Partida Rol por web

Un ala desconocida hasta ahora para los residentes del campamento fue abierta esa noche. El olor a incienso podía respirarse antes de entrar, pues había muchas velas, algo que confería al lugar un toque retro y hasta romántico.

No parecían haber escatimado en gastos, toda la sala labrada en un estilo rococó que entonaba bien con la celebración.

Lo mas cercano al entrar era una gran mesa de caoba, robusta como las sillas que había repartidas en ella, las típicas que costaba arrastrar para poder sentarse al ser de madera tallada. Sobre ella habian depositado una fastuosa y variada variedad de alimentos frescos y apetecibles que poder picar, para todos aquellos que no habían comido nada en la sala Común antes de subir a la fiesta. Un camarero de smooking servía champán a todos y todas a medida que iban llegando.

Mas allá de esta el vació perfecto para un baile de gala, pues ya la música sonaba de forma allta lo que hacía que se costase llevar una conversación a no ser que se pegara uno a otro, muy cerca.

Ya había comenzado a llenarse, por lo que teniais entendido el personal del campamento también estaba invitado, lo que daría mas ambiente sin duda y llenaría un poco mas la sala.

Y aunque el estilo antiguo daba a prever una música clásica que llegaría a ser cansina esta cambiaba a cada momento por otras mas modernas, al igual que los focos escondidos en el techo bajaban la intensidad de la luz, y aparecía niebla artificial como si de una discoteca se tratara,

Ya retirados del salón de baile, a los lados, ocultos bajo cortinas habían unos pequeños reservados donde una pareja odía tomar una copa con cierta privacidad,

Y algo mas lejos, apenas cruzando varios pares de metros la pista se llegaba a unas puertas  que comunicaban con un dos balcones independientes que ofercían bonitas vistas, desde lo alto, de la larga playa y el mar .

Un vestido negro con incrustaciones rojas, dejando perfilar sus suntuosas curvas. Un escote generoso por delante, pero sin llegar a venderse al mejor postor, raja en la falda, donde muestra unas piernas hermosas, depiladas,pero con cierta tonificación muscular.

Así viste "Fantasia ". Se hace notar con su entrada, glamurosa, sensual, remarcando a cada paso sus bien llevadas generosidades, un pecho perfecto que se perfila en el vestido.

Su pelo es un llamamiento a la serenidad, al caos, pelo largo ,sedoso, que le cae por los hombros.Su cara resalta unos preciosos y apetecibles labios de un rojo intenso.

Parece ser una Princesa o hada , sacada de esas antiguas historias que se escuchaban al estar en cama, y  con atención se escuchaba cada relato de estas fantásticas criaturas, cuando la edad de la inocencia y la juventud, se daban la mano.

Entro mirando toda la sala totalmente alucinado con mi disfraz, un traje con incrustaciones de piedras lapislazuli y netras, una corbata dorada,una capa del mismo color de las piedras en terciopelo, mi máscara y un sombrero de copa.

Así dudo que me reconozca nadie ¿reconoceré yo a alguien?

camino por la sala tranquilamente. Me acerco a la mujer que acaba de entrar con máscara negra y bonitas curvas

-buenas noches- le digo cuándo estoy a su lado.

 Mi mascara era dorada con unos tintes rojos, entro al lugar del baile mirando a todos lados porque era algo nuevo para mi estas cosas pero justo habia encontrado la ropa y peluca para esto.

 Había tomado una chaqueta de cuero roja parecido a una epoca victoriana y algunas que otras cosillas, mis uñas iban de un color negro cosa que era mi primera vez con un anillo. Veo que hay dos personas mas cerca una chica con un lindo vestido y un chico.

 Me acerco a ellos y me inclino ante ella para luego besar su la palma de su mano. Es un placer conocerla señorita, esta muy bonita. Y extiendo una mano al hombre para que la tome. Nos vemos luego. Y me dirijo al bar para pedir algo. 

le doy la mano con amabilidad pero firme.

-nos vemos.

Pasos decididos resuenan cuando me adentro en el amplio salón. Solo pasos, y nada más. Porque la capa que me cubre por completo me persigue ondeando sin ruido. A la vista solo queda una máscara labrada, sus detalles dorados el único atisbo de color.

Un leve giro de mi cabeza al cruzarme con los primeros invitados, o simplemente una sombra creada por las velas que iluminan la noche. Un sirviente, y mi mano enguantada que toma la copa de champán, la sostengo con delicadeza entre los dedos, sin beber aún. Solo avanzo y me confundo en las sombras, mientras la música estridente oculta incluso el rumor de mi llegada.

Con aquella ropa me sentía la típica princesa de cuento que tantas veces habría leido de pequeña. Un vestido largo y algo pomposo de ribetes claros y hilo de oro que combinaba con la mascara que había escogido para la ocasión. Muy recatado para mi gusto, pero que cumplía con lo esperado en una fiesta como la que nos habían prometido.

