Partida Rol por web

Al llegar a la bifurcación Kyran miró alrededor enarcando una ceja. Olfateó moviendo ligeramente la nariz, pero tras varios segundos concluyó que no olía nada y simplemente se cruzó de brazos en un gesto que marcaba sus músculos bajo la camiseta. Por lo que a él respectaba cualquiera de los caminos podía ser el bueno. Alternó su mirada entre la quimera, la sluagh y el pelirrojo y al final chasqueó la lengua.

—Lo más importante es que no nos separemos —dijo, sin definirse entre ambos caminos. Para él era como si lo echasen a suertes—. Maldita sea, ¿es que no vais nunca al cine? ¿Qué mierda hacéis los chavales ahora?

De repente sentía el peso de ser el único adulto del grupo y eso no le gustaba nada. ¿Por qué tenía que sentirse responsable de esa panda de críos? Frunció el ceño, molesto consigo mismo y se rascó la barba. 

—De tu bicho no me fío un pelo —señaló, mirando a Errol—. Antes ya se hizo la picha un lío él solo. —Si es que tenía picha, claro. Le dedicó una mirada curiosa a la quimera, pero después miró a Leonore. De ella sí se fiaba, pero estaba tan loca que ya no se esforzaba por comprender sus decisiones. Así que la pregunta era simple—. ¿Notas el rastro de tu fuego fatuo o algún olor por allí? —Miró a Deanna y Neakail—. ¿Y vosotros?

Hay dos tipos de personas: las que aplacan a la bestia interna y las que la azuzan con un látigo para que entre en cólera. Neakail se sentía rodeado del segundo tipo. El haz de luz de la linterna proyectada por Errol hizo que tuviera que cubrirse los ojos para protegerlos y sintió verdaderas ganas de cogerle del cuello y no soltarle hasta que dejara de moverse. Luego las palabras envenenadas inyectan otra dosis de ponzoña, pero anota mentalmente cada afrente, porque la venganza es un plato que sirve frío. Muy frío. Aparte de que era idiota ¿porqué caer en su mierda y dar peso a sus palabras?

Permanece en silencio, porque las provocaciones respondidas con silencio también joden y sigue caminando en pos de Leonore. 

- Yo sigo a Leonore - acaba diciendo, cuando se encuentran de nuevo en una batalla de decisiones y de opiniones dispares. Estaban juntos en el mismo barco y de ella sabía al menos que esperar. No tanto de Mest, que al fin y al cabo era un desconocido. - No noto nada, pero sorpresivamente ella es la única que hasta ahora ha conseguido algo. Así que... por alli. - sañala la opción de la izquierda. Por supuesto, ignorando la mierda del pelirrojo. Él también sabía jugar al juego de hacer el vacío.

Le daba tanto miedo errar, que comenzaba a sentir vértigo. Si esto salía mal, se escondería en su zulo-taller para siempre. 

- Yo sí, un montón. Apesta a Glamour nuevo, claro. Y que no sepamos hacia dónde ha ido el fuego fatuo lo vuelve todo fácil-dijo, mirando hacia el pasillo por el que quería ir Errol, y acto seguido hacia el que señalaba Leonore, mientras su cola oscilaba, frondosa y sinuosa, como la de un gato en plena exploración, mientras sus pupilas se contraían, gatunas y disparejas- Y lo que dice Leonore suena super convincente. Así que yo estoy con ella.-indicó, caminando hacia el camino que escogían la sluagh y su compañero iracundo. 

Miro a Kyran cuando pregunta sobre si noto el fuego de mi fuego fatuo y asiento ligeramente a eso, señalando hacia donde Mest se dirige.

-C^{_{laro, es por donde dice Mest, tiene razón. Seguro que el fuego fatuo ha seguido todo recto}}- respondo a Kyran, porque la quimera tenía razón. Las quimeras eran listas, a veces, o lo intentaban. Ayla al menos intentaba serlo y sabía muchas cosas, pero le faltaba ese espíritu aventurero que toda quimera debía tener.

