Partida Rol por web

Y ahí estaban ellos, todos acompañados por gatos o perros, una mariposa incluso, y entre ellos acompañado por el hielo, un chico al que no parecía molestarle demasiado ese frío. Sin embargo se sentía a pesar de estar solo, como el que menos había perdido, fuera o no eso cierto, su alter ego le pedía que cubriera al resto. El dragón de su interior dudaba de la necesidad de existencia, ya no sentía que tuviera mucho más que proteger, tal vez le quedaba lo mismo que al muchacho que lo acogía - sé su guardián, protégeles como si tu vida dependiera de ello -/- eso tenía intención de hacer, ahora que se tu pasado, me aseguraré de que nuestro futuro no sea igual - hablaba con su alter ego mientras caminaba sin dudar en la dirección acordada.

Casi sentía una rara conexión con la helada extensión, y pensó, nada en concreto, solo pensó, tantas cosas que sería imposible plasmarlas con un orden correcto, pero entre tantas ideas una se fijo como un cubo gélido a la piel desprotegida. Apretó sus puños y miró a la oscuridad del túnel, no sin antes preguntarse si era tan mala esa era de oscuridad mencionada, ¿a caso no vivió Kal'ahd inmerso en ella siempre?

Un golpe moral golpeó su pecho, justificar a los titanes era lo último que deseaba, si hubieran querido luz, la hubieran obtenido, pero en lugar de ello solo se habían dedicado a sumir en profundas tinieblas todo lo que habían tocado. El chico sintió una sensación de compañerismo hacia su ente interior, al cual parecían haberse esmerado en oscurecer hasta la médula, el dragón aceptaba su complejo destino, pero él no tenía intención de verle pasar por otra tragedia, ni de pasarla él mismo.

Casi como si la oscuridad del olvido le reclamara, puso un paso tras otro con cada es mayor decisión y firmeza, por su nuevo amigo, por quienes habían caído por la penumbrosa existencia titán, pero sobre todo por si mismo y no tener que vivir más pesadillas de las que ya tenía. Si soñar era una tortura, despertaría a golpes a cada ser umbrío que insistiera en atormentar su ya de por si pesado reposo.

Katherine fue despertando poco a poco intimidada por lo que acababa de pasar y de las nuevas memorias que surgieron en su mente debido a su alterego, quien trataba de tranquilizarla con una voz que solo podía escuchar ella que trataba de decirle que todo estaría bien, pero la pelinegra extranjera sentía que no sería así. Se abrazó a sí misma, viniendo a ella un recuerdo que no era propio: la sensación de calidez al frío debido a un dragón. Sin querer buscó con su mirada brillante por soportar lágrimas a Jaycee, y cuando lo encontró su corazón aceleró tratando de discernir por qué le había hablado el primer día. ¿Había sido simpatía, el remanente de una vida pasada que se sintió atraída o era algo ya establecido?

-I am sorry...-dijo más para sí que para alguien en especial. Vio morir frente a ella a Scarlet, a Naoko... a quien había tratado de convencer que se les uniera y ahora pensaba que por su culpa su vida acabó tempranamente.

Seguía escuchando a Mariko, pero a la vez no. Katherine se sentía bastante mal, seguía arrodillada rodeada de sus propios brazos y aunque sabía que había una misión por cumplir, le carcomía una culpa tal que de nuevo se sentía como una niña cuando ocurrió lo de sus padres. Si fallaban, las personas que más quería sufrirían las consecuencias. Entonces, Schmella le habló y al verla le hubiera gustado poder abrazarla, por lo que bajó la cabeza con unas pequeñas lágrimas emergiendo que rodaban por sus mejillas.

-Schmella... It is my fault Naoko died. I am so sorry Hikaru, Shiro...-no pudo evitar mirar a Jaycee una vez más y empezó a llorar un poco más fuerte-I did not want to hurt you, Jaycee. I did not want that to happen ...-Animae se quedó callada, a ella también le dolía recordar aquél fatídico día en Hardak.

