Partida Rol por web

Arquitectos de Voluntad. Libro-5.I: Residuos del Dolor

Misión 1: La reina Azur

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25/03/2018, 19:53
-Residuos del Dolor-

El contacto electrizante paraliza los músculos de tu captor y te permite escapar. -¡Aaarhg!- escuchas a tu espalda mientras corres -¡A él!- grita el otro al verte escapar. El único camino libre es volver por donde has venido, pasar delante de la puerta y ascender por la escalera en espiral que sube al patio. Pero no vas a marcharte dejando ahí tus efectos personales. Cruzas el umbral hacia las celdas, a por tus armas, y llegas a ellas sin impedimentos, pero los guardias te pisan los talones y no tardan en bloquear la entrada.

-Te arrepentirás- dice uno de ellos -Déjamelo a mí- contesta el otro (aquel al que has electrocutado) mientras desenvaina su espadón. -Coge tus cosas si quieres, no vas a ganar por muchos juguetitos de los que te valgas.- El desprecio se marcaba en cada sílaba. -Voy a matarte lentamente- añadió mientras al otro lado, en las celdas, los presos nobles de la reina Azur se levantaban, gritaban, preguntaban o guardaban silencio espectantes por la situación.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Pues eso, combate singular de uno contra uno, a ver qué tal.

Él ha sacado iniciativa 17 pero espera a que recojas todas tus pertenencias (un error tonto, pues ahora si te vence y te mata volverás a Arkham con todo).

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25/03/2018, 23:42
Socar Fonn'Aster

    Un combate breve, los guerreros enemigos yacían a nuestros pies y por una vez no teníamos que lamentar las bajas. Alcé la mirada hacia Yzlin, todas las observaciones que se estaban haciendo eran acertadas pero de nuevo el tiempo se nos echaba encima, definitivamente parecía que ya ese elemento era una adversario con mayor presencia que cualquiera de los Scahrossar.

    Quedé extrañado de oír a la humana explicar los detalles de la segunda parte del plan en voz alta, especialmente tras el cuidado que había puesto la Comandante en ocultárselo al clérigo y al mercenario gnoll, en cualquier caso era adelantarse demasiado el sacar a colación la discusión ahora.

    -Considero que Ysbila tiene razón, la mejor opción es que cuanto menos tiempo nos quedemos parados mejor. Prosigamos el tiempo que nos sea posible juntos y vayamos resolviendo los problemas que podamos sobre la marcha.- Sin pasar por alto lo dicho por el drow pasé ahora a dirigirme a Lythrai. -Si el drow tiene razón, me gustaría encargarme de la retaguardia, soy el más lento de todos pero del mismo modo quien mejor defensa tiene frente a los proyectiles. Si los guardias nos alcanzasen podría daros el tiempo que necesitéis para seguir, tal vez la Hiena podría apoyarme.- 

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27/03/2018, 00:24
Hazir Al-Tamsa

¿Quién podría entender la liberación, el júbilo, la suma y absoluta felicidad de Hazir en aquel instante? Era, sencillamente, más de lo que una mente humana podía procesar si estaba cuerda. Tras tanto tiempo bajo tierra, encerrado, volver a correr, volver a respirar, volver a oler el mar... ¡El mar! ¿Cómo podía haber vivido sin aquello? Sin la brisa fresca en su piel, el tacto del suelo bajo sus pies, el cielo sobre su cabeza. No se podía explicar, no se podía comprender. O llevabas el aire, la arena y el cielo en la sangre o no lo llevabas, no había términos medios. 

Y, para colmo, allí estaban sus enemigos, listos y perfectos para lanzarse hacia ellos y hacerlos pedazos con su arma. Enemigos de verdad, buenos luchadores humanos, no cienos ni ilusiones ni hediondas aberraciones. El sonido del metal entrechocando resonó más armonioso y musical que ninguna de las orquestas de su padre, que ninguna de las esplendorosas arpas de oro y nácar de los palacios quishashis. Su alfanjón derribó como un ariete al primero, que cayó como fulminado por el rayo, aunque no parecía muerto del todo. El otro enemigo, el del espadón, pronto se vio rodeado por más de lo que podía soportar. Entre todos le asaltaron como una jauría de acechadores del desierto ataca y supera por puro número hasta a un elefante, y pronto el alfanjón volvió a empaparse de sangre. Hazir no ocultó su júbilo ante el arma llena de nuevo de sangre real, roja y llameante, no habría podido hacerlo. Era maravilloso ver cómo el arma brillaba de placer al cumplir su sangriento cometido, y cómo sus brazos se movían con un poder aumentado, rebanando y cortando. 

