Partida Rol por web

- Aun no te conozco lo suficiente Marga, pero ya me caes bien. - dijo el enano en una de las primeras veces que le veis sonreír

Al fin el sofoco que producía el encierro de aquel baluarte enano pasaba poco a poco, el aire cálido y las gotas de lluvia comenzaban, no sólo a refrescar el cuerpo, sino también el alma.

Ilidan se encontraba de guardia en la entrada de la osera abandonada, nuestro refugio actualmente. Se acercó un poco al fuego y tomó algo de la sopa que se había preparado en la fogata; luego, como si fuese su absoluta responsabilidad, volvió a colocarse en la entrada de la caverna abierta...

Mientras tomaba su sopa, sacó una mugrienta botella de vidrio que llevaba entre sus aparejos, la abrió y le tomó el olor... un vino de esta calidad -pensó, jamás tendria mal olor... y la puso en sus labios para tomar un gran sorbo de aquel vino que se había robado en sus andadurías... no era un vino común y corriente, era una botella de vino de Dorwinion, el mejor vino de Tierra Media... y fue así como mirando a sus compañeros, les estiró la mano ofreciéndoles en voz susurrante... Quien quiere deleitarse y recuperar fuerzas con esta maravilla de obra...

Tras el ofrecimiento, siguió probando su sopa, y se mantuvo en silencio observando la entrada de la cueva... y más allá.

Mientras se alimentaban y descansaban, Ilidan sintió algo frío en la parte de su cuello, movió su mano y a la vez que sintió el congelado metal, recordó porqué había tomado la dirección de Barukkizdin... debía de llegar allá por un motivo especial... el último deseo de su maestro...

Por fin aire,ummm,hicho mis pulmones y el frio helado llena de vida mis pulmones,que mal lo habia pasado un poco mas y no salgo de este maldito tunel.

Tras caminar un rato sigiendo a Arlan,al fin encontramos esa maravillosa gruta que nos protegeria de la nieve.Mas aun si cabe,estaba hambriento y sediento,oí como Marga decia algo de no se que sopa y caliente...que bueno demasiado para ser cierto.

Chicos alguno puede vigilar a los renegados voy a comer un poco de sopa y no quiero que me den un susto estos...,-cojo un buen tazon de sopa y lo engullo tan rapido que no puedo ni respirar-MAravillosa sopa muy agradecido,muchas gracias-Cogeria mas pero no se si todos han comido,intento mirar algo por la gruta que nos sirva de cobijo o de resguardo para el viento,sobre todo para los heridos.

Yo te acepto un trago de ese vino yo solo os puedo ofrecer pan de viaje si gustais!! y Probad a mojarlo cn la sopa delicioso-Cojo todo el pan que tengo lo parto en trozos regulares para que todos coman.

Durante ese mometo de júbilo,pense en mi clan y lo mucho que los echaba de menos pero aun me quedaba mucho para convertirme en su lider...

Intento descansar un poco y propongo guardias de noche cada 2 horas asi todos podremos dormir algo

Draupner / Turno 601

Aquella región le era extraña, y aunque había conseguido llevarles hasta la X que marcaba el mapa, al salir de las profundidades de la roca, sin tener un punto claro de referencia, no supo ubicarse, así que cuando Arlan dijo que conocía bien aquellas tierras, no tuvo ningún inconveniente en dejarse guiar, así que se colocó junto a Zalmoxis para hacerse cargo de la estrecha vigilancia de los presos.

Las condiciones atmosféricas con las que se encontraron al salir del asentamiento enano, les obligó a dirigirse a un lugar que les protegiera, y Arlan con destreza les llevó a una gruta lo suficientemente grande para que pudieran descansar. Una vez dentro de la osera aceptó un trago de aquél vino, y aunque le dieron ganas de escupirlo, lo tragó educadamente. - Donde estuviera una buena cerveza - pensó.

Luego tomó su cazo y se deleitó, esta vez sí con la sopa de Marga y dio relevo a Zalmoxis para que pudiera recuperar fuerzas también.

 En cuanto a los turnos, apuntó que él tomaría las guardias de los heridos argumentando que el día siguiente sería una dura jornada y necesitaban que todo el mundo estuviera descansado para que les cundiera y que debían tomar los turnos de 2 en 2, ya que mientras uno vigilaba el exterior otro debía de vigilar a los presos.

Turno 601

Al salir de aquella manera del túnel, agazapado, parecía que hasta su huída era humillante. Parecía que aquellos pasadizos y cavernas se reían de él otra vez.

Se dio cuenta que deambulaba por donde sus compañeros le guiaban. Estaba seguro que iría hasta las entrañas y peligrosas tierras de Mordor si así se lo hubieran pedido. Iba practicamente a ciegas por el dolor y el cansancio de sus piernas. ¿Cuándo podría descansar? Arlan proponía un sitio resguardado pero el Rohír no se fiaba de aquellas tierras demasiado.

