Partida Rol por web

Los aventureros, viajan hacia la fortaleza de Orcbone, cada uno por su lado y han decidido hacer un alto en el camino antes de llegar a Orcbone. Han decidido pasar la noche en la última posada del camino que hay antes de llegar a la fortaleza. La posada es conocida como “El Descanso del Rey Boranel” y está situada en la ciudad de Ardev. La posada es un buen lugar para que os conozcais ya que curiosamente os conoceis de vista de la feria y os dirigis al mismo camino por la mañana. Sobre una mesa hay un periodico

Periodico "El investigador" Titulo Peligro en la frontera dia 8 de Olarune (Febrero), 998AR
Existen “Brechas Críticas” en las Defensas de Graywall El retirado General Tauma Hilliard escribió un informe criticando las defensas que se han dejado tras la guerra al oeste de Breland. Dicho informe señala que esas “brechas críticas en las fortificaciones Graywall ponen en serio peligro al reino entero”.El informe de Hilliard, entregado a la corona por petición del propio Rey Boranel, expone que bandidos, merodeadores,y monstruos de Droaam continúan escabulléndose a través de los pasos de las Montañas de Graywall y amenazan el oeste de Breland, (curiosamente siendo la región de Graywall una de las localizaciones más sólidamente fortificadas en todo Khorvaire). “Para que las propias fortalezas de Graywall permanezcan seguras, la milicia de Breland debe enviar fuerzas a la frontera,Entre esas incursiones, el pasado mes, se registraron los siguientes incidentes:

-Se produjeron  una serie de asaltos a los pueblos montañosos de Skerritburg y numerosos heridos, y cuantiosos daños materiales

-El ataque de una medusa en el Puesto de Guardia 15, dejó 14 solados petrificados.

-Una banda de trolls saqueó el pueblo minero de Harrack.Las criaturas usaron un túnel inexplorado paraacceder a las minas directamente y eludir así a las patrullas Brelias.

-Una horda del orcos y minotauros se enfrentaron contra el onceavo Batallón brelio en el Paso de Jasper. Algunos de los minotauros y orcos lograron escapar para dirigirse después al este y filtrarse en Breland antes de que los refuerzos brelios pudieran llegar.

Hacia al menos dos horas que el pistolero buscaba un sitio donde tomar asiento, una buena cerveza, una mejor ocmida y si había alguna mujer con la que hacer disfrutar el sentido de la vista, aun mejor. Pero ahora mismo, se habría conformado con el tocón de un arbol, algo de comida de viaje y medio odre de agua. Por fortuna para él (lo que hizo que agradeciera su propia suerte en dos o más ocasiones) encontró una triste taberna solitaria donde poder dejarse caer y hacer reposar sus reales posaderas.

Así, abrió la puerta de una forma brusca, pero agarrando la madera antes de que golpeara la pared y contempló el interior, pasando la vista por todos los presentes, estudiandolos. A decir verdad, bien parecía que el hombre estaba estudiando si el lugar era digno, pero la realidad era muy, muy distinta. Tras agradecer su suerte, y ahora en vista del interior de la taberna, agradeció a los dioses que le hubieran puesto un lugar como aquel en su humilde camino.

Por ello avanzó tras cerrar la puerta hasta la barra. - Algo de cenar. Caliente y consistente. Una jarra de cerveza y otra de vino, poco aguado a poder ser. Y por último, el periodico. - tras dar las indicaciones, se encamino hasta una de las mesas más grandes y vacias que había, quitandose la gabardina y dejandola junto a él, en una silla.

Se quitó el sombrero, dejandolo sobre la mesa mientras tomaba entre sus dedos el periódico, abriendolo y comenzando a pasarla vista por él, leyendo. Hacia tiempo que no se veía en la situación de poder disfrutar de prensa escrita, así que esto siempre se agradecía.

Orcos, medusas, minotauros, trolls. Aquello más bien parecía el circo de los horrores más que una invasión a pequeña escala. Se preguntaba como un general retirado debía haber expuesto tales problemas, y no haberlo hecho de forma más directa miembros en activo del ejercito.

Lamentaba aquello, le recordaba a su pasado, y precisamente recordar su pasado le arrancaba una mueca de disgusto y nostalgia que ocultó tras la jarra de cerveza que le habían servido. - Agradecido. - Le dijo al posadero, esperando las demás delicias para un viajero acostumbrado a los ingrateces del camino.

