Partida Rol por web

Bon sang ne saurait mentir [Chapitres 1 et 2]

Chapitre III: Le Sang des Proches

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09/07/2019, 03:53
Narración

Sábado, Diciembre 15 de 2014. Lyon, Francia. 7:54 pm

Vuestros ojos se abren, como si fueseis cadáveres reanimados con un hambre antediluviana corroyendo vuestras entrañas e invitándoos a uniros a la legión de depredadores que rondaban la oscuridad y que se alimentaban de los mortales desde los albores de la humanidad. Poco a poco vuestros recuerdos se vertieron sobre aquellas ideas instintivas, y empezáisteis a reconocer vuestra identidad. Ella, allí en la cama, una pequeña atormentada por un hambre eterna y una mente retorcida, aquella otra, una mujer que intentaba aferrarse a su orgullo y a su imagen como los últimos vestigios de su humanidad. Cuando os habéis reconocido, entendéis que es el momento de poneros en acción.

No pasa mucho para que otro vástago toque a la puerta. Abre casi inmediatamente, revelando su aspecto: un cabello pajizo, unos ojos grisáceos y una compostura más bien moderada. Su porte es una mezcla de altivez y ensimismamiento, y su voz es monótona, aunque tranquila. Se presenta como Stanislas, el sire de Mireille y, cómo no, el dueño de aquel refugio y de los terrenos circundantes. Hecho que declaró diplomáticamente, pidiéndole a la Tremere que se retirara unos instantes mientras él cruzaba unas palabras con su chiquilla. No había mucha protesta, y tras unos instantes a solas y entrar y salir nuevamente, os dejó a vuestros designios con amabilidad algo forzada.

Siendo aun tan temprano, os ponéis de acuerdo para cazar. Esta noche Chloé no os acompaña, pero ha dejado el coche a vuestra disposición, previendo probablemente que Mireille lo necesite. Por delante, la noche es larga. El sabor desagradable de la derrota está todavía en vuestros labios, así como la inquietante velada con el Nosferatu de Villefranche, y la incógnita de lo que vuestros compañeros pudiesen decir, o lo que pudiese suceder al dar por terminado vuestro Servicio en el Elíseo. La noche es joven, aunque sus habitantes no.

Notas de juego

Decidid por qué zona iréis a cazar y de qué forma. Os avisaré las tiradas basado en eso y en cómo os organizéis.

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09/07/2019, 04:09
Stanislas

Stanislas entró con su pequeña bolsa y te habló suavemente y sin sonreír. -Ma petite, j'ai quelque chose pour toi- dice mientras lentamente preparó todo para inyectar tu sangre. Sabías que no podías protestar y dado que no parecía particularmente contento, no estabas segura de que fuese una buena idea contradecirle.

-No me gustan las visitas inesperadas- comentó en tono casual, pendiente de tu pequeño brazo y de la aguja en la que terminaba una inyección con un líquido rojo oscuro que podías oler hasta donde estabas. -Espero que te hayas comportado a la perfección. Ya sabes que no me gusta qué me desobedezcas. Éleanor ha preguntado por ti, ha querido saber cómo iba tu Service. Le he dicho que no sabía nada, pero que te preguntaría- comenzó a recitar desapasionadamente. No parecía querer respuestas, pero no se iba a oponer si se las dabas.

-Dame Blandine y los primogénitos están siempre vigilantes ante los neonatos que muestren promesa. Chloé no vendrá esta noche, ha tenido turno y ha dormido poco. Ha hecho lo mejor para cuidarte, pero a veces eres difícil. C'est pas bien ca...- dice mientras te inyecta lentamente la sangre y puedes sentir como tu cuerpo la recibe y la asimila. La sensación es extasiante, es relajante, como una dosis de morfina, pero no tan extasiante como beberla directamente. Nunca lo es, ni lo será. Guarda todos los implementos en el estuche y te mira intensamente. -Espérame un momento, no te muevas- dice mientras sale del cuarto. Tarda unos instantes, en donde crees que está hablando con Clemence. Vuelve tras unos minutos y te da un beso en la frente.

-Bonne chance. Espero que Dame Blandine te de una audiencia propia. Todos querrán conocerte, ya verás que sí- dice con una sonrisa amable, como si estuviese más tranquilo.

Notas de juego

Esto sucedió mientras Stanislas estuvo contigo en el cuarto.

