Partida Rol por web

Con su mano buena, la única que le quedaba tras un lapso de tiempo extraño, eterno pero fugaz, Tanka cogió la copa que su amigo le había tendido y se la metió de golpe. Un buen caldo habría que degustarlo tranquilamente;

En el mundo del whisky hay dos grandes familias: los de mezcla, o blended, y los single malts. La cebada es el cereal preferido de las destilerías de whisky de Escocia a la hora de fabricar el whisky de malta que, a diferencia de los demás whiskies, tiene un proceso más artesanal.
 La cebada es el cereal preferido de las destilerías de whisky de Escocia a la hora de fabricar el whisky de malta (single malt) que, a diferencia de los demás whiskies, tiene un proceso más artesanal, que se ha querido mantener así durante siglos para que el consumidor note la diferencia.
Los whiskies de malta tienen otras diferencias en comparación con los de mezcla, ya que estos últimos se fabrican a partir de varios cereales (trigo, centeno o maíz) y su producción proviene de diferentes destilerías, mientras que el de malta sólo se hace de cebada en una única planta de producción.
También existen diferencias en cuanto a la destilación; mientras que los de mezcla se destilan en columnas de aluminio, los de malta llevan a cabo su proceso en alambiques de cobre.
Entre los dos tipos de licor, es más costoso producir el de malta, pues su fabricación no es en serie ni se producen altos volúmenes

Tanka hizo una breve pausa, sin duda todos estaban perplejos ante tal muestra de conocimiento sobre el licor ambarino, y prosiguió.

El ritual de disfrutar un buen whisky es, en ciertos aspectos, similar al de catar un vino, pues intervienen de forma directa la vista, el olfato y el gusto. Una recomendación es comenzar con un vaso de whisky puro.
Primero, huélalo: acerque el borde del vaso hasta que haga contacto con la parte entre el labio superior y la punta de la nariz.
Respire pero tenga cuidado de no hacerlo tan profundo como con un vino, pues los 40 grados de alcohol que como mínimo debe tener un whisky escocés podrían hacerle tener una experiencia no tan placentera. Trate de adivinar qué olores vienen a su memoria, como ahumados, aromas a especias, o el mismo alcohol.
Llévelo a la boca y tome un sorbo suave, que invada con líquido el paladar, la lengua y la parte interna de las mejillas.
Trate de reconocer sabores, que pueden ser de frutas, especias o turba, el ahumado del carbón de palo que utilizan en el proceso de destilación.
Normalmente se detectan sabores a la madera del barril donde se añejó; como dato importante, hay que tener en cuenta que todas las destilerías de escocia utilizan barriles de segundo uso para madurar el whisky, típicamente barricas que han albergado jerez en España o whiskey americano de Estados Unidos o Canadá: “No es que este trago sepa a jerez, es que ambos saben a madera”, explica el experto.
Como un experimento agradable para el paladar, haga una segunda prueba en el paladar, pero esta vez agite el vaso. Un tercer trago se puede tomar tras agregar una pequeñísima cantidad de agua, poner la mano sobre el vaso y batir con fuerza: “Esa operación libera e intensifica los aromas y sabores, mientras rebaja el grado alcohólico”,

—Excelente— Afirmó Tanka, orgullo de su verborrea y del sabor del licor. Tras ver la reacción de sus compañeros, y como se apresuraban a ayudar a Gascoigne, se dio cuenta de que todo lo que acababa de decir se había quedado en su cabeza, nadie lo había oído, y todo eran pensamientos que a un volumen mucho más alto podrían haber sido oídos por el mismo presidente de estados unidos, pero en ese lugar, en esa situación, con ese dolor, y abotargado por las drogas, todo quedó en un conciso, breve y mal pronunciado "excelente".

El sacerdote corre junto al hombre que acaba de desplomarse, invadido por todo tipo de sensaciones. Sabe que debe hacer algo, no puede permitir que muera, esa sustancia bien podría ser obra del mismísimo Maligno... pero al mismo tiempo se siente frustrado, rabioso, incluso diría que lleno de odio. ¿Por qué? ¿Por qué entregarse de esa manera a una tentación tan absurda y malévola? ¿Acaso todos estos hombres no son más que cobardes y estúpidos, tan débiles de espíritu como de cuerpo?

Tal vez Gascoigne merezca morir al fin y al cabo. Es un pecador. Una criatura inmunda y miserable.

Conteniendo esos horribles pensamientos, se arrodilla junto al galerista. "Quizá haya una oportunidad si conseguimos que lo expulse todo. No bastará con ponerle de lado, tenemos que forzar... que lo eche... como sea...", gruñe mientras trata de recordar lo poco que aprendió sobre primeros auxilios hace ya años.

