Partida Rol por web

Ars Diavoli Et Literari

Otro cadaver al desayuno...

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19/02/2010, 12:58
Director

Atravesáis la reja que hace las veces de puerta al complejo carbonero.

Un aire viciado reina en la estancia destacando sobre él un pequeño recuerdo del olor del carbón que se utilizaba otrora en el lugar. El suelo, que en su día fue de piedra, ha perdido gran parte de las losas que lo recubrían y ahora permite seguir las huellas hacia una escalera que se dirige a un piso inferior. En el piso superior hay un par de habitaciones con las paredes medio caídas.

Notas de juego

Desmarcad a Emilio en los siguientes mensajes, por favor

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19/02/2010, 13:03
Manuel Comino

El muchacho se acomoda tras los matorrales y saca un pellejo de debajo de su raída capa.

Es buen vino este. Prestado de una de las mejores tabernas. ¿Quieren probar? —dice mientras os ofrece el pellejo de vino.

Notas de juego

Mensajes sólo para el director, por favor.

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19/02/2010, 13:06
Fray Juan de la Rosa

El fraile alarga el brazo y coge el pellejo de vino con presteza.

¿Prestado decís? —sonríe— Mejor servicio hará a la iglesia que vos, zagal.

Tras dar un largo trago le ofrece el pellejo a Don Emilio.

Bebed, don Emilio, el camino ha sido largo y debéis de estar sediento.

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20/02/2010, 00:48
Ambrosio de Casares

Levantando la mano izquierda para rogar a mis compañeros que no hagan ningún ruido, saco mi acero lentamente con la derecha, señalando con la cabeza la escalera de bajada.

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20/02/2010, 01:22
Emilio de Vizuete y Olmedo
Sólo para el director

- Con gusto lo haría pater si no hubiera de tener la mente despejada. Guárdenme un poco para más tarde, que no seré yo quién haga feos a caldo alguno que haya parido la tierra.

Emilio decide tomarse a cuenta el consejo último que dirigiérale Ambrosio. No está de más pues desconfiar de la tentadora jofaina que el padre Juan no dudado en aceptar. Con un ojo en sus acompañantes y otro en derredor, ve pasar el tiempo y a su compaña llegarse adentro del sucio y destartalado edificio en el que buscan indicios del diablo.

Notas de juego

Según el texto de Ambrosio, el grupo de la carbonería se llevaba a Fray Juan a lugar seguro. Si el lugar seguro es junto a Emilio y al tal Comino, bienvenido sea. Y si hay que corregir, corregimos.

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20/02/2010, 17:49
Rodrigo de Rivas

Asiento con la cabeza a Don Ambrosio y desenvaino yo también la espada que amntengo en la diestra mientras sujeto la pistola con la izquierda, es la mano más torpe, pero prefiero tener el acero en la mano hábil, por si hubiera que parar filos ajenos. Amartillo la pistola con un crac, y bajo las escaleras paso a paso, hierro por delante.

No sé, con tanto olor a carbón no termina de convencerme la idea de llevar el arma de fuego, por si acabamos asados al completo.

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24/02/2010, 19:11
Director

Avanzáis escalera abajo durante unos instantes. La escalera desciende apenas veinte peldaños y os encontráis en lo que debieron de ser los sótanos de la carbonería. Aquí el aire es más frio debido a la tremenda humedad que acumula el lugar. Un pequeña abertura en una de las paredes, probablemente producto de los años, deja entrar la tenue luz del exterior.

Avanzáis un par de pasos y el sonido de una puerta de reja al cerrarse detrás vuestro os sobresalta.

Sin duda se merecen vuestras mercedes su destino por lerdos y confiados —dice una voz detrás de la reja que ahora obstruye la escalera que permite la salida del sótano—. Es una lástima que vayan a perderse el espectáculo habrá de llegar con la noche en la Casa de las Muertes.

La figura, de corta estatura, permanece cubierta por la oscuridad un instante antes de soltar una carcajada y salir corriendo.

Notas de juego

Recordar desmarcar a Emilio.

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24/02/2010, 19:25
Fray Juan de la Rosa

El fraile se encoge de hombros antes de volver a empinar la bota para echar otro trago.

Bueno, vuestra merced se lo pierde. Tomaré yo su ración.

Notas de juego

Recuerda: sólo para el director.

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24/02/2010, 19:26
Manuel Comino

La calma reina durante algunos instantes. La fría noche cada vez está más cerca y la lluvia amenaza con no contenerse un instante más.

Después de un corto espacio de tiempo alguien sale corriendo de la carbonería. No es alguien conocido, pero a juicio fugaz, se trata de un muchacho de no más de dos decenas de años.

Manuel Comino se levanta rápido y, dejando todo como está, sale corriendo tras él.

¡Eh, tú! —grita antes de perderse en el bosque camino a la ciudad.

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24/02/2010, 23:10
Alvaro del Monzón y Rodriguez

No puedo reprimir una carcajada al darme cuenta de la situación:

- ¡Por todos los infiernos! ¡Y mira que estaba seguro de que algo así pasaría!- me acerco a la reja para ver si alcanzo a vislumbrar a nuestro enemigo que, cual malo de opereta, nos ha dejado encerrados - ¡El demonio lo lleve! Sólo espero que Emilio y Fray Juan estén atentos a la jugada.

Miro a mi alrededor, intentando acostumbrar mis ojos a la penumbra, en busca de cualquier posible salida de este embrollo.

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25/02/2010, 21:47
Ambrosio de Casares

ES UNA BURDA ENCERRONA, CUIDADO AHÍ FUERA, SOCORRO, AYUDA - me desgañito aferrado a los hierros de la verja, tratando de que mi aviso llegue a nuestros compañeros en el exterior.

