Partida Rol por web

 Me temo que ha sido el coronel el que los ha convocado a todos aqui-dice apagado-pero vamos, pasen. Dejen sus discusiones para mas tarde y entren. 

Jacob os hace pasar al salon. Situado en la zona oeste de la casa, pasando el gran hall y junto a un gran comedor. En el Salón esperan sentados en sillones Harriet Cornelisz y el propio Coronel Ellis. Harriet Cornelisz es una bella mujer, aunque en su rostro se ven surcos de lagrimas. El Coronel por otra parte es un caballero jubilado que se levanta rapidamente a estrecharle la mano a los visitantes.

-Por favor, Olga, traiga café para nuestros invitados-le dice el señor Cornelisz a la sirvienta.

 La sirvienta, Olga, es una mujer polaca de aspecto robusto y una fina cabellera rubía. Por si forma de hablar debe llevar poco tiempo viviendo en Estados Unidos ya que su dominio del idioma no es muy bueno. Pese a todo parece la mas afectada por el secuestro del bebe. Aun caen lagrimas por sus mejillas y se limpia la cara con un pañuelo. Al escuchar las ordenes de Jacob Cornelisz se gira, pero como si hubiese recordado algo se vuelve hacia los invitados.

Por favor, degenme sus abrigos.-les dice a los invitados cortesmente.

Entregó el abrigo a la mujer después de saludar a los presentes. Con delicadeza se quitó también los guantes y el sombrero, y se los entregó.

-Gracias -susurró con amabilidad.

Tomó asiento y sacó de la cartera un cuaderno de notas junto a una lapicera.

-Señor y señora Cornelisz, coronel... -dijo tomando la iniciativa en la conversación- Comprendo el difícil momento por el que está pasando su familia y lo angustiante que debe ser, pero es necesario pedirles que nos relaten todo lo ocurrido sin escatimar en detalles y que, por supuesto, respondan algunas preguntas... tanto ustedes como el personal de servicio.

 Por supuesto-contestó Jacob- no es ninguna molestia. Pero no veo en que nos van a poder ayudar ustedes. Todos los aquí presentes estamos a su disposición pero no creo que su ayuda sea necesaria.

La mujer de este asiente con la cabeza mientras se vuelve a sentar en uno de los sillones.

 Tonterías, deberían dejar de preguntar a la buena gente e ir a donde se encuentre el culpable y darle un escarmiento. Hablen con su jefe, seguro que puede poner los coches patrulla en marcha y limpiar esta ciudad-dice alterado-además para eso le he llamado a usted-señalando a Erick-Quiero que publicite esto de inmediato, en cuanto el alcalde lo sepa seguro que la policia se mueve de verdad...ya me conozco yo esto...

Tras el mutismo en el que Peter estaba sumido, y con su habitual paciencia, vio clara la situación...

Señor, me gustaría mucho acceder a sus deseos, pero debo recomendarle otra línea de actuación mucho más pausada...

Escucheme con atención... El departamente de policia está poniendo el máximo de atención en este caso. Lo que ocurre es que no se encuentra un niño desaparecido moviendo coches de policia de un lado para otro.

El incitar la opinión pública no suele traer más que problemas... Debo aconsejarle que movamos este asunto en privado...

Joseph entra a la casa en silencio, dejando de lado la pelea con el periodista, aunque sin quitarle el ojo de encima ni por un momento, y menos aun dejando de lado todo aquello, pero su compañera tiene razón, mejor no armar un escándalo y mantener la calma.

Una vez dentro entrega su sombrero junto con su sobretodo gris y pasa a la sala junto al resto, en la cual saluda a los dueños del hogar y toma asiento, en silencio, observando con detalle las reacciones de aquellas personas mientras el resto habla. Sin duda hay algo que le llama la atención en primer momento, y es la manera en la cual Jacob rechaza toda ayuda incluso antes de ser ofrecida. Por otro lado la reacción del coronel Ellis no le parece extraña, al contrario, en aquella situación es lo mínimo que podría esperar, aunque no este de acuerdo para nada con lo que diga.

