Partida Rol por web

Boston Nocturno

Escena privada de Bart Scum

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27/03/2015, 16:44
Director

Notas de juego

Por la tarde del día siguiente al que acampaste. No es muy tarde, como las 2 de la tarde, pero es diciembre por lo que anochece entre las 5 y las 5:30

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30/03/2015, 16:23
Bart Scum

La chica deja el pequeño claro y quedo francamente bastante asustado. Me ofreció dos veces ayuda para irme del lugar y no le hice caso. Además no me caben dudas de que ella tiene que ver con la secta que realiza sacrificios en la zona. Incluso pienso que ella pudiera estar advirtiéndome sobre ellos y no sobre las bestias.

Miro el cielo, no tengo idea de la hora, pero supongo que va a oscurecer pronto. Apenas tendré tiempo de leer el final del libro o repasar lo que ya he leído. Elijo la segunda opción. Busco ritos o, más concretamente, ofrendas o formas de mostrar mi respeto por Wiccana. El respeto es sincero, mi problema es con algunos de sus seguidores que acabaron con mi amigo. Me esmero en este cometido, pienso que mi vida puede depender de él, lo hago en medio de mi campamento.

Luego, cuando ya la noche amenaza con caerme encima, me dirijo nuevamente al lugar donde fue sacrificado Ceniza. Como a él le hubiera gustado, brindo por el con una bebida fuerte y dejo caer un trago largo sobre la piedra que fuera su lugar de muerte.

- Amigo, he venido a este lugar muy lejano donde has dejado tu vida. Busco pistas para esclarecer tu muerte. Quiero saber quién y cómo te ha asesinado. Te convoco para que me des guía y protección, pues puede que esta noche mi vida dependa de ello.

Me mantengo en silencio, concentrado y respirando hondo, pero nunca de rodillas ni con la cabeza baja, Ceniza detestaba esas actitudes.

Notas de juego

Soy Medium y Oráculo!!!! Se me había escapado, tonto de mí.

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01/04/2015, 13:57
Director

En el tiempo en que tardó en llegar al lugar de la muerte de Ceniza de nuevo y que realizó todo el ritual, se había hecho de noche. Tal vez no en el cielo, pero en aquel bosque tan denso, desde luego que lo parecía.

Completó el ritual y… No pasó nada, se sintió un poco tonto, hablando con su amigo muerto en mitad de un bosque agreste y derramando buen licor en el suelo. ¿Qué esperaba que pasara, realmente? Entonces algo llamó su atención en lo alto del peñasco, dónde estaba toda la sangre: un brillo, tal vez, o más bien su ausencia, quizás la única estrella que se veía entre las copas de los árboles al apagarse.

Decidió subir allí, por si había algo que hubiera pasado por alto… o alguien. Nada. Giró a un lado y a otro hasta volverse de espaldas al vacío. Entonces apareció, allí delante, una sombra negra, un vacío en el espacio con forma humana, grande, sin pelo, grande como Ceniza. Y de ella surgió una maraña de ramas lanzándose hacia él.

Cayó sobre la dura roca, de espaldas, golpeándose la cabeza, le dolía y su vista se nubló. Tardó un segundo en volver a enfocar, no podía moverse, como si estuviera soñando. Ramalazos de imágenes y sonidos en forma de flash. Cánticos guturales, entonados por voces de gargantas animales. Ojos rojos feroces mirando desde el lejano suelo. Un monstruoso gigante de contorno animal, indistinguible en la oscuridad, erguido sobre él gritando un salmo en lengua desconocida. Un árbol negro encima suyo. Ramas, ramas por todas partes cayendo sobre él. La oscuridad. El dolor. La nada.

Bart se despertó entumecido y helado, cubierto de escarcha matutina y con el calor de las primeras luces de la mañana. Tosió y estornudó, a punto de la congelación. Tenía un fuerte dolor de cabeza y, al tocarse la nuca, notó una costra reciente la roca debajo de él estaba aún manchada de sangre seca derramada esa misma noche. Estaba tumbado en lo alto de la roca que había servido de altar de sacrificios a Ceniza. Su reloj le confirmaba que había pasado allí la noche, lo que explicaba que estuviera medio muerto de frío.

Por suerte, tal vez por un milagro, ninguna de las bestias que se suponía habitaban allí le había hecho el más mínimo daño. No podía decirse lo mismo del clima, suerte tendría si sólo pillaba una gripe; en ese momento, incluso una pulmonía parecía un tributo escaso a pagar para cómo se sentía.

