Partida Rol por web

El animal parecía notar tu confusión y trataba de mantener su mirada en ti, pero se sentía debilitado, aunque al parecer su respiración se iba normalizando. Tal vez la comida que había recibido sí le había ayudado a reponerse.

Por un instante, pudiste ver que una energía de color índigo le rodeaba, haciendo que su pelaje brillara y su cuerpo recuperara un poco de fuerza. Aún exhausto pero con mejor aspecto, extendió una de sus patas hacia ti. Era un gesto muy humano, tratar de consolarte al ponerte la mano en la cabeza. La retiró y al menos se salió con despacio de la bañera y con un poco de ayuda de tu parte, pero sin duda se veía mejor.

Tus cuestionamientos iban uno tras otro y el perro suspiró profundamente.

- No debería ser yo quien te diga esto, pero... Ese era nuestro hogar. Hace tiempo, antes de que tu alma llegara a la Tierra a reencarnar como un humano - te miraba fijamente, casi como si inspeccionara si le creerías o no. Caminó con despacio y se acostó finalmente. Aún necesitaba descansar.

Cuando mencionaste no haber visto nada, suspiró y dijo - ¿Acaso has soñado con una mujer de cabello blanco? Esa mujer duerme en ese castillo... - parecía hastiarse.

- Veo que aún no estás... preparado. Lo siento. Creí que podrías ayudarme - y recostó su cabeza sobre sus patas delanteras y cerró los ojos con una firme determinación a dormir.

Claramente el canino lograba notar perfectamente mi confusión, pero su mirada tampoco podía hacer mucho, seguramente estaba muy cansado como para poder mantenerse por ahora, pero me sentía un poco aliviado en cierto sentido. Parecía que la comida en verdad le había servido, así como el jugo. Si hubiese tardado más en encontrarlo, seguramente esté pobre no hubiese vivido para contarlo, tuvo una suerte increíble...
Mi confusion era notable. Tanto, que cuando esté puso su pata encima mío, me quedé sorprendido. Tanto, que por un instante mi mente se quedó en blanco. Vaya... Jamás pensé que iba a tener un poco de empatía de un ser canino que pueda hablar, y eso es lo que me hace sentir extraño. Me calme, dando una profunda inhalada, mientras le ayudaba a llegar a mi cama para que pudiese descansar mejor. Al final, no es como que le tuviera asco para no dejarlo en un lugar cómodo.
Una vez siguio hablando, me senté en una silla a escucharlo claramente. Las palabras que decía me dejaron un poco con la boca abierta y los ojos grandes. ¿Reencarnación? ¿Nuestro hogar? Su mirada me estaba analizando para ver si le creía o no, mientras yo estaba con mi mano en la barbilla, analizando estás palabras. Siempre he pensado en que hay más allá de la muerte, pero... Esto es algo más extraño, más espiritual, más cósmico, todo lo que me está pasando ha sido demasiado extraño... ¿Osea que tengo una vida pasada...? Mi mirada tenía muchas dudas e intrigas, pero en el fondo, una luz de interés se despertó en mi. Si todo esto está pasando por algo... Entonces no puedo dejarle vencer por ello, esto es algo que tengo que descubrir completamente y llegar a la raíz de ello. — ... Reencarnar como un humano, ¿Eh? Ya veo. Prosigue. — Dije, mientras me quitaba las gafas. Mi mirada ahora había pasado de ser llena de dudas, con algo de miedo y muchas lagunas, a una más desafiante, con un fuego vivo causando un brillo en ello, y un semblante muy frío y analítico, pero envalentonado y imponente.
Si estoy loco por pensar en todo esto, pues al menos me esforzaré para llegar al fondo de todo esto, y debo de ser inteligente y astuto... Tsk, vaya vacaciones, primer día y tal parece que tendré que pensar en más de lo que esperaba, y en cosas que me superan claramente...
Observaba que ya se iba a dormir, y parece que se iba a tardar mucho. — Espera un momento antes de descansar, por favor. Luego te dejare descansar todo lo que quieras y proseguiremos. — Le dije, mientras cruzaba mi pierna derecha. Con mi dedo índice golpeaba suavemente mi barbilla, pensativo. — Hoy tuve un sueño, una mujer hermosa de cabello blanco y ojos rojizos, en mi vida había soñado algo así, mientras me decía algo de "despertar". Necesito llegar al fondo de todo esto, y me ayudarás. De alguna u otra manera te ayudaré también. — Hice una pausa, al ver cómo esté en verdad parecía dormir con determinación. — ... Bueno, en todo caso, descansa primero. Luego seguiremos nuestra plática, me llamo Lucian. Espero tengas dulces sueños.
Todo esto era una estupidez, algo de fantasía. Pero al mismo tiempo es demasiado real, y debo de llegar al fondo de ello...

El perro te escuchaba con atención, aunque fingía que no lo hacía. Al decirle tu nombre, abrió uno de sus ojos para mirarte y suspiró. 

- Soy Sombra. Mi dueña me nombró así - esas últimas palabras las dijo con algo de tristeza en su tez y en su tono de voz.

Al mencionar a la mujer del cabello blanco y ojos rojos, el perro asintió mostrando un marcado interés por tus palabras - Ella es un ser de gran poder y si de presentó ante ti fue porque corres peligro - alzó un poco su rostro.

- Un nuevo enemigo te ha encontrado y de seguro atacará pronto buscando tomar tu poder. Hay otros como tú y como yo... - pausó para descansar un momento y tomar fuerza.

- Como te dije, no debería ser yo quien te dijera todo esto, pero... Fui atacado y fuiste la luz más cercana que podía seguir... - se sentía un poco mal.

De repente, el perro alzó sus orejas alarmado y miró hacia la ventana. Su cuello completamente erguido y su pelaje erizado se acercaron a la ventana. Miró alrededor y notaste que parecía estarse oscureciendo el día intempestivamente. Sin embargo, algo parecía estar fuera de lugar en todo aquello. Las nubes tenían un color oscuro particular y el agua del mar se movía en el sentido opuesto que debería hacerlo normalmente. Y más allá de toda la evidencia física que pudieras tener al frente, la fuerte opresión en tu pecho que te podía hacer cerrar los ojos del dolor, te decía que algo iba terriblemente mal.

