Partida Rol por web

Sarah, disimuladamente, persigue de nuevo a la extraña pareja hacia el interior del parque. No sabe si podrá sacar algo en claro de toda esta labor de espionaje, pero está segura de que tanto estos dos como el supuesto policía tienen bastante que esconder y, seguramente, no se tratará de obras de caridad.

Mientras sigue a la pareja Sarah mira su reloj: las 13:40... empieza a tener hambre. Los desconocidos salen por la puerta oeste del Central Park y se dirigen hacia una furgoneta negra que parece estar esperándolos. La parte de atrás se abre y ambos entran. Sarah no tiene tiempo de ver quien conduce o quien les espera porque la chica se gira en ese momento como si precisamente temiese que les siguieran. Aprovechando un puesto de perritos calientes Sarah se gira para ocultarse tras el orondo vendedor. Cuando se anima a mirar de nuevo la furgoneta ya se mezcla entre el tráfico, sin posibilidad siquiera de atisbar su matrícula.

Sarah lanza miradas alrededor con la esperanza de conseguir un taxi rápido. La furgoneta es casi un punto negro entre el tráfico. Hora punta... Demasiado pedir... Maldita sea... Cuando un taxi parece por fin hacer caso a las señas de Sarah ya no queda ni rastro de la furgoneta, aunque se fue en dirección norte...

Sarah se siente algo frustrada por, después de tanta persecución y espionaje, haber perdido a los tres tipejos. Poco podía hacer, desde luego, pero bueno, el caso es que los ha perdido irremediablemente. Definitivamente Sarah deja atrás la avenida y el taxi y se dirige a cualquier cafetería cercana a comer algo y, de paso, ver las noticias, por si cuentan algo acerca de lo ocurrido en el túnel.

En la cafetería más cercana Sarah se sienta atenta a la tele. Un reportero habla de lo sucedido en el túnel:

- ... y aunque las autoridades no han confirmado nada testigos presenciales nos han contado que un tipo enmascarado salió corriendo del túnel persiguiendo a una furgoneta mientras disparaba con algún tipo de arma energética.

La escena cambia y se ve a un testigo delgado, de gafas, que habla entusiasmado a la cámara:

- Era enorme, medía unos dos metros y parecía que no cogía en ese traje blanco... o plateado, no sé... ¡Pero corría como un demonio! Oiga, se lo aseguro... Yo NUNCA he visto correr a nadie así.

Cambio de testigo: una chica joven.

- Hormonado al máximo ¿sabe? Como esos tipos de halterofilia. Una pasada... Y no sé como lo hacía pero parecía que disparaba rayos por las manos...

Otro testigo, esta vez un hombre de negocios:

- Bueno, estuve a punto de matarme chocando de frente contra esa furgoneta ¿sabe? Y dentro le aseguro que iban otros enmascarados. ¿A donde vamos a parar? Si toda esa gente va por ahí sembrando el caos...

mierda, más mala propaganda... esto no es bueno. ¿Y quién narices es toda esa gente?...

Sarah se come su menú de mediodía, consistente en una ensalada de frutas y un plato de carne con guarnición de verduras (seguramente congeladas). Descansa unos minutos viendo la televisión y vuelve de nuevo al parque. Se acerca a algún kiosko y compra los periódicos de la tarde, para ver si amplían más la información del túnel.

Sarah ojeó los periódicos con cierto desánimo. Ni una referencia al tema del túnel en la edición de tarde. Quizás la noticia no parecía tan interesante para los demás como para ella misma. El resto del periódico no parecía contener ninguna referencia digna de mención fuera de los clásicos sucesos de la ciudad: peleas de bandas, narcotráfico, extorsiones... La ciudad era un vertedero moral.

Solo una le llamó la atención:

Cita:

¿Explosiones? ¿Lanzacohetes? Estos no son pandilleros puestos de crack, desde luego...

Después de la desesperanzante lectura del diario, Sarah decide que, ya que en un rato ha quedado con el periodista, no le merece la pena moverse de Central Park.

no vuela quien no puede

Por el mensaje en clave, Sarah asume que el periodista la está citando en alguna zona con pajareras o algo similar, así que aprovecha el tiempo y busca el lugar (pues Central Park es verdaderamente grande).

Sarah se encamina hacia el pequeño lago de los patos gordos. Allí se encuentra sin duda el punto de encuentro con su interlocutor. Lo encuentra sin problemas, aunque aún queda una hora y media para el momento del encuentro.

Sarah aprovecha el tiempo que tiene hasta la cita para dar una vuelta por los alrededores y analizar el terreno, por si fuese necesaria alguna huída precipitada. Luego, cuando ya quede menos, busca un lugar tranquilo y se quita las ropas que tomó prestadas de aquel tendedero, para pasar a su uniforme oficial de vigilante. Esperará agazapada tras algún arbusto o sobre algún árbol, para salir sólo cuando el periodista aparezca y siempre que no vea demasiada gente alrededor.

La Llama sustituye a Sarah en cuanto ésta ha analizado todos los posibles puntos de fuga. Agazapada entre unos matorrales cercanos al lago espera pacientemente hasta que la oscuridad cae sobre el parque y la gente empieza a desaparecer. La hora de la cita se acerca.

Puntual, como siempre, Talbot aparece por el sendero. Viste una desgastada gabardina y viene fumando un puro. No se le ve inquieto, aunque mira de vez en cuando a su alrededor, quizás para asegurarse de que nadie lo está siguiendo.

La Llama espera agazapada tras unos arbustos a que no haya nadie alrededor de Talbot. Luego llama su atención con un discreto -Tshhhh, tshhhh y espera a que el periodista se acerque a su lado para poder hablar con él.

Mark pega un respingo al escuchar la llamada de la Llama, pero lo disimula bastante bien. Avanza de forma casual hacia los matorrales y se apoya en un árbol cercano mientras enciende de nuevo su pipa:

- Hola. Me alegro que seas puntual porque no podré quedarme mucho tiempo... ¿Te has enterado de lo del túnel? Hubo una fiesta de mil demonios... Según me he enterado algunos amigos tuyos disfrazados en una furgoneta se metieron en un lío con un chico nuevo en la ciudad... Todavía no saben su nombre pero parece ser un vigilante de los de espectaculares: un testigo presencial afirma que lanzaba rayos por las manos y corría más rápido que un coche... Y al parecer no eran meras exageraciones.

- Sí, he estado por allí y he visto todo lo que se ha formado... una pena no haber podido llegar antes, seguro que hubiese sido bastante divertido... ¿sabes por qué se han peleado?