Partida Rol por web

Club House, Lake Atwood

11 de Septiembre, 2001 - 07:39 am

Se había olvidado de correr las cortinas y el sol le molestaba en los ojos. Tardó poco en echarse las almohada sobre la cabeza, pero los recuerdos empezaron a regresar como una insistente alarma y no tardó en darse cuenta de que le iba a ser imposible dormir otra vez aunque su cuerpo estuviese todavía derrotado. Había sido una noche larga con un sueño inquieto, abriendo los ojos tras una pesadilla, y esta tras la anterior, para descubrir que su cama seguía tan fría y vacía como lo había estado aquel último año. ¿Podía aquello ir a peor? Incluso la perspectiva de una muerte rápida parecía una mejor opción que levantarse y lidiar con otro día más. El Club apenas podía sostenerse, ahora con solo cuatro miembors oficiales a pie del cañón, dos Prospect y él.

¿Dónde estaría Chris? ¿Despertaría hoy Walter? ¿Estaría Raven pensando en lo ocurrido? ¿Quién era el asesino que los había colocado a ellos como cabezas de turco? Las preguntas le atosigaban cada vez más, y no le quedó otra más que levantarse.

Aquellas sábanas pesaban tanto como la carga que se posaba sobre los hombros del motero, que quiso desaparecer en aquella cama y no ser molestado en mucho tiempo. En momentos como aquel envidiaba lo que debía ser la existencia de los vampiros, capaces de desaparecer para hacer una nueva vida en otro lugar, otro tiempo, sin preocuparse de cosas como el tiempo que en aquel momento jugaba tan en su contra.

Pero debía levantarse... y tenía que hablar con aquellos perros sarnosos que eran responsables de todo lo que estaba ocurriendo. Con esa idea en la cabeza se levantó y se dió cuenta de que sin Chris aquello iba a ser muy, muy complicado. Aunque fuese un familiar lejano era uno de ellos y era una persona mucho más cercana, aunque se hubiese visto algo superado por las circunstancias.

Tampoco pudo quitarse de la cabeza la bala que colgaba del cuello de su hermano: la historia de Darryl era dura, pero él se había separado voluntariamente de la persona a la que más quería mientras que a Chris se la habían arrebatado. Tenía que rescatarle para que pudiera cumplir su venganza... porque Darryl había prometido ayudarle llegado el caso.

Abrió la puerta de las habitaciones para salir esperando encontrarse cualquier cosa. Lo mejor sería ponerse en marcha cuanto antes: Dimitri tendría que ocupar el puesto del garou en la negociación y por una parte era un punto a favor, ya que pocos allí podían igualar a la carisma que desprendía el ruso.

El permanecía en silencio y desde el piso superior se podían oler los huevos revueltos y el café. En cualquier otra ocasión aquello le habría abierto el apetito enormemente, pero ni con esas parecía ser capaz de remontar la mañana. Al llegar al piso inferior parecía que todos habían padecido insomnio. Oscar estaba en la cocina asegurándose de que el cuerpo estuviese bien alimentado, canturreando al son de una canción que sonaba en la radio. De refilón vio a Maxwell en el otro ala dando vueltas con el teléfono en la oreja. De golpe recordó que Kitty no estaba localizable, pero era demasiado pronto como para encargarse de 'asuntos menores', aunque sabía que Doggy siempre acababa desquiciado con aquella mujer. En la sala/comedor sólo estaban Laura y Dimitri sentados en la misma mesa, pero algo, tal vez la forma en que se miraban y los gestos contrariados, le hizo intuir que estaban hablando de algo. Tras varios pasos más, Laura se levantó de golpe cogiendo la taza de café.

-Haznos un favor a los dos y haz como si no existiera -siseó de malas maneras antes de dirigirse a la cocina con Oscar.

Dimitri se quedó pasmado, con las cejas arqueadas y la boca medio abierta, como si no pudiese creer lo que había escuchado. Se pasó la mano por la melena, echándoa hacia atrás, y saludó a Darryl al notar su presencia con la cabeza. No había señales de nadie más alrededor.

Quizás fuera por la falta de un sueño reparador pero Darryl no entendió un carajo de lo que estaba pasando en aquel momento. No podía estar relacionado con él, ¿verdad? ¿Qué podía haber pasado durante lo que quedaba de noche para ese cambio de actitud?

Con una cara de confusión no muy diferente a la Dimitri se acercó a éste para sentarse en el lugar que había ocupado la hija de Walter hasta ese momento. - ¿Qué cojones ha pasado? - le preguntó al Sgt. at Arms, señalando con la cabeza en dirección a las cocinas - ¿De qué hablabais, si se puede saber? -

Dimitri negó con la cabeza varias veces mientras resoplaba y le pegó un trago al café.