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06/04/2015, 15:32
Bart Scum

Apenas puedo sentir las extremidades, engarrotadas por el extremo frío, pero si todavía funcionan, entonces no son mi principal preocupación, el dolor en el pecho y algunos estornudos son el problema. Estoy al borde de alguna enfermedad más bien grave. ¿Cómo diablos llegué al altar? Miro a mi alrededor y agradezco a mi amigo, al menos he estado a salvo de las bestias. Sin embargo aquellas imágenes no se me quitan de la mente. Sin dudas hubo algún tipo de ritual ahí, pero eran las bestias quienes participaban, incluso cantaban los salmos. ¿Cómo debo interpretar esto? Tal vez las imágenes representan la bestia interior de los sectarios, apoderándose de ellos durante el sacrificio. ¿Es posible que los propios seguidores de Wiccana devoren a sus víctimas como caníbales? Eso sería una verdadera locura.

Pero ahora tiemblo como una hoja. A los tumbos, arrastrando los pies, congelado vuelvo a mi campamento. Necesito una bebida caliente, luego voy a necesitar un médico.

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07/04/2015, 16:44
Director

El paseo de vuelta al campamento ayudó a hacerle entrar en calor, la tiritona era tremenda e incluso tras encender una hoguera y sentarse al lado envuelto en mantas tardó horas en recuperarse y dejar de temblar. Un poco de licor ayudó también a templar su cuerpo maltrecho, aunque los estornudos y la tos no cesaron.

Para medio día tenía fuerzas suficientes para intentar acercase al pueblo más cercano, aunque también estaba claramente enfermo. El camino fue mucho menos agradable que otras veces, presa de la fiebre se le hizo eterno, pero acabó llegando al pequeño pueblo dónde investigó las primeras veces.

Sin seguro médico ni papeles Bart tenía un serio problema cuando enfermaba, por suerte su aspecto debía ser tan deplorable que en el centro de salud le echaron un ojo, diagnosticándole una severa hipotermia y un resfriado fuerte. Junto a las perogrulladas, tan difíciles para un sin techo como él, de mantenerse caliente, tomar caldo caliente y guardar reposo, le prescribieron algunas medicinas.

Una breve y desagradable visita a la farmacia le dejó claro que no tenía dinero para medicamentos. Incluso si hubiera tenido seguro, tampoco le habría alcanzado. Así que tuvo que hacer otra visita al local cuando hubo cerrado.

Escondido a unas cuantas manzanas de la farmacia y su fastidiosa alarma, ahora tiritaba recién medicado. En un tiempo las drogas médicas le darían un respiro, pero sería temporal. Debía decidir qué hacer a continuación y si arriesgarse a volver al bosque en pleno invierno o tratar de mejorar en algún sitio antes de retomar su investigación.

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09/04/2015, 16:54
Bart Scum

Sé cómo es estar enfermo de frío. Un par de años viviendo en las calles de Boston te lo enseñan de memoria. Sé que no sobreviviría un día más en el bosque sin que el daño sea irreparable.

Con todo, siempre he tenido un cierto cariño por el estado febril, cuando es suave te deja una sensación de dulce ensoñamiento, cuando es intenso puede llevarte a visiones reveladoras. Como una droga de escalofríos.

No tengo más opción que volver  a la ciudad, por lo menos hasta estar mejor. Un paso rápido por la entrada “alternativa” de una farmacia descuidada y tengo al menos para llegar algo estable de regreso. El sistema, como siempre, me ha dado la espalda. No reniego, yo no quiero ser parte de eso. Que se metan su salud en el culo, voy a recuperarme sólo.

Consigo el primer transporte a Boston con lo que me quede de dinero. Si no es suficiente hago dedo, si no me recogen tendrá que ser por las malas, aunque no me siento con fuerzas para llevarme un auto y tener que conducirlo. Intentaré refugiarme con Vagish, pero si no lo encuentro, lo que no sería raro, buscaré a alguno de los tipos que vive conmigo para que me cuide, la solidaridad de los que no tenemos nada.

Un poco mejor físicamente gracias a los medicamentos en el bus intento concentrarme en terminar lo que me queda del misterioso libro sobre la secta. Puede que aún encuentre alguna curiosidad sobre estos tipos que puede que sean responsables de la muerte de mi amigo. Una vez en mi destino y a cuidado de alguien pretendo dejarme llevar por la fiebre, hasta perderme en el laberinto de la mente. Confío en que quien me cuide pueda sacarme luego, como tirar una moneda al aire.