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09/07/2019, 04:19
Stanislas

El sire de Mireille sale de la habitación y te mira con cierta severidad. -Clemence, ¿n'est-ce pas? Tengo un favor que pedirte- dice mientras te muestra un estuche abierto que contiene una jeringa vacía y un elástico para amarrar al brazo. -Mireille, al igual que tú, no se ha ganado su lugar entre nosotros y sigue estando a mi cargo. ¿Conoces nuestras Tradiciones? pues yo sigo siendo responsable por sus actos mientras no aprobéis el servicio- te mira fijamente. Su voz es monótona, firme, desapasionada.

-Mireille no está lista para beber sangre directamente. ¿Entiendes lo que digo? Es mejor que tomes ciertas precauciones- dice y su mirada se torna fría, difícil de eludir. Sientes como sus palabras te calan directamente, como cobran un extraño sentido. -Si Mireille intentase cazar y beber sangre de un mortal, se lo impedirás y a cambio tomarás esta jeringa y le inyectarás la sangre que quiera beber. No usarás esta jeringa para nada más y la destruirás una vez la hayas empleado. Luego me indicarás como puedas el resultado de lo sucedido, a mí y a nadie más. Es por su bien, y estoy seguro de que comprenderás por qué es importante esto- su mirada te transmitía una extraña confianza, de cierta manera comprendías la razón y sabías que eras lo que tenías que hacer. Tomaste el estuche de forma mecánica y recibiste a cambio de él una sonrisa.

-Te agradezco que me ayudes con esto. Ahora, guarda eso. Asegúrate de que no le suceda nada. Os deseo muchos éxitos- dice mientras vuelve a entrar al cuarto. Y allí te quedas tú, extraña, con una impresión curiosa sobre aquel hombre, y la incesante idea taladrándote en tu cabeza y preparada para obligarte a actuar. La voz de Stanislas, desde el otro lado de la puerta, suena igual que contigo y sin embargo, no puedes dejar de pensar que hay algo que falta.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Manip+Liderazgo(+FdV)

Tirada: 6d10

Dificultad: 6+

Resultado: 6, 4, 3, 10, 6, 2 (Suma: 31)

Exitos: 3

Notas de juego

Te han implantado (muy exitosamente) una orden con Mesmerismo. No puedes ir en contravención de lo que te han instruido palabra por palabra cuando suceda. 

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09/07/2019, 04:33
Narración

Sábado, Diciembre 15 de 2014. Lyon, Francia. 7:45 pm

-Madame Leveque no se ha despertado y no le ha dejado razón, Monsieur Guilhem- dijo lacónicamente el asistente de tu sire, el mortal que era simplemente un mayordomo con un título que sonaba mejor. Habías despertado algo intempestivamente, reanudando todos los pensamientos atropellados que te habías llevado al sueño diurno la noche anterior. Al menos verías pronto a tus compañeras y arrojarías luz sobre lo que les había sucedido. Entretanto, tenías algo de tiempo para poner en orden tus asuntos y prepararte para confrontar lo que tuvieras que confrontar en el Elíseo. Fiona no estaba particularmente contenta con lo que estaba sucediendo y dudabas lograr encontrar una manera de apaciguarla.

Al menos te sentías más despejado, y más seguro sabiéndote a buena distancia entre el Nosferatu y tu inhumanidad. Lo que se decían de las Ratas de Alcantarilla, no obstante, era siempre inquietante. Y si eran tan buenos para traficar con secretos como se rumoreaba, quizás debías tener algunas precauciones adicionales. Lo que se decía también de la inestabilidad de los Malkavian, lo peligroso de los Tremere y lo colérico de los Brujah eran sólo parte de las ideas que volvían a aparecer en tu cabeza. Parecía que era cuestión de tiempo antes de que descubrieras cuánta verdad había detrás de lo que habías escuchado.

Por ahora, la noche era tuya, y el sabor de la derrota estaba aún muy presente en tus labios. Quizás pudieses aprovechar estas horas para catar un sabor diferente, uno más familiar y apropiado para tus apetitos, y reunirte con tus compañeras. Que al menos la noche tuviese algo agradable en medio de todos los disgustos que podrías y sospechabas ibas a encontrar.

Notas de juego

De nuevo, puedes cazar. Depende de lo que uses, te hago lanzar. Te advierto que, si bien la definición de Mártir puede prestarse para muchas cosas, seré algo estricto con ello. Si quien encuentras no tiene una Naturaleza así, o no está directamente actuando de esa manera, Paul sufrirá las consecuencias de intentar beber sangre que no puede.

Ahora, puedes intentar usar estas horas para encontrar algo que tarde más pero que te lleve a personas con ese tipo de perfil...

