Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

La casa de las muertes

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24/03/2010, 22:53
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Alvaro no se detuvo. Dejó el manojo de llaves sobre la mesa de la cocina y con la nueva toledana en la mano comenzó a descender por la escalera de la trampilla mientras hacía un gesto a sus compañeros para que se mantuviesen en silencio. Que allí se tramaban cosas terribles ya no era un secreto, y las llamadas al Señor del Averno no podían ser objeto de confusión o duda.

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25/03/2010, 09:23
Rodrigo de Rivas

Escuchando esas terribles palabras en el idioma de nuestra Santa Madre Iglesia intercambio una mirada con el fraile, como conocedor del idioma en cuestión. Me llevo la mano al cuello y reproduzco un gesto de entrar a degüello para no dejar adorador de satán con sangre en el cuerpo. Siguiendo en silencio a Don Álvaro, quien es el que más redaños le ha echado al asunto por bajar el primero, preparo la pistola en la mano izquierda. Que no es, vive Dios, la mejor mano para estas cosas, pero siempre será mejor tener el arma en esa mano a no tener arma.

No debes olvidar, Rodrigo, que los rufianes de ahí fuera avisaron de que veníamos, y aquí nadie ha salido a recibirnos...

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25/03/2010, 12:34
Ambrosio de Casares

Vamos Ambrosio, que la fe empieza donde acaba el orgullo... - pienso para mi, santigüandome rápidamente con un gesto que, hasta hace poco, me era impropio.

Comienzo a bajar la escala, teniendo buen cuidado de no hacer ruido con la guarda de la ropera, que llevo empuñada, contra la madera.

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25/03/2010, 18:55
Emilio de Vizuete y Olmedo

Emilio indica a Fray Juan que les siga, en silencio, tal y como Álvaro señaló antes de adentrarse en el sótano. Con un último vistazo hacia el trecho que llevaban recorrido de la siniestra casa, rematado al final por la puerta cerrada que les diera acceso a la morada del mal. Rogó a Dios que no fuera necesario traspasarla a la carrera en aras de salvar el pellejo, tal vez el alma.

Por no quedarse atrás ni mostrar menos redaños que aquellos que le precedían, Emilio les siguió con paso cuidadoso, escudriñando en las sombras.

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26/03/2010, 10:14
Director

Comenzáis a escuchar el cántico cada vez más claramente conforme avanzáis escalera abajo y el joven fraile de la Rosa comienza a mostrar signos de un poderoso nerviosismo que sacude su cuerpo. Mientras tanto, fuera, arrecia la lluvia y resuenan los truenos que iluminan a intervalos el interior de la casa, a la par que un ululante viento penetra por algún lugar, pues sentís una helada corriente de aire que proviene de la semioscuridad de abajo.

Oscuridad que no dura demasiado, sin embargo. Pues apenas habéis bajado la escalera y recorrido un corto pero estrecho pasillo que acaba en un recodo, al girar el mismo veis una abertura —pues difícilmente puede denominarse a esas estrecheces como puerta—, iluminada por un resplandor, que se abre al sótano de la casa: una estancia amplia, que se ubica debajo de la planta de la construcción, teniendo sus mismas dimensiones. El techo —relativamente alto para un sótano— está sostenido por gruesas vigas de madera y reforzado por alguna que otra columna de piedra. Pero lo importante se desarrolla en el centro de la estancia, dónde podéis distinguir a la titilante luz de las antorchas dispuestas por todos lados y de una gran hoguera central un grupo de personas alrededor de lo que parece una mesa de madera, un atril del mismo material, un barril abierto apartado del fuego y un enorme pentáculo, rodeado por un círculo, velones de sebo encendidos y símbolos cabalísticos. En el aire se respira un profundo olor acre, que cala hasta lo más hondo de la garganta.

Sobre la mesa y amarrada mediante correajes se encuentra inmovilizada y amordazada una joven. Parece dócil ante sus captores.

El siniestro grupo está compuesto por dos figuras que llevan a cabo el ritual, mientras que el resto y más alejadas del grupo central son cuatro embozados como los de la puerta que se hallan simplemente como fuerza de seguridad, aunque lanzan miradas nerviosas al truculento espectáculo que se desarrolla en la sala. Las dos figuras centrales llevan echadas sendas capuchas de hábitos negros sobre sus cabezas.

