Partida Rol por web

Aventuras en el Imperio Esmeralda

Tierras de los Clanes Menores

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22/12/2011, 16:16
Director

Kyuden Gotei. Hora del Sol.

En los últimos días os habéis desplazado desde vuestros lugares de residencia hasta la capital de las tierras de la Mantis. La ciudad, mucho mayor que los lugares desde los que venís os sorprenden grandemente. A pesar del cambio de familia lider en el Clan, tras la destrucción de los Gotei, los Yoritomo han mantenido el nombre de vuestra capital intacto.

Habéis sido llamados con el fin de investigar ciertos movimientos sospechosos en las cercanías de vuestras aguas. Al parecer barcos de desconocida procedencia han atacado a numerosos de vuestros mercantes, lo cual ha conllevado una pérdida de dinero que el Clan no está dispuesta a permitir. Sin embargo, no sabéis nada más.

Nada más entrar en la ciudad, un guardia de la puerta os pregunta si habéis sido llamados por el Clan para una misión oficial. Por separado, y según fuisteis llegando, afirmasteis y fuistes llevados al castillo.

Tras un tiempo esperando a los más rezagados, alguno incluso tras un par de días, sois llevados ante un soldado de alta graduación que os explica vuestra misión.

En la sala, un grupo de no más de diez samuráis de todos los lugares de vuestro territorio escucháis atentos las palabras del desconodio superior. Las buenas maneras no son cosa de la Mantis, aunque confiáis en que sí la capacidad de hacer las cosas bien.

La misión es "simple", navegar por las aguas donde se han producido los últimos ataques y descubrir quién o quienes están tras dichos ataques. Al oír las últimas palabras entendéis el porqué del número. Un barco pequeño requiere unos diez hombres para ser manejado con soltura.

Sin más, se os permite hacer lo que deseéis en lo que queda de mañana libre, para que, tras el almuerzo, a la hora de Shiba os pongaís rumbo hacia vuestro destino.

El samuraí sale de la sala y os quedáis los 10 mirándoos entre vosotros.

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24/12/2011, 12:51
Yoritomo Yojiro

¿Piratas del mar?- Dudó rápidamente Yojiro, mientras el gunso exponía la información a los allí presentes. ¿En nuestras costas?- Continuó con sus vacilaciones. ¡Por todas las Fortunas juntas!, pagaran por esto un precio bastante mayor del que han usurpado de nuestros barcos, malditos bastardos sin honor…


Yojiro, luchaba interiormente para no interrumpir al condecorado superior. Su juventud le estaba volviendo a pasar una mala pasada, aún no había encontrado el equilibrio mental necesario para convertirse en un gran samurái, pero hay cosas que no cambian y la personalidad de este Yoritomo era tan genuina como la habilidad con sus kamas.

Se sentía enormemente alagado de que entre todos los samuráis de su aldea fuese sólo él el escogido para viajar a la Gran Capital. El motivo de su viaje era, además de su primera oportunidad para demostrar su valía como siervo, una excusa perfecta para separarse de su problemático padre… ese pensamiento le aliviaba y le atormentaba por parte iguales, menos mal que un samurái respondía por sus acciones no por sus pensamientos.  La sangre joven que recorría sus venas bombeadas por su tierno corazón se aceleraba ante la posibilidad de llevar Gloría a su aldea. Todo esto mezclado convertía la situación en una comitiva infinita de palabras en boca del Convocante. No obstante, indicando una hora que Yojiro grabó a fuego en su cabeza, calló.

Una vez, salió de la habitación el Gunso, impacientemente, se dirigió a los nueve compatriotas que se encontraban en la sala:
 

Ohayou gozaimasu, samurái-samas, Yoritomo Yojiro de la islas de la seda se presenta ante ustedes.- acompañó sus palabras con una reverencial inclinación de cabeza.   Permitirme que conozca vuestros nombres ya que de aquí en adelante nuestro destino se entrelaza, al menos hasta que demos castigo a aquellos que osan robar a un Mantis lo que le pertenece…- sin más calló, abrumado por el peso de sus palabras y consciente de que se había vuelto a precipitar, la juventud mala consejera cuando la calma debe predominar.
 

