Partida Rol por web

Al notar la tenacidad de los arqueros decido que es hora de poner fin a su asedio de una vez por todas.

Tras interponerme entre Marcus y los arqueros, una densa bruma me oculta de la vista de las hienas, brindándole cobertura al pistolero, tras lo cual empiezo a salmodiar un conjuro creando un orbe de fuego para lanzarlo contra el bárbaro caído. Esos pulgosos debían pagar por la muerte de Ragaard.

Marcus extendio sus brazos como si fuera un crucificado en la cruz por el dolor pero en realidad estaba haciendo un sacrificio por sus compañeros un sacrificio de gnolls muertos pues con una bala abatio al mas cercano y con otro hirio al siguiente

Totalmente renovado por el hechizo de Julius, ahora podia matar sin piedad

Con esto los gnolls se dan cuenta que no pueden ganar y dan unos pasos atras y a los lados para daros paso a su indefenso lider, no dejan las armas pero aparentemente se rinden dejando que hagais lo que querais con su jefe

Algo no va bien. Esto me huele a trampa.- pienso mientras me preparo para avanzar rodeando el centro de la estancia.

Marcus ¿Puedes acabar con el chamán desde aquí? - pregunto antes de hacer ningún movimiento.

Aquellos gnolls que quieran vivir para ver otro amanecer, arrojen sus armas y tírense al suelo!!! - grito a modo de advertencia.

Julius observó a los rendidos gnolls, aún y su mal estado, seguían siendo una posible amenaza, sobretodo si su líder les complicaba el siguiente enfrentamiento.
- estáis seguros que es sensato dejarlos sin más? - preguntó en un leve susurro a sus compañeros.
Guardó su ballesta y empuñó la maza y el escudo, listo para arremeter contra cualquiera de los supuestamente rendidos, si alguno hacía cualquier movimiento sospechoso. - Por Pelor y su misericordia, no me gusta acabar con enemigos rendidos, pero a mi Dios pongo por testigo que como alguno de vosotros haga un gesto en falso, le destrozaré la cabeza con mi maza! - exclamó desafiante el clérigo antes de avanzar hacia el líder.

Intro prestada de Irina

Krall era un forjado que destaco en la gran guerra que asolo el norte. Nacido de la magía dentro de un cuerpo de adamantita, se considera un ser vivo al estar dotado de racocinio y emociones.Aventurero y leal a sus compañeros el mismo hizo varias incursiones en busca de aventuras, siendo abandonado a su suerte en unas grutas infestadas de Gnolls al pensar que había caido en combate. Lo que desconocian sus antiguos camaradas era que el mismo poseia la capacidad de curarse. Olvidado y enojado por haber sido dejado, el mismo cayo en en un estado llamado el sueño, quedando en estado letargico como si de una estatua se tratara.

Aquellos Gnolls colocaron la estatua en la camara del tesoro, como si de un vigilante se tratará.Los golpes del acero al entrechocar y el fragor del combate hicieron que Krall saliera de su ensimismamiento, guerra, un combate cruel se estaba llevando a cabo justo en la sala de al lado. Un gigante luchaba con anuedo y el mismo sucumbía con un grito ahogado al dios Kord.

Kord! el dios de la fuerza y la lucha. Un dios al que Krall reverenciaba.Iluminandose sus ojos, comenzaron a activarse sus sentidos, comenzando a mover sus brazos y dedos. A continuación movio sus pies, se sentía bien, lleno de energía. Con paso firme se dirigio a la sala donde se estaba librando un cruento combate.

Cuando los gnolls se largan, desenfundo mi estoque y cargo contra el chamán hundiéndoselo hasta el fondo de la garganta. 

Reúnete en el infierno con tu falso dios, y ardan juntos en una de las 99 capas del abismo.

Que tu sangre lave la afrenta que nos causaron tus esbirros al tomar la vida de un hombre de bien. - agrego girando el estoque, para ensanchar su herida y luego empujarlo al suelo para dejarlo morir ahogado en su propia sangre.