Todo terminó demasiado rápido, y, cuando dijeron que les habían visto y que cinco arqueros corrían hacia ellos, estuvo a punto de reír y decir que les esperaran, que darían buena cuenta de ellos. Sin embargo, tuvo que admitir que tenían razón: no podían quedarse allí. Había que ir a por la reina, y rápido. Los cadáveres no les servirían, tal y como había dicho Yzlin. 

Hazir se acercó al guardia inconsciente, alzó el alfanjón con un rápido movimiento y lo bajó como la piedra de una catapulta. El arma cortó el aire con un silbido de muerte, y cumplió con el objetivo para el que en un principio había sido diseñada: cortar cuellos. El filo seccionó limpiamente la cabeza del resto del cuerpo, cortando vértebras con la misma facilidad con la que cortaba carne. Hazir no quería otro interrogatorio que acabara por proponer a aquel guardia que se uniera a ellos, suficiente habían tenido ya. 

-Estoy de acuerdo, vámonos. Corramos hacia el puerto todo lo rápido que podamos, entre nosotros y el puerto solo se interpone otro puesto de guardia más, el de fuera de las murallas. Dejad los cadáveres, nos retrasarían. Luego cogeremos una embarcación y pillamos a los guardias del castillo desde abajo, desprevenidos si es posible. 

¡Vamos! ¡Matad a todo el que se cruce en nuestro camino!

Notas de juego

Poor fin, lo que me ha costado xD Perdón por la tardanza. 

Bueno, le hago un golpe de gracia al enemigo inconsciente, creo que no hace falta ni que tire, porque un golpe de gracia es crítico automático y luego la CD para sobrevivir es 10 + el daño sufrido, si no recuerdo mal. Si quieres que tire aún así, dilo. 

Esta es la ruta que propongo: 

El rastrillo está bajado, pero podemos emplear los propios mecanismos que haya por ahí para subirlo, o subirlo a pulso entre todos. Si no, subimos por la torre y nos descolgamos por el otro lado. Matamos a los guardias del puerto, cogemos una barca, remamos hasta el castillo y trepamos hasta las murallas. Una vez ahí, o lo rodeamos y entramos por la puerta o encontramos una forma de trepar. 

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27/03/2018, 16:25
Ishrad Corlav

El plan había salido bien, o almenos en parte. Con esos segundos que me dejaba el guardia para reequiparme debía pensar una estrategia, aun que el tema de que su orgullo hubiese sido roto y pudiera enfrentarme a el en combate singular me daba alguna esperanza que no enfrentarme a los dos directamente.

Una vez con la espada en mano, le miro desafiante y con una sonrisa en la cara.

Ahora es cuando voy a conocer el poder de los Scahrossar y cuando ellos se darán cuenta de cual es el mio.

En guardia! Digo al tiempo que me abalanzo a por el.

 

- Tiradas (1)

Notas de juego

Luego determino el ataque, que ahora no me da tiempo a pensar una estrategia XD

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02/04/2018, 20:48
-Residuos del Dolor-

Los guardias fueron alterados. El aburrimiento que sufrían quedó relegado a un nerviosismo ansioso, pero al girar la esquina sólo vieron dos cadáveres maltrechos cercanos a un pozo y un almacén. Algo sorprendidos pero aún más excitados perdieron un tiempo precioso con sus compañeros caídos. Estudiaron los cuerpos y las cercanías, descubriendo a los otros dos.

Lejos, lo suficiente, seguíais corriendo en dirección al puerto hasta ser bloqueados por el muro. Lo seguís hasta la primera puerta y, sorpresa, abierta y sin guardias -¿Qué...?-

Cruzáis en la claridad del día. El sol de la mañana baña vuestros rostros con su brillo cegador y revitalizante. Los muelles están desiertos. Los grupos de avanzada que debían estar en sus puestos ya no lo están. A vuestra espalda se alza Azur majestuosa y brillante. Como una enfermedad, las armaduras negras relucen en las calles delatando su movimiento -¡Se repliegan al castillo!-

En la libertad del muelle, alejados de los edificios, os llega otro sonido delator. El ejército que se prepara al otro lado del río, preparados para destruir las puertas y muros que custodian la ciudad al Sur.

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02/04/2018, 21:04
-Residuos del Dolor-

Os encontráis en el muelle. Las aguas están en calma y al Sureste podéis ver la desembocadura del río en el amplio mar donde, más allá del horizonte, se encuentra el hogar de vuestro compañero Hazir.

El clamor del ejército acercándose rompe la nostalgia en la mirada del quisashi cuando mira el horizonte. Pero vuestro destino está más al Norte, al castillo, al otro lado de las aguas, siguiendo el sonido del los soldados.

Delante vuestra se extiende el muelle con diversas embarcaciones de mayor o menor tamaño. Botes, pequeños barcos de vela y alguna chalupa.

