Partida Rol por web

-Que bueno, yo la verdad me acuerdo muy poco de lo que ocurrió, pero si de un extraño sueño que aun no logro descifrar del todo, pero imagino que debió ser parte de alucinaciones o algo así- menciono restandole importancia a lo que había ocurrido, finalmente estaba en el pasado y todo ya estaba normal.

Eiren miro el sobre y leyó en voz alta para que Ren escuchara, luego de pensarlo un momento, comenta.

-En las cuevas o cavernas hay murciélagos que son ciegos, supongo que la pista debe significar que debamos ir a alguna cueva o caverna, ven, vamos a buscar algún afiche de tour al centro de informaciones turísticas, quizás ahí encontremos un mapa de los puntos de interés que existen cerca-

Le tomo la mano y lo llevo con prisas a la oficina de turismo, parecía bastante animada a participar, mas cuando Ren también mostraba interés.

Shiro vio a Haruka junto a Koichi y no pudo evitar bajar la mirada un tanto avergonzada mientras se volvía a centrar por las palabras de Shiro.

- ¿Eh? ¡Sí! ¡Sí! Claro... - no parecía prestar mucha atención.

Mariko tal vez se había dado cuenta porque la llevó de la mano y ella se sorprendió mientras caminaba junto a Mariko.

Haruka había llegado junto a Koichi, quien parecía estar tan enérgico como de costumbre y cuando vio a Kasumi, le saludó con un gesto de la mano mientras sus mejillas se coloreaban. 

Al leer el acertijo, no pudo prestarle tanta atención como quisiera, así que poco se le ocurrió. Miraba a Koichi, pero este parecía estar más concentrado en mirar a Kuroryuu. Suspiró algo cansado de tener al fotógrafo tomándole fotos en todos los ángulos a la peliblanca y le arrastró del cuello de la camisa.

- ¡¿Qué crees que haces?! - protestó Koichi.

- Te hago un inmenso favor - y con eso, arrojó al chico hacia la peliblanca. Kuroryuu lo miró sorprendida, pero luego miró a Haruka, quien se acercó a Kasumi.

- ¿Tienes alguna id-...? - frase cortada por Mariko, quien se la llevó de la mano.

- Está bien... Supongo que será para otra ocasión - y entonces, se acercó a Koichi.

Cuando cayó sobre Shiro, la golpeó y el pobre rubio no sabía dónde esconderse.

- L-lo siento, Shiro-san. Todo es culpa de Haruka. Ese idi... Digo, es un gran chico y todo, me acompaña a todas partes, me ruega para que le tome fotos a cierta chica que le gusta y-y-y me ha arrojado por envidia. Pe-pero juro que nunca haría nada para lastimarte, Shiro-san - el chico estaba rojo de los pies a la coronilla.

Kuroryuu rió con suavidad y le dijo - Está bien, Ayase-san. A todos nos puede ocurrir un accidente. Solo ten más cuidado - su semblante era gentil como siempre y le hizo una reverencia al chico.

- ¿Ya sabes a dónde debemos ir? - le preguntó con curiosidad.

Koichi se echó para atrás nervioso antes la pregunta y luego comenzó a reír exageradamente fuerte, se podría decir que imitando la risa de Daidouji-sensei.

- Pero por supuesto. Era tan fácil el acertijo que lo descifré al instante. En este momento, Haruka debe estar evaluando las opciones - el otro rubio lo golpeó por detrás y este entendió que debía dejar de tratar de lucirse.

- D-de acuerdo, no sabemos - suspiró. Había fallado miserablemente.

- Tal vez si trabajamos los cuatro juntos, podríamos lograrlo - agregó Kuroryuu.

A Koichi le brillaron los ojos de la emoción de escucharlo y dijo - Por supuesto... - en un agudo susurro.

- ¿Alucinaciones? Eso suena peligroso. ¿Y de qué eran? - sonaba bastante impresionado por lo que le contabas, más que por las otras pruebas.

Cuando hiciste un análisis de lo que decía, parecía de lo más lógico. Tal vez el chico solo no se había tomado la molestia de pensar en ello.

- Tiene sentido. Te sigo, tú mandas, jefa - cuando le tomaste la mano, el chico parecía un tanto renuente, pero a la final se dejó llevar. Al menos no había tenido que esforzarse más de la cuenta.