- El detective Blood tiene razón en todo lo que dice. Si quiere que hagamos bien nuestro trabajo tendrá que cooperar y darnos toda la información posible que nos pueda ser de ayuda, así como seguir al pie de la letra las indicaciones que le demos... y sin duda hablar con la prensa no es una de ellas – dice, volviendo a retomar su tono serio y calmado, mirando fijamente al coronel.

Erik se dirije hacia dentro de la casa, entrega su abrigo y saluda a todos los presentes.

"Bien, bien... Veo que ha habido un secuestro. Si alguno de ustedes pudiese ponerme en antecedentes y contarme la historia desde el principio, se lo agradecería. ¿Coronel?" - preguntó el periodista abiertamente.

"Es necesario que intenten recordar todos los detalles, por intranscendentes que les parezcan". - puntualizó Erik.

 De echo nosotros preferimos que sea en privado-respondio el marido-no creo que sea necesaria su intervención. Me dedico a las propiedades y a las finanzas, como pueden ver no nos va nada mal. Creo que podremos resolver esto por nuestra cuenta.

Ayer por la tarde mi esposa y yo salimos a dar un paseo con el coche. Dejamos a nuestro hijo al cuidado de Olga. Estuvimos dando un paseo y a la vuelta recogimos al coronel en su casa. Al volver mi hijo había desaparecido. Todos nos pusimos algo nerviosos y me temo que fue el coronel quien contacto con ustedes-dice con una mueca de disgusto.

 en ese momento Olga entra de nuevo en el salon con una bandeja. En ella hay café y pasteles y los sirve en la mesa. Despues se queda depie esperando a ser requerida de nuevo. De poco en poco se le escucha frotarse la nariz para limpiarse la congestion del disgusto.

"Señor Cornelisz. Acepte mi ayuda para intentar encontrar a su hijo. Por mi parte, tiene mi palabra que trataré el caso con la máxima discrección hasta que se resuelva. Por cierto, el niño.. ¿qué edad tiene?" - aseguró Erik.

"Por favor Olga. ¿Sería tan amable de contarnos qué ocurrió y cómo se dio cuenta que el niño no estaba?" - dijo dirigiéndose a la sirvienta. "¿Sobre qué hora fue?".

 Mi hijo apenas tiene dos semana-respondió la mujer.- Y estoy de acuerdo con mi marido, no creo que sea necesario su ayuda. Tenemos dinero, seguramente sea lo que quiere el cerdo que ha echo esto-dice enfadada.

 Olga adelanto un paso y se dispuso a contar la historia como buena mente pudo.

-Yo...snf...acoste pequeño a las siete y volví a ver como estaba a las siete y medria. Es un niño muy bueno...snf..., nunca llora y el se duerme enseguida, como angel. Cuando los señores volvieron acompañe a la Sra. Cornelisz a cuarto de bebe y ya no estaba. Pero yo no oí nada ni vi a nadie....-dice rompiendo a llorar nuevamente.

-¿Y si no desean dinero? -preguntó apartando la vista del cuaderno sobre el que escribía- No podemos descartar ninguna posibilidad y venganza bien podría ser una de ellas... ¿Tiene usted enemigos señor Cornelisz? -miró a Harriet- ¿O usted señora?

Sam observaba con detenimiento a esas personas, buscando en sus palabras, entonación y gestos algo que pudiera servirles de pista.

 No, por supuesto que no. Mi marido es un hombre integro y no creo que nadie quisiere hacernos esto. El propio coronel puede decirselo-contesto Harriet incorporandose hacia delante en el asiento. El coronel por su parte asintió con la cabeza a las palabras de la mujer.

"¿Podríamos ver la habitación donde se encontraba el niño cuando desapareció?" - preguntó Erik.

"Por otro lado.. ¿suelen ustedes dejar habitualmente al niño a cargo de Olga siempre que salen de casa?"

 Si claro, la habitacion del niño esta en el piso de arriba, se la mostraremos encantados. Y si, siempre lo dejamos al cuidado de Olga, ella vive aqui. Su habitación esta cerca de la del niño, es su cuidadora por decirlo de alguna manera.-respondió el señor Jacob dando un sorbo de cafe.