Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

A golpe de ropera

Cargando editor
07/05/2009, 19:41
Director

Una mirada en lontanaza os revela lo que ya suponíais. La zona está un poco retirada del tumulto y no hay ninguna taberna desde la que podáis observar el lugar.

Por lo que recordáis el convento de Santo Tomás no anda lejos o sea que dudáis que vuestro compañero Ambrosio tarde demasiado.

Cargando editor
08/05/2009, 10:56
Ambrosio de Casares
Sólo para el director

Fray Juan, no podríais entender cuánto me alegro de veros - exclamo en voz baja levantándome de mi asiento, dominado por todas las emociones pasadas - Creemos saber dónde están esos escritos que se nos encargaron encontrar, y quién lo posee. Se trata de un tal Francisco Robles, que regenta un local de juego en la Calle de los Espejos. Ha corrido sangre para traeros esta información..., han muerto hombres, padre - continúo, solemnemente.

Mas no es esto la razón de haber venido aquí en mitad de la noche, tiempo habrá de confesiones y de arrepentimientos, aunque debo decir que en defensa propia hube de batirme..., la cuestión es que el tal Robles en cuestión tiene a su servicio un puñado de hombres que hace imposible la recuperación de los papeles, al menos con las fuerzas que contamos, pues apenas sumamos cuatro espadas. Aunque valerosas, os lo aseguro, no serían suficientes. Allá mis compañeros se quedaron vigilando el local por si hay movimiento, y yo, harto de la inactividad y temiendo perder un tiempo precioso, he decidido venir a veros para informaros y pedir consejo y ayuda.

Dado que nuestro encargo original era dar con el paradero de los susodichos legajos, creo que estará cumplido si en efecto se encuentran en dicho lugar. Lamentablemente, no podría confirmarlo a ciencia cierta dado que las actuales circunstancias nos han impedido confirmarlo por nosotros mismos.

A todas luces nervioso, espero paseando por la sala la respuesta del fraile.

Cargando editor
08/05/2009, 13:32
Fray Juan de la Rosa

El fraile asiente y se levanta.

- En efecto son buenas nuevas y os agradezco que me lo hayáis comunicado. Volved a la citada calle y esperad. Muy pronto tendréis noticias.

Acto seguido te indica la puerta.

Cargando editor
08/05/2009, 18:09
Ambrosio de Casares
Sólo para el director

Gracias, Fray Juan. Volveré junto a mis camaradas, pues - asiento solemnemente, saliendo de la estancia.

¿Se podrá confiar en que nos envíe ayuda? - pienso para mis adentros mientras camino dando grandes zancadas hacia la Calle del Espejo - Espero que sea pronto, la necesitaremos...

Cargando editor
11/05/2009, 10:12
Director

Ha pasado ya un rato desde que se fue Don Ambrosio. La noche sigue calmada y no parece que el tal Robles o alguno de sus escoltas vaya a salir por esa puerta esta noche.

En un rato tendrá lugar el duelo a espada que citó Don Álvaro y no tenéis nada claro como entrar al garito.

Una ráfaga de aire os hace sentir un escalofrío y tras ella llega Don Ambrosio apresurado.

Cargando editor
11/05/2009, 11:16
Emilio de Vizuete y Olmedo

- ¡Ambrosio! Pardiez, decidnos si traéis nuevas ya que no compañía. Que poco queda para marchar a la torre del Moro y esta otra torre cada vez se nos antoja más inexpugnable.

Cargando editor
11/05/2009, 11:50
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Asiento en silencio ante la pregunta de mi compañero.

Cargando editor
11/05/2009, 16:18
Ambrosio de Casares

No se muy bien a qué carta quedarme - comento entrecortadamente, momentaneamente sin aliento por la apresurada caminata - Tan solo me ha dicho que esperemos aquí, y que pronto recibiremos noticias suyas.

No creo que sea buena idea contravenirle, mucho es lo que nos jugamos - digo en un tono algo más calmado - De todas maneras, si la cita que tenemos en la torre es con los esbirros del Robles, quizá sólo sea una distracción para sacar el libro con comodidad lejos de intervenciones inoportunas...

Cargando editor
11/05/2009, 16:52
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Pardiez... Que complicada está resultando esto. La verdad es que no quisiera arriesgarme a desobedecer a nuestros patronos ya la primera noche, pero por otro lado ardo de ira pensando tan solo que me puedan tildar de cobarde por no acudir a mi cita con los aceros.