Una silueta ataviada con una capucha y manta de viaje entro por la puerta de la posada, era demasiada delgada por ser un humana. Una vez dentro como si de un animal se tratara se zarandeo sacandose el polvo y la humedad del viaje, por seguidamente revelar la cara de una mujer.

Seguidamente se acerco a la barra y pidio ser servida, comida del dia y lo mas flojo que tuvieran.

Cuando fue servida cogio su cena con las manos y giro sobre si misma buscando un lugar que sentarse que no estubiera ocupado con gente que no quisiera hablar.

Siguiendo las instrucciones de su hermanastro, el genasí de tierra se dirigía hacia la fortaleza Orcbone. Supuéstamente allí debería encontrarse con otros participantes de la feria donde se encontraba actualmente Unwin.

Al parecer tras un duro enfrentamiento, su hermanastro quedo incapacitado unos segundos en los que se reunió con su creador... Algo indispuesto, y por tal de no romper las promesas de ayuda con el archiduque y ciertos participantes solicito la presencia de uno de sus hermanastros guerreros.

Durante el transcurso de su largo viaje, Tarkhan ha topado con la taberna "El Descanso del Rey Boranel", así que ha decidido hacer una breve pausa. Al entrar por la puerta no pudo evitar mantener la vista fija en hombre del sombrero y la gabardina... "¿Será este hombre el vagabundo del cual me habló Unwin?"

Disimuladamente avanzó hacia la barra, cuando se percató de otra presencia, que llamó de nuevo su atención... "Una pequeña Hafling y una hermosa elfa participan en las pruebas...". En ese preciso instante, empezó a entender el porqué de tantas explicaciones en el mensaje de su hermanastro. Si varios de los valerosos participantes habían dado su palabra al archiduque, era más que probable encontrarlos por el camino...

El genasí de tierra, dejo el pesado escudo apoyado en la barra junto a su reluciente espada bastarda para sentarse en un taburete, de espaldas al tabernero, para poder observar bien a los presentes. Era una lástima que no poseyera el mismo don de la palabra que su hermanastro, no obstante procuró mostrarse apacible para no confundir a nadie con sus miradas escudriñadoras...

Marcus arrugó la nariz en cuanto entró el genasí de tierra. Estaba con la vista clavada en el periódico, y golpeo las botas contra el suelo un par de veces, pensando que aquel olor se debía a la tierra y barro que debía arrastrar. Necesitó de varios segundos para darse cuenta que no era cosa suya, y bajó ligeramente el periódico para escudriñar una vez más la taberna, con ojo avizor.

Levantó una de las cejas mientras entrecerraba el ojo derecho para darle preferencia al izquierdo, contemplando los presentes y comparando las caras con las vistas cuando había entrado, cuando su mirada se posó en Tarkhan. No, no estaba allí, pero le resultaba terriblemente familiar. - Uhm.... - Levantó el periodico para seguir leyendo, pero su consciencia no hacía más que darle vueltas a la misma pregunta  "¿Donde he visto yo a este tio?" Y por más que rebuscaba en su cabeza la identidad del hombre, no conseguía recordarlo.

Así que bajó finalmente el periódico una vez más.

- Redios. - Se quejó, mirando al Genasí. - Júrole que su rostro ya lo ví, y ahora no lo ubico. Como si hubiera estado en mi presencia y le hubieran cambiado lo suficiente como para no reconocerle. Sáqueme de la duda y conteste a una pregunta y a una invitación. ¿Quien es y desea tomar asiento? - Le ofreció una de las muchas sillas vacias de la enorme mesa.

El guerrero permanecía sentado en su sitio, recorriendo con la mirada a los diferentes parroquianos, intentando recordar toda la información que su hermanastro le había dejado explicada en el mensaje que recibió.

Algo absorto en sus recuerdos, no se percató de la primera mirada del hombre de la gabardina, pero fue el ruido del periódico volviendo a su posición original, ocultando de nuevo el rostro de aquel hombre, lo que hizo que centrase su atención en él. El periódico volvió a descender, dejando sus ojos al descubierto. El hombre parecía dudar al observar al genasí de tierra, con la mirada de quien cree conocer a alguien, pero sin estar seguro de qué, por este motivo, el guerrero no se sorprendió cuando el hombre se dirigió amablemente a él...