Creo que terminamos aquí. - digo mientras reparo en la presencia del forjado mientras me pongo en alerta.

Julius, Marcus. ¡Cuidado detrás de ustedes! - grito mientras me apresto a combatir.

¿Quién eres forjado y qué buscas aquí? - pregunto en tono seco al tiempo que me apresto a conjurar para proteger a mis aliados.

Dando unos pasos hacia delante, el impresionante constructo de cuerpo humanoide recubierto de adamantita se aproximó portando un escudo en su brazo derecho y un enorme guantelete de batalla en su brazo izquierdo. Sus ojos parecieron brillar cuando Valinor se dirigió a él. Una voz apenas audible salio de él KKKKooooooorrrrrrrrd! apenas audible al principio. Siendo más clara la segunda vez, no dejando ningún género de duda al hablar, señalando con su dedo metálico al enorme Goliath que yacía muerto en la sala. Exclamando con respeto, mientras que seguía caminado en dirección a las gnolls: KORD! Acabaré con ellossss! Dejando claro que no era un enemigo del grupo de aventureros.

Julius quedó atónito ante la presencia de aquella armadura viviente. En sus lecciones en el monasterio había oído hablar de forjados, fabricados en secretas y mágicas fraguas con el único objetivo de entrar en batalla, almas de grandes combatientes que quedaban ligadas alas frías e inmortales armaduras. 

- Por Pelor... - balbuceó mientras observaba aquel ser. El forjado señalo al caído Ragaard para acto seguido gritar el nombre del Dios Kord. "¿Tal vez el alma del goliath se había vinculado con semejante ser?" se pregunto cuando la brillante armadura se dirigió hacia los supervivientes gnolls, que huían de la sala.

Cuando el clérigo recuperó la compostura, y al comprobar que el nuevo ser no era una amenaza para el grupo, se dirigió a sus compañeros, - Requerís de más sanaciones o deberíamos volver directamente al castillo para informar a la capitana y reposar un a vez allí? - preguntó - Aunque deberíamos examinar con cuidado la sala de los tesoros que hemos encontrado antes... preferiría no dejar nada para estos malditos gnolls - añadió con cierta rabia en su tono debido a la presencia del cuerpo inerte de su antiguo compañero.

Recuerdo haber visto otra habitación al final del pasillo, pero primero honremos a Ragaard. Se lo merece. - digo en tono solemne mientras dirijo una mirada al cuerpo de mi camarada caído.

Tras disipar mi conjuro de agrandar, acomodo el cuerpo de Ragaard en el centro de la habitación, con su hacha sobre el pecho.

Descansa compañero que tu lucha ha terminado. Que Kord te colme de bendiciones en la otra vida.

Gloria a Ragaard. Hijo predilecto de Kord, que espíritu alcance también en la otra vida, tal como lo hizo en esta. 

Adios Ragaard señor de la Arena de la Ciudad de los Portales Mágicos.

Una vez terminada la oración abandono la habitación junto con mis compañeros.

Revisemos este lugar, pues una vez que terminemos, la voy a sellar con magia para que nadie perturbe el sueño de Ragaard.

12. HABITACIÓN CHAMÁN

Esta habitación de 30’ largo y 15’ ancho, está equipada con un mobiliario precario y rancio. La sala está cargada de una fina capa de niebla y aromas de incienso y humo de fogata. Las paredes están cubiertas de calaveras amarillas, otras teñidas de color sangre están suspendidas del techo mediante cuerdas y cadenas. En la pared sur hay un altar de piedra gris cubierto con una sábana negra. Encima del altar hay cuatro velas marrones y dos máscaras con forma de calavera pintadas grotescamente. Un enorme tapiz cuelga del techo de la pared detrás del altar. Está hecho de pieles de diferentes animales y tiene el dibujo de una extraña criatura…

Tirada Saber religión (CD 10 Julius lo saca automaticamente porque tiene bono +11) ó Conocimiento de bardo (CD 10): representa a Yeenoghu (el dios Gnoll).