- Ya llegó... - dijo el animal con un rostro meditabundo y mirando al cielo fijamente. 

— Sombra, ¿Eh? Tu dueña tiene una buena imaginación para poner nombres. — Le dije, mientras lo observaba con seriedad. Vamos, un ser oscuro, que emite sombras, ojos rojos, de nombre Sombra... En realidad, es poco original, pero eso no importa mucho en verdad, solo son detalles pequeños, nadie se fija en ello. Aunque claro, seguramente algo le sucedió a su dueña, pero no está bien preguntar por el momento.
Mientras esté hablaba, tal parece que algo está entonces yendo muy mal. — ¿Peligro? — Pregunte ahora un poco dudoso, si es un ser de gran poder, tanto para que halla sentido todo aquello... Significa que en verdad esto es más serio de lo que parece. Un enemigo de gran poder... Siento que me estoy metiendo en cosas más allá de mis capacidades, pero si existen más personas y seres como el, y como yo... Entonces estoy descubriendo cosas más allá de lo lógico y lo normal, de lo lógico y de lo mágico. — ¿A qué te refieres con poder, Sombra? Hasta ahora he vivido una vida normal... No sé que es lo que me hablas, no tengo poder alguno... — Dije, pensativo. ¿Quién habrá sido aquel que atacó a Sombra, y con qué motivos...?
Claro, todo eso iba cambiando cuando observe que esté parecía alterarse de cierta manera. — Oye, ¿Que sucede? — Me acerque con el a la ventana, observando cómo una oscuridad tenebrosa iba apareciendo por todo el lugar. Mi rostro se reflejaba lleno de sorpresa y el dolor en mi pecho y mi piel erizaba me daban a entender que debo de tener no solo miedo, si no mucho cuidado. Algo malo está a punto de suceder, y por lo que me está diciendo el... Yo soy entonces el objetivo al igual que el, estoy en el ojo de la tormenta.

Mi rostro seguía serio, mientras una gota de sudor recorría mi rostro.

— ... Tal parece que no tenemos mucho tiempo entonces. — Intento pensar en muchas variables, pero claramente necesito más información. — Sombra, dime todo lo que sepas de la persona que se acerca. Luchar no es una opción, soy un simple ser humano, como puedes ver. Si podemos hacer algo, es simplemente huir y buscar un escondite antes de que sea tarde. — El problema está en que seguramente Sombra aún no está apta para huir completamente, y deberé de cargarlo encima... Y eso complicara un poco las cosas. Pelear está descartado. Huir es la opción más lógica. Escondernos es simplemente posponer un poco que nos descubra lo que sea que está causando todo esto, tsk... Tiene que haber una opción. ¡Tiene que haber una selección correcta! No era momento de pensar bajo la lógica, ni de dejarme llevar por el miedo, tengo que enfrentar esto con completa seriedad y analizar todo bien. — ¿Crees que puedes mantener el paso? Tenemos que salir de aquí, entrar en otra casa, o tomar el camino de la playa. Este sentimiento en mi pecho me dice que no estamos preparados... Dime todo lo que deba de saber en este momento. — Cerré las ventanas de mi habitación, mientras esperaba que este me dijese algo para pensar en algún plan. Debe de haber algo que podamos hacer...

Sombra te miró un tanto exasperado y dijo - Nunca has sido una persona normal, ni tampoco has encajado del todo... - dijo esto último mirándote a los ojos y cuando propusiste tu idea, no habló, no dijo nada.

Un fuerte viento soplaba en aquel lugar con fuerza mientras el mar parecía agitarse de manera asincrónica. Esta asincronía causaba colisiones que se traducían en fuertes olas que azotaban la playa. Si seguía así, muchas personas podían terminar afectadas.

A través de tu ventana, viste que la servidumbre de tu casa salía a ver lo que pasaba mientras lo miraban con asombro. Corrieron de temor y tuvieron que sujetarse fuertemente para no dejarse llevar por la tormenta. Afortunadamente, la fuerza conjunta de todas salvó a la anciana mujer de ser llevada por aquel sobrenatural remolino. Mientras tanto, podías sentir el fuerte viento entrar a toda la casa y desordenarla un poco. Escuchaste vidrios quebrarse de pinturas cayendo y otras pertenencias que pudieron haberse arruinado. Si solo con la puerta abierta pasaba eso, ¿qué podía significar estar afuera?

Entonces, una figura se mostraba a sí misma en la mitad de la tormenta y sabías que te veía, que desnudaba tu alma y podías sentir esa misma atracción que sentiste cuando la chica se paró frente a tu casa en la mañana. Leía tu interior como un libro abierto y te sentías desprotegido. Ante esto, Sombra te miró con tristeza y para sacarte de aquello, te dio un mordisco en la mano; no tan fuerte como para hacerte sangrar, pero lo suficiente para que reaccionaras.

- ¡No hay escapatoria, niño! ¡Creo que ya lo notaste! - el viento soplaba tan fuerte que era necesario hablar muy alto para poder escucharse. Las mujeres cerraron la puerta al fin, corriendo por la casa a alertar a sus señores, incluido tú.

- ¡Amo Lucian! ¡Vamos al refugio! - la anciana mujer subía con dificultad, pero se notaba su preocupación. Al escucharle, Sombra se giró hacia su voz y luego hacia ti.

- ¡Sálvate! ¡Te daré tiempo! - Sombra saltó por la ventana cerrada atravesándola sin problema alguno, casi como si de una sombra real se tratara. A pesar de eso, su debilidad le pasó factura y no cayó de pie. Al fin y al cabo, era un segundo piso.

- ¡Amo Lucian! - la mujer estaba en el marco de la puerta tendiéndote una mano para que la acompañaras.

