Partida Rol por web

 -Oh, por favor, me harás sonrojar -respondió el chico soltando una leve risa. -. Ahora que lo mencionas, hablar contigo también es muy divertido -añadió.

 Siguiéndote el paso de vuelta a los dormitorios, Ciel enarcaría ligeramente una ceja a modo de curiosidad al ver ese sutil cambio en tu rostro, notable por la expresión sonriente a la que le tenías acostumbrado a él y a toda la clase.

 -Vaya... Realmente debió ser duro... -opinó tras escuchar la vaga descripción sobre tu experiencia con tu abuelo. -. Aunque conociéndote, debió ser un gran motivador para hacerte decidir tomar el camino de los héroes, ¿no? Tu padre salvándote a ti y a la ciudad... -añadió con una expresión más natural, buscando darte ánimos con el tema y que no fuese solo un recuerdo oscuro. -. ¿Crees que Ryusei-kun sea capaz de hacer algo como eso? Aunque supongo que le tomará mucho tiempo para hacer algo como eso: le he visto soltar grandes llamaradas, pero no creo que sea fuego solar... -como alguien altamente sensible a ese tipo de luz, debía estar en lo correcto. -. En todo caso, parece que vienes en un linaje de gente poderosa: no serás la excepción, ¿no? -concluyó dándote un par de codazos mientras te dedicaba su más agradable sonrisa.

 -¡Sí! Héroes de verdad, específicamente los que siguen en el oficio: yo estoy retirado desde hace un tiempo -confesó el hombre, acariciando un poco su larga barba a modo de pensador, antes de fijarse en como la idea de trabajar con personas reconocidas haría fallar tu cerebro de slime, lo que sacaría al hombre una leve risa antes de darte un par de palmadas sobre la cabeza en un intento de ayudarte a calmar. -. No es tan complicado como parece. Seguramente recibirás muchas solicitudes luego del festival, la mayoría de héroes profesionales que se habrán interesado en ti por algo, por lo que seria raro que no te llevases bien con quién vayas a hacer la pasantía -aseguró.

 Joshua te miraría con curiosidad al percatarse de aquel susurro, escuchando la explicación detrás de este y entendiendo tu manera de ver los nombres de héroes.

 -Podría ser un nombre muy acertado, sí: lo que los héroes buscan con sus nombres es que las personas sepan reconocerte fácilmente sin siquiera conocerte -explicó antes de que preguntases por su nombre, lo que le haría acariciar nuevamente su barbilla, como si intentase recordar los detalles. -. La verdad yo también tuve problemas para escoger mi nombre, y acabe decidiéndome por Energy Wizard. Habla de mi quirk que me permite absorber y manejar los distintos tipos de energías, y tiene ese toque especial para hacerlo único: como uso bastón, pues... -concluyó, dedicándote una agradable sonrisa. -. La verdad no debes preocuparte mucho de lo que piensen las personas sobre el nombre, sino sobre lo que pienses tú y como quieres que te recuerden.

 Tras una agradable caminata, acabarían llegando a la entrada de la academia, donde llegaría el momento de despedirse de Joshua.

 -Seré el primero en llegar al estadio para verte -aseguró.

 La sonrisa en el rostro de Makuro dejaba en claro que, a pesar de la naturaleza de tu quirk, no había sensación más cálida y agradable que la de abrazarte luego de tanto tiempo.

 -Lo haré, Saori... Pronto podré salir de aquí, y volveremos a estar juntos... -concluyó el chico, antes de que se viesen interrumpidos por la llegada de Ao, quién seria bien recibido por tu amigo de la infancia.

 Claramente a Ao le había tomado por sorpresa tanto como a ti que Makuro pareciese recordar lo sucedido, o al menos parte de ello, y que hablase con tanta naturalidad del asunto, pero viendo que te lo tomabas con cierta calma a pesar de lo duro que fue para todos hizo que Ao también pudiese hacerlo.

