Registras los cadáveres. Cada asaltante tiene una pistola. Una con 12 balas y otra con 11. Además, llevan dos par de estacas cada uno.
Las pistolas, aunque Anubis no las conozca, son unas Glock 17 (9 mm). 4 dados de daño
Prácticamente a la vez, abrís las puertas de vuestra habitación. En el pasillo hay un hombre muerto y otro agonizando.
Hay varias puertas a las que acceder, pero ya no se oyen disparos ni nada por el estilo. Sólo unos pasos en una habitación.
Tocas el pulso y notas que aún sigue vivo, aunque está inconsciente.
Fuera, acaban los disparos. Un par de puertas se han abierto
Los ruidos han cesado. Ya no hay disparos. Se abren un par de puertas y oyes pasos en el pasillo
Tengo que saber que está ocurriendo aquí.
Disimuladamente trato de sacar la cabeza para ver quién hay en el pasillo y cómo anda la situación aquí ahora que los disparos han cedido.
Aprovecha que el tipo esta vivo para darle un buen mordisco... aprovecharia para alimentarse. Después, se dirigiría a investigar si sus compañeros están a salvo.
Relleno los puntos de sangre que habia gastado
El ruido de una de las puertas hace que me vuelva rápidamente hacia el origen del sonido a punto de disparar, pero veo con alivio que no se trata de otro de los atacantes, sino de Anubis.
Que susto me has dado. - Al ver que no es un enemigo, bajo la pistoal despacio - Aún es de dia fuera, así que tenemos que conseguir acabar con todos los atacantes si queremos una posibilidad de salir de aqui vivos. ¿Sabes algo de los demás?
- Ni idea, a mi me han atacado dos pero ya están muertos. No me han durado mucho. ¿Has robado algunas armas? Yo me he hecho con unas estacas y unas pistolas. ¿Necesitas algo?
Después me paro un momento a escuchar los pasos que hay en la otra habitación, le hago un gesto con el dedo para que guarde silencio y me voy con el arma preparada para abrir aquella habitación.
Al abrir lentamente tu puerta, ves como Anubis y Salvatore están en el pasillo. Se acercan a una puerta, que se abre de golpe y aparece Alexander
Si decides salir y hablar con ellos, lo puedes hacer libremente, sólo marca a sus personajes
Tras darte una buena comida, te acercas a la puerta y la abres. Tras ella, te encuentras a Anubis con una pistola en la mano y a Salvatore
Os acercáis a la puerta y, antes de poder abrirla, se abre con un movimiento rápido. De pie, veis a Alexander
¿Todo bien por aqui?- pregunta, observando a su alrededor en busca de los humanos enemigos. Daba por hecho que ellos también habían sufrido un ataque.
Una vez más, estoy a punto de disparar en cuanto veo que la puerta se abre, pero me detengo al ver que, ésta vez, se trata de Alexander
Seguimos vivos, lo cual ya es todo un logro con el ejército que han mandado a por nosotros. No se vosotros, pero yo he tenido que acabar con seis humanos sólo para conseguir salir de la habitación.
Hace un rato que no se oyen disparos, pero es posible que todavía haya más enemigos por la casa así que deberíamos registrar la casa a fondo para evitar sorpresas.
Cuando salgo del cuarto lo hago preparado para abalanzarme sobre cualquiera que se encuentre vivo en el pasillo. Con todo el pelo, pecho y las manos manchadas de sangre que aún me gotea hasta los codos me abalanzo grotescamente siendo las víctimas, para mi sorpresa, Anubis y Salvatore. -Ah, sois vosotros.- digo calmándome al tiempo que cierro la puerta de mi cuarto. -¿Donde están los demás?-
Habrá que ir a buscarles... yo he dejado a uno inconsciente y atado- dice- quizás podamos interrorgarle con mas calma, cuando esto acabe.
Rencontrarme con alguno de los nuestros hace que me calme del panico que me entró momentos antes, cuando creí que nos la habian jugado de tal modo que no podríamos escapar. -Bien- Digo sonriente y abriendo los brazos para mostrar toda la sangre que me cubre. -Luego podemos mostrarle como han quedado los que han venido a por mí, estoy convencido de que nos largará todo lo que sepa- Con rapidez me pongo a registrar los bolsillos y los cuerpos de todos los cuerpos y Acto seguido me paso ambas y húmedas manos por el pelo alisándolo hacia atrás para que no me estorbe. -Vayamos a buscar a los demás, estos tipos sabían a lo que venían-
Al registrar la casa, no encontráis más humanos. En una de las habitaciones contiguas a las vuestras, os encontráis a dos humanos muertos junto a Roy, que también está muerto
En el cuerpo de los hombres que revisas de tu habitación, cada uno lleva una pistola, una con 12 balas y otra con 11. Además, llevan un par de estacas cada uno.
Las pistolas son unas Glock 17 (9 mm).
- Al final parece que estos desgraciados se han cobrado alguna de nuestras vidas. En fin... en toda batalla siempre hay víctimas dice mientras se acerca al cadáver de Roy y al de los otros humanos para ver que llevaban encima y si había algo de utilidad en ellos.
- ¿Dónde leches está Salvatore?
Me guardo las Glock 17 (9 mm) en los bolsillos de mi abrigo. Abandono las espadas, cuerpo a cuerpo resultan menos que juguetes en comparación a mis garras.
Maldito sea yo y mi teatral sentido dramático, pienso reprimiendo una tímida sonrisa.
Observo impávido el cuerpo de Roy, ahora una simple vaina vacía. ¿A dónde habrá ido su alma? Quien sabe, tal vez ni siquiera tuviera una o esta ya se encontrara en el infierno. Una lastima desperdiciar el don de la vida eterna por una reyerta con esta chusma. No lo conocía, no simpaticé con él y por tanto no me siento despiadado ante la poca importancia que le doy a su muerte aunque en sus ojos vacíos temo que esté escrito un destino parecido para mi. Tal vez, antes de que consumamos nuestra venganza yo mismo termine tirado en alguna parte sin ningún combate épico, sin honor ni más gloria que la victima de un nadie, drogadicto o loco que asesina en el sinsentido de su hambre y fantasía.
Entonces ¿de que sirve vivir cada día de la creación? Bueno, cada noche, me corrijo. Más aun, ¿de que sirve morir si nadie recordará tu muerte? Quisiera que en mi ultimátum final, héroe o villano, tanto me da el papel, todos recordaran la función para el resto de sus vidas.
Así, así sí tiene sentido vivir eternamente. Tal vez, aunque muriese, estuviera más vivo en la conciencia de los demás que dentro de este cuerpo.
Roy estará vivo dentro de mí, recordándome que sigo siendo frágil y joven. Que, en un desliz, podemos perderlo todo como efímeros humanos sin pena ni gloria.
Saliendo de mis metafísicos pensamientos miro a Anuvis con cara de fatiga - ¿Aquí? – increpo con cinismo mientras señalo con la palma abierta el lugar donde lo encontré cuando los vi a los tres en el pasillo. – ¿Te golpearon la cabeza o ya eras así antes? Tanto me da. A quien hay que encontrar es a ese Doctor Zimbrado. El debe tener aun los explosivos-
Me guardo las Glock 17 (9 mm)