Escuchó las palabras de Katherin a sus espaldas, y sonrió, volviéndose hacia el resto sin dejar de avanzar en esta ocasión de espaldas, éxito su brazo y abrió su mano, invitando a todos a avanzar, y sus palabras llenas de convencimiento hacia la muchacha, acompañaron a sus gestos.

- No pain, if no defeat, eso dilo solo si no lo logramos - incluso animado, el chico crecía ante la adversidad, o tal vez quería animar al resto y pensó que una sonrisa dispuesta a luchar ayudaría. Lo único seguro, era que no tenía intención de dejare vencer sin combatir hasta el final, y con suerte, esta vez, "no su final".

Hikari aún se sentía aturdido por la cantidad de recuerdos que recibió de golpe cuando Night lo devolvió a la realidad.

-Hola Night. Ha pasado mucho tiempo. Me alegro mucho de verte -y entonces se dirigió a sus compañeros- también me alegro de volver a verlos. Al fin tendremos una nueva oportunidad de reparar los errores del pasado.

Hikaru se levantó desorientada como los demás, pero, unos segundos más tarde, reconocía su ambiente y parecía asustada.

La aparición de Sombra hizo que se tranquilizara un poco y, al escucharle, recordó todo lo que había pasado. Casi parecía un mal sueño con todo lo que había visto, pero era su realidad. En ese mismo instante, buscó la mirada de Chidori y, después, rompió en lágrimas.

Era una mirada llena de sentimientos y emociones, cosas que habían permanecido enterradas durante siglos. Era demasiado dolor para solo levantarse sin problemas.

- Es mi culpa... - decía entre sollozos y abrazada a su guardián, a Sombra.

Vivencias, sueños, amistad, traición, sangre, destrucción y muerte. Todos fluyendo a la vez y al mismo tiempo, fue como revivir esa vida desde cero.

Nuevamente estaban en el presente y con sus formas actuales, ya no era una Dragóna sino Mamoru, no era Cursed Dawn sino un humano, curiosamente no se sentía confundido, el era Mamoru pero a la vez Dawn, ya sea en pasado o en el presente siempre había vivido por sus ideales y sin arrepentirse, ahora por fin se sentía en paz consigo mismo.

En medio de este estado una ráfaga helada agitó su cabello, estaban en ningún lado en medio de un páramo helado y una entrada al abismó. Mamoru no se inquietaba por el frío, este era parte de Dawn y Mamoru era ahora uno con ella, no le temía al clima. Repentinamente una presencia poderosa se acercó a el, era la chica de la otra clase pero con los ojos de Dragón vio mas allá de la carne humana y vio su verdadero ser, Mariko.

Al oír la encomienda del guardián Supremo Dawn se hizo presente, los ojos humanos de volvieron dorados y Mamoru hablo con la voz de Dawn:

-Eramos amigas, a pesar de todo ella me quería a su lado y yo le fallé. Vaya amiga.

En eso Ñyankuro se hizo presente e hizo su clásico comentario sarcástico, Dawn entonces fulminó a su familiar con un puño en llamas, típico en su relación.

-No has cambiado en todo este tiempo bolsa de grasa.-dijo Dawn irritada.

El gato parecía haber sido pulverizado pero entonces como si de un cojín se tratara recupero su forma y aspecto como si no hubiera recibido daño alguno, típico de un ser oscuro y antes amenaza que azoto varios mundos. Entre sus recuerdos tambien había vuelto su relación, ama y guardián, amigos, colegas y hasta enemigos. Pero con todo aún se querían.

Ahora Mariko le encargaba el mismísimo Orbe, una encomienda sin precendentes. Ella no era una sacerdotisa o una guerrera con capacidad sin precendentes, lo habría creído si fuera su mentora Twilight Nori o su Maestra Midnight Eternal pero ¿ella estaba capacitada?. El caballero Dragón cerro los ojos y dijo:

-No se si soy digno, no soy como Ilify ni Platinium. Pero si mi señora creé que pueda y el orbe me permite llevarlo entonces podre hacerlo, por mi Señora y amiga.

