Partida Rol por web

La toledana saca un poco de sangre del cuello del bribón:

- Veamos, veamos... Digamos que os conformáis con tener una sola boca y no créeis necesario que os abra otra en el cuello. Es de mal gusto atacar a la gente en los callejones sin que venga a cuento, así que creo que mis compadres comparten mi interés por saber ¿quién os manda y por qué nos habéis atacado?

En un principio el hombre parece reticente de abrir la boca pero el estado que sufre tras las estocadas de Don Álvaro y la toledana del mismo haciendo herida en su cuello le hacen entender que no le debe tanto a su señor como para pagarlo con la vida.

- Mi nombre es Rafael Expósito - dice al principio timorato.

- Se por boca de otros que vuestras mercedes están interesados en ciertos libros italianos de mi jefe.

Mientras habla intenta incorporarse  pero ora las fuerzas, ora el estoque de Don Álvaro, le hacen quedarse de rodillas en el suelo.

Escupe sangre a vuestros pies y emite una ligera risilla.

- Pueden matarme si es lo que quieren. Don Francisco esta al corriente y dudo que den con él antes de que esté demasiado lejos.

- Muy deprisa ha soltado la correa de sus perros vuestro señor don Francisco.- Sin molestarse en mirar, habiendo quedado tan solo los cinco en la calleja, Emilio envaina la ropera tras limpiarla en las ropas del que intentara ser adversario para Ambrosio, pasando sobre él de camino hacia Álvaro y el caido costalero.

- Cierto es, estamos interesados en los libros que llegaron hasta el tal Francisco desde tierras papales, pero mucho me temo que antes de enviar acero en contra nuestra vuestro amo se hubiera mostrado más cuerdo negociando un acuerdo. No tenemos por intención perseguirle como a un vulgar ratero, pues le tenemos por hombre honrado, culto y sapiente. No es que estéis en posición cómoda, mas, y a pesar de lo ocurrido ¿estaría vuestro amo dispuesto a recibirnos y tratar privada y civilizadamente de estos asuntos con nosotros? No esperamos hacerle perder el tiempo, y qué menos que concedernoslo si se trata de hombre de negocios ¿No es así estimados colegas?

Presteza para venir y presteza para ir, matarifes de la mala madre y dudoso padre...pero por lo que veo son una útil y colaboradora fuente de información, recurso que están explotando muy bien Álvaro y Emilio, mejor dejarlos como están, sin entrometerse en el asunto, que si algo está bien bueno es no tocarlo...

Mas en caso de que pudieren aparecer más valentones o incluso los mismos, no envaino el arma, es más, saco la pistola y la sujeto con la siniestra...

...no vayan a a venir muy envalentonados y sea necesario el plomo además del acero...

El hombre acierta a sentarse en el suelo y se agarra una rodilla en actitud chulesca. Chasquea la lengua varias veces en señal de negación.

- ¿Por quién me toma vuestra merced? Que una cosa es que le diga lo que ya saben y otra es que vaya a colaborar con vuacedes - acierta a decir el tal Rafael.

Y es que en cierto modo tiene razón. Sea como fuere parece que el pisaverdes tiene un amargo destino. Si habla estará condenado bajo una espada y si no bajo la otra.

Por lo que suponéis el tal Francisco de Robles aún ha de estar en su garito pero también suponéis, después de haber estado dentro, que será difícil entrar ahí solos otra vez.

El hombre acierta a levantarse y os mira desafiante.

- No se de que lado están pero, creanme que es más cuerdo abandonar pues dudo que quienquiera que pueda pagarles vaya a hacerlo con tanto ánimo para hacer que merezca la pena.

Rafael se queda mirandoos desafiante pero todavía maltrecho por las heridas que le propinó la blanca de Don Álvaro.

- Estáis desaprovechando una buena oportunidad de mantener vuestra cabeza sobre los hombros... Si habláis con nosotros quizás pueda salir de la Villa antes de que su señor sepa de vuestro fracaso... mas guardar silencio solo os dará una muerte pronta, yo no necesito encontraros pues mi acero ya os tiene a tiro. ¿Tan desesperado estáis que ya no vais a jugar la carta que os queda? Soltad vuestra lengua y jugar un último envite... ¿O habéis perdido toda la sangre que os quedaba y solo habláis como un pollo descabezado?

Miro fijamente al matarife:

- No está el horno para juego limpio y honores. Si hay que matar se mata, la culpa después de todo será solo tuya: escoge vivir o morir. No es que me alegre el día degollar a alguien rendido, pero si te dejamos marchar el próximo imbécil al que tu amo mande pensará que somos unos blandos... Ahórrate la pena de ser el que sirva de ejemplo de que no bromeamos...