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26/12/2011, 20:51
Kugawata Bato

Era tal y como se temía, al final los piratas y sus robos habían trascendido las tierras de su familia, y el no haber podido acabar con ellos antes de que el resto del clan se implicara era algo que le quemaba, lo haría acompañado, mejor así más gente seria participe de sus proezas, andaba elucubrando sobre como llegaría a ser un héroe, y un ancestro que seria soberano en el templo familiar...

Entonces otro de los mas jóvenes abría la boca y lo sacaba de sus ensoñaciones, se presentaba e instaba al resto a hacer otro tanto...

Hashimemashite, mi nombre es Kagawata Bato de la isla de la tempestad, estoy impaciente por acabar con estos perros infames que se atreven a insultarnos, pongamos en camino cuanto antes...

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02/01/2012, 19:12
Yoritomo Yojiro

Uno a uno en orden militar, fueron presentándose sin cambiar mucho el discurso de los jóvenes Mantis. Mientras cada samurái hacia su ritual presentación, Yojiro, los observaba analizándolos  detenidamente.
 

Sólo le llamó la tención tres cosas, y muchas eran para un hombretón poco dado al tacto diplomático. Principalmente cayó en cuenta que todos eran jóvenes, demasiado jóvenes para la empresa que llevaban a cabo, salvo un samurái de mediana edad, que con su cuero cabelludo afeitado  y sus marcadas arrugas, anunciaba con su mirada que o bien tomaría el mando de la operación o bien sería un inepto bueno para nada. Si este samurái no actuaba como debiera, él mismo asumiría el mando de la misión. No sin méritos, había recibido el título de “Sankas” en su pequeña ciudad, que era lo más parecido que había al campeón Topacio reducido a la pequeña Isla de la Seda.
 

También se percató que de entre todos los jóvenes había uno en especial que no había tardado en reaccionar ante la presentación y toma de iniciativa de Yojiro,  Bato-san, recordaba haber escuchado. Lo tendría en cuenta como compañero valido, ya que algo le decía que podría conformar una buena compañía.  Aunque no eran más que prejuicios, en más de una ocasión ese sentido excepcional le había dado la llave de salida de algún que otro inconveniente. 
 

Por último, asimiló que ninguno de los allí presentes portaba menesteres para la búsqueda y esto lo hizo reaccionar ipso facto. Con respeto, se dirigió una vez más a los allí presente:
 

Vuelvo a importunaros samas, disculpar mi impaciencia, pero mientras antes partamos antes veremos cumplidos los deseos de nuestro Damyo y antes descansaran en paz los mercantes del Clan. Pero no por presteza debemos ignorar obligaciones que debemos atender. Al desconocer el tiempo que nos llevará alcanzar a esos maleantes deberíamos pertrecharnos de alimentos neceseres de navegación básicos y una orden firmada de detención para aquellas embarcaciones que nos puedan resultar sospechosas.
El que no tenga que saldar cuentas con sus ancestros, puede encargarse de ello. En mi caso particular, tengo que orar a mis antepasados antes de partir.

 

Dicho esto, entendió que si alguien se encontraba en su misma tesitura lo seguiría y los que no se encargarían de los preparativos. Si se daba de esta manera las circunstancias entendería que acababa de asumir el mando del grupo de samuráis.
 

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04/01/2012, 09:55
Kugawata Bato

Bato cabeceaba cortesmente como señal de reconocimiento ante cada presentación, intentó hacer un juicio a priori de cada uno de los otros jovenes, y entonces de nuevo Yojiro se adelantaba al resto proponiendo un plan de acción, bueno más bien se retiraba a una seguna linea para orar, en ese caso el se haría cargo del resto...

Hai, a la hora de Shiba en el embarcadero, si alguien tiene alguna petición en particular que la haga, estoy seguro que podremos hacernos con ello...

Tras esto y sin mediar más palabra se inclinaba en señal de respeto y salía de la habitación con paso decidido.

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04/01/2012, 11:32
Director

Kyuden Gotei. Hora del Sol.

