Partida Rol por web

No había por donde encontrar al Hida. Puede que aun se encontrase descansando, pero los nervios no me permitían a mi descansar, así que fui en busca del general Hida que había dirigido mi grupo al enfrentarnos a las tierras sombrías. Tendría que avisarle de que partiría a las tierras sombrías.

Muralla Kaiu. Hora de Hida.

Tras buscar en varios sitios, por fin terminas decidiendo subir a lo alto de la muralla, con suerte Kanbu estaría allí. Y así es. Poco más allá de las eternas escaleras que ascienden desde la base de la muralla hasta lo alto de la misma, encuentras al responsable máximo de dicha sección de la Muralla del Carpintero.

Con pasos vacilantes te acercas a él, dándole tiempo de despedir a los subordinados con los que estaba hablando. Cuando terminan, con cuidado te vas acercando a él. Las arrugas de su rostro se acentúan cuando fuerza la vista, como intentando penetrar en la eterna oscuridad que se cierne en el horizonte. A pesar de la luna, la luz apenas alumbra unos pocos ri desde la propia base de la muralla. Cuando nota tu presencia tras él, pero si girarse, dice:

- Te saludo, pequeña Sayuri. ¿Qué te trae aquí?

¿Cómo demonios ha sabido que era yo? Tu pregunta deberá esperar.

Me había inclinado en silencio ante el cangrejo a manera de respeto cuando este me sorprendió reconociéndome sin girarse. Tal vez hubiese sido por el perfume que usaba, y que tendría que dejar atrás al adentrarme en las tierras sombrías, o tal vez la forma de caminar. Sea como fuese, el general era una persona muy perspicaz y atenta. 

Konnichi wa, Kanbu-sama. Estaba algo cortada, además de que me faltaba un poco el aliento después de la larga escalinata. No me atreví a alzar la cabeza sin sentir la aprobación del Hida, así que me mantuve con la cabeza gacha mientras le hablaba. Venía a avisaros, sama, que me adentraré en las Tierras Sombrías. Creo tener una pista sobre las últimas incursiones contra nuestra sección, y me gustaría investigarlo con un compañero Hida.

Muralla Kaiu. Hora del Sol.

Tus intentos de convencer, ya sea de forma amable o de forma "menos amable" tienen el éxito esperado y consigues la información deseada.

De los cuatro, dos no saben nada, pero consigues descubrir que los responsables de la Muralla también tienen una llave y que uno de ellos perdió la suya esa noche, pero de alguna manera la encontró al día siguiente. Este último se siente realmente avergonzado por haberla perdido y te pide disculpas.

Al menos tengo ya dos pistas. Algo es algo. Piensas para tus adentros.

Muralla Kaiu. Hora de Hida.

-Imagino que irás con ese tal Kigaru. ¿No es así? Supongo que habrás descubierto algo sobre tu hermano, ¿me equivoco? -Ante tu sorpresa, dice: -¿Te sorprende? Un superior debe de estar informado sobre las gentes que están bajo su responsabilidad. ¿Entonces qué?, ¿Tengo razón irás con Kigaru a buscar a tu hermano?

Ante la sorpresa mi cabeza se izó, y aunque el Hida aun protegía las tierras del cangrejo oteando el horizonte, intuí que sonreía. Al menos era una persona directa. Agaché de nuevo la cabeza en respeto.

Así es sama, deseo saber que ha sucedido con mi hermano. Como dice el Bushido es mi deber vengarlo si ha muerto, y si aun esta vivo lo traeré de vuelta. En cualquier caso quiero investigar la ciudad de la que Kigaru-sama me habló. Además me gustaría contar con la ayuda de Daichi-san. Podríamos averiguar porqué nos atacan tan frecuentemente. Si esa ciudad es un lugar de descanso, debería ser destruida.

Ahora que por fin tengo mas pistas , y un objetivo un poco mas claro , una sensación de determinación me invade. Así que me dirijo hacia los responsables de la muralla a preguntar por la llave perdida y también por que personas hacían la guardia esa noche , quizás alguno llegara a ver alguien cerca de la garita de correo , o alguna cosa extraña.
-Sabría decirme quienes estaban de guardia esa noche en ruta cerca de las garitas del correo? le pregunto al que habia perdido la llave pensando que quizás con su vergüenza no se negaría a darme esa información.

Muralla Kaiu. Hora de Hida.

En esta ocasión Hida Kanbu sí que se gira hacia ti, te mira a los ojos directamente y te dice:

-Como desees, pero no puedo darte más hombres. Investiga e intenta recuperar a tu hermano si puedes, pero te ordeno que volváis sanos y salvos. Las heroicidades las quiero donde puedan ser útiles, que es en la Muralla.

Antes de que puedas contestar, Hida Kanbu ya está a varios pasos de ti. El mensaje ha sido claro. Te han dado permiso para abandonar la Muralla, lo cuál ya es una pequeña victoria. Debes reunir al equipo y salir el día siguiente en cuanto puedas.

Muralla Kaiu. Hora del Sol.

