Partida Rol por web

Severo se sentía terriblemente mal. Si tal vez hubiese acompañado al buen Joanot ahora podría estar vivo.

Soy el tormento de los perversos dijo al tiempo que afianzaba el escudo y avanzaba con negros y oscuros pensamientos.

Soy la justicia de los humildes declamó al tiempo que enfrentaba al primero de sus oponentes.

Esperaba ser respaldado por sus compañeros pero no le importaba realmente, aquellos hombres no merecían ser llamados tales y había que doblegarles.

El aragonés no supo reaccionar con toda la rapidez al ver a Joanot. En efecto, sus temores habían terminado por verse confirmados... Y no le sorprendió. Había sido imprudente enviar al muchacho en solitario por aquellos bosques. Aunque, al final, había fenecido a mano de quien menos cabía esperar. 

Bastardos. 

Unos malditos bastardos, nacidos entre porquería, que habían dado caza al muchacho como a un vulgar perro... Y aún se atrevían a insultarle con unos calificativos que bien les iban a ellos. ¡Sabía que no debía dejar de confiar en su instinto! El de Antequera le resultó sospechoso, su presencia incómoda, desde el primer momento que lo vio venir... Y ahora se confirmaba que era un vil bribón con ínfulas. 

Alzó el enorme espadón y, al punto, se colocó junto a su compañero de armas Severo. Se santiguó junto a él y, con la mirada desprendiendo fuego gris, encaró a los cobardes asesinos que iban a ser alimento para su acero. 

PNJOTIZADO.

Sin dilación alguna levanté el espadón ¡y con qué sonrisas de regocijaban esos malnacidos! ¡Aquel cuerpo allí, tumbado, herido de muerte, como una presa de asta! Mi cara tornose desagradable, llena de ira, y con la única pretensión en este mundo de dar justicia hasta al más débil de los hombres.

Sabréis que habréis de pagar, primero ante nosotros, y luego ante el Altísimo.

Iniciativas:

• Severo: 29
• Ene3: 24
• Lobetano: 23
• Jordi: 20
• JAUME: 17
• Oñate: 17
• Ene1: 16
• Ene2: 12

Declara acciones Severo. Si atacas especifica el objetivo.

Severo alzó el brazo de la justicia contra aquellos locos.

Ene3 Ataca y Ataca:

•     1 Oñate
•     2 Jaume
•     3 Lobetano
•     4 Severo
•     5 Jordi

Maese Jordi de Montblanc, hombre de armas al servicio del Obispo de Tortosa, acaba de ver cómo su fiel escudero, Joanot, ha sido abatido como un perro por aquella gentuza que no entiende de honor ni de lealtades. A sabiendas, peca de ira, pero poco le importa en ese momento, pues Joanot no era sólo un escudero, si no su hombre de confianza al que le debe estar vivo.

Entra en cólera y se abalanza contra aquellos sindiós con su espada presta a beber de su sangre.

Por su parte, Jaume de Prades, rodilla hendida, rezará una plegaria que atraiga la luz de Dios sobre los hombres justos que librarán tan cruenta batalla.

Mientras tanto, fray Xavier buscará el momento oportuno para poder apartar al herido Joanot del fragor de la batalla y comprobar si algo puede hacerse por el valeroso soldado.

PNJOTIZADO.

Gil de Oñate Ataca y Esquiva. Ataca a Ene3.

Ene1 Ataca y Esquiva:

Ene2 Ataca y Esquiva:

            1 Oñate
            2 Jaume
            3 Lobetano
            4 Severo
            5 Jordi

La furia de la batalla le envolvió. Hace tiempo que no practicaba las lides del combate. La herida que le mantuvo convaleciente durante casi un año había desaparecido y los paseos y marchas, los ejercicios de esgrima y las carreras suaves que tenían intención de fortalecer los músculos de sus piernas habían conseguido su propósito. Los dolores eran cosa del pasado pero el combate requiere algo más, requiere astucia y voluntad. Severo tiene ambas y por ello amaga un golpe al lado izquierdo para girando bruscamente alcanzar a su enemigo con un movimiento increible.