Tras la presentación de todos los jóvenes reclutados. Las primeras dudas comienzan a reflejarse en las caras de muchos. Sois todos muy jóvenes, pero algunos sin duda no han tenido demasiado tiempo de madurar y parece que la empresa les queda grande. Será mejor que maduren rápidamente. Pensáis ambos para vuestros adentros.

Ante la sugerencia de Bato de reunirse a cierta hora en el embarcadero, la mayoría asintió mientras exclamaban un "Hai" en alto. Parece que tanto el tal Yojiro como Bato podrían llegar a disputarse el liderazgo del grupo.

Tras ello, cada uno salió de la habitación en grupo, en parejas o en solitario, con un objetivo distinto.

Cada uno de vosotros se dirige a hacer los quehaceres que considera oportunos.

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05/01/2012, 19:35
Yoritomo Yojiro

Tres de los jóvenes Mantis acompañaron a Yojiro al templo más cercano, este hecho no le sorprendió, ya que no es costumbre en el clan ser muy oradores con sus ancestros.
 

De rodillas le pidió al gran Kaimetsu-uo, fundador del Clan, que lo protegiera para llevar Gloria a su Familia y que le diera salud a Risako-chan en su ausencia, esto último le producía dolor solo pensarlo.
Cuando el tiempo apremió, y tornaba el sol sobre la hora de Shiba se dirigió, acompañado de los silenciosos samuráis, al embarcadero.
 

-Mirar el horizonte compañeros porque allí esta nuestra Gloria.- dicho esto espero la llegada de Bato-san que todo lo necesario para partir, sabía que no estaba bien tratar con pseudónimos menores a –samas a sus iguales pero le divertía pensarlo para sus adentros. 
 

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09/01/2012, 12:16
Kugawata Bato

Bato se alejaba de la sala con paso tranquilo, quería dar una vuelta a la ciudad ya que nunca había estado en la capital y además no sabía si volvería, por supuesto algo de saké no le vendría mal, así que caminó deambulando un poco; entonces se dió cuenta que un par de chiquillos le seguían, siguío andando disimuladamente y se detuvo tras doblar una esquina, los jovenes samurais se sobresaltaron un poco al verse descubiertos, no tardaron en disculparse y volver a presentarse, eran Anko y Kitaro, mellizos y ambos dos excelentes tiradores, y por su aspecto escualido era algo que no extrañaba al joven Bato; tanto ella como él estaban acostumbrados a ciudades más pequeñas y creían que el marinero era más mayor y decidido, con una sonrisa condescendiente los sacaba de su error y continuaron su ruta turística; enfundados en un respeto cortés y timido, fueron a hacerse con algunos enseres que consideraba necesarios para la próxima travesía, si bien eran algo novatos en estas cosas, Kugawata ya había navegado más que los hermanos, lo cual le hacía el más respetable en el momento de la compra, y aunque sus ojos no aprobaran el que considerara el saké como algo necesario para la aventura, lo mandó cargar igual en el navio.

Despues de las compras, el turismo y viendo que la hora de Shiba no estaba cercana, les propuso sentarse a disfrutar del mar en alguna terraza cercana, un poco de conversación informal y poco profunda no le vendría nada mal, era bueno que fuera haciendo migas con los que podrían ser sus compañeros durante una buena época.

Notas de juego

Perdona con lo de los Tsuruchi se me había ido el santo al cielo. Edito y de paso meto signos de puntuación que me habían bailado, esto de postear desde el curro me esta costando disgustos, jejeje.

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11/01/2012, 18:50
Director

Kyuden Gotei. Hora de Akodo.

Entre los paseos y las compras de los enseres necesarios para la travesía, las horas han pasado rápido.

La conversación con los jóvenes Anko y Kitaro ha estado lejos de ser lo más mínimamente interesante y en cuanto has visto la oportunidad has sugerido ir a comer algo, llevándote las manos a la tripa a modo de acompañamiento de tus palabras. Ambos jóvenes parecían entusiasmados con comer contigo.