-Nada... Tuvimos algo hace unos meses y está haciendo un poco el dramas. Solo estaba preocupado por ella, porque sé que lo está pasando muy mal con lo de su padre, pero está en modo "yo soy fuerte e independiente, y no necesito un hombre en mi vida". Gilipolleces de tías, yo que sé. -Se encogió de hombros y pinchó un poco de su plato-. Um. Tienes café y desayuno en la cocina.

El motero alzó una ceja algo sorprendido, más por la reacción de Laura que por la relación que ambos habían tenido. - Bueno... ponte en sus zapatos. Ella no sabe una mierda de lo que está pasando y por todo esto su padre casi la palma. No te hagas el macho con ella y dile que sólo quieres estar a su lado para apoyarla, no creo que ponga mucha pega a eso, ¿verdad? - no es que él fuera el adalid de las relaciones normales... pero con la poca información que tenía era lo único que le podía aconsejar a Dim

- Ya me tomaré un café rápido antes de salir porque no tengo hambre, he dormido como el culo... supongo que como todos. - dijo torciendo el gesto y apoyándose bien en el asiento, cerrando los ojos para soltar un profundo suspiro - ¿Me vas a acompañar a hablar con Merten y el resto? Creo que ir por mi cuenta puede salir horriblemente mal. -

-Por supuesto que voy contigo. Ni siquiera deberías ser tú quien fuera, pero no creo que Mark tenga espíritu para echarle en cara a Sarah lo que le tiene que echar... Cuando me he levantado seguía en la habitación con Walter. Oye, siento mucho lo que pasó ayer. Te estás jugando el cuello como el que más y ni siquiera tendrías por qué hacerlo. Eres un héroe -afirmó con seguridad apretándole en el hombro.

Dimitri tampoco tenía muy buena cara. Nadie en realidad. También estaba cambiado desde la última vez que le había visto. Los años pasaban para todos, aunque para él de forma más extraña. Ya podía sentir una leve urgencia de sangre, no tan fuerte ni tan prominente, pero era un deseo subyacente que le hacía salivar más de la cuenta.

Se sentía halagado por las palabras del Parentela, pero no tenía ni idea de todo lo que había detrás. Les había dicho ayer a todos que conocía a la heredera de Ogden, pero omitió el detalle de que esa heredera era la mujer por la que había dado la espalda al club durante más de cinco años por temor a que desconfiaran de él si lo descubrían... y con toda la razón del mundo. Si se había ido una vez con ella, ¿qué les aseguraba que no volvería a darles la espalda debido a sus encantos? Ni el propio Darryl podía prometerse a si mismo no caer otra vez.

- Para nada, tengo tantos motivos como vosotros para dar la cara, hermano. - le dijo con total sinceridad, poniendo su mano encima de la suya con una sonrisa cansada - Además necesito escuchar su versión por mi mismo, sin intermediarios. Creo que no me quedaré tranquilo si no alcanzo a comprender qué ha ocurrido en realidad en todo este asunto... pero créeme, el responsable va a pagar caro haber jodido a mi gente. -

Y ahí no sólo entraba el Club, si no también Raven. Aun separado de ella, aun sintiendo como la relación con su Sire era algo que le daba rabia y jamás podría alcanzar... se había tomado la muerte de Ogden casi como algo personal.

- Voy a por ese café. - le dijo dando una suave palmada en la mesa y levantándose para dirigirse a la cocina

-Así se habla -le concedió con una media sonrisa. Después dejó que se marchase.

En la cocina estaban Oscar y Laura que le dieron los buenos días, a lo que Darryl respondió dejando además un beso en la sien de Laura. Su intención era solo café, pero Oscar le puso un plato de huevos revueltos, bacon, y tomates fritos y le amenazó diciendo que si no se los comía se los iba a poner de sombrero. A su regreso, Maxwell se había unido a la mesa y parecía estar quejándose de algo.

-Buenos días -saludó, antes de seguir hablando-. Bueno, y eso, le dije que hiciese el favor de comportarse como una puta cría mimada y encarase las cosas de una vez. Que el divorcio de sus padres no es el puto final del mundo, joder. No tanto como para andar metiéndose, y que ella es fantástica y estupenda sin necesidad de esa mierda. Pero no he conseguido que me diga dónde cojones está. Así que, bueno, al menos sé que está bien pero me juego el cuello a que está con la cuadrilla esa de imbéciles que un día les voy a saltar los putos dientes con el bate de baseball. Te lo juro. Es que, vaya panda de anormales...