Parecio equivocarse y pronto se vio sentado tragando lo que a él le parecía veneno. El conocer como sabía dificultaba la labor, espiro las piernas con fuerza, dejo de respirar para no respirar las emanaciones del brebaje y trago trago consumo mi parte.

AAAArrrrrrg, que asco de brebaje, si me lo diera un hostil pensaría que me está matando de la peor forma posible. Menos mal que tus pociones son milagrosas Marga, te lo agradezco de corazón!

Debemos pensar que esta gruta es muy buena para resguarnecernos y pasar horas de descanso, pero de la misma forma la conoceran muchas personas y criaturas de estas tierras, tenemos que pensar que con esta tormenta es fácil que se acerquen enemigos. Yo propongo que dos de nosotros vigilen a la vez. Si yo me tuviera que acercar a este lugar iria con sigilo y pensando que ya podría estar ocupada, ellos harán lo mismo.

La luz del fuego nos delatará con seguridad, cuando hayamos bebido todos y no la necesitemos, deberíamos ponerla al mínimo para tener solo una luz ambiente. Cuando Marga considere que apague unas ascuas para bajar la luz.

Turno 601

Se sentó poco a poco, el suelo del lugar estaba frío y raspaba. Estaba lejos de las sillas de la ciudad blanca y en aquel momento un taburete de taberna le habría parecido el diván de un rey. Apoyó la espalda contra la pared con las rodillas ligeramente flexionadas y cerró momentaneamente los ojos.

Al abrirlos se dio cuenta de que debía haber pasado un rato. Una botella pasaba de mano en mano e instintivamente la aceptó sin rechistar. No solía beber pero habían salido de aquel lugar vivos y era momento de celebrar. El mago dio un par de besos callados a la botella y la dejó rápidamente después de un par de toses. Aquello era fuerte como un puñetazo en el estómago. Su mente se aclaró despertandole del ligero duermevela en que había entrado. Bebió la sopa con avidez, recordando el hambre que tenía y agradeciendola se dispuso a compartir parte de sus provisiones con quien las quisiese.

Al recuperar sus sentidos completamente recordó un último asunto. ¿ Cómo podía haberlo olvidado ? Se dirigió a la entrada de la cueva con una marca de preocupación en la cara y dio tres silbidos cortos seguidos de dos largos. Lo repitió a los cinco minutos. Nada sucedió. Sin embargo siguió allí, de pie, en la entrada y esperando. Diez minutos pasaron antes de oír un batir de alas. Una sombra le alcanzó y se apoyó en su hombro. Un picó le arañó ligeramente la oreja. Era la forma que tenía Siempreviva de regañarle y saludarle a la vez.

Contento y tranquilo por fin el mago entró otra vez y se durmió enseguida, esperando que el día siguiente fuese mejor que el anterior.

Draupner / Turno 602

La noche había sido fría, de todos modos, no se atevieron a avivar el fuego y algunas toses mañaneras fueron el primer síntoma de no haberlo hecho.

Empacó sus cosas, tomó en su cuenco el te de Marga y se acercó al puesto de vigilancia en la entrada de la gruta, dejó su mochila en el suelo, se quedó un rato mirando al exterior y luego le dijo a Gallidum - Ve a coger un poco de calor al fuego, ya me quedo yo vigilando -

La nevada de la noche, había dejado la vereda oculta y el campo completamente blanco, lo que haría, entre otras cosas, que fuera especialmente fácil rastrearles a partir de ahora, fueran a donde fueran.

Acabó tranquilamente su te y esperó paciente a que la partida se pusiera en movimiento de nuevo. Al igual que el día anterior dejó que fuera Arlan el que les guiara, aunque tras la experiencia de la ida, estuvo atento para evitar errar la dirección y él se colocó cerca de los presos preparado por si hacían algún tipo de tontería.

TURNO 602

El día llegó al fin, e Ilidan sólo esperaba que la crueeldad climática de la noche no se repitiera durante el día... eél no aguantaría porque no estaba muy acostumbrado... siempre viviendo en tierras calurosas abrazadas por los constantes rayos del sol o los volcánes de alrededor...

Ahora había que proponer una ruta de camino, y una forma de viaje de la cual se pudiera sacar el máximo provecho... no tenía idea siquiera de donde estaba... y a pesar de que su orientación era muy buena, estas tierras las pisaba por primera vez, por lo que de guía no serviría más que el equipaje que llevaban a cuestas...

Tomó un sorbo de té caliente, y algo de frutas secas con pan remojado en el té... esto le daría unas buenas energías para comenzar la caminata... de la cuál tenía muchas ganas de comenzar ya, y volver a pisar suelo pavimentado aunque sea por solo una hora...

Theonor - Turno 602

La noche ha sido durísima, a pesar de que los compañeros me libraron de hacer guardar para poder recuperarme, el frío intempestivo y los cuidados de Marga han sido demasiado para una noche. Me creía de resaca, como si hubiera estado bebiendo vino toda la noche. Las piernas aún me temblaban ligeramente por la mañana.

