Partida Rol por web

Berenice avanzó hasta el borde del foso y se asomó para ver el fondo. La escena no podía ser más horrorosa y aunque su primer impulso fue volar hasta las estatuas para verlas más de cerca, se abstuvo de adelantarse, no fuese a estallarle alguna trampa que la hiciese caer en el agujero. 

-¿Cómo sabemos si llegar hasta allí es seguro? -comentó, mirando especialmente a Savinian-. Supongo que no lo sabemos hasta que no lleguemos al otro lado. Quiero ver esas estatuas, son una representación de las Lágrimas de Selûne. Son... mi madre es una de ellas -dijo con un hondo suspiro cargado de admiración-. Se crearon como recompensa para las siete sacerdotisas más importantes del clero de la Dama de Plata y viven en la Puerta de Luna. Me gustaría atravesar el foso, pero no quiero que nos separemos demasiado.

Elijo 10 en saber religión para obtener más información sobre las Lágrimas de Selûne. Total 24.

El hedor que ascendía desde las profundidades no ofendió las sensibilidades de Rya y Sésperis. La primera porque estaba acostumbrada al olor de la muerte. La segunda, de olfato tan fino como las hermanas lythari, porque sus percepciones sensoriales eran muy diferentes a las de una elfa o una humana. Para la dragonnel, el olor de la carroña señalaba la posibilidad de alimento. Una posibilidad indigna, humillante para una depredadora que prefería las presas frescas a las que había arrebatado la vida con sus propias fauces, pero una alternativa preferible al hambre.

Se detuvieron al borde del abismo. Al otro lado se divisaban las estatuas que había visto Savi con su conjuro, y que Berenice identificó como Lágrimas de Selûne. Lo que dijo sobre su madre sorprendió a la paladina, aunque solo hasta que consideró lo mucho que explicaba sobre la transformación de la sacerdotisa.

Algo no es seguro, admitió. Pero todos esos han llegado. Habían muerto a los pies de las estatuas, pero habían llegado. Si esos cadáveres eran de licántropos malaritas, se estaban exterminando sin ayuda de nadie desde mucho antes de que ellas llegasen. Supongo que lo que les ha matado ha pasado al otro lado, cuando intentaban abrir la puerta.

Se dejó caer desde la grupa de Sésperis para acuclillarse junto al gran agujero. Con los párpados abiertos una rendija, trataba de ver más allá de la oscuridad, sin suerte. Apoyó los puños en el suelo y se dio media vuelta cuando Gala le preguntó.

¿Te importa? preguntó a su compañera dragonnel. Sésperis miró a Rya y después a Galatea. Olfateó a la lythari y permitió que la elfa le palmease el cuello.

Rya volvió a inclinarse sobre el abismo. ¿Podéis ver qué hay al fondo?

Puedes subir, replicó Sésperis, que podía hablar, aunque elegía hacerlo en raras ocasiones. Su voz, cuando usaba la lengua de las gentes de dos patas, le resultaba extraña, estridente. Cuida... con las garras.

—Gracias—respondió Galatea a Sésperis—. Tranquila, no te arañaré.

Se agazapó observando el abismo cuando Rya preguntó.

—Demasiado oscuro, mi vista sólo taladra la penumbra—giró la cabeza hacia Savinian—. ¿Savi?

Savinian se acercó con la nariz arrugada, y se asomó al borde del abismo.

—Es bastante profundo —comentó—. Y está lleno de huesos y desperdicios. Parece que lo utilizan de basurero.

La nariz y los ojos coinciden, repuso la paladina.

Aquel podía ser el basurero del complejo, pero también era el único camino hacia las puertas y las Lágrimas de Selûne.

No creo que esos pasaran volando, dijo.

Rya caminó por el borde del agujero lentamente. Buscaba marcas en la tierra, señales de que los malaritas hubiesen colocado algún objeto de lado a lado para atravesarlo. Después se movió entre los espeleotemas, por si hubiese allí algo que se les hubiera pasado por alto.

Cuando miraba algo fijamente, su ojo derecho bizqueaba, y le costaba concentrarse sin que se le nublase la vista o le doliese la cabeza. Sin embargo, frotaba el ojo, parpadeaba y seguía avanzando.

Berenice vio a Rya a hacer cosas extrañas, pero decidió no comentar nada. Cosas de magos, supuso.

-Bien, vamos allá -le dijo a Galatea.