Entonces Mamoru se inclinó y recibió el orbe con las manos extendidas. Estaba tibio y palpitaba, como si estuviera vivo. Poco después de esto desaparecio, parecía que ahora estaba dentro de ella.

Hecho esto su teniente Ilify dirigía la marcha,-tan centrado y frio como siempre. Es como cuando fuimos a extreminar a esos Yetis en las minas de Bifrostia.-Pensó Dawn con nostalgia. Haciendo un gesto Ñyankuro se subió a su hombro y siguió a su teniente, mientras alumbraba el paso con una llama en su mano le dijo con la voz de Dawn:

-Es el fin de todo, no tenemos esperanza y es posible que volvamos a morir. Como en los viejos tiempos ¿no crees?.

Cuando se despertó Chidori se sentía un poco mareada, muchos sentimientos habían entrado en su cabeza, recuerdos, sentimientos y toda clase de eventos del pasado que no comprendía, o al menos en un principio, pero que en el fondo comprendía y sabía que eran realmente suyos. Se mantuvo sentada un rato, no sabía cómo reaccionar, sentía vergüenza por su forma de actuar, pena por lo sucedido y una mezcla de sentimientos que no era capaz de expresar, pero lo que más sentía era sobretodo vergüenza por haberse dejado engañar de aquella forma, había sido una estúpida y había dejado que la controlaran y había causado daño a la gente que ahora sabia quería e incluso más que eso en algunos casos.

Justo cuando ese sentimiento paso por su mente no pudo evitar mirar de reojo a Hikaru, pero rápidamente aparto la mirada avergonzada. Kinna se le acerco, ya la recordaba, había compartido con ella muchas cosas y le había aconsejado, cuando se le acerco la cogió en brazos y le susurro:

• Lo siento mucho… siento haber sido una… tonta.

Fue en ese momento que escucho lo que decía Mamoru, momento en el que se estaba levantando con los ojos llorosos, procuraba no llorar, no tenía el derecho de hacerlo después de lo que había hecho, ante el comentario de Mamoru dice sin mirar a nadie a los ojos, procurando mantener la cabeza agachada:

• Te equivocas… yo no merezco ni mirar el orbe aun

Decía tratando de mantenerse lo más impasible posible, aunque le costaba horrores, parecía que empezarían a caminar, ella iba a hacerlo cuando ve como algunas de sus compañeras estaban sentadas aun afligidas, ella casi sin darse cuenta se acerca a Hikaru y le ofrece la mano mientras dice aun con los ojos llorosos, pero sin terminar de romper a llorar y con una voz dulce:

• Vamos… hace frio

Jaycee miró a Mamoru, orgulloso como el propio ilify, habló por si mismo - aquí nadie muere sin mi permiso hoy - seco y directo, no iba a permitir que se dejaran llevar por la oscuridad, sabía por sus propias habilidades, que la oscuridad debía ser utilizada con control.

Luego miró a Chidori con media sonrisa - ¿y quien es digno de tocarlo? Si estamos hoy aquí es porque todos sin excepción habéis hecho algo mal o habéis fracasado, Ilify incluido, pero ahora somos el doble de precabidos, porque cada uno tiene su propio segundo de a bordo para cabilar bien las cosas. Ilify y yo no tenemos pensado morir, hay mucho que nos gustaría hacer todavía.

Se giró de nuevo y volvió a caminar - ...y si muero, será de forma que no tenga nada de lo que arrepentirme. - poco visible su pulso temblaba, un dragón de hielo y oscuridad ¿tenía frío?

La moral del grupo parecía bastante baja. Todos hablaban de sus amarguras pasadas. Era entendible. La historia habia sido cruel con todos. Hikari sentía que debía decir algo para inspirar a sus camaradas.