[...]
"Rex maximus, dud ponticius glorificamos et in modos
copulim
Adoramos te
Satan omnipotens in nostri mondi.
Domini agimas Iesus nasareno rex ienoudorum
In nostri terra Satan imperum in vita Lucifer ominus
forbitus
Obsenum corporis dei nostri satana prontem
Reinus Glorius en in Terra eregius
Luciferi Imperator omnipotens
Salve Satanas, Salve Satanas, Salve Satanas."

Continúa el cántico alrededor de la muchacha mientras una de las figuras, la más menuda de las dos, se acerca con una daga en alto hacia la mesa central donde descansa la muchacha.
 

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26/03/2010, 13:08
Ambrosio de Casares

Perdonen vuestras mercedes las molestias... - digo tranquilamente, dando un paso dentro de la estancia - Les traigo un recado de su Señor Satanás... - añado, avanzando otro paso hacia la mesa - Me manda decirles que hoy no podrá venir, por lo que parece está ocupado con unos trámites administrativos, ya se sabe cómo está la burocracia en estos tiempos...

Sin embargo, si lo desean, gustosamente les ayudaremos mi amiga "La Flaca" y yo a reunirse con él... - termino, con tono de amenaza, haciendo brillar la toledana a la luz de las antorchas y esperando que la sorpresa sea suficiente para detener el puñal del encapuchado, y midiendo la distancia para abalanzarme sobre él en caso de no serlo.

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26/03/2010, 20:03
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Por un momento la escena me pone los pelos de punta y siento un miedo como el que no sentía desde que de chaval, en mi primera batalla, vi a lomos de sus caballos a guarnición enemiga dispuesta a aplastarnos sin ninguna duda en cuanto sus tambores redoblaran para el ataque. Siempre he pensado que lo sobrenatural mejor que se preste lejos y no puedo reprimir la ansiedad que me produce la gente que dice poder pactar con el demonio.

Y en ese mismo momento la voz del buen Ambrosio me devuelve a la realidad. Lo que tenemos delante no son dos magos capaces de invocar al demonio sino dos diletantes con menos valentía que seso todavía, que pretenden hablar con el demonio pero deben procurarse matones de tres al cuarto para que protejan sus culos mundanos. La frase de Ambrosio ha roto el hechizo que nunca existió: este lugar es tan sórdido como la peor de las tabernas y nuestros oponentes no son más que eso: enemigos a abatir como en cualquier otra guerra. ¿A qué debe temerse sino al acero bien usado?

La toledana que cogí en la sala superior saca su brillo ante las velas y añado a lo dicho por mi compadre, mirando fijamente a los matasietes que ejercen de niñeras:

- Señores: sean sensatos. Están ustedes protegiendo a unos locos sobre los cuales pesa la excomunión de la Santa Iglesia y la propia Inquisición quiere sus cuellos. ¿Les han pagado tan bien que piensan arriesgar sus vidas primero y sus almas después a expensas de que maten a una chica inocente que no pueden defenderse? En Flandes he visto perros con más hombría que sus señores...

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28/03/2010, 23:22
Rodrigo de Rivas

La situación me deja boquiabierto. En primer lugar por la endiablada y repugnante visión que mis ojos contemplan. Dos hombres de nuestra patria adorando al Diablo y a punto de sacrificar a una joven, que tal vez incluso sea doncella, para satisfacer la cruel voluntad de su Señor. No adoran a otro Dios o tienen un culto hereje, sino que adoran al declarado enemigo de Dios. Y eso es algo que merece las llamas de una hoguera y el catigo eterno, sin lugar a dudas.

Eso, suponiendo que les deje con vida...

Pero más sorprendente aún, si ello es posible, es la actitud de Ambrosio, sacada de una las tablas de una comedia. Chulea a los satánicos y a sus guardaespaldas, y su actitud intimidatoria -unida al hecho de que Álvaro parece seguirle el juego- me hacen reprimir mis primeras intenciones, que eran abrirle la cabeza al más cercano con la pelota de plomo. Pero al nueva posibilidad, aunque cierto improbable, de solucionar el asunto sin luchar me hace contener mi acción. Pese a todo no dejo de empuñar la pistola, ésta vez con la diestra.

Notas de juego

Me meo de risa, ¡ay! que me meo...XD.

