Partida Rol por web

Entonces ¿Qué sugieres Kitsune-kun?

Irisu mira a todos los heridos, quería ayudar, pero su falta de conocimientos hacia mejor que dejara todo en manos de quienes sabían más que ella, además no tardaría en llegar la ambulancia.

Gracias a todos los Kamis que ya viene la ayuda médica.

Miraba al presidente, preocupada hasta que escucho a Naoko. En breve se dirigió hacia ella arrastrando a Kitsune.

Niimura-chan, repite lo que dijiste y dime si viste a donde se los llevaron.

                Irisu al oírme se acerca a con paso decidido , y arrastrando a Kistuse con ella – Pues que cuando intentaba escapar me encontré con una burbuja negra y viscosa , como si fuese Petróleo o brea – digo mientras voy rememorando todo lo acontecido hace unos escasos minutos – No sé que paso con ellos, solo vi como aquella burbuja los engullía …les envolvía y ya nos les volví a ver, pero esa cosa siguió avanzando por el gimnasio – terminé por decir.

Mas me quedé mirando a los demás – También vi a otros…seres que parecían..no sé creo que , creo que eran buenos – no sabía muy bien la certeza de aquello, solo sabía que se habían enfrentado a esa horrible chica de cabellos azules y que uno de ellos había salvado a Koichi , y abrí muchos los ojos, - Ehh, habéis visto a Koichi? ¿sabéis si está bien? – le había visto hace un momento y parecía estar bien pero…quería ver por mi misma si era así.

Katherine había tratado de prestar atención a lo que sus compañeros decían, pues le parecía algo ilógica la información que proporcionaban. ¿Burbuja de brea que absorbía personas? ¿Otras personas extrañas que ayudaban? ¿Había más desaparecidos? Todos esos datos, aunque le costara entender aún el idioma japonés, no parecían concordar entre sí. Sin embargo, ella había visto cosas irreales y ese no era el momento para dudar de la versión de Naoko.

-¿Nao... Naoko, verdad?-la voz de la pelinegra era de un hilo, nerviosa. Daba la sensación de que tenía una lucha interna- Acabo de ver a Koichi... está cansado y débil,  pero no posee heridas sangrantes o de otra índole. Usé mi mochila para que fuese una almohada improvisada y, a pesar de encontrarse recostado en el suelo, parece estar bien.

La joven intentó sonreír, pero el gesto no apareció en su rostro.La gente comenzaba a rodearles y se puso muy nerviosa. Los murmullos de la gente, sollozos, preguntas y ruidos que se intensificaban por el gimnasio iban agotando su templanza que trató de mantener mientras luchaba con esos zorros para evitar que los demás salieran heridos...

-Iré a ver si ayudo a revisar otros heridos, estás en buenas manos con Kuroyuu..

Sin esperar respuesta, Katherine se incorpora y va alejándose mientras se abraza a sí misma. Tratando de que nadie la vea al dar la espalda a toda la situación, la ojiazul comienza a llorar sin contenerse. Intentaba hacerlo en silencio para que nadie se percatara de su estado, pues no deseaba que alguien dejara de hacer sus labores; por lo que optó por irse hacia un punto solo y distanciado. <<Oh God ... Mom, Dad ... I want to be with you>>. Se mantuvo serena y fuerte cuando se apareció esa niebla, la firmeza la acompañó cuando inició la pelea contra los zorros para evitar que alguien más saliera herido, su actitud temple le auxilió en eliminar uno y su fortaleza le permitió mantenerse así hasta hace unos momentos; no obstante, cuando una grieta aparece, se evita que se expanda o ésta terminará quebrando y eso fue lo que le pasó. 

Debía desahogarse antes de que eso la consumiera.

- Sí, Shiro. Estoy bien. ¿Tú estás bien? - Le digo mientras me aproximo a ella. Luego busco a Naoko con la mirada cuando me dice que posiblemente esté herida. Por suerte, antes incluso de que pueda encontrarla, ella misma confirma que se encuentra bien y puedo respirar aliviada, aunque su confesión no me da mucho tiempo a descansar.

- Shiro, la ayuda ya parece estar en camino. - Miro fijamente a mi amiga intentando encontrar todo el valor que pueda reunir dentro de mí. - Debemos ir al gimnasio, puede que haya más compañeros en peligro. Tenemos que ayudarles.

Koichi sonríe agradecido ante el amable gesto de Katherine y con voz suave, le dice - Gracias y sí, fue una extraña chica de cabello blanco con una armadura. Algo que nunca había visto - termina de acomodar su cabeza sobre tu mochila y luego reflexiona.

- Debo escribir sobre esto cuando todo termine - y ve cómo te alejas.

