Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

Las torres de Unrir.

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21/10/2017, 07:00
Nickar

Nickar miraba al pequeño, antiguo compañero de Cisco - el mediano fue quien dio tu nombre - aclaró - yo solo he querido creer que su elección es acertada - puso su mano en la cabeza del bichejo, no sabía que tenían los draconianos que tanto le gustaba, pero sin duda sería feliz rodeada de estos pequeños reptilianos. Sería bueno si le concediesen el huevo de pseudodragón, tener uno o dos sería un sueño hecho realidad.

Ahora veía al nuevo kobold, y se imaginó con Cisco a su diestra y Grook a la siniestra, un pseudodragón en cada hombro y un cinturón de diversos venenos. Vaya vista magnífica le ofrecían sus pensamientos, Cisco, el mata demonios, Grook, el mata gigantes, una pseudodragón llamada Undine, la segadora de almas, un pseudodragón llamado Ifrit, el dominador. Si un gran dragón se uniera a su grupo, sería Rendir, señor de los cielos. Adquiriría ella pues el nombre de Nickar, la reina amante de dragones.

- poco de la misión sabemos, a parte de que debemos jugar a ir en linea recta según nos marquen.

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21/10/2017, 17:46
Socar Fonn'Aster

    Mantuve la mirada sobre Theod, la falta de reacción de Crom me hizo seguir pensando que quizás no iba tan desencaminado con mis suposiciones. Ya había cruzado espadas con los soldados de Arkhania y no sorprendería en absoluto que a alguien tan espurio no le temblase el pulso en sacrificar a un camarada sin con ello favorecía sus fines más oscuros, algo que me llevaba de nuevo a por qué Crom se fiaba más del tal Serge que de uno de sus caballeros, pues por muy estúpido que fuera Theod, aquella operación no se había montado en cinco minutos, con haberlo depuesto y encomendado la tarea de dirigirnos a alguien más capaz el asunto se hubiera resuelto de un modo mucho más favorable. Desde luego que el paseo por las alcantarillas iba a ser de todo menos tranquilo.

    Siguiendo en aquella posición empecé a oír las peticiones de algunos de los novatos novatos, ya no sabía si pensar que eran demasiado ingenuos o meros bufones, puestos a pedir porque detenerse en ese punto y no seguir ya hasta que nos enviaran un dragón para llevarnos volando al patio del palacio. Viendo que el lance arrojado había llegado a un punto muerto me volví hacia el resto justo en el momento en que Roriarkas regresaba con Grook, el kobold sin hermandad, tendría que andarse con cuidado para no acabar de sirviente de aquella osada de Nickar. Tampoco pasé por alto las peticiones del sicario de ojos lechosos, si lograba progresar en la prisión no tardarían en tratar de ponerle la correa para convertirlo en otro como 9, habría que prestar atención también a sus pasos de ahora en adelante. Entonces habló Serge, su aspecto andrajoso y rostro casi infantil no me inspiraban confianza de ningún tipo, menos aún tras todo lo que se estaba empezando a etrever, él no era un perro rabioso como su otro compañero, no trataba de aparentar ser peligroso si no todo lo contrario, algo ocultaba y tenía poco tiempo para saber de que se trataba si pensaba hacer algo al respecto. Tras él intervinieron el Hazir, Lythrai y aquella otra mujer ¿Yzlin? Había oído su nombre pero sentía como si fuera la primera vez que la veía, entonces cayó en la cuenta del cruce de palabras que había tenido Lythrai con ella justo cuando subían las escaleras antes de atravesar el portal. Al parecer la magia de la prisión había alterada algo más que su aspecto desde su llegada "¿Y a quién no?" pienso con ironía para mis adentros, algo que sin duda resultaría de lo más gracioso de no ser por donde y entre quienes nos encontrábamos.

    Finalmente tome mi turno, esperaba que nos llevaran a la sala de armas, pero atendiendo a que ninguno de los miembros de la orden había dicho nada para detener las exigencias de los anteriores, formulé mis peticiones. -Si se supone que nos traerán el equipo que requiramos me gustaría poder disponer de un par de armas, un tridente y una maza, a poder ser con aptitudes de quebrantaconjuros y defensa. También necesitaré un escudo de custodia y...- Aquello resultaba extraño, en el pasado acudir a las batallas a lomos de Aso era lo propio, pero pedir un caballo de guerra... eso no tenía cabida allí, como tampoco lo tenía el pedir una armadura, pues esa era mi nueva piel. Aunque había algo que tal vez pudiera ayudar. -Algún cristal desviaflechas o similar podría igualmente valerme.- Dejé en suspenso el resto de exigencias, me repugnaba la idea de tener que recurrir al armamento de los asesinos de mi pueblo, pero ahora no tenía otra opción, Arkhania no iba falta de hechiceros ni artífices por lo que de querer podrían lograr algo así sin mucho esfuerzo.

    Mientras que esperaba a que nos dieran el siguiente paso a tomar me mantuve apartado del resto, Roriarkas se había ido y eso me permitía hacer repaso sobre algo, tenía que esforzarme por recordar algo sobre Azur, sus nobles, por qué aquel interés en rescatar a tres personajes de los que ni si quiera sabíamos el cargo y tanto desdén en la parte de recuperar a la Reina si era quien de verdad importaba...

- Tiradas (1)
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21/10/2017, 19:40
Funcionario de Prisiones

¡¡POF!! Aparezco en un lateral de la sala con un carro bajo de ruedas pequeñas que arrastro con parsimonia, llevando la puerta de un armario (sólo la puerta). Me detengo y miro a los presentes -Que manía tienen todos con quitarse la etiqueta- comento al no poder ver en sus mentes los números asignados y tener que recurrir a la lista -¡Nickar!... hum... hum... 635.- Se acerca. La vuelvo a mirar recibiendo sus exigencias y no puedo evitar ponerme furioso con su petición. -¿Cómo voy a darte una ciudad? Eso no cabe aquí...- argg. -y si es una broma, no la entiendo. Soy un funcionario, no un intelectual.- Grrrr.