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30/03/2010, 08:32
Director

Cuando Don Ambrosio entra en el circulo de luz creado por las grandes velas de sebo y la hoguera, los asombrados guardianes se miran incrédulos ante la inusual perorata del juglar. Acto seguido reaccionan y se lanzan jadeantes hacia vosotros.

Los embozados se plantan con sus roperas desnudas ante vosotros y las mueven esperando vuestra reacción. Mientras tanto, los encapuchados desatan a la joven de sus ligaduras, prestos a seguir con el ritual, totalmente abstraídos del mundo físico y sin apercibirse de lo que acontece a su alrededor.

Notas de juego

Comienza el baile de las toledanas. Ya sabéis como va esto, ¿verdad?

Todos los embozados tienen velocidad 12 y son 4 (uno para cada uno). Como os dije la última vez hacer las dos acciones si queréis y en caso de acertar el ataque tirar directamente el daño. Si luego os paran el envite ya me encargo yo de ajustar. En las narraciones no supongáis que por haber acertado vuestro ataque será exitoso porque ellos pueden pararos. Si vosotros no me decís cual será vuestra segunda acción y tampoco la efectuáis yo entenderé que queréis utilizar una defensa en el caso de que os acierten. En el caso de que no sea así (no os acierten) os permitiré después ejecutar la acción sobrante.

@Álvaro: La espada que cogiste, a efectos de juego, proporciona un -1 Velocidad pero compensa con un +1 al daño. Tu eliges si utilizar ésta o la tuya.

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30/03/2010, 08:45
Fray Juan de la Rosa

Entre tanto, fray Juan de la Rosa, totalmente fuera de si, comienza a elevar lo que parecen ser unas plegarias en latín en contestación al tenebroso cántico de los dos encapuchados, mientras se acerca a ellos al margen de lo que será vuestro combate con los embozados.

—Ignis et flamma omnia expurgabunt.

Ambos encapuchados se vuelven hacia el joven fraile y uno de ellos retira su capucha, dejando caer de la Rosa sobre su cabeza un pesado atizador de metal que había cogido de la hoguera, haciéndole caer de bruces, sangrante y en apariencia desvanecido: se trata de Francisco de Ayala.

Mientras, la otra figura —que permanece encapuchada— comienza a forcejear con de la Rosa, continuando ambos con sus cánticos en latín y otros extraños dialectos ininteligibles.

Notas de juego

Un agradecimiento público a Mancuspia por su inestimable ayuda con el latín.

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30/03/2010, 22:36
Ambrosio de Casares

¿Que el fuego y la llama expugnan...?, diantre, padre, ¿cree que hay tiempo ahora para "expugnas"... - pregunto medio atontando, fallando la estocada que pretendía alargar la sonrisa de mi oponente - SEÑORES, QUE NOS MATAN AL FRAILE!! - añado a voz en grito, cuando por el rabillo del ojo veo a los dos que se le echan encima.

- Tiradas (1)

Notas de juego

3+2+5 total 10. La otra acción la reserva Ambrosio para detener y si no hace falta, pues ya veremos, seguramente le tirará otro tajo por ver si termina pronto y puede ir a socorrer al pobre Fray Juan, que falta le hace.

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31/03/2010, 02:34
Emilio de Vizuete y Olmedo

La moza en apuros, por despreocupada que pueda mostrarse, llama al instante la atención de don Emilio. Por lo pronto ha de abrirse paso entre tanto hierro desnudo antes de llegarse a desencantar a la que seguro es víctima de la nefanda influencia de algún conjuro. Arrojo por delante y toledana detrás, ambos van a parar de corrido al muslar de un embozada, que buscándole las corvas espera dejar por los suelos con el fin de hacerse hueco deprisa, no sea que el casto fraile lleve más gloria en este lance que la que para sí pretende el goliardo.

- Tiradas (2)

Notas de juego

Un ataque completo. El +4 al ataque ya está aplicado en la dificultad, por ir más deprisa.

Piernas: 3 Puntos de daño - sus botas, de tenerlas.

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31/03/2010, 11:15
Rodrigo de Rivas

¡Al cuerno!

¡Bang! Suena en el sótano, el sonido se propaga por la estancia y retumba en las paredes mientras la pelota de plomo le entra al rufián por el pecho, que en un instante se mancha de rojo. Eso acaba de equilibrar la balanza a nuestro favor. ¡Mejor! Menos estocadas que repartir y menos que recibir. Inmediatamente desenfundo la temeraria y alzo la punta, dispuesto a parar todo lo que me lance el mercenario.