Empiezo a revisar las cosas del chamán por si hay algo de importancia.

- Vaya mierda. - escupió el pistolero al ver el cuerpo inerte de Raagard en el suelo. La queja salió de lo más profundo de su alma. - Era un tipo duro de verdad, un colega cojonudo. Espero que este repartiendo ostias a dos manos en la otra vida, seguro que se lo pasará bien allí donde esté. Pero no deberiamos dejar su cuerpo aquí, tios. Ni sellado ni sin sella. Podriamos quemarlo, hacerle una hoguera y llevarnos las cenizas. No sé, algo bonito. ¿No? Por que como a mi me dejeis tirado en cualquier cuneta volveré de la otra vida para pegaros dos tiros a cada uno. - Señaló a Julius y después a Valinor.

Pero antes de añadir algo más, entró en juego aquella... cosa, gritando lo mismo que el grandullón cuando se liaba a mamporros. Lo apuntó con las dos armas, esperando que hiciera algo que lo cabreara lo suficiente ocmo para llenarle el pecho de plomo. Pero no, no lo fue. - Espera.... ¿Tu eres... como una armadura, pero viva? - El pistolero lo estaba flipando. Nunca había visto algo así. - Por todos los clavos de mi ataud... ¿Y os parece muy normal esto? ¿Esto es normal por aquí? - Les preguntó con ciertas dudas. - Las siete virgenes más folladas de la historia. Pero que me estas contando. - Se quejó, alzandouna ceja y usando el cañon del arma para levantar el sombrero y comprobar, más de cerca, al constructo, llegando a golpearle le pecho con la culata del arma para ver si sonaba hueco.

- Virgen santa. - Volvió a soltar por su boca. - Lo que uno debe ver en esta vida. Si, mejor marchemos, vamos a buscar ese oro que me esta quemando en los bolsillos. -

La expresión de Marcus me llama mucho la atención, tal vez yo no fuera un nativo de Eberrón, pero sí que conocía a los forjados de guerra.

Tranquilo Marcus, no es una armadura viviente, sino un forjado de guerra, es una raza antigua, vida artificial creada por los antiguos artesanos de la casa Cannith. Larga historia para una sola noche.

Bueno, vamos preparar la hoguera para el buen Ragaard.

Julius miró sorprendido a Marcus, no tanto por su desconocimiento respecto a los forjados, puesto que él mismo, aún y haber oído de ellos en su aprendizaje clerical, nunca había tenido la oportunidad de estar junto a uno de ellos, sino más bien por su reacción ante la muerte de Ragaard.
- Cómo bien dices, seguro que ahora se encuentra en un lugar mejor, junto a su Dios Kord, presentando batalla a su lado como el fiero guerrero que era - dijo dirigiéndose a éste. - y si consideras adecuado realizar una pira funeraria con sus restos para darle su merecido descanso, te prestaré mi ayuda sin ningún problema añadió.
También tomó nota mental de hacer lo mismo en caso de perder la grata compañía del pistolero, Pelor no lo quisiera, pero si llegaba el caso, jamas le negaría sus últimos deseos a uno de sus camaradas.
El clérigo realizó unos breves gestos en honor al caído goliath y blasfemo interiormente, para que nadie se percatara de la decepción que sentía hacía sí mismo y su propio Dios Pelor, por no haber tenido la suficiente determinación como para mantenerlos a salvo, para acto seguido ayudar a Marcus a darle descanso al cuerpo de su fallecido compañero.

Tras terminar de revisar el cuarto del chamán, me reuno con mis compañeros.

Amigos revisemos el cuarto del fondo y luego a vaciar la bóveda. - digo con calma mientras veo como incineran a Ragaard