Saco del formulario la llave, la introduzco en la cerradura y abro, voy sacando y le voy entregando cada uno de los objetos en voz alta nombrándolos con la habitual parsimonia y monotonía -un pedernal, un frasco de aceite, una cuerda de seda, una piedra trueno, una ballesta automatizada de mano con virotes envenenados y...- miro dentro del armario mágico y mi cabeza desaparece dentro de la puerta -...toma. En cuanto a la mascota, trasmitiré tu petición a Dharkanis, él controla todos los pseudodragones de Arkhania. Aunque no sé para qué querrías un huevo- le doy tres frascos, dos con un líquido transparente y uno con un líquido rojizo caliente al tacto. -Esos dos, rómpelos contra tu cuerpo o el de un aliado y se desencadenará el efecto curativo al instante. El tercero, es elixir de aliento de fuego. Bébelo y... bueno, escupes fuego.-

Recorro la sala con la mirada. Crom me hace un gesto desde un lateral -Sí, termino aquí y voy con vosotros- contesto y observo cómo el miembro de la Orden Roja desaparece junto con 525, 462 y 278.

-Pain- olvido los números ya que carece de sentido usarlos. Hago un gesto a Nickar a modo de despedida, cierro el armario, localizo su nombre en la lista, abro el expediente y vuelvo a abrir la puerta. Los que pueden verlo detectarán que las baldas son ahora negras. Envuelta en un paño de seda le entrego la máscara que ha pedido tal y como la imaginó -La prisión cuida de los suyos- le digo al observar su satisfacción -Es de tu talla.- Busco más cosas -Ten- le entrego un estuche de cuero bastante grueso con un amplio arsenal de herramientas de tortura -Además, tu mecenas ha querido darte esto y esto- lo primero que le doy es un símbolo de la diosa Scahrossar -Puede que te sirva para abrirte camino sin levantar sospechas.- El último objeto se lo doy con sumo cuidado, se trata de un estuche con tres viales pequeños, del tamaño de un dedo -Inferno- le digo -Lánzalo contra alguien y creará fuego entre la piel y el músculo. No mata, pero duele muchísimo-

Cierro el armario sintiendo la mirada de Pain en mi nuca y a punto estoy de advertirle las consecuencias si atacase por la espalda a un miembro de la prisión para probar sus nuevos juguetes. No es necesario.

-¡Serge!- Contunúo con mi labor repitiendo el procedimiento, -Esto...- me cuesta un poco sacar ese bulto de telas informes de colores iridiscentes -...en realidad era una armadura de cuero normal pero...- se la entrego y, al momento de cogerla se encoge hasta convertirse en una indumentaria adecuada para un ladrón -Es una armadura ilusoria o de muchos estilos. Focaliza tu mente y se transformará en aquellos que necesites. Una armadura completa, una capa con capucha, un camisote, túnica... eso sí, no te protegerá más que una armadura de cuero normal.- Saco un estuche de cuero -Herramientas de ladrón de gran calidad- comento dándoselo -y una cuerda de seda de 50'- por último -Dos frascos de invisibilidad, que puedes romper contra ti o contra un compañero, y un frasco de sueño que dormirá a casi toda persona a la que se lo lances. ¡Ah! y este arco corto con el carcaj habitual de 20 flechas.- El arco está deslucido y deteriorado, parece viejo y quebradizo, como si al tensarlo fuera a partirse -No me mires así, es un arma corrosiva. Las flechas que de él salgan llevan ácido.-

-¡Hazir!- Cierro, abro -Encantamientos flamígeros llamarían demasiado la atención- comento mientras meto las manos en un armario lleno de arena y saco toda la parafernalia para convertir su alfanjón en un arma colisionadora -Dámelo.- Digo refunfuñando y lo dejo a un lado. No voy a pararme ahora a conferir el poder al arma pues hay otros presos que aguardan. Lo haré mientras discuten la estrategia. Toma tus cuchillos arrojadizos- estos, en apariencia, cuchillos quebradizos grises parece que se le ha extraído toda la humedad, como si hubiesen permanecido enterrados bajo las dunas durante siglos. -No sé cómo se les ocurrió en tu cultura o para qué usan estos cuchillos explosivos deshidratantes. Tus enemigos, hoy los Scahrossar sabrán qué se siente al pasar días en tu desierto de un golpe o un tajo- Verdaderamente macabro. -Y aquí tienes el cinturón de fuerza de gigante y el camisote de mallas.-

-¡Yzlin!- inspiro hondo -Tu mecenas no ha querido brindarte un bastón de poder. Dice que tienes que ganártelo- le comento enarcando una ceja -Aquí tienes la varita que has pedido: proyectiles mágicos.- También le entrego un anillo de protección y un anillo de poder camaleónico -el primero te protegerá, el segundo te permitirá fundirte con lo que te rodea para ocultarte. Eso es todo.

-¡Lythrai!- Lo primero es lo primero -No hay estandarte de una diosa pagana en Arkhania- me disculpo -pero sí la insignia de los Fonn'Aster- Le entrego un estuche de cuero con siete insignias propias de oficiales -Todos ellos poseen latente un escudo mental que protegerá a su portador, siempre que sea Fonn'Aster. De no serlo, liberarán una descarga arcana a todo aquel que intente cogerlos- lo abro y se los muestro, luego los vuelvo a cerrar pues ninguno de éstos es para ella -Y la insignia del general.- Le entrego los galones que también han sido labrados en su armadura -Además de la protección mental habitual posee energía que podrá curar tus heridas, las de un Fonn'Aster o, en menor medida, las de un aliado.- Me detengo y la miro -No hace falta que te diga que sus dones crecerán de la misma forma que crezca el grupo y si cae un Fonn'Aster al que hayas dado una insignia, lo sabrás.- Y por último -Tus armas y armadura. La armadura ha sido mejorada mágicamente. El resto sólo ha sido cuidado.-

-¡Grook!- le llamo -Aquí tienes tu armadura de cuero habitual, además pare ésta misión te conferirá la aptitud arcana de trepar cual arácnido, tres pociones para curar heridas y un anillo bastante peculiar. Ordena algo con él y el receptor obedecerá.