- Champan, que bien. Sonreí tomando en mi mano una de las copas que tan amablemente nos obsequiaban al entrar. Mojé mis labios despacio curioseando lo que la organización tenía para nosotras esa noche. Vaya, no esta nada mal.

Una americana oscura y una máscara sencilla, de color plata era lo que había escogido el siguiente invitado que hacía aparición con paso tranquilo. Ignoró el champan y buscó algo mas fuerte que tomar, y mientras se decidía al mostrar el camarero las opciones los ojos tras esa carcasa de metal observaban curiosos el ir y venir de la gente.

- Que sea doble, con dos hielos. No se acostumbraba a no tener que pagar nada, se le llegaba a olvidar el todo incluido del Campamento, por lo que había llegado a meter mano a su cartera antes de corregir su acción y dejar esta a salvo en la solapa de su chaqueta.

No mas de dos segundos prestó atención a la escena de ese par de hombres que ya ostigaban a una atractiva y sugerente mujer. Decidió buscar un lugar donde tomar su whisky algo que le obligó a cruzar la pista. Con ritmo siguió al paso la canción que sonaba antes de quedarse en el umbral que salía a uno de los balcones.

Tuvo que levantar un poco la máscara para poder beber y una mandibula fuerte de mentón marcado se dibujó a contraluz mientras bebía.

Vaya no era la primera en llegar pero tampoco parecía que la última.... realmente pensaba que era una fiesta de disfraces un poco de cachondeo pero al ver algunos de los disfraces empecé a pensar que me había equivocado... mi disfraz era más bien "sugerente"... vale disfrazarse de putón berbernero también tiene su gracia, pero me véia un poco fuera de lugar... aquello parecía la fiesta de disfraces de la película sobre el biopic de Wolfgang Mozart Amadeus... en cualquier momento aparecería  Salieri o el fantasma de la ópera....

Pero que demonios, estaba allí para divertirme y si tenía que ir un poco "despendolada" allí iríamos... además... ¿porqué no enseñar un poco de lo que Dios me dío?..... mi disfraz digamos que estaba más cerca de la lencería barroca que de un vestido de cola de gala....

Me acerqué a la barra y pedí un zumito de tomate...¿porqué? ...pues no sé, pero en aquél momento me apetecía... :P

Pecado entró en el salón con un traje rojo como la sangre, de corte barroco, mangas abullonadas, seda salvaje y una máscara en dorado y bermellón, que le cubría el rostro y el pelo.

El paso era firme y sensual, al igual que el color carmesí de sus labios voluptuosos y se fruncían cuando esbozaba una sonrisa autosuficiente y segura. 

Sus ojos miraba alrededor, escrutando al resto de pertenecientes al baile. Hombres y mujeres se juntaban hablando, a cada cual más exótico. Y la pregunta es ¿quién era cada quien?

- Por favor, un Baileys - pedí al camarero, mientras me apoyaba en la barra - Claro que mucho mejor sería tomarlo como en el anuncio - musité para mí misma. 

Mientras dejaba el codo en la barra, jugueteé con el borde del vaso. 

En cuanto había visto aquel vestido me había enamorado de él. Era simplemente perfecto. La que nos los estaba dejando me dijo algo de que el estilo victoriano me iba a quedar muy bien y ya que estaba le hice caso. No podía haber acertado más ni aunque hubiese querido.

Con el bonito vestido negro y la máscara a juego llegué a la renombrada fiesta y me quedé absolutamente fascinada por cómo lo habían preparado todo. Era simplemente espectacular.

- Y yo, pensando que había hecho mal viniendo a este campamento.

No pude esconder mi sonrisa, por mucho que la mayoría de mi expresión quedara oculta tras la máscara. Eso sí, lo primero que hice fue acercarme a por una copa de champán. Lo necesitaba. No sabía si era cosa mía o es que esto de las máscaras me intrigaba y me dejaba la boca seca.

Mis pasos me llevaron por fin al fastuoso salón que albergaría el tan esperado baile. Me adentré en el salón con pasos ligeros y seguros, dejando que las diversas capas de mi recién adquirido vestido ondearan con gracias y elegancia. Mi vestido estaba compuesto por un precioso corpiño carmesí que marchaba mi esbelta figura y por una amplia falda con múltiples capas de tela y tul negras con rosas carmesí que hacían alusión a mi apodo. En mi rostro, una máscara de seda con bordados, adornada con una rosa y una suave pluma.

A pesar de llegar a una hora temprana, en el salón ya se habían reunido diversos personajes a cual más fascinante. Entrar allí suponía entrar en un mundo diferente, lleno de una magia que el mundo que dejábamos tras las puertas no podía proporcionarnos. Allí podíamos ser Luz, Sueño o Verano, todo lo que nuestra imaginación pudiera concebir.