¡Lo veo, Ambrosio, lo veo! ¡Y fíjese quién está ahí! ¡Señor Ayala al final he decidido alojarme en esta humilde morada! ¿le importa?

- Tiradas (2)

Notas de juego

¡Qué poco ha faltado para ese crítico! Al ser cerca cojo el 4+1= 5 de daño que se traga sí o sí. La otra acción pues en parar por si me ataca, que eso sí puedo hacerlo, ¿no?

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04/04/2010, 18:11
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- ¡Ya dije yo que esto no era menester de frailes sino de tiradores!- maldigo agriamente mientras lanzo una estocada a mi enemigo con la nueva espada que me he encontrado.

Mi filo busca el gaznate de ese desgraciado flirteando con su propio acero.

- Tiradas (4)

Notas de juego

Ataque completo (doble estocada) contra mi oponente. ¡A muerte y rapidito que la cosa está caliente! :D

Ups. Desmarqué lo de desglosar porque vengo de otra partida y me lié... Si acierto tira tú Sharak para ver donde le pego.

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07/04/2010, 18:02
Director

Las espadas ya están desnudas y vuelan de un lado al otro buscando la muerte de los rivales que ahora se baten en el sótano de la llamada Casa de las Muertes. Hoy hará honor a su nombre pues no todos sobrevivirán a semejante lance.

El primero en lanzar la ropera es don Ambrosio. Su oponente trata de interponer la vizcaína que sujeta en la siniestra pero yerra y el tajo de don Ambrosio va a alojarse en la rodilla de su oponente. Éste aprovecha que Ambrosio se agacha para lanzar un tajo cruzado que hace sangrar uno de los pómulos del bravo juglar.

Don Emilio tiene menos suerte. Al igual que su compadre lanza una estocada que se aloja en el bajo vientre del goliardo que emite un oclusivo sonido de dolor.

La bala ha golpeado sobre el pecho del adversario del caballero de Santiago haciéndole retroceder un paso mas no ha sido eso suficiente para evitar el lance del valentón. La intentona se queda corta y don Rodrigo sólo tiene que colocar tímidamente su blanca para que la de su adversario choque contra ella evitando así la estocada.

Don Álvaro hace dos rápidos movimientos alojando sendos tajos sobre los costados de su adversario. El movimiento de la vizcaina de éste no ha sido suficiente para contrarrestar la habilidad del duelista. Un exceso de confianza le hace sufrir un fuerte golpe en la pantorrilla producto de un sucio barrido del embozado.

Por otra parte el fraile de la Rosa sigue pugnando con el otro encapuchado permaneciendo el primero en el suelo sangrando abundantemente por la cabeza. El fraile consigue someter en parte a su par y se encuentra sobre el lanzando sus puños sobre la cabeza del otro que poco más puede que poner sus antebrazos para evitar males mayores.

 

- Tiradas (14)

Notas de juego

Ambrosio vs Embozado 1: Pierdes 6 - 1 (sombrero) = 5 puntos de vida

Emilio vs E2: El embozado tiene +2 al daño por el ataque completo. Pierdes 7 puntos de vida menos tu protección de armadura si la tienes (no lo encuentro por ningún lado). Sea como fuere pierdes más de la mitad de los tus puntos de Brios luego has de hacer una tirada por tu valor sin modificar de Brios o caer aturdido un turno (-3 a tus acciones)

Rodrigo vs E3: Ileso. El disparo entra en el pecho y el coleto (protección 2) protege la mitad por tratarse de un arma de fuego.

Álvaro vs E4: 4 puntos de daño (3-2+5-2 por la protección del coleto de cuero). He utilizado la parada que ganas con Aumentar número de paradas para intentar parar el ataque del embozado, sin éxito. Por cierto, la localización de daño no se tira, se utiliza el resultado sin modificar del dado de daño para saber donde se golpea y los ataques (salvo los de las armas de fuego) mejor sin desglosar pues lo que nos interesa no son los resultados individuales de los dados sino su suma. En el caso de las armas de fuego si influye el número de 6 que se obtienen.