-¡Socar!- el bueno de Socar -Aquí tienes tu tridente quebrantaconjuros y tu maza de defensa habituales. Así como el escudo de custodia y toma, un cristal desviaflechas- Socar es el más acostumbrado al proceso y recibe con soltura el equipo. Además -Ten dos frascos que remiendan desperfectos en las armaduras-

Sin más, arrastro el carro hasta la estancia en la que aguardan Crom y compañía.

Notas de juego

 

Nickar: 

Un pedernal, un frasco de aceite, una cuerda de seda (50'), una piedra trueno y una ballesta automatizada de mano de gran calidad con virotes envenenados*

*Veneno: Locura si falla la CD, Deshorientación si supera la CD.

Elixir de aliento de fuego: Arma de aliento de 6d8 en forma de cono.

Frascos curativos: Curan 3d8+6 cada uno.

Pain:

Máscara: La máscara asustará a criaturas menores de 6DG como el conjuro espantar.

Inferno: 6d8 puntos de daño por fuego que suceden lentamente. El receptor tarda una hora en recibir el daño total provocando una agonía prolongada.

Serge:

Armadura de muchos estilos: Sé que sabes lo que hace ^^

Arco corrosivo:

Un arma corrosiva se baña de ácido al ser activada. Esto no te dañará mientras sostengas el arma y el efecto se mantendrá hasta que pronuncies la segunda palabra de mando. Tus flechas infligirán 1d6 adicional con un ataque con éxito.

Frascos de invisibilidad: Como el conjuro. Si atacas termina el efecto.

Hazir:

Alfanjón Colisionador [Cuando te lo den]: Supongo que sabes qué hace. ;)

Cuchillos Arrojadizos explosivos deshidratantes: 

Un arma deshidratante destruye el agua de la criatura viva a la que alcanza, infligiéndole 1d4 puntos de daño adicional (o 1d8 contra plantas, criaturas vegetales y elementales que tengan el subtipo agua).

Además, con un golpe crítico con éxito, libera una explosión que inflige daño adicional a las criaturas vivas de 1d8 adicional (este efecto se activará aunque la víctima no sea normalmente vulnerable al daño crítico adicional). El daño se determina según el multiplicador del crítico del arma y se dobla (2d8) contra las plantas, las criaturas vegetales y los elementales con el subtipo agua.

El golpe crítico dejará fatigada la criatura alcanzada durante 8 horas o hasta que bebe como mínimo 1 galón de agua u otro líquido hidratante.

Yzlin:

Varita de Proyectiles mágicos: Considera la que tienes apuntada en la ficha recargada al máximo y supón que la primera (que quedaban pocas cargas) la perdiste con el cambio (quizá te la robó Comadreja).

Anillo de protección +3

Anillo de poder camaleónico: Como acción gratuita, ganas la aptitud de fundirte con lo que te rodee. Esto añade un bono de +10 a tus pruebas de Esconderte. Como acción estándar, también puedes mandar al anillo que utilice el conjuro alterar el propio aspecto tantas veces como desees.

Lythrai

Insignia de General Fonn'Aster: Además de escudo mental, puedes curar 3d8+6 a ti o a un Fonn'Aster o 2d8+6 a un aliado adicional. Además de hacerte sentir si un aliado Fonn'Aster muere.

Armadura de Oscuridad: Al ponértela te confiere los mismos beneficios que la dote Lucha a Ciegas. Además, de otros dones ocultos que poseen unos cristales negros que han incrustado en las filigranas.

Grook

Con la armadura puedes usar Trepar cual arácnido a voluntad.

Frascos curativos: Curan 3d8+6 cada uno

Anillo de Orden imperiosa (3/día): El receptor obedecerá una orden de una única palabra.

Socar: Supongo que no hace falta que te desglose lo que hace cada cosa del equipo. ¿No? Si es así házmelo saber.

Los frascos te curarán (a ti) 3d6+6 Pg o repararán cualquier objeto roto.

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21/10/2017, 19:48
-Residuos del Dolor-

El equipo fue entregado. Una lista de materiales que está relacionada con los mecenas. Cada cual recibe según dicta el gobernante en cuestión.

No os pasa desapercibido que tanto Greta, como Theod, también reciben algo del Funcionario antes de marcharse. Ella ata al cinto su espada, quita su calzado y se pone unas botas nuevas y unos guantes. Él, recibe un bastón. Ambos también cogen un broche con cadena dorada que pasan al rededor de su cuello.

Os preparáis para partir.

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21/10/2017, 19:54
Avatar de Shar

Nada más ponerse la armadura mi mente despierta. Me siente más cerca, estoy ahí. -Lythrai Fonn'Aster- Presencia cómo la oscuridad abre los ojos, la mira. Y sólo transmito un mensaje a su mente -Lleva la armadura en Arkham-

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21/10/2017, 20:02
-Residuos del Dolor-

Irvina Solari, La reina Azúl de la ciudad Azur. O Reina Azur. Es una aasimar, mitad ángel, mitad humana que usa sus poderes para sanar a los desfavorecidos. Es sabido que no está a favor de la política de Arkhania. Poco sabes de su gobierno, sólo que es querida por sus gentes.

Se rumorea que es capaz de aliviar los males del alma y del dolor físico. En cualquier caso, es una virtud pura que no ha sido corrompida por Arkhania.

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21/10/2017, 20:16
Unrir

-Pagana- mi voz rompe el vínculo con sus falsos dioses. La miro y entrecierro los ojos antes de desaparecer.

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21/10/2017, 20:16
Greta Davenrost

-Coged vuestro equipo- digo dando un paso al frente, pero Theod se adelanta y se coloca delante. Esbozo una sonrisa con la mano relajada sobre la empuñadura de mi fiel compañera.