- Soy Tarkhan, tal vez me confundas con mi hermanastro, Unwin Eldelvar - El guerrero realizaba pequeñas pausas tras cada frase, reflexionando sobre lo que acababa de decir. "Aun y tener madres distintas, nos parecemos enormemente..." pensó antes de proseguir con su poco elocuente relato - Me pidió que acudiera en su nombre para ayudar en la fortaleza de Orcbone - Volvió a recordar el mensaje de su hermanastro... "No me explico demasiado sobre la fortaleza, aunque fue muy preciso respecto a los participantes del torneo... Mencionó a un vagabundo con gabardina y sombrero, realmente hábil con las pistolas y un habla elaborada"

- ¿Tal vez eres Marcus? - Pregunto el genasí mirando el sombrero sobre la mesa y observando lo que parecía la culata de una pistola asomando levemente en el interior de su gabardina. - ¿Tal vez venciste a mi hermano? - Parecía casi seguro de las respuestas, aun y ser un guerrero algo tosco, no se consideraba precisamente estúpido, por lo que estaba prácticamente seguro de sus deducciones... "Si menciona los clavos de su ataúd, es él sin dudarlo"

Tarkhan recogió su equipo y se acercó tranquilamente a la mesa donde se encontraba su interlocutor para sentarse frente a este. Trato de mostrar una agradecida sonrisa, recordando al risueño de su hermanastro.

- Agradecido, acepto tu invitación, claro - Dijo de la manera más educada que supo. Mientras observaba fijamente al hombre que tenía frente a él, se preguntaba cuan peligroso podía llegar a ser el misterioso hombre... "En solo dos asaltos, acabó con el enfrentamiento... lo que habría dado por verlo con mis propios ojos..."

Había estado caminando durante horas, andando a lo largo del camino que conducía al castillo de Ocborne, el lugar al que me dirigía. Las horas pasaban y el sol subía, hice un alto en el camino y tras una ligera comida seguí caminando pues quería llegar lo antes posible a mi destino. Sin embargo las horas pasaban y el sol se acercaba cada vez más al horizonte, de modo que poco antes de que faltara la luz del astro rey acepté que no podría llegar a la fortaleza aquel mismo día y decidí hacer un alto en el camino.

De este modo llegué a la ciudad de Ardev, muy próxima al castillo en si mismo, buscando alojamiento para aquella noche. Así terminé alojándome en la posada conocida como “El Descanso del Rey Boranel”, probablemente la última que se hayara en mi camino hacia el castillo. Al llegar allí el ambierte parecía ser bastante ajetreado, había bastante gente aquella noche, por motivos que desconocía. 

Tomé asiento en una mesa no demasiado lejos de la entrada y pedí algo de cenar,  no demasiado pesado, y un poco de vino para beber y quitarme el cansancio del camino. Cuando mi vista comenzó a vagar por la habitación me di cuenta de que algunas de las caras que veía por allí me sonaban, traté de dilucidar de qué y llegué a la conclusión que debía habermelos cruzado en la feria de la ciudad que había dejado aquella mañana. 

Sostuve el periódico para leerlo mientras mordisqueaba una tira de carne, acompañada con algo de queso y pan. Al parecer relataba la inestabilidad de la frontera y el peligro que se observaba en las puestos militares de la misma, donde diversos regimientos parecían haber sufrido ataques por parte de fuerzas variopintas. No parecía ser nada organizado, pero desde luego denotaba la debilidad de estas fronteras y tal vez el mal estado en el que las fortificaciones se encontraban.

Permanecí absorto en mi debate interno sobre el estado de la frontera y tal vez la causa que me llevaba hacia el castillo, pues había leido un par de veces la conclusión de una necesidad de milicia que reforzase los puestos defensivos. Mientras tanto escuché retazos de conversación que procedían de dos de esas personas cuyos rostros recordaba, pero de momento no parecían mas que charlar sobre nada interesante para mi. Seguí centrado en mi lectura y en devorar aquella cena fría antes de retirarme hasta el día siguiente.

