Partida Rol por web

Retrocedo alejándome de la escalera mientras cambio la espada de mano a la izquierda y tomo una de las dagas para poder lanzarla en cuanto me sea posible. Un mazazo de esa estatua es capaz de destrozarme por lo que debo actuar a distancia. Hay que pararlos y la única forma que se me ocurre es enredar sus piernas para que caigan al suelo.

- Lorgan...necesitamos una cuerda...o algo parecido para enredarlo en sus piernas...es la única opción de detenerlos...

En mi zurrón tengo sedal de pesca, es resistente pero no sé si servirá para atar las piernas de un guardián de piedra. Una cuerda es mucho más dura que el sedal.

-¡Yo llevo una! -digo, adivinando las intenciones de Mut, y rápidamente buscando en mis cosas. Encontré una larga cuerda. Pensé que algún día sería útil para escalar o atar a alguien, pero nunca pensé que sería para hacer caer a unas estatuas

-Tal vez pueda ir yo por un lado y tú por el otro, arrojarte un extremo y tensarlo hasta que tropiecen, ¿te parece? ¡no hay mucho tiempo que perder!

Habiendo atacado ya a Angainor, todo era cuestión de segundos. El duro enano resistió el golpe, pero no era cosa de dejar mucho margen para repetirlo.

Me muevo hacia atrás, tratando de lograr espacio de maniobra pero no puedo escapar del ataque de una de las estatuas. Un corte llega a mi brazo y un tenue suspiro de dolor se escapa entre mis dientes mientras los aprieto, tanto por el desconcierto por lo que son como por mi enojo hacia esas cosas y el mismo dolor.

Una vez el arma de piedra se aleja de mí, me percato que la otra estatua no puede llegar a nosotros, lo que nos da la ventaja de tener que enfrentar a una sola. Y al mismo tiempo, escucho la idea que surge mis compañeros.

"- Buena idea, muchachos, y mejor suerte aún que la compañera de esta muchacha -digo en referencia a la estatua- no puede acercarse. Pasen la cuerda delante mío... yo seguiré llamando su atención y ustedes podrán hacerle caer- les digo".

Nuevamente levanto mi escudo, moviéndome lentamente para atrás, y muevo la maza para llamar su atención, manteniéndola incluso cerca para ayudar a defenderme... atacar no es una opción frente a unos colosos como esto... o por lo menos no ahora.

- Lánzame un cabo y lo pondremos en marcha... - digo mientras guardo la daga y envaino la espada para poder asir la cuerda con ambas manos.

Me preparo para recibir el cabo y tensarlo para que las estatuas caigan por su propio pie.

Mut (35) = Se mueve y se prepara para recibir la cuerda

Eadar (20) [45 de 45 Necesita reposo o -2xAs]  = ¿Sube hasta entre la planta baja y la primera planta?

Angainor [51 de 59] (15) = Defensa total y NO SE MUEVE

Lorgan (10) = Saca la cuerda y se prepara para lanzarla

Therge (10) = ¿sigue a Eadar?

Guardia 1 (-5) = No cabe por la puerta

Guardia 2 (-5) = Ataca a Angainor: 130 + 10 = 140 - 20-66 = 54 = -3 pv

Lorgan busca y saca una cuerda de su mochila y se prepara para lanzarla a Mut.  Una vez se la pase hay que colocarla entre el enano y las estatuas que ahora mismo están en la pelea. O este debe de saltarla a la vez que lucha con ellas.

Angainor de nuevo se prepara para otro golpe defendiéndose con todo, esta vez es el brazo que sostiene el escudo el que se resiente levemente tras el nuevo golpe. Pese a todo Angainor aún sigue bastante entero gracias a su gran resistencia, aunque ¿Hasta cuándo?

Comienzo a moverme para lograr nuestro objetivo de derribar a dichos guardianes, lo primero es moverse rápido para estar bien situado, luego vendrá coger el cabo y no entorpecer a Angainor mientras lo colocamos para preparar la trampa.

- Angainor aguanta... - le digo a modo de ánimo

Viendo que su herida le impide ir tan rápido como quiere se vuelve a Therge:

-Será mejor que avances delante, me encargo yo de él. Estáis en mejores condiciones.

A la par sacó un trapo y se lo ató a la boca para que no pudiese emitir gritos, ni de aviso ni peligro, ni órdenes a sus compañeros.

Con el arco en la mano zurda cogió al rehén con la derecha y le obligó a andar delante suya.

Siento un nuevo golpe, mi brazo se afloja un poco y el dolor comienza a aflorar. Abro mis ojos un poco por el reflejo que el dolor genera y trato de no perder la postura. Mi respiración se agita un poco y si bien las ganas de devolver el golpe se suman, sé que no puedo hacerlo pues no es momento aún.