Las palabras de Sombra en realidad me hicieron titubear un poco. Parece que en verdad soy un libro fácil de leer para el, pero aún así ser leído de esa manera nunca me ha parecido muy divertido o genial. Ser tan fácil de comprender tiene su complejidad...
El lugar parecía en verdad una tormenta tropical. Estoy seguro que ni el mejor centro de meteorología pudo haber anticipado esto, mucho menos tomando en cuenta que esto está siendo causado por alguien en verdad. La playa azotaba de manera terrible la costa, el viento parecía llevarse las cosas con gran facilidad, y todo esto se está convirtiendo en un completo apocalipsis. — Esto no puede ser cierto, ¿Que clase de ser puede hacer algo semejante...? — estaba impactado, pues esto es algo que no debería ser posible, pero creo que pensar en lo "posible" y lo "imposible" tendrá nuevas formas de verlo. La jefa de las criadas por suerte se pudo salvar gracias a las demás que unieron fuerzas, pero eran un completo caos, y no necesitaba mucho para ver cómo ellas están completamente en desesperación y miedo, casi como yo.
Y de la nada, lo ví. Ví a la persona que estaba entre la tormenta, observandome. Me estaba viendo no solo a mi, si no analizando mi alma, mi miedo, mi temor. Mi rostro reflejaba desesperanza y miedo... Yo soy el objetivo de esa cosa. Esa cosa viene a por mí, y claramente no tengo mucha oportunidad, más bien, si esa persona puede causar todo esto... ¿Quién soy yo en verdad para luchar contra algo fuera de mi mundo? Estaba empezando a dejarme llevar por el sentimiento, hasta que Sombra me mordió, sacándome de mi ensimismamiento. La voz de la jefa de criadas era notable, ella quería que fuese al refugio, mientras que Sombra, en un acto de valentía, salto para darle tiempo, aunque claramente en su estado no podrá hacer nada. —¡¡Oye, espera!! — Y antes de poder detenerlo, salto por la ventana atravesandola sin mayor problemas. Uno pensaría que caería parado y envalentonado... Pero cayó directo al piso, con un choque doloroso. ¡El no hará nada más que morir si está allí, si yo no puedo hacer nada el en su estado tampoco! La jefa de criadas estaba allí, extendiendo mi mano para que vaya con ella al refugio, y abandonar al can que debilitado y casi moribundo, decidió saltar para "ganar tiempo", sacrificando su vida ... Te puedes imaginar la desesperación que siente en su interior, y lo que significó haber saltado... Y yo no puedo permitir abandonar a un ser indefenso justo enfrente del ojo de la tormenta, por lo que chasqueando la lengua en clara molestia, apretando mis puños con suma fuerza y reuniendo toda la valentía que pueda sacar de mi corazón, me acerqué a la criada. — ¡¡Tiene que ir al refugio, no se preocupe por mí, adelantese y espere por mí!! — y diciendo esto, con un suspiro y gran miedo en mi interior, empezaba a correr en contra de la fuerza del viento hacia la puerta trasera. Estaba loco.
Eso era ir directamente hacia la tormenta y arriesgar tu propia vida. Era simplemente ir a la boca del lobo. Pero no era tiempo de pensar en ello, no puedo dejar que Sombra quedé allí. ¡No tiene ninguna fuerza para poder luchar o sostenerse, no puedo dejarlo solo! ¿¡Cómo puedo abandonar a alguien que intenta protegerme, aún cuando no tiene ni la mínima fuerza de defenderse?! ¡Esa desesperación, ese miedo que ha de sentir... No podría dejar a nadie solo sabiendo esto, jamás! — ¡¡Viendo que estás mal, y todavía te lanzas así!! ¿¡Es que eres tonto?! ¡Tu te vienes conmigo, Sombra! ¡¡Vamos, no te dejare solo!! — Decía mientras abría la puerta con violencia y me agachaba para tener un mejor agarre, enterrando mis uñas en el suelo si fuese necesario con tal de no abandonarlo y llevarlo conmigo al refugio cueste lo que cueste.

- ¡Amo Lucian! -.

La mujer seguía con su mano extendida y, al ver que corrías a la puerta trasera, trató de detenerte y correr tras de ti, mas la tormenta no la dejó avanzar y cayó sentada en el suelo.

Abriste la puerta que luego fue empujada bruscamente por el viento lanzándote hacia atrás. Caminaste dando grandes zancadas para poder avanzar eficientemente y aunque era agotador, no querías rendirte. Podías ver la cola de Sombra agitarse con sus erráticos movimientos, pero aun luchando por alcanzar el ojo de la tormenta y llegar hasta aquella figura. Escuchaste un dulce susurro viajar por el viento.

Lucian…

Su eco era tan sobrenatural que se podía volver hipnótico.

Lucian…

La tormenta era adornada por ese baile de sonidos y casi podías verlos danzar, tal y como había sucedido en tu sueño.

Lucian…

Tu corazón se aceleraba de escuchar esa hermosa voz llamarte por tu nombre. Parecía el sentimiento del primer amor a flor de piel.

Ven a mí…

Seguías avanzando mientras la silueta de Sombra se perdía en la tormenta y aunque trataste de tomarle, lo que sentiste fue la pérdida del suelo bajo tus pies. La sensación de caer fue tal que gritaste más por instinto que de manera consciente. Era como si aquel remolino naciera por debajo de la tierra y siguiera hacia un abismo de oscuridad infinito.

No sabes cuándo perdiste la consciencia, pero nuevamente abriste los ojos en un lugar extraño. Parecía una pradera tranquila y el sentimiento de hogar era sublime.

Hiciste amague de levantarte, pero sentiste un peso muerto sobre tu cuerpo y, al girarte, viste que se trataba de la chica de cabello rosa, quien dormía plácidamente apoyada en tu pecho.