Metida en mi papel de aquella fantástica noche, dirigí mis pies cubiertos con unos zapatos de seda carmesí y altos tacones hacía un servicial camarero que ofrecía amablemente copas de champán y cogí una con una encantadora sonrisa iluminando mi rostro.

cuándo cojo mi copa de champagne me pongo a un lado mirándo a la gente que vá llegándo.

No puede evitar sonreir a los caballeros que se han acercado para saludarla.

Me siento honrada por sus atenciones caballeros.. - hace una pequeña reverencia.

Ya empezaba a entrar la gente, con sus mascaras y ropas acordes a ellas, tal vez algunas eran mas interesantes que otras. Pero sobre todo, las mascaras y vestidos de las mujeres, es lo que mas le llamo la atención.

Con paso dedicado y distinguido, se acerca a quien servían el champan.

Un Wild Strawberries ... - dice con una sonrisa, a la vez que al beber con calma y pausados sorbos, mira con detenimiento a las mujeres que entraban.

 Luego de ver a la chica y que nos haya dicho unas palabras, mi mente se quedo mirando a la gente que entraba bastante chicas hermosas y tome un poco de ese Champagne para poder engañar al estomago con algo.

 Quede esperando pero luego mis ganas de bailar se hacían un poco vistas porque me movía con la musica aunque estaba esperando a que todos entraran para ver que chica quisiera bailar un poco esperando que lleguen al placer que uno siempre quiere. 

-¿Me concederías este baile?- le digo a Fantasía dirigiendome con tranquilidad a ella.

Con elegancia y pasos silenciosos un hombre entró a la decorada y concurrida sala como un fantasma casi sin hacerse notar, pero al mismo tiempo estaba ahí, camuflándose junto al resto sorteando al resto de invitados. Quien reparase en él, su vestimenta era discreta, elegante pero a su vez un toque informal. Jugando con una evidente ambigüedad.

Un traje negro de dos piezas cuya parte superior había dibujada una línea gris que rodeaba la parte trasera del cuello para dividirse en en los dos lados hasta llegar al final de la chaqueta. La tenía desabrochada revelando una camisa blanca que no estaba completamente abrochada en la parte superior y un chaleco en otra tonalidad de blanco.

En su cuello le rodeaba un colgante de cordón negro en forma de una esfera de color cobre y otras dos más pequeñas, una en cada lada. Su rostro, como el de los demás se encontraba cubierto, desde la parte de la nariz hasta arriba, una máscara de color plata con diversos relieves, y en la parte de arriba unas plumas blancas terminaba de adornarla. Sus ojos iban al descubierto, al igual que sus labios y su mentón.

Mientras avanzaba cogió sutilmente una copa de champán que un camarero había ofrecido. Humedeció sus labios y siguió acortando distancia hacia un lugar apartado. Quería tener una buena vista del espectáculo, y quizás más adelante incluso participar.

El negro y el rojo hasta el momento, parecían predominar en los trajes femeninos, todo en precisos patrones que evocaban un aura de misticismo y sensualidad que combinaba perfectamente con el ambiente de la gala.
Casi una de las ultimas féminas en aparecer también ostentaba en sus ropas la marca oscura del azabache, su sencillo vestido sin embargo contrastaba con unas espectaculares alas negras que nacían del mismo corsé.  La falda, en delicada caída, confeccionada con un material entre tul o muselina, se movía con cada paso, dando la ilusión que la mujer flotaba sobre sus pisadas. El corsé, a juego con la mascara, dibujaba siluetas entre el negro y el gris plateado, mas a diferencia de los austeros colores de su disfraz se podia apreciar un toque coqueto en el diseño felino de la mascara.
De pie en la entrada, un poco vacilante al cruzar el umbral, evocaba inconcientemente aquella escena donde la Cenicienta llega por primera vez al baile.
Sonrió al joven mesero que pasara en aquel instante ofreciendole una copa de champán, y su codo para escoltarla hasta el salon, sin duda notando su timidez.
No pudo evitarlo, sonrojandoce un poco, tonta definitivamente.
Finalmente tras arribar y agradecer nuevamente al trabajador con un gesto de la cabeza, instante en que sus cabellos quedaron desparramados en seductores bucles sobre sus hombros desnudos, busco una columna donde apoyar la espalda centrando su atención en disfrutar de la deliciosa y burbujeante bebida.

Cielo santo, no paro de ver los modelos que el resto de compañeras del campamento han elegido para la fiesta y no dejo de pensar que he elegido un modelito bastante inapropiado... todas parecen princesas de cuento de hadas o al menos ellas parece que lo creen... yo por el contrario parezco más una dómina misteriosa y erótica... solo me falta una pequeña fusta de cuero para adornar mi disfraz... los vestidos largos y barrocos pueblan el salón del baile, yo sin embargo con mi corta falda y una cola negra de encaje casi trasparente destaco cláramente sobre las demás... tal vez para bien o tal vez para mal... habrá quien me califique de atrevida y quien lo haga de vulgar.... Sin embargo este creo que es el disfraz que menos esconde de mí misma y no por lo que deje a la vista....