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09/07/2019, 04:45
Narración

Sábado, Diciembre 15 de 2014. Lyon, Francia. 7:52 pm

Ahora, en aquella misma noche, lo fácil parecía haber llegado. Lo difícil sería culminar la maldita misión y tener al menos la seguridad, la débil certeza, de que tu no-vida te seguía perteneciendo. Sin embargo, el mensaje de Mireille, seco, al punto, citándote en un local del centre-ville en unas horas te tenía inquieta. A veces tenías que leer entre líneas y esta era una de esas ocasiones. Lo que no estaba diciendo la pequeña y astuta vampira era más importante que lo que sí.

El olor a aceite hirviendo y harina penetró tu piso desde abajo, como cada noche, mientras el silencio te permitía escuchar los murmullos de los dueños del restaurante hablando a alta voz en la cocina. En otras épocas, aquel aroma te habría llenado de hambre, ahora, sólo te parece innecesariamente pesado, al tiempo que tu único apetito es susurrado al oído por la bestia, esa compañera incansable que siempre podías sentir bajo tu piel, corriendo por tu sangre.

Tenías algunas horas antes de la reunión. Quizás pudieses cazar o darle una visita a alguno de tus compañeros. O simplemente podías echarte y esperar que pasara el tiempo, preparándote psicológicamente para no soltar nada que te fuera a pesar ante el puñado de tiranos y monstruos que conformaban aquel remedio de gobierno que decía tener los mejores intereses al frente. Por momentos, sentías como te contagiaba la actitud de Lucienne, pensando probablemente en que los desafíos de esta noche no serían para nada sencillos si tu intuición no te fallaba.

Al menos la noche era más joven que las criaturas que albergaba en los rincones olvidados y alejados de aquella ciudad que llamabas hogar.

Notas de juego

Si vas a intentar cazar, puedes describirme cómo quieres hacer. Si no, eres libre de hacer otra cosa.

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13/07/2019, 01:47
Paul Guilhem

Se marchó con las manos en los bolsillos de su americana para pasear dejándose llevar por el azar. 

Pensó en la verdadera utilidad del service, en que de alguna manera aquello que le tenía enredado era el espejo deformado de la camarilla y una especie de troquel para moldear a sus aspirantes. Una estrategia retorcida la de lanzar a  vástagos variopintos no sólo a un objetivo común sino también a un destino. Con lo primero se les unía obligándolos a entenderse y trabajar juntos, con lo segundo se los condenaba a futuras disputas, deudas, rencores, etcétera, pues la tarea estaba diseñada para condenar el esfuerzo individual a la mediocridad del grupo. Así no sólo se mantenía la camarilla sino también los clanes que se eternizaban reafirmándose en sus milenarios clichés. 

Sonrió mientras caminaba por una calle concurrida, comercial, orgulloso de sus cábalas, considerándose moderno, libre de toda mácula de corrupción.

Por supuesto eso era mentira y su forma de construir su discurso no distaba casi nada de la de cualquier neófito que aspirara a medrar en un grupo de poder cerrado -ya fuera partido político, lobby empresarial o secta- construyéndose una ilusoria aura de modernidad y progreso. Una ficción de cambio y una garantía vedada, cínica, de que todo seguiría igual.

Pero no pensaba en eso último sino en que los viejos se equivocaban con un toma y daca medieval cuando lo más efectivo para atar a los pares eran los lazos contraídos mediante deudas y falso altruismo. No sabía cómo llevar esos pensamientos difusos, movidos quizá por la intención de justificar sus últimas pifias, cuando se vio delante de no de esos “casinos” para pobres con máquinas de premio y apuestas deportivas.

Entró allí como quien entra en un zoo, para ver la miseria humana y para buscar una víctima poencial. Le valían desde los que se prostituían a los ganadores hasta los ludópatas solitarios que lo habían perdido todo. La condición necesaria era que fuera un absoluto perdedor, un deshecho de la sociedad. Lo ideal, que fuera alguien que estaba haciendo un sacrificio que considerara terrible por otros. Mejor todavía si era incomprendido, un paria. No era necesario alimentarse ahora, de hecho, prefería no hacerlo. Un primer contacto sería suficiente, si conseguía una cita para otra noche mejor que mejor.

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14/07/2019, 18:33
Mireille Bettencourt-Dumah

Una noche más los párpados de la pequeña se abrieron cuando las sombras ya cubrían la ciudad. Una noche más su rostro permanecía inalterable, la cara de una muñeca de porcelana, tez pálida, labios rojos, auroleada por los bucles rubios que escondían tras una faz angelical una maldición detenida en el tiempo. 