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21/10/2017, 20:17
Theod

-Ahí, se abrirá el portal- digo señalando por donde han venido. Pueden ver cómo cambia, se transforma -Como ha dicho Crom, todos los presentes en esta sala lo cruzaremos y apareceremos en las alcantarillas bajo la ciudad.- Les miro con dureza -No los subestiméis, los Charrosar tienen ojos en todos los rincones y seguramente tengan mercenarios en el sistema de alcantarillado.-

Inspiro hondo -Nuestra prioridad es salvar a la reina y sus consejeros. La reina Irvina Solari, descendiente del Angel Solari. Un solar, un campeón divino. Ella es su hija, una aasimar. Vive porque los Charrosar no quieren despertar su ira, pero una vida de presidio no es lugar para una reina- Y sin más, encabezo la marcha y atravieso el portal.

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21/10/2017, 20:26
Greta Davenrost

-Es Scahrossar- niego con la cabeza demostrando mi desacuerdo con semejante individuo. Miro a los presos -¿Estáis listos? No será fácil. Puede que nos estén esperando.- Comento para avisarles. Es mejor estar preparados.

Sin más, cruzo el portal que conecta con el sistema de alcantarillado de Azur.

Notas de juego

A medida que crucéis el portal continuamos en Misión 1: La reina Azur.

Publicad primero aquí y después allí. ¡Disfrutad!

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21/10/2017, 23:02
Socar Fonn'Aster

    La repentina aparición del funcionario de prisiones me toma pro sorpresa, no es la primera vez que soy testigo de la teleportación habitual de sus colegas, pero es esta ocasión me ha cogido con la guardia baja al estar pensando en asuntos más importantes. Uno a uno, pronuncia los nombres de los presentes, veo que de la manera habitual sus respectivos patrocinadores se han terminado inclinando más a su manera de actuar habitual. Veo el brillo del júbilo en más de uno de ellos que ya sienten esos artefactos como recompensas que les consiguen hacer ignorar que aún se encuentran tras los barrotes y que todo esto no son más que caramelos para asegurarse de que haremos lo que se espera de nosotros. Aún así me alegro por Hazir y la mercenaria aunque no comparta con la misma intensidad sus emociones.

    Cuando finalmente llega mi nombre hago una señal de agradecimiento casi inconsciente al trabajador de prisiones, una muestra de respeto que salta más como un resorte automático que de un sentimiento real. Aseguró la maza al cinto, tomo el arma de asta con la diestra y aseguro el escudo a la diestra. Volver a sentir armas tan nobles entre las manos me reconforta de un modo que creía olvidado, tal vez no estén tan mal después de todo. Nuestros líderes asignados para esta labor nos hablan, el momento de partir ha llegado, pero yo no estoy listo aún. Busco a Hazir y Lythrai, hay algo que tengo que hacer antes de cruzar ese portal, algo en mi interior me alerta de que esta misión no será como las otras y por ello necesito un momento. Acortando distancias llamo la atención del más cercano de los dos posando mi mano sobre su hombro mientras dejo caer el tridente sobre mi pecho. 

    -Se que no tenemos mucho tiempo, camaradas, pero hay algo que debo hacer antes de comenzar la misión, no me retrasaré mucho, solo es un viejo rito que no me he permitido dejar atrás, espero que lo comprendáis.- Dicho esto, me alejo a uno de los rincones más apartados de la sala, no es lo más propicio para realizar el juramento, pero es con lo que tendré que conformarme. Hinco mi rodilla derecha mientras dejo apoyada contra el suelo la izquierda, dejó a mi escudo reposar a mi costado mientras me aferro a mi arma sosteniéndola frente a mi con la cabeza inclinada. En otro tiempo aquellos votos deberían de haber sido pronunciados frente a un hermano juramentado a modo de testigo, pero ya no me quedaba ninguno, así que decidí terminar con aquella rutina en calma...

    ...Tras unos instantes supe que ya me había tomado el tiempo necesario, de algún modo sabía lo que tenía que hacer y aprovechando aquella claridad en mis pensamientos realicé la última parte. Seguir portando aquel yelmo carecía de sentido, ocultar por más tiempo mi nueva realidad no servía a ningún fin. Liberé las correas y retiré el casco de mi armadura hasta dejarlo a mis pies como muestra de que, en algún modo, quien se había arrodillado inicialmente era un ser distinto de quien se alzaba ahora.

    Aprovechando el empuje recibido por aquellas fuerzas renovadas regresé a donde se encontraban los demás, los scahrossar debían ser derrotados.

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21/10/2017, 23:28
Socar Fonn'Aster
Sólo para el director

    Apoyó la base de su arma firmemente contra el suelo mientras se inclinaba hasta acabar posándose sobre su rodilla izquierda. ¿Cuánto tiempo habría pasado desde la última vez que había realizado un juramento? Dudaba de que el mismo supiera la respuesta, el recuerdo de la guerra seguía candente en su memoria pero ahora sentía un profundo pesar a causa de sentir como si aquello hubiera sido vivido por otra persona ¿Qué sentido tiene la lucha cuando ya todo se ha perdido?

    Socar había muerto, es cierto, lograron retornarlo, o al menos a una parte de lo que había sido para introducir aquella esencia en su nuevo cuerpo. Una prisión dentro de otra. Pero aquello no era lo más perturbador, su verdadero secreto había tenido lugar en el lapso de tiempo transcurrido entre su muerte y renacer, pues durante un instante se le permitió contemplar lo que aguardaba al otro lado. Una realidad prohibida para los vivos, la oscuridad insondable, un descenso eterno en el que perderse, un vacío frío que había penetrado hasta en el último gramo de su ser. Fue  entonces cuando comprendió que aquel regreso solo era una prórroga mal dada hasta que le tocase retornar al abismo infinito.

    Como podría ante algo así encomendarse a una nueva causa, por justa que esta fuera, después de haber experimentado todo aquello. Y entonces volvió a recordar, ver su hogar arrasado, sus seres queridos diezmados, su promesa de evitar que aquello fuera repetido y de hacer pagar a los responsable de todo aquello. Su cordura pendía de un hilo, su conciencia era una tormenta de vidrios rotos haciéndose añicos más y más pequeños, cualquier hombre en su lugar ya habría perdido la razón, ante tamaña ausencia de esperanza, le habían arrebatado su fe.