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03/04/2018, 00:15
Hazir Al-Tamsa

Volver a correr, correr de verdad, a cielo abierto y sin ataduras, oliendo el mar y con le viento soplándole en los oídos, era una sensación espléndida, maravillosa. Hazir sonreía, y era como si el mundo le devolviera la sonrisa. Sus pies tocaban el suelo, lo sentían, lo abrazaban a cada zancada que daba, mientras su poderosas piernas se flexionaban una y otra vez, cubriendo sus músculos de sudor. 

Sí, Hazir estaba vivo, sentía la vida ardiendo en sus venas, llenándole y desbordándole por dentro como una jarra ante una cascada, sentía que iba a explotar. Hazir corría tan deprisa que pronto dejó atrás a sus compañeros y se situó una decena de metros por delante del grupo, y tuvo que controlarse para que no fuesen más. El alfanjón, envainado, le golpeaba en los riñones, como instándole a que corriera más, a que siguiera hacia delante tanto tiempo como hubiera camino ante él. 

A tal velocidad, no le costó mucho llegar hasta la muralla. Había sido una suerte que no hubieran encontrado guardias hasta allí, pero no iba a ser así con el rastrillo. Sin duda habría que luchar para hacerse con la puerta, y abrirla no iba a ser tan fácil, sobre todo si había que subirlo a pulso. Sin embargo, al girar la última esquina, se encontró con el puesto de guardia desierto y el rastrillo subido. Era tan absurdo que refrenó su carrera. ¿Les habrían montado una trampa? 

Corrió de nuevo, pero no hacia el rastrillo, sino hacia un lateral, pegado a las casas, haciendo zig zag de forma que fuese difícil acertarle con un proyectil si es que se habían escondido. Sin embargo, llegó hasta la puerta sin encontrar resistencia, y al mirar en los puestos no vio a nadie. Cruzó el rastrillo de un salto, convencido de que caería sobre él, pero no fue así. Ante su sorpresa, no había guardias en ninguna parte, ni en la puerta, ni en el puerto, ni en ningún lado. Corrió hacia el puesto de guardia, revisándolo rápidamente. 

Hacia el sur, se extendía el mar. Tenían barcos, muchos más de los que necesitaban. Hazir casi se sentía tentado de coger uno y lanzarse al mar, navegar de vuelta a su patria con Lythrai, como le había prometido. Al fin y al cabo, nada se lo impedía. Fue un deseo tan fuerte que casi, casi lo hizo. Pero recordaba que no era así como debía de ser: tenía muchos planes, y aún no había podido completarlos. Tenían aún mucho que hacer, y la reina era la prioridad en aquel instante. Dedicó una mirada nostálgica al canal que les habría llevado al mar, pero antes de poder volverse, algo llamó su atención. 

Los guardias corrían por toda la ciudad, replegándose hacia el castillo. ¿Les habían descubierto? ¿Iban a proteger el castillo de su entrada? ¿Tan rápido habían descubierto sus planes? Tomar un castillo lleno de guardias en alerta iba a ser realmente complicado, más de lo que habían previsto. 

Pero no. Antes de que apartara la vista del sur, pudo ver lo que causaba aquel revuelo, y no eran ellos. Era un ejército. Un ejército se disponía a asediar la ciudad, justo en aquel instante. Aquello, definitivamente, no se lo había esperado. Pronto, podrían acabar aplastados entre los defensores y los atacantes, sin posibilidad de escapatoria. Lo malo era que los guardias estarían ahora todos en el castillo, todos dispuestos a protegerlo y en alerta. Si esperaban, el ataque les distraería, pero se ganarían el doble de enemigos. Desde aquella distancia, los atacantes podían ser cualquiera. ¿Arkhania? ¿Una ciudad rival? ¿Bárbaros norteños? Imposible saberlo. Iba a haber que moverse deprisa, y que rescatar a la reina en tiempo récord. Se giró tan bruscamente que tiró al agua unas cajas que había al borde del embarcadero. 

-¡Vamos, deprisa!-instó a sus compañeros, con urgencia en la voz.

Tras recoger a toda prisa un par de cosas que necesitarían, saltó sobre el primer bote que tuviera los remos suficientes, y cortó con el alfanjón las cuerdas que lo amarraban, cogiendo uno de los remos. 

-¡Ysbila, al timón! ¡Directos al castillo! ¡Si alguien tiene algún conjuro que rompa muros o nos haga volar, es el momento de prepararlo! ¡El resto, remad como si os fuera la vida en ello, porque así es!

Predicando con el ejemplo, el propio Hazir se puso a remar con fuerza desatada, con toda la potencia que le proporcionaban los aumentos mágicos. 

Notas de juego

Si en el puesto de guardia quedan armas y hay algún arco, me lo quedo. Antes de subir busco unas buenas cuerdas largas que haya por allí y me la llevo, así como ganchos de pesca, si los hay. 