Tras un día de viaje a lomos de mi confiable Wyvern finalmente llegué a la pintorezca ciudadela de Ardev, curioso lugar, muy distinto a las grandes urbes de mi querida Faerun, al parecer los lugareños preferían los intríncados ingenios y maquinarias de lo gnomos que los sútiles métodos de la magia.

Mientras recorría la ciudad buscando un lugar en el cual descansar, finalmente llegue a la posada conocida como "El Descanso del Rey Boranel".

Vaya nombrecito, si este es el lugar de descanso de un rey, no quiero imaginarme donde duermen los granjeros. - dije en tono muy bajo mientras posaba mi mano sobre el picaporte de la puerta.

El lugar estaba atestado de parroquianos.

"Genial, al parecer esta pequeña posada es mucho más de lo que se ve a simple vista. Bueno creo que es hora de que me divierta una poco y quizá ganerme una cena gratis." - pienso mientras busco con la mirada una mesa vacía.

Tan pronto ubico mi objetivo, me dirijo hacia el mismo con paso firme y decidido, para luego sentarme sobre la mesa.

Amigos míos, esta noche estoy ante ustedes con una sola razón. - digo elevando mi voz sobre el bullicio y llamando la atención de todos los presentes. - Y esa razón es hacerlos pasar un momento muy agradable con mi arte y quizá ganarme la cena del día. - añado rápidamente mientras le dirijo una sonrisa a una camarera.

Si me disculpa señorita, necesitaré tomar prestado esto. - digo al tiempo que conjuro mano de mago y le arrebato una botella de cerveza, para hacerla orbitar alrededor de mi al tiempo que conjuro prestidigitación alterando las propiedades del cristal de la botella volviéndolo luminiscente.

Habiendo captado la atención del público repitó el proceso con una segunda botella creando dos satélites luminosos a mi alrededor, los cuales al girar van cambiando de color creando un patrón iridiscente con los colores del arco iris.

Mientras más miradas se posan sobre mi, aprovecho para cambiar el patron de vuelo de las botellas alterando su orbita alejándolas y acercándolas a mi en sincronía para fianlmente dejarlas suavemente en sus respectivos lugares de origen.

Y con esto amigo míos concluye esta pequeña demostración, la misma que espero que haya sido de su agrado, ahora los invito a disfrutar de uan grata velada en este maravilloso lugar, el cual tiene comida y bebida suficiente para saciar incluso a un dragón habriento. - digo al tiempo que hago una venía ante la audiencia, para luego acercarme a la camarera con una gran sonrisa.

¿Qué dice señorita? ¿Cree Usted que me he ganado la cena de esta noche y quizá un lugar apropiado para pernoctar? - digo con una sonrisa súper cautivadora.

Mientras espero la resapuesta de la camarera recorró el lugar con la vista para con la esperanza de ver un rostro conocido hasta que finalmente encuentro dos de ellos. Una hermosa elfa que no hace mucho me robo mi brazo y parte de mi corazón y un peculiar sujeto de modales impecables y hablar peculiar.

La camarera sonrie , tiene ya unos años y su cintura es ancha y tambien su simpatia; tipicas de las tabernas de pueblos alejados en el extraradio (Como las camareras de pelis americanas). En su mano una cafetera y aunque el publico no es que este muy impresionado por una mano de mago y un cantrip a la camarera le ha entretenido y te pone un vaso de cafe caliente gratis

-Muy bonito truco señor ,aqui tiene , invita la casa -dice mientras te rellena el vaso

AUnque la mayoria de los clientes que habia, se conocian de vista en la feria , eran callados y les costaba manterner una conversacion con los otros , tal vez por educacion , tampoco se les pedia que tuvieran la verborea de un kender borracho , pero algunos sabian que si otros de la feria estaban aqui se dirigian todos al castillo y tenian el mismo objetivo

Angie observo al elfo como hacia su magia mientras comia, empezaba a ser algo asiduo su magia...pensaba que los magos se valoraban mas que un simple bufon de taberna a cambio de comida y unas monedas. Sin duda el tiempo a cambiado.

Cuando el mago se acerco, Angie levanto la ceja interrogativamente pero en ningun caso hostil. Creo que no ha colado...

Público difícil. Aunque siempre me gusta armar un poco de jaleo durante mis viajes, eso me ayuda a arrancar una que otra sonrisa y a tomar por sorpresa a mis enemigos, pues cuando descubren que voy en serio usualmente ya es tarde para ellos. Por cierto estoy muy feliz de que nuestros caminos se crucen de nuevo. ¿Te importa si me siento ha sido un viaje largo? - Digo sonriendo.