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13/04/2015, 17:22
Director

Para cuando Bart consiguió retornar Woburn ya era el día siguiente. Su fiebre había ido a peor convirtiendo el intento de lectura del libro ocultista en una experiencia lisérgica y un poco aterradora.

Las palabras parecían retorcerse llegado el punto en que el texto prometía hablar de aquellas sectas y a Bart le parecía que adoptaban la forma de ramas vivas que le amenazaban, provocándole un par de veces un susto con grito que, junto a su aspecto y su tos seca, le sirvieron para viajar cómodamente en los autobuses sin nadie en un par de asientos a la redonda. Poco pudo sacar.

Tambaleándose de fiebre llegó a la tienda de Vagish bajo un frío sol de diciembre que le indicó, incluso en su estado febril, que era pronto. Demasiado pronto, efectivamente, como se esperaba la tienda estaba cerrada a cal y canto. Incluso si hubiera estado dispuesto a forzar la entrada a la tienda de su amigo, no estaba en condiciones de intentarlo. Ya le costaba seguir despierto.

Se acurrucó en la parte de atrás, esperando que mejorase la cosa, pues no le quedaban fuerzas para buscar el camino a casa en aquel estado donde el mundo se movía y cambiaba de velocidad de un segundo al siguiente. Esperaba que no fuera muy pronto, porque no podía ni ver la hora. Se durmió, apretando contra si, de forma inconsciente, el libro: aquello le hacía sentirse protegido y caliente, como envuelto en una maraña natural de hojas y ramas.

No supo cuanto tiempo pasó antes de que Vagish le despertara sacudiéndole enérgicamente. Demasiado para un anciano, podría haber pensado si su mente estuviera para pensar. Le llamaba, desde muy lejos, con tono preocupado. Estaba oscuro, muy oscuro ¿era de noche? No lo sabía. Ahora que estaba a salvo podía quedarse inconsciente.

Cuando se despertó estaba en una cama sencilla, pero una cama. Con su colchón de muelles, una manta vieja pero limpia y sábanas igualmente aseadas pero amarilleadas de lavarse en lejía a menudo. El cuarto estaba limpio pero necesitaba que lo pintasen y a parte de la cama sólo había una mesilla en la que, a parte de su libro, sólo había una Biblia así como un vaso de latón con agua y una silla en la que estaba colgado su macuto. En un soporte en alto había una pequeña televisión en blanco y negro, de 14 pulgadas. Parecía una habitación de motel barato: todo un lujo para lo que él acostumbraba.

Lo único que no cuadraba mucho era una rata, que lo miraba con ojos rojos brillantes, muy atenta, como si llevara observándole horas. Esperó muy quieta hasta que él se levantó, cansado y aún débil, pero sobre todo hambriento y entonces se marchó corriendo por debajo de la puerta. Al pisar el suelo notó que había una mancha de humedad, al lado de la mesilla señal de que el vaso de agua se había caído en su período de inconsciencia, probablemente cuando él tratase de alcanzarlo alguna vez. Alguien lo había vuelto a llenar después.

La oscuridad que había en el cuarto, rota sólo por neones y luces de la calle que entraban por las ventanas, le indicó que era de noche. Pero no podía decirse que “todavía era de noche”: la televisión le confirmó que había estado en aquel estado medio inconsciente varios días, había perdido mucho del tiempo que esperaba tener pero aún tenía margen antes de que pudiera empezar el ritual, si sus teorías eran correctas.

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15/04/2015, 16:25
Bart Scum

Y pensar que me iba a presentar a la fiebre voluntario. Los escalofríos y delirios de la fiebre son una delicia, pero por un momento salieron de control. No sé bien cómo llegué aquí, o donde es “aquí”, pero por las imágenes difusas que me quedan le debo la vida al buen Vagish.

Tanteando despacio con el pie en el suelo intento sentarme en la cama. Apuro el vaso de agua. Estoy sediento, débil y hambriento; y ha pasado demasiado tiempo, siento algo de apuro pero las piernas me tiemblan. Rebusco algo de ropa en mi bolso que cuelga de la silla.  De alguna extraña manera la compañía de aquella rata me reconforta, acompañado y entre iguales.