    Una chispa y luego otra, crepitar de llamas, un fuego que se alimentaba y volvía a arder en su interior, un recuerdo que luchaba por emerger, él no era como el resto, el era un caballero y su deber aún no había terminado, no mientras le quedasen fuerzas para poner un pie delante del otro cuantas veces hicieran falta, no tenía tierra a la que regresar, no tenía familia a la que añorar, qué importaba todo aquello, el ya no era hombre, no necesitaba sus sentimientos porque su humanidad había quedado atrás, era una herramienta, un arma y ese fuego estaba ahí para alumbrarle, estaba ahí para señalarle la dirección a la que dirigir su hoja. Por ello no se encomendaría a dioses, ninguno de ellos les ayudaron cuando les rezaron, tampoco exigiría a sus aliados ser testigos de su juramento, jamás alcanzarían a comprender ni un ápice de aquellas verdades sin haberlas experimentado en sus propias carnes. No, su rezo se dirigiría a los únicos que podrían merecerlo, a las víctimas de Arkhania, a las almas de los inocentes que sus huestes habían ahogado en sangre con total impunidad, él los haría pagar, el los haría arrepentirse, no era venganza, el rencor no tenía cabida en su nueva misión, él sería la hoja del verdugo y el encargado de llevar a los culpables a la palestra. Ahora podía ver con total claridad sus sospechas, ellos querían quitar de en medio de algún modo a la reina de Azur y su labor sería impedirlo.

    Con su juramento realizado, el caballero finalmente se sintió inspirado para partir. Apoyó su mano sobre la rodilla para incorporarse hasta que un último pensamiento fugaz surcó su mente. Llevó su mano libre hacia su cabeza y con la palma extendida deslizo a la misma desde su frente hasta la base donde encontró las sujeciones y de inmediato se dispuso a soltarlas por última vez. Aquel yelmo ocultaba su verdadero rostro, no tenía sentido seguir ocultándolo, el yelmo hubiera servido a Socar, pero Socar había muerto, ahora solo quedaba un fragmento de su sombra, un fragmento arrastrado de nuevo a la existencia para dar voz a los que no podían hablar, para terminar lo que el no pudo en vida. Tomó el casco y con cuidado lo posó a sus pies, no necesitaba aquella pieza de armadura ni ocultar nunca más quien era, su camino volvía a estar marcado y solo tenía una dirección posible que seguir.

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22/10/2017, 01:53
Nickar

Chasqueo la lengua, ¿porque narices llamaban ligera a una cosa que pesaba tanto, miró al pequeño del carrito y esperó a que acabara de entregar todo, para acercarse a él entonces.

- ten, te devuelvo esto, y si sabes quien la creó dile que cuando le puso por nombre eso de ligera estaba demasiado borracho - adiós ballesta y adiós vítores, ahora recordaba por que aquellas atractivas armas nunca le habían hecho gracia.

Le pareció sumamente interesante ese aliento de fuego, no lo conocía, pero le pareció una genialidad, en cuanto a los viales curativos no dijo nada, eran interesantes, aunque no fuera una curandera siempre iba bien disponer de alguna cosa como esa.

- por cierto, mira si en vez de ese pisapapeles con forma de arma, puedes facilitarme una daga envenenada, mágica, que vuelva a mi mano tras acertar a su objetivo, a ver con que veneno me sorprendes.

No dijo nada del pseudodragón por el momento, le molestó bastante que osara llamar a una criatura tan inteligente y caprichosa como "mascota", los pseudodragón es eran criaturas que apreciaban sentirse únicos, sumamente fieles a quien escogían seguir, ¿mascotas? Apretó los dientes cuando aquel tipo lo dijo y apretó sus puños, pero no quiso decir nada, pensó que si alguien los llamaba así era por falta de conocimiento sobre ellos. Después de todo, si bien sus aspiraciones no eran excesivas, eran reyes, reyes del compañero hecho a su elección, no por nada quería una pareja, dos machos o dos hembras competirían y pelearían por ella, una pareja podrían aceptar compartir a la tiflin.

Notas de juego

XDDD sry jefe espero que no te hayas comido mucho la cabeza buscando los virotes, tenía pensado hacerlo desde un principio, caprichos de reyes XP con lo que no contaba era con los viales.

Dime el peso (pues pensaba decirle que me mirara si podía ser una daga mágica que vuelva a mi mano tras ser lanzada, pero según el peso de los viales ya no podría con ella XD) igual lo roleo.

Aliento de dragón 1 uso? Pregunto porque en otro momento use uno que era "x" tiempo, otro eran 3 usos, para aclararme que aliento llevo.

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22/10/2017, 02:23
Hazir Al-Tamsa

De pronto, cuando todos hubieron hecho sus peticiones, aquella cosa deforme que les había recibido en la prisión apareció por arte de magia ante ellos, llevando una especie de carretilla. Casi resultaba cómico, de no ser porque aquel objeto era sin duda mágico, y de no ser porque la atención de Hazir se centró súbitamente en él, con la emoción recorriendo cada fibra de su ser. 

Efectivamente, en cuanto el engendro metió la mano en el armario quedó claro que se trataba de un almacenamiento mágico. Hazir había visto aquello más de una vez, los comerciantes ricos de Quisan empleaban bolsas de contención y otros objetos similares para transportar mercancías muy pesadas. Daba igual lo que metieras en la bolsa, ya fuese una moneda o un buey: siempre pesaba lo mismo, porque su interior se abría a un espacio extradimensional. A juzgar por lo que le costaba al bicho mover la carretilla, aquella característica del peso no debía de ser una de las funciones del armario. Hazir notaba como el pulso se le aceleraba ante lo que sus compañeros recibían: máscaras a medida, herramientas de calidad, frascos mágicos, y, por último, una armadura de muchos estilos. Solo había "visto" una como esa una vez, la llevaba uno de los espías de su padre, y en su momento le pareció, como a todo el mundo, un manto largo con capucha. Nunca había visto la extraña forma de retales que tenían en su aspecto real. Ver aquella armadura significaba que tenían fondos de sobra para darles objetos mágicos, y eso hizo que cuando aquella cosa deforme se parara junto a él, casi dejara de respirar ante la excitación. Entregó su alfanjón de buen grado, al reconocer los instrumentos arcanos que imbuían magia permanente en los objetos, y sonrió salvajemente al oír que se convertiría en un arma colisionadora. ¡Un arma colisionadora! Sólo había combatido con ellas una vez, pero el garrote de Darkhon el Mayor llevaba uno de esos encantamientos, y cada uno de sus golpes era como una catapulta. Rió ante la perspectiva de su arma así de potenciada, una carcajada de júbilo, mientras le brillaban los ojos. 