 -No tienes que agradecerme nada. Por lo importante que eres para Saori, seguramente tu habrías hecho lo mismo... -aseguró el chico de llamas azules a Makuro, antes de que presentases uno al otro y estos se saludasen con un asentimiento de cabeza, siendo que mientras Makuro sonreía por el agradable ambiente contigo Ao se veía particularmente calmado. -. ¿Hmph...? -pero de manera prácticamente sincronizada, ambos te verían un tanto confundidos por tu última confesión, siendo Makuro quién se adelantase a darte unas palmadas en la espalda. -. Nosotros también lo estamos, ¿cierto, Ao-san? -a lo cual Ao asentiría, mostrando una muy ligera sonrisa: parecía que cualquier duda de aquella visita se le había disipado al verte tan contenta y tranquila.

 Podrían continuar charlando por alrededor de una hora, tras lo cual Black Dragon se asomaría momentáneamente para avisar de que el tiempo de la visita estaba por finalizar, por lo que era momento de irse despidiendo. Durante el tiempo juntos, el tema de lo sucedido antes o durante el ataque a la U.A. prácticamente fue un taboo, en el sentido de que a pesar de que pudiese salir naturalmente no fue algo que el grupo fuese a dejar que les afectase, siendo que nadie parecía querer detallar nada.

 -Esperaré ansioso la siguiente visita -confesó Makuro mirándote con una sonrisa.

 -Seguramente. Me integré tarde a la clase, por lo que quiero demostrar de lo que soy capaz -respondió Kitao sobre participar en el festival.

 Tras la retirada de Chika, el chico rubio intentaría sacar algo de conversación respecto a ella para hacer más digerible el incomodo silencio que habría sino, pero incapaz de contenerse más puso las cartas sobre la mesa, nunca mejor dicho, dejando en clara sus intenciones, y su entendimiento de que no fuese suficiente para arreglar las cosas.

 -Lo se, y lo entiendo completamente... Fui un idiota al pensar que estaría mejor sin ti -aseguró visiblemente arrepentido, ofreciéndote entonces aquella carta como primera muestra de disculpa, aceptando aquel comentario sobre la tardanza en devolverte una de tus primeras creaciones, y entendiendo de inmediato que no pudieses perdonarle de un día para otro. -. Esta bien, no tienes que perdonarme ahora, e incluso nunca si así lo quieres... Pero haré mi mejor esfuerzo para intentar que lo hagas -concluyó el chico mostrando una ligera y sincera sonrisa.

 Pasados unos minutos, Chika regresaría y se uniría a la mesa, donde el ambiente volvería a ser más fluido y, aunque odiases negarlo, menos tenso que al inicio. Tener en mente que Kitao quería arreglar las cosas hacía UN POCO más fácil estar junto a él, pero también sembraba esa terrible duda de si se trataba de otro de sus engaños... ¿Qué sucedería si te dejabas caer nuevamente en sus trucos...?

 En todo caso, la comida continuaría sin ningún inconveniente, y finalmente los tres podrían abandonar el restaurante ya preparados para volver.

 -Yo tengo que ir a reunirme con unos amigos. Espero verlos en las finales del festival -comentó Kitao a modo de despedida.

Para lo conversadora que había estado Eby hasta entonces llega a ser un tanto sorpresivo como el tema de trabajar con héroes de verdad la calla por completo, además de dejar todo el limo de su cuerpo temblequeando cual jalea. Es un nerviosismo bastante especial, pues a pesar de verse preocupada e incluso asustada, también deja entrever una chispita de emoción en su mirada que señala, como no, sus deseos de conocer a más héroes. La palmadita en la cabeza de Joshua tampoco ayuda mucho a quitarla de ese ensimismamiento de todos modos, más cuando este le comenta sobre su nombre de héroe, sobre "Energy Wizard", la mirada de Eby vuelve a ser la de respetuosa admiración que siempre muestra por su tutor cuando se pone a contar sus batallitas de anciano.