Mireille no protestó esa noche al ver la jeringuilla. De tanto en cuando se rebelaba y Stanislas tenía que soportar sus protestas y reclamos, pero eran escasas esas ocasiones y en esa noche en especial no sentía ganas de pelear. Al fin y al cabo, contaba con comer algo en la calle. La bolsa de su sire sólo sería un aperitivo. 

Te envié un mensaje —protestó, con un mohín, al regaño por haber llevado a Clemence—. Es que el sol nos alcanzaba.

Luego se quedó callada, sintiendo cómo la sangre entraba en su organismo. Sus colmillos se desplegaron dejando ver sus filos por sus labios entreabiertos. Permaneció inmóvil como una estatua, hasta que la sensación de plenitud acabó y la Sed se revolvió de nuevo bajo su piel. Miró con cierta ansiedad la bolsa vacía. Ya sabía que Stanislas no le permitiría lamer los restos, pero tenía tanta hambre que sus manitas arrugaron la tela de la colcha. 

Lo contempló marchar y reaccionó poniéndose en pie y yendo hacia el armario. Oh, oui. Él había dicho «no te muevas», pero ella tenía cosas que hacer esa noche y no había tiempo que perder. Bien podía esperar su regreso escogiendo la ropa que iba a ponerse. Para cuando Stanislas regresó ya la tenía extendida sobre la cama y había colocado el vestido de la noche anterior sobre el respaldo de la silla. Estaba guardando la cama nido bajo la suya, todo tenía que quedar recogido antes de marcharse, y se incorporó para girarse hacia él. 

—Me porté merveilleusement —dijo, absolutamente convencida—. Fui la mejor vampira del grupo, estoy segura. Y hasta un vampiro muy viejo dijo que hablaría bien de mí a Dame Blandine. —No ocultaba el orgullo en su tono al hablar, hinchándose como un pavo real—. Así que puedes estar contento de mí. Díselo a Éleanore —instó, sonriendo al mencionar a su mentora. 

Se quedó callada un instante y se dio un par de toquecitos con el dedo en la barbilla al agregar algo más.

—Pero hay un hombre que creo que nos engañó para sacar provecho él de nuestro Service. Se llama Eshe, creo que es muy importante. ¿Lo conoces? Est-il mauvais?

Notas de juego

Con Stanislas en el cuarto.

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14/07/2019, 19:45
Mireille Bettencourt-Dumah

Cuando Mireille salió de la habitación lo hizo aún en pijama, con una maraña de ropa entre las manos. Buscó con la mirada a Clemence, pero no detuvo sus pasos al encontrarla. 

Je vais aux toilettes! ¡No tardo nada! —Y, dicho y hecho, se metió en una de las puertas más cercanas. 

Salió unos minutos después, con la cara lavada y ya vestida. Esa noche no tenía la esperanza de ver a Dame Blandine, así que había elegido algo más informal, un vestido en tonos marrones y verdes, con una chaquetita verde, leotardos y botas marrones. El pelo lo llevaba suelto, como una cascada de rizos rubios que rodeaba su rostro. Entró de nuevo en su cuarto para coger un abrigo verde oscuro y se acercó a la otra cainita con las manos en los bolsillos, como si estuviese comprobando que no se dejaba nada importante. 

Je suis prête —informó con una sonrisa. Miró a un lado y a otro comprobando que Stanislas no estuviese escuchándolas y agregó algo más—. Podemos parar a comer algo por el camino, n'est-ce pas? 

Mientras hablaba iba dirigiéndose a la salida, pero antes de llegar a la puerta cogió unas llaves de coche de un mueble cerca de la entrada. 

—¿Sabes conducir? Chloé no puede llevarnos hoy. Tiene que dormir. —Puso los ojos en blanco al decir eso, como si el hecho de dormir le pareciese una muestra de debilidad.

Notas de juego

Outfit.

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15/07/2019, 10:30
Raphaëlle Lefevre

Raphaëlle se encontraba sentada en su cama con ambas manos cubriendo su cara. Lo que había ocurrido en la mansión de Malabeste había afectado seriamente a Raphaëlle. No le gustaba ser el peón de nadie. En primer lugar, había sido el peón de Lucienne, pues esta le había obligado a acabar con aquel pobre chico sin la más absoluta necesidad. ¿Por qué había tenido que matarlo, acaso quería que se volviese un monstruo como ella? Raphaëlle aparto las manos de su cara y se levanto dirigiéndose a su espejo, mientras tensaba los puños.