Pero el engendro no había terminado, aunque Hazir había pensado que sí. Rápidamente sacó del armario un estuche, y, al abrirlo, Hazir encontró algo que hacía años que no veía: cuchillos arrojadizos del desierto, un arma inventada y usada por sus antepasados, una de las mejores armas arrojadizas del mundo. Estaban perfectamente equilibrados para su lanzamiento, y, aunque no llegaban muy lejos, la potencia de sus golpes solo era equiparable a su precisión. Fue a cogerlos, pero entonces reparó en su color, en lo desgastado del acero de arena, curtido y erosionado como si llevara siglos bajo una duna. 

Cuando el bicho lo dijo, cayó en la cuenta: hacía tantos años que no veía un arma deshidratante que ni las había reconocido al principio. Eran armas peligrosas, muy peligrosas, pues llevaban en su interior la furia del desierto, el poder del sol sobre sus arenas. Eran capaces de arrancar la humedad del cuerpo, en un espectáculo de lo más grotesco. Hazir le hizo una breve reverencia al engendro antes de tomar el estuche con elegancia, como un rey que recibe un presente del embajador de otro. 

Pero no, aún no había terminado. Hazir no había acabado de maravillarse por su suerte cuando del armario salió la cota de mallas que había pedido, un trabajo de buena calidad, aunque no tanta como sus regalos anteriores, y que sin duda le protegería un poco mejor que el cuero que llevaba sin quitarle velocidad. Hazir comenzó a quitarse la coraza de cuero que llevaba, aunque dejando las botas, las protecciones de las piernas y la cintura, y la camisa acolchada que llevaba debajo. Ponerse una cota de mallas sobre la piel desnuda habría sido muy mala idea. Pasó la cabeza por el agujero y notó el peso reconfortante por los hombros, sintiéndose más protegido. Le entregó la coraza de cuero que había llevado al ser deforme. 

-Guarda esto-le dijo-de momento no voy a necesitarlo. 

Para su sorpresa, todavía quedaba una última cosa: un gran cinturón, hecho de cuero de calidad, grueso y resistente, con contundentes tachuelas de acero. Todo él era sólido, firme, fuerte, y Hazir lo reconoció al instante: el cinturón de fuerza, el objeto maravilloso que podía otorgarte la fuerza de un troll del páramo. Con los ojos brillando, lo recogió, haciéndole una agradecida inclinación de cabeza al engendro, y se lo puso, abrochándoselo sobre las protecciones de la cintura. Inmediatamente, su efecto le recorrió como si tuviera fuego en las venas, como si se hubiera tragado un rayo. Notó el poder, notó sus músculos aumentar de potencia como si hubiera recibido una droga estimulante. Abrió y cerró el puño, notando la fuerza en cada uno de sus dedos, y rió de júbilo, con los ojos brillantes. Había olvidado lo bien que sentaba aquella sensación, el sentimiento de poder y de fuerza. 

Mientras el monstruo se acercaba al siguiente, Hazir abrió de nuevo el estuche de los cuchillos y se los metió uno a uno en el cinturón, en ambas caderas, para que fuese fácil sacarlos. Cogió el último y lo sopesó con la mano. Hacía mucho tiempo que no lanzaba uno de ellos, pero probó a hacer unos cuantos ejercicios con el arma, dándole vueltas en la mano, cogiéndolo por la hoja y por el mango, y pasándoselo de una mano a otra, y comprobó que era cierto lo que se decía: usarlos era como montar en alfombra voladora, nunca se olvidaba. 

Se volvió hacia Yzlin con los ojos brillantes, aún con la euforia que le provocaba su equipo, y después de sus regalos llegaron las maravillosas pertenencias de Lythrai. La armadura era perfecta, oscura y preciosa como ella, con aquellas gemas engarzadas que prometían poderes ocultos, y la insignia de comandante de sus mercenarios en el pecho. Así, totalmente equipada, parecía de verdad un alto cargo, una líder de los mercenarios, poderosa y oscura como la misma muerte. Se acercó a ella con los ojos brillando, y la observó con admiración. 

-Siempre has sido una líder, un orgullo para los Fonn'Aster, alguien a quien seguirán sin dudarlo. Y, ahora, por fin, no sólo lo eres, sino que también lo pareces. Tienes aspecto de general, de comandante. Cualquier Fonn'Aster reconocerá el liderazgo de tu bandera-le dijo mientras la observaba y le hacía una pequeña reverencia. 

A continuación, cuando ya todos hubieron recogido sus equipos, Socar se retiró a rezar, o algo así, y Hazir por fin recogió su arma. La empuño con ambas manos, y notó su poder vibrando en sus manos, como una fiera a punto de saltar, quieta pero tensa. Parecía querer saltar de sus manos, y su hoja la recorría un levísimo color azul. Hazir sonreía. Aquél era por fin un arma temible, un arma que podía tumbar a un rakhsasha de un poderoso golpe. Aquella secta de extraño nombre iba a sentir su poder en breves momentos, e iban a comprobar que sus defensas no valían de nada ante un arma colisionadora. 

Notas de juego

Equipo apuntado en la ficha y estadísticas cambiadas por el cinturón. Gracias Master :)

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22/10/2017, 10:23
Funcionario de Prisiones

Antes de cruzar el umbral para ver lo que quiere Crom y compañía me interrumpen. Tuerzo el gesto como aquel que ve desperdiciado un regalo que ha entregado con mimo -¡¿Qué?! ¿Sabes lo que pesa esta puerta? Además tu turno era el primero, no el último, tengo mucho trabajo.- le comento enojado aunque la cuestión no tiene nada que ver -Lo máximo que puedo hacer para ayudarte es aligerar el peso del arma con un encantamiento. Pero poco más. No hay dagas en tu armario, deberás pedirla para la próxima misión.- Protesto entre refunfuños y aspavientos.

