Partida Rol por web

En el Cementerio del Parque Saratoga se celebrará el funeral por las victimas del enfrentamiento entre los Ases de Hierro y los Kuritenses.

++Avenida Kanrei. Parque Saratoga. Atria: 11 de Junio del 3028, 18:50 h . Día 4 en la superficie.

Leone, Jeff, Condor y los soldados Vojta Ticho (infiltración) y Alex Seibrl (Demoliciones)
entraron en los suburbios de la capital en sus mech. Al legar a la autopista perimetral, un control policial les identificó y tras una llamada a la central, les autorizaron continuar por una de las vias especiales que se adentraba en el distrito Saratoga.
El agente especificó que el salvoconducto expiraba a medianoche del día siguiente y que en ningún caso podían circular fuera de la via especial.

El grupo avanzó sin problemas hasta el hangar que el Oficial de inteligencia kuritense les había reservado.

La sólida estructura podría albergar a una veintena de mech y se encontraba desierta a escepción de un guardia con un perro.

Tras comprobar que Los mercenarios tenían la reserva, el vijilante les explicó los sistemas de seguridad de la instalación y se retiró a una garita situada en una entreplanta desde la que contlolaba cualquier movimiento.

Cada mechwarrior recivió una tarjeta. Al pasar por cada puerta, quedaba registrado quién pasaba por donde.
El sistema ofrecía diversos niveles de seguridad para las cuatro subdivisiones del recito (Mech, acorazados, aerotransportes e infantería).
Los mercenarios respondieron que en principio todo su pesonal podría tener acceso a cualquier departamento.

Una vez amarrados y asegurados, abandonaron el Hangar a pié en dirección al Cementerio por la gran avenida Kanrei.

La inmensa nave sobresalía sobre el horizonte de Puerto-Maw y era imposible perderse. Tan solo unas manzanas más adelante comenzaba el Parque Saratoga.

El parque estaba rodeado por un muro de 2 metros de hormigón y un metro mas de plastividrio. Sin embargo contaba con numerosas puertas y todas ellas estaban abiertas. Todo indicaba que el paque se cerraba pos las noches.

El grupo abandonó el grisaceo barrio semi-industrial en que estaba el hangar y se adentraron en el hermoso parque.

Un cesped cuidado tapizaba el suelo hasta donde alcanzaba la vista. Arbustos y árboles se ordenaban en formas geométricas formando macizos rodeados de caminos de arena compactada.
El esmero con el que los kuritenses habían creado el enorme jardín lograba sin necesidad de grandes estatuas, o bunkers, impresionar a todo el que paseaba.

La maroría de los caminos conducían al elemento central del parque, la nave de descenso clase Behemoth (Leviatan)
La nave mediría mas de 200m. Con un peso de 100.000 toneladas era la nave de descenso mas grande jamás construida.
Las Behemoth eran de las pocas naves de descenso que no estaban diseñadas para aterrizar en un planeta, dejando la operación a otras naves de menor tamaño que se ensamblaban en órbita.

El Condominio había restaurado algunas cubiertas como museo. Se trataba de un símbolo que recordara que la casa Kurita había colonizado aquel planeta y que tras años en manos de la liga de mundos libres y la mancomunidad de Lira, volvía bajo el puño de su primero y legítimo dueño.

Tras caminar varios kilómetros por el parque, los mercenarios llegaron al cementerio. El recinto, también estaba rodeado por una valla similar.
-Insignificante para un mech, una barrera para muchos tanques e imposible para la infantería- anotó Jeff.
Alex Seibrl abrió su levita y mostrando con discreción dos paquetes de explosivos matizó en voz baja: -No, si se está preparado-.

El grupo sólo pudo asomarse por la reja de la puerta. Un ancho camino conducía hacia una profunda fuente ovalada. Un gran edificio de piedra cerraba el eje. A cada lado, unas hileras compactas de arboles acompañaban a dos ejes secundarios.

En ese punto la vegetación era mas abundante. Mas allá, dos enormes bloques de piedra de 12 metros contenían cientos de nichos en sus paredes verticales y al fondo se extendían cientos de pequeñas criptas.

Aquel parecía el único lugar donde verios mech podrían ocultarse. Para cerciorarse, salieron de un camino y treparon una colina. Desde allí vieron como el resto del recinto a penas tenía densidad. Los pequeños postes blancos de madera que marcaban las tumbas de los soldados rasos se extendían formando una inmensa retícula de cientos de metros.

Un guarda sospechó del grupo y amenazó con llamar a la policia si no se marchaban. Condor tapó la boca a Leone antes de que contestase y se marcharon con discreción a buscar el hangar de Las Ratas.

El grupo localizó el hangar según las coordenadas cedidas por la inteligencia kuritense.