En segundo lugar, había sido el peón de Malabeste, teniendo que torturar a aquel chico que le había recordado tanto a Adrien, y que tenía allí encerrado para su propia diversión. Por otra parte, ¿qué podía hacer si no? Aquel Nosferatu era un poderoso señor así que tenía que seguirle el juego, al menos por ahora. Notaba como la sangre parecía que hervía en sus venas.

Y por último lugar aquella chiquilla, por la que había sentido tanta admiración. Por muy chiquilla que pareciese, ella era una Malkavian y, por ende,  más peligrosa de lo que parece y menos inocente de lo que pregona. Tampoco había que ser un genio, ya había demostrado su sadismo en la mansión, pero no son esos momentos en los que hay que estar alerta, son los momentos en los que tiene la voz dulce y parece ser que es inofensiva. Ahí es cuando es más peligrosa.

Llegó al espejo en ese preciso instante, para no verse a sí misma reflejada en él. Ya sólo podía verse mediante antiguas fotos y, aunque no envejeciera, era como si esto afirmase que ya esa persona no está y ya no existe. La furia inherente de sus venas invadió todo su cuerpo y voló el espejo de un solo puñetazo. Ya no era Raphaëlle Lefevre, su vida le había sido arrebatada por un monstruo caprichoso que tenía ganas de divertirse una noche cualquiera. Pero no sería como ella, no sería como todos esos supuestos señores, que aparentan tan regios y solemnes, pero que en el fondo son igual de caprichosos. No sería un monstruo como ellos, sería una bestia, pero hasta las bestias más feroces se pueden domar. Porque Une bête que je suis pour qu'une bête ne devienne pas. 

Entonces puso en su equipo de música a Metallica, y volvió a la cama, sentándose como al principio, dispuesta a reposar la sangre caliente que recorría su cuerpo, mientras miraba fijamente el espejo que acababa de destrozar, mientras sonaba de fondo "Creeping Death".

Notas de juego

Ya me dirás que tal. No se si la habré cagado en alguna cosa. ^^

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17/07/2019, 02:03
Clemence Belloux

Asiente ante la pregunta de Stanislas para confirmar su identidad y queda atenta ante el favor que tenía que pedirle. Al ver el estuche con jeringas no puede sino arquear una ceja pues todo aquello es nuevo para ella. Un montón de preguntas se agolpan al final de su garganta y mueren por la educación y porque quizás aquel tema no es de su incumbencia. Si algo había aprendido la noche anterior era a ser comedida.

-Je comprends- dice aunque no tenía idea alguna de que se pudiera tomar sangre de otra forma que no fuera del recipiente. No sabía qué detalles escabrosos había tras aquella forma de alimentar a Mireille, tampoco sabía si quería saberlo. Al menos no ahora, la confianza no era de tal grado para preguntar. Pero de algún modo “comprendía” que no podía ser de otra forma que la que decía el Malkavian.

Hay algo que no cuenta... Ne c'est pas?

-Para informarle… ¿Cómo será?- es la única duda que pregunta antes de guardarse el estuche. La única que se atreve a formular pues no iba a rebatir la razón que hubiera tras la petición.

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17/07/2019, 02:03
Clemence Belloux

Clemence se siente a disgusto con la ropa que porta, pues el elegante vestido negro que había previsto para su Serviceestá todo arrugado y poco presentable. Espera su turno para al menos arreglarse el pelo como puede y decide que en su club podría hacerlo si quedaban allí. Tenía ropa de repuesto y varias cosas de repuesto en caso de ser necesario.

-Tu t’a fais bien belle, Mireille- sonríe y luego se mira con cierto disgusto. –Me cambiaré después…

Tras las palabras cruzadas con el sire de Mireille, aunque más bien había sido una interlocutora sobre todo pasiva, se acerca a la pequeña para retomar su Service y antes la caza precedente. Pues asiente a la petición de la pequeña de parar a comer, parecía tener un apetito voraz insaciable, pero con todo dejarla sin comer por ello le parecía casi cruel.

Al ver que Mireille le tiende las llaves inclina ligeramente la cabeza a un lado.

-Bah oui- comenta a lo de conducir y luego mira las llaves en las manos de Mireille. -Pero si es el mismo coche que anoche, deberíamos cazar en los dominios de Stanislas e ir en taxi quizás. Ya lo conocen, quien sea que nos siguiera anoche y tomara nuestros documentos...