-Relaja, tío. Al menos ya sabes que está bien y que está liada con lo que estamos lidiando, ¿eh? Eso es quitarte un peso muy grande de encima. Date una ducha, vete a dormir, y cuando te levantes lo verás todo con otra perspectiva -le tranquilizó Dimitri, aunque a Doggy se le veía bastante desgastado con todo aquello. Todos lo estaban, en realidad.

El Parentela le echó una mirada a Darryl como diciendo "menuda mañana llevamos".

Llegó con el plato de comida y el café a la mesa, sentándose para escuchar la historia de Kitty mientras se llevaba una loncha de bacon a la boca y le daba un sorbo al delicioso café. Le vendría bien para despejarse del entumecimiento mental que llevaba encima desde que puso un pie fuera de la cama.

- Se le pasará, Doggy. No es la primera vez que Kitty tiene uno de sus arranques, y al final sabes que siempre las cosas se calman, más o menos. Cuando toda esta historia se solucione iremos a contarle a esos imbéciles a quién no se tienen que arrimar, ¿eh? - sonrió al Treasurer ante la idea de hacerle un poco de sangre a alguien ajeno a todo aquello. A una persona normal por fin, que no se pudiese transformar en una bestia o que usara su sangre para arrancarte la cabeza de un puñetazo - Como ha dicho Dim... si sabes que está bien es lo que verdaderamente importa. Ahora ve a pegar ojo de una puta vez, hombre ya. -

-Arggg... Me va a volver loco, de verdad -dijo, pero de un notable mejor humor tras las palabras de sus amigos. Le robó una tira de bacon a Dimitri.

Entonces el Sgt. at Arms empezó a idear un plan sobre cómo pillarles y acojonarles de verdad, añadiendo detalles que aportaban Darryl y Max, y al final acabaron a carcajadas con la idea de asustar (y probablemente hacer moreder el polvo) a cuatro soplagaitas que se creían muy chulos.

-En fin, ahora sí que me voy a dormir. Por cierto, si vais a ir a hablar con los garous deberías esperar a Merten. Él iba a traer a Abbigail ahora por la mañana para que atendiese a Walter. Quizá podáis volver con él, y eso.

...o cómo quitarle el buen humor de un suspiro. Tener que enfrentarse a Sarah no era un problema para él: tenía la lengua larga y la mecha corta, así que era fácil calentarse a discutir con ella y tenía mucha cuerda de la que tirar, pero Merten era totalmente distinto.

- Sobre la tal Abbigail... ¿cuándo entró en la manada? - miró a Dimitri con el ceño fruncido - No estaba cuando me fui, y no pensé que habría nadie nuevo. Debería decirle que lo siento, o algo. Cuando vino a ayudar a Walter hablamos y me puse como un imbécil con ella. Ya ni me acuerdo por qué. -

Demasiadas cosas habían pasado en absolutamente nada de tiempo...

Dimitri le dio un trago largo al café.

-Llegó hace unos meses, cuando terminó de estudiar. Es sobrina de Sarah, creo, pero no está en la manada, al menos oficialmente. Es como yo, Parienta.

-Qué, ¿ya le has echado el ojo? -bromeó Max.

-Yo no la jugaría con ella. No querría estar emparentado con Sarah de ninguna de las maneras, pero si además es Parentela estará asignada ya.

La sobrina de Sarah. Definitivamente no había sacado nada de su tía, porque eran como el día y la noche. Cuando Dim le dijo que era Parentela como él, Darryl alzó las cejas y ladeó un poco la cabeza. - ¿Qué? -

- ¿No es...? - estaba segurísimo que era una garou más, pero Dim lo sabía mucho mejor que nadie aunque para el ghoul no tuviera ningún sentido. Su capacidad para sentir aquellas cosas a veces fallaba, pero... ¿equivocarse por completo? - Vaya, me había imaginado que si... -

Realmente no tenía muy claro qué le era más útil en ese momento. - Bueno, la chica está muy bien, pero supongo que será lo que dice Dimitri. Aunque siempre me ha parecido una pedazo de mierda todo ese tema: digo yo que ella podrá elegir con quién cojones quiere hacer su vida, ¿no? - imaginaba que no, todavía recordando la historia de la chica de Chris - Bah. Sí, supongo que volveremos con ellos cuando termine de ver a Walter... -

-Bueno, me voy a dormir. Pondré alarma, pero sino decidles a las ratas de cloaca -también conocidos como Prospects- que me despierten a eso de las doce como muy tarde. No le gruñáis mucho a los lobos.

Le palmeó el hombro a Dimitri y se retiró al otro ala donde se encontraban las habitaciones. Dimitri echó un vistazo hacia la cocina y se inclinó ligeramente hacia Darryl.