-¡Es cierto! Joshua-San se parece mucho al mago de las películas.- Exclama llevándose las manitas a la boca llena de sorpresa al recordar a ese popular mago de cabellos grises que aparece en las películas guiando a dos tipos bajitos para tirar un anillo en el quinto pino. Lo curioso es que recién ahora llegase a dar cuenta de semejante comparación. Lo que sí, se queda mirando un rato el bastón del anciano... -No parece taaan mágico...- Murmura al final, asintiendo para sí misma mientras no puede parar de mirar precisamente el bastoncillo ese. Joshua, que la conoce, de seguro puede dar por sentado que algo planea hacer allí la viscosilla. A saber qué. Tal vez regalarle uno nuevo.

Eby ni siquiera se da cuenta de que ya están en la UA, y es que entre lo del bastón y pensar en cómo quería ser recordada le tenía la cabeza llena. -¿Crees que la gente me recuerde Joshua-San?- Pregunta con una curiosidad infantil, aunque quizá era un tema más pesado de lo que ella misma demostraba en ese momento. A fin de cuentas sus propios padres no parecían haberla recordado mucho tampoco. Por fortuna justo cuando su mirada se baja un poco, tal vez rememorando ese "detalle"... Se da cuenta de que está de vuelta en la UA y pega un respingo. -¡Ah! ¡Ya llegamos!...- Comenta inflando un poquitín su mejilla. No le gusta mucho la idea de separarse de Joshua, pero tampoco le resulta tan terrible a diferencia de la primera vez. Acaba dándole un abrazo cariñoso al anciano y... Se queda pegada a él unos laaargos segundos. -¿Y luego iremos a comer juntos? ¡Me gustaría mucho!-

-¡Es posible! Son dos quirks solares, aunque por lo que ha dicho Ryusei-kun, su quirk es poder alojar a otra persona que tiene un quirk...es complicado, pero diría que en dominio y flexibilidad probablemente sea superior a largo plazo. Pero no se como reaccionaría y manejaría enfrentar Dark Sun.

Se ajustó los lentes, haciendo hincapié en el tema académico de momento y retomando su humor.

-No creo que el color negro sea solo estético. Es posible que Dark Sun tenga que ver con la forma muerta de un sol o estrellas en general...eso es, agujeros negros. O bueno, esa es la impresión que me dio a mi hace mucho...el son el brillante sin importar la forma en la que se muestre...sin embargo, ese rayo parecía absorber la luz, y solo tenía sus bordes iluminados de forma intensa. Es difícil describirlo, pero... -usó su celular unos momentos- Salió en las noticias. A alguien filmando le pasó por al lado. Papá lo echó al momento siguiente de la zona, pero al menos las imágenes quedaron.

—Sí, son todos excelentes compañeros —afirmé sonriendo con felicidad—. Son muy buena gente y además saben trabajar en equipo. Me siento muy a gusto con ellos.

Siempre era triste tener que despedirme de él, pero esta vez sabía que tardaría muy poco en volver a verle, así que estaba contenta.

Al poco de emprender el camino de vuelta, me percaté de que Hiroshima se estaba quedando atrás. Me di la vuelta y vi que estaba mirando atrás, a mi hermano.

—Hiroshima-kun… ¿Ocurre algo? —El chico solía comportarse de forma errática, pero en esta ocasión no parecía haber una lógica detrás. Pero enseguida volvió a su estado alegre de siempre—. Sí, claro. Vamos.

Continuamos la marcha hacia la U.A., sin que ocurriera nada fuera de lo normal. De camino, me sacó algo de conversación.

—¿A que sí? Siempre ha sido un chico estupendo. Me siento orgullosa de tenerlo como hermano —comenté con una alegre sonrisa—. Somos mellizos, ¿sabes? Pero él es técnicamente mi hermano mayor. Desde pequeños hemos querido ser héroes e ir juntos a la U.A., y nuestro sueño ya se ha cumplido. Sé que los dos nos convertiremos en héroes famosos. ¡Seguro que acabamos en el ranking de los mejores!