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04/04/2018, 10:29
Lythrai Fonn'Aster

Cuando por fin alcanzó al quisashi, miró junto a Hazir el horizonte por unos segundos. Allá, más allá del horizonte estaba la tierra natal de Hazir... ¿no? Azur era una ciudad que comerciaba con Quisan, después de todo. ¿Cómo sería el sabor de la libertad, allí especialmente? Aquella promesa que Hazir le hizo en el Despeñapresos de enseñarle Quisan y todas sus maravillas quedaba ahora tan lejana como la propia tierra que al horizonte siquiera se veía, más aún ahora que eran nativos del plano de la Prisión de Arokham, y no del mundo exterior. Sin embargo, algún día serían libres, algún día quizás podrían... Y aquello era una pequeña brisa de esperanza, pequeña, pero suficiente.

Y es que la situación se hacía cada vez más peliaguda y peligrosa para la misión. No solo habían perdido aún más efectivos con la salida de Greta y el elemental, sino que parecía que ahora hasta el mismísimo ejército de Arkhania les pisaba los talones. Lythrai sabía que todavía seguía un tanto superada por la pérdida de Esderian, notando que su mente no estaba tan despierta como su cuerpo. Algo malo si la mitad de tu éxito en el combate se basa en el conocimiento y la magia. Mas precisamente por ello sabía debía esforzarse aún más, pues la misión era, de verdad, una oportunidad de oro para ella y también para sus compañeros presos. 

"Hiena, ¿has estado dentro del castillo?" le preguntó al gnoll, subiendo al barco. "¿Sabes dónde está la sala del trono y las dependencias del Rey, y dónde las de los nobles?" Habiendo perdido el mapa, la memoria del Gnoll era quizás la única cosa más remotamente parecida a un mapa que pudieran tener. "No olvideis los grupos, gente." advirtió a todos los compañeros, mirandoles. "No sé cuándo deberíamos separarnos exactamente, pero cuando lo hagamos, aseguraos de repartiros bien. Si procede."

Puede que al principio Lythrai y Hazir hubieran tenido una fuerza parecida. Pero gracias a los... 'patrocinadores', cada uno de los conquistadores, en mayor o en menor medida, había recibido regalos únicos para fortalecer sus puntos más fuertes. Ahora el quisashi tenía aumentos mágicos a su fuerza y si Lythrai quería remar tan rápido y fuerte como él, debería arreglarselas de alguna otra forma. La Fonn'Aster lo tomó como un reto, una pequeña competición, y sonrió al encontrar la solución. Lo que le faltase en fuerza, lo compensaría con aceleración. Después de todo, era verdad que a todos les iba la vida en ello. No porque fueran a morir... Bueno, al menos, no los presos. Sino porque tenían la oportunidad de dar un cambio de rumbo de 180º a la situación de perros encadenados, y eso era algo que a los presos les interesaba tanto como a los elfos el mantener a la Reina y Azur a salvo de las ambiciones de Arkhania.

Notas de juego

Utilizo Retirada Expeditiva para acelerar la velocidad de mis movimientos, en este caso no para correr, sino... ¡remar!

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05/04/2018, 09:11
La Hiena

Jadeaba, olía, tenía mierda en el culo que (por esta vez) no era suya. Si sobrevivía tendría mucho, muchísimo cuidado, a la hora de aceptar otro contrato como mercenario. Pero allí estaba, corriendo junto a los asesinos de sus compañeros de armas para asestar un duro golpe a los contratistas.

Imitó como pudo los movimientos del bárbaro, muy por delante de él pues sobrevivía. El gnoll contuvo el aliento cuando Hazir pasó bajo el rastrillo. Pero no ocurrió nada. No había nadie. -¿Por qué?- 

Aquello no le gustaba lo más mínimo. Los soldados se replegaban y -¿Qué sonido es...? ¡ejército!-. Gruñidos escaparon de su hocico cubierto de espuma blanca por la carrera. Se dejó llevar por la inercia del grupo y saltó a la embarcación escogida por Hazir. -Jamás he estado- Contestó a Lythrai -Sólo llegué hasta el puente- señaló con un dedo mugriento el punto, que ahora mismo era cruzado por un grupo de cinco guardias negros.

Tras ello, asió fuertemente el remo y se centró en la tarea pues no quería ser acribillado por una andanada de flechas.

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05/04/2018, 20:37
-Residuos del Dolor-

El olor de la sangre que te impregna tras abrir en canal al Scahrossar es penetrante y delicioso. Mientras corres, tus pulmones se hinchan con las moléculas de ese dulce aroma y tu mente evoca una y otra vez el momento de la matanza. Ese aroma se mezcla con tu sudor y el sonido del ejército a las puertas te llena de excitación y exalta algo en tu interior. -El viento ha cambiado- lo sientes siendo favorable a vuestros propósitos y, sucedió...