Escucharla mencionar mi nombre me hacía claramente sentir remordimiento y tristeza, pues seguramente estará muy preocupada por mí, ella es de las personas que más se han preocupado por mí desde mi infancia. Pero no podía dar marcha atrás, no podía dejar a Sombra solo. Mi determinación luchaba en contra de mi miedo, pero ya no había vuelta atrás. Una vez abrí aquella puerta y salí volando hacia atrás, la caída fue dolorosa y me hizo quejarme, mientras miraba hacia afuera. — Uuuugh... Vamos, Lucian... ¡No es momento de tener miedo! — Dije, mientras me lanzaba hacia afuera.
Dando largas zancadas, seguía avanzando para lograr alcanzar llegar hacia Sombra. Una vez lo divisé, mientras el intentaba llegar hacia aquel ser que estaba haciendo todo esto... — ¡¡Sombra, detente, vuelve a mi!! — Le grite intentando acercarme más hacia el... Hasta que nuevamente, algo extraño sucedió.
Una dulce melodía decía mi nombre, mientras mi agudo oido era cautivado por su tono... "¿Dónde estás, donde estás?" Era aquello que mi mente respondía inconscientemente mientras la escuchaba. Aquella melodía era tan dulce que aún entre la tormenta, parecía apaciguar hasta el peor huracán, mientras seguía llamando por mí nombre. Un rondo espectacular estaba sucediendo nuevamente, mientras esta vez no era quien lo hacía... Alguien más, con una dulce melodía era el cantautor. Mi corazón estaba encantado, como si el amor de mi vida me llamase...
Estuve cerca de atrapar a Sombra, extendiendo mi mano hacia el, hasta que el torbellino me hizo separarme del suelo, y intentando afianzar algo, apreté la mano en el vacío, mientras me dejaba llevar por ese vacío. — ¡AAAAHHH-! — El sentimiento de impotencia se apoderó de mí de manera inconsciente, una vez más, tan cerca pero tan lejos de poder hacer algo y ayudar... Habia fallado, mientras el vacío se llevaba mi pena y dolor a la nada.

Todo estaba en silencio, y era demasiado pacífico. ¿La tormenta había acabado? ¿Acaso estoy muerto en realidad? Esa tormenta me tuvo que haber llevado hacia mi muerte segura, pero aún así, abrí los ojos. Mi vista se encontró con un cielo azul y una pradera hermosa, mientras no entendía que estaba pasando. ¿Acaso estaré muerto, y este es el cielo? ¿Que habrá pasado con Sombra, con las criadas, con mis padres...? Intente levantarme, hasta que sentí que algo no me dejaba, y al observar hacia abajo...
— ... Oohh... Puede que esté sea el cielo en verdad... — Dije, sorprendido de la hermosa chica que estaba encima mío, hasta que en verdad reaccione a todo ello bien, ruborizándome. ¿¿WEEEEHHHH?? ¿¡QUE HACE UNA HERMOSA CHICA COMO ESTA ENCIMA MÍO, Y DORMIDA?!
Mi rubor era notable, mientras intentaba mantener la calma, hasta que recordé todo. "Un momento, a ella ya la he visto antes... Era aquella chica que estaba cerca de mi apartamento..." Y entonces, me percate que seguramente esté enfrente de alguien que pueda ser peligroso, así que debo de tener mucha cautela en mi accionar ahora. — Oye, oye, despierta... Ya es hora de despertar, oye... — Le decía, intentando despertarla y moverla a un costado, para poder levantarme y así observarla mejor, en mi mascarada de chico tranquilo y pacífico, analizando toda la situación posible. — Oye, despierta... ¿En dónde estamos, que ha sucedido en la tormenta? O más bien... Yo ya te había visto antes, ¿Quién eres tú, que es lo que está pasando? — pregunte, con un semblante muy confuso y inocente, sin comprender bien que sucedía en verdad.

El panorama pacífico, el olor a flores y a césped, el cantar de los pájaros... Todo era tan paradisíaco que era increíble pensar que hace poco te encontrabas en el ojo de un huracán.

La chica parecía balbucear algo mientras dormía y tú tratabas de mantener la calma para no alarmarla, pero ella seguía durmiendo. Ya cuando tus intentos se volvían repetitivos, la joven abrió los ojos con despacio y te miró.

- Lu-kun... - su voz era tan dulce y suave como el canto de las aves. Sonrió cuando te miró a los ojos y besó tus labios con dulzura. Luego acarició tus mejillas y te miró nuevamente -. ¿Sucede algo? ¿Una pesadilla? - con aquel gesto todo era tan perfecto que no podías evitar sentirte absorbido por ello.

Su tacto era conocido y su voz te hechizaba. La conocías de antes y lo sabías, tu corazón se aceleraba al mirarla y todo tu cuerpo quería estar a su lado, pero... ¿desde cuándo era así?

La chica te miró sorprendida y con un rostro bastante inocente - ¿Que quién soy? ¿Seguro que estás bien? - se inclinó más hacia ti para tocar tu frente. No parecía sentirse incómoda en absoluto por estar sobre tu cuerpo.

- Bueno, no tienes fiebre. Pero no comprendo cómo no me reconoces - rió divertida -. Soy Naoko, Lu-kun - rió.

Naoko Niimura... Su nombre vino de inmediato a tu cabeza y la naturalidad con la que lo dijo solo te hizo pensar en lo tonto que eras por olvidar el nombre de... ¿Tu novia? Estabas confuso, casi como cuando despiertas después de una pesadilla. Te encontrabas desorientado.

- ¿Quieres que te ayude a recordarme? - y te besó otra vez. Sentías que te era cada vez más difícil resistirte a esa chica.

