Partida Rol por web

Todo había pasado muy rápido. Todavía estaba intentando entender cada una de las palabras que el pequeño mediano iba soltando cuando el senescal entró por segunda vez a la posada.

- Malas noticias, sin duda. Y mucho más malas, si cabe, en semejantes fechas.

Lo tenía claro y me disponía a caminar tras el senescal cuando el hobbit se encaramó en la barra ofreciendo su ayuda.

- Vaya con el noble mediano. Extraño comportamiento ese en los miembros de su raza. Sin duda un extraño hobbit.

Ofrecí mi ayuda a Gregori para bajar de la barra.

- Vamos, maese Gregori, le acompañaré a la entrevista con el senescal. Conozco estos lugares y creo que puedo ser de ayuda y vos, quizá más, amplios deben de ser sus conocimientos de este terreno - dije mientras ayudaba a bajar al mediano de la barra.

Acto seguido me encaminé hacia el otro salón cruzando el umbral de la puerta tras unos instantes.

Una amplia reverencia mostraba mi profundo respeto hacia el pobre padre que había perdido a su hijo y al senescal de la zona. Caminé unos pasos más hasta acomodarme cerca del senescal a la espera de sus instrucciones.

Los acontecimientos se suceden a mi alrededor demasiado deprisa, sin tiempo a reaccionar. Distintos avezados guerreros y montaraces (o así lo parecen) se ofrecen a ir en busca del hobbit desaparecido. El elfo tambien se levanta de la mesa y parece unirse a la expedición.

Bahhh, esta gente está o muy loca o muy aburrida. - pienso volviendo la cabeza hacia mis amigos hobbits.

- Menudo lío en que se ha metido vuestro congénere, ehh - menciono sin demasiado interés.

- La verdad es que hay que ser un gran aventurero para ir en busca del hijo de Bantobo, seguro que en el futuro se hacen canciones de esta gesta, ehh Jabien, alguien como tú las irá cantanto por ahí - me contesta Binegal Mediopie.

Gesta, canciones, ¡¡mierda!! seguro que el inútil de Maegon el Bardo querrá contar esta historia ... pero no podrá si yo estoy en ella ... además que peligros puede haber rodeado de tantos guerreros.

Disculpándome amablemente me levanto de la mesa y me acerco al senescal y a Bantobo para unirme a la expedición.

Tosur menea la cabeza para un lado y para otro cuan perro secandose...

- Bwuuuuluuuuuuuooooalalalalalala.... Creo, humano, que ya me encuentro perfectamente! dice dirigiendose al espadachin, sin embargo da un pequeño traspie al volver a girar... Woooeee!!! Si! Perfectamente! Vayamos pues a ver a ese mediano! se apresura en decir pensando en la suculenta recompensa y la abundante comida prometida... Pssee... un pocos bandidos no son nada contra mi Baruk-Gathol, la Inquebrantable... pensando en su gran hacha de guerra... Junto al espadachin y al humano que le prometió el guiso de ciervo avanza hacia la sala donde se encuentran el Senescal, el pobre hobbit y algunos valientes mas...

Poco a poco van llegando los aventureros dispuestos, y el senescal espera en un salón reservado, acompañado del apaleado hobbit y el guardia que siempre le ha acompañado. El salón es más pequeño pero muy acogedor, sin duda preparado para lo más selecto de los visitantes de la taberna, o para grupos que no quieren ser molestados.

El senescal mira al grupo con cara estupefacta:

- cuatro Hombres, un Elfo, un Enano y dos Hobbits. Que me aspen si no es el grupo más extraño que he visto jamás. Por favor, presentaos para que sepa con quién tengo el gusto de tratar.

Tras unas presentaciones cortas y concisas, el senescal continúa hablando:

- Bree no tiene palabras para agradeceros vuestra ayuda, y esto se recordará durante mucho tiempo, aunque ya sé que no ponéis en riesgo vuestra vida por nada, y es por eso que dejo el contrato escrito para vuestra vuelta:

Los abajo firmantes se comprometen a intentar rescatar al hijo de Bontobo Sacovilla, así como su mercancía robada. Como recompensa por su gesta, se otorgará la suma de 50 monedas de oro del rey para cada integrante, provinientes de las arcas de la ciudad de Bree, consigan su objetivo o no, el 50% del valor de la mercancía recuperada y un total de 1000 monedas de oro a repartir por todo el grupo, otorgado por Bontobo Sacovilla si consiguen rescatar a su hijo. Para tal fin se proporciona la ayuda de tres hombres de la guardia de Bree y todos los buenos deseos de la ciudad.