La sopa caliente hizo su labor y me reconfortó. La responsabilidad para con mis amigos de viaje hizo que emprendiera la marcha vigilando a los presos para liberar de esa tarea a otro. Al asomarme al exterior, vi un escenario increiblemente desconcertante. No se parecía en nada a lo que vieron la tarde anterior: la nieve por lo menos se elevaba un metro del suelo y aún estoy herido. Espero al menos que sea nieve dura y se camine bien por ella. Por otra parte los presos no se podrán escapar, al menos sin ayuda.

Hay que vigilar mucho el camino por el que vayamos, recordad que estos renegados tienen amigos por ahí danzando y seguramente intenten algo. Hasta los bichos de la peor calaña se defienden los unos  a los otros.

Turno 602

De pronto Gallindum caminaba por los amplios corredores de Erebor, pero algo había cambiado; no había enanos atareados por allí, estaba todo a oscuras y una capa de polvo lo cubría todo. Gallindum iba corriendo de un lado a otro, ansioso por encontrar una cara conocida. Pero todo estaba desierto. Al rato de andar sin rumbo fijo y sin encontrar a nadie, empezó a escuchar un borboteo, como si una gran caldera estuviese hirviendo agua en lo más profundo de la montaña. Tras mucho seguir aquel sonido, Gallindum se encaminó hacia a la sala del tesoro donde lo esperaba un Gran Dragon, rojo como el fuego y de mirada terrorifica. El dragon lo miraba fijamente, y en su rostro se dibujaba una mueca que bien podía ser una feroz sonrisa. "Abandonaste a tu familia y a tus amigos movido por tu orgullo. Los abandonaste y ya no queda nadie, Gallindum Fellad" dijo el dragón con su atronadora voz justo antes de soltar una cruel carcajada. "Eres el último de la raza de Durin. Sí, el último descendiente de ese terco enano que cavó su propia tumba buscando mithril en las entrañas de Caradhras. Y hoy hallarás tu fin. Ahora podeis llamarme a mi El Daño de Durin".

En ese momento un brusco zarandeo sacó a Gallindum de su desagradable pesadilla. Ilidan lo despertaba para que lo acompañase en la guardia nocturna.

Una vez hubo pasado la noche sin más incidencias, Gallindum degustó con avidez el caliente te de Marga, acompañado por un poco de pan del camino y un par de pequeñas tiras de carne salada. Sabía que iban a tener un largo día de caminata entre la fría nieve y cuanto mejor nutrido estuviese, más fácil sería de sobrellevar.

Agradeció a Draupner que lo relevase de su puesto en la entrada de la cueva y terminó su desayuno junto al magro reparo de las brasas que quedaban del fuego de la noche anterior. Una vez hubo acabado su desayuno, recogió sus cosas y se preparó para ponerse de nuevo rumbo a Barukkizdin.

ZAlmoxis/ turno 602

Menuda noche hemos pasado con tanto frio,apenas pude conciliar el sueño debido al frio extremo que hacia fuera de la osera.El frio arreciaba fuerte con viento y nieve a la vez,aun asi algunos mejor que otros pudieron conciliar mejor el sueño.

Me levanto de donde estaba durmiendo,recojo todas mis cosas,y me acerco a las pocas brasas que aun quedan encendidad,froto mis manos y susurro-Este frío no está matando,espero que mejore el tiempo si no lo vamos a pasar muy mal-.

Cojo un cuenco de te y lo tomo tranquilamente saboreandolo con un poco de pan de viaje,que pena no tener nada mas que echarse a la boca.Dirijo una mirada a los prisioneros,preparo mi lanza y agarro la cuerda con fuerza;aun no sabemos por donde iremos pero de seguro que estos no se escapan por la gloria de mi clan.

Vamos chicos hay que moverse antes que la noche nos caiga encima ,debemos intentar andar ligeros para estar lo mas cerca de la ciudad y buscar refugio por si la tempestad nos coge por el camino.

Que frio que he pasado esta noche,creo que tengo todos los musculos entumecidos

- Tranquilos muchachos, solo nos separa de la ciudad un dia aproximadamente. Tal vez dos si la nieve no nos permite movernos como quisieramos.- dice el enano mientras se despereza tras el desayuno.

- Marga, esa cataplasma ha hecho milaros, apenas me duele el brazo. Agradezco tus cuidados- Le dice mientras agacha la cabeza, con una leve reverencia, hacia Marga.

- No hay nada que agradecer, la naturaleza nos da lo que necesitamos, y las hierbas pueden curar grandes males.- Le contesta a Arlan mientras sonrie por la reverencia.

- Y vosotros, ¿que tal os encontrais?- dice señalando a Oin, Gelion y Theonor. - Espero que esa infusion especial que os he estado dando haya resultado igual de efectiva que la cataplasma de Arlan- Dice amablemente