Este lugar en realidad parece una joya jamás tocada por la humanidad. Es un lugar que en verdad de solo verlo me causa tranquilidad, y mucha paz. Cuánta hermosura yace entre el olor de las flores de primavera, y cuán maravilloso es escuchar el sonido de las aves cantar... Era un sueño hecho realidad, pues yo jamás podría pedir nada más que esto en mi vida.
Incluso está peculiar chica que en verdad no reconozco de ningún otro lado, más de aquel afuera de mi departamento en la mañana. Aquel sueño, aquella mujer que duerme en ese castillo, y su significado... "Alguien peligroso viene por ti." Todo se está tornando muy bizarro, pero sigo con la idea de que no debo de bajar la guardia, pues después de aquella tormenta, algo malo me sucedió, y tengo que averiguarlo.
Claro, todo sería mejor para mí si en vez de que cada vez hablase me hiciese dar un vuelco en el corazón y besara mis labios, haciéndome en realidad más complicadas las cosas... Pues es muy hermosa, no lo niego, pero al mismo tiempo es demasiado extraño, forzado, puede ser... Hasta hipnótico, y me estoy luchando con este sentimiento extraño desde lo más profundo de mi alma por mantener mi cordura y determinación al límite.
Todo de mí quería estar con ella como si estuviera hechizado, mientras mi cerebro me gritaba "no Lucian, es peligroso, investiga" y yo como buena persona debo de obedecer, luchando contra mis instintos. — E-eeehhhh... Si, si, estoy bien, no te preocupes, Naoko... Niimura... — Mi mente inmediatamente se tornó pensativa. ¿Porque conozco su nombre? ¿Que es lo que en realidad está pasando? Es como si todo lo que ella quisiera, en verdad se esté cumpliendo... Una vez me besó, sentí como mi cuerpo se complicó todavía más para resistirme a sus encantos, tanto que poco a poco estaba empezando a desfallecer, hasta que en un arranque de voluntad, me hice hacia atrás lo más que pude completamente desorientado. Está chica es un peligro, si sigue así en verdad acabara haciéndome perder mi voluntad con sus encantos de manera literal. — ... Lo siento, Naoko, pero en verdad no te reconozco. — y al decir esto, me levanté mientras observaba alrededor. — Estaba en la playa, y un huracán apareció. ¿En qué lugar estamos, que es lo que en verdad está sucediendo? — Le pregunte ahora fijamente y con el rostro serio, pues, si esto es un engaño, claramente no voy a caer en ello. Mi rostro fruncido era palpable. — ¿Qué es lo que quieres de mí, dónde está Sombra? — cualquier persona normal ya hubiese caído ante sus engaños, pero no tengo tiempo de rodeos. Mi familia, las personas del lugar, Sombra, e incluso yo estamos en medio del peligro, y debo de afrontarlo con valentia y ver cómo los resguardo de ese mal y oscuridad que ha aparecido... Debo de despertar de este sueño lo antes posible, pero como... ¿¡Cómo?!

Naoko parecía no estar muy clara en lo que pasaba y cuando te pusiste de pie, te miró con cierta tristeza en tus ojos.

- No sé de qué hablas, Lu-kun. Si fuiste tú quien insistió que viniéramos aquí. Tú me trajiste, ¿recuerdas? - con cada palabra de ella, imágenes de recuerdos a su lado aparecían en tu cabeza y el cómo habían venido ambos en la limusina de tus padres, cómo estaban enamorados... Todo había sido paradisíaco. Sin embargo, había algo que seguía dándote mala espina, pero ¿cómo podía sentirse tan mal algo tan perfecto como eso?

Con esto en mente, trataste de aferrarte al recuerdo del huracán y de Sombra. Naoko se levantó y su cabello se agitaba con el viento. Su aroma era embriagador y todo eso, más los recuerdos que aparecían en tu cabeza hacía que te doliera la cabeza. Te estabas esforzando al máximo por mantener la cordura, pero el recuerdo del huracán y de aquel perro negro se desvanecía. ¿Cómo se llamaba? Era cada vez más difícil.

Naoko llevó sus manos al frente y te miraba con lágrimas en los ojos - ¿Me trajiste aquí para terminar lo nuestro? -. 

Su mirada de tristeza me carcomía el alma en verdad, era una tortura para mi corazón el ver ese rostro de cachorrito triste y me ahogaba en la pena de hacer sentir así a una chica tan linda, pero claro, eso es tomando en cuenta que el contexto también es muy bizarro, y estoy perdiendo la noción de todo. Cuando hablo, me quedé pensativo una vez más mientras venían más y más pensamientos a mi mente. "¿Pero que es esto...?"
Todo ello lo reconozco. Son recuerdos falsos, pero aún así, todos eran tan reales y vividos que ponían en duda que era real y que no. "No, Lucian, esto no es real, eso es... Es... "
Era realmente perfecto, en realidad. Si podía tener una buena vida, creo que sería con recuerdos así. Una bella pareja, un lugar tan natural y pacífico, un momento especial, pero simplemente todo está mal. La tormenta, mi familia, Sombra... El olor, ese olor tan embriagante... Me estaba empezando a cautivar, mientras sentía como poco a poco estaba perdiendo la luz que me estaba manteniendo al borde de mi cordura. Mi mente me duele, esos recuerdos en verdad son muy reales, son muy hermosos, cualquier persona se dejaría llevar por ello, pero...
Algo se me está olvidando, algo, muy en el fondo de mi lo estoy empezando a perder de vista mientras me dejó llevar por esto. Cuando ella dijo sus últimas palabras, en realidad estaba ya en mis últimas resistencias. ¿Que es lo que estoy olvidando, porque me estoy resistiendo tanto? Algo importante está fallando, pero, aferrandome a la poca cordura que tenía, llegué a una conclusión. — No, no... — Dije, mientras cerraba los ojos, y me apretaba la cabeza con mis manos. — No existe un "nuestro", yo... Nosotros... — Algo he olvidado, pero mi cerebro me sigue diciendo claramente que no me deje llevar por el sentimiento que ella me está provocando, una señal de alerta se activa firmemente en mi inconsciente, y me aferró con toda mi alma a él para no perderme en su dulzura.
— Todo esto es... Es... Es... ¡Una ilusión, nada de esto existe! — no se necesita ser un mago para darse cuenta de cuando algo en verdad existe o no. Soy experto en ello, puedo detectar algo falso y algo genuino al analizarlo, ¡Y un truco de magia tan bizarro y oscuro no me hará caer! Necesito despabilar rápido, un pellizco no servirá, tampoco tengo algo que me haga sentir mucho. Apreté mi puño con fuerza, y lo levanté hacia mi mismo rostro con gran fuerza. Era un movimiento ilógico, irracional, pero tenía que hacer algo para evitar dejarme llevar por ella, por esas ilusiones y memorias falsas, ¡Y recordar que es lo que está pasando y volver en mi mismo antes de que sea tarde! Una vez tome el impulso, grite desde lo más profundo de mi alma, resistiéndome a ella con todo mi ser.