-No se... creo que es fácil de pensar, no me gusta hacerlo así en escapadas pero tampoco quiero causarle problemas a Aizawa, igual...-suspiró- ...esto no es necesario que sea un secreto, te aseguro que aprecias tanto a Eraser como yo Akainu-kun.- Poco a poco al caminar y pensarlo Koizuma se había relajado y comprendido que sus acciones no surgían de malicia igual que las de su compañero. -Si, si, se que eres un buen amigo y todo no es que vaya a creer que...

Espera... ¿Amigo?...

Sentado ofreció su pata para el toque que hacia Akainu, casi ni lo había pensado pero ahí estaba.

Por un momento Eru levantó la cabeza mirando en detalle al chico perro, en algún momento entre los entrenamientos y el presente había empezado a tenerle confianza, igual recordaba sus propias palabras dichas a Ebby sobre las amistades...

Rayos... metí la pata con Akiyama...

-Oye, buena suerte mañana, tú también eres bastante bueno, pero si nos enfrentan en el festival no te vayas a poner amable, vas a llevarte más arañazos de los que quieres si lo haces así, y prometo que voy a invitar amigos felinos por una semana frente a tu cuarto para que no puedas dormir.

Era el momento de despedirse, Eru se sentía más tranquilo con la forma como concluyó éste paseo, bostezó, sintiendo pesados los ojos.

Al final el chico iba a competir también en el festival... Ya a estas alturas poco podía hacer, el festival iba a ser pronto... pero realmente si hubiera sabido antes que él iba a participar como rival al estar en otra clase... Me hubiera esforzado mucho más en los entrenamiento, con la meta de no dejar que él me pueda ganar.

Ante las palabras de Kitao, simplemente me quedé callado... a toro pasado era muy fácil pedir perdón... por muy arrepentido que se viera. Y realmente el problema de que pensase que estaría mejor sin mí me era irrelevante... para mi el problema fue que me dejó solo contra los demás. Notaba quizás sinceridad en sus palabras... pero es que yo no quería sinceridad... quería hechos que me lo demostrasen que de verdad quería intentarlo. No dije mucho más... ni sabía que decir ni sentía que debía de decir algo más... esto solo se sabría más adelante.

Chika regresó, y con ello terminamos de comer entre nosotros... hasta que al final, cuando salimos, el se despidió de nosotros diciendo que se reuniría con otras personas -Adiós...- me despedí simplemente de él, ondeando la mano un poco y ya esta -Ains... si quieres preguntarme adelante... y espero que no te haya fastidiado la salida...- le dije al final a Chika suspirando... pues seguramente se estaría haciendo la pregunta de que pasaba entre Kitao y yo.

La idea de que Makuro podría salir pronto le aliviaba y alegraba al mismo tiempo, pues su vida fue arrebatada y ahora era su turno de mirar hacia adelante tal y como yo lo estoy haciendo. Debía reconocer que verlo el día del ataque me hizo ver que aún tengo heridas que no han sanado debidamente  y aunque por fin cicatrizan aún hay riesgo de que vuelvan a sangrar. Por un momento observé a mi amigo de la infancia sabiendo que su travesía sería dura, pero a diferencia de mí yo intentaré estar con él. Sonreí con un apoyo silencioso, haría lo posible por ayudarlo.

Creo que los dos no entendieron por qué me siento feliz, pero no creo que deba aclararlo. Dos personas importantes para mí se llevan bien e intentan superarse cada día. No espero que entre ellos dos se lleven de maravilla o crezca una amistad sin igual, pero lo que sí quiero es que cumplan sus sueños y superen lo que se avecine. Makuro y Ao son...

Seguimos hablando por un rato acerca de la escuela, de los profesores y de cualquier cosa que no fuera uno donde Makuro fuera el eje central acerca de sus vivencias y cuando nos reencontramos. De tanto en tanto lo veía porque no sabía si el tema era difícil o por Ao no quiso mencionar algo, pero cuando Black Dragon llegó para avisar que debíamos irnos, no pude evitar sentirme un poco mal. Miré a Ao asintiendo para indicarle que nos iríamos y luego miré a Makuro. Suspiré y procedí a hablar.