Shiro observa la herida de Naoko con atención cuando ella estira su pierna y ella le dice - Bueno, no ha comprometido ninguna arteria importante y no parecer ser muy profunda. Con unos cuantos puntos y una limpieza, mejorarás pronto - sonríe a la chica de cabello rosa pero cuando ella menciona una burbuja oscura, sus ojos se abren como platos.

- ¿Burbuja de brea? ¿Cómo es eso posible? - su rostro expresaba real sorpresa y se giró hacia Jaycee un momento. Parecía realmente afectado por todo esto.

Kenta sigue siendo arrastrado por Irisu a todas partes y cuando escucha la historia de Naoko, frena en seco. Su rostro abandona la calma a la cual estaban acostumbrados y parece tomar una actitud más seria, más fuerte, más líder.

- ¿Dos personas? Niimura-san, ¿Sabes si tal vez dos de ellas eran alguno de los cuatro desaparecidos? - su voz sonaba alterada y urgente. Al parecer, la historia no sonaba tan alocada para el presidente Kenta.

La insinuación de unos seres buenos desconcertó a Kenta, cuyo rostro expresaba todo aquello que sentía.

Yuuko escucha a Naoko igual de sorprendida y le pregunta - ¿Sabes hacia dónde se fue esa esfera? Podríamos buscarla -.

Al ver el incansable trabajo de Mamoru, Yuuko se le acerca y le dice - Te lo agradezco. Deberías considerar unirte al consejo estudiantil - le guiñó un ojo y se apartó una vez más para acercarse a Jaycee y decirle con voz tranquila, pues notaba su alterado estado de ánimo - Ayuda a Tsukaima-san, por favor - y luego se vuelve a escuchar a Naoko.

A pesar del caos que reinaba en el gimnasio, había un ruido que se acercaba y sobrepasaba lo ruidoso de los gritos y lamentos de los estudiantes.

Las ambulancias estaban en el campo de la escuela y estaban por entrar. La directora comenzó a organizarlos mientras se le daba el espacio suficiente a los heridos. Estaban a pocos minutos de entrar a la habitación, lo cual les daría a todos un poco de tiempo para hablar.

Recaudar toda la información posible era vital en una situación tan apremiante como esa.

Miré a Katherine y al escuchar que Koichi estaba bien esbocé una enorme sonrisa de alivio – Gracias Katherine, es un alivio saberlo – respondí y apoyé mi cabeza contra la pared. Por lo menos una parte de mi se sentía aliviada, pensar que podría haber muerto por mi falta de fuerza o por no ser tan rápida me torturaba mas que la herida.

Te dije que no era nada Shiro, solo dolor – le dije a la chica mientras le sonreía con dulzura, estaba recibiendo más atención de la que me gustaba y me sentía un poquitín incomoda, - muchas gracias por preocuparte y por mirarla.

Pronto muchas preguntas con respecto a la burbuja comenzaron a llegarme, entendía su confusión y miedo, pero tampoco podía contar más de lo que ya había hecho. – Nnnno, no vi quienes eran lo siento, les llamé pero no respondieron a mis palabras, y cuando desaparecieron la burbuja siguió avanzando por el gimnasio – y aunque intenté evitarlo, las lágrimas empezaron a correr por mis mejillas , pero me las limpié rápidamente.

La joven intentaba limpiarse las lágrimas, a pesar de que aún aparecen y no podía contenerlas. Sabía que es poseedora de una personalidad paciente y fuerte, pero todo fue demasiado para ella. Le costaba creer en todo lo acontecido, aferrándose a la idea de que se trataba de una broma de mal gusto. No obstante, la imagen de la chica rubia que fue a ayudarles parece aliviar su pena. No lograba comprender por qué esa desconocida le hacía sentirse bien, pero se encargaría de meditar eso después.

Katherine se encaminó hasta donde estaba Koichi para llevarse su mochila luego de que él se sintiera mejor, por supuesto. Se recargó en una pared dejándose caer para doblar sus rodillas y apoyarse en ellas recordando una posición de ovillo. Estaba consciente de que no lloraba por miedo o dolor, sino por los acontecimientos extraños ocurridos. La ojiazul guardó silencio, pues no sabe si los desaparecidos ya se encontraron o no. Por primera vez en mucho tiempo, se molestó  consigo misma por no comprender lo suficiente el idioma japonés.

-I am a fool... I must be stronger for the next.-expresó en voz baja.

Si se los llevaron en esferas tuvieron que usar salidas grandes.

Irisu aún se mantenía pegada al presidente Kenta.  

Kitsune-kun busquemos alrededor del gimnasio, tal vez por afuera exista alguna pista.

El caos parecía afectarle, al menos en su concentración, ya que no paraba de ver a todos lados y su pelea empezaba a cobrar la factura a su cuerpo. Manos temblorosas, algunas lágrimas inconscientes que se limpiaba con disimulo.