La chica sollozaba y te miraba con tristeza - ¿Cómo puedes decir eso? Yo... Yo... - al ver que te disponías a golpearte, la chica de cabello rosa saltó hacia ti para detenerte, pero no fue necesario. Tu mano se detuvo de repente y sentiste una suave brisa arropar tu brazo. Una calidez muy parecida a la que sentiste en el sueño de esa mañana te invadió.

Una luz muy brillante invadió tus alrededores y te sentiste perdido, pero de alguna manera a salvo. Si esa era tu muerte, estarías dispuesto a afrontarla con total valentía.

Aquella voz acompañaba la sensación, la misma voz que te había envuelto anteriormente - Despierta, mi guerrero... -.

Abriste los ojos después de sentir que la luz se despejaba y te encontraste nuevamente en el ojo de la tormenta mientras escuchabas el chillido de un animal herido. Viste que Sombra cayó a tus pies con múltiples heridas en su cuerpo. Hizo un esfuerzo por levantarse, pero no pudo.

Te miró un segundo y dijo - Te... tardaste - antes de perder el conocimiento.

Miraste en la dirección de la cual el animal provenía y notaste que había una figura en la mitad del huracán, la misma que te había llevado a ese hermoso altiplano donde Naoko proclamaba amarte. La figura se acercó con despacio hacia ti y con paso lento, casi como si analizara con detalle cada uno de tus movimientos. Su cabello se agitaba con fuerza debido a los fuertes vientos, pero su andar era sereno, como si la tormenta no ejerciera ningún poder sobre ella. Te sonrió con gusto mientras te miraba a los ojos. Esa atracción que sentías era igual de fuerte que antes, pero ahora que habías recuperado tu poder, podías sentir que había algo más en ella, algo familiar, algo que te remontaba a tus tiempos en Andelivian. Y a su vez, había algo oscuro dentro de ella. Oscuro y retorcido.

Observaste su cuerpo con detalle y lograste encontrar la fuente de esa energía oscura. En su manos derecha había una extraña marca que recubría su palma. El patrón era demasiado exacto y definido y la energía que emanaba de este era tan densa como el aura que la rodeaba.

Te miraste y viste que aún conservabas tu transformación. Naoko se te acercó más y dijo - ¿Por qué me rechazas, Johann? Si yo sé quién eres y lo que has pasado. Ven conmigo y serás el hombre más feliz... - en ese momento, todos los recuerdos de ese rato con ella volvieron, al igual que todas las imágenes de una relación duradera. Sin duda tenía una presencia muy atrayente.

- Únete a mí y tendrás todo lo que quieras - extendió su mano hacia ti. Tu cuerpo quería ir, pero ya gozabas con mayor capacidad de resistirte a ella, aunque sus dulces besos... Su tacto, su dulzura... Todo eso hacía que su proposición fuera bastante tentadora.

Al reaparecer una vez más en la tormenta, mi rostro había cambiado completamente, así como mi mentalidad al respecto de cómo hacer las cosas. Ahora estaba consciente de que era lo que sucedía, recordaba toda mi vida anterior, y recordaba mis habilidades. Ya no tenía miedo, había sido reemplazado completamente por una llama de fuego viva que desprendían mis ojos de color rojo carmesí, mientras observaba como Sombra caía a mis pies con un chillido de dolor. Me arrodillé para acariciar su cabeza con gentileza, mientras sentía impotencia por dentro y tristeza. — Lamento mucho hacerte esperar tanto, Sombra. Haré valer tu esfuerzo, lo juro. — Le dije, mientras me levantaba y observaba a la persona que había causado todo ello con tranquilidad, aún cuando mi mirada reflejaba un brillo de todo lo contrario. Haciendo un gesto con mi mano derecha, como si del suelo levantase una ventisca que encerró en un domo o círculo a Sombra, está ilusión cobró vida y se transformó en tierra de verdad, que lo protegería de la violencia de todo lo que sucederá ahora.

Esa sonrisa satisfactoria me hizo sentir extraño, aún cuando sigo sintiendo claramente la misma atracción a ella... Parte de mi me dice que no es por lo que yo creo, si no, por mí vida pasada, cuando era un Andeliviano. Era triste el sentir eso, y al mismo tiempo esa verdadera oscuridad retorcida que yace en su corazón, una maldad horrible...

En su mano derecha se encontraba su sello. Emanaba una energía increíble la verdad, muy densa y demostraba que tenía un control muy fuerte de su poder, lo que claramente será un reto tentador para mí, que apenas acabo de despertar después de mucho tiempo. Aún conservo mi transformación, y eso me hacía sentir seguro al menos, con un cambio claro en mi forma de ser, como si parte de Johann y mi ser actual se mezclaran, o quizás simplemente sigo manteniendo en esta vida la mascarada que cree en aquel instante tan oscuro, para poder hacer lo que deba hacer sin remordimiento. 

Ella me hablo, y los recuerdos con ella volvieron a mi mente. En verdad son cosas muy tentadoras, y se mira claramente que podría ser feliz. ¿Pero en verdad podría ser feliz con una persona con su corazón tan oscuro? La verdad, no lo creo. Pueda que en algún momento  pude haber sentido algo, pero en esta vida ya no existe, mucho menos al ver como ha causado todo esto, como ha hecho todo este daño, como ha lastimado a Sombra... 
Su mano estaba extendida hacia mi, y era muy tentadora aún cuando he recuperado mi resistencia ante sus encantos, fue un milagro que halla soportado tanto sin tener mis poderes al completo, tanto que me sorprendo yo solo, fue una proeza muy dura. 

— ¿Felicidad, eh? — Comenté, completamente parado. — Eres una chica hermosa, y seguramente conoces lo que fuí, y lo que seré. Y si lo haces... — Está vez mi sonrisa era gentil, pero al mismo tiempo mi mirada estaba hirviendo. — Comprenderás que no podría ser feliz con una persona que causa todo este daño por mi poder. Has hecho mucho daño, Naoko. — Mis palabras no parecían cargar odio, pero si el peso de la justicia en el. Yo soy el que debe de proteger este lugar, sus habitantes, a Sombra... Soy el que debe de detenerla, y evitar que vuelva a hacer algo semejante en su corrupto corazón, debo de purificarla. — Lo único que deseo es la paz, y a tu lado, jamás podré obtenerlo. Lo lamento. 