La crudeza fría del aire al amanecer se atempera con el sol que corona las cumbres de nubes lejanas y resplandece con voluptuoso calor sobre las calles y el mar. Contemplabas todo aquello como si fuera la primera vez a la par que remabas vigorosamente, te sentiste embelesado por la austera belleza. Tu corazón se embriagaba con el sentimiento de libertad de los grandes espacios como el océano que se extendía ante ti mientras remabas en dirección contraria. Delante de ti, Yzlin gobernaba con soltura aquella embarcación de corteza de abedul (tal y como revelaba tu olfato).

En una extraña conexión con tu bestia interior que produjo la mezcla de todas las excitantes sensaciones que experimentabas evocaron unas visiones que no fueron en un principio de carácter terrorífico. Pero la viste... la hija de la reina.

En una de las estancias de ese mismo castillo su cuello es cercenado y el olor de su sangre te embriaga excitando al ser que llevas dentro que, por primera vez en toda tu existencia, no ansía con salir. Como si esa conexión contigo le hubiera dado una conciencia que antes no habías percibido.

En cualquier caso la visión no dura ni un instante y rápidamente vuelves a la pequeña barcaza que surca con velocidad la distancia del muelle a las cavernas inferiores del castillo, que ya podéis ver.

Notas de juego

Nota para el jugador: Sobek puede ver, oír, tocar y oler hasta a una distancia de tres millas. Como acción estándar puede percibir cualquier cosa a tres millas de sus adoradores, objetos o lugares sagrados, o cualquier localización donde se haya pronunciado su nombre o uno de sus títulos en la última hora (o de ti). Puede extender sus percepciones hasta a dos localizaciones a la vez. Puede bloquear los poderes de percepción de otras deidades de su rango o menor hasta en dos localizaciones remotas a la vez durante 3 horas.

Este poder te asaltará en algunas condiciones muy específicas, como la vivida en los turnos pasados pero Hazir no puede usarlo a voluntad (por ahora...)

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05/04/2018, 23:17
Ahradiel Ur'Domine

Las cosas se complicaban cada vez más, ahora no solo debíamos preocuparnos por que no nos descubriesen, si no que, además, ahora nuestro propio ejército jugaba en nuestra contra, joder, ¿esto podía ser peor? la respuesta era un claro si, ahora debíamos remar hacia el castillo a plena vista usando uno de los botes del embarcadero, bueno, al menos no iríamos nadando... así que tomé algo de cuerda, trepé a la balsa y até una de las puntas a la proa de la embarcación antes de comenzar a conjurar... al final apareció en el agua una marsopa, rápida, esbelta y con su fuerza nos ayudaría a llegar antes a nuestro destino

Notas de juego

uso mi conjurar aliado natural 1 para invocar un delfín... no es mucho pero algo hará

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06/04/2018, 13:33
Hazir Al-Tamsa
Sólo para el director

Con tanta excitación, tal vez Hazir debería haber imaginado que la bestia que llevaba dentro no iba a estarse quieta y callada como un gatito dormido, pero precisamente esa sensación de libertad y alegría desenfrenada le había impedido pensar en nada más. Mientras remaba, con el maravilloso olor del agua y el sonido de la madera deslizándose sobre ella, lo notó, lo notó despertar de pronto, desenroscándose en su vientre como una marea escamosa que amenazara con consumirle por completo. De pronto, todos sus sentidos se agudizaron como si hubiera tomado azúcar de arena destilado, la droga más popular entre los luchadores de las arenas de combate. Percibía el viento, cambiante, percibía cada sonido de los remos, percibía hasta el aroma de los peces que nadaban bajo la embarcación, percibía la sangre que iban dejando atrás, la matanza que había ejecutado, volvía a notar una y otra vez cómo la vida del guardia se apagaba ante el fiero filo de su arma...

Hazir tensó el vientre, como si se preparara para un puñetazo, y apretó los dientes, preparado para resistir a la bestia, para enviarla de vuelta a su estómago... no era buen momento para dejarla salir, en absoluto. 

Y, sin embargo, no sucedió. No hubo lucha, ni puñetazo, ni notó sus escamas arañándole bajo la piel, ni su hambre voraz consumiéndole. Solo notó que sus sentidos se amplificaban más y más, su vista se ampliaba, se engrandecía, se transformaba, los olores se desplegaban ante él como un mapa, como un abanico de sensaciones, de maravillosas experiencias más allá de lo que los mortales comunes pueden vislumbrar. Aquello ya trascendía mucho lo que podría haber sido normal debido a la excitación, incluso más de lo que podría haberse logrado con magia o drogas. Ya no era algo mortal, algo físico... era algo espiritual, algo que afectaba más a su mente, abriéndola, que a sus sentidos reales, de mero humano. 