No pasó mucho tiempo hasta que llegaron al lobby del hotel. En este, había todo tipo de folletos informativos del hotel y sus atracciones y, no muy lejos de estos, había un mapa de los alrededores.

Si te ubicabas en donde estaban y buscabas en la dirección que Shinta se había ido, notaste que había una cueva no tan lejos del hotel en lo que parecía ser una formación rocosa cercana. Era la única cueva del sector, así que debía ser esa.

Los chicos tardaron un poco en responderte, pero cuando lo hicieron, su respuesta había sido un tanto vaga.

Eso suena a típica prueba para asustar adolescentes. Aunque muchos siempre aprovechan para esconderse a hacer cosas pervertidas. ¿Qué te parece extraño, Irisu-kaichou? ¿Algo ha pasado? Podemos ir para allá.

La verdad era que ellos solo te llamaban así para burlarse un poco, pero te respetaban entre todo. Sin embargo, sabías que estaban genuinamente preocupados y que si tú lo pedías, irían a donde estuvieras. 

Aimi escuchó a Katherine y abrió los ojos de par en par.

- ¡Una cueva! ¡Claro! - y lo dijo tan fuerte que, seguro aquellos que no habían dado con la clave, la habrían escuchado.

- Lo siento - dijo en voz baja y con semblante avergonzado -. Si ya sabemos, es mejor que caminemos. No vaya a ser que nos ganen los demás - le dijo a Jaycee, esperando que su compañero se decidiera a caminar igualmente.

- ¿Estaremos bien? Aunque podríamos perdernos para que nos busque Eiji-kun. ¿Verdad, Kathy-chan? - rió un poco.

Con una sonrisa viendo su móvil, Irisu asintió a las palabras de sus compañeras, caminaba un tanto distraída, como si su mente estuviese en otro asunto.

-El enigma era confuso pero fácil –Alzo sus dedos explicando aquel momento, como si estuviera distraída y dando explicaciones para la clase. Las casas antes eran de piedra, hay muchos tipos, pero si descartamos las que dejaron de usarse por luz, nos quedamos con castillos…

…Entonces con la biología tenemos el orden que toma los murciélagos, búhos, los cuales si haces un campo semántico con todos los otros puntos anteriores, descarta los monasterios del siglo…

La presidenta seguía hablando más concentrada en otra cosa que en sus compañeras con las que caminaba.

 …Pero como ya tenemos, hay más de un objeto que queda en la semántica, como el murciélago, el topo, el dragón ciego, el cien pies albino y otro tipo de fallas geológicas naturales.

Es por eso que la respuesta por lógica es confusa.

Se detuvo al terminar y miro su móvil, para con una sonrisa, enviar un mensaje y guardarlo.

“No vengan”

Luego se volvió a sus compañeras.

-Disculpen, me perdí un poco ¿En qué estábamos?

Saliste al pasillo y viste que la profesora tenía una revista de política y economía en sus manos. Al salir, la bajó y se puso de pie - De acuerdo, todas sus cosas están en el hotel y seguro que a sus compañeros les dará gusto verlo. Ya hay un auto esperando para llevarnos - y extendió su mano para permitirte pasar, señalando la salida.

Era un hospital bastante agradable, con olor a alcohol y medicamento por todas partes, y un reluciente blanco en sus paredes. Mientras salían, pudiste sentir el suave olor de la brisa marina.

Se subieron a un auto de color rojo, al parecer un conductor contratado por el instituto, y este se fue por una carretera cercana a la playa, similar a la que habías surcado en el auto blindado de Jaycee de camino al hotel.

No tardaron demasiado en llegar al hotel y la ansiedad del cómo hablar con tus compañeros se acrecentaba. Al llegar al lobby, pudiste ver a todos los Red Stones de pie allí, pero todos con atuendos bastante playeros. Parecían alistarse para algo especial porque su agente les hablaba, era un hombre de unos cuarenta años con un porte serio y bastante profesional. Aunque entre todo y según lo que Ruka te había contado, era un hombre amable y por eso trabajaban tan tranquilamente con él.

Miraste a Ruka, casi muy a tu pesar. Era inevitable, además que su atuendo era bastante llamativo y era entendible, era la única chica de la banda y debía brillar por eso. Muchas veces la hacían vestir así para sesiones fotográficas y demás, y ella siempre te mostraba sus atuendos antes de irse. De seguro le habían puesto extensiones de cabello, pero su bikini era para simular una especie de sirena.