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17/07/2019, 02:03
Narración

Curiosamente, Lyon era una ciudad que había logrado organizar y reglamentar muy bien ciertos tipos de negocio, y curiosamente los casinos no sólo eran esporádicos, muchos quedaban a las afueras de la ciudad, lejos de los centros urbanos. Pero había una excepción importante, casi curiosa, en el corazón de la Cité Internationale, ese conjunto de hoteles, restaurantes y centro de convenciones de aire moderno que parecía existir como un desafío a la arquitectura tradicional de la ciudad e incluso a la tranquilidad relativa y natural del Parc de la Tête d'Or, justo en frente:

El casino Le Pharaoh

Una mezcla casi ridícula de estatuas y decoraciones egipcias, entrelazadas con las luces parpadeantes de neón de máquinas y el bullicio de extranjeros y locales de grandes fondos, a partes iguales. Como si intentase recrear el lujo exótico de los casinos americanos, mezclando elementos que nada tenían que ver con los juegos de azar, las apuestas, y las pérdidas monumentales de dinero. Pero, ¿quién eras tú para juzgar?

La entrada no fue complicada, tu aspecto no parecía atraer miradas, y te permitió pasearte sin ser notado, en principio, por el lugar. Aún era algo temprano, por lo que aunque había personas, no había las suficientes, y no parecía haber muchas con ese aire de desesperación que deseabas. Los apostadores eran empedernidos, y algunos parecían encontrar más entretenimiento que esperanza en una fortuna fácil.

Entonces la viste. Tiene cerca de treinta años y suficiente maquillaje como para disimular una apariencia menos que perfecta. Un vestido elegante que imaginabas no resistiría ninguna inspección cuidadosa de calidad. La mujer parecía comportarse un poco como tú, pero ella no estaba interesado en peces pequeños, sino en las grandes ballenas. Allá en donde la tragaperras sonase, o hubiese varias victorias en la ruleta o al blackjack, allá la verías, intentando coquetear y arriesgando sus pocas fichas para atraer la atención, sin éxito, de algún ingenuo apostador. 

- Tiradas (2)

Motivo: Percepción+Empatía (buscar alguien)

Tirada: 2d10

Dificultad: 5+

Resultado: 13 (Exito)

Motivo: Percepción+Empatía (buscar alguien)

Tirada: 2d10

Dificultad: 5+

Resultado: 2, 6 (Suma: 8)

Exitos: 1

Notas de juego

Añade a tu post una tirada de Manipulación+Sigilo a dif. 7, oculta. No quieres atraer muchas miradas suspicaces si no vas a gastar, ¿eh?

Lanzo por ti Per+Empatía dif. 5 para localizar a alguien, y has pasado. Apenas :P.

Si vas a aproximarte, dependiendo de lo que uses, te haré tirar para la fase dos. Puedes indicarme en tu escena privada si quieres antes de hacer el post.

Recuerda dejar en tu post cómo estás vestido.

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17/07/2019, 05:45
Narración

Si tu no-vida fuese perfecta, podrías haber esperado hasta que llegase la hora de reunirse. Incluso, no habrías tenido dicha reunión y te dejarían en paz con tu inmortalidad y tu deseo interno de encontrar de ser diferente a aquellas criaturas que parecían tener un dominio inefable y rígido sobre la noche. Ni siquiera los que se autodenominaban anarcas parecían tener el poder (o la voluntad) para enfrentarse indefinidamente a la torre de marfil que escondía antiguos vástagos y sus juegos políticos. Vástagos como el Nosferatu en su mansión decadente, o como Madame Le Prince.

Pero tu existencia dista de la perfección, y al cabo de varios minutos, alguien golpea a la puerta con fuerza y ahínco. -lamebotas de la Camarilla, ya que estás ahí, ouvres-moi*- dice alguien desde afuera. La inconfundible voz de Lucienne, cargada de cierta amargura. Venía seguramente con una doble intención. Su agenda y sus intenciones siempre parecían oponerse a todos los otros poderes de la ciudad. -¿Necesito presentarme no? ¿No dicen eso tus tradiciones?- comentó, levantando la voz aún burlona.

Si no le dejabas entrar, era capaz de quedarse allí o de tirar la puerta abajo, y si la dejabas entrar, probablemente tendrías que soportar un berrinche envuelto en capaz de "mira que ruda soy" y "eres una traidora, como LeDuc". Y sin embargo, sabes que el vínculo que te une a ella te impide apartarse con la rapidez o la decisión que te gustaría. Ese era el poder de la vitae, el estar un paso más cerca al vínculo sólo por el hecho de ser su chiquilla, te ataba a Lucienne sobrenaturalmente. Podías odiarla, amarla o seguirla, pero por desgracia, no parecía que pudieses simplemente ignorarla.