Una vez dije esto, mi mano derecha la coloque atrás de mi espalda, y cuando la saqué, una ocarina de bella apariencia había aparecido, mientras una sonido dulce empezaba a brotar de ella aún cuando no la estaba tocando. — La naturaleza se vuelve violenta con tu poder, salvaje y destructora. ¿Que es lo que yace en tu corazón, Naoko? ¿Acaso estarás corrupta en el fondo, o aún habrá algo de luz en tu interior? — Me coloque la ocarina en la boca, mientras la melodía se intensificó completamente mientras se escuchaba aún en la fuerte tormenta, intentando envolver esta y apaciguarla con la melodía de paz y tranquilidad. Era una melodía que se metía en el corazón de quién la escuchaba, intentando apaciguar la maldad, el odio, el enojo, una melodía que transmitiese paz y como un efecto dominó, empezar a hacer que la luz crezca en quien la escuché. — No deseo luchar, detén esto, Naoko. — Se escuchaba entre la melodía, en verdad no deseaba utilizar la violencia, mi melodía podía dar a entender esto mientras intentaba tocar el corazón tanto de la tormenta y calmarla, así como el mismo corazón de ella, y purificarla con el poder de mis sonidos. Aún mientras intento esto, igual soy consciente... Si la oscuridad está muy arraigada en ella, yo...

Al ver que rechazaste tomar su mano, la devuelve a sí, mientras veía cómo tratabas a Sombra. Su mirada se tornó fría, muy diferente en comparación de lo que ya habías visto antes de ella. Ella escuchó tus palabras con atención sin interrupción y escuchó la melodía de tu ocarina sin moverse un centímetro.

Era una melodía tan hermosa que cualquiera que la hubiera escuchado, habría hincado una rodilla del sentimiento, pero esta chica no se movía ni un ápice. ¿Será que es humana? Esa pregunta llegó a tu mente. Era imposible, la verdad. ¿Cómo podía resistirse a tu canción cuando los guerreros más rudos se habían visto cautivados por ella?

Entonces, una sonrisa felina se dibujó en su rostro - ¿Luz? ¿Corrupta? Creo que malentiendes todo, Johann. La luz y la oscuridad son lo mismo. Siempre lo han sido. No pueden nunca coexistir porque son iguales. Pero creo que no sabes aún quién soy... Creo que necesitas más ayuda - la tormenta se había apaciguado, pero el viento se agitó a su alrededor una vez más. Girando a una gran velocidad, se empezó a formar un nuevo huracán alrededor suyo, pero este brillaba al tocar a la chica. Un círculo mágico muy parecido al que tú habías visto momentos atrás apareció bajo sus pies mientras sentías que la fuerza de este ventarrón te arrastraba hacia atrás. Cubriste tus ojos con tu brazo por toda la arena que volaba hacia ti y a medida que la luz perdía intensidad, el huracán bajaba.

Al descubrir tus ojos, viste que la joven Naoko había cambiado su apariencia por una que se te hacía tremendamente familiar. Tardaste un poco en identificarla porque lucía diferente, pero diste con ella a la final. Era Scarlet Light, una guerrera de élite de Andelivian. Ella estaba enamorada de una de sus compañeras, aunque ella nunca le correspondió. Era conocida por su manejo del viento y la magia combinada. Una andeliviana realmente fuerte. Ver que luchabas contra una de tus compañeras era inédito, pero ver que tenía aquella marca en su mano era algo que no recordabas de su anterior vida.

La marca en su mano brilló causándole un espasmo de dolor del cual se recuperó rápidamente y te miró con un rostro más serio, casi desquiciado.

- No puedo detenerme hasta que seas mío o muera... Me agradas, Johann. Si no quisieras matarme, te daría mucho placer - lamió sus labios y abrió sus brazos -. Ven a mí y demuéstrame de lo que eres capaz - rió maniaca mientras esperaba que atacases.

La mirada de Naoko era terrible. Tan fría, tan distante, tan oscura... Era demasiado extraño, pero no podía permitir que Sombra saliese herido. Era mi deber mantenerlo a salvó por todo el tiempo que me logro dar para finalmente recordar mi vida pasada, mi poder, mi esencia. Una vez empezaba a tocar la melodía, era claramente la intención lo que buscaba entrar en ella y hacerla recapacitar, darle a entender que la paz era necesaria, no tiene porqué hacer esto, pero sorpresivamente... No le afecto. No le hizo ni el más mínimo efecto, lo cual me llegó a hacerme preguntar, ¿Que le sucede? Algo no estaba bien en ella, pero claramente la intención con la que intente llegar no fue la indicada, no fue la correcta...
— ¿La luz y la oscuridad son iguales, eh? Dos caras de una misma moneda, pero con esencias tan distintas como la luna y el sol... — Fue lo único que dije ante sus palabras, pues en verdad tiene algo de razón en ello, pero sus palabras están viciadas, como si un miasma oscuro saliera de su boca cada vez que habla. El huracán que se formaba alrededor de su cuerpo y el extraño círculo me daban a entender de qué al parecer ella puede transformarse al igual que yo, y demostrar la apariencia que tenía en su vida pasada, pero... ¿Que demonios? Me tape el rostro por la arena, y una vez el huracán bajo de intensidad, vuelvo a levantar la vista para mirar a alguien distinta, y sentir como en realidad la conocía. Tarde un poco en darme cuenta, pero... No puede ser cierto...
— ... Esto es increíble. Tú... — Scarlet Light. Una guerrera de élite de Andelivian. Una guerrera leal a la reina de Cristal, ahora luchando contra su propio camarada, su mismo hermano, su misma familia... — ¿Porqué? ¿Cual es el motivo para que hagas esto, Scarlet Light? ¿No te das cuenta que estás haciendo lo equivocado? ¿Que diría la Reina de tu actitud? — Intentaba confrontarla para obtener una respuesta de que era lo que sucedía en su interior, porque no recuerdo que ella fuese asi, además... Esa marca... Ella no tenía esa marca oscura en su anterior vida, no que yo lo recuerde, y eso me da un indicio. Puede que en el fondo ella no sea en verdad Scarlet Light, o al menos no esté en sus cinco sentidos... ¿Acaso esa marca tendrá algo que ver...? Seguramente es así, y tengo que hacer algo por ello. La marca hizo que ella sufriera, y seguramente es la razón por la cual está causando toda esta conmoción... Tengo que purgar esa marca de su cuerpo, debo hacerla entrar en razón...
Sus palabras en realidad no son nada de lo que ella diría, por lo que la miraba seriamente, sin soltar mi ocarina. — No deseo matarte, Scarlet. Al contrario, quiero ayudarte. A pesar que el placer en realidad suena muy tentador, déjame hacer que recuerdes tu vida siguiendo la melodía... — No iba a atacarla, no por ahora hasta saber de qué puedo hacer que ella vuelva a entrar en razón y que puedo destruir esa marca que seguramente la tiene obligada de algún modo, por lo que la intención de mi melodía había cambiado mientras entraba en su cuerpo, y era muy sencillo; hacer que recordase de donde viene, su devoción a la Reina de Cristal... Y quién es en verdad Scarlet Light, la verdadera Scarlet Light.