Fdo: Josh Matoso
Senescal de la Feria de Otoño de Bree.

Dicho esto os lo tiende para que firméis.

Tras la firma del documento el hobbit os indica con exactitud el lugar donde fue atacada la caravana, y el guardia que le acompaña se presenta como Hal Meneldir hijo del capitán de la guardia, y os dice que con vosotros irán Harry Cardoso y Tom Tunelo.

-En cuanto estéis listos nos pondremos en camino, señores.

Ante las palabras del senescal, me adelanto, hago una reverencia ante el senescal y el hobbit y me dirijo a todos.

Mi nombre es Aboldir, hijo de Armenodir, dueño de las tierras rohirricas en el cordón montañoso al este, justo en la frontera de Rohan con Eriador... la zona conocida como tierra de Brunas. Como verán soy un Eorlingas, y tanto Argento, mi compañero que me espera en las caballerizas, como yo estamos a vuestra disposición.

Me acerco al contrato, tomo la pluma y firmo al pie, luego dejo la pluma y retrocedo un par de pasos esperando a que cada uno de los presentes pase.

Tosur entra con paso firme, ya no tan tambaleante a la sala, y se fija de soslayo en el elfo, con cara de desprecio... buffff... Ya mirando hacia el senescal, los guardias y el magullado mediano, se cuadra y dice en voz alta, fuerte y contundente:

- Grrrrrrr.... Señorrrr! Mi nombrrrre es Tosurrrr, hijo de Teburrrr, y descendiente dirrrecto de Telcharrr, el Grrrran Herrrrrero Enano!!!! dice orgullosamente mirando a un lado y a otro, a sus compañeros para comprobar su reacción de asombro, estupefaccion y respeto... de la Mansión de Tumunzaharrrr, Morrrrada de los Enanos, o Nogrrrrod en la lengua de esos desprrreciables serrres ladrrrrones de terrrrenos, dice mirando ahora al elfo... Vengo de las montañas azules para entrrrregarrr a Baruk-Gathol, la Inquebrrrrantable, dice alzando su impresionante hacha de guerra... a su futuro dueño... pero crrreo que a éste no le imporrrrtará que un serrrrvidorrrr  prrruebe perrrrsonalmente la indiscutible eficacia del metal enano en unos cuantos inofensivos bandidos!!!!JAJAJAJA!!!! sonrie escandalosamente echando el cuerpo hacia atras de la inercia....

Acto seguido, Tosur recoge el papel que comienza a leer... Blabla... aqui está, rrrecompesa...50 monedas... de que rrrey??? bahhh siguen siendo 50 monedas... cincuenta porrrr ciento y mil monedas... muy interrresante!! con esto y con lo que saque de la Inquebrrrantable tendrrrré para muccho cierrrrvo!!!jajaja dice todo entre diente mientras lee....

- Aqui tiene, señorrrr, el papel firrrmado! le tiende el papel al senescal, y mantiene despues una postura de espera apoyandose en su gran hacha...

El elfo escuchaba atentamente las presentaciones de los que a partir de ese momento iban a ser sus compañeros, tal y como había dicho el Senescal formarían un extrañisimo grupo, no era demasiado común que muchas de las razas de la Tierra Media colaboraran absolutamente en nada. Hasta ahora se habían presentado un Eorlingas, los mejores combatiendo a caballo, y el enano borracho, no sin antes insultar a los elfos y dedicar algunas miradas de desprecio al montaraz.

Después de que aquel inculto acabara con su sucesión de gruñidos y bufidos, el elfo decidió no entrar a las provocaciones y tomó la palabra sin moverse de su sitio -Soy Narmo, procedente de Lorien y miembro de la guardia personal de la Dama Galadriel, también soy uno de los pocos montaraces del Norte que aún deambulan por estas tierras, me pongo al servicio de esta empresa con el fin de ayudar a maese Bontobo y librar de bandidos las mismas- Había decidido revelar su verdadera identidad para que todos supieran que era Lorien y más concretamente la gran Dama Galadriel la que iba a ayudarles, además del cuerpo de montaraces.