La oráculo de Selûne extendió sus alas, se impulsó hacia arriba y saltó hacia el agujero para mantenerse en el aire. Luego avanzó hacia el otro lado con precaución, poniéndose la mano en la boca para no respirar aquel olor tan horrible, hasta que puso los pies en el suelo. Después, con pasos lentos, se aproximó a las estatuas.

Tan centrada estaba Rya en buscar en el borde del abismo y entre los espeleotemas que se sobresaltó cuando las estatuas bajaron súbitamente las lanzas, en posición de combate, al acercarse Berenice y Galatea. Semicelestial y lythari se detuvieron y todos contuvisteis el aliento. No obstante, las estatuas no hicieron ningún movimiento hostil, así que después de unos momentos reanudaron su cauto avance. Berenice examinó a una distancia prudencial a las estatuas aladas, determinando que debían ser constructos extraplanares con un fuerte alineamiento legal. Probablemente, serían muy resistentes tanto a las armas como a la magia¹ y estaba segura de que sus alas eran plenamente funcionales. Mientras tanto, Galatea hacía lo propio con los bajorrelieves del mural. Le costó bastante leer en la tenue luz de la habitación, y más de una vez tuvo que ayudar a sus ojos pasando las manos por la piedra para comprobar algún detalle. Parecía haber sido tallado por un selunita y narraba una victoria sobre un campeón de Malar y la conquista de Colina Aullante en una batalla ganada con muchas pérdidas. El campeón de Malar tenía un yelmo, un cráneo de pantera tallado que era la fuente de su poder. Incapaces de destruir o de utilizar de forma segura la reliquia del Señor de las Bestias, la sellaron del otro lado de las mismas puertas que estabais contemplado. La protegieron con unos constructos que atacarían a cualquier Malarita que intentase robarlo, así como a cualquiera que intentase trasponer las puertas sin conocer al detalle el manto de la Dama de la Plata. Aunque no entraba en detalles sobre lo que esto significaba.

Mientras tanto, Rya escudriñaba la habitación. Encontró huesos, jirones de ropa, desperdicios y algún resto de armas y de herramientas, aunque nada de demasiada utilidad o valor. También se dio cuenta de que en la pared norte había agujeros circulares a intervalos regulares de un diámetro aproximado al de su pulgar y de una profundidad que estimaba inferior a un palmo.

Las estatuas de las Lágrimas de Selûne son constructos extraplanares legales grandes. Tienen las inmunidades y rasgos propias de los constructos, RD 10/caótico y resistencia a conjuros 20. Poseen velocidad de vuelo.

Galatea se alivió de que las estatuas pareciesen tener la sana costumbre de amenazar antes de masacrar. Inspeccionó los relieves y se tomó un momento para pensar después de descifrarlos.

—Definitivamente parece que los selunitas le conquistaron esta colina a los lacayos de Malar en el pasado—dijo pensando que como se toparan con Vakennis y a esta le diera por sacar la carta de víctima y dueña legítima, le pegaría un mordisco a la estalactita más cercana sólo para escupírsela—. Si queréis la palabra de sabiduría druídica: Yo creo que ese artefacto está bien donde está por el momento e intentar abrir las puertas supondría un error. Si nadie supo cómo destruirlo antes, dudo que nosotros vayamos a lograrlo justo ahora. Por no mencionar que sería una pésima idea tener que lidiar con los guardianes. Dejemos que ellos sigan custodiándolo y vayamos a acabar con Vakennis de una vez.

Si querían investigar sobre el artefacto siempre podían hacerlo más adelante con el peligro pasado. No obstante, seguía extrañándola cómo demonios habían llegado aquellos desgraciados que yacían por el suelo allí. ¿Con un conjuro de volar? Para eso era más fácil colocar un puente. 

«O quitarlo si lo único que le proporciona a los tuyos acercarse a esta puerta es una muerte segura»

Se acercó con cautela al cristal que tenía uno de los cuerpos, olfateándolo por inercia pero mayormente pretendiendo intentar determinar lo que era. Susurró algo e hizo un leve gesto con la garra.

Galatea lanza Detectar Magia sobre el cristal.

El cristal es definitivamente mágico. Y el pedestal. Y las puertas.

Mientras Galatea, Berenice y Sésperis estudiaban las pinturas, leían los textos de las paredes y se daban un buen susto —a decir verdad, incluso ella, lejos como estaba, se sobresaltó, y por suerte no dio un traspiés y acabó en el fondo del pozo— cuando las estatuas apuntaron, a una, sus lanzas contra la celestial y la elfa.