-Todos hemos sufrido mucho, de una forma o de otra, pero también, hemos sobrevivido. Nuestra fortaleza fue mayor de lo que nos imaginábamos. A pesar de todo, seguimos en pie. Por eso creo que es el momento de honrar nuestra fuerza. Nosotros podemos resolver esto. Hemos llegado muy lejos para rendirnos ahora. Arriba esos ánimos!

Hikaru alzó la cabeza alarmada al escuchar la voz de Chidori y secó sus lágrimas para verla mejor. Una pequeña sonrisa se asomó en su afligido rostro y extendió su mano hacia ella.

- Sí... - entonces, se puso de pie y le dijo amablemente. - Es bueno volverte a ver bien, Chidori, aunque mira lo que he hecho después de nuestro tiempo en el Reino Oscuro - se sentía triste y parecía no poder olvidar lo sucedido. Había marcado su vida aquel suceso. Se estremecía de recordar sus súplicas y últimas palabras. Le carcomía recordar cómo parecía no estar molesto con ella. Debería haberla odiado, y Mariko igual, aunque ninguno parecía hacerlo.

Mariko escuchó hablar a Hikaru y dijo - Esto no es nada como lo que han visto antes. Antes, los poderes de los titanes estaban dormidos y no eran muy diferentes a nosotros. Ahora, sus poderes han despertado y puede ser que estén a toda su capacidad. Si deciden luchar, no deben entrar con dudas. Es su mundo y ellas harán todo para que caigan por sus propios temores - Miró a Chidori y a Hikaru.

- Entren con el corazón firme y decidido o no pasarán de esta puerta - Mariko se paró en la entrada del túnel y los demás guardianes detrás de ella, todos esperando que se decidieran a cruzar.

- Esta es su prueba más grande, ya que esta vez pelearán en su territorio -.

Las palabras de Jaycee, el cual le había hablado en su idioma natal (gesto que le cayó bien) le provocó a la joven extranjera más tristeza y arrepentimiento, cuestiones que debía cargar con el doble porque no solo ella se encontraba así. Aunque Animae se esforzaba en su interior por sobreponerse ella igual se sentía mal por revivir aquellos recuerdos que la habían marcado no solo en su vida anterior, sino a la propia Katherine que lo cargaba como si fuese parte de ella.

No era la única que parecía haberlo pasado mal por las memorias, pero otros parecían llevarlo mejor y le hacía sentirse peor. No obstante, haciendo acopio de su propia fuerza, la pelinegra se incorporó abrazándose a sí misma mirando al suelo sin atreverse a alzar sus ojos. Debía ser fuerte, pero no podía.

Sin embargo, una pequeña brisa que le pareció cálida la rodeó. Tal vez fue su imaginación, mas sintió como si Animae le diese parte de su templanza para seguir juntas. La guerrera buscaba un mundo mejor y Katherine proteger a los que quería; Animae quería rendención y la joven estudiante la fuerza suficiente para seguir. Poco a poco se fue encaminando hasta situarse al lado de Jaycee y cerca de Mamoru. 

-I don't.... Perdón... No se si lo sepan, pero Reimu e Irisu son parte del enemigo... Reimu es la titánide que se autollamó Titiritera, e Irisu es aquella que maneja armas modernas y ojos de fuego azul*-al mencionar a la última una sombra de tristeza e ira se asomó en los ojos azules de Katherine, pues aquella mujer le había hecho sufrir en el pasado más que cualquier otro titán.- No.. no me sorprendería que... ellos ya sepan nuestras identidades... Hay que tener cuidado.

Katherine seguía abrazándose y tiritando de frío. Suspiraba varias veces para tratar de estar bien y, si era posible, darle el perdón a Animae que tanto necesitaba.