Narmo se acercó al contrato una vez había acabado de hablar y garabateo algunos extraños caracteres en la desconocida lengua de los elfos...

Giroth nunca había participado en una aventura tan concurrida ni en la que la recompensa fuera tan suculenta. El humano no era insensible a la situación del hobbit Bontobo, pero no dejaba de pensar en que con ese dinero podría estar tranquilo mucho tiempo.

Otro aliciente era el grupo que el azar parecía haber formado. El mero hecho de compartir vida durante unos días con un elfo le entusiasmaba. Y no se trataba simplemente de un elfo. ¡Guardia personal de la dama Galadriel! Giroth algo había escuchado de la Protectora de los bosques de Lorien. Tanto cosas buenas como cosas no tan agradables. Quizás la presencia del elfo podría servir para aprender más sobre ellos.

En la otra vertiente estaba el maestro enano. Seguro que no se aburriría con él en el grupo. No era el primer enano que el espadachín conocía, pero quizás sí fuera el primero con el que pudiera trabar una amistad. Desde el principio, a pesar de las circunstancias, el herrero le había caído bien.

El resto del grupo ya se asemejaba más a lo que Giroth estaba acostumbrado, salvando la presencia de los hobbits. 

Giroth observa a los integrantes del grupo y siente una extraña sensación de familiaridad con ellos. Sin duda piensa que se trataba de un buen augurio y rápido se adelanta una vez el elfo hubiera acabado de firmar.

- Mi nombre es Giroth - no quiere dar más señas sobre su linaje - He recorrido un largo viaje desde el sur, de aldea en aldea. Se me podría considerar un viajero con ansias de libertad - sonríe nostálgico mientras coge la pluma para garabatear su nombre. 

Una vez firmado se acerca a Bontobo y se pone de cuclillas para estar a su altura.

- Traeremos a vuestro hijo vivo. Y si ese no fuera el caso, tened por seguro, que no descansaremos, por lo menos yo, hasta no haberle vengado a él y a las otras vidas que han sido segadas.

El humano acaba con unas extrañas palabras a modo de juramento.

Jabien había sacado un lapiz y un papel ... esto promete, de aquí saldra una oda que se escuchará en todas las tabernas de aquí hasta Ithilien... y apuntaba los nombres y características de cada uno de los presentes ... es conveniente estar bien documentado.

Por un momento se pasó por la cabeza del bardo el ofrecerse a acompañar al grupo sin cobrar, pero... 50 monedas de oro son mucho dinero así que ...

- Mi nombre es Jabien, conocido Bardo de la comarca y Bree ... y sobre todo un hombre indignado por tamaña afrenta hacia mis amigos los hobbits. Algo que no se puede dejar pasar - digo con fingida convicción - "solo espero que toda esta gente no se percate que esto de luchar no es lo mío".

Me adelanto y estampo mi firma en el contrato.

El senescal, el guardia y el hobbit se quedan prendados ante las palabras del elfo, y no aciertan a decir palabra alguna al estar presente ante un elfo, y encima de Lorien, ese lugar de leyenda del que nadie sabe mucho, y el que sabe algo casi siempre resulta ser falso.

-Es un... honor, señor Narmo.

Acierta a tartamudear el senescal.

-Al fin algo de suerte -dice entre sollozos el hobbit-. Un elfo, y unos valientes guerreros, no podría haber sido más afortunado, gracias, gracias.

Tosur no puede creer lo que esta oyendo.... Puffff, paparrrrruchas... como que un elfo y... demas guerrrrreros... que tambien hay un señorrrr enano de Tumunzaharrrr!!!! masculla y mira con cara de repugnancia... Perrrrfecto! Pues si todo está dicho, habrrrá que irrr hacerrr unas comprrras, no señorrres? dice incorporandose y poniendo su hacha sobre su hombro derecho....

Eh, un segundo, que falto yo por firmar -dijo el pequeño hobbit, acercandose de forma tropellada a dónde tuviese que firmar- ¿Dónde es, aquí?. Bien... Perfecto... -mascuyó Rotengon, al ver de lo que se trataba.