Sonrío cuando Neakail dice que me sigue y señalo el camino de la izquierda.

^{_{-Pero… Este camino parece más interesante y quiero saber qué hay ahí. Tenemos que ir, sí, sí. No vamos a perder esta oportunidad, ¿no?}}- miro a todos y doy otro par de pasos hacia el camino de la izquierda. –^{_{Este es el camino que tenemos que probar.}}

El fuego fatuo puede esperar un poquito, bueno, no porque no espera nunca. Pero podemos ir ahora por aquí y luego por el otro, o al revés. No, no, al revés no, seguro hay muchas aventuras por este camino.

Kyran resopló entre dientes con un gesto que parecía decir «¿Por qué a mí?». Tratándose de la sluagh habría achacado aquella situación a su locua inconsciencia. Pero no era propio ni siquiera de ella olvidarse de su obsesión por el fuego fatuo tan rápido. No sabía qué mierda podía haber en el camino ese de la izquierda, pero estaba claro que había algo capaz de obnubilar a Leonore.

—El Ensueño no es un lugar en el que quieras explorar rincones oscuros al tuntún, te lo puedo garantizar. Y tenemos que ir a por Alice cuanto antes, hay alguien más aquí, ¿recordáis? —Miró a todos al decir aquello y agregó algo más—. Creo que a Leo la han encantado.

O eso o era otra de sus inexplicables locuras. Pero, la verdad, estaba harto de intentar hacer entrar en razón a los críos. Eso no era absolutamente nada divertido. Lo que daría por estar en su club, con un cóctel de colores y gente bailando enardecida a su alrededor... Hizo un esfuerzo por recuperar parte del buen humor con el que se había levantado aquella mañana y se puso en movimiento.

—Venga, Leo, deja de hacer el idiota. Tenemos que ir juntos —sentenció, acercándose a ella. Si le parecía que seguía empecinada con el pasillo que no era, estaba dispuesto a cogerla y cargarla en su hombro para llevarla por el bueno.

Deanna dio otro paso más, en la dirección del túnel por el que pretendía ir Leonore- Pero, ¿por qué no? ¿Qué tendrá que ver por dónde huela a esto o a lo otro? A lo mejor encontramos un atajo...-dijo, tras escuchar a Kyran, acercándose cada vez más a la entrada señalada por la sluagh.

Neakail arrugó el entrecejo por la contestación de Leonore a Kyran. Se siente de súbito el ser más estúpido de todos los tiempos ¿es que no debía ya conocer de sobra a la Sluag? ¿Desde cuando se fía de ella?

Aprieta los puños, y lo dientes, cerrando los ojos con ofuscación.

- ¿Es por donde dice Mest? ¿entonces qué coño haces? - ladra - No está encantada. Bueno, si, encantada de subnormalidad, desde que nació - dice de mal humor, dando media vuelta y siguiendo a la quimera y al perlirrojo, con todo el dolor de su orgullo.

¿Ves lo que pasa por dejarse llevar por la mochilita emocional? Los sentimientos, sean de la naturaleza que sean, sólo son una trampa. Te hacen ver espejismos. 

- Encargate de ellas, porque yo estoy hasta la polla ya - dice al sátiro, viendo como a la subnormalidad se le une Deanna, que sólo parecía diestra para las artes amatorias y el zorreo. 

Que se quedaran los tres haciendo una orgía si gustaban. Total, iba muy en su onda, estaban hechos tal para cual. Hasta la propia Leonore se uniría si le dicen que es un experimento científico. Como los odiaba a todos. Acabara bien o mal, no volvería a verlos después de esto. Hablaría con Orsy y él lo entendería. Luego ignoraría a Leonore en el instituto, incluso podía pedir un cambio de centro. Y a los otros dos... total, como si alguna vez se hubieran interesado en su persona. Bastaría con dejar de acudir a las reuniones de "falsos amigos". 