El representante de la banda te miró y le dijo algo a Ruka, quien no pudo ocultar su sorpresa y, junto a ella, todos los miembros se giraron a mirarte, pero retiraron la mirada casi de inmediato. Ruka sintió el impulso de ir a recibirte y lo notaste, pero al instante se detuvo y se giró hacia los demás, diciéndoles algo en voz baja y entonces, todos emprendieron marcha. La pelirrosa se giró una última vez hacia ti mientras se retiraba para seguir su camino con todos sus compañeros fuera del hotel.

- Por el momento, sus compañeros se encuentran en alguna actividad que Daidouji-sensei preparó. Si quiere unírseles, primero le recomiendo que suba y se cambie de ropa a algo que le permita caminar por la playa - y con eso se retiró. Era el último día, así que lo más seguro es que tendría muchas cosas que preparar antes del viaje de regreso.

Jaycee suspiró - casi cuela... Entonces tocará jugar supongo - se rascó la nuca y comenzó a caminar con bastantes pocas ganas de jueguecitos. Si no hubiera escuchado el grito, podría haber justificado entender mal un enigma (que nunca buscó resolver).

Dos semanas habían pasado desde aquel incidente, pero era extraño cómo aquello se había olvidado con cierta rapidez en casa, ya que tu casa se había desordenado bastante con la tormenta. Las mujeres encargadas del aseo lo habían hecho con gran velocidad, así que los resquicios de aquello se habían borrado rápidamente. Además, tus padres se habían enfrascado en su trabajo con rapidez una vez más.

No hubo novedades durante esas dos semanas, ni tampoco noticias de Schmella, lo cual tal vez era bueno. Sombra se quedó contigo durante esas dos semanas diciendo que debía vigilarte, aunque una parte de ti creías que se trataba de un truco para poder conseguir más comida gratis. Todas las mucamas se preocupaban, pero la anciana mujer les decía que era normal, habías pasado por algo difícil y aquello era esperado. Además, estabas en etapa de crecimiento y eso aumenta el apetito. La verdad era que debías compartir tu comida con Sombra, así que era natural que comieras por dos.

Una tarde, estuviste viendo el noticiario y comenzaron a mencionar un problema en un hotel cercano.

- ​​​​​​... Uno de los estudiantes que se hospedaba allí se ha puesto al frente de las reparaciones, mientras que los integrantes de la banda Red Stones se han quedado para ayudar con las reparaciones y atendiendo a los heridos. La voz líder de la banda, la popular cantante Ruka no se encuentra con ellos. Se le ha visto salir de un hospital cercano, pero no da declaraciones al respecto. La policía aún investiga los hechos y aseguran encontrar indicios pronto de lo sucedido... - aunque se te permitía poco contacto con los temas usuales de adolescentes, diciendo que eso no era propio de tu linaje, sabías que los Red Stones eran la banda más popular del momento con Ruka como su cantante principal, Takeshi como guitarrista y líder de la banda, Edward Tempus como segunda guitarrista, Tenma como bajista y Ono como baterista. Al ser la única chica de la banda, Ruka era una idol bastante popular, aunque se dice que tiene un novio que no se esperaría de alguien así de famoso. No sabías mucho, pero al menos sabías eso de todos ellos:

Ruka	Takeshi	Edward Tempus	Tenma	Ono

- Allí es a donde iremos - te dijo Sombra -. Lo peor ya ha pasado, así que es posible que nos reunamos pronto con Mariko -.

Lo más extraño de toda la situación es que la fecha del incidente en ese hotel coincide con la fecha en que fuiste atacado por Scarlet Light.

Entonces, escuchaste el golpeteo en la ventana una vez más y viste a Schmella. Al abrirle, dijo - Mariko dijo que es el momento. Debemos ir lo más pronto posible porque hoy es su último día en ese hotel, así que apúrate, chico. Necesitamos un transporte y salir cuanto antes -.

- Tranquila, Schmella. Creo que el chico ya entendió - dijo Sombra tratando de frenar a la acelerada mariposa.

- Oye, tú cállate - y se apoyó en la cama para dejar de aletear -. Lleva solo lo necesario -.

