Partida Rol por web

Miro a Titiritera de arriba hacia abajo... y pienso algo para mi... y agrego con una sonrisa... -((¿Sabes?... Tienes razón Titiritera... eres tan prudente... tan inteligente... y tan poderosa, como hermosa... nunca cambies, eres admirable, quisiera ser como tú, aunque sé que es imposible igualar tu grandeza y poder... solo voy a dar un pequeño paseo por ahí... tengo trabajo que hacer... te veré otro día u otra noche, necesitamos reunirnos con Enola... gracias por esperarme y deleitarme con el gran placer de tu compañía, fue una velada agradable, espero que lo hagamos otro día... hasta pronto Tesoro...))- Salgo de mi departamento.

Había estado ausente un tiempo mientras veía el tiempo acabarse... regresé un tiempo a mi mundo para preparar las cosas para recoger algunos refugiados que había escogido... entonces solo me había limitado a observar y no decir nada, y sin intervenir de ninguna manera, aun... ya que estaba consciente de que algunas cosas debían pasar antes de la llegada del fin... no era el tiempo aún de intervenir... pero conforme se acercaba el plazo de termino me empecé a dedicar más a las visitas sociales de caracter más persona... (=<

Tanto estuve ausente... que cuando volví a la plaza que frecuento, mis queridos cantantes y guitarristas ciegos me compusieron una canción para mi... había conversado con ellos sobre muchas cosas... y de lo que les había contado ellos sacaron una sublime inspiración... y eso me fue placido a mis oidos... me senté al lado de ellos y cruzando la pierna movía la cabeza a son de los requintos de la guitarra... 

(=< Aquello era muy inspirador y me impulsaba... dejé mi generosa propina... y me dediqué a interactuar de una forma más proactiva.

Esperé varios días para encontrarte... quería volver a verte... te extrañaba y te echaba de menos... fui a buscarte incluso a tu escuela de guerreras mágicas... te busqué varios días sin éxito... un día entonces te encontré... esperé a que estuvieras sola... y salí tras de ti... y te abracé con intensidad emotiva... -Hola Nery... soy-soy yo... no te he visto en varios días... te he extrañado mucho mucho mucho ¿Donde has estado?... al no verte me ha preocupado. ¿Estas bien?...-

A ti esperé a agarrarte cuando estuvieras sola... yo venía caminando con un cigarrillo en la boca buscandome algo en los bolsillos... entonces te mire y te dije con una sonrisa... -((Hola jovencia, buenas noches... ¿De casualidad tendrá fuego?... es que necesito encender mi cigarrillo y creo que he perdido mi encendedor... ¿Puede ayudarme?))-

Animae estaba absorta en sus pensamientos por cuestiones personales mientras se dirigía a sus aposentos luego de haber entrenado, pues se evidenciaba por sus ropas deportivas y venía algo agotada con un aire distraído. No obstante, su mente regresó a la realidad cuando una desconocida pidió por fuego y le tomó por sorpresa, a lo cual abrió sus ojos azules para luego parpadear un poco y negar con cierta educación.

-No traigo, disculpa... pero si gusta le puedo indicar dónde comprar un encendedor... ¿Es nueva en la ciudad?

Preguntó con cortesía manteniendo la atención adecuada a la chica que estaba frente a ella. No recordaba haberle visto antes, pero eso no significaba no ayudarle si lo requería aunque se tratase de un vicio como ese, no era quién para juzgar gustos.

Las pérdidas se amontonaban, las dudas aumentaban, y el dolor no hacía más su crecer, la guerra terminaba pero su día a día proseguía. Sus pasos eran más pesados y sus alas dejaron de danzar.

La muerte de Zmiy fue para Ilify perder su habilidad de vuelo, simplemente el hielo que nació en su interior, le arrebató la capacidad de sentir el viento a través de sus plumas. Mirar el cielo nocturno era como pedir perdón a las estrellas por no haber estado a la altura.

Plegadas a su espalda, las negras y danzantes alas del dragón se habían tornado un amasijo de alquitrán y plumas manchadas por la culpa. El brillo de sus ojos se volvió turbio y apagado, y solo podía pedir perdón a su imaginación dolorida y conectada con ella, "perdón, por no haberte salvado, perdón por no reaccionar como debía, perdón por seguir mi día a dí fingiendo que no ha ocurrido,...", cada noche añadía una disculpa a la lista, hasta el punto de caer en el error de dormir mal y poco arrastrando un yunque moral, que pese a no existir aparentaba presionar su cuello.

