Partida Rol por web

Encantado de conocerte, Diane dice estrechando su mano con cordialidad y añade sonriendo, en voz baja para que quede entre los dos Aithníonn ciaróg ciaróg eile* Un escarabajo reconoce a otro escarabajo

Estoy tan seguro que lo conseguirás como de que trabajaremos juntos añade con el mismo aplomo de antes y enséñándole su libro de entomología, termina preguntando ¿Qué campos dominas, por cierto? Apuesto a que nos complementamos...

No hay que atosigarla, pero mejor que se vaya soltando un poco peinsa Douglas, mostrando una granm simpatía hacia ella, propia entre colegas de una rama algo denostada por los demás del cuerpo

Diane sonrió algo más tímida a Douglas.

- Lo mio es, fundamentalmente, la recuperación y el análisis de datos... ya sabes, muchas veces tenemos que recomponer discos duros destrozados o, simplemente, conseguir acceder al ordenador de una victima para encontrar posibles sospechosos... y creo que será mejor que me calle antes de quedar más en rídiculo dado que por supuesto sabes de que hablo y... sí mejor me callo.

Diane habló sin apenas respirar hasta que se calló con una sonrisa avergonzada.

- Cuando estoy nerviosa hablo y hablo...

Douglas le sonríe de forma tranquilizadora Pues relájate, que entre colegas no hay que ponerse nervioso...

Eso déjalo para los pies planos, para cuando entren en nuestro reino. Allí son ellos quienes no saben qué hacer o decir habitualmente... dice en tono bromista, pero al mismo tiempo sincero y tratando de darle confianza

Lo mío es la anamorfología, y la antropología y entomología forense, amén de un poco de todo lo demás... soy lo que se diría un hombre orquesta, pero una solista de categoría como tú... lo dicho, que yo juraría que nos complementamos más que bien termina diciendo acariciando la empuñadura de su bastón

Me la quedo mirando un instante más antes de aceptar su proposición y tomar asiento hasta que me llamen. La verdad es que sí, muy rarita, pero no es mala gente.

-Tienes un humor un poco... extraño, ¿eh? Creo que no todo el mundo fuera de la unidad te conoce como para saber de qué hablas. -le digo, antes de retomar su otro punto. -La verdad, no las tenía todas conmigo ni para llegar hasta aquí, ya que parece que más bien sois todos jóvenes promesas, pero si había mejorados de por medio... bueno, quería inmiscuirme un poco. -Me callo, y me quedo mirando al resto de la gente que hay aquí.

-Al resto puedo más o menos ubicarlos, pero ese no me suena. -le doy a Heaven, señalando con la cabeza al extraño del bastón (Douglas) -¿Sabes quién es? Parece hacer buenas migas con... -trato de ubicarle un nombre, pero parece que nunca ha coincidido la ocasión, así que me toma un par de segundos más conseguir ubicarla en alguna parte. Otra cosa no tendré con la cabeza, pero memorizar caras y nombres se me da de vicio, y es fantástico con este trabajo -la joven forense. Pero de los de datos, no de los de muertos. -termino.

-No saben de que hablo, Lloyd; por eso es divertido.-le comento en voz baja a su comentario sobre mi humor. Realmente tampoco lo he hecho para que se riese nadie, sino para reírme yo.-Honestamente, ¿crees que puedes meterme dentro de "joven promesa"? Será por mi habilidad de preparar cafés...

Observo al hombre que me señala, el hombre del bastón (una empuñadura preciosa, por cierto), pero en realidad tampoco puedo decir que sepa quién es. En mi mente lo que tengo son muchas caras y mucha información, pero la mayoría están sin conectar.
Claro, que lo del bastón me llama bastante la atención de una forma u otra.

-Si hace buenas migas con la forense será forense también. Ya sabes cómo son estos cerebrines.