Chidori escucha lo que le dice Jaycee y asiente, no dijo mas, aunque sentía que en realidad era la que peor había actuado, ella había luchado directamente contra ellos y se había dejado engañar por la reina oscura, por lo que al menos para ella no era aún digna de tocar algo tan importante.

Escucha a Hikaru y la observa, niega con la cabeza y dice mientras le ayuda a levantarse:

• Tú no has hecho nada malo por tu cuenta… tu no tomaste esa decisión… yo si la tome… yo si tome la decisión de…

Se queda en esos momentos sin palabras cuando escucha lo que dice Mariko y asiente para mirar a esta y a Hikaru y decir:

• Mariko tiene razón… yo estoy decidida a terminar esto… tengo que corregir el daño que hice antes… ¿me ayudáis?

Le costó mucho decir las últimas palabras, ella estaba acostumbrada a tratar por si misma sus cosas y le costó mucho pedir la ayuda de los demás, incluso estaba poniéndose colorada y aguantando las lágrimas. No sabía realmente si eran de culpabilidad, de pena o de esperanza, pero se sentía por un lado fuerte, con deseos de enfrentarse a aquello, pero por otro lado sentía que no era más que una chica desvalida y vulnerable, que en cierta forma necesitaba sentirse arropada por más gente, y fue cuando se dio cuenta, que eso era lo que siempre había deseado, tener a gente cerca y no sentirse sola. Fue entonces cuando escucho lo que Katherine decía, era cierto la que habia considerado su única amiga durante mucho tiempo, Reimu era aquella titanide que quería verla muerta, unas lágrimas de pena se escaparon por su mejilla, realmente se sentía mal y sola de nuevo, suspira y dice con la voz entrecortada:

• Deberíamos… continuar como dice Mariko.

Jaycee sonrió, no era su deber levantar a los demás, pero estaría orgulloso de ofrecerles un apoyo. No sabía bien que decir, y pensó que mediar una palabra más arañaría su garganta y si caía su moral, podía arrastrar a esa caída a otras morales ya en el límite, solo pensó que fuera a acabar todo bien o mal se debía el derecho de provocar un grito que estallara retumbando por el mundo oscuro al que se dirigían, que todo y toda titán o titánide del lugar sintiera el mayor de los terrores y no osaran masacrar más su ya de por si accidental vida.

Sintiendo que ninguna palabra de consuelo podría salir de su boca sin acabar en ese grito, solo ofreció su mano derecha e izquierda, una a katherine y otra a Chidori. Y un pensamiento - nadie tiene culpa de nada, y todos la tenemos, incluso los titanes tienen sus motivos que justifican esta nueva masacre prometida,... es nuestra misión detenerlos.

Tras las palabras de Mariko, abracé a Hook con fuerza antes de ponernos en marcha - no te preocupes, sigo aquí contigo - sonreí ante el gato que golpeó a Hook en la cabeza. Un toque agradable de familiaridad en medio de aquel infierno y destrucción que nos rodeaba.

En silencio, reprimí algunas lágrimas por nuestros compañeros caídos, intentando que no se me notara mucho. Katherine parecía la más afectada, pero tuvo quien la consoló. Volví a sonreír. En ocasiones como aquel no había nada como el consuelo de un amigo.

- No te preocupes, Katherine- luego, miré a Hikaru negando con la cabeza - tampoco fue tu culpa, Hikaru, todos tuvimos nuestra parte de culpa.

Miré el congelado lugar, pensativa. Los recuerdos habían acudido a mi como tesoros perdidos y había recordado tanto... una sensación de melancolía me embargó, una sensación de pérdida y sueños inalcanzados. Mi mundo y vida habían sido perfectos hasta aquel día, mi familia, mis amigos y mi anhelante corazón seguían un sendero luminoso. Hata aquel fatídico día. Malditos titanes y su Reina Oscura... pensé con rencor.

Cuando Mariko volvió a hablar, me puse al lado de los demás y asentí a las palabras de Chidori.