Mientras Tanka miraba hacia el infinito, el resto de caballeros se desvivía por ayudar al pobre Gascoigne. Vytauras expuso sus conjeturas. Desmond y Tristán trataron de recolocar al galerista para hacerle vomitar, aunque sin demasiado éxito.

Finalmente, el padre Regnard se interpuso, apartó al viuda y al profesor, y trató con cuidado a Gascoigne para hacerle devolver. El galerista tembló, se revolvió y llenó de vómito los zapatos de Vytauras y parte de la sotana del padre. Afortunadamente, era casi todo líquido.

Gascoigne suspiró pero seguía durmiendo plácidamente. Por lo que pudieron determinar, no se trataba de un coma etílico ni de un desmayo. Simplemente se había quedado roque.

Tanka sintió algo a su espalda. Para cuando se giró, solo se encontró con la puerta del despacho. Todo estaba aparentemente vacío. En silencio a excepción del escándalo que estaban montando sus compañeros.

—Patrick…

¡Esta vez lo había oído con claridad! Muy cerca. Una voz que se oía por encima del bullicio y las arcadas. Tras echar otro vistazo, logró percibir algo por el rabillo del ojo. ¿Una sombra? ¿Un reflejo difuso en el espejo del despacho y en las vitrinas del mueble-bar?

—Patrick, ¿me oyes? ¡Lo he conseguido! ¡He conseguido verla!

No era duda. Justo a su lado, como si le hablase al oído: la voz de Gerard Gascoigne.

—¿Qué es la fama? Sólo cabe hablar de Fama en un espacio antropológico, y sólo son los hombres considerados en el eje circular de este espacio quienes pueden dar cuerpo a la fama. No cabe hablar de fama entre sujetos animales, ni entre cosas, ni siquiera entre individuos humanos aislados, si esto fuera concebible. La Fama sólo se desenvuelve en una sociedad de sujetos humanos y a partir de un cierto estadio de su proceso histórico, en el que figure, desde luego, en lenguaje doblemente articulado no hay fama sin habla, sin lenguaje. Pero también hay fama en los objetos complejos, en las acciones, en la reputación, en la historia y en los hechos, aunque parece amigos mios, que nunca llegaré a atisbar ni un solo fragmento de esa fama que tanto he perseguido. No hay vuelta atrás, solo queda seguir al  frente de este angosto camino al que hemos llamado camaradería y buscar la verdad final aunque eso nos cueste sudor, sangre, una mano, o la vida. Nadie sabrá nunca lo que hemos hecho, ndie sabrá nunca qué se ha perdido, qué se ha ganado o cuánto estuvimos a punto de dejar de lado, pues compañeros, me temo que en este universo somos solamente un punto en el espacio de un tiempo infinito. de un planeta con eones de años en el que manchamos solamente con una ligera sombra el paso de su propio reloj de sol. No somos nada, no somos nadie, y nunca serémos recordados.—

Tras un soliloquio apabullante y densamente triste, Tanka se metió en la habitación por la que había venido Gascoigne y se metió de lleno en ella.

—Gascoigne, amigo mío, dime donde la has visto!!! necesito saberlo, ¿está bien? ¿esta en peligro? Camille...ohhh mi Camille. Amigo Gascoigne cuéntame más, ¿cómo lo has conseguido y donde? — La voz de Tanka se hacía cada vez más y más sonora en volumen y potencia aunque sonaba más como un llanto desesperado o un ruego, más que una pregunta en busca de información.

 Tristán intentaba ayudar en lo posible, pero no era secreto que le daba bastante asco la escena. Y cuando vio que sus compañeros estaba siendo embadurnados por los líquidos internos de Gaiscogne, se tomó la licencia de apartarse rápidamente. Tapándose la nariz con un pañuelo.

- ¡Sacre blueeee!

El profesor, entendiendo que Gascoigne estaba libre de peligro o al menos antendido, corrió tras su amigo Patrick, listo par tumbarlo de un tortazo si se le ocurría alguna otra idea suicida o autolesiva como la de la chimenea.

Mientras Desmond y el padre parecían demasiado preocupados en Tanka y Gascoigne respectivamente, el resto escuchó unos pasos de algo que provenía de la entrada. Alguien sigiloso que no había podido evitar pisar algunos cristales. El sonido era leve, pero Antanas y Tristán lograron descubrirlo justo a tiempo.

Alguien más se iba a unir a la fiesta.