Notas de juego

No, no, es un gran comienzo.

*Ouvres-moi: Ábreme.

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17/07/2019, 20:08
Stanislas

-Je suis fier de toi.- dice tu sire, poniendo una mano sobre tu cabeza. -Aún necesitas impresionar a Lady Blandine. Pero estoy seguro de que si te comportas como hasta ahora, lo lograrás- comenta, desapasionadamente. Sus ojos te escrutiñan, pero sus pensamientos, como siempre, se tornan insondables.

-Un homme?- pregunta, sin que el nombre arrebate mayor reacción de su parte. -No me suena de nada, ma petite. Dudo que un mortal pueda sacar provecho de vuestro servicio. Pero si sospechas de él, puedes preguntarle a Éléonore. Ella conoce mejor las personalidades del Elíseo, aún las que no vale la pena conocer.- dice sonriendo desinteresadamente.

-Dis-moi si descubres algo de interés con relación a este Eshe- dice finalmente.

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17/07/2019, 20:18
Stanislas

El malkavian te observó dubitativamente. -Personalmente, bien sûr- dice, y aunque sus palabras no tienen el mismo peso de hace un instante, sabías que con la instrucción anterior, no tendrías muchas opciones. Stanislas te da unas palmaditas en la espalda y te manda de regreso.

-A très bientôt- dice con fingida amabilidad. Era difícil encontrar algo en común entre los lunáticos, pero ciertamente esa sensación de incomodidad, de que ocultaban aún más cosas que un vástago normal, era difícil de ignorar.

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22/07/2019, 11:02
Paul Guilhem
Sólo para el director

Le gustaba vestir elegante pero sport. Americana marrón claro y camisa sin corbata, blanca. Todo a medida, de un buen sastre.

Zapatos ingleses, también marrones y pantalones que no rompían el conjunto, negros, sencillos.

Caminaba con las manos en los bolsillos y no compró ninguna ficha. Trató de no llamar demasiado la atención, quería parecer un rico ocioso curioseando, un cliente en potencia al que era mejor dejar en paz. 

Cuando la vio sintió algo parecido al amor a primera vista. La actitud de la mujer, su forma naïf de buscar incautos dispuestos a derrochar un poco también en ella, le resultó encantadora, inocente, triste, bella y sobre todo, apetecible. 

Se podría decir que le excitó.

Se planteó la estrategia a seguir. Primero pensó en ponerse a gastar torpemente para atraerla hacia él y luego hacerse el tonto para conseguir que se confiara. Lo desechó por vulgar pero en el fondo tampoco quería tirar el dinero. Prefirió otro juego que consideraba más sincero, más arriesgado y más excitante. 

Aprovechó cuando ella jugaba a una de esas máquinas de premio para acercarse y hablarle.

—Desgraciadamente soy una persona incapaz de hacer amigos pero siento la pulsión de acercarme a lo que me fascina, como todo el mundo.  Me preguntaba si me dejaría conocerla un poco a cambio de dinero. Sólo charlar. Una hora si acaso. Trescientos euros.

Resopló un poco, fingiendo que necesitaba respirar.

—Si me dice que no me marcharé ahora mismo de este local y no me volverá a ver, no se moleste, por favor. Sólo piense en la propuesta y decida lo que más le convenga.

En esa última frase estaba el anzuelo, la prueba. Si era alguien que sabía lo que le convenía le diría que no e invitaría a marcharse a ese desconocido que la había abordado de esa forma tan extraña pero si era alguien autodestructivo no haría caso a ese instinto de conservación que te dice cuándo no tienes que acercarte a alguien, es más, sería eso lo que la atrajera. Si ella decía que sí era una pista de que se trataba de la persona adecuada.

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Manipulación más sigilo

Tirada: 2d10

Dificultad: 7+

Resultado: 6, 9 (Suma: 15)

Exitos: 1

Tirada oculta

Motivo: Manipulación más subterfugio

Tirada: 2d10

Dificultad: 6+

Resultado: 5, 4 (Suma: 9)

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22/07/2019, 15:59
Raphaëlle Lefevre

Raphaëlle se levantó de la cama de un salto felino, como si fuese a saltar sobre Lucienne, aunque hubiese una puerta de por medio. Era uno de los rostros que menos quería ver ahora mismo, el rostro que la había vuelto así. Se acercó dispuesta a arrancar la puerta de cuajo y enfrentarse a ella, pero echó una rápida mirada al espejo que hacía unos minutos había roto. No debía dejarse dominar por aquello que tenía en su interior. Si lo hacía, estaba perdida. Dio un largo suspiro antes de ponerse justo detrás de la puerta, dispuesta a responder a Lucienne.