-Trataré de no tardar mucho esta vez-me encogí de hombros algo apenada y me acomodé el cabello hacia atrás-. Y, como te dije, todo a tu ritmo. ¿Sí?

Le sonreí y volví a abrazarlo. Me dieron ganas de llorar porque no quería irme ahora sabiendo que él estaba ahí... pero no, no podía permitirme que me viese así. Además, había un evento para el que debía prepararme y dar lo mejor de mí. 

Luego de unos segundos me alejé, revolví su cabello y me reí.

-Cuídate mucho, Makuro, por favor-y una vez que se diese toda la despedida... nos iríamos. Mi pecho se sentía oprimido, pero también renovado. Sí quería ser una heroína debía ser fuerte para mí misma y los demás. 

 El anciano comprendía bien aquel sentimiento de no saber que decir ante lo que significaba trabajar finalmente con héroes profesionales, y por eso mismo le alegraba verte tan emocionada por ello, más allá del nerviosismo que te podía causar.

 -Sí, ¿verdad? -respondió a tu comparación con los magos de película, soltando una leve risa al percatarse de aquel murmuró. -. Oye, en mis tiempos usaba un bastón hecho de la mejor madera y gemas mágicas, pero se lo regalé a un amigo cuando me retiré -se excusó, siendo que si bien quiso fingir un tono ofendido era claro que le hacía gracia la observación, mostrándose entonces algo curioso por la extraña atención que le dabas a su bastón, enarcando un poco una ceja preguntándose que pasaba por tu mente revoltosa de slime.

 Una vez en la U.A, Joshua se detendría para colocar una mano sobre tu hombro al escuchar tu pregunta.

 -Por supuesto, Eby-chan. Cuando sientas que estás sola, piensa que alguien en el mundo te estará recordando -dijo con su mejor sonrisa antes de que finalmente llegasen a la entrada de la academia, donde el hombre soltaría una leve risa por tu reacción antes de corresponder aquel abrazo con el mismo afecto. -. ¡Claro! Te llevaré al mejor restaurante luego de que ganes -aseguró, siendo que luego de aquel largo abrazo tocaría separarse y finalmente despedirse. -. Cuidate mucho, Eby-chan -se despidió entonces con la mano y una sonrisa, antes de que tu misma tomases camino al interior de la academia para verte irte antes de ir por su propio camino.

 -Hmph... Supongo que tienes razón. Como tal Ryusei-kun no tiene un poder más allá del que le da Ra-san, aunque su propio cuerpo lo limita... En todo caso, si no descubrimos como interactuaría con Dark Sun mejor, ¿no? Eso significaría que nunca tendría que verse con tu abuelo -concluyó, dando por hecho que era una de esas dudas que era mejor no resolver por lo que requería para ello.

 Por otro lado, centrándose en los detalles del poder de tu abuelo, el vampiro escucharía con curiosidad tus deducciones, observando con atención la imagen que habías buscado en tu celular.

 -Vaya... Ciertamente es algo por lo que no me gustaría ser golpeado... -si bien podía sonar a una de sus comentarios bromistas, su expresión pensativa dejaba en claro que lo decía algo enserio. -. En todo caso, no deberíamos preocuparnos por eso: dijiste que estaba retirado, ¿no? -añadió volviendo a mostrar esa sonrisa suya. -. Y si regresa, seguramente estaremos listos para enfrentarlo y darle su jubilación -aseguró, dándote un par de palmadas amistosas en la espalda.

 Acabarían llegando finalmente a los dormitorios, donde seria el momento de despedirse, siendo que el vampiro te dedicaría una de sus más agradables sonrisas antes de añadir:

 -Si alguna vez necesitas seguir hablando de familia, puedes contar conmigo -aseguró. -. Pero ni se te ocurra limitarte contra mi en el festival por eso, ¿eh? 