Tengo algo de urgencia de salir del lugar a pesar de mi debilidad, es que tengo mucho que contar al anciano que ya considero un verdadero maestro. Arrastro los pies hasta afuera de la habitación, a ver qué me espera fuera, siempre tratando de llegar a Vagish. Espero que no me haya dejado con deudas en el hotel, viejo zorro.

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16/04/2015, 16:44
Director

Bart salió del cuarto con sus cosas, aún débil pero suficientemente recuperado. Comer un poco terminaría de arreglarle. Mientras apresuraba el paso al pasar frente a la recepción, donde un hombre un tanto desastrado vestido con una camiseta interior blanca miraba la televisión al otro lado de un presunto cristal de seguridad que Bart sabía no era tal.

 

Cuando aceleró el paso, el tipo se levantó con una sonrisa que mostraba un diente de oro falso y le dijo, en voz más alta mientras más se alejaba con fuerte acento de Europa del Este y un inglés bastante malo:

-“Espero que haya gustado estar aquí. ¿No vendrá más ya mañana? ¡Propina ser voluntad!” –

La tienda de Vagish estaba en el sector más pobre de la pujante localidad – zona en regeneración, les gustaba decir a las autoridades – pero el motel estaba en las afueras de esa misma zona de modo que tardó cuarto de hora en llegar a la tienda a su ritmo lento de convaleciente.

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16/04/2015, 16:45
Vagish

La pequeña tienda de ocultismo, con sus misteriosas luces de colores mortecinos, estaba abierta. Cuando entró el viejo estaba sólo, aunque le parecía que le había oído hablar con alguien desde afuera. Le miró ceñudo, aunque un brillo que Bart no supo interpretar bien, y le dijo:

-“¿Qué pasó? ¿No decidirías que para mantenerte caliente por la noche era mejor una caja de güisqui que una tienda y un saco?”

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20/05/2015, 15:41
Bart Scum

Sonrío como puedo, aun me siento muy débil. Pero la sonrisa es sincera, después de episodios como los de los últimos días, ver al buen Vagish me tranquiliza y alegra.

- Mierda, Vagish, no hice algo tan estúpido, pero ha sido de lo más increíble. – Tomo asiento en una vieja mecedora que junta tierra hace meses en un rincón de la tienda y suspiro. – Creo que me encontré con una de los cultistas, una muchacha que vagaba tranquilamente por el bosque pero me advertía seriamente de los peligros de este. Estoy casi seguro de que a Ceniza lo han asesinado en un ritual y llegaron a amenazarme a mí. De alguna forma creo que controlan o al menos manipulan y apañan a las bestias del bosque. Atemorizado por las advertencias hice algo… loco. Pedí al espíritu de mi amigo guía y protección en el lugar donde lo mataron. A partir de ese momento es todo demasiado confuso. Visiones y locura de un ritual demencial. Los sectarios se representaban como bestias y el mismo bosque me acechaba con sus ramas y su oscuridad, mi amigo ha sido devorado, no me cabe duda. Luego… sólo desperté en el mismo lugar, la noche había pasado. – Termino casi desinflándome, como si evocar todo aquello acabara con mis pocas energías.

Notas de juego

Perdón por la demora, me ha costado re acomodarme después de las vacaciones. Además, verás en la redacción que aun estoy algo frío =)

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21/05/2015, 13:29
Vagish

Vagish le miraba con gesto escrutador, se había pasado la vida engañando a tontos vendiéndoles cristales de cuarzo o, incluso, de plástico como si fueran amuletos mágicos o sacándoles dinero por ‘conjuros’ que eran humo alquímico, palabrería y parafernalia. Ahora trataba de discernir si Bart le estaba tratando de tomar el pelo a él.

Debió creerle o, al menos, creer que él creía lo que decía. Pero casi hubiera preferido que no lo hiciera. Sus ojos se oscurecieron, físicamente, parecían pozos negros y el aire pareció enfriarse. El viejo decrépito que inspiraba ternura se convirtió durante unos segundos en una presencia intimidante, peligrosa, como si algo en él no fuera lo que parecía.

-“Eso no es bueno, Bart. No lo es. Pero necesito saber más antes de actuar, la posición no es buena. También podría ser una oportunidad si, una oportunidad.” – se quedó mirando al joven, evaluador, pensativo. Parecía que le estuviera tomando medidas. Finalmente pareció decidirse, se fue a la trastienda y volvió con un extraño artilugio metálico lleno de tubos y mirillas como un montón de microscopios unidos. Bart no tenía ni idea de qué era, si tenía que apostar diría que un cacharro astrológico. Tras unos minutos de observar.