El estado de los embozados es el siguiente:

  • E1: 2 puntos perdidos
  • E2: 2 puntos perdidos
  • E3: 4 puntos perdidos
  • E4: 4 puntos perdidos

Recordad que en este nuevo asalto todos los que tengáis la ventaja espadachín tenéis un +1 a vuestras paradas. Los embozados tienen Esgrima con espada y daga con lo que pueden hacer una parada adicional por turno (con la daga) por eso os han hecho una parada y un ataque completo.

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07/04/2010, 22:45
Rodrigo de Rivas

Envalentonado por mi éxito inicial, fruto del arma de fuego y la sorpresa creada, dispongo el acero para el ataque, no sin ignorar la cuchilla que maneja el hideputa con la izquierda. Así pues opto por atacar con cautela, como dictan las normas de la esgrima, así que lanzo una puntada hacia delante, contra el ya herido pecho de mi oponente. El golpe es certero pero el movimiento me deja demasiado expuesto y desciendo, con temor, el filo para detener el inminente envite.

¿Dónde andarán los holgazanes de la corchetería?

- Tiradas (3)

Notas de juego

Belleza, Nobleza y Riqueza esas son mis ventajas. Me van a coser a puñaladas. Menos mal que tengo esgrima a 17. Nada ni con eso. Me voy a tragar uno o dos dedos de acero.

¡Ah! No, espera que no sé porqué tengo en Notas puesto parada 13, Director mira eso, aver si me salva. :)

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08/04/2010, 19:12
Ambrosio de Casares

POR LAS BARBAS DEL PROFETA...!! - exclamo indignado - Y EL SOMBRERO ERA NUEVO...

Mirando con rabia la mano manchada de sangre proveniente de mis mejillas, embisto como mejor puedo a mi oponente, aunque la estocada no es demasiado efectiva.

Preparo la ropera para detener su acero, pero la rabia me ha hecho desequilibrarme y dejo la guardia demasiado abierta.

- Tiradas (3)

Notas de juego

Tiene como ventaja Incrementar el daño en +1 (nivel 1), por lo que supongo que el daño es 4.

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10/04/2010, 14:27
Alvaro del Monzón y Rodriguez

- Mal habéis hecho bribón, pues ahora me voy a enfadar de verdad.

Como siempre pasa cuando en estas lides estamos metidos no siento ningún miedo: en demasiadas ocasiones he mirado a la Parca a la cara y si hoy es el día que debo encontrarme con ella podré decir, gustoso, que mi muerte ha sido derivada de ayudar a los oficios del Bien Superior, no en una reyerta de borrachos. Diantres, que hasta para morir hay que tener un cierto estilo.

Por el rabillo del ojo veo que mis compadres lo llevan como pueden. ¡A degüello vamos! Mi hoja surca certera el aire buscando un punto donde este malvado no pueda detenerla. Reconozco un buen contendiente y me alegra saber que si salgo vivo podré reclamar con orgullo haberme ganado el pan (y buen vino). Si salgo con las piernas por delante... ¡al menos tendré la honra de morir ante un contendiente con nivel y no en un callejón por una estocada a traición!

- Tiradas (5)
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11/04/2010, 02:50
Emilio de Vizuete y Olmedo

La hoja entra y sale con limpieza de las tripas del goliardo, dejando señal de su paso firmado con la sangre roja del muchacho.

Con los ojos muy abiertos y la siniestra tapando el reciente agujero que arde a rabiar en su vientre y su orgullo Emilio templa la diestra y arremete de nuevas. Su oponente le supera en destreza y armas, pero aún no ha hecho por callarle la lengua, que suelta y desmedida increpa al rufián de maneras arrogantes.

- Pensaba permitiros salir de esta con poco más que unas cicatrices y mucha prisa, pero más me voy a dar ahora que habéis tenido tan mal gusto de provocarme. Serán tres cuartas de este hierro las que se lleguen a vos antes que el alguacil Rodrigo Castro y la corchetería se lleguen por las escaleras a este sótano. Y como no es por ganas y si por tiempo vámonos a ello.

Una vez más acompaña de embuste y bravatas la estocada, buscando unas mermar los ánimos y la otra, las carnes. Dolido de la mojada recibida le fallan las fuerzas y queda corto al usar la blanca, quedando que pueda más su mentira negra.

- Tiradas (2)

Notas de juego

No veis la protección, porque Emilio no es al uso de cubrirse en ellas.