El hombre, ante tu terrible presencia se siente intimidado y en seguida contesta. No sabe nada. Sabe que perdió la llave, pero al día siguiente al encontrarla en su lugar no le dió mayor importancia. Sus gestos denotan arrepentimiento y una y otra vez se dobla para pedir perdón.

¡Maldición! No saco nada en claro... Piensas asqueado.

Cuando no sabías bien que paso tomar, tu superior, Hida Kanbu aparece y mientras se acerca te dice:

-Sayuri-kun, la chica de las buenas tetas, te está buscando. Aprovecha bribón.

No se detiene, pero su sonrisa es contagiosa. Le conoces desde que eras un niño y sientes cierto cariño hacia el viejo gruñón.

Había llegado la hora. Oculta bajo mis cabellos sonreí al obtener el permiso del general. Aunque con el título de cazador de brujas podía andar por el Imperio libremente, en las tierras sombrías no era así, y además era necesario tener alguien que supiese donde me encontraba en caso de peligro. 

Me levanté y fui en busca de Hida Kigaru y Hida Daichi para avisarles de que saldríamos a tierras oscuras al día siguiente. Sobre todo tenía que avisar a Daichi que había llegado el momento de cumplir su palabra conmigo.

Muralla Kaiu. Hora del Sol.

Tras buscar infructuosamente a Daichi te encaminas a la cama y decides buscarle al día siguiente.

A primera hora te levantas y ves que Kigaru está en la puerta de tu habitación. Te encanta ese hombre, parece que puede leer tu mente. Con una sonrisa de oreja a oreja te saluda.

Tras ello partís en busca de Daichi.

Poco después le encuentras.

TRato de enojarme , pero me es imposible enfadarme con el viejo. Además , tal y como dice Sayuri-san es la chica mas hermosa con la que he tenido oportunidad de hablar hasta el momento y , si me busca puede que necesite mi ayuda. Antes de irme le pido amablemente al encargado de la muralla que si me puede averiguar quienes eran las patrullas encargadas de la zona en al que se encuentran las garitas del correo y parto sin mas espera en busca de Sayuri.

-Sayuri-San , tengo entendido que me estabais buscando , que puede hacer por vos?

Cuando dejé al general fui en busca de los samurai cangrejo que esperaba que me acompañaran y ayudaran en la dura misión que había asumido por mi propio pie. Descendí las escaleras de la torre hasta llegar a la sala principal, allí me encontré a uno de los samurai Hida que andaba buscando. Daichi había demostrado ser un poderoso guerrero, de gran valor y estima, estaba allí frente a mi y me encaminé hacia él. Parecía que había oído que lo buscaba.

Me sinceré con el Hida. Así es Daichi-san, esperaba poder contar con tu ayuda. Tengo el permiso de Hida Kanbu-sama para que me acompañéis a las tierras sombrías, a una misión compleja y dura. Tendremos que adentrarnos y buscar una ciudad oscura y malvada donde puede que sean recrutadas las criaturas que nos atacan a la muralla últimamente.

Le echo una mirada interrogadora mientras por mi mente pasan numerosas ideas a la vez.El orgullo por haber sido halagado y elegido no logra impedir que una breve sensación de enojo también se presente.Cuando por fin parecía que estaba haciendo algunos progresos en la historia de mi padre.... Pero descarto rápidamente esa sensación . Lo importante es ahora mismo conseguir hacer mas segura la muralla y si para ello debo internarme en su territorio así lo haré. Además , tal vez encuentre alguna pista por ahí perdida , nunca se sabe.
-Sera para mi un Honor acompañarte Sayuri-San en tu misión -Digo escuetamente. Cuando hay algo que hacer no soy de muchas palabras.

No había tenido que convencerlo, así que podía respirar tranquila. Solo tenía que esperar el momento para salir de allí y entrar en las tierras oscuras. Salir a las tierras sombrías acompañada por ti me da confianza, Daichi-san. Junto con Kigaru-kun espero que podamos destruir a esas criaturas y encontrar por qué tantos ataques frecuentes.

Miré hacia donde se encontraban las tierras sombrías, con la extraña sensación de que algo me esperaba al otro lado de la muralla. Puede que fuese mi destino o puede que fuese algo diferente, pero notaba algo en el aire que me llamaba allí, a proteger algo querido. Puede que fuese mi hermano, o puede que fuese mi acompañante, pero tendría que protegerlos y estaba dispuesta a ello. Saldremos por la mañana, así que prepárate para el viaje.

Me acerqué al samurai cangrejo, comprobando su equipo y si sería lo suficiente para el viaje. Daichi-san, solo nos falta encontrar a Kigaru-kun para poder partir. Espero que los tres tengamos un viaje tranquilo para evitar ser percibidos.

Tras lo dicho voy en busca de Kigaru asegurándome que Daichi me sigue.

Sin muchas complicaciones cojo mi equipo de viaje y algo de comida y sigo a Sayuri por el campamento. Es un día de descanso para los heridos y si bien aun estoy fatigado , ya me he recuperado de los golpes aunque aun tengo un buen rosario de moratones.
A lo lejos puedo ver a Kigaru , de manera que en cuanto lo alcanzamos le hago un gesto formal de saludo