Me retuerzo inquieto bajo los soportales sin saber a que carta apostar...

Cargando editor
11/05/2009, 17:06
Ambrosio de Casares

Comprendo vuestra inquietud, creedme - la digo a Don Álvaro - Es algo que he estado mascando durante todo el camino..., y no es decisión fácil, me parece a mi. Quizá debiera vuestra merced considerar las posibles consecuencias de una y otra acción, y judgarlas por esto.

Más peligroso y de peor arreglo sería tentar la ira de un hombre de Dios como Aringarosa, que sin duda no descansaría hasta obtener nuestros pellejos como compensación a la ofensa que nuestra desobediencia causara, que llegar tarde a ese duelo, que por demás tiene visos de ser una encerrona.

En el peor de los casos, si fuérais tildado de cobarde, sencillamente podríais aducir "¿Cobarde yo?. Eso no teneis valor para repetírmelo en la torre del Moro...", y volveríamos a empezar donde estamos. Al fin y a la postre, no es como si realmente no tuviérais valor para batiros, incluso creo que lo estais deseando.

Cargando editor
11/05/2009, 18:24
Emilio de Vizuete y Olmedo

- Habed en cuenta don Álvaro que es mejor que os tachen de cobarde pudiendo hundirles la ropera hasta el puño que el que os tilden de necio por haber fracasado y que el gañán donde desquitar vuestra blanca estuviera huido. A buen seguro preferiréis lo primero como bien refiere Ambrosio. Que por cierto- espeta ahora el mozuelo al dueño de la Paca- ¿De qué diantres hablaba el cura? ¿Quiere que sigamos aquí esperando a que por designio divino se llegue a nosotros el libro y su propietario? Si fuese así mejor pudieran haberse ahorrado comprar nuestro tiempo. Ahora bien, que lo que sugerís de esperar aquí en lugar de en la Torre del Moro a que salgan es un buen plan. Si no fuera porque eso indica que sabían de nosotros bastante antes de llegar a la taberna, claro.

Se gira y vuelve a vigilar la entrada al tugurio que regenta el de Robles, mientras piensa en voz alta:- Cuando todo esto termine, ya me encargaré yo de que el calor que nos está faltando esta noche lo conozcáis bien de primeras en la casa de María la Verdulera. Iban sus mercedes a tener bien claro porqué la llaman así no trabajando en el mercado.

Cargando editor
11/05/2009, 19:17
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Miro azorado hacia el final de la calle antes de contestar:

- Buena razón tenéis ambos... Me temo que mi acero ha de esperar para batirse y, como bien explica Ambrosio, mejor no tener a la Santa Inquisición reclamando mi pellejo, porque a esa no la he de poder desafiar a duelo.

Y sin embargo no deja de provocarme desazón la idea de no poder cumplir mi palabra y cruzar esos aceros. ¡Maldita sea! ¡Seguro que por no batirme con uno mañana me tendré que batir con media docena para callar bocas! Mas... ¡que gran historia sería! Don Alvaro batiéndose en duelo con todo aquel que ose decir que fue por cobardía su falta de presencia... Estas pequeñas tonterías que cruzan por mi mente hacen que mi rostro taciturno encuentre una pequeña sonrisa en la que apoyarse. ¡Batirse a muerte por defender el honor! ¡Esa es la solución!

Cargando editor
11/05/2009, 22:42
Rodrigo de Rivas

No os preocupéis que de batirse ya habrá tiempo, mi decisión como hombre noble que soy sería la de servir a la Santa Madre Iglesia y a su brazo armado, mas no dudaría después en ir a buscar al rufián para solventar cuentas en la misma noche, antes de que le de tiempo a decir nada, y acallar los futuros rumores.

Con esto quiero decir que he deducido de las palabras de nuestro amigo que el cura  que algo interesante va a ocurrir dentro de poco, y que merece la pena invertir tiempo aquí.

Sin embargo...

Sin embargo hay una posibilidad que he pensado, y es que los rufianes sean amigos de Robles, y que no sea precisamente un duelo de uno, sino una emboscada, tal vez podríamos evitar dicha emboscada y sacar información de alguna víctima. Esto, claro está suponinedo, que sean rufianes del Robles, que estén emboscados y que además sean vencidos.

Demasiadas condiciones, pero debía decirlo...