- ¿Cómo que de qué lado...?- Emilio articula rápidamente una expresión de sorpresa fingida en su rostro, recomponiendo su sonrisa confiada acto seguido.- Espero que no estéis intentando confundirnos señor. Aparte del señor de Robles, y nosotros mismos, dudo mucho que haya una tercera parte interesada en esos legajos. Tal y como os dije estamos aquí para plantear un trato, y me temo que quien ha decidido que es a punta de espada ha sido el propio don Francisco, no nosotros. A menos claro, que haya alguien más tras esos volumenes que tenga interés en que su actual propietario firme la cesión de estos con tinta roja.- Concluye con tono sarcástico.

El tal Rafael echa un paso atrás ante la imponente mirada de Don Álvaro y se encoje de hombros.

- Y bien, ¿que se supone que puedo hacer yo para ayudar a tan letrados intereses? - dice con cierta sorna a la vez que con cierta prudencia.

- Ya les he dicho que el señor de Robles estará preparando la marcha y... creanme que está bien protegido como para que cuatro espadas puedan detenerle...  - hace una pausa y luego añade en tono más bajo - si es que son cuatro.

Enarco una ceja mirando a mis compadres. Mis ideas no han ido más allá de convencer al matasiete para que nos diga lo que queremos saber... pero ¿qué queremos saber?

Consciente de la inquietud de Álvaro, tomo la palabra, echándole un capote.

Sencillo..., incluso para una mente poco despierta como la vuestra parece..., esperemos que mejore..., por vuestro bien. Podeís ver con vuestros ojos lo poco que me ha costado matar a este, no me quitaría el sueño terminar con vos también... - comienzo, en tono pausado y amenazante, mirándole con fijeza a los ojos.

En palabras sencillas, ¿Dónde está el asesino de tu jefe, dónde los papeles que buscamos, qué son, quién se los ha vendido, qué pretende hacer con ellos..., si es venderlos, ¿a quién, cuándo y cómo?. En cuanto nos hayaís respondido a esto, podríais empezar por los detalles sobre ese "ejército" que protege a vuestro amo..., no sé, creo que lo he expresado con bastante claridad - termino, con cierto retintín, hablándole muy despacio como se les habla a los niños pequeños - si nos dices eso, vivirás para ver la luz del día.

Vuelve a retroceder un par de pasos hasta tocar la pared con la espalda.

- Bueno, pensaba que vuestras mercedes ya habrían supuesto que las estancias de Don Francisco se encuentran en el piso superior de la casa de juegos mas no se si todavía estará ahí. Después de la conversación de mi ebrio amigo Felix fui con el cuento a Robles y... bueno, el resto ya lo supondran vuestras mercedes - hace una mueca invitandoos a que confirméis.

- En cuanto a los legajos que persiguen... no miento si les digo que no tengo la más remota idea de su paradero. Eso son asuntos personales de Don Francisco, trata de ser discreto con esos temas y yo, que no soy de los que contradicen a la mano que paga no he entrado en averiguaciones.

Mira un instante al cielo y se mesa el mentón pensativo.

- Ah, sí, me queda el asunto del "ejercito" como vos lo llamáis. Ya conocen a Manfred, ¿verdad? Les recibió amablemente a la entrada del garito. Supongo que al resto ya los conocen. Suelen andar sirviendo o jugando en el garito la mayor parte del tiempo. Creanme, les superan en número y, si buen vuacedes son ágiles con la espada... bueno, se enfrentan con valentones a sueldo que dedican su vida a eso. Vuestras mercedes veran - acaba encojiendose de hombros.

Éste, vil bandido, aunque derrotado nos habla como si necesitáramos consejo, lo cual significa o que se tiene a sí mismo en gran estima o nos advierte de que la gente que tratamos es casi tan peligrosa como el Santo Oficio. Gente sabe cómo se sobrevive ante fisgones, que es por lo que nos han tomado. Además por las palabras deduzco que los libros no son la única mercancía delicada que mueven en la actualidad, y que alguna de esas mercancías despierta interés en otro grupo de rufianes.

En ese momento pronuncio unas palabras en latín...como una frase hecha.

Me pregunto quién más anda interesado en esos libros, a otro bando me refiero...

Por favor, Señor que alguien haya entendido lo que he dicho...