Era otro día en Hardak. Las aves cantan, los moluscos flotan y el agua estaba tibia, todo era bueno, o ni tanto ya que Cursed estaba seria y pensativa. ¿Cual era el motivo? Dawn no quería pensar en eso.

Luego de dejar unas monedas al guitarrista junto a la fuente fue a la floreria y compró un ramo de gardenias, tocaba ir a hacer una visita.

El cementerio memorial, un sitio ubicado a las afueras de la capital, un sitió repleto de lapidas de blanco inmaculado y nombres labrados en oro resplandeciente. Dawn miraba aquellas lapidas con tristeza, ver esas lapidas le recordaba el horror de hacia milenios, cuando ocurrió la gran guerra.

Ya fueran sabios ilustres o grandes guerreros todos los dragones ilustres encontraban descanso a sus huesos en el sitio. Esto deprimió a Dawn, sin duda sus padres criadores no estaban ahí, siendo poco mas que civiles a lo mucho estarían en una fosa común si no fueron devorados por bestias de guerra o sus cuerpos fueron vaporizados por los elementos, ella nunca supo como murieron.

En medio de su marcha la dama se topo con una conocida, Midnight Eternal. Ella miraba con nostalgia una lapida vieja y gastada.

-Maestra ¿que hace aquí?.

Midnight de repente reacciona y nota que esta Cursed Dawn a su lado.

-Oh Curse, ¿que haces aquí?

-Ya a pasado otro año.....

-Ya veo.

Dawn miran interesada la lapida que le rezaba su maestra y pregunta:

-¿A quien vino a visitar?

Midnight mira la lapida con nostalgia.

-Esta lápida pertenece a Sunbust Genryu, el fue mi maestro.

Cursed Dawn quedo sorprendida, su maestra era terriblemente fuerte y el conocer al que le enseñó todo a su maestra.

-Wow, el debió ser muy fuerte.

-Mas que fuerte, el era uno de los "Kami" y también fue el ultimo de los guardianes originales.

Dawn no podía creerlo, los Kami eran los dragones poderosos y mas antiguos, estos antiguos señores de la guerra en la juventud de Hardak llevaron el orden en un caótico y revuelto universo que estaba naciendo. Dawn no podía dejar de mirar con emoción aquella lapida, estaba frente a una de las leyendas mas grandes de Hardak y no podía contener su emoción.

-¡¡¡Maestra ¿como era el?!!!-Dijo Dawn ansiosa.

-Pues.-Midnight se quedó pensativa-Era un viejo pervertido y un borracho de mierda.

Cursed se quedó como piedra al oír esto, demoliendo su imagen heroica del Dragón de otros tiempos.

-Cuando no huía de los restaurantes sin pagar dejandome a mi para lavar los platos se embriagaba por días hasta la inconsciencia.-Dijo Midnight molesta, y con cada palabra parecía querer tumbar la lapida a patadas.

-Pero era un gran guerrero Dragón ¿no?-insistió Dawn buscando redención en la figura del maestro de su maestra.

-Si, pero solo cuando estaba sobrio, lo cual casi no pasaba, siempre tenia una botella a la mano.-dijo Midnight indiferente, como sí fuera normal para ella.

Dawn no entendía, ¿como era posible que un Dragón que era de los míticos Kami fuera así?

-Si era tan horrible ¿por que lo seguirse como su aprendiz si era un asco de Dragón?

Midnight se quedó serena al oír esto. Solo se limito a sonreír de modo leve y dijo:

-No lo se. Ni yo misma se como termine como aprendiz de este viejo de porquería. Siempre quise dejarlo a su suerte y largarme a otra parte de la galaxia, pero sencillamente no pude.

-¿Por que?-musitó Dawn.