-“Estaba equivocado: habrá un ritual en la siguiente luna. Seguro. La alineación del cielo es única, muy especial, oscura y peligrosa. ¿Dijiste que desapareció otra amiga? Me temo que con la próxima luna habrá otro sacrificio, uno más grande. El territorio es muy hostil y será peligroso. Debo consultar. Esto no va bien.” – el anciano se apresuró a coger algunas cosas, parecía que se disponía a cerrar la tienda.

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22/05/2015, 13:15
Bart Scum

Me sobresalto al escuchar las noticias, no pueden ser peores. Ya he perdido un amigo en este lío, no voy a perder otra. Pero cómo se detiene a hombres que tratan con las bestias?

- Tenemos que hacer algo, Vagish. – Le hablo desesperado – Conseguir ayuda, yo estoy medio muerto y usted es… viejo.  Necesitamos ayuda. No sé a quién piensa consultar, pero espero que pueda echar una mano. - La policía nunca es una opción, hasta es posible que algunos sean parte de todo esto.  – Estoy afebrado y confundido, es mejor que me hable un poco más claro. ¿Cuál es el peligro? ¿Y cuál la oportunidad?

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25/05/2015, 15:04
Director

-“Esto es complicado, muchacho. Más de lo que te imaginas. Y muy peligroso, las fuerzas que hay detrás pueden ser... Inhumanas. Es mejor que tú lo dejes aquí, ese lugar no es seguro ya para ti” – el anciano parecía cada vez más pensativo y meditabundo, pero a la vez, menos viejo, de alguna manera, no su cuerpo decrépito, era más bien su presencia, algo había cambiado en ella.

-“Hay un mundo escondido detrás del que ves. En él hay oportunidades, puestas en hábiles trampas, para acabar con los estúpidos y los locos y recompensar a los listos. Esta puede ser una de ellas, pero la muerte acecha en ese bosque. Una muerte horrible. En tres noches allí se desatará un pandemonio apocalíptico, no debes estar en ese lugar, el infierno en la tierra.”

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25/05/2015, 17:10
Bart Scum

- Ya veo que es complicado y peligroso viejo. Normalmente me importaría un cuerno que unos tipos medio locos y sádicos despanzurren linyeras por toda la ciudad, pero se llevaron a un amigo y tienen a una amiga. Usted me habla de un pandemonio, y pretende que me quede de brazos cruzados sin hacer nada. Algo debe haber que se pueda hacer. - Algo muy grave está sucediendo. Nunca vi a Vagish así, ni tan serio, ni tan... imponente. - Si no quisiera saber de ese mundo oculto del que hablas, no vendría aquí cada noche a aprender. Quiero darle una oportunidad a ese otro mundo, porque el que conozco es una mierda y me ha dejado afuera hace tiempo. - Estoy desesperado y ansioso, a estas alturas no puedo saber si es por mi amiga o una curiosidad mórbida por lo desconocido. Puedo paladear el misterio tan cerca, y sin embargo aún distante.

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26/05/2015, 12:29
Director

Vagish le miró a los ojos con sus pozos de oscuridad, una sonrisa bailando en los labios, escondida, sin asomar del todo. Pero sus palabras no acompañaron.

-“No sabes lo que pides y no es el momento. Uno no decide dedicarse al alpinismo una mañana y se va a subir al Annapurna. Has hecho lo que has podido, has hecho mucho. Esto te excede, deja que nos ocupemos quienes ya caminamos por la sombra del mundo de los mortales.”

Entonces las barreras de su mente cayeron, el mundo sobrenatural que intuía se mostró ante él claramente; pero, como siempre, cada vez que daba un paso adelante descubría que estaba aún más lejos que antes.

Los ojos de Vagish, pozos negros como la brea, se tornaron en rojo sangre un segundo y Bart se encontró de repente en un pasillo oscuro sin salida, salvo una puerta detrás suyo. Alarmado y asustado buscó la salida, sin saber dónde estaba, sólo para encontrarse en la calle, junto a la tienda de magia… Cuya puerta había desaparecido como si nunca hubiera estado allí. El edificio entero parecía abandonado con todas las antiguas entradas tapiadas con hormigón, salvo por una rata que se apresuró a entrar en la alcantarilla más cercana.