Tarkhan. No, el nombre no le decía nada. Pero nada de nada. Y aquello era lo más extraño, pues acto seguido mencionó a su hermanastro, y levantó ambas cejas en una mueca de sorpresa, una un tanto peculiar y extraña al verse delante del hermano de alguien, teniendo en cuenta que la mitad de la raza no coincidía. - Por todos y cada uno de los clavos de mi sagrado ataúd aun no construido. - Dijo en una expresión de total y absluta sorpresa, inclinandose hacia adelanta mientras achinaba los ojos y centraba toda su atención en aquel hombre.

Y a decir verdad, en un segundo vistazo y habiendo expuesto el parentesco entre uno y el otro, si que podía afirmar que se parecían.

- Válgame mis dientes de oro, si que se parecen. Impresionante, es la coincidencia más extraña que he visto en los últimos seis años. - Afirmó, acomodandose en la silla, apartando el periodico que había dejado de ser de su interés, para centrarse plenamente en la conversación.

- El mismo que viste y calza. - Se quitó uno de los guantes, ofreciendole la mano para estrecharla. ¡Incluso se puso de pie en señal de respeto y cortesía! - No soy hombre de alardes, su hermano lucho bien y agradezco que en la feria hubiera buenos protectores de la vida que lo guardaran de las puertas del averno. Un hombre hábil y rápido, digno de elogio. - Añadió, mientras tomaba la cerveza, dandole un trago.

No pasó por alto el hecho de que observara sus armas. Observador, no solo era fuerte, también observador. Interesante pareja de hermanos, sin duda. Juntos, podrían ser una combinación demoledora. - Tome asiento. Y si me permite las presentaciones, ese de ahí, el mago del espectaculo es Valinor, y la elfa que le acompaña, Angie. - Los ocnocía de la feria, y levantó la jarra en señal de saludo, para volver a centrar su atención en su acompañante.

- Extraño, extraño que no viniera su hermano ¿Puedo preguntar el movito? -

Observar a un mago emplear su magia como si se tratara de un espectáculo de circo resultaba realmente bochornoso. Estuve tentado de intervenir, pero decidí que no quería iniciar un enfrentamiento. Rápidamente vi cómo la camarera llevaba a aquel mago una bebida gratis, y luego éste parecía irse a alguna otra mesa, con otra persona cuya cara me resultaba familiar de la feria. Había otros, un grupo de aventureros que parecían conocerse hablaban alegremente en otra de las mesas, no muy alejada de allí.

Sin duda todos aquellos se dirigían al mismo lugar que yo. Decidí entonces que ya los conocería cuando llegase, o cuando me los encontrase por el camino. No era un hombre de tabernas y llevaba todo un día de viaje, estaba cansado y lo que más necesitaba ahora era un baño caliente y una cama mullida. Terminé de leerme el periódico, todo un portador de malas noticias. Luego me dirijí a la camarera para pagar mi cena y pedir una habitación para aquella noche, y un baño si fuera posible.

Al notar el saludo de Marcus procedo a corresponder la gentileza, levantando mi vaso.

Angie mira, aquel sujeto de allí es Marcus, un amigo de la feria, porta un arma realmente interesante al parecer es capaz de dañar a las personas a larga distancia sin emplear flechas. Espero que esr¡ta vez me permita echare un vistazo más de cerca. - digo un tanto más serio.

Supongo que si estás aquí, es por el mismo motivo que yo y está vinculado con esto. - le digo al tiempo que dejo el periódico sobre la mesa. - Y es muy probable que Marcus también venga por la misma razón, así que si me disculpas voy a saludarlo. Por cierto, si puedo ayudarte en algo, sólo dilo y no te fíes en las apariencias, pues tras mi apariencia despreocupada se esconde un mago de guerra muy bien entrenado, es sólo que no me gusta estar serio todo el tiempo. - digo con calma, antes de volver a poner una sonrisa en mi rostro al tiempo que me pongo de pie y me dirijo hacia la mesa de Marcus.