Notas de juego

Nickar, utilizo el Elixir de aliento de fuego descrito en la página 256 de la Guía del DM:

Elixir de aliento de fuego: este extraño elixir otorga a quien lo beba la aptitud de escupir llamas. Puede expulsar fuego hasta 3 veces, infligiendo cada vez 4d6 puntos de daño por fuego a un solo objetivo que no esté a más de 25'. La víctima podrá intentar un TS de Reflejos (CD 13) para la mitad de daño. De no gastarlos, los usos se disipan 1 hora después de que la poción haya sido consumida.

La Ballesta de Repetición es ligera, pesa 6 lb + 1lb de los 10 virotes. Me temo que no se puede cambiar la ballesta por la daga, al menos para esta misión. Si el problema es el peso, el funcionario puede lanzar un conjuro para hacerla más ligera y que en lugar de 6lb pese 3lb. Dicho conjuro dura 24 horas.

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22/10/2017, 10:41
Nickar

La tiflin miró al funcionario - No te preocupes, no era ninguna exigencia, pero odio las cosas demasiado pesadas, aun así haré buen uso de este regalo, ya verás - dijo con cierto sarcasmo, sin duda la tiraría en el primer rincón que viera, y guardara solo los virotes, después de todo el veneno era bien recibido.

Notas de juego

Que la daga sería para la próxima ya lo suponía XDDD y nah, sigue siendo pesada, si no se la lleva Nickar la tirará por ahí XDDD

Por cierto dijiste 6d8 no 4d6 9.9

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23/10/2017, 23:40
Lythrai Fonn'Aster

Observó con creciente entusiasmo los objetos que todos los demás iban recibiendo. ¡Era como diez veces un cumpleaños, y encima compartido! Había dos grandes formas de gastar el botín tras una buena misión. La primera, claro está, era en jolgorio, fiestas, vino y banquetes... Y la segunda... ¡en armamento y encantamientos! Claro que no habían terminado la misión, apenas la habían comenzado, pero era tan importante que la recompensa venía antes y no después. Cada uno de los objetos que los demás iban recibiendo tenía mayor o menor generosidad. "¡Ooooh! ¿No hay estandarte?" exclamó decepcionada. Pero en cuanto el funcionario mencionó la insignia de los Fonn'Aster el corazón le dio un brinco y el estuche se ganó toda su atención. ¡Y ahí estaban! ¡Siete insignias de oficiales! "¡Nunca he tenido una, mi rango siempre fue el de un soldad-¡eh!" tan pronto extendió la mano para tomar una de ellas, el funcionario de la prisión cerró el estuche. "¡Oye!" fue a protestar pero nuevamente quedó sorprendida, parpadeando mientras el funcionario le entregaba el más valioso blasón de cada célula de la Compañía: la insignia de Maestre de la Compañía Fonn'Aster. El General, aquel que mandaba sobre toda la célula, aquel que prácticamente solo respondía ante el Fundador y los otros Maestres. Unas insignias que no sólo tenían un increíble e importantísimo valor símbólico para la Compañía Mercenaria, sino que también tenían un poder muy real, que crecería según el grupo lo hiciera. Primero, la protección mental, pensada para evitar que los planes durante las misiones pudieran ser descubiertos por el enemigo. ¡Ahora ya no tendría que temer que Nameogh ni nadie leyera su mente y sus intenciones! Y segundo... ¡La curación! Los Fonn'Aster eran todos una misma familia, y las familias se cuidan entre sí y cuidan de los amigos. Sus brazos temblaron cuando tomó la insignia y se la colocó. Y aquello no era lo único: no dejaron de temblar cuando recibió de vuelta su armadura, su querida armadura, negra como la noche, que brillaba impoluta y grandiosa. El mismo símbolo de General Fonn'Aster había sido labrado en la armadura, y aquello no era todo. Esos cristales... esos cristales de brillo negro... cuando se puso la armadura lo comprendió de inmediato.

Su Diosa nunca había estado tan cerca de ella.

No dejó de temblar de la emoción ni cuando se puso la armadura, no hasta que Hazir se acercó a ella y le dedicó aquellas palabras de ánimo, admiración y orgullo con aquel brillo en sus ojos. El mismo con el que le vio por primera vez cuando él entró en el Despeñapresos observando todos los presos, incluida a ella. La Fonn'Aster sonrió y le devolvió la reverencia. "Te lo debo todo a ti, Hazir. La idea de convertirme en líder jamás se me habría pasado por la cabeza si no me la hubieras propuesto." bajó la cabeza ligeramente, apartando la mirada por unos momentos mientras el rubor subía por sus mejillas. "Y... y creo que jamás me habría sentido capaz de ello si no me hubieras nombrado... Layldara..."

...

Al rato le llegó el turno a Nickar. Por la manera en que la tiflin protestaba por la ballesta que ella misma había pedido, no parecía que le hubiera gustado mucho el objeto... "¡Eh, Nickar! ¡Si no quieres la ballesta, dámela a mí aunque sea sin los virotes!" alzó la mano como la que se ofrece a comer la parte del plato que no le gusta a un familiar. Lo cierto es que, viendo cómo varios de ellos había pedido un arma a distancia, pensó que quizás a ella le hiciera falta alguna. No era muy imprescindible, pero bueno... Esperaba que no le importara la sugerencia. Si por pedírsela la tiflin prefiriera quedársela, también sería bueno. ¡Todo con tal de no tirarla por ahi!