"- ¡Vamos! Eso no es suficiente para vencerme, en las grandes galerías enanas he estado frente a rocas más agresivas- le esputo al coloso, como si mis palabras intentasen apelar a su atención, a su ego, aunque poco de ello creo que tengan éstas".

Vuelvo a ponerme otra vez firme para soportar al gigante de piedra, asimismo esperando que mis compañeros sigan con el plan.

Yo no digo nada, pero estoy atento a lo que hago con toda mi alma. Ojalá salga bien, pienso. Me centro en la distancia hacia las manos de Mut, en pasarle bien la cuerda, y me encomiendo a los dioses para que la estatua caiga con ello sin herir a nadie.

MIro al ser de piedra, amenazante hacia Angainor, y cómo éste bravamente le responde. Mi corazón está con el enano, pero necesito que la cuerda llegue al otro lado. 

Allá va..

Mut (35) = cuerda

Eadar (20) [45 de 45 Necesita reposo o -2xAs]  = Sube hasta entre la planta baja y la primera planta

Angainor [51 de 59] (15) = Defensa total

Lorgan (10) = cuerda

Therge (10) = sube y apunta a Guardia 1

Guardia 1 (-5) = Avanza

Guardia 2 (-5) = Ataca a Angainor: 68 + 10 = 78 - 20-66 = 0

Therge asintió con la cabeza y te entregó al prisionero – No te fies de él – Te dijo en voz baja.

Luego te adelantó y continuó subiendo los escalones de dos en dos, y si no subió más rápido fue porque intentaba subir lo más silenciosamente posible, hay ocasiones en las que el efecto sorpresa es fundamental.

Le pusiste aquel trapo y continuaste con tu lento ascenso, llegas hasta la mitad de entre la planta baja y el primer piso. El sonido de armas sigue llegando desde lo alto.

Los acontecimientos suceden con rapidez. Lorgan lanza el cabo, pero no le sale muy bien, no ha calculado el poco peso de la cuerda y el lanzamiento se queda corto. Por suerte el hobbit resulta más ágil y se agacha adentrándose entre los pies del guardian de piedra a riesgo de resultar aplastado, atrapa la cuerda y tira de ella con todas sus fuerzas.

El enano que ya estaba pendiente de esto retrocede en dirección a la habitación. El enemigo se ve obligado a avanzar para atacar de nuevo al enano. Desgraciadamente nuestros amigos no son lo suficientemente experimentados en tender emboscadas con lo que no disponen del factor sorpresa.

El guardián avanza sin poder o sin querer esquivar la cuerda, esta se tensa y… la fuerza del guardián es grande, esta se suelta de las manos de Lorgan sin apenas hacerlo tambalear, el enemigo ataca finalmente al enano. En esta ocasión Angainor se defiende perfectamente bloqueando el ataque por completo. Pero ahora hay un problema añadido, el otro guardián da un paso al frente y levanta su arma, ahora puede elegir entre atacar a Lorgan o a Mut.

El plan ha salido mal, no hemos sido efectivos y ahora la situación se complica. Angainor se bate él sólo contra uno y el otro guardián puede atacarnos a Lorgan o a mí. Es hora de ayudar al enano y acabar con el otro guardián.

- Lorgan...encarguémonos de este para ayudar luego a Angainor...llamaré su atención para que puedas atacarlo por la espalda...

Saco la daga y me preparo para lanzarla. Mi idea no es causarle demasiado daño pero sí llamar su atención. Tras lanzar mi daga y espero que impactar en su cuerpo de piedra me alejolo suficiente que den mis piernas mientras grito para llamar su atención.

En cuanto pueda descolgaré mi arco preparándome para atacarle a distancia y atraer su atención.

"¡Maldita suerte!", grito en silencio haciendo retumbar las palabras en mi mente. Mi atención hacia el coloso frente a mí se desvanece al darme cuenta que su compañero ha logrado abrirse paso al pasillo... y del otro lado mis compañeros han de batirse contra la mole.

"- Trataré de hacer frente a esta muchacha, ustedes encárguense de la otra- le digo a Mut al escucharle".

Doy un pequeño paso atrás y otro. Trato de medir semejante enemigo y mentiría si dijese que no me desahucia el verle impávido y todopoderoso frente a mí, avanzando sin dar importancia a nada. Miro su rostro de pájaro inexpresivo, su arma y brazos, su torso y piernas... sus piernas. Mi vista se detiene un momento en el grosor de las piernas y mis ojos se mueve entre ellas y mi maza.