Ambos jóvenes, provienen de una zona del interior de la isla y si bien tienen buenas dotes para la caza y el arco, no tienen mucho conocimiento del mar, a diferencia de ti. Enseguida les coges cariño. Bien es cierto, como ya has notado, que sus historias no son en ambsoluto interesantes, pero parecen dos chiquillos bastante despiertos y que captan las cosas con rapidez. Como persona mayor, en cierto modo te empiezas a encariñar de tus "nuevos hermanos pequeños".

En ese momento te acuerdas de los tuyos. Estarán en casa con Padre y Madre.

Con la ayuda de algunos heimin, lleváis las cosas que habéis comprado al puerto. El tiempo ha pasado volando y la hora de Shiba debe de estar al caer.

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11/01/2012, 18:55
Director

Kyuden Gotei. Hora de Shiba.

La tarde comienza y Bato aparece junto a un grupito de personas, lo cual sorprende a Yojiro. Dos de ellos los reconoces, aunque no recuerdas sus nombres. Son dos chavalitos, muy jóvenes según tu opinión, pero no eres nadie para cuestionar lo que tus superiores ordenan. Y lo sabes.

Tras Bato, un grupo de varios hombres de aspecto lastimoso acarrean un montón de pertrechos. Serán Heimin.

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12/01/2012, 11:38
Yoritomo Yojiro

Finalmente ahí llegan, parece que traen todas las provisiones necesarias… esperemos no necesitar más…- Mientras su subconsciente absorbe las imagines que sus ojos le ofrecen se vuelve hacía el inconmensurable mar.- Pronto nos uniremos de nuevo, te empezaba a extrañar…
Sobre los jóvenes acompañantes de Bato no hace mención, ni tan siquiera se lo plantea; ¿Quién es él para discernir sobre las decisiones de los superiores?; Nadie, solo un suertudo Bushi, aunque este calificativo sería discutido por la mayoría de samuráis de otros clanes. Pero eso, le importaba poco a Yojiro.
 

Saliendo de sus cavilaciones se acerca a Bato y mientras hace una reverencia  comenta:
-Gracias Bato-Sama, por ocuparse de tan ardua tarea mientras los demás dábamos cumplimiento a otro tipo de menesteres.- dicho esto, se enderezó y mostro con la mano el camino a Bato para montarse en la pequeña embarcación. Partamos sin demora.
 

La castigada cubierta crujía al paso del gigantesco samurái, volvió la mirada en varias ocasiones en busca del capitán del navío, al no encontrarlo se dirigió a popa, inspiró el aroma a salitre de las aguas, se volvió para el resto de samuráis y dijo en voz alta:
 

-Bajamar y viento de popa… ¡Adelante compañeros hagamos que este cascajo surque los mares a nuestro antojo!.-  Sin más, se dirigió a la soga que sostenía el ancla y empezó a alzarlo a espera de ayuda…   
 

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17/01/2012, 10:52
Kugawata Bato

A medida que se acercaban al barco y ya desde lejos veía al motrenco Yojiro, sería facil reconocerlo en cualquier situación, su tamaño lo hacía bastante peculiar, respecto a los otros samurais, había un tipo bastante mayorcete, alguno con una cicatriz y a otros que todavía pasaban desapercibidos, pero que que aprendería sus nombres poco a poco, era consciente que a él lo reconocerían como el tuerto, pero daba igual, les demostraría que era un Kugawata, sonreía para sí mismo...

Llegó junto al pantalán y se inclinó levemente en señal de respeto, Nada de Bato-sama Aniki, los ancestros son sagrados y hay que respetarlos...

Tras esto, se aseguro de que los siervos introdujeran correctamente todos los bártulos, escuchaba de fondo a los que desde hoy serían la tripulación, organizandose en cubierta de una manera u otra, Nos asignarán un capitan??? o por contra seremos nosotros?? de no ser así supongo que podría encargarme yo...

Volvió a cubierta y ordenó a los heimin que soltaran amarras antes de irse, con Yojiro levando el ancla y algunos otros izando velas, ya estaban practicamente zarpando, y entonces levantó la voz. Cuantos de vosotros habeis navegado, los experimentados dad un paso al frente, si no tenemos capitán y nadie se considera capacitado, con el debido respeto me haré cargo de la nave...  esperó pacientemente, sobre todo esperando por el tipo más mayor o quizas Yojiro si se aventuraban, había descartado a los mellizos y a algunos otros jovenzuelos...