Aquellos sofás eran cómodos... se está a gusto a pesar del gentío. Vaya por dios... los jefazos viven como reyes. Eso no era ningún descubrimiento pero el ambiente cool de las oficinas centrales distaba mucho de las polvorientas estanterías metálicas y pasillos mal iluminados del edificio del registro general donde solía pudrirse... er... prestar servicio el pobre Andrew. Odiaba su lugar de trabajo... oscuro... terriblemente desorganizado, sucio y repleto de la clase más miserable de corrupción; el pillaje. Era habitual ver a algún compañero "hacer desaparecer" un teléfono móvil de última generación incautado a un traficante de medio pelo. El hijo del agente tendría un gran regalo de cumpleaños a costa del Cuerpo de Policía. No suponía un problema... no es como si el camello tuviese en la agenda el número personal del cabeza del Cártel de Medellín. Pero la sola actitud de ver cómo los tragadonuts del cuerpo malgastaban su carrera en gilipolleces mientras alguien como Andrew languidecía y moría poco a poco tras la pantalla de un ordenador era algo que no podía soportar. Pero delatar a polis estúpidos no era su maldito deporte... bastantes problemas tenía él como para pintarse una diana en el culo convirtiéndose en el soplón de asuntos internos. Ni de coña... él no era responsable de todo ese material. Se bastaba teniendo las cajas de los casos archivados más o menos controladas pero el material incautado era cosa de otros. Que se apañen, como dice el refrán... "que cada perro se lama su cipote..."

Joder... que sueño. Normal... no había pegado ojo por el asunto de la entrevista.

Taparía muchas bocas si conseguía este puesto. Todos los que se creían mejores por montarse cada día en un coche patrulla y salir a apalear proxenetas. Todos los que le miraban como si fuese una maldita atracción de feria... como si fuese un jodido psicópata detrás de una jaula de cristal. Como si los estuviera viendo pasar ahora mismo... delante de su mesa... con esa sonrisilla de superioridad. Los veía... los veía...

Mierda... ¡me he quedado dormido! Sobresaltado y con un bufido volvió a abrir los ojos. Parecía que nadie se había dado cuenta... su aislamiento funcionaba y casi todos estaban en otras cosas obviándole por completo. Probablemente habrían sido unos pocos segundos pero no podía repetirse.

Joder... voy a sacarme un café de la máquina a ver si tengo suerte y me explota el estómago.

La impaciencia se comienza a apoderar de mí y es que, aunque me entretenga mirando a todos los presentes (bueno, igual que hacen ellos ¿no?) y pensando quién debe ser un muermo y quién puede ser entretenido como compañero (Ah, no, tengo muy claro que mi culo no va a sentarse en una silla detrás de un escritorio)... pues me aburro. No, sin duda yo no soy de los que me quedo sentado en sillones cómodos a la espera de que me den información.

Suelto un sonoro bostezo, frotándome luego los ojos para sacarme unos pequeños lagrimones. Si lo sé, sigo continuando al House of Death. Ésto me pasa por ser responsable y venir sólo con diez minutos de retraso. Un tipo se levanta, yo lo miro. Dos de los otros hablan, yo los miro. No hay nada interesante que mirar, yo me impaciento. Comienzo a golpear el suelo con la pierna en un movimiento de nerviosismo e inquietud. 

Chasqueo la lengua y me tiro hacia adelante en el sillón, suelto un suspiro y vuelvo a colocar mi maldita espalda en el respaldo.

- ¿Y qué podéis hacer? 

Es una pregunta bastante genérica, mirando a todos y nadie en especial. La verdad es que algo de cháchara entretenida me... éso... me entretendría. ¿Cómo pueden vivir los chupa-tintas?

Douglas enarca una ceja, deteniendo su conversación con Diane... Vale que me huelo que todos los presentes somos mejorados pero... ¿en serio espera el niñato este que la gente charle por los codos a la primera, contándole sus poderes?