Solo era rescatar a un pomposo hobbit. Un Sacovilla, nada menos. Como todo el mundo sabía, los Sacovilla eran una familia rica, por lo que pagarían bien. Solo su mención, hizo que Rotengon pasase ampliamente del hobbit que hablaba raro (que seguro estaba que mentía, y no tendría ni apellido), y se centrase en el escrito y en las palabras de Bantobo.

Por cierto, Señor Sacovilla... Creo que una ayudita económica a priori estaría bien, ya que no sabemos que nos podemos encontrar por el camino. O eso, o quizás algo de equipo, raciones de viaje, tabaco para pipa... No se, quizás vendría bien. Puede que la recompensa sea sustanciosa, pero, hasta entonces... ¿Qué haremos? ¿morir de hambre o tener que dar media vuelta por no disponer del equipo necesario?. Pienso que una ayuda por su parte estaría bien... ¿No? -Diciendo esto, Rotengon plasmó su nombre en el papel. Podría haber usado un nombre falso, pero... ¿Que beneficio sacaría?. Aún no era conocido. Aún...

Había permanecido reflexivo en un rincón, realizando una reverencia cuando dijeron mi nombre y estampando mi firma en el manuscrito cuando me llegó el turno.

Mi linaje era fuerte pero este no era momento de someterlo al juicio del grupo, pues eso íbamos a ser, un grupo.

Las condiciones eran buenas, quizá demasiado,  lo que me hacía pensar que quizá la empresa no fuera tan fácil.

Levanté la mano pidiendo la palabra y una vez concedida procedí.

- Debieron ser muchos los bandidos que asaltaron su comitiva, maese Sacovilla, ¿acertaría a estimar un número? Somos un grupo numeroso por lo que tengo que suponer que la empresa no es trivial. Quiero decir que cualquier dato que puedan proporcionarnos sería de gran ayuda.

Dirijo la mirada hacia el senescal.

- Quizá, Senescal, haya oído hablar de algún grupo de bandidos que recientemente halla actuado sobre la zona ¿es así?

Estuve un instante espectante y finalice mi soliloquio.

- Por mi parte me parece un justo pago y no voy a pedir más. Giroth ya os ha hecho una promesa y yo me hermano con él en la misma - digo mientras vuelvo a realizar una respetuosa reverencia.

Tosur vuelve a mascullar.... Grrrr.. buffff, demasiada palabrrrrerrria y poca acción... que imporrrta el numerrro, vayamos que mi hacha se encarrrga del rrrresto! Tosur se impacienta, pero ante las palabras de pequeño hobbit con pintas de landronzuelo...

- Repampanos! El mediando tiene razón! Un adelanto no estaría nada mal!!! Sobre todo para tapar este agujero en el estomago!!!!jajaja dice ninguna delicadeza y sin pensar en el pobre Sacovilla... Pero eso a Tosur le da igual... dále de comer, que el resto es pan comido!

- Tranquilo, maestro Tosur... Habrá momento para poner a prueba vuestra hacha. La información que requiere Adrahil es relevante. Al fin y al cabo, así podréis saber de antemano cuántos pasaran por el filo de vuestra arma

Giroth camina hacia Adrahil y se coloca a su lado apoyando las manos sobre sendas empuñaduras tras estrechar el hombro del humano.

El elfo seguía de pie, completamente estirado y con los brazos cruzados, muy atento a todo lo que estaba ocurriendo en el concurrido salón. Cuando aquel humano llamado Giroth dejó de hablar tomó la palabra con su monotona pero cautivadora voz - Estoy de acuerdo en que esa información puede sernos muy útil, pero si el señor Bontobo cayó inconsciente nada más empezar el ataque puede que no viera lo ocurrido- su mirada se centraba ahora en el magullado hobbit -por otra parte si sería bueno conocer si hay precedentes de asaltos, como a apuntado Adrahil, o estos comerciantes tienen algún enemigo conocido-

Asentí complacido a las palabras del elfo. Estaba convencido que el mediano no sabría nada más de lo que había dicho sobre el asalto pero merecía la pena inspeccionar hasta el último resquicio de su memoria en busca de algo útil.

Dirijo la mirada hacia el refunfuñante enano.

- Tranquilo maese enano, el bosque nos proporcionará lo que necesitemos para comer. Y estoy seguro que ambos medianos sabrán preparar algo - dije tratando de calmar los ánimos del enano.

- Brrrrr......