Partida Rol por web

Sue vuelve a poner la mirada en aquellas horrendas criaturas pero esta vez logra a duras penas mantener la compostura. Consigue centrarse en lo que su novio le ha pedido; encontrar cualquier cosa que les sirva para defenderse. Había visto suficientes películas como para saber que cuánto más largo y más contundente fuera el objeto, más posibilidades tendrian de evitar ser mordidos.

-Ian, deprisa, el coche... - Le digo a media voz, intentando no atraer la atención de más zombies.

Me preparo para golpear a la pobre anciana, que por su fragil constitución y el peso del arma, se tambalea ligeramente ante la contundencia del golpe.

Veía a las dos mujeres tambaleándose y yendo hacia Walter. Parecían que, de momento, no se acercaban al vehículo al cual le estaba haciendo el puente de manera infructuosa. Lancé los cables hacia delante, soltando un "maldita sea" desde el fondo de mi alma; entonces salí del coche, y ví a Walter ya enzarzado con las mujeres de cuerpos imposibles... No entraba en la didáctica Scout el luchar o defenderse de nadie, de hecho el motivimiento era pacíficos, naturalista... asi que no pude sin buscar a Sue y Bobby y tratar de permanecer unidos...

Walter da un golpe tremendo a la mujer mayor con el trozo de ventana, le golpea el brazo izquierdo, un poco más abajo del hombro, con tanta fuerza, que el brazo cae directamente al suelo. Pero la mujer no parece inmutarse más allá de que la inercia del golpe le hace retroceder. No es normal lo que acaba de suceder con el brazo ¿tiene alguna enfermedad que hace que su carne se más débil?

Ahora la mujer intenta morder a Walter sin éxito, sus dientes se cierran en el aire. El policía tiene una nueva oportunidad de hacer algo. Ahora la otra mujer, más jove, está a la misma altura que la otra mujer y amenaza a Walter.

¡Oh mierda! ¡Ahí viene la otra! -decía refiriéndome a una mujer más joven, pero igual en movimiento que la luchaba con Walter-. Nunca había sido un héroe, pero estaba claro que esas personas no andaban cuerdas, aunque sus intenciones las tenían bien claritas... ¡Walter, detrás de tí! Corrí del lado de Sue y Bobby, yendo hacia el policía, más concretamente hacia la mujer joven, con la intención de darle una patada para tirarla al suelo y dar algo de ventaja a mi compañero.

así no podemos hacer nada...

-¡Aguantad, voy a buscar armas! Bobby ven conmigo.- le dice al niño tratando de alejarlo de la pelea y salgo corriendo hacia Spankis. Buscaría un arma, o un coche con las llaves puestas, lo que fuera.

Bobby corre escopeteado hacia Sue sin pensárselo dos veces. 

- Tú puedes, Ian -le anima, con una nota de confianza en su voz que le hace sentir como una persona super madura y super mayor.

Sue y Bobby echan a correr dejando atrás a Ian, Walter y las dos mujeres.

Desde Spanky´s viene una mujer de unos sesenta caminando muy despacio, también con movimientos espasmódicos y con esa mirada vacía que empezáis a pensar que puede tratarse de algún tipo de enfermedad. Esta mujer en concreto viene muy muy despacio, tiene las piernas arqueadas y dobladas hacia dentro, como si tuviese las tibias y/o peronés rotos. No os cuesta ningún trabajo evitarla mientras corréis hacia Spanky´s.

Mientras os acercáis veis que las dos puertas están cerradas pero los cristales de la parte de arriba, de las puertas y de todas las ventanas han reventado, los tres coches están in actos. Un taxi blanco, una monovolumen y una camioneta.

Hay dos personas tendidas en el suelo. Un hombre negro de unos cincuenta muy muy gordo, tendido hacia arriba- le veis moverse y escucháis que trata de decir algo - junto al taxi blanco y delante de la entrada, de la segunda puerta, un hombre joven bocabajo con un charco de sangre alrededor. No hay nada más, ni armas ni nada.