Al menos el mozuelo tiene aguante, que falta le ha hecho.

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11/04/2010, 10:28
Director

Las tornas se están volviendo. Lo que parecía ser un ventajosa ofensiva vuestra se ha convertido en una fuerte contrarresta de los embozados que parecen ser más diestros de lo que aparentaban.

Don Rodrigo lanzan una certera estocada sobre su par pero este resiste fuertemente interponiendo su blanca. Antes de que Don Rodrigo pueda salir de su asombro la vizcaína del lindo marca la pantorrilla del noble en notable aviso. Una maliciosa sonrisa se dibuja en el rostro del embozado. A avanzado un paso y ahora está cara a cara con Don Rodrigo.

Menos suerte tiene don Ambrosio. Su ropera y la de su adversario se cruzan en el aire y cada una de ellas atina en su destino con peor suerte para Ambrosio que para su par. Una cuarta del acero del matasiete se a alojado en el bajo vientre del juglar haciendo que su camisa se tiña de rojo.

El que mejor suerte corre es Don Álvaro. Un par de rápidas estocadas son suficientes para mandar al embozado a criar malvas sin que éste pueda decir nada en su defensa. Un certero golpe en la cabeza hace tambalear al lindo y otro en la rodilla de hacen doblar sin fuerzas para volver a levantarse.

La espada del valiente goliardo se zarandea sin tino. El golpe anterior ha sido muy fuerte y aunque parecía que no había afectado demasiado al bueno de Emilio sus movimientos no son todo lo certeros que debieran. La consecuencia es una cuarta de acero del lindo que viene a teñir la camisa de don Emilio en su costado izquierdo.

Por otra parte, el fraile sigue batiendose a puñetazos con el compañero de el buen Francisco de Ayala. Si bien antes el fraile parecía tener las de ganar ahora es el encapuchado el que arrastra al pobre Juan hacia la hoguera agarrado del cuello.

- Tiradas (12)

Notas de juego

Os hice trampas el turno anterior. Las paradas con la daga se hacen con la habilidad de parada de la daga, no con la del arma de esgrima como yo hice. Los lindos tendrían 7 en parar en lugar de 9. Realmente da lo mismo porque no pararon ninguno (bueno, uno si paró pero me hice trampas a mi mismo y conté como si no parara) pero os lo hago saber para vuestra información sobre las reglas. Ahora los embozados tienen parada 10 con la ropera (9 + 1 espadachín) y 8 con las vizcainas (nuevamente 7 + 1 del espadachín).


Orden de resolución de acciones: Rodrigo, Embozado 1, Embozado 2, Álvaro, Ambrosio, Embozado 3, Embozado 4, Emilio

Rodrigo: No encuentro la razón para que tengas parada 13 en lugar de 12. Puede darse el caso de que tengas un arma personal pero esta da un +1 al Esgrima (con lo que tendrías 18) y ni aún así llegas a la parada 13 (con 18 de Esgrima también se obtiene parada 12).
Embozado 3: Defensa completa y entra a combate cerrado. Ataque con la daga en combate cerrado. 1 punto de daño que absorbe el coleto de cuero de Don Rodrigo.

Embozado 1: Ataque completo (+2 daño) y parada con la vizcaína. Daño 7 - 1 (camisa) = 6.
Ambrosio:
Estás a bríos 0. Tienes que hacer todos los turnos una tirada de Voluntad para seguir consciente y poder actuar. Además, como tienes menos de bríos 3 todas tus habilidades se reducen a la mitad. Si pierdes 3 puntos de vida más tendrás que hacer además una tirada de bríos cada 6 turnos para evitar morir. Si llegas a tus bríos negativos, Ambrosio muere. Tu habilidad de 16 a la mitad resulta ser 8 con lo que tu ataque entra de igual modo. Daño: 3 - 2 + 1 (incremento de daño) = 2

Embozado 2: Ataque completo (+4 habilidad). Daño 5.
Emilio: Estás a bríos 0 también. Aplica las mismas reglas que Ambrosio.

Álvaro: Daño ataque 1: 6 + 2 (ropera) +1 (nueva ropera) - 1 (sombrero) = 8; Daño ataque 2: 1 + 2 + 1 - 1 = 3
Embozado 4: Ataque con ropera. Defensa con ropera. Defensa con vizcaína. MUERTO.