Resolver crímenes... ¿te parece suficiente? dice en tono absolutamente coñón, guiñandole un ojo a las chicas

Venga, a ver si nos reímos un poco todos a costa de la tontería esta... piensa, esperando la reacción de los demás

Diane rió ante la respuesta de Douglas. Lo cierto es que bastante difícil le resultaba estar cómoda con lo que podía hacer, como para contarse lo a perfectos desconocidos...

- Por lo pronto, distinguir entre el cañón y la empuñadura de una pistola... para tomar huellas, evidentemente. No mucha gente las agarra por el cañón.

Ya había vuelto a ponerse a decir cosas sin sentido. Al menos esperaba que, de conseguir el trabajo, fuese sintiéndose más cómoda entre sus compañeros y dejase de actuar como una perfecta imbécil. Casi parecía una muestra viviente del estereotipo de rubia tonta cuando se ponía así...

Darrell se examinó en el espejo del ascensor mientras éste subía a la planta donde le habían citado. Su aspecto era bastante bueno dadas las circunstancias pero todavía se encontraba a tono. La puertas se abrieron y Darrell se dirijo a la sala de espera donde se encontró un nutrido grupo de polis, había escuchado que citarían a más gente así que no había prisa.

Las caras de la sala son en su mayoría conocidas, no recuerda bien los nombres pero ha trabajado con algunos hace años.

- Darrell Cox, antivicio - dice a nadie en particular con una sonrisa de anuncio de dentífrico.

Bostezo como respuesta a lo dicho por el viejo del bastón, está claro que aquí la diversión no me la van a dar éstos. Y sí, puede ser que no estemos aquí para entretenernos, pero... ¿en serio tenemos que estar esperando en silencio y con conversaciones tan... tontas? Suspiro y miro el techo, completamente hastiado.

- Pues qué bien

No entiendo el secretismo alrededor de las habilidades, a mí no me importa en absoluto demostrar lo rápido que puedo correr. Es más, me gusta ser descalificado de las pruebas de correr por mi habilidad, pero... ¿y las risas que me doy cuando veo la cara embobada de la gente? Suspiro. No, está claro que aquí no me echaré ni la mitad de risas... veo demasiada gente estirada. Sí, definitivamente son todos unos estirados. Vuelvo a bostezar y me limito a mirar las suelas de mis zapatillas.

La puerta se abre y entra en la sala un hombre de mediana edad, moreno, vestido con uniforme del Swat. Se queda parado en la puerta, con los labios ligeramente curvados en una media sonrisa. Os observa uno a uno a todos mientras remueve una humenate taza de cafe.

Al cabo de un rato y mientras se lleva la taza a los labios lanza una pregunta al aire.

- Los nuevos ratitos, ¿no?

Douglas ríe ante las palabras de Diane Hay quien ni tan siquiera sabe que hay que sacarlas de la funda para usarlas...

Y tras una mirada para continuar dándole confianza a la chica, se encara con el niñato preguntón, con una sonrisa cínica

Pues de maravilla... ¿Y tú qué, chaval? Que mucho preguntar a los demás como si fueras los jodidos Asuntos Internos y no dices esta boca es mía sobre si eres el niño de los recados o el rey de la fregona... dice jugueteando de nuevo con su bastón

Y sin tan siquiera esperar respuesta del impertinente tardón, viendo que llega un heroico superpoli del SWAT también con buen humor, le pregunta por lo bajinis a Diane Por cierto, ¿conoces a alguien de los presentes, que no sea el nene bocazas?

Diane negó mientras contestaba a Douglas.

- Casi siempre trato con CSIs... no con policias. Eso cuando no me limito a entregar los resultados a mi supervisor para que los curse. No solemos tener muchas visitas en la cueva, ¿sabes?.

Después miró a su alrededor, planteando alguna conversación para relajar el ambiente... pero sólo se le ocurría hablar de trabajo. Bueno, menos es nada.

- ¿Y qué sabéis de esta unidad? Lo cierto es que lo único en que me fijé es que pedían mejorados o gente con una lista de méritos tan larga como mi brazo...