Cuando Deanna habló, manifestando que ella también sufría el mismo mal que Leonore, Kyran detuvo el movimiento de coger a la sluagh y bufó con cierto hastío. Neakail sólo terminó de poner la puntilla. ¿Que se encargase de ellas? ¿Cómo se suponía que iba a hacer eso? 

Las miró a ambas con el ceño fruncido. Ya estaba harto, quería salir de ese sitio húmedo cuanto antes y así no iban a ningún lado. Así que empezó a cantar, con un marcado acento escocés:

«Mony ane sings the gerss, the gerss,
and mony ane sings the corn;
and mony ane clatters o' bold,
ne'er kent where he was born.

Pitter patter, 
haly water.

Little kens our guid dame at hame,
What is my name?

 Ah ha!

A goo and a gytty, my bonny wee tyke,
Ye'se noo ha'e your four-oories;
Sin' we've gien Nick a bane to pyke,
Wi' his wheels and his...

Little kens our guid dame at hame,
What is my name?!»

Al principio había empezado a cantar bajito, pero a medida que iba soltando versos cada vez lo hacía más alto y al terminar empezó a reírse a carcajadas, sin preocuparse de que su risa resonase y crease ecos en el lugar. 

Frunzo levemente el ceño cuando Kyran dice que no quiero explorar rincones oscuros al tuntún, porque en realidad una gran parte de mí es lo que quiere exactamente.

_{^{-Pero quiero, no tengo ningún encantamiento ni nada. Pienso que este camino es interesante y deberíamos explorarlo, independientemente del fuego fatuo. Quiero ver qué hay y seguramente vosotros también}}- me asomo al interior de esa bifurcación y toco las paredes, sintiendo la piedra con mis dedos. –_{^{No es nada idiota.}}

Deanna parecía también estar de acuerdo, como Neakail en un principio que ahora recula. Le miro inclinando la cabeza sin entender, porque había dicho que confiaba en mi camino y ahora se iba con la quimera. Sin duda el nocker está confuso, o quiere ser amigo de Mest. Es normal, las quimeras son divertidas.

^{_{-Podemos ver este camino y luego buscar a Alice, igualmente el fuego fatuo ya ha sido muy maleducado no esperando-}} levanto un dedo para darme razón. La educación era de lo más importante porque sin ella no se tenía nada. Mr. Clock me explicó bien en su momento que no podía comportarme no tener maneras, así como mis padres antes que él.

A medida que el Sátiro iba cantando, podéis ver como él mismo comienza a brillar un poco. Al principio parece un extraño efecto de la luz, mientras varias motas de polvo flotan a su alrededor rápidamente, empezando a aumentar de tamaño y a emitir su propio brillo de un color azulado. Al ritmo de al canción, estos globos iridiscentes empezarona  danzar y elevarse, flotando hacia la cabeza de cada uno de vosotros, irradiando serenidad y tranquilidad. Era como sentir un sorbo de agua helada bajar por vuestra garganta en un día caluroso.

A vuestro alrededor, aquella bóveda se hizo más brillante y la oscuridad pareció desvanecerse lentamente, mientras los patrones en la roca, las muescas en las paredes y los pequeños parches con plantas tratando de sobrevivir allí, alimentándose del glamour, aparecieron ante vuestras miradas sorprendidas. Era un hermoso paisaje, y a pesar de la oscuridad, incluso el miedo parecía no ser tan fuerte como la tranquilidad que irradiaban aquellos globos de luz que había creado Kyran. Podéis notar también un grupo de quimeras, pequeñas como insectos, caminando y volando todas por el túnel frontal, seguramente detectando el glamour residual.

-Os lo dije- susurró Mest mientras se cruzaba de brazos.

Estos nuevos acompañantes eran sólidos y tibios, y danzan sobre vuestras cabezas con cierta pereza, siguiéndoos al mismo paso al que váis. Y huelen a una mezcla de césped recién cortado y despertar en vuestras camas luego de una noche de fiesta y bebida.

La canción de Kyran es bonita, aunque no la entiendo del todo porque no comprendía la lengua en la que cantaba. Sería algo celta o similar. El caso es que me hace repensar de alguna forma todo lo que he dicho sobre tomar el camino que me parece interesante. Echo otro vistazo al interior del camino de la bifurcación por una última vez y suspiro.