Asentando firme los pies se dispone a detener los ataques de sus enemigos.

Severo, te adelanto que Ene3 no muere (calculando rápido el daño he visto que le das en el brazo, que es daño a la mitad y además lleva protecciones... aunque le das una buena tiene tiempo para haceros "pupita").

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Ene 3 se enzarza contra Severo, el cual tiene en mente parar con su arma los embistes que éste pretende darle.

Severo para con su espada normal, la cual es de tipo 2 el espadón del enemigo, que es de tipo 3. Tiro con un 25% de posibildad que se escape el arma de severo en su parada.--> su espada normal no se le escapa de las manos.

Acto seguido, Ene3 se encara con el Lobetano en un alarde de lucha envolvente. Luchan espadón contra espadón, lo cual no podrá escapársele su arma al Lobetano en caso de parar el embiste enemigo... pero... ¡¡GOLPE BRUTAL!!---> uFF!!!  (tu arma se ha roto Lobetano, a no ser que saques tu también un crítico en tu tirada de parada).

Según el manual podrías intentar "inmovilizar" al tipo (haciendo la tirada pertinente). (Ahora mismo es lo más parecido a lo que preguntas, a ver si lo pregunto por ahí...). Pero en este caso, al sólo intentarlo entras en melé con el enemigo (menos de un metro). (Melé implica bonus en los ataques, tuyos y contra ti, y la posibilidad de herir incluso a compañeros).

Rui, a duras penas, consiguió bloquear el potentísimo mandoble que aquél perro le dirigió. Tan fuerte fue que su mandoble, hasta entonces más fiel compañero, se partió en dos dejándole por completo desprotegido. Sin embargo, no tenía tiempo para pensar o para lamentarse... No hizo caso a aquél revés del destino. Se lanzó con todo su enorme cuerpo sobre su enemigo, abrazándole con fuerza en un abrazo de oso. 

Ene 3 también ha de tirar Fue x2. ¡¡Ene3 atrapado por Rui!! Sin embargo Rui está ahora indefenso para con el resto de enemigos. Ahora Ene3 no puede atacar, moverse o esquivar/parar hasta que "se zafe" de Rui y su abrazo (osezno xD).

Turno de Jordi

Jordi de Montblanc atacó con su arma a uno de los enemigos que allí se le oponían. Avanzaba con la decisión que da la sed de venganza y la convicción en sus actos.

Con el escudo en su siniestra, descargó un fuerte golpe con la diestra contra aquél energúmeno que había osado atacar en la más vil de las traiciones a su compañero y amigo Joanot.

El golpe fue certero y, sin pararse a comprobar si su enemigo la acusaba, intentó adelantar su escudo para protegerse de los ataques que, sin duda, le lloverían de un momento a otro. Por desgracia, el escudo se le trabó en una rama y no acertó a anteponerlo entre él y su adversario, por lo que no pudo más que encomendar su suerte a Dios.

Me dispuse a rezar a Dios. Intenté concentrarme, buscando la oración adecuada pero, por desgracia, la situación me estaba superando. Recordé entonces una horación a San Pancracio que, creí recordar, protegía de la villanía y los ataques de bandidos. ¡Cuan confundido estaba! Pues el noble santo nunca tuvo nada que ver con aquellas lides.

De reojo vi nuevamente el cuerpo de Joanot. Deseé que siguiera con vida y que pudiéramos salvarlo del destino que le habían procurado aquellos mal llamados hombres. También vi a Fray Xavier, que parecía estar al acecho para socorrer al malherido... Malherido por mi culpa...

Todo ello no consiguió más que nublar mi mente y ni un simple Padrenuestro pude hilvanar en aquella tesitura.

Nuestro Señor nos estaba probando, y yo no conseguí mantener la calma necesaria.

- ¡Perdóname, oh Padre! - Musité compungido.

PNJOTIZADO

Gil de Oñate, que carga contra Ene3, lo tiene fácil, pues éste se encuentra inmovilizado por el Lobetano. Ene 3 no tiene posibilidad de esquivar o parar a Oñate...--->

---> le mata seguro... (aunque lo calcularé a continuación, al final de este primer asalto).