¡Por la Urdimbre, miren a quien tenemos aquí! - digo mientras me acerco a Marcus con calma y tranquilidad. Nuenas noches amigo mío, es un verdadero placer verlo por aquí. - digo mientras busco donde sentarme. - Espero que no les moleste que tome asiento. - digo mientras jaló una silla desocupada, mientras miró algo confundido al Genasí de tierra

Por cierto Marcus ¿Quién es tu amigo? Hay algo en su rostro que se me hace levemente familiar, pero aún no distingo qué es.

El pistolero confirmo las sospechas de Tarkhan, en efecto se encontraba hablando con el habilidoso hombre que habia vencido a su hermanastro... Cuando este se presento cortesmente y le pregunto sobre Unwin, el genasí quedo unos segundos en silencio, proseguia con sus pensativas pausas, intentado formar la respuesta mas adecuada... "Puede que no se sintiera a la altura de las circunstancias tras su aplastante derrota..." pensó mientras recordaba el mensaje que había recibido. La verdad es que no habia una explicación clara para tal pregunta...
- tal vez mi hermano se sintiera indispuesto... - acabo por responder casi en tono interrogativo.
Cuando Marcus le hablo del resto de participantes, enseguida reconoció a Valinor, el mago del que le había hablado su hermabastro, el cual acababa de realizar un espectaculo de magia. El mago enseguida se acercó al notar el gesto del pistolero cuando los presentaba. El mago también pareció notar el parecido, y viendo el buen resultado de su ackaración anterior con Marcus, algo más rápido de lo habitual, se presentó sin recurrir a sus meditativas pausas...
- Soy Tarkhan, hermanastro de Unwin Eldelvar, seguro que lo conoceis. - Afirmo mostrando nuevamente una sonrisa tal y como le decía su hermano.

¿Hermanastro de Lord Eledelvar, pero él acaso no es medio elfo? Vaya sorpresas que da la vida. - digo intentando ocultar mi sorpresa y confusión. - Bueno ciertamente existe cierto parecido y podría decirme en ¿Dónde se encuentra su hermano? Pensé que el también vendría. - digo mientras me uno a la conversación mientras observo detenidamente el rostro de aquel guerrero, durante un insatante algo tenso para luego finalmente relajarme.

- Pardiez, claro. Por favor, tome asiento... ¡más aun! ¡tome cuantos requiera! Sillas y mesa para ofrecer tenemos. - Lo cierto era que a mencionar, la mesa que ocupaban el genasí y el tirador era realmente grande para solo dos personas, y bien podía aceptar un par de decenas de sillas más.

- Espero con ansia aquí bebida y comida, mas no lo traen. ¿Dónde está la mujer del vino y el caballero del cordero? - Preguntó, mirando a su alrededor con rapidez. Cuando su vista no dio a alcanzar a ninguno de los que buscaba, se dirigió a Valinor. - Como siempre es un placer ver como ejecuta su arte, mas romperé una lanza en favor de su primer truco, allá en la feria donde me impresionó más. No es crítica, créame, es halago a su primer trabajo. - Añadió, cortés, apartando con el dorso de la mano el sombrero, alejándolo de la zona donde estaban los caballeros tomando asiento.

- Lengua tiene, escuche. - Le contestó cuando le preguntó quién era, y el genasí se presentó. Marcus afirmó con la cabeza. - Bien es extraño su parentesco, pero si me permite, a ojo experto el parecido es innegable, y bien sabía mi nombre y acciones durante la feria por para su hermano. Puedo dar fe de que este hombre dice la verdad como que respira. Y hablando de su buen hermano, Takhan, bien espero que el enfrentamiento conmigo no fuera el motivo por el cual decidió quedarse allí, no lo consentiría, remordimientos tendría y una carta para acabar escribiría. - 

Mirando nuevamente el mago, no sin duda toma asiento.

Angie escuchaba al mago en silencio con una sonrisa, hasta que el elfo dijo algo muy divertido sobre las apariencias. No pudo evitar una risotada ruidosa. JAJAJA ciertamente es lo ultimo que te tienes que fiar...si sin duda.

Angie siguio al mago hasta quedarse de pie cuando el mago tomo asiento en la nueva mesa. Vaya, todos conocidos de la feria...parece mentira que tantos pocos participantes en comparacion en el mundo y nos encontremos aqui tan facilmente.

Me permitis verdad?