Éste, vil bandido, aunque derrotado nos habla como si necesitáramos consejo, lo cual significa o que se tiene a sí mismo en gran estima o nos advierte de que la gente que tratamos es casi tan peligrosa como el Santo Oficio. Gente sabe cómo se sobrevive ante fisgones, que es por lo que nos han tomado. Además por las palabras deduzco que los libros no son la única mercancía delicada que mueven en la actualidad, y que alguna de esas mercancías despierta interés en otro grupo de rufianes.

En ese momento pronuncio unas palabras en latín...como una frase hecha.

- (palabras en latín)

Por favor, Señor que alguien haya entendido lo que he dicho...

- ¿Y a que oficio pensáis por ventura que me dedico yo? ¿Al del noble arte de tejer paños de seda? No tientes tu suerte con esa lengua porque una cosa es que te dejemos marchar vivo y otra muy distinta que lo hagas entero, mastuerzo.- digo con cierto enfado ante tanta chulería del matón.

No hay cuidado con este... - digo despectivamente, como si el señor Exposito no estuviera presente - no irá con la copla de nuevo a ver a su jefe, habiendo fracaso y contado a sus supuestas víctimas lo poco que sabía para salvar el pellejo... como bien supondrán al verle regresar vivo sabiendo los que pusieron pies en polvorosa que estaba en nuestras manos, se perderá por las callejuelas...

Opino que le dejemos ir, que se esconda como la rata que es - me vuelvo, mirando fíjamente al arrodillado infeliz - eso sí, ten la certeza de que si te vuelves a cruzar en nuestro camino, aunque sea por descuido, te atravesaremos primero con dos pies de acero y preguntaremos después...

Tras estas palabras, permanezco a la espera de lo que decidan los demás, en especial don Alvaro quien al parecer le ha tomado especial cariño a nuestro nuevo amigo.

Miro con desprecio al tipejo aunque en realidad contesto a Don Rodrigo:

- Como vuesas mercedes decidan. Tanto me tiene cruzarle dos palmos de acero ahora que después, aunque en buena lid prefiero dejar ir a esta rata y cortarle el cuello en otra ocasión con más honra que ahora, a ver si para aquella aprende algo más del noble arte y me da algo más de juego...

- No es prudente demostrar este tipo de conocimiento a la ligera. Dudo que este tonto se muestre conocedor de la lengua mater, pero podría relacionarnos con la Iglesia. Que bien pudiera haberse ocupado de haber mandado a agentes bastantes tras esos libros como para conseguirlos de una u otra manera.

Emilio, se muestra sorprendido de tener que emplear el sagrado lenguaje. Mostrar cultura de semejante manera en público es solamente propio del clero, y no deberían delatarse con facilidad, pese a no esperar que Rodrigo supiera hablarla, pese a ser mas las profesiones que por doctas la adquieren para aumentar su propia percepción de ilustración.

- (Latinajos soltados con fluidez)

Emilio, se muestra sorprendido de tener que emplear el sagrado lenguaje. Mostrar cultura de semejante manera en público es solamente propio del clero, y no deberían delatarse con facilidad, pese a no esperar que Rodrigo supiera hablarla, pese a ser mas las profesiones que por doctas la adquieren para aumentar su propia percepción de ilustración.

El tal Rafael aprovecha la primera puerta que le abrís para tomar las de Villadiego con más miedo que otra cosa.

La fria noche sigue haciendose notar. El tipo os ha dejado alguna perla que puede llevaros adelante en vuestra búsqueda pero no demasiado claro ha sido el pisaverde. El siguiente paso está en vuestras manos pero lo que es seguro es que deberá de ser rápido o perderéis al avisado librero.

Haec nox est, de qua scriptum est: et nox sicut dies illuminabitur; et nox illuminatio mea in deliciis meis...* - recito con cierta sorna ante los latinajos de mis compañeros - No es menos verdad una gran enseñanza de un viejo maestro al cuál le era especialmente simpático, llegó a cogerme mucho cariño. Decía siempre: Necio que sabe latín, doble rocín..., jajajaja! - termino alegremente con una carcajada.

Pero dejemos los juegos retóricos para mejor momento. Bien, ¿qué haremos?. ¿Tomaremos como nuestro el adagio "Oculum pro oculo", presentándonos ante el letrado señor Robles para vengar esta afrenta a nuestro honor? - pregunto a todos y a nadie, mientras registro el caído cadáver en busca de cualquier cosa digna de ser robada - Al menos me gustaría ver con mis propios "oculos" ese ejército, para decidir si son rival de nuestro acero y, por cierto - comento, terminando la inspección - que no me agradaría quedarme por estos barrios para dar explicaciones a la guardia, sugiero que vayamos hasta el elegante local de nuestro amigo a echar un vistazo y, si os place, quizá hacerle también una visita.