
Yzlin

-Otro Fonn’Aster- cruzo la mirada con Lyth, visiblemente ilusionada aunque con disimulo. No quisiera que por mostrar nuestra amistad Crom atara cabos y acabara por descubrirme. En cuanto al tal Theod, lo ignoro por completo. Demuestra ser bastante tonto al hablar así, considera que estar al otro lado de la vaya tiene alguna especie de inmunidad.

Se reincide en el pacto que se tiene con la reina de Azur. Aunque quizá la caída de la mujer sea algo favorable para nuestros mecenas.

La partida de Roriarkas y la llegada de 9 me devuelve a la estancia blanca sacándome de las hipótesis. El individuo se me antoja muy interesante, con dotes de liderazgo y un brillo amenazante en sus ojos. Miro a Nickar pues, sin duda, parece un ser al que ella consideraría divertido a dosis controladas y luzco una sonrisa ante su comentario del pilar. Pero en sus palabras hay algo que se clava en mi mente. -¿La bandera sobre el palacio?- Miro a Crom -¿Por qué no nos ha hablado de eso? La señal que detendrá el ataque a la ciudad es algo prioritario y, sin embargo, no ha delegado. ¿Espera hacerlo él? ¿Debemos confiar en que lo haga?- Inspiro hondo –Bastardo- susurro la palabra apenas audible para Serge y Pain que son los más cercanos, limitándome a hacer un gesto hacia Crom si me miran.

Escucho ahora a Socar, disfrutando con la doble intención de sus palabras y, por último, Nickar. Su lista de peticiones comienza normal, pero termina por sacarme una carcajada. -¿Cuánto estarán dispuestos a darle?- Escucho con atención antes de pedir por mi parte.

-Ocultación- digo a modo de petición -me da igual si es equipo, protección mágica o rollos de pergamino. Conjuros de protección, ocultación y huída.- Hago gestos con las manos acompañando las palabras -No para huir, propiamente sino para ganar velocidad y, quizá, perspectiva.- Inspiro hondo -Un bastón de poder o de liderazgo y una varita de proyectiles mágicos... y, por supuesto, algo para invocar criaturas y sembrar el caos.- Añado con media sonrisa felina -elementales de fuego, por ejemplo, o de agua. Lo necesario para garantizarnos el éxito en la misión- vuelvo a sonreir.

Tras ello, me giro y camino hacia Grook. -Bienvenido al grupo. Ve y pide algo antes de que se acabe la paciencia de ese hombrecillo-

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20/10/2017, 18:22
Lythrai Fonn'Aster

Roriarkas regresó y comenzó a presentarle a Grook a todos los presos. Isbila ¿eh? Jujuju. Muy inteligente: era difícil que se presentara una ocasión de engañar a Crom Daral, e Yzlin pensó que sería una interesante carta que conservar.  "¡Bienvenido al grupo, Grook!" saludó Lythrai al kobold recién llegado desde lejos acercando la mano a la frente y separándola, en una especie de saludo militar. Pasó junto a los demás por la puerta lateral que Crom Daral les hizo cruzar, y al poco rato Nickar innauguró la ronda de peticiones. ¿Un huevo de pseudodragón y la ciudad de Azur? Lythrai se echó a reir divertida. "Eso es. ¡Por pedir que no quede! Me siento como una niña en diez veces su cumpleaños."

Esperó a que los presos fueran dando sus peticiones, dándole tiempo así a pensar qué quería ella.

"Yo quiero una bandera." dijo sonriente, balanceándose en pie con las manos a la espalda. "De fondo negro, con gran un anillo púrpura en el centro, justo arriba del símbolo de los Fonn'Aster también en púrpura, o en blanco... Quizá el símbolo de los Fonn'Aster dentro del anillo púrpura, no sé... ¡Lo que quien sea que haga la bandera piense que quede mejor, pero que se vea bien, que brillen en la oscuridad!" cruzó las manos a la altura de la nuca y continuó: "La podría enganchar a mi lanza, aunque... Mejor que venga ya incluida el asta para enarbolarla. Un asta de metal hueca de esas exóticas, plegables, que pueda llevar al cinto y no me moleste... Y lo necesito ya para esta misión ¿eh? No es un capricho." aseguró con entusiasmo. Bueno, puede que sí lo fuera... pero seguro que le encontraría un uso.

"En cuanto al combate... Quiero mi equipo de vuelta, obviamente. Lo dejé allá en consigna y me prometieron que me lo devolverían mejor aún de como lo había dejado. Heh." se moría de ganas de ver cómo le habían dejado la armadura. "Algún encantamiento para la lanza y la espada... ¡Oooh, y un cristal de acero arcano!" se le iluminaron los ojos, y le dio un par de golpes al mango del arma. "¡Eso por la parte guerrera! Por la parte de maga, ¿por qué no un anillo de esos en los que se almacenan conjuros? De esos que se activan con palabra de mando."

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21/10/2017, 04:20
Grook

Con un ruido sordo y profundo, las puertas se abrieron. Allí se encontraba el grupo del que le había hablado Cisco, a la mayoría de los cuales sólo conocía de vista. Precisamente los únicos con los que había compartido alguna misión, junto con el propio Roriarkas, salían de la estancia por una puerta lateral.

De todos los que quedaban en la sala, Socar era el único que ya se encontraba en la prisión cuando él llegó. Uno a uno había visto cómo ingresaban todos los demás, y en todo ese tiempo apenas había mostrado ser capaz de ponerse cada bota en el pie correcto. Pero ya había estado demasiado tiempo observando y había llegado el momento de empezar a quitarse la máscara. Aunque fuera sólo un poco.

Para colmo, todos estaban en aquel momento levantándose de la mesa y haciendo diferentes peticiones en cuanto a objetos que quisieran o necesitasen durante la misión. Lo que significaba que, con toda seguridad, ya habían sido informados sobre qué se esperaba de ellos. Genial…

Resumiendo, era una incorporación de última hora, cuyo conocimiento de la misión se extendía a que marchaban a retomar una ciudad llamada Azur, rodeado de gente a la que no conocía y que no irían con él a desempeñar cualquier tarea más peligrosa que bajar una escalera. Y ahora "Isbila", que debía estar odiando a Roriarkas por ese patinazo, le apremiaba a que hiciera su pedido. No faltaba más…

- Esto… hola - dijo tímidamente, dirigiéndose un poco a todos, con una voz aguda y áspera al mismo tiempo. - Vale, me daré prisa - respondió a Isbila. Entró en la estancia con paso inseguro, dirigiéndose hacia quien fuera al que estuvieran pidiendo el equipo; devolviendo por el camino el saludo a Lythrai, con una inclinación de cabeza y una sonrisa tan sincera como inquietante, que mostraba sus picudos colmillos.

- Una armadura mágica. De cuero, o algo similar en cuanto a peso. Y algo que permita sanar heridas, una varita o algo parecido.

Una elección a ciegas. En fin, ambas cosas eran útiles para cualquier situación, de poco servía lamentarse. Es más, nadie había pedido nada para curar heridas, al menos que él hubiera escuchado. Siempre vendría bien contribuir al éxito de la misión ganándose algunos favores por el camino. Terminada su “transacción”, se dirigió hacia donde se encontraba Nickar.

- Hola. Gracias por darme la oportunidad, intentaré no ser un estorbo. Imagino que ya se han dado los detalles de la misión…