"- Bien linda, no puedo hacer la vista a un lado a tus ataques, pero es momento de devolverte la cortesía- digo con una leve sonrisa intentando recobrar la confianza, al momento que lanzo un ataque a una de las piernas de la estatua".

Eadar conminaba a subir las escaleras al prisionero delante suya. Con la mano zurda le iba guiando dejando espacio de sobra para que Therge avanzase con libertad de movimiento sin que ni él ni el rehén le pudiesen obstaculizar. Siete u ocho escalones por detrás y Eadar sujetaba las manos de aquel hombre con fuerza, incluso cada vez que el rehén subía un escalón, Eadar tiraba de él hacia atrás para frenarle la subida.

Los tres iban subiendo en el mayor sigilo posible. Esperando poder utilizar el factor sorpresa.

La cuerda no nos fue útil, el ser de piedra era más fuerte de lo esperado, y no cayó pese a nuestros intentos. Ahora la situación no es menos peligrosa, pues puede atacar de nuevo al bravo enano, y su gemela a Mut o a mí, ya que ahora ha avanzado un poco.

Aprovecho la lentitud de movimientos de la estatua, y me alejo un par de metros del radio de acción de su maza. Retrocedo hacia la habitación que más cerca tengo y observo por un segundo a nuestro enemigo, puntos flacos que pudiera tener. 

La maza es lo peor, al impacto de la piedra se unen sus peligrosos picos, y la convierte en el elemento más terrible que poseen los pétreos seres. Las piernas también son un punto débil.. Quizás no esté todo perdido. 

Mut quiere atraer su atención, si lo consigue, actuaré en consecuencia. Preparo mi arco y una flecha que espero sea certera en su vuelo mortal, y tenso la cuerda, apuntando al pétreo ser.

Mut (35) = Lanzar Daga -> 0

Eadar (20) [45 de 45 Necesita reposo o -2xAs]  = llega a la primera planta

Angainor [51 de 59] (15) = Ataca -> 11

Lorgan (10) = patras y apunta 

Therge (10) [35 de 49, -40 actx1 as] = Dispara flecha a G1 -> 100 + 10 = 110 -> 13B costado -3PV

Guardia 1 (-5) [24 de 40]= 115 +10 -20 = 105 -> 10B Costado -4 -40act 1 as

Guardia 2 (-5) [29 de 40] = Ataca a Angainor: 55 + 10 = 65 - 20-66 = 0

Antes de que Mut lance su daga algo extraño sucede, una flecha impacta en el costado de los primeros de los guardianes y un pedazo de enemigo salta por los aires. No lo suficiente como para hacerlo tambalear, pero no está tampoco nada mal. Pero… ¿Quién ha sido? Apenas veis una cabeza en la escalera de caracol, se trata de Therge, el guardia de vuestro “jefe” - ¿Alguien necesita ayuda? – Dice sonriente

Mut lanza su daga con poco acierto y esta golpea de lado contra el guardián sin infringirle ningún daño.

Angainor lanza su maza para adelanta al tiempo que se defiende, lástima de no ser más ofensivo pues le habría hecho mucho destrozo al enemigo. Aun así la maza golpea en el muslo de la estatua y le arranca también un trozo. Quizá sean enemigos duros, pero no invencibles.

Lorgan se echa para atrás y apunta al Guardia uno, pero de pronto desaparece de su punto de mira pues el enemigo gira sobre sí mismo junto con su maza, pillando desprevenido a Therge el golpe impacta en su costado, protegido por una armadura de cuero pero aun así el golpe es importante.

La otra estatua de piedra ataca una vez más al enano y tampoco lo alcanza, Angainor le va pilando el truco a estos seres.

Ahora sois cuatro contra dos, hay que sacar provecho de la ventaja numérica y con rapidez.

Sigue el lento ascenso y te comienzas a poner nervioso, pero… ¿Qué más puedes hacer? Arriesgarte a que se te abra la herida puede que sólo sirva para poner tu vida y la de tus compañeros en peligro.

Al menos el prisionero no te pone las cosas más complicadas de lo necesario y alcanzas el primer nivel. Ante ti es una cámara que ocupa toda la extensión de la planta. Hay una escultura hecha en bronce y recubierta de plumas, plumas como las del artilugio. La figura representa a un pájaro enorme, de unos tres metros y cara desfigurada, entre sus garras apresa una cabeza también de bronce.

A izquierda y derecha hay unas jaulas llenas de pájaros de colores que graznan más que cantar, en el resto de la sala hay como unos banquitos de piedra que te hace pensar que este sitio se trata de alguna especie de santuario. No parece haber nada más de interés en esta planta, los sonidos de la batalla vienen de más arriba y parecen aumentar de intensidad.