-^{_{Bueno… podemos seguir al fuego fatuo primero y luego volver para mirar este camino. ¿Vale?}}- les miro a todos y luego para donde fueron Mest y su pelirrojo. ^{_{–Porque el otro camino pinta ser muy interesante y no deberíamos irnos de aquí abajo sin explorarlo. ¿No pensáis?}}

Sonrío levemente de buen humor, curvando las comisuras de los labios.

^{_{-¿Qué canción es esa?}}- pregunto a Kyran de paso, porque quizás era algo que le había enseñado su madre, o su padre, o su abuela, a saber.

La reacción de Kyran le pilla de sorpresa. Primero vino la luz y luego las emociones. Su negrura interna, azoraba como estaba, se ve de pronto apaciguada sin poder remediarlo. La luz repentina deja ver la estructura completa de la bóveda y el lugar donde se encuentra, tras arrasar con toda oscuridad.

La voz del sátiro se eleva y eso si empiza a darle cierto temor, aunque este sentieminto también se debate y sucumbe en cierta medida. 

- Shhh, joder. - es capaz de decir, intentando que baje la voz,  percatándose entonces de los insectos que se dirigen a una dirección concreta. 

Aquellas pequeñas quimeras parecen seguir el mismo rastro de Mest, que ahora si o si no podía estar equivocado. Si está sensación durara para siempre, quizá hasta se disculparía por desconfianzas e improperios varios... Pero jamás llegaría a pasar. 

- Vamos... - acaba diciendo, acelerando el paso. ¿Iba a dejar que le vieran blandito? No, jamás. 

Me encogí de hombros cuando el sátiro dijo no fiarse de Mest, como si no tuviéramos nada mejor... Y es que realmente no lo teníamos. Para empezar, porque no teníamos ni zorra de por dónde había ido el fuego fatuo. En cualquier caso, si la cagaba, prefería que fuera por seguir a una quimera con mala orientación que por tomar la iniciativa de no hacerle caso.

Un momento después, al oír cómo Neakail decía que se unía a la bruja por el otro camino, hice un gesto que era como un asentimiento, pero con inclinación de cabeza, media sonrisa y todo. No significaba gran cosa en realidad, pero eso ellos no tenían por qué saberlo. Se trataba simplemente no dejar que tuviera él la última palabra... Aunque lo mío fuera sin palabras. No necesitaba más.

Lo mejor fue cuando la bruja dijo directamente que no era por donde ella quería ir. La verdad es que ahí me dieron ganas de descojonarme delante de la cara de Neakail. Literalmente. Irme a medio paso de él, mirarle a los ojos, y hacerle un ¡Ja! tan grande que la carcajada de después parecieran ecos de la primera risa. Pero no lo hice. ¿Por qué? Porque era súper maduro, y los adultos no hacían eso. Así que en lugar de eso lo miré con una cara de Te lo dije total, porque eso es lo que sí hacen los adultos. Y me sentí bien. Madurar, a veces, tenía su punto.

Y entonces el sátiro se puso a cantar. Ole, ole y ole por sus huevos. Ahí, delante del jefe que pretendía que fuéramos discretos y sin más motivo aparente que estar hasta los cojones de toda la gente. Al menos hasta que empezó a brillar y todo eso. Y cuando esas luces raras empezaron a acercarse a nosotros me dieron ganas de espantar a la mía como si fuera un moscardón. Pero no lo hice. Sentía cierta curiosidad por qué pasaría. Después de todo no tenía pinta de que fueran luces bomba que fuesen a detonarse al ponerse sobre nuestras cabezas, ni nada así.

Me sorprendió ver que Neakail se apaciguaba. Y por una vez ni se me pasó por la cabeza pincharle ni literal ni figuradamente. Ya habíamos discutido suficiente, la verdad.

—Venga, vamos —asentí, de acuerdo con Neakail por una vez. O bueno, de acuerdo con que Neakail estuviera de acuerdo conmigo por una vez.