 Al escucharte, tu compañero se voltearía para negar rápidamente con la cabeza, volviendo a mostrar esa sonrisa infantil que tanto le caracterizaba. Seguramente solo fue una preocupación tonta.

 -Ohh, pues si que se parecen, sí -afirmó cuando mencionaste que eran mellizos. -. Qué bueno es ver que ambos han cumplido su meta de llegar a la academia: ¡Ahora solo les falta convertirse en héroes! Si es tan bueno como tu, seguramente ambos cumplirán su objetivo -añadió, antes de mostrar una sonrisa amplia. -. ¡Aunque para llegar al ranking primero tendrán que pasar sobre mi! -aseguró, siendo que al parecer también tenía interés en ser uno de los héroes más reconocidos del país.

 Finalmente, llegarían a los dormitorios y seria el momento de prepararse para la noche. Hiroshima se despediría con un sorpresivo abrazo, y tras lo cual te dedicaría un de sus sonrisas y una energética despedida con la mano antes de irse a hacer lo suyo, siendo que tu también tenías que prepararte para el día de mañana.

 -Vamos, no seré yo quién diga nada si no te sientes listos para hablarlo con el resto, pero te aseguro que nadie se está imaginando nada, por lo que si algún día crees que todo el tema necesita explicación, todos te escucharán -respondió el chico respecto a que pensases que él pensaría que se trataba de algo para ocultar.

 Ante tus buenos deseos sobre el festival, así como la advertencia, el chico no podría contener una risa.

 -¡Vaya, entonces definitivamente tendré que ir con todo! Espero que tu hagas lo mismo -concluyó con una sonrisa, despidiéndose entonces con la mano. -. Buena suerte mañana, Eru-san -y con esas palabras, se fue a su habitación.

 Ante aquel comentario, tu acompañante te daría un par de palmadas en la espalda con una mano mientras negaba con la otra.

 -Nada de eso: no se quién es o qué te hizo, pero claramente es algo que te afecta, y si no quieres hablar de eso no tienes que hacerlo -comentó con inusual seriedad, siendo que podías saber que lo decía enserio. -. Eres una persona fantástica, Yusio-kun, y si él te hizo algo malo entonces él es quién se lo pierde -aseguró, mostrando una agradable sonrisa. -. ¡Ya verás que le daremos su merecido en el festival! -añadió. Por lo que podías deducir, la chica había concluído por si sola que Kitao fue quién hizo algo malo, y realmente esa era la verdad: resultaba ser más observadora de lo que aparentaba.

 Con un poco más de charla, llegarían finalmente a la academia, donde tras regresar a los dormitorios llegaría el momnto de despedirse y cada quién ir por su lado.

 -¡Mucha suerte mañana en el festival! -se despidió alegremente con la mano, antes de dar algunos puñetazos al aire. -. ¡Y ni se te ocurra contenerte conmigo, pienso barrer el piso contigo! -añadió medio seria medio bromista, apartándose con una leve risa camino a su habitación.

 Aunque era claro que Makuro entristecería un poco por la noticia de que tendrías que irte, el chico se lo tomaría bien al asentir a tus palabras, correspondiendo aquel abrazo que le devolvería rápidamente la sonrisa. Al estar contigo, la respiración del chico se volvió sumamente tranquila y relajada, siendo que aún cuando te ibas él ya sabía que volverías, y eso era suficiente para darle fuerzas.

 -Lo haré. Te estaré esperando -respondió dedicándote su mejor sonrisa, con la luz del atardecer entrando por la ventana detrás de él, mientras ambos finalmente abandonaban la habitación.

 Ya afuera, Ao se te quedaría viendo durante unos segundos antes de asentir a modo de apoyo y aprobación: si bien aquel tiempo fue corto en comparación a los años que pasaron separados, fue suficiente para confirmar que su relación seguía siendo tan fuerte como la última vez, o incluso más...