Mientras tanto se tomó algunas libertades, Anko me gustaría que fueras nuestra vigía, y que tu hermano sea tu relevo...

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17/01/2012, 20:12
Director

Kyuden Gotei. Hora de Shiba.

Los samuráis que venían de distintas partes de la ciudad, se saludan entre ellos y también a vosotros. Todos montaís de forma ordenada en el barco.

La brisa marina invita a echarse a la mar. Cientos de aves marinas chillan descaradas sobre vuestras cabezas, a menudo intentando arrebatar el pescado a quien está distraído.

Una vez en el barco y a falta de un lider claro, dos miembros de la tripulación parecen postularse, ya que ambos comienzan a dar órdenes. La confusión reina en el barco y mientras unos hacen caso a uno, los otros al otro o se quedan quietos.

Anko comienza a subirse por el poste hacia el lugar más alto desde el que otear el horizonte. Su hermano le ayuda a trepar. Algunos hombre dan un paso adelante, pero no contáis más de 5 personas que tengan conocimientos suficientes de navegación.

Con ambas órdenes en el aire y con el desconcierto de quien dirigirá el barco, ambos os miráis a los ojos, sin saber muy bien que hacer. Sólo sabéis que vosotros debéis ser el capitán y no el otro.

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22/01/2012, 13:32
Yoritomo Yojiro

 

Será posible… así no iremos a ningún lado.- soltó la gruesa soga que hacía subir el ancla y las dos personas que estaban ayudándole en la tarea perdieron el equilibrio al soportar todo el peso del ancla sin la ayuda del Yoritomo.

Directamente trazó una línea recta hacía Bato, dando grandes zancadas.
Escúchame con atención: Tenemos una misión de vital importancia entre manos, no podemos complicarnos para comprobar quien es el Gallo del corral… Todos navegamos en la misma dirección.- señaló con su fornido brazo al resto de la tripulación, pero al ver que la mitad estaba parada añadió -. Bueno, aún ni siquiera navegamos. No pretendo darte órdenes si no las quieres aceptar así que rememos en la misma dirección, encárgate del timón que yo me encargaré de que la nave rompa las olas.

Tras esto baja a cubierta y de forma aireada grita:
No quiero ver a nadie parado hasta que este barco no abandone la costa; ¡a trabajar!. Soltar amarras, despliega el trapo, recoger el puente… ¡Vamos, vamos!.- él hace lo propio ayudando donde existían menos conocimientos o mas torpeza a la hora de trabajar.  

Notas de juego

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27/01/2012, 15:23
Kugawata Bato

Observó y escuchó a Yojiro mientras parecía que este perdía la paciencia, se le encaraba y despues daba ordenes a diestro y siniestro, se conocían desde hacía muy poco y aquí eran todo aliados, y aunque se sintió realmente tentado a retarlo se contuvo, la sange le pulsaba en los oidos, respiraba profundamente recitando algunos sutras; tomó mando del timón y se aseguró por pequeñas indicaciones, a los más maduros en la navegación, que cazaran las velas aquí o cobraran cabos allí hasta que salían por puerto con buena dirección y velocidad.

Eh, tú... le decía a uno de los que habían dado el paso al frente ven aquí, agarra el timón y mantén el rumbo, toma el sol siempre por la aleta, si Yojiro te pregunta donde estoy, estoy en el camarote de popa y si ocurre algo da una voz.  Así despues de dar esa corta orden se fue hacia el camarote a tomar mediciones y una ruta para los próximos días.

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29/01/2012, 16:53
Yoritomo Yojiro

Sin lugar a dudas, una vez más, había actuado con precipitación. Madre, donde quiera que estuviese, seguro le habría reprendido por su comportamiento acelerado e irrespetuoso… Pero esta lacra, acentuada por su inexperta edad, volvía hacer de las suyas… ¿Cuando podría convertirse en un samurai equilibrado?; quizás nunca...