Pusiste toda tu alma en esa tonada, cada nota viajaba acariciando las corrientes aéreas con suavidad y perfección. Pudiste ver cómo aquello la envolvía, generando en ella una terrible presión. La chica se llevó las manos a la cabeza tratando de contenerse y gritó de agonía. Aquella marca en su mano brilló con más intensidad y ella gritó más fuerte.

- ¡Detente! - con ese grito, el huracán a su alrededor generó una onda expansiva que te hizo dar un paso atrás.

- ¿La Reina? - rió de manera desquiciada -. ¡La reina nos abandonó! ¿Qué sabes tú? Dormido, disfrutando de tu vida humana... ¡Tengo una segunda oportunidad y planeo aprovecharla! - con un impulso de viento, la guerrera materializó un báculo mágico en su mano y te golpeó en el estómago.

Algo era seguro: debías comenzar a defenderte o ella acabaría contigo. No mostraba señales de querer detenerse ni de ceder. Sea lo que fuera que le hubiera pasado, no había vuelta atrás para ella.

- Si debo esclavizarte, lo haré. Serás mío, Johann. ¡Mío! - seguía riendo esperando tu ataque.

La presión que generaba mi tonada era suave, pero para ella parecía ser como si en su cabeza pusieran toneladas de peso, y es porque es el peso de si vida pasada reaccionando ante las acciones de esta forma corrupta y oscura... Que le habrá sucedido para que llegara a este punto, quién le habrá hecho esto...

Mi mirada era de tristeza y compasión aún cuando no se la merecía seguramente, pero no podía evitar compadecerme ante su estado actual, estando seguro en que la verdadera Scarlet Light en realidad tuvo que sufrir mucho para llegar a ello... Siendo una compañera de élite a la cual no pude ayudar, como siempre. Se resistía claramente al hecho de querer liberarse de esa oscuridad, estaba demasiado arraigado a ella. Al dar un paso atrás debido a la onda de expansión, mi mano derecha fue la que puse por delante intentando mantener la postura sin dar más de un lado. — La reina sigue esperando por nosotros, Scarlet. ¡Eres tú quien no quiere acudir a su llamado, reacciona de una vez! — Le dije, momentos antes de que en un impulso de aire me golpease con su báculo en el estómago, y me hiciese retroceder con acrobacias hacia atrás, adolorido. Ella no se detendrá hasta acabar conmigo y hacerme de su pertenencia, pero yo tampoco cambiare de parecer... ¡Debo de llegar hasta el fondo de que es lo que le sucedió, y que es aquella marca! — ¿Esclavizarme, dices? Lo lamento, pero ese tipo de compromisos no van conmigo. — Le dije con una leve sonrisa burlona mía, mientras daba un paso hacia adelante. Pelear cuerpo a cuerpo con ella simplemente es una locura, podría mantener el ritmo pero necesito ser más audaz, así que dependere de mis habilidades mágicas. Dando un paso hacia adelante, múltiples ilusiones empezaban a formarse a mi alrededor desde mi misma postura, simples ilusiones nada más, intangibles. Solo tienen la capacidad de poder hablar y moverse para hacer todo de ello más real, debo de despistarla pues me atacará con todo lo que tiene... Ya que seguiré. — Quiero que me escuches, Scarlet Light. ¡Yo sé que en el fondo de ti aún te encuentras allí y sabes que esto está mal, tienes que luchar en contra de esa oscuridad, reacciona! — Y al decir esto, cada una de mis ilusiones y yo empezamos a tocar la misma melodía... Claramente si me logra ubicar ante mi engaño tendré un problema, ¡Pero no dejaré de tocar la melodía hasta saber que he llegado a la verdadera Scarlet, hasta que me responda desde lo más profundo de su corazón, su verdadera yo!

Rió al ver cómo tratabas de contener el dolor por el golpe que habías recibido de su parte - ¿Eso es todo lo que tienes? Ya veo por qué nunca llegaste a ser de la élite - se lanzó otra vez hacia ti, pero las ilusiones la tomaron por sorpresa y aquellas copias la confundieron.

Sentía que todas la hablaban a la vez y se desesperó - ¿Dices que no acudí? ¡Hacerlo causó mi muerte! ¡Morí defendiéndola! ¡Ahora morirás tú también por tu reina! - atacó con su báculo a una de las figuras, pero esta se disolvió, dándole a entender que no se trataba del verdadero.

Gruñó con enojo y se detuvo. Sus ojos tenían una mirada amenazante - No hay oscuridad. Ya te lo dije: son lo mismo en mí - rió -. A mí me concedieron la oportunidad de volver y la tomé dichosa. No sé qué piensas tú que quién soy, pero te mataré si me lo permites - rió y se dispuso a atacar nuevamente, solo que esta vez elevó su báculo.