Disculpen, iré a ver a un paramédico. Luego buscaremos… a los demas.

Se soltó de Kenta y con paso digno se dirigio a una ambulancia, donde se derrumbó en la silla más próxima. 

Reimu cada vez veía las cosas mas difíciles. Por mas que intentara buscar a Maki, no se encontraba en ninguna parte, por mas que ayudara a los demás seguía reinando el caos en el lugar y encima alababan a los demás. Estaba cansada, tanto que acabo lo que estaba haciendo, se recostó en una pared y se dejo caer hasta que sintió el suelo debajo de ella. Ahora también resulta que una burbuja negra se había llevado a algunas personas. Sea quien fuera el que estaba escribiendo este manga, era una persona con demasiada imaginación. Lo único que faltaban era escuchar un narrador en el aire o que un gato comenzara a repartir poderes a quien le diera la gana.

La sonrisa de Reimu no abandonaba su rostro, pero se sentía cansada, si no fuera por ese gesto lo mas seguro es que se echara a llorar. Pero no quería, apretando su fiel peluche en su pecho y dando gracias que Katherine le prestara la chaqueta susurro con voz cansada. -A ver si acaba ya el maldito día...

Los ánimos y la adrenalina abandonaban sus cuerpos mientras el agite y cansancio de todo lo ocurrido se hacía palpable nuevamente. Había sido realmente poco tiempo en cual había transcurrido pero por la niebla, los heridos, todo lo visto y vivido, habían hecho de esta estancia eterna.

Todo lo ocurrido había agotado bastante a todos los asistentes y muchos habían colapsado, tal y como sucedió con Irisu, a pesar de no tener heridas físicas importantes. Naoko, por otra parte, fue trasladada al hospital para hacer tratamiento a su herida en el tobillo. A pesar de no ser nada delicado, querían descartar infecciones mayores.

Los paramédicos llegaron y revisaron a todos los heridos que la directora había separado, pero no era posible trasladar al hospital a todos los estudiantes, así que instalaron puestos de control para hacer revisiones a todos los estudiantes, además de exámenes generales para ver su condición corporal.

Para el final de la jornada, todos los heridos habían sido estabilizados y movidos a un hospital local mientras el resto de los estudiantes fueron dados de alta y se les permitió ir a sus casas. A pesar de intentar contar lo sucedido, los mismos doctores parecían desconcertados y creían que las historias se trataban de delirios por todo lo sucedido, aunque ellos mismos tampoco habían podido pensar en una explicación lógica para todo lo sucedido, a pesar de las heridas animales.

El paramédico líder del grupo aprovechó el micrófono para hacer un leve anuncio a todos los afectados.

- Ahora mismo, las ambulancias están trasladando a los heridos a un hospital. Todos aquellos que aún se encuentran aquí es porque están en buenas condiciones para ir a su casa. El instituto permanecerá cerrado unos cuantos días, mientras se hacen todas las reparaciones necesarias, informa la directora - quien se encontraba al lado del paramédico - y retomarán las clases cuando esté lista. Sin ser más, les pedimos ir a sus casas a tomar un buen descanso y estar con sus seres queridos - el hombre se alejó y todos los profesores y demás personal del instituto guió a los estudiantes fuera del instituto.

Todos tenían dudas o preocupaciones sobre sus compañeros, ya que eran muchos los heridos. El presidente Kenta los reunió a todos y se comprometió a hacerles saber cuándo comenzarían nuevamente las clases. A pesar de la calma que trataba de infundir en todos, el desasosiego de lo sucedido aún estaba ahí y eran más las preguntas planteadas que las respuestas. A pesar de todo, la principal era: ¿Dónde están los cuatro desaparecidos?

Irisu logró recobrar el conocimiento pero se la llevaron al hospital para hacerle un examen más profundo, ya que su ropa se veía en malas condiciones y querían evitar posibles infecciones. Aparte de ella y Naoko, todos habían podido dirigirse a sus casas. La vista de unos profesores preocupados y una directora contrariada. La desaparición de algunos de sus compañeros era algo terrible. ¿Cuánto podría tardar un secuestro tan misterioso?

Katherine observó todo alicaída; cuando le preguntaron de lo sucedido fue rápida, concisa y seca, pero atenta a las observaciones; y se negó cordialmente a ser hospitalizada por la crisis emocional de hace rato. Todo ese tiempo tuvo para relajarse y asimilar lo sucedido. Es cuando se da cuenta que le dolía la cabeza. <<Great...>>. Se frotó la sien en un intento de calmarse y prefirió centrarse en lo que acontecía.