-Estaría bien que te presentaras, sí. Así sabría a quién dejo pasar en mis dominios. -dijo en tono burlesco, en respuesta a Lucienne. Raphaëlle abrió la puerta dejándola pasar. -¿A qué debo este honor, mi buen sire? -le dijo, también con tono burlón, haciendo una exagerada reverencia.

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24/07/2019, 06:14
Mujer desconocida

La mujer apenas si te nota. No te mira cuando le hablas y mantiene un frío y distante silencio. Ni siquiera la mención del dinero parece despertar una reacción apropiada. Y cuando le das la oportunidad, simplemente se gira fríamente y dice -No-. No hay odio, no hay pasión, sólo un profundo desinterés por tu persona que cala en aquella sílaba sin más.

-lâche-moi la grappe, frimeur*- dice finalmente frunciendo el ceño. Al menos habías logrado una reacción, pero ciertamente no la esperada. Vuelve a lo suyo, dejándote con un mal sabor de boca. Por dentro, la sola insolencia de aquella humana parece lentamente hacer resurgir los instintos bestiales de las profundidades de tu ser, maldito con inmortalidad. Podías sentir como tu bestia, aún recordando claramente la humillación del día anterior, lentamente gruñía y protestaba en aquel primigenio lenguaje instintivo, provocándote, recordándote que era tu derecho como predador, el recordarle a la presa su lugar. 

¿Cuánto más orgullo tendrías que tragarte? Y lo peor, lo peor era esa sensación de haber llamado la atención, probablemente provocando lástima. De sentir algunas sonrisas burlonas en tu dirección, y como siempre, el aumento de aquella noción, de aquel derecho que murmura entre sus dientes filosos y sus ansías inhumanas, la bestia que se agita muy en tu interior.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Percepción+Alerta

Tirada: 3d10

Dificultad: 7+

Resultado: 2, 3, 10 (Suma: 15)

Exitos: 1

Notas de juego

*Deja de molestarme, chulo/posturero

La cosa salió bastante mal para ti. Lo siento.

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24/07/2019, 06:26
Lucienne

-Pensaba que la experta en presentaciones eras tú- replica ella, entrando una vez abres la puerta, con tanto ímpetu y prisa, que de no correrte a tiempo, te habría hecho golpear con la misma puerta. Conocías bien su mirada altanera, como si fuese la dueña de aquel lugar y de todo lo que tenía que ver contigo. Esta vez miró y examinó tu piso superficialmente para finalmente posar sus ojos en ti.

-Qué bien estás aprendiendo- dice sarcásticamente mientras se recuesta contra la pared y cruza los brazos. -¿No puedo venir a saludar? ¿A saber cómo estás?- y la respuesta era obvia. Con Lucienne, siempre había dobles intenciones, siempre había algo que ella quería. El egoísmo era su firma, su manera de ir por su no-vida. No te sonríe, pero tampoco es abierta y directamente hostil. Era como si estuviese haciendo un extraño esfuerzo por no ser tan desagradable y presuntuosa como lo era a cada momento desde que la conociste. 

-Et alors... ¿Qué te han pedido hacer? ¿Cuál fue tu Service?- pregunta finalmente. Te mira fijamente, expectante, interesada. Pero no en ti realmente. No dice nada más, sólo se queda allí, quieta, y dispuesta a escucharte.

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29/07/2019, 02:23
Mireille Bettencourt-Dumah

Mireille arrugó la nariz con fastidio cuando su sire reconoció que no sabía quién era aquel hombre, pero asintió con la cabeza ante su consejo de preguntarle a Élèanore. Ella sabía muchas cosas de mucha gente, así que aquel le pareció un buen consejo. 

Bien sûr —respondió, pero antes de que su sire se marchase de su habitación recordó algo más, algo importante—. ¡Ah! Pasó algo más, algo raro. Nos hablaron de Operto y se lo dije a las voces —No era la primera vez que Mireille hablaba de ellas a su sire, aunque no le gustaba compartirlas con él si no era por algo serio—. Y se quedaron calladísimas todas a la vez. Fue raro. ¿Qué pasa con él? ¿Lo sabes?