No hubo más hostilidad que aquella, así que Rya prosiguió con su inspección, encontrando poco que le diera pistas sobre cómo atravesaban los licántropos el abismo. Puede que fuese tan sencillo como que contaran con bestias voladoras amaestras, o con las que hubiesen trazado lazos de amistad, como ella y Sésperis. Lo único que le llamó la atención fueron los hoyos que encontró horadados a intervales en una de las paredes.

¿Os habéis fijado en esto? dijo a Savinian y Aleera, llamándoles la atención sobre los agujeros. Era evidente que no eran naturales. La distribución era demasiado regular, su forma y profundidad demasiado precisa. ¿Para qué los emplearían?

Berenice se quedó muy quieta cuando las estatuas se movieron y solo cuando se aseguró de que no iban a pincharla con esas lanzas, se movió para acercarse. Las examinó detenidamente, observando lo maravillosas que eran y pensando en lo mucho que le gustaría hacer una visita a todos los habitantes de la Puerta de la Luna. Supuso que no la dejarían entrar, pero ya que su madre era una personita importante, por lo menos podían permitirle echar un vistazo aunque fuese desde la puerta.

Se detuvo frente a una de ellas y miró a Galatea.

-¿Qué has averiguado de los relieves?

Luego volvió a mirar a la estatua que tenía enfrente. Suponiendo que no le respondería porque seguramente no poseería inteligencia, sino que se movía por obra y gracia de la magia, Berenice levantó una mano y saludó amistosamente.

-(celestial) Hola. Me llamo Berenice y soy una sacerdotisa de Selûne -se presentó, probando con el idioma celestial-. (celestial) ¿Podéis entenderme? ¿Podéis hablar? Supongo que no...

—Que parecen haber sido tallados por Selunitas. Narran una victoria sobre un campeón de Malar y la conquista de la Colina Aullante en una batalla ganada con muchas pérdidas—respondió Galatea—. Ese campeón tenía un yelmo, un cráneo de pantera tallado que era la fuente de su poder. Fueron incapaces de destruirlo o utilizarlo de forma segura así que lo sellaron tras estas puertas, que dicho sea de paso, desprenden un aura de abjuración.

Miró a las enormes estatuas.

—Esos constructos atacarán a cualquier malarita que intente robarlo, así como a cualquiera que intente transponer las puertas sin conocer al detalle el manto de la Dama de Plata. Aunque no entra en detalles sobre lo que significa eso.

Alzó los hombros y los dejó caer.

—Y el pedestal y el cristal también son mágicos. Evocación. Pero como no sé si juntándolos voy a liarla gorda con la puerta, provocar una explosión que nos tire la caverna encima, o que esos planotáreos se enfaden y nos partan la crisma, mejor no tocar nada a ciegas. Una vez nos hayamos deshecho de los malaritas quizá encontremos algo por el túmulo que nos ayude a entender mejor esto.

Y con suerte dicho "algo" podían hasta ser miembros de la manada de la luna que no hubieran muerto o perdido la cordura a aquellas alturas.... Pero eso no lo dijo en voz alta. Había aprendido hace tiempo lo peligroso que podía ser hacerse ilusiones.

Lo entendí como que si el DM dio la información para todos en lugar de sólo para Galatea era porque asumió que ésta la compartía, así que siento repetir como si fuera la primera vez pero es que si no la pregunta de Berenice quedaría un poco boba.

¿El cristal lo dejamos ahí? No sé si ese tipo habrá muerto precisamente por cogerlo xD

Silencio fue lo único que recibió Berenice de las estatuas. Aleera se acercó a examinar de cerca los agujeros en la pared que señalaba Rya.

—Quizá hayan utilizado pitones y una cuerda para pasar de un lado a otro del foso —aventuró la exploradora—. Y al no conseguir lo que querían los han retirado, dejando esas marcas.

—¡La evocación es una escuela de magia muy incomprendida! —objetó Savinian con tono jocoso—. Hay más hechizos que aquellos que hacen ¡bum!

Rio entre dientes, por lo bajo.

—Entonces, ¿nos vamos? ¿Por dónde?

Bendición y Silencio han espirado.