Algo extraño y terriblemente poderoso se revolvió en su letargo, y Hazir pudo notar cómo, durante un breve instante, un ojo rodeado de escamas, un ojo de pupila vertical reptiliana, se abría de súbito, como despertado brevemente de un sueño profundo, y de pronto su conciencia se separó del cuerpo como un pájaro que alzara el vuelo. De pronto, todo era claro como el sol de mediodía, la sangre restallaba en el suelo donde había matado a los guardias, el ejército brillaba al sol mientras se dirigía a la ciudad, y todas las estancias del castillo se abrían para él como si un centenar de ojos escrutaran para él todos sus secretos. Y, allí, la vio. Hermosa como una flor cortada, preciosa como una estatua de mármol sangrienta, el rojo de la sangre ardía con violencia contra su blanca piel, como si ambos colores batallaran como fuego y hielo, explotando desde su cuello en una cascada que formaba diseños fantásticos en las paredes, que formaba espirales y crestas como un mar sanguinolento. 

Hazir no la conocía, pero lo supo: la hija de la reina, asesinada. Allí, degollada sobre las estancias del castillo, ahogada en su propia sangre, y ese pensamiento le hizo volver a la realidad. Rápidamente, tan sin previo aviso como se había abierto, el ojo se cerró, y la bestia se quedó más quieta y tranquila que un recién nacido en brazos de su madre, acurrucada en su vientre. El mundo perdió color y brillo, y Hazir se encontró de nuevo sobre la barca, remando sobre el río resplandeciente que les separaba del castillo. Por delante, chapoteaba un animal extraño, una invocación del elfo, tirando también de la barca. Hazir redobló sus esfuerzos. 

No es que, como noble, hubiera aprendido mucho sobre los licántropos: tenía mil materias más importantes que aprender, y sin duda sus tutores preferían enseñarle historia y política que cosas como que los hombres lobo se transformaban con la luna llena. Sin embargo, tras el descubrimiento de su condición, Hazir se había tomado bastante en serio aprender todo lo posible sobre sus congéneres, por la cuenta que le traía ante todo; y había leído mucho sobre el tema, además de lo aprendido por propia y visceral experiencia. Por ello, aunque tampoco se había vuelto experto, se consideraba bastante instruido en el tema, y estaba casi completamente seguro de que los licántropos normales no podían sufrir experiencias como esa. Tenían sentidos agudos, sí, pero desde luego no tanto como para ver el interior de un castillo al que ni siquiera habían llegado aún. Frunció el ceño, sin entender lo que acababa de pasar. Miró a su vientre, como si allí se encontrara la respuesta. 

¿Qué diablos está pasando aquí? 

Por desgracia, no podía contarles a los demás lo que había visto, porque suscitaría demasiadas suspicacias, pero decidió que algo debía decirles, aunque fuese más o menos. 

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06/04/2018, 14:39
Hazir Al-Tamsa

Hazir ya iba a gritar al elfo por no ponerse a remar cuando reconoció las palabras que solo podían ser parte de un conjuro. Inmediatamente, con un chapoteo, una forma rolliza y gritona se materializó en el agua, y se dio prisa en atarla para que tirara de la barca. Hazir no notó mucho su impulso, pero algo haría. Toda ayuda era poca, porque cada segundo que pasaba era un segundo que iban tarde. 

Hazir, tras unos segundos en los que pareció un poco abstraído, redobló con fuerza su remar, con tal vigor que sus brazos se perlaron de gotas de sudor. 

-Hay que darse prisa. ¡Remad! Los cultistas saben que no tienen nada que hacer contra el ejército de Arkhania, se han retirado al castillo desesperados, como último recurso. Lo he visto antes, la desesperación de un asedio puede nublar el juicio de cualquiera. Es posible que maten a la reina o a su hija antes de que lleguemos, solo de puro pánico. No podemos perder ni un segundo. 

¡Remad! Y dile a tu bicho que tire con toda la fuerza que tenga, como si se le sale el hígado por la boca. Grook, despliega la vela, el viento ha cambiado y ahora nos favorece. 

Era cierto: el viento ahora soplaba desde su espalda, y Grook era el único del que podían prescindir a los remos. 

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06/04/2018, 20:13
Socar Fonn'Aster

    Avanzamos tan rápido como nos era posible, por suerte, los presagios del elfo oscuro no se vieron cumplidos y cuando alcanzamos el atracadero, lo hicimos en solitario. Ningún alma parecía quedar por los alrededores, igualmente aceleré el paso para alcanzar las embarcaciones y evitar más retrasos por haber quedado a cubrir la retaguardia.