Pedir el transporte no fue tan complicado y una media hora después, ya estabas en camino. Tus padres no habían preguntado mucho, pero la anciana sí que lo hizo. Solo le dijiste que saldrías a conocer un poco, que te habían recomendado visitar un lugar. No era una gran excusa, pero había funcionado y así, partiste junto a Sombra en aquel vehículo de color azul. No tan lujoso como tus padres quisieran, pero más que suficiente para ti.

Fue un recorrido de más o menos una hora debido a la distancia entre el lugar donde te quedabas y aquel hotel. Tardabas más en salir del exclusivo condominio que en el resto del camino. Al llegar, viste que ya anochecía y al llegar a la entrada del hotel, pudiste ver que había varias personas en el lobby, entre ellas una mujer con aspecto elegante, tal vez demasiado elegante para un hotel en la playa junto a un chico rubio de aspecto despreocupado. Parecía decirle algo mientras el rubio miraba en una dirección en concreto. Al girarte hacia donde el chico miraba, viste que se trataba de los Red Stones en persona, solo que tenían un atuendo peculiar. Todos estaban vestidos como si fueran a ir a la playa, pero con cierta uniformidad, a excepción de Ruka, quien parecía vestida para emular a una sirena. No llevaba la cola, pero su bikini daba esa impresión. Parecía marcharse con rostro triste, mientras los demás chicos caminaban junto a un hombre barbado. Ellos parecían retirarse hacia otra parte del hotel.

La mujer de cabello oscuro se retiraba, dejando al rubio solo.

No pude detectar nada sospechoso en el sensei, pero Mariko me dijo que no me preocupara, así que me concentré en Masaru. Mientras lo seguía recibí el mensaje de Katherine.

Mmm... tendré que ocuparme de eso más tarde...

Mamoru salió del hospital seguido de Yuuki-sensei. No perdió detalle del lugar en donde había pasado los últimos días; las paredes en las que había estado encerrado, pese a que el tiempo que había pasado en aquel lugar infinito apenas habían sido segundos, o eso creía. Se dejó cautivar por la brisa marina y, mucho más, por el aire que se respiraba fuera del hospital.

Disfrutó el camino de regreso al hotel, sin despegarse de la ventana. Todo ese tiempo le seguía sirviendo para reflexionar. Los recuerdos, recuperados hacía poco, se materializaban en su cabeza con mucha más lucidez. Por momentos el paisaje que podía ver por la ventana era reemplazado por todo lo sucedido hacía seis meses atrás. Las cosas le confundían cada vez más y más; ¿había reencarnado, entonces? ¿Qué había pasado con Dawn? Por más que buscaba en su interior, no habían rastros de que la dragona estuviese allí. 

Llegar al hotel hizo que Mamoru sintiese algo de presión en su pecho. ¿Cómo hablar con todos? Tenía demasiadas preguntas que hacer, pero no sabía si muchos podrían contestárselas. Irisu; ¿ahora que haría? Su novia, su amiga; ambas... ¿Cómo lidiar con ellas? Katherine era la única con la que podía hablar... y no sabía si había recuperado sus recuerdos. ¿Qué haría? Esa era una pregunta recurrente desde que se había despertado de su sueño.

Pero, apenas llegar, vio algo que había estado evitando; ¡perfecto, los Red Stones! Era el peor momento para Mamoru. Su mirada se fue, casi automáticamente, hacia la única persona que podía llamar su atención con tanta intensidad de aquel grupo: Ruka. ¡Estaba endemoniadamente hermosa! Mamoru hizo las manos un puño en sus bolsillos. ¡Quería decírselo! ¡Estuvo a punto de gritárselo! Pero no... un nudo se hizo en su garganta. Una vez más recordó la escena en la que Dawn era apuñalada por la espalda.

Apartó la mirada una vez Ruka le miró, no pudo sostenérsela, ni siquiera para notar que la pelirosa lo había vuelto a ver antes de seguir su camino. Mamoru se sentía traicionado, triste y decepcionado. Pero aún quería a Ruka.