- Vayamos, debemos terminar con esto. Cuanto más tiempo les damos más fuertes se vuelven. Estoy decidida a avanzar pase lo que pase - mi mirada se encontró con la de Chidori - puede que tomaras una mala decisión, pero luchaste a nuestro lado y está intentando arreglarlo. Yo te ayudaré en todo lo que pueda.

Mariko y los demás guardianes mostraron el camino y, uno por uno fueron pasando. Era un paso a la oscuridad y aunque creían que sería como entrar a una cueva normal, un extraño recogimiento los arrasaba. Sentían cómo la oscuridad reía y se excitaba al recibirles y también, cómo esperaba que entraran a sus fauces. Una vez todos adentro, los guardianes se dispusieron a entrar, pero una barrera invisible se los impedía. La guardiana suprema miró sorprendida a sus guardianes y ellos se miraban perplejos.

Iba a decirles algo, pero, en ese instante, un fuerte viento comenzó a atraerlos, tan fuerte como un huracán. Trataron de no separarse y se tomaron de las manos, pero el viento los absorbía. Volaron unos cuantos metros en grupo pero luego, las manos se soltaron y todos dieron vueltas hacia el vacío, mareados y a una velocidad que les impedía ubicar a sus compañeros. Escuchaban los gritos de los demás pero no sabían si estaban cerca o lejos.

Entonces, vieron un extraño fenómeno, algo que por las clases del instituto conocían: un agujero negro. Sintieron su piel despedazarse con la velocidad y todo su ser desintegrarse, mientras una oleada de dolor inigualable les invadía. Creyeron que morirían, pero no sabían por qué seguían conscientes de ustedes mismos si así era. Sin poder evitarlo, sus cuerpos fueron arrastrados hacia este fenómeno y se perdieron en él. Solo la oscuridad era su compañía, junto con la incertidumbre de su destino.

Umino no sabía muy bien dónde estaba, pero estaba herido y agotado. Parecía estar de vuelta en la cueva oscura de la cual habían salido en primera estancia.

Sabía que debía continuar pero su cuerpo estaba pesado y no respondía con la misma velocidad. La única manera era sanándose, pero ¿Cómo? Umino sintió la presencia nuevamente acercarse y trató de esconderse, pero no reaccionó a tiempo, aunque le dio gusto darse cuenta que se trataba de Mariko y los demás guardianes.

- ¡Nereida! - y ella y los demás corrieron hacia ti, aunque quien se adelantó al grupo fue Night, quien te miró preocupada.

- ¿Estás bien? ¿Quién te hizo esto? - parecía muy angustiada.

Hook, el guardián de Lightning, te miró con gran angustia, parece que tenía un mal presentimiento - ¿Qué ha sucedido? - no podía decir más, no quería decirlo él mismo.

Hikari miró a todos y se detuvo en Hook. 

-Lo siento amigos, Lightning ha sido capturada. No pude salvarla. Lo peor es que ahora esta bajo una especie de control mental impuesto por el enemigo. La próxima vez que la veamos, tal vez intente atacarnos pero... tal vez exista una forma de regresarla a la normalidad. Debemos intentar rescatarla... debemos... ouch -De pronto se dio cuenta de lo herido que estaba. El dolor comenzaba a hacerse notar. La mirada de preocupación de Night pareció acrecentarse entonces- No te preocupes, Night, sólo son heridas de batalla. Sólo necesito descansar un rato y estaré bien.

El pequeño perrito comenzó a lloriquear entristecido por lo ocurrido.

- Lightning... - Mariko lo tomó entre sus brazos para tratar de consolarlo, pero el perrito no se tranquilizaba.

- Entonces fueron separados. Eso no es nada bueno - suspiró y miró a Umino otra vez.

- Nosotros encontramos una manera de romper la barrera, pero entramos y ninguno de ustedes estaba aquí. Debemos esperar, es lo que queda. Mientras tanto, cuéntanos qué fue lo que sucedió -.