Partida Rol por web

Una pequeña sonrisa melévola asoma a mi cara cuando Aidan lanza el reto - si, por supuesto que yo te humillaré a ti - le digo mientras le echo la lengua.

Al llegar a la puerta de mi casa nos despedimos - desde luego que haría lo mismo, Aidan, no lo dudes - digo seria - y tienes razón, debemos descansar, mañana será un dia muuuuuy intenso para todos.

Hasta mañana le digo mientras se aleja y yo entro en la casa.

Cuando cierro la puerta las palabras de Aidan aún resuenan en mi cabeza - yo haría lo mismo..... si, desde luego que si.

La casa está fría y vacía, como todas las noches desde la muerte de tu madre. A veces la casa familiar te parece demasiado grande para ti sola, pero es un lugar que te trae muy buenos recuerdos. Encima de la mesa de la cocina tienes un pequeño pastel de carne. Algunas de las mujeres del pueblo, sobre todo las amigas de tu madre o de tu abuela, te suelen llevar comida casera de vez en cuando. O te invitan a comer en sus casa.

Es agradable comer en familia de vez en cuando, aunque no sea la tuya. Si no fuese por el empeño que tienen en casarte, seria mejor aún, pero es algo que no parecen poder evitar.

Caray, que buena esta esta tarta! - exclamo en cuanto pruebo el primer pedazo, y oidos los ruidos de mi tripa, parece que mi estómago piensa lo mismo.

No me había dado cuenta del hambre que tenía, un suspiro escapa de mis labios cuando acabo de comer la primera porción de la rica tarta....- madre, me hubiera gustado que estuvieras aquí para compartirla contigo - susurro al aire convencida de que ella me oiría.

Termino otra porción de tarta y dejo el resto para el desayuno del dia siguiente. Después preparo meticulosamente todas las cosas que he de llevar al bosque y lentamente me acerco a la cama y me dejo caer sobre ella. Caigo en un sueño inquieto y lleno de recuerdos poco agradables.

Los sueños se suceden pero esta vez se central en el futuro, no en el pasado. Te ves en el paseo de los cerezos, sola. Es de noche y una extraña niebla lo cubre todo. Escuchas pasos a tu alrededor, pero no ves nada. Empiezas a correr pero, por muy rápido que lo hagas, el paseo parece eterno.

Te despiertas agitada con unos golpes en la puerta.

Perlas de sudor surcan mi frente, cuando me despierto sobresaltada por unos golpes en la puerta....

ssssiii?.... ya voy, un momento!!! - consigo decir mientras me levanto y me pongo algo encima.  busco una tina de aqgua que tengo cerca de la cama y me refresco un poco la cara, para no parecer un monstruo. Me regojo un poco el pelo, que tengo enmarañado de las vueltas que he dado en la cama, por las pesadillas.

Acabo de arreglarme en un instante y me dirijo hacia la puerta, cuando estoy al lado de ella - ¿quien es?

Tu voz aún suena un poco adormilada, a pesar del agua.

-Yo.- escuchas a Aidan -Venía a hablarte del picnic de esta tarde. ¿Me paso un poco más tarde?.- dice refiriéndose a la emboscada.

Escuchas como empieza a silbar alegremente.

ehmmmmm, no no, espera un momento  - digo despejandome de pronto.

Me visto lo mas aprisa que puedo, y después de un par de tropezones con la mesa y la cama por las prisas, consigo ponerme las botas.

Pasa, pasa - le grito desde la habitación - enseguida salgo!!!

Escuchas como entra por la puerta Aidan... y alguien más. Cuando sales del cuarto, una vez aseada, ves a Aidan con el shide, que te esperan sentados en la mesa.

-Buenos días, mi madre te manda un poco de pan con nata y leche para desayunar.- dice esperando a que te sientes.

Lawrence permanece tranquilo y reservado. Se adivinan las vendas a través de su ropa, pero no parecen molestarle demasiado las heridas. El guante vuelve a cubrirle completamente el brazo.

-Lawrence dice que tambien vendrá. Es normal después de lo que le hicieron. Dice que maneja bien la espada.-

Miro al shide con cara de preocupación. A pesar de haber visto las "milagrosas" recuperaciones que tuvo no puedo evitar pensar en las condiciones reales en las que está.

Vale - digo agradecida, mientras voy colocando cosas en la mesa para el desayuno. Me paro y los miro a los dos atentamente, luego miro directamente a Lawrence y le digo - ¿estás bien de verdad?, no me gustaría que te hicieses daño de nuevo, Lawrence.

En fin, ahora desayunemos y repasemos los planes, que no se nos olvide nada - dicho esto, me siento a la mesa y comienzo el desayuno.

-Si, las heridas tardarán en curarse, pero estoy bien. No tengo mis poderes,  pero mi cuerpo es el mismo, me sano rápido.- te dice con un tono de voz varonil. Habla despacio, con cierta timidez. Parece no estar muy seguro de cual es su lugar.

Aidan coje paja de la chimenea y empieza a hacer un plano en la mesa.

-A ver, con la paja hacemos el camino, la piedra es... esta piedra.- dice agachándose- debería barrer Gwy, en las casas no debería haber piedras por el suelo. Y nosotros las migas.-

Hace pelotitas con el pan, situándolos a los lados del camino.

Freno mi mano a pocas pulgadas del cuello de Aidan, pensando que no quedaría muy propio darle una colleja delante del shide.

Ejem, mejor no dire nada.. Aidan.- le interrumpo - venga sigue.