Luego me vuelvo hacia el hacia Álvaro y sonrío al oír sus alegres carcajadas.

No estaría de más que echaran un vistazo vuestras mercedes por ese lado, por ver si alguna salida encontraran...- añado, con la vista y el tacto ocupados en encontrar algún mecanismo o cerradura que pudiera ser manipulado.

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26/02/2010, 09:54
Emilio de Vizuete y Olmedo
Sólo para el director

Emilio no se entretiene en miramientos. Al salir Manuel Comino a la carrera en pos del desconocido, Emilio sale en pos del Comino sin darle demasiado margen, quedando atrás, bota en mano el padre de la Rosa con poco más que hacer que aprovechar la boca abierta media cuarta para regarla con otro chorrillo del vino al que ya había dado buen tiento.

- ¿Se puede saber que diantres hacéis?- el repentino ejercicio aún no ha dejado sin aliento al goliardo, pero no tardará en empezar a resollar en busca de aliento. El zagal al que persigue parece más hecho al campo y a estas maneras de desplazarse.- ¿Quién es ese y porqué corremos tras él?- Ya con la noche cerrándose y bien tapada entre nubes de tormenta, poco alcanzaría a ver Emilio ni ningún otro, mas por ver intenta atisbar algún detalle del fugado de la carbonería. ¿Y cómo en el nombre del cielo no habrían de verlo huir Ambrosio, Álvaro y Rodrigo?

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26/02/2010, 10:17
Director

En cuanto pasas frente a la puerta de la carbonería tras Manuel escuchas la tenue voz de Don Ambrosio.

Es una burda encerrona, cuidado ahí fuera, socorro, ayuda.

La voz suena lejana y con mucho eco, quizá haya sido esa la suerte por la que la hayas escuchado.

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26/02/2010, 13:57
Emilio de Vizuete y Olmedo
Sólo para el director

- Voto a bríos que habré de ensartaros tres cuartas de acero por vuestra fechoría de volver a veros.- Con este juramento, y otros tantos de más grosero verbo, Emilio pone fin a su carrera tras el traidor Comino y acude a la carbonería desenvainando blanca, pues menester será emplearla si sus compañeros están faltos.

Pasando junto a Fray Juan le conmina a seguir en lugar seguro y a ocultarse de Manuel Comino si volviere sin ayuda, y de cualquier otro. Dado aviso, recorre presto el trecho que separa su antiguo escondrijo del ruinoso edificio, cuidando tan solo de mirar que no haya quien le abata a traición desde los rincones de puertas y salas que atraviese.

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26/02/2010, 15:59
Rodrigo de Rivas

¡Maldita sea mi estampa, voto al pilluelo y al Diablo! ¡Sucios cobardes!

Siguiendo la iniciativa tomada por mis compañeros busco una salida, mas yo lo hago por la misma puerta por la que nos han encerrado, mirando la cerradura y agarrando la pistola. Quizá la fuerza de la bala nos pueda librar de esta.

¿Alguno sabe forzar cerraduras o es un arte ajeno a su experiencia? ¿Creen que de un tiro podré abrir la puerta, o será en vano?

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26/02/2010, 16:13
Director

Caminas unos instantes y pronto escuchas unas voces que vienen del piso de abajo. Te asomas a una reja que se encuentra cerrada a tu izquierda  y ves tras de ella una escalera a Don Rodrigo subiéndola pistola en ristre.

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26/02/2010, 16:15
Director

Don Rodrigo se dispone a avanzar escalera arriba cuando percibe una sombra que se acerca a la puerta. Un segundo de espera revela la identidad de esa sombra como Don Emilio, el compañero goliardo.

Entre Don Emilio y el resto del grupo se encuentra una reja mal cerrada. Por lo desvencijada que se encuentra caería con una buena carga de un par de hombres y así lo transmite Don Rodrigo nada más verla.

Notas de juego

Reunidos de nuevo (más o menos). Ya no tenéis que desmarcar a nadie. Muchas gracias.

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26/02/2010, 17:56
Ambrosio de Casares

Carguemos pues!!, no hay tiempo que perder y no veo la hora de ponerle la mano encima a ese mozalbete..., por cierto, Don Emilio, ¿Dónde habéis dejado al páter...? - comento entusiasmado, retrocediendo unos pasos para coger impulso.

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28/02/2010, 19:42
Alvaro del Monzón y Rodriguez

Alvaro se presta a cargarse la mala reja. Su humor dista de ser sombrío: deben estar acercándose a su objetivo cuando tienen a bien tenderles una trampa.

- ¡Vamos! ¡El tiempo no nos sobra! ¡Abramos esta burda trampa!

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01/03/2010, 12:33
Emilio de Vizuete y Olmedo

Viendo la que puede caerle encima entre yerros mal cerrados y sus entusiastas compañeros Emilio se hace a un lado para no recibir su parte del embiste que con toda seguridad derrumbe la puerta.

- ¡Bendito sea Dios! Ya temía por la seguridad de vuestras mercedes al ver salir a un mozo a toda priesa de este lugar y escuchar la voz de Ambrosio clamando socorro.- Con gesto significativo del pulgar indica allá donde se hallara el pater- Fray Juan se halla afuera, solo y a salvo de toda riña. Manuel Comino salió a la carrera cual diablo al reconocer a un hombre que abandonaba corriendo la carbonería. Corrí junto a él con creencia de estar dándole caza, mas tras la llamada de socorro me apresté a auxiliarles en lo que fuera menester. Si el tal Comino nos debe sangre ya se la haremos pagar con la bendición del alguacil. Por su bien más le vale no servir de compinche a quien les aguardara aquí emboscado. Ahora vayamos a buscar al pater y me van contando lo acaecido.