Miro para atrás, vio como Bato-san soltaba el timón y se retiraba al camarote, sin duda había demostrado mas dotes de mando que él sin tener que exasperarse…entonces lo vio claro.

Interceptó a Bato cuando este se disponía a entrar bajo cubierta y serenamente hablo:
 

- Si con mi actuación de hace unos segundos he podido enturbiar tu ánimo, te pido disculpas, Bato-sama, mis más sinceras disculpas. De aquí en adelante, creo que serías la persona mas indicada para dirigir esta empresa. Estoy a tu disposición.  
 

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30/01/2012, 11:05
Director

Saliendo de Kyuden Gotei. Hora de Shiba.

Las palabras de Yojiro no tardan en ser escuchadas por algunos de los hombres de la embarcación.

Las caras de circunstancia comienzan a mostrarse en cada rostro, mientras la noticia corre como la pólvora. Todos parecen expectantes ante la posible contestación de Bato.

El mar está en calma, el sol brilla con fuerza, pero todos saben que una tormenta puede desatarse en el mismo barco. ¿O quizás fueron sólo truenos de una lejana tormenta?

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30/01/2012, 18:01
Kugawata Bato

Escuchó las pesadas zancadas tras de sí y empezó a coger aire, pero cual fue su sorpresa cuando el corpulento samurai se disculpaba, casi se quedó sin palabras, con el ojo bien abierto y las cejas levantadas; por suerte reaccionó a tiempo con una carcajada...

Nada de Bato-sama Aniki, tus palabras despertaron a todos del letargo y ahora estamos por fin navegando, soy yo quien se tiene que disculpar por tomarme tan a la ligera nuestra misión - Bato se inclinaba ligeramente en señal de respeto, ahora se acercó para que nadie más los escuchara - Pensaba dirigirme al camarote a tomar mediciones y rumbos para las próximas horas de navegación, me ayudais?? Con respecto a capitanear el barco, hagamos una cosa, a efectos prácticos vos sereis el contramaestre y yo el capitán, parece que el resto os hacen buen caso, supongo que ese tamaño tuyo ayuda mucho, a efectos reales tomaremos las decisiones conjuntamente.

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03/02/2012, 11:43
Yoritomo Yojiro

Yojiro se dedicó a sentir cada uno de las palabras de Bato-san, estaba demostrando ser un buen hombre y en ocasiones su precipitado comportamiento  le jugaba malas pasadas. Pero había aprendido algo importante en el Bushido, el reconocimiento de culpa y su expiación con el perdón…
 

- Claro os acompañare dentro, pasar Bato-san, indicaré a los hombres que mantengan el rumbo y que nos avisen de cualquier eventualidad.- Dicho esto grito dirigiéndose a la tripulación, indicándole lo narrado a Bato. Finalizó diciendo: el capitán y yo nos encontraremos en el camarote.
 

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05/02/2012, 14:56
Director

Saliendo de Kyuden Gotei. Hora de Shiba.

Tras indicar a los hombres que mantengan el rumbo hacia alta mar y que deséais ser avisados en caso de novedad, bajaís hacia el camarote del "capitán". Lo cierto es que el barco que lleváis no es especialmente cómodo, pero sí rápido.

Antes de que os déis cuenta estáis en la oscuridad del camarote. Ante vuestra sorpresa, algunas cartas naúticas se encuentran ya sobre una mesa de madera ya desgastada, aunque en buenas condiciones. Un pequeño agujero deja pasar algo de luz, pero enseguida encendéis una lámpara para ver mejor.

La tenencia de mapas es algo inusual, ya que suele ser todo un privilegio estar en posesión de estos, que por lo demás son consideradas pertenencias en exclusiva del emperador y de aquellos a los que éste o la oficina de Cartógrafos Imperiales provea.

Aunque no especialmente detallado, muestra un croquis bastante acertado de las islas que pertenecen a la Mantis. Los ataques han sido marcados con algunas marcas rojas sobre el mismo. Para la tarde deberíais estar allí, pero será conveniente estar atentos.