Acto seguido pongo tres vasos y una jarra con agua, me siento y sigo mirando atentamente las explicaciones de Aidan.

Por primera vez, ves como el shide sonríe cuando tu mano se detiene a centímetros de la nuca de Aidan. Este sigue tan emocionado con sus palitos, que ni se da cuenta.

-Cinco de los chicos se quedarán en lo árboles. En puestos alternos. Dos en cada extremo del paseo. Esos cuatro ya están ahí, eran demasiado obvios. Y sólo faltais vosotras dos. Yo estaré justo encima de la  roca, por si pasa algún imprevisto. Lawrence estará conmigo. ¿Qué te parece, Gwy?-

Estudio detenidamente el esquema y analizo las palabras de Aidan, aún con una media sonrisa en la boca al haber visto la reacción de Lawrence.

Bien, de acuerdo. De todos modos, quiero que Eleanor este cerca también - digo sopensando las diferentes opciones... - ¿como quieres que vaya yo? ¿como una campesina despistada o como voy yo siempre?

Aidan medita unos segundos antes de contestar.

-Tendrás que ir como siempre. Si ya te han visto alguna vez, sospecharán algo. Seguramente irán primero a por Eleanor, parece mucho más dulce e indefensa que tú. Cuando intentes protegerla, te liquidarán. Pero nosotros te protegeremos. Iremos después de comer. Eso te deja bastantes horas libres para prepararte.-

Duda antes de seguir hablando.

-Pensábamos en pedirle al druída que nos ayudase, pero iría directo al consejo. Ya sabes, lo de siempre. Espero que seas discreta.-

Me estás tomando de broma, después de como se puso cuando encontramos a Lawrence.... tu te crees que voy a decirle lo más minimo...... ni loca - le digo totalmente seria.

Me levanto de la mesa y doy un par de vueltas por la estancia, pensando.

¿Pero entonces Eleannor viene conmigo? - pregunto - ¿no habíamos quedado en que iba a ir yo sola?, bueno da igual, pero entonces hazme un favor, que venga ella a comer conmigo y ya salimos desde aquí.... he de preparar cosas, y tampoco me apetece mucho salir de la casa y que la gente me pregunte o alguna cotilla me entretenga.

¿Puedes avisarla tu?, por favor - le digo.

-Ya nos ocupamos nosotros. Me paso por su casa y te la mando.- dice mientras los dos salen por la puerta.

La vista del rocambolesco mapa en la mesa te hace sonreir. Aidan siempre tiene ese tipo de ideas, geniales, divertidas y muy eficientes. Eleanor aparece al cabo de un rato, cuando ya has terminado de recoger las cosas. Va bastante arreglada, con ropa limpia y los cabellos muy peinados. Parece que será un buen cebo.

-Dijo Aidan que me pasase por aquí. Mi madre nos manda la comida.- dice dándote la tartera. Sube un pié encima de la silla, sacando un cuchillo de caza de la bota.- este es uno de los cuatro que llevo, espero que sean suficientes para nuestros amigos.

Genial, con todo este lio no había preparado nada todavia - le digo mientras la invito a pasar dentro de la casa- pasa, pónlo encima de la mesa, y te explico todo mientras comemos algo - acabo diciendo cuado ella me ofrece la tartera

Voy preparando las cosas para que tomemos la comida y cuando me vuelvo hacia ella, con dos vasos en la mano, la veo con un pie en la silla y enseñándome el cuchillo.

Ja ja, desde luego que si.... es perfecto - digo ampliando aún más mi sonrisa - venga, sientate y comencemos a comer, y así tyambién te voy explicando todo, si es que Aidan aun no te ha dicho nada.

Eleonor te mira un poco apesadumbrada.

-Aidan no me ha hecho ni caso. Ha llegado, ha dicho que fuese a tu casa y ya está...- dice apoyando las manos bajo la barbilla, poniendo un gracioso mohín.

No te habías dado cuenta antes del interés de tu amiga por el. Eleanor cambia de postura, sonriéndote para dejar atrás el tema.

-En menuda nos hemos metido, ¿no?. Espero que por la noche podamos celebralo.-

Charlais tranquilamente, disfrutando de la comida, cuando os dais cuenta de que casi es la hora convenida. Es hora de cumplir vuestra parte de la misión.

Tomo nota mental del gesto de Eleannor tras haber hablado de Aidan, y seguimos la comida.

Bueno, ya es la hora - digo tras recoger el último plato de la mesa - ¿esta bien oculta la espada bajo la capa? - le pregunto mientras sigo preparándo las demás armas.

Al igual que ella, me pongo un par de cuchillos en las botas y escondo otro bajo la ropa.

Bueno, esto ya está. Este cuchillo, es el que uso siempre que voy a recoger presas, lo llevaré a la vista porque si me conocen, se extrañarían de que no lo llevase, ¿no crees?

VEnga, es hora de salir a pasear - me pongo seria y hago una pequeña reverencia - señorita, ¿sería tan amable de acompañarme a dar un pequeño paseo? - digo a la vez que le guiño un ojo.

-La espada no se ve y el cuchillo es una buena idea.- comenta mientras te observa.

Cita :

Eleanor suelta una alegre carcajada mientras se coje de tu brazo. Salís juntas por la puerta, donde os recibe un soleado dia que, seguramente, no durará mucho. El pueblo está tranquilo, la gente acaba de comer, y están reposando antes de volver a sus labores habituales. Salís del último grupo de casas, que Eleanor se gira para ver con un suspiro.

-Allá vamos.- murmura con suavidad.

Os acercais al paseo de los cerezos, donde sabeis que todo está listo.