Las instalaciones destinadas a las Ratas Blancas eran muy similares a las que os han asignado a vosotros.
El hangar era mas grande y contaba con una pista reforzada para que una o tal vez dos naves de salto pequeñas realizaran un complicado aterrizaje.
Varias pantallas deflectoras protegían los edificios colindantes de los chorros de plasma que los reactores de fusión desprendían durante los despegues.

El grupo de mercenarios salió del parque y recorrió la calle en la que estaba situada el hangar. Las antiguas naves industriales y torres de apartamentos prefabricados parecían aún mas sucios frente al hermoso parque. Resultaba evidente que su creación respondía a la propaganda política del Condominio.
Condor entró un bar y desde allí los mechwarriors estudiaron la guarida de sus ex-socios.
Se imaginó a su Imperator reduciendo a cenizas toda la manzana con sus CPPs.

La estructura presentaba 2 puertas de 15 metros para mech, otras dos para vehículos de gran tonelaje y tres mas para peatones.
Dos en la fachada principal y una en un callejón posterior que mas tarde descubrirían.

Las Ratas tenían a un buen número de sus hombres armados vigilando tanto en las calles como en las azoteas.
Contaban con visores infrarrojos y antenas de radar portátiles. Mathyas era un canalla y por tanto pensaba como un canalla. Tanta seguridad no implicaba que estuvieran sobre aviso, pero tras tomar buena nota de aquello los mercenarios decidieron no arriesgarse a ser vistos y volvieron por la avenida que rodeaba el Cementerio.

Leone se preguntaba por qué las Ratas no tenían ningún reparo en mostrar sus armas en la ciudad cuando se toparon con una escena que respondió a sus preguntas:
Al llegar a un cruce se toparon con un pequeño tumulto. Una patrulla militar del Condominio exigía a varios "tios cachas" de las Ratas que bajasen sus armas. Ambos grupos se apuntaban mutuamente. El joven oficial kuritense repetía la orden de forma compulsiva y parecía que se le iba a disparar el arma en cualquier momento. En contraste, el hombre mas grande de los mercenarios. Un tipo tatuado con el pelo cardado , no solo no bajaba un enorme fusil Zeus sino que empujaba de forma temeraria con su manaza, a los soldados.
El soldado Votja, que tenía una vista de lince, reveló un par de sorpresas al resto.
-Ese pirado de ahí es una tía... De hecho creo que es Kristine, la hermana menor de los Krull.-

Su hermano Alexander estaba cruzado de brazos a su lado.
Los Krull eran una familia de chiflados y la "pequeña" como la llamaban los demás Ratas, había practicado la alterofilia hasta borrar cualquier rastro de femineidad.

La disputa acabó cuando el oficial Kuritense recibió la orden de dejar marchar a los mercenarios.
Los Krull volvieron por mitad de la calle, Haciendo que los aerocoches les tuviesen que esquivar. parecían convencidos de que en caso de accidente, los vehiculos, y no ellos, fueran a acabar destrozados como coches de juguete.

++Hangar de los Ases. Avenida Kanrei. Atria: 11 de Junio del 3028, 11:00 h . Día 5 en la superficie.

La lanza de Condor se había retirado al hangar para pasar la noche. Consciente de lo cerca que estaban las ratas, montaron un dispositivo de vigilancia equivalente, aunque mucho mas discreto.

De madrugada, el grupo de Azor llegó en el Hunter con la terrible noticia de la muerte de Yoshi. Fué otro duro golpe para la unidad, pero todos sabían que no podían enfrentarse a la Yakuza y la las Ratas Blancas al mismo tiempo. La venganza llegaría a todos, pero de uno en uno, se dijeron.
El viejo comandante de carro H.Karelias, su conductor Maurittzio "Moriarti" y el artillero Martin Derenbauer se presentaron al resto de la unidad y, apesar de ser nuevos en la unidad, ofrecieron su apoyo.

Por la mañana, el resto de la unidad llegó en sus mech al hangar. El enorme hangar se quedó pequeño con todas aquellas máquinas. Los Ases se Hierro combatirían de nuevo todos juntos. Los últimos dias en Atria habían sido agotadores, pero también habían aprendido mucho...Mathyas lo iba a comprobar como lo hicieran los merodeadores de Torsten o los Yakuzas.

Para sorpresa de todos, Ginza no mostró ninguna emoción al escuchar que Azor había matado a Katsura, su marido. Mas bien al contrario, la ex-Yakuza, mostró su repulsa al saber lo que había echo con el pobre Yoshi.

Mientras la unidad estaba estudiaba los datos recogidos por el equipo de Condor y planeaba el ataque, varios toques de Claxon llamaron la atención de los mercenarios.
Los mechwarriors se asomaron a las ventanas.
En la calle un camión de verduras se había detenido en el vado que daba acceso al hangar.

-Es Van Heek, el contrabandista. Le llamé anoche.- Aclaró Katrina.
-Si alguien quiere comprar una pistola o algo así, este es el momento. Pero dense prisa, seguiremos en 15 minutos-.