Partida Rol por web

La tarde se apaga, mientras que da paso a la noche. Una noche... fría, oscura... El viento sopla fuertemente y trae consigo lo que crees que puede ser el principio de una ventisca.

Poco tardas en vislumbrar la entrada a una ciudad, y tras acercarte a la puerta, un guardia que ve que eres forastero te indica como llegar a la taberna más famosa del lugar...

- Por allí... - señala el guardia - Sigue en esa dirección y en el segundo cruce, mira a la izquierda. Verás un cartel, pone El Orco Feliz. Es... una taberna peculiar.

Sin esperar a que le respondas, el guardia se da la vuelta y ocupa de nuevo su lugar.

Comienza a entrar la noche y va llegando tu hora, bien merecida, de reunirte con alguno de tus colegas en la taberna de siempre... El Orco Feliz.

Aprovechas a despedirte de la familia, mientras que sales de casa con un solo pensamiento en la cabeza:

"Esta noche... ese imbécil no beberá más que yo,"

Sin más recorres las calles de la ciudad hasta que te encuentras frente a la taberna.

Todo un día bajo el calor de la forja y el sonido del repiqueteo del martillo contra el acero candente es motivo suficiente para que a la noche vayas a la taberna a disfrutar de unas cervezas.

La tarde va cayendo, mientras acabas de forjar el último martillo del día. Es elegante, fino, largo como para empuñarlo a dos manos y lo suficientemente pesado como poder llevarlo incluso a una mano. Tiene motivos enanos, entre ellos destaca uno... es una runa, que determinará su poder tras la luna de esta noche...

¿Cuan fuerte será el poder de esa runa? Eso, dependerá de lo que puedas beber esta noche.

Colocas el martillo en un pequeño altar que tienes únicamente para estas ocasiones especiales y sales directo a la taberna.

"El Orco Feliz" Piensas mientras te diriges allí. "Porqué seguiré yendo allí... si es un orco que vende cerveza enana".

El día te pesa, pues llevas todo el día trascribiendo uno de los más antiguos libros que recoge los agravios de Groz Kharazi, un asentamiento enano de vital importancia en las rutas del comercio, y duramente castigado por los constantes ataques de los skavens*.

Después del día, la muñeca te mata y lo único que te ha ayudado a pasar bien el día han sido esas paradas para fumar de la pipa y pegar un par de tragos de la barrica de cerveza gran reserva que tienes en el almacén.

Finalmente llega la noche, estás cansado y lo único que te apetece ahora mismo es reunirte con alguno de tus congéneres, que siguen reuniéndose en la taberna El Orco Feliz. Sin más te levantas del escritorio y pones rumbo a tu destino favorito.

- Ohú hoy parece’ que crecen lo’ enano’ .- dijo Hrograrg el Orco mientras veía algunas sombras dubitativas a entrar por la puerta de la taberna - Esta’ noche hacemo’ caja. - dijo mientras se agachaba tras la barra y preparaba un nuevo barril Bugman XXX.

El orco no quitó ojo a la puerta y se frotaba las manos con deseo de recibir unas preciosas monedas de oro.

Jajajaja! Ha sido sin querer queriendo… estoy desde la tablet y algo se me puede haber escapado.

Entre en la taberna y en seguida vi a Grimm Ironbraker mi viejo amigo. - Por las barbas IRON!! sabía que te encontraría aquí! JAJAJAJAJAh viejo amigo, no te quitas esa máscara ni para beber!! - me senté junto a él esperando ver si ésta vez era capaz de articular más de 2 palabras. 

En seguida Ironbraker se giró y con un gesto de estar ya semi borracho hizo como si abriera los brazos, dándome la bienvenida a su mesa. No hablaba mucho, pero era un enano de fiar. 

-JAJAJAJAJAh! -reí con estruendo.- Hoy me toca beber a lo grande amigo!! prepárate para una noche larga en esta mesa!! - me senté junto a él.

Al ver entrar a un viej amigo, Grimm se atragantó con un gran trago de cerveza.

- Hump humpfff - tosió escandalosamente mientras derramaba parte de la cerveza por la armadura - ¡Claro que sí viejo verde! ¿Desde cuando no nos vemos? Aaah sí ya recuerdo. Aquel día que te echaron de la taberna…

Fruncí el entrecejo mirándolo con cara de duda absoluta. - A cual de todos esos días te refieres? - nos quedamos serios unos segundos y luego estallamos en carcajadas.  - Siempre es culpa tuya y lo sabes! yo solo me limito a beber y luego ya no me acuerdo de cómo me metes en los líos! - digo con actuada inocencia, como si no hubiera roto un plato en la vida. Cojo mi jarra de la mesa y brindo con él. - ...a ver cuanto tardas esta noche en bailar sobre la mesa! JAJAJAJAJAh !! hoy somos pocos, no te ganarás mucho oro con tus bailes esta noche!! JAJAJAJAJAJAh!!! - exagerada como era mi risa, ya agradecí a Grimm que estuviera sentado bien lejos de Hrograrg el Orco. Esta noche tendrá que tener que aguantarme desde lejos!