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26/05/2015, 15:26
Bart Scum

Las palpitaciones parecen que van a hacerme reventar el pecho. Esto ya no es una quimera del viejo. Esto fue real. Sus ojos, esos ojos me perseguirán por las noches duerma o no duerma. Me arrastro entre asustado y atónito, sin rumbo, a la deriva. Finalmente consigo llegar, aún débil por la enfermedad y confundido por lo que ha pasado, a lo que llamo mi hogar. No presto atención a nadie, ni siquiera saludo. Me encierro en mi cuarto a terminar la botella de licor, tratar de dormir y recuperarme. Cuando salga del shock pensaré más claro.

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27/05/2015, 10:28
Director

Esa noche el piso okupado estaba más vacío que cuando se fue, parecía que algunos más habían decidido que el destino de Ceniza estaba relacionado con las presiones para que los desfavorecidos emigraran al sur de la ciudad y que ya no merecía la pena seguir resistiendo, pelear con la pasma de día y ser eviscerado de noche, cada vez menos lo compran.

Aún débil durmió el resto de la noche y buena parte de la mañana, en sueño intranquilo lleno de pesadillas de ojos rojos y laberintos mutables de paredes infinitas que le mantenían alejado del conocimiento.

Despertó dolorido, en baja forma, incluso cansado, pero más en forma. La fiebre parecía haber desaparecido, la tos era muy esporádica y, si conseguía comer bien, estaría bien en otro día más.

Desde un rincón de su apartado el libro que la fiebre no le había dejado terminar de leer parecía mirarle y en el bolsillo, los últimos billetes del dinero que le dio Vagish le recordaban la traumática experiencia de hacía unas horas. La habitación de enfrente, perfectamente visible en aquella casa sin puertas, estaba vacía recordatorio de que Ceniza no volvería del bosque en el que cuando el sol se escondiera por tercera vez desde ese momento también moriría Patty, o eso había sugerido el viejo.

¿Qué hacer? Siempre podía viajar por su cuenta a interrumpir el ritual: tenía tres días y dos noches para volver a llegar al lugar y no necesitaría más de un día para hacerlo, incluso si no tenía suerte con los transportes y pasaba un día descansando le sobraría tiempo… Pero ¿quería? Las advertencias de Vagish aún sonaban en su recuerdo y el terror de lo que había contemplado haría que cualquiera con menos voluntad estuviera en ese momento en Walden, el psiquiátrico de la zona.

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27/05/2015, 16:05
Bart Scum

Ya me siento algo mejor. El cuerpo me pesa mucho menos, pero no la cabeza. Me es muy difícil estar frío, pensar claro. Nunca en la vida nadie me ha dicho a donde puedo ir y a donde no. Tengo tiempo para planear algo, porque no puedo dejar a Patty en manos de esos locos. Ojalá supiera donde la tienen, pero lo único que se con certeza es que en tres noches puede que quieran sacrificarla y haré lo posible por evitarlo.

Salgo de la casa abrigado. Camino hasta un restaurante de comidas rápidas cercano, allí me conocen y no me van a molestar. Me siento con una gaseosa de las más baratas y espero. Es sorprendente la cantidad de gente que se va del lugar sin terminar su plato. Disimuladamente voy recogiendo los restos y comiéndolos en mi mesa. El menú suele estar algo frío, pero es variado.

De vuelta en casa me aboco a la lectura del libro, quiero terminarlo de una buena vez, ver qué otra información o secreto puedo sacar de allí. Ya no tengo dudas de que me dirigiré nuevamente el bosque, lo haré sobre la hora, el día señalado para el ritual. Nota mental: llevar buen abrigo

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28/05/2015, 16:34
Director

Bart procedió a abrir el libro por su tercio final. Era un trabajo arduo que le daba algo de pereza, pero se animó a si mismo recordándose que el pesado y denso escritor prometía llegar, por fin, a lo interesante.

El estilo del libro cambió radicalmente, como si fuera otro quien lo escribía. Hablaba de la diosa de una forma más neutra, describiendo una entidad todopoderosa, amoral, una naturaleza mutable y fértil dispuesta a poblar el mundo con su descendencia y sus elegidos, siempre marcados por su mano. Dedicaba páginas y páginas a ello, redundando y describiendo naturalezas alternativas para la diosa y su prole, a veces incoherentes entre ellas e incluso en las partes de una misma; todas se caracterizaban por ser exuberantes en su fertilidad y hambrientas de vida.