Galatea: 71/71 (Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos, Piel robliza +3 113 minutos)
Áscalon: 45/45 (Bendición 2 minutos, Convicción +3 113 minutos, Piel robliza +3 113 minutos)
Berenice: 45/45 (Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos)
Savinian: 49/49 (Armadura de mago 7 horas y 53 minutos, Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos)
Aleera: 48/48 (Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos, Forma híbrida, Zancada forestal 1 hora 53 minutos)
Garm: 24/30 (Convicción +3 113 minutos)
Rya: 67/67 + 19/19 (Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos, Greater mighty wallop en Garrote +1 2 horas y 3 minutos, Greater mighty wallop en Garrote de plata 13 horas y 48 minutos, Luminous armor 2 horas y 3 minutos, False life 14 horas y 18 minutos, Escudo 7 minutos)
(13) Sésperis: 37/45 (Convicción +3 113 minutos, Cuchichear mensaje 47 minutos)

-El manto de la Dama de Plata es el cielo nocturno -comentó Berenice. Se mordisqueó el labio-. Pero poco sé sobre astronomía. Y las estatuas no me contestan -dijo, bastante decepcionada-. De todas formas, mejor dejemos ese artefacto donde esta y sigamos. No sé muy bien por dónde. ¿Volvemos a la entrada de la caverna y vamos hacia el norte?

Propongo volver a 1 y coger alguno de los tres caminos que van hacia el norte.

¿Y cómo han llevado la cuerda hasta el otro lado? preguntó. Apartando la mirada, se liberó de la duda con un gesto desdeñoso. Nosotros podemos pasar sin dificultades. Era eso lo que importaba, si necesitaban regresar para abrir las puertas y recuperar la reliquia malarita antes de acabar su trabajo en la Colina Aullante.

Se plantó a un paso del abismos. Escuchó lo que tenían que decir unas al otro lado, y Savi junto a ella, y se cruzó de brazos a esperar que sus amigas volvieran. Galatea aconsejaba dejar el misterio sin resolver, por el momento, y Rya no tenía motivos para oponerse. Creía que encontrarían allí a Vakennis, pero no lo habían hecho, y debían proseguir la búsqueda de la alfa de los malaritas.

Luz, dijo, apostillando la objeción de Savinian. Y oscuridad. Ella no era una erudita de lo arcano, pero su afinidad con la Urdimbre le daba un conocimiento instintivo de la naturaleza mágica que hubiera envidiado más de un estudioso. Más apropiado que llamas y cristales de hielo para Selûne, ¿verdad?

Desembocasteis a través de unas gastadas escaleras talladas en la roca en un nuevo ensanchamiento. En esta caverna dormían abrazados y entre pieles un hombre, una mujer y sus dos lobos. A diferencia del resto de Malaritas que os habíais encontrado en Colina Aullante, estos mantenían su forma humana. El hombre roncaba sonoramente y sus ronquidos reverberaban por toda la cueva.

Estáis en las escaleras que suben a 3.

Galatea: 71/71 (Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos, Piel robliza +3 112 minutos)
Áscalon: 45/45 (Convicción +3 112 minutos, Piel robliza +3 112 minutos)
Berenice: 45/45 (Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos)
Rya: 67/67 + 19/19 (Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos, Greater mighty wallop en Garrote +1 2 horas y 2 minutos, Greater mighty wallop en Garrote de plata 13 horas y 47 minutos, Luminous armor 2 horas y 2 minutos, False life 14 horas y 17 minutos, Escudo 6 minutos)
Sésperis: 37/45 (Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos)
Aleera: 48/48 (Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos, Forma híbrida, Zancada forestal 1 hora 52 minutos)
Garm: 24/30 (Convicción +3 112 minutos)
Savinian: 49/49 (Armadura de mago 7 horas y 52 minutos, Convicción +3 112 minutos, Cuchichear mensaje 46 minutos)

Habían caído sobre los malaritas por sorpresa en dos ocasiones, pero ver a la parejam abos en sus formas humanas, y los lobos dormidos y entrelazados, indefensos, como una familia, le ató las tripas en un nudo. Se le entumeció la mano con la que aferraba el garrote, y tuvo que sostenerlo entre su pierna y el lomo de Sésperis para que no cayera al suelo.

Detuvo a la dragonnel en seco.

Esta matanza me asquea. Mataría a todos ellos si era necesario, pero si encontraban a Vakennis y descabezaban la manada, tal vez podían evitar muchas muertes. Busquemos otro camino, propuso.

Extendió, por instinto, el sentido que le había concedido Mystra para encontrar el mal propósito en los corazones.

Rya detecta el mal en la pareja y sus lobos.

Berenice se cubrió la boca para no hacer ruido y despertarles.

-No vamos a matarles mientras duermen, pero si les dejamos vivos, se unirán a la caza cuando despierten -gimió la selunita. Lidiar con aquella decisión no era fácil-. Volvamos a la entrada y vayamos hacia el norte, ¿vale?

A la sala 1, por el camino de la izquierda.