La silueta de Gascoigne se hizo algo más visible. Todavía era etérea, como la de un espectro. Tanka tenía la absoluta certeza de había dos Gascoigne en la habitación: uno profundamente dormido y lo que parecía ser su proyección astral, señalando la copita de licor dorado.

—Puedo mostrártelo, pero necesito que me escuches. El licor que me confío Nicolás es una especie de hidromiel que permite moverse más allá de las limitaciones físicas.

Gascoigne seguía hablándole a Tanka, emocionado de que alguien pudiese escucharle. Estaba mucho más lúcido que aquel beodo que se habían encontrado en el despacho. Quizá salir de su cuerpo, o el propio hidromiel, le hacía ser más consciente de sí mismo.

—D'Alembert lo llamó "Miel de Delfos" si no recuerdo mal. La miel de los oráculos con la que ver a los dioses. Todavía no estoy seguro de lo que he visto, pero te aseguro que he podido verla ahí atrapada. Si tan solo supiese cómo sacarla de ahí… Solo sé que no puedo destruir la tela o terminaré también con su vida. Y dudo que ninguno de nosotros sea capaz de soportarlo.

Cómo si de la conversación más normal se tratara Tanka prosiguió hablando, sólo, aparentemente. Quizás la locura se estuviera apoderando de su frágil mente que hasta ahora no había sucumbido, no demasiado, al menos a las paranoias típicas de un dolor atroz y extremo juntado con el hambre famélico que sentía, y aderezado con drogas y alcohol de gran calidad.

—No!!! jamás!!!!! Camille debe ser salvada, debemos salvarla a toda costa!!!. Pero amigo Gerard, eso que dices es imposible, o almenos, improbable. Ese licor, la "Miel de Delfos" si es cierto lo que dices y te permite viajar a un plano astral, y tu esencia se encuentra allí, entonces debemos ir nosotros también. Dime amigo, donde debo ir, y qué debo hacer para ayudarte a ti y salvar a Camille. Explicame mejor el conflicto con la tela, ¿qué solución podemos buscar y donde?. Amigo, si Camille sigue en peligro debemos darnos prisa!!—

Tanka parlotea mientras gesticula con su mano buena que sigue agarrando la copa del licor, que termina cayendo al suelo en borgotones con cada movimiento brusco del brazo del obeso marchante de arte.

—Todavía queda una botellita en el cajón, pero puedes aprovechar el par de dedos que han quedado en mi copa, si no eres escrupuloso —contestó.

Mientras Tanka trataba de acercarse al escritorio de Gascoigne, con la intención de tomar la copa de licor dorado —o, al menos, esa era la impresión que daba—, Desmond logró interceptarle. Ambos forcejearon un poco, pero el profesor logró inmovilizar a su aparentemente perjudicado amigo.

Mientras tanto, Antanas y Tristán parecían haberse percatado de algo.*

 Tristán, poco atento a lo que estaba pasando a su cercanía, estaba sumamente atento al peligro de la lejanía. Algo raro para un hombre despistado e ingenuo como él. Pero sorprender siempre fue una de sus singularidades. En este caso, el subastador se había percatado de algo sombrío. Entre susurros, le dijo a sus compañeros.

- Caballeros... hay una persona más aquí... que acaba de entrar entre las penumbras...

 Sin perder el tiempo, y con una determinación extraña para aquel hombre, Tristán apaga las luces de la oficina y cierra la puerta. Luego de ello, con el pequeño resplendor de la noche mostrándose a través de alguna ventana, el subastador le pide a sus compañeros que hagan silencio.

- Silencio, camaradas... veamos si podemos sorprenderlo...

 Esa actitud casi infantil que estaba exhibiendo le resultaba casi natural. Como si una amenaza estuviera en la puerta de la galería, y ellos fueran sus presas. Esa forma de pensar era ajena a él, pero en esos momentos se podría decir que no estaba en todos sus cabales.

Sí que era cierto que venía alguien, y era muy dudoso que fuese el viejo Gaspar, que de estar en el edificio ya hubiera aparecido hace tiempo. Tampoco era la policía, no se había oído ninguna sirena, y habían dado el alto reglamentario. A Antanas solo se le ocurría aquel mendigo extraño del que habían oído hablar. Desde luego su presencia no sería lo más insólito que sucedió aquella noche, tal vez era él quien suministraba aquella droga a Gascoigne. Tendrían tiempo de preguntárselo si lograban sorprenderlo.

Antanas se colocó a un lado del umbral de la puerta, atento a no proyectar una sombra y no respirar demasiado fuerte, listo para abalanzarse sobre quien entrase por allí.