-Siempre depende un poco de la manada, pero es muy difícil encontrar miembros conforme los adultos se van, y siempre salen mejor las cosas entre 'miembros de la familia'. Hay... bueno, digamos que hay bastante migración para no remezclar mucho la sangre y que acabes teniendo un bicho de cinco extremidades o medio lelo. Pero a las mujeres se les pone más presión, ¿sabes? Los tíos solo tenemos que hacer el trabajo una noche y ya está, listo. Pero si la Parentela mujer se queda embarazada el clan la protege. Y ya sabes, cuantos más mejor. -.Hizo una mueca desagradable-. En fin, a veces suena todo como a trata de blancas, pero ante todo es la supervivencia de la especie. Ella es libre de hacer su vida con quien quiera siempre que no descuide esa parte. Pero claro, es una parte bastante conflictiva... 

- La ostia de conflictiva, diría yo. Supongo que así funcionan las cosas pero yo en su lugar... - se encontró a punto de decir 'me hubiera ido hace tiempo', exactamente lo mismo que hizo con el Club. Joder, ¿acaso era un maldito cobarde que huía siempre que las cosas no salían como él quería? Aquel pensamiento solo le dió más ánimos para arreglar el jodido embolado en el que se habían implicado todos - Bah, déjalo, tengo que intentar no estar de mal humor para cuando hablemos con ellos. Espero que las cosas con Laura se solucionen, tío. Seguro que un capullo guapo y majo como tú le viene de cine. -

Le propinó un puñetazo suave en el brazo con una sonrisa para dedicarse durante un poco al desayuno. Aunque no tenía hambre al principio el estómago le empezó a rugir después del primer bocado, así que ahora estaba dando un buen tiento de lo que Oscar había cocinado. Necesitaría la energía al fin y al cabo... sobretodo porque creía que la noche iba a ser bastante larga.

Su compañero torció el gesto.

-Nah. Laura es un caso perdido. La cagué bien y el viejo me dijo que si volvía a hacerle daño a su nena me cortaba las pelotas. No lo decía en serio, pero es que fui un poco cabronazo. Bueno, y ella otro tanto, ¿eh? -Se aseguró de que la conversación no llegaba hasta la cocina-. No entiende de qué va todo esto, ni por qué hacemos lo que hacemos o pensamos como pensamos. No sé, Darryl. Este mundo no está echo para mujeres blanditas que quieren una casa en Beverly Hills.

- Aun así tiene mucho mérito toda la mierda que está aguantando. Precisamente por el mismo motivo por el que ella no está hecha para ésto... pero cuando se calmen las cosas volverá a su trabajo y no estará tanto por aquí. Supongo que eso calmará las cosas. - porque la distancia solía ayudar... o casi

- Con el tema que tenemos que hablar... ¿quién crees que llevará la palabra? Supongo que Merten, pero no sé si en estas cosas lleva Sarah o alguien más la voz cantante. La verdad es que no sé muy bien a quién preferiría enfrentarme. No sé muy bien como podría abordar al viejo ese. -

-Hum, sí. La manada. La manada está compuesta por otros cuatro miembros además de Merten y Sarah. Si Sarah te impone, espera a ver a Roddik. Es un mostranco de dos por dos, pero no tiene muchas luces. Luego están Brooke y Paul. Brooke es relativamente joven, aunque tiene una lengua sibilina que ni Sarah, pero Paul es un guerrero de los de antaño. Es muy astuto, así que vigila lo que diga. Y hay una incorporación reciente, Jim. Se reveló como lobo hace unos... tres o cuatro meses. Tiene doce años, así que no te preocupes por él.

Ante todo muéstrales respeto. Tienen que verte como un guerrero, con entereza y determinación. Mírales a la cara cuando hables, y no menciones tu condición, aunque seguramente ellos mismos la sacarán a relucir. No te van a atacar, serás, seremos sus invitados y ofrecerán hospitalidad. Pero si te dan de comer, come. Y si te dan de fumar, fuma. ¿Entiendes? Vas a estar en su casa, no en el Club. Y sobre todo no les levantes la voz y no pierdas la calma.

El ghoul no tenía ni idea que eran tantos, pero obviamente no sería una manada si sólo se tratase de Merten, Sarah y los parentelas. Tener que tratar con cuatro garous más a los que no conocía no le daba buena espina... pero era mejor enterarse ahora que en medio de la reunión.

- De acuerdo. - respeto, no alzar la voz, no perder la calma. Le habría costado menos si el ruso le hubiese pedido rescatar a Chris con sus propias manos. - Tendré que hacer oídos sordos a las provocaciones de Sarah, entonces. No diré nada sobre lo mío tampoco... y dejaré que hablen todo lo que quieran antes de sacar el tema de Ogden. -

Tenía claro que no iba a tardar mucho en salir a la luz su condición de ghoul. Quince segundos quizás, lo que tardase Sarah en llamarle sanguijuela.