—Gracias, Usui-sensei —Mamoru hizo una reverencia a Yuuki-sensei, una realmente profunda. Cuando se enderezó, sin mirar hacia los Red Stones, se decidió a ponerse algo más cómodo. No sabía aún cómo confrontar a sus compañeros, pero quería ver si notaba algo raro en alguno de ellos. Su principal objetivo en esos momentos era acercarse a Katherine. Mientras tanto seguiría actuando como siempre; o al menos lo intentaría.

Justo antes de irte, te sobrecogió una sensación de conocimiento y de añoranza. Te giraste rápidamente y pudiste ver a Sombra junto a un chico de lentes que jamás habías visto antes.

Sombra era el guardián de Storm Angel, otra guerrera mágica que se había sacrificado por amor a Scarlet Bat. Bastante irónico. El perro se dio cuenta que lo mirabas y negó con la cabeza, esperando que no hicieras algún comentario sobre su presencia.

Traté de disfrutar los últimos días, aunque los ánimos estaban algo bajos debíamos aprovechar las vacaciones. Tras unos días de playa y diversión, acompañado de valiosos momentos entre amigos, llegó la última noche y la prueba de valor. La prueba de valor llamó mi atención, aunque no era muy buena en esos juegos.

Cuando estaba leyendo la pista junto a Mariko se acercaron Haruka y Koichi y mi reacción no se hizo esperar. Mientras mi compañera me llevaba de la mano, lancé una mirada de disculpa a Haruka al tiempo que me volvía a sonrojar.

Katherine se había puesto sus manos en sus caderas a modo de jarrón intentando verse severa con Aimi por haber dicho la clave en voz alta, pero simplemente le era imposible ser así con ella o con cualquiera de sus amistades. Aquello le ayudó distraerse por cosas que tenía en su mente y fue un pequeño alivio en su corazón, la cual se alteró con la mención del guía y un sonrojo que no pudo evitar.

-I don't know why do you say that-dijo en un inglés fluido mirando de reojo a Jaycee y su queja de que no pudiese irse. Le agradaba que el chico le tuviese confianza en ese sentido, pero le ganaba un poco la espinita de que no hubiera alguna pizca de celos.

No, I shouldn't be like that.

Y luego al escuchar la letanía de Irisu provocó que se relajase un poco, sonriendo de lado y acercándose a la presidenta. 

-Vamos a buscar a la cueva, a ver si somos de las primeras, señorita Irisu-y sacó su teléfono para hacer algo rápido, luego guardó el aparato y comenzó a caminar para ir tras la pista.

Había escrito un mensaje rápido a Kasumi, lo cual decía lo siguiente.

Ánimo. Luego te conseguimos tiempo a solas con Haruka ;)

Girarse fue un acto reflejo impulsado por el sentimiento tan extraño en su pecho; quizá girarse no había sido simple acto reflejo o simple casualidad. El rubio entornó sus ojos en Sombra. No se sacó las manos de los bolsillos, tampoco mostró en su rostro el desconcierto del momento; solo siguió usando la máscara del Mamoru despreocupado.

No sabía quien era el chico que estaba al lado de Sombra. Ver el gesto del perro hizo que Mamoru entendiese al instante lo que este quería decir, pero, ¿por qué estaría él al lado de aquel chico? Muchas podían ser las teorías que el rubio podía hacer, pero que no hizo; en cambio prefirió acercarse al pelinegro, levantando una mano de manera casual.

—Hola —le dijo al chico, sonriendo amablemente—. Tu cara de alguna forma se me hace conocida —mintió—. ¿No serás tú Masamune-san? ¿Me recuerdas? —dijo Mamoru, señalándose a sí mismo— Soy yo, Tsukaima —y se volvió para mirar a Sombra de reojo. ¿Qué hacía el perro con aquel chico?

El chico entró con algo de expectativa y no pudo evitar su rostro de sorpresa al ver a los Red Stones en el vestíbulo. Habían sido semanas intensas.

Entonces, vio de pie a un chico rubio y notó que, por un instante miró hacia sus pies. ¿Será posible?

El rubio se le acercó a hablarle y se sorprendió aún algo descolocado por todo lo que había visto, pero de aquello mostró poco. Mantuvo su rostro afable y una sonrisa cuando este le habló.

- Perdona, me confundes. No creo que nos conozcamos, Tsukaima-san - alzó sus manos para negar con ellas y luego se giró hacia el perro una vez más para volver su vista arriba.

- Yo vine buscando a alguien, es todo -.