Darrell se gira hacia el SWAT: No hace falta ser un mejorado para ver que te crees un tipo duro por llevar ese uniforme ¿sabes hacer algo más que echar una puerta abajo con un ariete?

Muestro una pequeña media sonrisa ante el comentario del café de Heaven, dejando claro que me ha parecido bastante gracioso, y luego me mantengo en silencio contemplando al resto de gente del grupo, analizándolos como haría un policía ante un grupo de sospechosos. Vamos, como llevo analizando a todo el mundo desde hace años. La verdad es que, vistos desde fuera, somos como cualquier grupo totalmente aleatorio de gente que puedas parar por la calle... aunque más de uno, y me incluyo en ese grupo, con el aspecto que tenemos olemos a poli que tiramos para atrás. Y eso cuando no llega uno directamente de SWAT. A ver si el que está en el despacho no tarda demasiado... porque con tanta gente y en un ambiente tan cerrado, cualquier posibilidad de congeniar se va a ver reventada por más tiempo del que sobrevivirá una unidad en que nos metan a todos. Y eso si acabamos entrando todos los que estamos aquí, que a saber cómo es la selección final.

-Cuando salgamos de esta sala, voy a querer uno de esos cafés. Porque la máquina del pasillo... bueno. No sé si me entiendes. -le digo a Heaven, mirando la taza que sostiene el SWAT. Sobre el hablar de la unidad o de otros temas banales, supongo que ya tendremos tiempo si todo esto marcha bien. Como un equipo. Y tampoco pienso meterme en lo de tirarnos trastos unos a otros por ser de distintas divisiones o estilos de trabajo, que ya estoy muy mayor para esas chorradas.

Mi impresión es que buscan formar una unidad de élite con polis mejorados, precisamente para combatir mejor los crímenes que cometen los que tiene poderes... De ahí lo del historial largo como un rollo de papel de water contesta Douglas riendo

Por eso estoy seguro que acabaremos formando equipo, o sea, relax, Diane. Tienes toda la pinta de ser un hacha en lo tuyo, y si nos complementamos, pues magnífico para trabajar en tandem y en voz baja, añade, para hacerla reír

Y cuando seamos los reyes de la cueva, que los pies planos sean quienes vengan a buscar el papelamen. O mejor, que contraten al nene de los recados, que tiene pinta de ser un Speedy Gonzales para todo excepto para ser puntual...

Diane rió al escuchar a Douglas.

- Seguramente haya muchas otras personas muy preparadas deseando entrar... así que prefiero no vender la piel del oso antes de matarlo, la verdad. Que, en los tiempos que corren, gente buena con las máquinas hay a dolar un millón.

Miró a su alrededor inquieta, deseosa de que le llegase su turno para la entrevista.

- Odio esperar así, mano sobre mano, ¿sabes?

Le Swat mira a Darrell mientras su media sonrisa se convierte en una sonrisa entera.

- Eh, tranquilo rarito, que no he venido para pelear, si quieres eso lo arreglamos en el gimnasio mas tarde y asi relajamos tensión. Si a mi me gustan los raritos, lanzando rayos por los ojos, gente que explota... es la sal de la vida.

Un hombre aparece por detras de Marquez, y este se aparta para dejarle pasar. El recién llegado, es un hombre negro, corpulento vestido con pantalones de sport y chaqueta. Colgando del pecho asoma una placa de la policía de Boston. "Teniente Detective Hoyt Haigh, UIDMB". Saluda al Swat con un gesto y entra en la habitación.

- Hola, soy el Teniente Haigh, y vosotros debéis ser el grupo de nuevos reclutas. Supongo que aun no habéis terminado las entrevistas con la Sargento Tesla, pero he pensado que podría resolveros algunas dudas, si es que las teneis.

El tono del recién llegado es amigable, y parece sinceramente interesado en prestaros su ayuda para cualquier asunto.