El camino había sido largo, así que al llegar al pueblo se encontraba cansado y reseco. Si bien tenía ganas de comer, estas no se podían ni comparar con las que tenía de tomarse unas cuantas cervezas, para quitar de la garganta el polvo del camino. Así que cuando aquel guardia le indico la taberna más cercana, le dio las gracias y sin perder el tiempo se encamino a esta. 

Una vez dentro descubrió, no sin cierto asombro que el enorme tabernero era un colosal orco. Al que pidió un par de cervezas antes de ir a sentarse a una de las mesas. Momento en el que se encontró de frente con Gobruk.

-¡Buenas Gobruk! Qué suerte encontrar una cara amiga. Veo que ya estas servido, pero si quieres te traigo otra jarra de cerveza. Espero que no te importe que este enano cansado se siente en tu mesa a beber unos tragos.-

Esa noche, Jerx estaba agotado. La muñeca derecha le dolía de tanto trascribir un antiguo libro y, para colmo, la edad también pasaba factura. Se sentía cansado, motivo por el que decidió sentarse en una de las sillas de una mesa en la que aún no había sentado ningún enano.

-¡Tabernero! -llamó al camarero orco, desde su mesa, levantando el martillo, como si fuera el único modo en que el camarero pudiera verle desde la barra-. ¡Una jarra de cerveza para un viejo enano!

- Bailar dice... yo, borracho, no bailo... te humillo a pulsos... ¿o aún no eres demasiado enano?

Grimm se acaba lo poco que le quedaba en la jarra mientras le pone a Taka el brazo sobre la mesa de forma desafiante.

Los murmullos en la taberna comienzan a extenderse rápidamente, pues no está demasiado llena... y hasta algún curioso se acerca a ver que pasa.

- ¡¡Dale duro!! enseña a ese Rompehierros lo que es bueno Taka... siempre está con sus idioteces y ya es hora de que alguien le de una buena lección.

Alentó un venerable barbalarga situado poco más lejos que un tiro de cerveza, mientras se acercaba a la mesa a animar el cotarro.

El barbilampiñó observó como un enano al que no le sonaba demasiado se le acopló en la mesa... mesa grande, pues estaba esperando a otros enanos... y "ese" no estaba entre sus pensamientos.

- Eee... ¿nos han presentado? ¿Vienes por el diseño de las nuevas barricas que no explotan? Lo siento, pero no te recuerdo.

-Chist ¡chist! ¡E´ viejo´! Ahí te tiro´ tu cerveza! - gritó el orco entre medio del jolgorio al ver que Jerx le pedía una.

El orco que parecía que había bebido más que los enanos apuntó mal y la jarra fue directa a parar a la cabeza de Grounoula.

- Enseguia´ te lanzo ota´ 

Te preparó otra espumosa jarra, pero esta vez no llegó a tirarla y la dejó en la barra, esperando a que te acercases a por ella.

-A pulsos?? y como te acordarás tú de lo que haces borracho si siempre te acabo sacando a rastras por la puerta JAJAJAJAJAh - me pongo serio y pongo mi codo sobre la mesa y agarro fuertemente su mano formando un firme puño - Hoy tengo todo el tiempo del mundo!! intenta no aburrirme demasiado! JAJAJAh. El que gane paga la cerveza!!- 

Uri Longbeard, un habitual en la taberna, se acerca para meter cizaña - no se llevan muy bien esos dos - casi esperaba que le insultase llamándole "Rompehielos" como de costumbre.

Parecía que Ogruk no le recordaba, estaría tan borracho que se habría olvidado de hasta quienes eran sus padres.

-Pero Ogruk no me recuerdas, soy Golgrun Cabezadura y hemos estado en más de una buena juerga.-

Pero no, daba la impresión de que no le recordaba, a ver si le había confundido con otro, que el también tenía serios problemas para recordar lo que hacía, cuando en más de una ocasión, bebía casi hasta perder el conocimiento. 

Jerx había solicitado una cerveza y el orco se la lanzó o, al menos, lo intentó, pues el lanzamiento del tabernero había acertado en la cabeza de Grounoula. Jerx aún no había bebido, pero por algún motivo el hecho de que la enana hubiera parado con la cabeza aquella cerveza lanzada, para colmo sin haberlo pretendido, le resultó demasiado gracioso. Rió levemente mientras veía que el tabernero le preparaba otra jarra.

-Mejor no lances esa -dijo Jerx, serenándose un poco, mientras se incorporaba-. Ya la cojo yo...

Jerx se levantó de su silla y se dirigió hasta la barra para agarrar la cerveza. Una vez que agarró la jarra con una mano, dirigió una mirada hacia Grounoula.

-La cabeza bien, ¿no? -le preguntó, sin ánimo de ofenderla, más preocupado por ver cómo se encontraba, aunque sin mucho tacto-. Nada tan duro como una cabeza de enano.

Grimm, que no podía rechazar un reto, agarró firmemente la mano de su contrincante y confiado contó.

- Tres, dos, uno...

Hizo un poco de fuerza para indicar que iba a tirar con todas sus ganas. Notó la tensión en los músculos de Taka, a si que en ese momento ya no había amigos... e hizo toda la fuerza que podía.