    Fue sencillo comprender lo que ocurría, las fuerzas enemigas se estaban replegando, el ataque de las fuerzas de Arkhania ya se había iniciado y parecía que el número había sobrepasado a los defensores que corrían apresurados a preparar una última defensa desesperada. Normalmente los asedios no eran un tema baladí, incluso con un pequeño número de efectivos, la toma de un castillo bien podía alargarse días, si no semanas o incluso meses. Pero algo me decía que este no iba a ser el caso. Bajé la mirada al río, nos hallábamos cerca de la desembocadura, las corrientes aquí podrían ser un peligro y arrastrarnos hacia el mar... arrastrarnos hacia el océano.

    Sin se del todo consciente de ello, sin ser capaz de tan si quiera evitarlo o de intentar reprimirlo, el recuerdo me apresó. Una vez más caía, descendía hacia el abismo, siendo engullido por la oscuridad más profunda de todas, hundiéndome más y más en el océano de las almas perdidas, mi conciencia se disolvía conforme era arrastrada por la vorágine que allí imperaba, dejando únicamente recuerdos fragmentados del hombre que alguna vez fui. El Gehena había reclamado lo poco que quedaba de mi ser y lo despedazaba como una bestia que atenazase a atenazara un pequeño animal entre sus fauces. Debía de sentir terror, dolor o sufrimiento, de algún modo aquello era el fin de todo lo que la vida de Socar había supuesto, pero en lugar de ello sentía el descanso de los muertos, el ser trasladado a un lugar ajeno de los recuerdos dolorosos de la vida... el desenlace de mi existencia... hasta que de pronto, algo se aferró a mi, como si fuera un arpón ardiente me atravesara para después tirar de mí, tratando de impedir el paso al otro lado, trayendo de nuevo el dolor, el odio, la rabia, evitando mi sino...

    La voz del quisashi me trajo de vuelta, Hazir apremiaba al resto para evitar perder el tiempo, quizás su linaje noble le hubiesen conferido esas dotes para el liderazgo, o quizás fueran algún rasgo innato. Me había quedado absorto, no podía dejar que aquellos recuerdos me siguieran atormentando, ahora era Socar Fonn'Aster y tenía promesas que cumplir.

    Subí a la pecaría embarcación intentando hacer caso omiso al crujir de los tablones que conformaban la cubierta a cada paso que daba sobre ella por el peso de mi cuerpo. Tomé un remo y volví la mirada hacia Lythrai, su forma de expresarse denotaba cierta falta de experiencia en el mando militar, su lenguaje era demasiado distendido y poco marcial, pero su tono demostraba la confianza que guardaba y el arrojo dado por la juventud, bastante similar al modo en el que Hazir procuraba repartir las tareas de a bordo. Traté de dejar que parte de esa vivacidad me alcanzase y me convenciera de que aún podíamos tener éxito, cambiar el destino que aquellos traficantes de poder habían escrito para Azur.

    Aún no acababa de sentirme del todo cómodo con el hecho de no sentir cansancio ni dolor, el remo le levantaba y bajaba una y otra vez con el ritmo que habíamos comenzado a marcarnos, hasta un aliado acuático convocado por el elfo se nos había sumado a la par que el viento henchía la vela, eso último no acababa de convencerme, llamaríamos demasiado la atención, pero también era cierto que cuanto menos tiempo nos llevara cruzar el canal menos tiempo tardaríamos en realizar el rescate y el tiempo seguía siendo nuestro recurso más escaso. 

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06/04/2018, 21:02
Yzlin

-Libertad. Respiras libertad.-

La salida del almacén, mirar al cielo claro del amanecer... instintivamente me llevé la mano a la herida del cuello con la que casi me devuelven a Arkhania.

-¡Aún hay diversión!-

-¡Corre!-

Y corrí junto con mis compañeros calle abajo. Mis ojos se deslizaron por todos ellos. Hazir a la cabeza radiaba seguridad y me contagió el disfrute por la situación así como la seguridad de Lythrai. La Hiena, imitándo al bárbaro, provocó una sonrisa por su comicidad.

-¿Cuándo lo vas a contar?-

-Ahora no-

-Merecen saberlo-

-Ahora no-

Apreté los puños sin perder la sonrisa aunque con un peso en el pecho que deseaba desahogar.

-¡Ysbila, al timón! ¡Directos al castillo! ¡Si alguien tiene algún conjuro...!- Dos zancadas más y el salto al interior de la pequeña embarcación me colocó junto al timón. Quizá no fuera la más diestra, pero no había tiempo para discutir. Rápidamente me hice con el manejo, no era complicado.

Quedé sorprendida por la criatura que el elfo invocó. Tenía curiosidad por saber qué era aquella bestia maravillosa de piel suave y rostro simpático cuyos ojos delataban inteligencia. Aportó su granito de arena y no tardaríamos en llegar.