 Al salir con Black Dragon, un coche de la policía les estaría esperando afuera, siendo que nuevamente tomarían lugar en los asientos traseros mientras el pro-héroe acompañaba al conductor adelante. Ahora solo quedaba regresar a la U.A. y prepararse para mañana, más durante el trayecto Ao se tomaría la libertad de rodear tu cuello con su brazo y posar una mano sobre tu hombro, abrazándote suavemente hacia él. No dijo ni una sola palabra, y junto a un muy sutil rubor en sus mejillas su mirada estaba desviada hacia otra parte, pero sabías que estaba allí para apoyarte, y hacer que cualquier sentimiento pesado no te persiguiese hasta la academia.

 Una vez en la U.A, llegaría el momento de que cada quién tomase su camino, pues se acercaba la noche y mañana seria un gran día para la clase.

 -Mucha suerte mañana... -te deseó Ao una vez llegaron a la zona de habitaciones, siendo que sin decir mucho más se dispondría a ir a la suya.

Ver que Makuro estaba dispuesto a seguir adelante me alivió bastante, cosa que se reflejó en mi semblante tranquilo conforme las despedidas se iban ejerciendo y el atardecer aparecía a través de la ventana. Ver la sonrisa de mi amigo de la infancia fue un motivante más para esforzarme mañana, pues él también lo haría. 

-Hasta luego, Makuro-le dije, sonriéndole una vez más antes de dejar la habitación con Ao y el profesor. Conforme me alejaba sentía una pequeña ansiedad creciendo, pero intenté controlarlo... porque lo volvería a ver, no sería como aquella vez en el orfanato donde nos separamos. Me quedé callada recordando nuestra plática y en confianza, pues estaba con personas que me habían apoyado en todo momento.

Cuando Ao pareció asentir por algo, pensé que había estado satisfecho con todo lo sucedido y también a él le sonreí, agradecida de que hubiese estado ahí para mí. Él me ha apoyado desde el principio y aunque sé que mi relación con Makuro es fuerte y debemos reconstruir algunas bases, con Ao es... diferente. Por eso, en el trayecto a los dormitorios en la Academia U.A. y me abrazó... sentí otra especie de calidez que hizo sonrojar mis mejillas y mis ojos se humedecieron un poco. Me había aguantado un poco frente a Makuro para no ponerlo mal, pero ahora podía no hacerlo y cerré los ojos para terminar de recargarme en él y, a través de mis párpados bajos, sentí cómo unas pequeñas lágrimas salían sin ser un sollozo fuerte. No duró mucho, pero me ayudó a sentirme mejor.

¿Una candidata a heroína llorando? Bueno... detrás de un disfraz o una imagen hay alguien que siente... pero igual, eso no impidió que sonriese un poco.

Me despedí de Black Dragon con una reverencia además de agradecerle por toda la ayuda brindada y una vez que Ao y yo debíamos despedirnos...

-E-espera-expresé una vez que él dio la vuelta. Estiré mi brazo y al mismo tiempo lo alcancé-. N-no quiero retenerte mucho... solo... solo...-cuando llegué hasta él, me sentí un poco agitada y podía sentir leve calor en mi cara, pero no debía ser tan grave. No era fiebre, eso seguro-. Ao... gracias-al decir esto, ahora yo lo abracé. Estaba nerviosa, pero eso no impediría que expresara de esa manera mi confianza hacia él-. Y.. Y.. la-la suerte es para aquellos que no confían en sus capacidades, así que.. no, no hay que desearnos suerte, sino éxito mañana-me alejé y asentí creyendo lo que acababa de mencionar.

Fue entonces... que caí en cuenta que lo había abrazado y... me le quedé viendo por unos segundos completamente tensa y podía sentir cómo quería aparecer hielo debajo de mis pies.

-¡¡¡D-descansa!!!