Bobby se acerca cauteloso hacia el señor gordo que murmura algo, lo suficientemente lejos como para no entrar en el alcance de su brazo. No cree que, con ese volumen, el señor gordo pueda levantarse lo suficientemente rápido como para alcanzar a agarrarle.

Porque los señores son lentos, piensa, pero los gordos más. Por eso sus compañeros siempre se ríen de Matthew Spencer en la clase de gimnasia. Él a veces también lo hace, pero porque, si no, los demás se ríen también de Bobby por no reírse de Matthew y le preguntan que si está enamorado de Matthew Spencer. Pero él no está enamorado de Matthew Spencer. Tontos.

- Sue, creo que este señor está tratando de decirnos algo -dice, señalándole y afinando el oído-. Walt siempre me dice que tengo que escuchar a la gente cuando habla.

Sue estaba bastante alterada buscando un coche que tuviera las llaves puestas cuando repara en que el niño está muy cerca del hombre de color con aspecto poco agradable:

-Bobby apártate.-le dice en tono asustado pero sin gritar para no asustar al niño.

Ese hombre no es uno de ellos. Te das cuenta porque habla y ellos no hablan. Le escuchas que murmura -salid de aquí...ella es una asesina... no entréis... - de alguna manera el hombre os ha visto pero no lo entiendes, tiene los ojos cerrados y está muy malito.

El coche blanco, el taxi, el primero que más cerca tienes, está cerrado y no ves llaves desde fuera. 

Veo alejarse a Bobby y Sue. Un poco distraido por el pensamiento de que se van a marchar y a ponerse en peligro, vuelvo a golpear en el brazo a la anciana, intentando derribarla. El golpe no da en el brazo, sino que se desvia al cuello, causando un poco más de daño del esperado.

Intento fijarme en que dirección se han ido Sue y Bobby.

Bobby palidece al oír las palabras del señor gordo y retrocede unos pasos hacia atrás, mirando alrededor.

- ¿Has oído eso, Sue? ¿Has oído eso? -inquiere con el pulso acelerado-. Dice que no entremos, que ella es una asesina. Pero no sé quién es ella. Yo no veo a nadie... 

Así que los asesinos existen, piensa Bobby inocentemente. Siempre le ha sonado a algo tan de película que, con el solo pensamiento de tener uno cerca, se le eriza el poquísimo vello que tiene en el cuerpo.

Viendo que no podria abrir el taxi y sabiendo que no tiene tiempo de buscar las llaves, Sue corre al monovolumen rezando porque éste si esté abierto.

-¿La asesina...ella? ¿quien?- pregunta, más para sí misma que esperando respuesta alguna. Examina el vehículo por las ventanillas, esperando que e4ste sí tuviera las llaves puestas.

-Ven Bobby, quedate cerca de mi, no pasa nada, iremos a bucar a Walter e Ian y volveremos a casa, no tengas miedo...- trata de sonar convencida y segura pero le tiembla ligeramente la voz.

Walter seguía golpeando a una de las dos mujeres que trataban de devorarle... Aquella horrible escena era digna de una película de Halloween, como las que les poníamos a escondidas a los grupos scouts más mayores durante alguna salida a campamento... El caso es que lancé una patada contra la mujer más joven...

Ahora sí Walter consigue reventar la cabeza a la mujer con el trozo de ventana. De los oídos le sale un líquido blanquecino y se desploma hacia un lado, mientras Ian pega una patada a la mujer en el brazo izquierdo y la tira al suelo. La mujer empieza a levantarse.

Ví a la mujer caer al golpear en su brazo izquierdo...

¡Maldita hija de...! -le grité mientras no dudé en ofrecerle una soberana patada en el rostro...

La puerta se abre con un sonido que os parece el más maravilloso del mundo. Otra vez Sue busca las llaves por todas partes, pero tampoco esta vez hay suerte. Mientras tanto, el otro hombre que estaba tirado en la entrada de Spankys, al lado del tipo que hablaba, se ha empezado a levantar. Estáis ambos junto a la monovolumen abierta.