-Deben saberlo-

-Les distraerá. No es el momento.-

-¡Dilo! Será divertido-

La lucha en mi interior se reflejó en mi rostro. Me mordí el labio inferior y los nudillos de la mano derecha que sujetaba el timón se volvieron blancos a causa de la presión.

-Ar...- mis palabras enmudecieron

-Hay que darse prisa. ¡Remad! Los cultistas saben que no tienen nada que hacer contra el ejército de Arkhania, se han retirado al castillo desesperados, como último recurso. Lo he visto antes, la desesperación de un asedio puede nublar el juicio de cualquiera. Es posible que maten a la reina o a su hija antes de que lleguemos, solo de puro pánico. No podemos perder ni un segundo. 

¡Remad! Y dile a tu bicho que tire con toda la fuerza que tenga, como si se le sale el hígado por la boca. Grook, despliega la vela, el viento ha cambiado y ahora nos favorece.

-No es el momento-

No era el momento. Todos los ojos estaban fijos en el castillo. Nos acercábamos a buen ritmo. -¡Lo conseguiremos!- Grité para dar ánimos -No se atreverán a tocarlas. Son lo único que tienen para negociar.-

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07/04/2018, 00:32
Ishrad Corlav

Por fin me lanzo a por mi enemigo, convencido de que podía derrotarlo. Siento como mi espada encuentra su carne, a través de las oberturas de su enemigo. En ese momento, la espada se electrifica, demostrando su propia magia, pero además, concentro mi propia magia a través de ella, sonando como un relampago caido del cielo.

 

- Tiradas (4)

Notas de juego

Ataque normal, ya que supongo que necesito avanzar hasta el CaC, daño 12 + 3 por la magia de la espada. También lanzo contacto electrizante con Canalizacion arcana, añadiendo 19 más de daño.

Daño total: 34 PG

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08/04/2018, 20:18
-Residuos del Dolor-

En el corto trayecto vuestra embarcación gana velocidad acercándose a las cavernas que se extienden por debajo del castillo. Muy por encima se encuentra la prisión de la reina y su hija junto con la totalidad de vuestros enemigos. Recordáis que si el estandarte de lo más alto cae, el ejército se detendrá pues para ellos significará que habéis cumplido vuestro cometido.

Accedéis al complejo de túneles cuando, de pronto, una voz ruge en la oscuridad.

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08/04/2018, 20:21
Thyrrick

-¡Arkhanianos!- Mi voz grave resuena en la caverna -¡Oh! Elfo suelta ese arco o te arranco la cabeza. Maldita sea la hora en que el futuro de mi reina, de mi hogar, tenga que depender de la escoria que viene de esa ciudad maldita.- Escupe al suelo -Un compañero vuestro está encerrado con los nobles. Atajo de patanes.- Mis ojos se deslizan por la pequeña embarcación -Normal que lo hagan tan mal. No tienen la brillantez, ni la fuerza enanas en sus filas-.

-Venid a esta orilla.- Comento con voz más tranquila pero aún ansioso por subir a liberar a los míos. -La reina corre peligro, pero no podremos salvarlos a todos si no nos separamos. Para salvar a los nobles, por ese túnel, escaleras de piedra, puerta negra de hierro y a la derecha. ¡El resto a por la soberana!¡¡Seguidme!!- Me detengo de pronto -¡¡Menos el gnoll!! Hiena, tú tírate al agua y muere porque como te tenga a alcance- aprieto los puños y, tras el grito, salgo a correr en dirección a donde está encerrada la reina.

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08/04/2018, 20:27
-Residuos del Dolor-

Vuestro bote no ha llegado a la orilla cuando el enano sale corriendo. Los que van a salvar a la reina deben saltar para evitar que se pierda de su vista.

El resto, con las indicaciones dadas, podrán llegar fácilmente a las celdas de los nobles.

Hazir, Ahradiel, Lyssdar, Socar, correrán por el camino que lleva a los nobles.
Lythrai, Yzlin, Grook, Theod, seguirán al enano e irán a por la reina.

Notas de juego

Dejo el turno aquí por si os queréis despedir, puede que no os veáis hasta volver a Arkham.

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08/04/2018, 20:36
-Residuos del Dolor-

Tu espada se convierte en verdugo y oleadas de dolor recorren el cuerpo del guardia que se sacude por las convulsiones eléctricas. Sin embargo, los Scahrossar están acostumbrados a las torturas y, pese a encontrarse herido, sangrando y chamuscado. Tu contrincante aún se mantiene en pie y con sus armas prestas.

Sin embargo, antes de iniciar el ataque, todos escuchan el estruendo en el exterior y te resulta inconfundible (y casi alentador) los sonidos que lo acompañan. Tus compañeros, aquellos que dejaste en las alcantarillas, ya llegan.

Esto supone una distracción preciosa que puedes aprovechar para realizar otro ataque demoledor a tu contrincante.