Y caminé rápido a mi habitación una vez que nos hubiésemos despedido. Al cerrar la puerta me recargué en ella y comencé a respirar más agitadamente. ¿¿QUÉ ME ESTÁ PASANDO?? ¡La sonrisa de Makuro al despedirse y el abrazo de Ao! ¿QUÉ LES PASA A ELLOS? 

Con mis pensamientos alterados fui a bañarme y en cuanto estuve con mi pijama, me acosté en la cama abrazando mi almohada. Mañana era un gran día, demostraríamos nuestros poderes y capacidades, conoceríamos a más y... los ojos de los dos son azules, pero de distintas tonalidades...

-¡Ya! ¡Buenas noches!-y me tapé la cara para intentar dormir y no pensar en nada. 

—¡Sí! —exclamé con una sonrisa de orgullo—. ¡Sé que los dos lo conseguiremos! Y sí, ¡te aseguro que es tan bueno como yo! —Cuando mencionó que tendríamos que superarlo a él, yo reí de forma desenfadada—. Ja, ja, ja. ¡Acepto el reto! —contesté, a modo de rivalidad amistosa.

No tardaríamos en llegar a los dormitorios, donde me sorprendió con un cálido abrazo. Tras un momento en que estuve paralizada, sin saber cómo reaccionar, le devolví el abrazo. Aunque era un chico peculiar, era también muy cariñoso. Me caía muy bien.

—Gracias —susurré con una sonrisa cuando terminó el abrazo—. Hasta mañana —dije a la vez que le saludaba con la mano, como despedida.

Tras eso, fui a mi habitación a ponerme el pijama y luego fui a tomar algo de cena, aunque no comería demasiado, ya que no sería bueno ir a la cama con el estómago lleno. Saludaría animadamente a todo el que me encontrara y les desearía suerte para el día siguiente. Después, me lavaría los dientes y me metería en la cama. Quería dormirme pronto para estar descansada la mañana siguiente. Acabé por caer dormida pensando en qué depararía el día siguiente.

-Ha...no te preocupes demasiado, han sido 6 años desde alguna aparición pública. Fue arrestado, pero está prófugo, supongo que debe estar en algún país tropical ahora. De lo que tenemos que preocuparnos ahora es de tu padre siendo demasiado estricto contigo. ¡Necesitas invitarme a cenar alguna vez si sientes que necesitas apoyo moral!

Sora sonrió también cerrando ambos puños.

-¡Nada de eso! Si yo no explotó sus puntos débiles, lo harán los villanos afuera. Por eso, ¡iré con todo lo que tengo!

Tras decir esto, subió con una leve carrera las escaleras para llegar a su habitación, y como había dicho en la muestra de dormitorios, se dedicó al descanso absoluto en su santuario. Jugó su juego de haya preferido mientras ponía de fondo un canal de noticias chismes heroicos de fondo, se refugió bajo el kotatsu, alterno entre la cama o un sofá, y bebió un cartón grande de leche saborizada de frutilla, gradualmente entre esto y aquello. Su noche fue así mayormente, cenó dos emparedados calientes que pidió por una aplicación, y cuando sentía que comenzaban a cerrarsele los ojos jugando, se retiró a dormir dejando el celular apagado en la mesa de luz.

Una vez se despidió de Akainu regresó a su habitación, decidió intentar dormir lo más pronto para al día siguiente madrugar y alistar sus ropas. Pronto llegaría el momento en que tendría que probarse con y contra sus compañeros, la idea le provocaba tantos escalofríos por la expectativa como interés. ¿Cómo enfrentaría una revancha si iba contra Sora? ¿De qué sería capaz Yume o Saori?. 

En esta ocasión tendría más oportunidades de probarse y quería ver qué tan lejos podía llegar.

No, no era importante, todo lo que interesaba era la decisión con la que daría el primer paso hacia el mundo de los héroes.

Quería dejar de pensar en ello un tiempo para concentrarse, entró en uno de los cajones abiertos diseñados para gatos, y en la oscuridad cerró los ojos, buscando dormir, un poco... sólo un poco más....