Me pensé si apagar la linterna, la verdad. Si el sátiro podía hacer de bola de discoteca me ahorraría las pilas por si tenía que salir corriendo más adelante.

Deanna contempló, parpadeando, asombrada, al sátiro, admirando su porte, tratando de reconocer la letra de aquella canción mientras quedaba absorta, como quien escuchaba una buena y gran historia, abriendo los ojos desmesuradamente al final, al escuchar cómo se reía a carcajadas, por un motivo que no terminaba de entender. 

Sonrió, sin saber muy bien por qué, y miró alrededor, constatando aquellas luces azules y agradables, danzarinas, lanzando un suave zarpazo a una de ellas, como si no pudiese competir contra la tentación curiosa de comprobar si podía cazar alguna con sus largas uñas felinas- Ohhh...-musitó, al contemplar las pequeñas quimeras- Ya. Si yo no lo dudaba...-susurró- Venga, vamos por ese camino por el que queréis ir. Está claro que sólo os estaba poniendo a prueba. -dijo, encogiéndose de hombros, mientras seguía la estela del sátiro, el pelirrojo y el... Y bueno, Neakail. 

Kyran parecía mucho más relajado después de haber estallado en carcajadas. Miró a su alrededor, viendo cómo Leonore y Deanna entraban en razón y asintió, complacido. Cerró la comitiva echando un vistazo a su espalda antes de introducirse en el túnel. 

—Claro —le dijo a la sluagh, asintiendo—. Primero rescatamos a Alice y luego exploramos todo lo que quieras. 

En realidad tenía la esperanza de que para ese momento la chiquilla ya se hubiese olvidado de ese otro pasadizo y tuviese la cabeza centrada en cualquier otra locura que no implicase cotillear en lugares oscuros y desagradables. Pero eso no lo iba a decir. Ante su pregunta, sus labios se curvaron en media sonrisa pícara.

—¿Has oído hablar alguna vez de Whuppity Stoorie? —le preguntó, poniendo una mano en su cabeza para despeinarla con desenfado mientras caminaba. 

Continúais por el túnel central, mientras podéis observar como varias quimeras reptan y se mueven avanzando con vosotros. Algunas tienen forma de insecto, otras parecen versiones miniatura de animales existentes y unas terceras son una mezcla extraña entre objetos cotidianos (teteras, cubiertos, botones, yoyos) con patas, que caminan sobre las paredes del túnel. La luz os permite identificar mejor el sitio y ver que aquel espacio, con su aire viciado de un glamour extraño y sus aromas fríos, sólo serían agradables para ciertos Kithains que preferían la oscuridad, la humedad o la soledad.

Sin embargo, cuando camináis un poco, Neakail os detiene de repente. Vuestro sentidos captan inmediatamente que algo no está bien, algo más adelante se mueve, algo grande...

Un enjambre de quimeras os sorprende, volando en dirección opuesta, y aunque por reflejo tratáis de protegeros, queda claro que no están atacándoos, sino que están escapando, retirándose rápidamente. La nube de pequeñas criaturas del Ensueño queda atrás, pero allá adelante, a unos metros, hay algo que la luz de los orbes apenas si permite diferenciar. Algo que se esconde entre las sombras y que emite un sonido pesado, como si un enorme cuerpo se arrastrara sobre el ladrillo. El ruido se detiene y podéis escuchar una voz que viene desde varios metros más adelante.

-Ssss... Puedo oler el glamooour. Ssssí... las luceees...- sisea, sin que podáis encontrarle una forma muy definida aún a aquello. -Ahh... ¿quienesss sóis? ¿Quimeraaaas? Ssss... quimerassss gorditasss llenasss de glamour. Venid, veniiiid. No temáissss. Un tentempié no caería mal antesssss del banquete.- comienza a decir. Parece que ha notado vuestros orbes, pero no a vosotros, sin embargo, el eco de su voz es desagradable y correoso, sea lo que sea que está más adelante.