Cargando editor
12/05/2009, 12:12
Director

Pasáis unos minutos más hablando de lo humano y lo divino. Empezáis a impecientaros. Según Fray Juan os toca esperar aquí hasta que algo suceda pero no tenéis muy claro que ese algo vaya a suceder.

De pronto, un escalofrio os recorre el cuerpo, la noche madrileña está empezando a entrar en vuestros huesos. Pareciera que cada ráfaga de aire martilleara vuestros huesos, es más, alguno incluso escucha firmemente el martilleo.

Un momento. Pronto el martilleo que creiais oir se transforma en el ruido de unas pisadas; cada vez más cerca. Vienen por la calle donde tuvisteis la reyerta.

Os manteneis alerta un instante más, ocultos como podéis entre las sombras. Vuestra espera concluye cuando un grupo de hombres encabezados por Fray Juan dobla la esquina.

Se trata de un grupo armado a todas luces el brazo laico de la inquisición.

Cargando editor
12/05/2009, 19:22
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- ¿Refuerzos?- pregunto ingenuamente mientras miro a Ambrosio - Pues no nos vienen nada mal...

Sin embargo mi mano reposa sobre el puño de mi espada, intranquilo.

Cargando editor
13/05/2009, 14:43
Ambrosio de Casares

Fray Juan - susurro adelantándome para acercarme a él, aparentemente sin ningún temor - No teneis idea de lo agradable que nos resulta veros de nuevo en tan buena compañía..., y tan raudo! Debo felicitaros.

Y bien, ese es el lugar. Sospechamos que nuestros intereses se encuentran en el piso de arriba, así como también que estarán bien custodiados con espadas y pistolas, como ya os he comentado.

¿Cuáles son vuestras órdenes?. ¿Entraremos sin más por esa puerta?..., hemos buscado, pero no parece haber otro acceso desde el exterior.

Cargando editor
13/05/2009, 15:36
Rodrigo de Rivas

¿Aquí la Inquisición? Qué, me pregunto, le habrá dicho Ambrosio para que traigan a los familiares...

Miro la espada, en su vaina desde el altercado de antes, presiento que pronto habrá de volver a salir.

No queda sino batirse...espero no recibir demasiado, ni que armemos mucho alboroto. ¡Oh. Señor! ¡Haz que todo sea rápido y sencillo!

No sabía, Don Ambrosio, que hubierais pedido refuerzos para nuestro amigo el teutón, mas estos siempre son bien recibidos...

Cargando editor
13/05/2009, 16:01
Ambrosio de Casares

Amigo Rodrigo, como las mejoras cosas que la vida tiene a bien ofrecernos, sin pedirlos han venido ellos solitos - susurro a Don Rodrigo, en respuesta - Quizá Fray Juan, al considerar la situación, pensó que no nos valdríamos por nosotros mismos y que nos vendría bien la intervención "divina" de unas cuantas roperas más, ¿quién sabe lo que pasa por la mente de un fraile?

Cargando editor
15/05/2009, 03:03
Emilio de Vizuete y Olmedo

Emilio, algo turbado por el despliegue, opta por mantenerse a un aparte donde ya se hallaba.

- Batirse en duelo es una cosa, pero una batalla campal- niega con la cabeza, conversando consigo mismo- Que los veteranos hagan lo que bien saben, que aquí el Emilio bien prefiere otros problemas. Pues una cosa es tener solventar que problemas y otra buscarlos cuando bien pueden dar cuenta otros de ellos.

Habiéndose alejado sus recién conocidos compañeros, poco puede hacer por darles este buen consejo en algo que mala espina le está dando al joven granuja.

Cargando editor
18/05/2009, 15:37
Fray Juan de la Rosa

El fraile asiente a las palabras de Don Ambrosio y pronto hace una señal con la mano a los que le acompañan.

Uno de ellos se acerca a la puerta, mira al fraile y tras la venia del último golpea tres veces la puerta con la mano abierta.

- ¡Tenganse al Santo Oficio! - grita mientras golpea.

Durante unos momentos de incertidumbre no pasa nada. El fuerte hombre se dispone a volver a golpear pero el sonido de unos cerrojos le hace detenerse. Tras la puerta el vigoroso teutón mira asombrado como los leales hombres pasan frente a él y se dirigen hacia el piso inferior: el garito.

Tenéis la puerta abierta frente a vosotros.