Midnight se quedó callada por un rato, tocó la tumba de su mentor con la mano y dijo:

-Hace mucho tiempo, cuando era una cría yo vivía en la calle como una rata callejera, robaba y hasta saqueaba tumbas para sobrevivir. En uno de esos robos me encontré con un viejo borrachín que bailaba ebrio en la calle y tenía una gran bolsa de dinero en las manos. Intenté quitársela y sólo acabe noqueada y mas tarde encadenada en una casa en ruinas. El viejo me recogió de la calle, me crió, me enseñó que no todo en la vida es basura y finalmente que no dejes que vaya al baño o te invite a comer y luego se le olvide el monedero.

-Maestra, con todo respeto esa historia fue una porquería.

-Y que quieres de mi niña, si sabes que no soy buena contado historias-dijo para sacar una botella de su abrigo y dar un gran trago.

Dawn sólo río incómoda, ya era costumbre que su maestra usara cualquier escusa para beber. Lo que fue nuevo fue que dejó de beber y derramó el alcohol sobre la lapida. Midnight dio una gran carcajada y dijo emocionada:

-Aguardiente del gran roble, su favorito jajaja.

Dicho esto Midnight se sentó junto a la tumba y empezó a cantar una canción de borrachos, estaba tan absorta en su canción y melancolía que ya no hacia caso a nada ni se fijaba en su entorno. No era la primera vez de esta conducta y Dawn sabia que hacer, solo tendría que recogerla cuando estuviera inconsciente por la borrachera.

Mientras su maestra cantaba Dawn recordó que tenia que ir a otro lado. La zona de los caballeros ilustres era un sitio reservado para los guerreros Dragón al servicio directo de la Gran Sacerdotisa y morían en cumplimiento de su deber. Dawn recorría aquellas tumbas tan bonitas y detalladas con respeto, no quería que el caminar de sus pies irritara a los muertos o a los ahí presentes. En el sitio estaba un dragón que estaba parado ahí, miraba una lapida con profunda tristeza. Dawn se puso junto a este y le dijo:

-Ya ha pasado otro año Teniente.

Dejó las flores que había comprado y se puso a rezar, una vez término sacó una botella de Vino blanco y la derramo sobre la tumba, en muestra del aprecio que tenia por Zmiy, su primera Teniente.

Como casi todos sus días Platinium había estado casi todo el día metida en la biblioteca estudiando y leyendo, le fascinaba todo lo relacionado con la historia, la magia y los tres mundos. Esa era la versión que le contaba a todo el mundo, la cual por otra parte era cierta, pero también estaba la parte que se guardaba para sí misma, que no contaba a nadie y era que el estar ocupada estudiando hacia que no pensara en otras cosas, demasiados problemas, demasiadas cosas en las que pensar.

Tras una larga sesión decidió salir a dar una vuelta, sus pasos distraídos le llevaron casi sin darse cuenta al cementerio, un lugar en donde antiguos dragones habían encontrado su último lugar de descanso, ella procuraba no acudir allí ya que no se sentía cómoda con lo que ese lugar representaba, el fin de la vida de muchísimas personas, demasiadas y todo por el nulo entendimiento entre todos los mundos, lo que más odiaba ella. Pero ese día no sabía porque decidió caminar ya que estaba allí no era mala idea al menos conocer el lugar y así fue como vio una figura familiar cerca y decidió acercarse.

"Teniente" no era digno de ser mencionado de ese modo, acudir a un cementerio no era demasiado común en él, no acababa de comprender el sentido de sellar un cuerpo con piedra - ¿otro año? - sin duda Ilify pasaba por el cementerio en sus rondas de vigilancia pero no por tener allí aquella lápida. Para él el tiempo se detuvo en aquellos instantes en los que vio caer a quien más deseaba proteger.

- si alguna vez muero no permitáis que me sellen bajo una piedra blanca, en lugar de eso, que me entierren en un parque y planten un árbol sobre mi cadáver... - morir no servía de nada si no se le daba un objetivo, ¿y que mejor opción que abonar un buen árbol?

Aun así por dentro agradecía que otros recordaran a la valerosa dragona, aunque necesitaran ese molesto pedrusco blanco. En su caso solo necesitaba el pedrusco rojo de su pecho, otro doloroso lastre que no quería dejar de llevar.

No me tienten con eso de "completa libertad creativa" que acabo escribiendo disparate y medio XDDDD.

Ya me Inventaré algo.