Seguía con desvaríos de loco en los que trataba de narrar la forma de su deidad, con términos irracionales que a veces se contradecían entre si y con palabras que no cuadraban. Una sensación extraña se apoderó de Bart mientras leía sobre formas vegetales, ramas infinitas, óleos negruzcos fuente de vida y retoños innumerables alimentados con vida para engendrar más vida.

El joven sentía que mientras él leía las anotaciones marginales traducidas, las runas originales se apelmazaban, se movían y formaban ramas y troncos repletos de ojos que le miraban y… de alguna manera, le leían a él. El mareo le invadía y se sentía caer, el libro le llamaba y las mismas runas parecían llamarle, cortejarle, desearle y quererle de una forma hambrienta, pedían su sangre para hacer un vínculo. Recordó, vagamente y de forma lejana, las palabras de Vagish al darle el libro: “Y, te lo advierto, no serías el primero en convertirse en un loco balbuceante al leer textos como éste”

Estaba a punto de quedarse dormido, narcotizado por las runas hipnóticas y su cabeza llena de ideas locas sobre diosas vegetales que convertían la carne en lodo de vida, cuando la ventana medio rota de su cuartucho okupado saltó por los aires.

Las ramas del árbol que crecía salvaje en el jardín de la casa abandonada donde se refugiaba habían entrado en tropel en la habitación, sus extremos convertidos en bocas de dientes afilados mientras su tronco, apenas visible detrás de ellas, tenía los ojos vacíos y enloquecidos que había visto antes en el libro. Las bocas, hambrientas, ansiosas, lujuriosas, se dirigieron hacia él, y se oyó chillar aterrado.

El libro cayó a sus pies y… ¿despertó? ¿recuperó los sentidos? No sabía qué pasó exactamente, fue una sensación extraña, como salir de un sueño sin estar dormido... pero la habitación estaba normal, fuera hacía mucho viento y las nubes habían oscurecido tanto el cielo que parecía el anochecer. Las ramas del árbol, aunque habían entrado en la habitación y abierto la ventana, eran normales, simplemente el tremendo vendaval las había impulsado contra su cuarto, arramblando con la ventana ya previamente destartalada.

Su corazón le latía tan rápido que sólo su juventud lo permitía, si hubiera tenido treinta años más habría muerto de un ataque cardíaco. Estaba en shock, respiraba agitadamente, de forma entrecortada y, ni siquiera la nueva luz y la vuelta a la realidad, le permitía abandonar la idea de que todo aquello parecía demasiado real para haber sido un sueño o una alucinación fruto de la sugestión.

Varios vecinos se acercaron a ver qué le pasaba, pero viendo que estaba – físicamente –  bien, le dejaron sólo sin preocuparse más, convencidos de que era otro afectado por alucinaciones de un delirium tremens, todos los días había alguien que sucumbía a uno por la falta de alcohol o las drogas en el vecindario abandonado.

Le costó un buen rato y sus últimas reservas de alcohol recuperar la compostura y el ánimo para recoger el libro del suelo y seguir leyendo, sentía las manos temblar de temor por que pudiera volver a sufrir un episodio como el anterior, pero a la vez de emoción ante la posibilidad de tener contacto con algo sobrenatural. Si es que no estaba perdiendo la cabeza, claro.

Se decepcionó un tanto al ver que le quedaba poco del libro, tal vez había leído más de lo que pensaba mientras estaba afectado, ¿o quizás el libro se había hecho más pequeño? En cualquier caso no quedaban más que unas pocas páginas con unos cuantos párrafos cuyas traducciones estaban garabateadas en pequeño, obviamente un resumen incompleto de los textos originales.

Describía lo que llamaba rituales para llamar a la prole de la diosa y hermanarse con ella, pasos previos para poder hacer los que permitirían a los fieles acceder a su presencia. Mientras leía las palabras, una voz de mujer sensual, segura, maternal, atractiva, parecía susurrarlas a la vez muy dentro de su mente causándole un nuevo conato de ataque de pánico pero, por algún motivo, tenía que seguir leyendo. Los rituales eran sangrientos, aunque no se describían con detalle y aún menos cómo reproducirlos. Quedaba claro que tenían un margen temporal muy preciso, que incluían cánticos complejos, debían hacerse en lugares sagrados para la diosa y su foco principal era un sacrificio humano que ofrecer a la prole, cuyo corazón era consumido como símbolo de hermanamiento.