Por lo que lograba deducir, los desaparecidos aún no regresaban; sin embargo, los heridos fueron atendidos bien y la seguridad de los demás fue evaluada profesionalmente. Una sonrisa apareció en su fino rostro, cada quien hacía lo que podía en esas circunstancias extraordinarias, pues nadie podía aclarar lo que realmente sucedió. Por un lado, los necesitados recibieron la atención requerida y se encontraban a salvo, pero por otro le preocupaba que Maki, Edwin, Hikaru y su maestra estuvieran en peligro. Le gustaría poder hacer algo, mas no posee las capacidades necesarias. <<If only I were like that blonde girl>>...

La pelinegra movió su cabeza de un lado a otro como si quisiera sacudir sus ideas y se incorporó lentamente. Cuando Koichi ya no ocupaba su mochila, la joven se lo acomoda a su espalda y le sonríe al chico.

-Espero que te sientas mejor con el paso de los días.

Katherine hizo una leve reverencia y buscó con su mirada a los compañeros: con Aimi se despidió con un asentimiento de su cabeza; antes de que se llevasen a Irisu le sonrió y con sus labios dijo "gracias"; intentó encontrar la mirada de Jaycee, pero no supo su él vio su saludo de mano; a Tsukaima le hizo una reverencia a lo lejos; a Naoko le hizo señas a su tobillo y levantó su pulgar; al toparse con Reimu se despidió con su mano mientras intercalaba mirada con ella y su peluche; de Kasumi fue igual con la mano; y el resto de los presentes con una reverencia.

Acto seguido, la ojiazul se retira rumbo a su casa a paso desalentado, pensando en qué le dirá a su madre por llegar tan tarde y sin su chaleco. <<She will not believe me>>.

Irisu se dejó atender sin protestar, ante la atención de los paramédicos solo dijo.

Peleé mano a mano con un animal salvaje. Pueden verificarlo en las mordidas de mi chaqueta.

No dijo nada de otra cosa, ya que sabía lo loco que sonaría todo lo que había visto y sospechaba.

No me duele nada, solo estoy cansada.

Guiñó un ojo a Katherine cuando ésta le dijo “gracias”, una vez terminado aquello, se dejo llevar por la ambulancia.

En la ambulancia dejo su mente divagar en extraños pensamientos y reflexiones, tras dejar un rato así su mente, esta viajo a lo mas normal que tenía. Una serie pendiente, algo de la Segunda Guerra mundial en History Channel, ya había visto la serie, aun así quería verla, tener algo normal en que pensar.

Aunque fuera el momento más violento de la historia, pero era mejor que sus pesadillas recurrentes.

En parte había acabado, ahora se ocuparían personas mas cualificadas que ella para atender a los heridos y arreglar lo que fuera que había pasado en el día de hoy en aquel lugar. Se sentía agotada, exhausta y a la vez preocupada. Los desaparecidos no habían vuelto y no sabíamos donde estaban, esperaba que todos estuvieran bien ya que si ellos habían tenido que enfrentarse a unos zorros de sombras quien sabe lo que estarían viviendo ellos. Mejor no pensarlo, quizás un baño relajante, se pondría a coser escuchando música o simplemente dejarse llevar por un mar de estrellas. Necesitaba desconectar ya que si seguía pensando en las miles de posibilidades se volvería loca. Cuando Katherine paso por su lado despidiéndose, Reimu también la despidió, tanto con su mano como con la de su peluche. Debía lavar bien la chaqueta y devolvérsela, haber como les explicaba a sus padres que había perdido parte del uniforme. Eso hizo incluso que sonriera un poco, seguro que pensaban mal, como mínimo una risa al final del día.

Lentamente se fue levantando y se dirigió a la salida, la presi estaba con los médicos y no tenia mucho contacto con el resto pero levanto la mano en forma de despedida. Irse despidiendo uno a uno seria agotador y no quería estar mucho mas tiempo en aquel lugar. Con paso lento y seguro se dirigió a su hogar, menudo primer dia de clase, habría estado mejor hacer novillos un día.

Al parecer todo había acabado, por mi cabeza mil cosas pasaban y aunque las había visto, vivido y sufrido, algo en mi se negaba a creer que todo aquello era cierto. Me levanté cuando llegaron los médicos y como había gente mucho mas grave decidí irme directamente al orfanato y descansar ahí.

Hasta luego – me despedí de todos haciendo un gesto con la mano y sonriendo lo mejor que podía, y lentamente e intentando forzar el tobillo lo menos posible, me alejé del colegio. Y aunque había intentado controlarme todo lo que podía, al girar la esquina me apoyé en la pared para llorar libremente, necesitaba desahogarme , dejar salir todo aquello que ahora mismo me atormentaba, y ahí me quedé no cuanto tiempo, hasta que las lágrimas dejaron de correr; y emprendí mi camino lo mejor que pude.