Finalmente, cuando estaban ultimando los preparativos para irse, Socar se acercó a ellos, avisándoles de que le esperasen unos minutos, pues quería realizar un rito antes de irse. Se apartó un poco e hincó la rodilla en pose solemne, parecía que fuera a rezar, mas Lythrai dudaba que Unrir fuera una diosa con la que el caballero simpatizase. No, aquello parecía más un juramento y rito por y para los mortales, un solemne acto de la orden a la que Socar debía pertenecer, algo suyo, personal, un acto de lealtad semejante quizá a la que tenía con Roriarkas. El acto debía ser muy importante para él, pues cuando pareció terminar Socar hizo una última cosa. Se quitó el casco que cubría su cráneo constructo, y lo depositó sobre el suelo con mucho cuidado.

Lythrai quiso preguntarle algo al hombre de metal cuando regresó. "¿Cómo se llamaba? La orden que te enseñó el rito... Puedo imaginarme lo importantes que debían de ser para ti. Donde quiera que estén o estuvieran... tienen suerte de tenerte de su parte." le dijo con sinceridad. Miró a Hazir a su lado, a Socar al otro... "Esta misión es muy importante para mí... tengo suerte de que estéis de mi lado en esto, los dos. Será un honor combatir con vosotros. Rescataremos a mi gente. Los Fonn'Aster resurgirán como el Ave Fénix, de las cenizas de los Scahrossar. No podemos fracasar."

- Tiradas (1)
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24/10/2017, 01:21
Serge Leblanc

Con una sonrisa satisfecha, Serge Leblanc fue cogiendo todo el equipamiento que aquel repentinamente-mucho-más-simpático guardián de la prisión le fue entregando. Bueno, todo excepto las herramientas de ladrón.

 -Estas no serán necesarias, ya tengo las mías propias, merci.

Recogió el resto de artefactos, deteniéndose a mirar con desconfianza el arco que acababan de entregarle.

 -No me mires así, es un arma corrosiva. Las flechas que de él salgan llevan ácido.

Esa sencilla frase cambió totalmente la mirada que el ladrón le dedicó a aquella arma. Le sacaría partido, vaya que sí.

 -Merci beaucoup, monsieur.

Y mientras dejaba que el resto de sus compañeros recogieran sus cosas, Serge se quitó la armadura que llevaba y se puso la nueva que acababan de darle y que le iba a resultar infinitamente más útil en la misión que iban a llevar a cabo.

Con todo guardado y equipado, el ladrón se sintió más o menos preparado para empezar la misión que tenían que llevar a cabo.

 -Allons-y.

Y con la sonrisa aún en la cara, Serge cruzó el portal.

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24/10/2017, 01:34
Grook

Vaya, de modo que Nameogh había hablado de él… A lo cual venía la inevitable pregunta: ¿por qué? ¿Era tan sencillo como que el mediano era aliado de Cisco y querían hacer presión por dos frentes? ¿O tenía algún interés personal (o no tan personal) en que él estuviera ahí? En su experiencia las cosas rara vez tendían a ser sencillas, y una ligera dosis de paranoia podía llegar a ser muy sana. Pero eso era una cuestión para otro momento.

Aquello le pasaba por la cabeza mientras Nickar ponía la mano sobre ella.  Qué cerca estaban la cabeza y el hombro… y qué gesto tan diferente era poner la mano sobre una o sobre otro. Cisco la consideraba una aliada, pero en su opinión se daba demasiados aires como para ser una verdadera aliada de nadie. Habría que andarse con ojo, pero una vez más, una cuestión para otro momento. Por el momento, se limitó a sonreír a la tiflin.

Como solía ocurrir, el funcionario de prisiones estuvo allí en un suspiro y empezó a repartir las herramientas de trabajo, en algunos casos más literalmente que en otros. Nickar… Pain… Serge… Hazir… Yzlin. Por si Roriarkas hubiera dejado alguna duda. Definitivamente no le gustaba lo que la… “humana” se había hecho en el pelo, le gustaba más antes. Más natural. ¿Pero qué había ocurrido? ¿Era simplemente algún tipo de ilusión o había algo más? Y sobre todo: ¿por qué? Fuera cual fuera el motivo, parecía otra pregunta cuya respuesta merecía la pena ser encontrada.

Lythrai… y finalmente su turno, justo antes de Socar. Con tres pociones desde luego no iba a poder permitirse ser muy generoso, pero los ojos le brillaron contemplando tanto la armadura y su utilísima capacidad, como el anillo con el que no contaba. Mientras se lo ponía, pensaba en lo divertido que sería dar órdenes a una reina y que no pudiera negarse. Lástima que no estuviera allí para divertirse, tendría que ser en otra ocasión.

Y entonces tomó la palabra Greta… bueno, no, Theod. Cuánto afán de protagonismo… ese tipo de gente no solía acabar bien. ¿Intentando impresionar a alguien, quizá? Si era así, debía estar dispuesto a todo por que las cosas salieran bien, y la gente dispuesta a todo siempre era muy peligrosa. Estaría pero que muy bien si fuera uno de los primeros en caer.

Una vez que Socar se hubo quitado el yelmo de un modo tan incomprensiblemente solemne, se acabaron los preámbulos. Era momento de cruzar el portal.

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24/10/2017, 01:59
Lythrai Fonn'Aster
Sólo para el director

Apenas pudo disfrutar del éxtasis religioso de contactar con la Dama de la Noche, pues otra hizo acto de presencia frente a ella. Una divinidad de tez y cabellos blancos como la nieve la interrumpió, recriminándole que adorara a una deidad pagana. Por supuesto, Roriarkas lo había dicho antes. Estaban en las Torres de Unrir, la Diosa Patrona de Arkhania, quien no miraba con buenos ojos que una servidora de otra divinidad metiera las narices en su ciudad.

¿Hasta qué punto debería temer a Unrir? ¿Hasta qué punto protegería a sus fieles, odiaría a los paganos? ¿Cuáles eran sus Dominios de Poder? ¿También su patronazgo y dominios se extenderían a Arokham? ¿Quizás Shar, quería que...? No, no no. Debía mantener sus pensamientos paganos e infieles a raya. Ya habría otro momento para pensarlos, no allí. No en sus torres sagradas, no en la sede de la orden de sus seguidores.

Notas de juego

//Tiro una tirada de Saber (Religión) en el post anterior para ver qué se sobre Unrir//